Economía mundial de los años 70 a la actualidad

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INTRODUCCIÓN:
1974−2000 UNA ECONOMÍA MUNDIAL INCONTROLABLE
El fin del capitalismo fordista es la consecuencia de la revolución en los modos de producción y de
redistribución del ingreso que caracteriza el fin de los años 70. El desmoronamiento del sistema de Bretton
Woods, los cambios en la escena energética por el cartel de la OPEP, el surgimiento del mercado de los
eurodólares y la competencia industrial creciente de las naciones periféricas, traducen el debilitamiento del
poder hegemónico norteamericano. Todos estos fenómenos son parte de un proceso global de mundialización
de la economía que goza de una dinámica propia que escapa crecientemente al control de los Estados. A nivel
nacional cabe destacar en primer lugar que los compromisos institucionales heredados de la era keynesiana
son afectados por la interdependencia creciente de las economías y la movilidad de los capitales, multiplicado
por la revolución de las telecomunicaciones. En segundo lugar, la ofensiva teórica contra el keynesianismo de
parte de un liberalismo revigorizado por la crisis, se junta con un trabajo de socavamiento de los fundamentos
mismos del Estado−providencia. En tercer lugar, podemos decir que la regulación competitiva se impone.
Otro aspecto destacable es que el componente ideológico del proceso de globalización que se está
desarrollando hoy día es fundamental en la estrategia de legitimar a los actores trasnacionales en la lógica de
conquista de nuevos mercados, así el pensamiento único de la globalización y del neo−liberalismo se basa en
la coordinación de diferentes formas de poder (político, administrativo, patronal, los intelectuales y los medios
de comunicación) que se movilizan todos en torno al mercado global y al rigor social. El credo de la
competitividad preconiza entre otras cosas la baja significativa del costo del empleo, en particular las cargas
sociales, la moderación en el alza de salarios y el cuestionamiento del salario mínimo, una movilidad
territorial acrecentada de los trabajadores y una reevaluación de las legislaciones sociales en términos de
costos−beneficios y todo ello en nombre de la competitividad abierta en los mercados. Por último cabe decir
que la globalización en curso no designa solamente el grado de abertura de las economías sino que un modo
de regulación donde lo internacional predomina sobre lo nacional y a menudo lo suprime, las normas de
funcionamiento de las empresas se imponen por encima de las de los Estados y el sector privado impone sus
prioridades al sector público.
DIMENSIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA:
Cabe hacer referencia a los principales actores del poder en la nueva economía mundial como son: los
Estados, las Organizaciones internacionales, las Firmas Multinacionales , los Financistas, los especialistas, los
innovadores, los nuevos movimientos sociales, los delincuentes internacionales y los teóricos
Los Estados: cuyas decisiones contribuyen a modelar la economía mundial. Podemos decir que la
globalización de las actividades económicas no tiene como consecuencia natural la desaparición de toda forma
de influencia estatal sobre la manera como la producción y el financiamiento de la economía se organizan a
nivel internacional; sin embargo, todos los Estados no tienen el mismo grado de influencia. Por ejemplo, los
Estados Unidos tienen mayor influencia que otros países por su propia potencia. Estas diferencias entre
Estados determinan estrategias diferentes frente a la globalización. Con todo hay que reconocer que el
conjunto de los Estados han perdido poder frente a los actores internacionales privados. Así, la globalización
económica es a menudo presentada como el advenimiento de un mundo sin fronteras donde los gobiernos se
demuestran aplastados por las decisiones de empresas multinacionales y de grupos financieros; pero realmente
las transformaciones de los Estados y del capitalismo no obedecen a dinámicas opuestas, sino conjuntas. Los
Estados se adaptan constantemente a las modificaciones de su medio exterior y contribuyen así a redefinirlo,
contribuyen por sus decisiones a conformar la economía mundial. Estados Unidos, en particular, ejerce una
influencia preponderante tanto en sobre el plano económico como militar, tecnológico y financiero, este
dominio les permite ser indiferentes sobre las consecuencias de sus decisiones en el resto del mundo así como
de tratar de asegurar algunas reglas de juego que permitan que esta dominación sea respetada. Por ejemplo, las
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negociaciones entre Estados a nivel internacional en lo que respecta a la propiedad intelectual fueron dirigidas
por los norteamericanos tratando de beneficiar a una decena de sus multinacinonales. El paso de un sistema de
cambios fijos a un sistema de cambios flotantes entre 1971 − 1973 resultó de una decisión unilateral de
Estados Unidos, frente a esta hegemonía los demás Estados adoptaron estrategias diversas para responder a la
dinámica económica mundial. Así, los países europeos han adoptado una estrategia profunda de
regionalización, esta estrategia se inscribe en un doble estrategia: por una parte atraer capitales internacionales
proponiéndoles un mercado ampliado y por otra con el lanzamiento de la moneda única abrir una etapa más
política por la puesta en común de un instrumento esencial de soberanía.
Es necesario señalar que algunos países se inscriben en la globalización ofreciendo a las multinacionales un
marco fiscal ventajoso o una mano de obra barata y con libertades limitadas (por ejemplo China). Otros
estados recurren a estrategias diversas para influenciar la economía mundial, por ejemplo el casos de los
paraísos bancarios, judiciales o fiscales y los pabellones de complacencia que venden su soberanía a los
financistas del mundo entero creando las disposiciones necesarias a la evasión fiscal o al blanqueamiento del
dinero sucio. De esta manera los Estados continúan desempeñando un papel significativo en la evolución de la
economía mundial, sin embargo sus intervenciones, que aparecen cada vez más en simbiosis con actores
privados, son cada vez más influenciadas por estos últimos.
Las organizaciones internacionales: ejercen una autoridad sobre la economía mundial pero a menudo no son
más que la prolongación de actores públicos y privados poderosos. Así, la historia muestra que el poder de las
instituciones económicas internacionales no es sino el reflejo del poder de los Estados y de las empresas más
poderosas que las dominan. Podemos citar dos ejemplos, en primer lugar la versión inicial de los estatutos del
FMI indicaba que los países que recibían capitales que huían de los países en crisis, tenían la obligación de
cooperar con estos últimos para ayudarlos a recuperarse. Ante la presión de los grandes banqueros de Nueva
York que se beneficiaban de la huida de capitales europeos desde los años 30, esta obligación fue suspendida.
En segundo lugar, el hecho de que el Banco Mundial se negara, bajo la presión del gobierno de los Estados
Unidos, a prestar dinero a Francia al término de la segunda guerra mundial, en contradicción con sus estatutos.
Esta negación se suprimió cuando los comunistas franceses dejaron el gobierno en mayo de 1947. Más
recientemente, el Banco de Reglamentos Internacionales (BRI) impuso a los bancos de todo el mundo un
método de control de riesgos desarrollado por el banco JP Morgan. Este método disminuye el costo del
control de riesgos en desmedro de su eficacia. Así podemos destacar que el FMI y el Banco Mundial han
intervenido en países donde los recursos técnicos y financieros aportados por ellos han consolidado el poder
de regímenes autoritarios, y al mismo tiempo han sancionado a países en transición difícil hacia la
democracia, con el pretexto de que los poderes existentes establecían aumentos de salarios a los funcionarios
o construían caminos para atraer a los electores, sin embargo no se puede decir que en principio estas dos
instituciones trabajen a nivel mundial contra la democracia y a favor de la dictadura, pero con el pretexto de
no considerar ningún aspecto político y no buscar comprender que sus intervenciones tienen también
dimensiones políticas, inician acciones que pueden ser políticamente desastrosas para la democracia.
Las Empresas Multinacionales: el capitalismo desde su origen se ha caracterizado por una relación
ambivalente entre los Estados y los Actores Privados provenientes ya sea del mundo financiero o comercial o
industrial. En primer lugar, los Estados estableciendo orden, conquistando nuevos territorios o asegurando el
desarrollo de infraestructuras o la formación de la mano de obra, han tenido un rol central en la expansión de
la actividad económica en la cual veían una condición de su poderío, en segundo lugar, los actores privados
han buscado siempre junto con aprovecharse de la protección de los Estados, liberarse de las obligaciones
fiscales o sociales que estos establecían sobre ellos.Cabe destacar que las empresas siempre han sido
oportunistas reclamando a la vez subsidios y menos impuestos, mayores protecciones aduaneras para sus
productos y libre acceso a otros mercados, sin embargo, la economía globalizada ha modificado las reglas de
juego: las empresas han ganado más libertad y perdido protección. A pesar de ello, el conjunto de los países
desarrollados han estado a favor de la apertura de los mercados favorables a sus empresas, junto con conservar
protecciones aduaneras contra los productores del Sur que podían hacer competencia a sus productos.
Desarrollando sus actividades en escala planetaria las grandes empresas transnacionales pueden poner en
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competencia territorios y Estados. Después de la guerra en la época de la regulación fordista las empresas
vendían su producción a donde la producían. Hoy día en el espacio globalizado se puede producir en un país
de salarios bajos para mandar a países ricos; esta disociación empuja a los Estados a practicar un dumping
social y fiscal a fin de atraer a las empresas. Podemos decir que en un mundo en que los gobiernos de los
grandes Estados han aceptado como marco la economía del mercado globalizado, las estrategias de los
Estados siguen a menudo la de las grandes empresas para mayor provecho de éstas. A pesar de ésto las
empresas están sometidas a la presión de la sociedad, las ONGs, las asociaciones de consumidores y los
fondos éticos de financiamiento, influyen sobre el comportamiento de las empresas ya sea directamente o a
través de los gobiernos. El peso creciente de los grandes actores privados contribuye, sin embargo, a inclinar
la balanza hacia un orden más liberal lo que aumenta las desigualdades en el seno de los países como entre los
países, ésta es una amenaza a la cohesión social. Otro aspecto importante es que dentro del conjunto de las
empresas trasnacionales se ha producido un cambio en el poder relativo de las diferentes empresas, esto está
relacionado con la importancia creciente en la economía actual de los servicios con respecto a los bienes
materiales. Los servicios incluyen todas las actividades económicas que no significan producción material o
construcción, tienen un carácter transitorio, coinciden con la producción y crean valor inmaterial.
Existe un gran número de empresas multinacionales gigantes de las tecnologías de la información que
obtenían sus utilidades vendiendo material y programas se están transformando hoy día en prestatarias de
servicios, son empresas como IBM, General Electric, Xerox y Hewlett−Packard que han comprendido que la
simple venta de productos materiales no engendra márgenes substanciales de beneficios. Esos soportes han
bajado tanto su precio y su calidad es tan uniforme que la única manera de ganar dinero es de proveer la
experiencia a los clientes bajo forma de servicios. La mayor prueba de este cambio radical en el valor relativo
de los bienes y servicios es que un número creciente de empresas ofrecen gratuitamente o casi gratuitamente
sus productos para atraer al consumidor, a los cuales hacen pagar enseguida los servicios y las extensiones que
acompañan al producto. Podemos destacar que el capitalismo actual tiende además a transformar los servicios
culturales en experiencias mercantiles. Actualmente estamos entrando a una nueva era basada en las
tecnologías de comunicación numérica y la economía cultural, dos fuerzas cuya sinergia crea un poderoso
paradigma económico. Es una fracción creciente de nuestra vida cotidiana la que es mediatizada por los
nuevos canales de expresión numérica. Lo que es nuevo hoy día es el carácter implacable de la empresa que se
orienta a separar estas expresiones elementales de la creatividad humana, de sus orígenes sociales y
comunitarios con la finalidad de venderlas a los que puedan pagar por ellas. Las industrias culturales son el
sector de la economía mundial que muestra el crecimiento más rápido, así el cine, la radio, la televisión, el
disco, el turismo, los complejos de entretenimientos, los parques temáticos, la moda, la cocina, los deportes,
los juegos profesionales, los casinos, están en el primer plano de las actividades económicas en esta época, de
esta manera, muchas multinacionales de los medios de comunicación y de los recursos culturales libran una
lucha épica para el control de estos medios de comunicación que están en el centro de la actividad económica
en el siglo actual. Ejemplo de esto son firmas como Disney, Time Warner, Bertelsmann, Viacom, Sony, News
Corporation, TCI, General Electric, Poly Gram y Seagram, que controlan hoy en día el mercado de los medios
de comunicación y fijan las condiciones mediante las cuales los consumidores tendrán acceso a estos
recursos.. Por último cabe decir que el dominio del poderío norteamericano se ha desplazado del dominio
militar e industrial al de la supremacía absoluta en materia de información y de espectáculo.
Los Financistas: el poder ejercido por la finanza globalizada proviene de la posibilidad que tiene de
influenciar el valor interno ( precios) y externo ( tipos de cambio) de las monedas, así como de su capacidad
de decidir quién puede beneficiar de crédito y en que condiciones. Un poder esencial en una economía
capitalista monetarizada en la cual el crédito desempeña un papel determinante.
Hay que decir que la moneda no es simplemente un instrumento que permite los intercambios, sino que
también es una de las expresiones fundamentales de las relaciones de comunidad que ligan a los hombres
entre ellos y por eso no hay que asombrarse que los príncipes hayan siempre buscado asegurarse el control de
la moneda como símbolo de su poder soberano sobre una comunidad particular. Decidir que países, qué
empresas, qué individuos van a poder beneficiar de tales o cuales recursos financieros durante tanto tiempo y
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con qué tipo de interés, representa una capacidad esencial de fijar las reglas del juego económico. Cabe
señalar que la pérdida de influencia de los gobiernos y de los bancos centrales sobre la finanza internacional
proviene antes que nada de su acrecentada opacidad, la localización de una transacción financiera es cada vez
más difícil de determinar. Así, una transacción entre dos entidades puede producirse en dos lugares diferentes
por cuenta de un cliente ubicado en otro lugar, antes de ser compensada en un cuarto lugar, algunos productos
financieros sofisticados contribuyen a reforzar esta opacidad. A todo ésto se puede agregar la proliferación de
paraísos fiscales donde los flujos financieros quedan protegidos por el secreto bancario. El aumento del
poderío de los actores privados resulta igualmente de la internacionalización de las actividades financieras,
ésta comenzó a fines de los años 50 con el desarrollo del mercado de los eurodólares, depositados y prestados
fuera de los USA, sin ningún control estatal y conoció un nuevo desarrollo a comienzos de los años 80 cuando
los Estados autorizaron a los inversionistas internacionales a comprar bonos del Tesoro que eran obligaciones
emitidas para financiar déficits presupuestarios. Todos los mercados financieros hicieron después lo mismo.
Así los banqueros y más recientemente las otras empresas buscaron beneficiarse de la posibilidad de movilizar
el ahorro internacional para su beneficio, las transacciones financieras internacionales alcanzan ahora montos
sin proporción con las actividades productivas. Respecto a quién tiene el poder, cabe destacar que los bancos
y los inversionistas institucionales son los actores principales de la finanza internacional, éstos, cuyo peso se
acrecentó considerablemente en los años 90 de un modo muy rápido, reagrupan a las compañías de seguros,
los fondos de pensiones, las sociedades de inversión y los fondos de colocaciones, recogen el ahorro del
público para colocarlo en acciones y obligaciones. Es destacable la importancia de los fondos de pensiones
que controlan ahora más activos que las compañías de seguros y se imponen como los primeros inversionistas
institucionales, éstos hacen sentir su peso en los gobiernos del Norte en forma de políticas que den la
prioridad a la lucha contra la inflación más que a las alzas de salarios o a medidas favorables al crecimiento;
respecto a las poblaciones de los países del Sur hay que destacar que se ven afectadas por la volatilidad de los
capitales como lo demostró la crisis asiática y las empresas ven igualmente aumentar sus demandas por
beneficios elevados y rápidos lo que las incita a privilegiar a los accionistas sobre los asalariados, los golpes
financieros más que las inversiones a largo plazo.
En este mundo en que los dirigentes de las empresas son remunerados por la distribución de acciones, el
individuo no es más presentemente definido como un ciudadano, sino como un propietario y los derechos
patrimoniales priman sobre los derechos sociales. Así podemos decir que en estas condiciones controlar las
fuerzas mundiales constituye una necesidad política social esencial.
Los Especialistas: en las economías de mercado sofisticadas de los países desarrollados algunos actores, a
pesar de su dimensión modesta, desempeñan un papel esencial que les da mucho poder e ingresos elevados,
éstos son los consejeros jurídicos y fiscales, los auditores y los comisarios de cuentas, los consultores en
estrategia y en organización. Estos oficios son frecuentemente ejercidos por independientes: es el dominio
privilegiado de las profesiones liberales, que opera tradicionalmente sobre una base local por el hecho de los
particularismos jurídicos, fiscales y culturales de cada país. Pero hay que decir que estas profesiones han sido
arrastradas a su vez por la espiral de la globalización de las empresas y que verdaderas multinacionales de
estos servicios han aparecido. .
Los Innovadores : la investigación científica y sus actores constituyen uno de los principales polos de poder
en el seno de la economía globalizada, y de ella depende la innovación que está en el seno del crecimiento, en
la frontera entre lo público y lo privado está muy concentrada en los países desarrollados, a los que hay que
agregar Corea y Taiwán, India y Rusia. En primer lugar, la dinámica reciente de las biotecnologías y de las
tecnologías de la información y de la comunicación como Internet, recuerda por numerosos aspectos las
revoluciones tecnológicas anteriores. En segundo lugar, la apropiación privada creciente del saber científico a
través de la propiedad intelectual se encuentra en el origen de numerosos debates en el seno de las
comunidades de investigadores y de las tentativas para preservar el carácter de bien público. En tercer lugar,
las empresas innovadoras son a menudo de pequeña dimensión, pero las innovaciones técnicas que tratan de
desarrollar han casi siempre tenido lugar en el seno de grandes estructuras, de centros de investigación de las
grandes empresas privadas y de los laboratorios públicos. Las multinacionales benefician en particular en sus
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países de origen de un acceso privilegiado a los resultados de las investigaciones.
Los nuevos movimientos sociales: el movimiento asociativo−ONG− ocupa un lugar creciente en la vida
democrática en competencia con los modos tradicionales de expresión política colectiva, en segundo lugar, la
crisis de los partidos de masa, ligada en parte al retroceso sindical, se traduce en un debilitamiento de las
antiguas comunidades de pertenencia basadas en el trabajo o la clase social. Al mismo tiempo con la elevación
del nivel de cultura general y la afirmación de la autonomía del individuo, nuevas formas de solidaridad
surgen menos ligados al territorio o al empleo. Más temáticas y más transversales ellas representan formas de
vida más diversificadas y la búsqueda de identidades plurales. Podemos decir que la sociedad civil mundial en
desarrollo está cada vez más dominada por las ONGs que ocupan el espacio dejado vacante por otras formas
de organización. Las ONGs aparecen así como un contra poder indispensable, tanto más indispensables
cuanto que las organizaciones internacionales existentes son incapaces de hacerse cargo de los problemas del
planeta. Respecto al nivel de las finalidades las ONGs hay que señalar que están en su mayoría especializadas
en torno a un tema particular: medio ambiente, derechos del hombre, regulación de las finanzas a través del
impuesto Tobin, etc. Esta especialización de las ONGs contribuye a su popularidad en estos tiempos de
declive de la política. Son percibidas como atacando problemas concretos más identificados. Las ONGs han
surgido en su mayoría en los países desarrollados, de ahí la paradoja que ve que en estos países que surge por
la fuerza de sus Estados como de sus empresas−sistemas que a su vez son contestados por otros organismos
(ONG) que aparecen en ellos mismos. Cabe destacar que el éxito mediático de las ONGs no sería tal si éstas
no expresaran efectivamente las aspiraciones de numerosos ciudadanos de controlar mejor los procesos que
pesan sobre sus vidas o condiciones de trabajo, así podemos decir que las ONGs contribuyen a dar sentido al
espacio democrático nacional discutiendo los mandatos de los que están en las organizaciones internacionales.
Los delincuentes internacionales: los historiadores muestran que desde hace mucho tiempo las mafias se
encuentran asociadas al poder de los Estado y al funcionamiento de las economías, así un equilibrio de fuerzas
se instala generalmente entre las autoridades legales e ilegales en torno a una "zona gris" donde las idas y
venidas entre los dos mundos son posibles, sin embargo la globalización rompió este equilibrio y el desarrollo
de actividades comerciales y financieras ilícitas organizadas a nivel mundial ha acrecentado la riqueza y la
influencia de las mafias. El tráfico de drogas es la actividad principal del crimen internacional y su primera
fuente de ingresos financieros, se agregan el tráfico de armas, los circuitos de la inmigración ilegal, la
prostitución, la extorsión de fondos y las fabricaciones ilegales de productos. Es necesario señalar que la
principal característica de la evolución reciente de los grupos criminales es su internacionalización, así la
actividad internacional de las mafias más desestabilizadora para la economía mundial concierne su dimensión
financiera, ligada al blanqueamiento del dinero sucio. Por otra parte, hay que destacar que la influencia
financiera de las mafias es triple: en primer lugar, en segundo lugar, apoyan el desarrollo de los paraísos
fiscales, y por último, manipulan los mercados financieros y penetran considerablemente los sistemas
bancarios legales.
Los Teóricos :es imposible comprender el funcionamiento de la economía mundial sin considerar el papel de
las ideas y de las creencias dominantes que conducen a representar la globalización de tal o cual manera.
Keynes quería colocar la economía en el centro de la decisión pública. Sabía que su teoría económica debía
poder ser utilizada por los políticos y los altos funcionarios, fácilmente aplicable y fuente de dividendos
políticos. Pero comprendía también que para ganar la batalla política, debía ganar la batalla intelectual. La
potencialización de las creencias liberales en materia económica en los años 80 fue también facilitada por
numerosas estructuras que reagrupaban a economistas, hombres de negocios y altos funcionarios, destacan: el
Forum de Davos, el periódico norteamericano Wall Street Journal y muchos otros medios, como
Universidades (especialmente la de Chicago) y centros de investigación que han desarrollado poderosamente
la visión liberal del mundo en el curso de los años 80 y 90. Las élites políticas de los países del Norte fueron
así convencidas que la liberalización financiera era inevitable, que las empresas públicas eran por principio
ineficaces, que la inflación era el peor de los males. Una ideología común se extendió agrupando todas las
élites públicas y privadas que concuerdan en las virtudes del liberalismo económico en los países ricos. Cabe
destacar que las instituciones económicas internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC, han sido
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promotores importantes de los intereses dominantes así, confrontadas ante la caída del muro de Berlín y el
desmoronamiento de la URSS, pusieron toda su fuerza ideológica y sus medios financieros al servicio de la
idea de que esos países debían primero construir mercados eficaces y que la organización política y las
instituciones necesarias para hacerlos funcionar vendrán enseguida por sí mismas. Fue así que el FMI y el
Banco Mundial desarrollaron el "Consenso de Washington". Los movimientos sociales transnacionales
animados por las ONGs como Attac, desempeñan actualmente un papel movilizador importante en la
oposición a la ideología liberal de la globalización, organizan una circulación internacional de información
que permite confrontar y reagrupar numerosos puntos de vista y contribuyen también a mostrar que la forma
actual de la globalización no tiene nada de natural e ineluctable, pero que resulta de una construcción política
y social que puede ser contestada.
DIMENSIÓN ECOLÓGICA:
Podríamos hablar aquí de un ataque global concertado a los recursos naturales, así podemos decir que nunca
como ahora han prosperado tantas organizaciones y tantos foros internacionales supuestamente dedicados a la
conservación del ambiente, mientras éste, nunca como hoy, ha experimentado asaltos depredadores en tan alta
escala. En lugar de una práctica de movilización de fuerzas sociales para detener el desastre ecológico y abrir
caminos hacia una nueva relación entre la fábrica económica y los recursos naturales, estas organizaciones y
foros han desarrollado más bien un ejercicio retórico y literario.
Muchas veces también, por priorizar lineamientos de desarrollo pacífico y de buena convivencia, se ha
preferido la concertación a la denuncia, con los resultados que se ven: el aumento irrestricto de la depredación
en función de metas de ganancia, libre operación de mercados y esquemas de expansión del trabajo y del
consumo. Predomina en la práctica una idea desbocada y unidimensional del interés y de la teoría económica,
que no valora en su justa dimensión la presión de los recursos en agotamiento y de las relaciones de nicho en
destrucción. En los niveles más altos de decisión todavía no se descubre que las economías sin dimensión
ecológica no son económicas. Esta situación se ha visto agravada en las últimas décadas por el desarrollo de
aparatos corporativos que sobrepasan a la fuerza de los estados, y que persiguen la explotación del mundo sin
otro fin que el crecimiento obsesivo de sus tasas de ganancia, estas organizaciones presionan a los estados y
tienen espacios para imponer sus políticas a través de diversos organismos supranacionales. Por otro lado, las
medidas impulsados por la OMC, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para que los estados
se vean compelidos a reducir o a eliminar las reglamentaciones nacionales de protección ambiental, confirman
la rápide explotación de los recursos naturales, ha surgido además, desde hace un par de años, otro factor que
está contribuyendo a acelerar aún más el ritmo de explotación de los recursos naturales, es el acorralamiento
de la economía global actualmente en una vasta recesión que afecta la expansión de las tasas de ganancia y
crea premuras inusitadas, sobre todo en los poderes centrales, por controlar los recursos energéticos, bióticos y
de materia prima. Para responder a esta urgencia se han creado nuevos agentes que unifican su acción desde el
interior de grandes proyectos, supuestamente productivos, que conducen hacia la destrucción irreversible de
los recursos mundiales. Sin embargo, hay que decir que estos megaproyectos son la fuente intensa e inmensa
de grandes colisiones de interés, particularmente con los pueblos nativos de Africa, Asia y América Latina y
que en la mayoría de ellos se establecen coordinaciones y cronogramas para la acción que envidiarían las
mejores prácticas planificadoras de un pasado estatista. El objeto de esa planeación es el manejo de los
recursos del país por el sistema corporativo transnacional, y su traducción en ganancias. Por otro lado, cabe
destacar el hecho de que los problemas ambientales han recrudecido en el último período de expansión de la
economía capitalista global.
En el fondo, la globalización es una inmensa reestructuración de los sistemas de explotación y de la
distribución del producto mundial, que ofrece como resultados negativos el inmenso crecimiento de la
pobreza y el agotamiento de los recursos naturales, acompañado de una caída de ribetes catastróficos en la
calidad ambiental, así podemos decir que el crecimiento del Producto Interno Bruto ya no es un índice
adecuado de progreso, como para poder identificar a la globalización con el desarrollo y el bienestar, es
importante señalar también que el crecimiento del PIB en los países del tercer mundo va a la par de los índices
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del crecimiento de la pobreza y de la destrucción ambiental. La expansión de la recesión mundial hace todavía
más dura esta situación. Las situaciones estructurales pesan fuertemente sobre el destino ambiental,
exponiendo aún más a los países del Tercer Mundo a fuertes presiones para aceptar peligrosas demandas
corporativas en cuanto a la concesión de sus recursos y en las decisiones en torno a la plena apertura
ambiental. Actualmente ya es posible observar el aspecto que toma el desastre ecológico llevado en alas del
estilo productivo de los modelos de la globalización. Cabe señalar que en los últimos diez años se han
eliminado 150 mil kilómetros cuadrados de bosques sólo en Brasil y que en Africa y en el Sudeste asiático, el
desastre forestal es también inconmensurable. Asímismo, es destacable también la forma de explotación, con
fuertes ribetes coloniales y anti−ambientales, que ha instalado la globalización en América Latina. Podemos
decir que las reformas estructurales han hundido los proyectos de crecimiento hacia adentro y las
industrializaciones paralelas o sustitutivas, que han hundido también las reformas agrarias que con tanto
esfuerzo se realizaron durante el siglo XX, para privilegiar solamente las exportaciones de aquellos productos
que satisfacen las necesidades del centro norteamericano o europeo. Cuando estos problemas se vuelven más
agudos, también se agudizan las presiones del centro para mantener a como dé lugar sus demandas por el libre
mercado, evitando toda intervención social y manteniendo un alto nivel de agresividad en su ataque a los
recursos y al ambiente, en una operación que ha creado extensas y permanentes áreas de conflicto. Por otra
parte hay que señalar que las organizaciones ambientalistas han destacado que el planeta se encuentra en
medio de una catástrofe ambiental global y que pese a su negativo impacto sobre el planeta el esquema o
paradigma de la globalización sigue operando porque cuenta con importantes agencias que impulsan su
concepción de mercados abiertos. Estas agencias se han ido formando y completando en las últimas décadas
hasta llegar a ser un dispositivo muy eficiente y con diversas capacidades de planeación y operación.
Finalmente cabe resaltar la existencia de organismos supranacionales como el Banco Mundial y el FMI, la
Organización Mundial de Comercio ( GATT), asociaciones comerciales, bancarias, tratados de comercio,
pactos (como el G7, Davos), planes regionales o continentales, que afectan a América, Asia, Africa, etc. Y por
último, proyectos de "desarrollo" sustentados en la filosofía de estas organizaciones y en ideas de
transnacionalización y explotación de recursos en diferentes países.
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