neoclasico y goya - IES Guadalquivir

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NEOCLÁSICO Y GOYA
ARTE NEOCLÁSICO
Contexto histórico
Representa la segunda oleada en la historia del arte que intenta recuperar la
antigüedad greco-latina (después del Renacimiento). Aparece en Italia, a mitad
del siglo XVIII, como rechazo del Barroco, sus efectos ilusionistas y sus
excesos; también ayudaron los hallazgos arqueológicos de Pompeya y
Herculano. Los coleccionistas y aficionados a la arqueología (alemanes,
franceses e ingleses) viajan a Italia, compran estatuas, relieves... para luego
exhibirlos en sus casas. Además se ponen de moda los valores clásicos; el fin
último es perfeccionar la sociedad mostrándoles el esplendor de una sociedad
ordenada, basada en las virtudes cívicas: la libertad del ciudadano de la polis
griega y la dignidad del ciudadano romano.
Otro factor que contribuyó a su triunfo fue el hecho de que, tras la caída del
antiguo Régimen, las clases medias y populares ven en el neoclasicismo el
triunfo sobre la aristocracia, identificando al Barroco con el Antiguo Régimen.
Atraviesa por dos etapas:
1ª- tiene su centro en Roma, y se desarrolla en torno a los grandes teóricos
alemanes Winckelman y Mengs, que coinciden en defender que el único
camino del arte es imitar a los antiguos.
2ª- hacia 1770, coincidiendo con la creación de las Academias, a través de las
cuales se aceptaron internacionalmente los principios del Neoclasicismo: Las
Academias consiguieron también que la pintura, la escultura y la arquitectura
dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en nobles artes liberales.
Estas instituciones estaban protegidas por el estado y dirigidas por profesoresacadémicos de las diferentes disciplinas artísticas. Convocaban concursos para
estimular a los jóvenes y concedían pensiones (becas) para formarse en el
extranjero. En sus sesiones periódicas discutían los problemas técnicos de su
profesión y trataban de inculcar a sus alumnos una correcta educación
neoclásica. El programa educativo se desarrollaba en 3 cursos. En el 1º
copiando partes anatómicas simples (boca, nariz...) en la llamada sala de
principios. En el 2º copia en escayola de los modelos antiguos e introducción
en el tratamiento de los ropajes, en la sala del yeso y del maniquí. En el 3º
reproducción del desnudo al natural, en la sala del modelado vivo. Quien
superaba estas fases era considerado artista y se le daba un diploma
acreditativo. Los arquitectos se formaban proyectando edificios siguiendo las
normas de los teóricos italianos, sobre todo Palladio.
Surgieron Academias en las grandes ciudades ilustradas (París, Londres,
Madrid...).
ARQUITECTURA
Juan de Villanueva
(1739-1811): Se formó en la Academia de San
Fernando, de Madrid, obtuvo una pensión y estudió en Roma. Visitó Pompeya
y Herculano y quedó también influenciado por M. Ángel y, sobre todo, por
Palladio, de quien toma los pórticos hexástilos de sus edificios. Fue nombrado
arquitecto de El Escorial, y como tal proyectó las casitas de Arriba y Abajo,
dos villas de recreo de estilo palladiano, con planta central. También hizo la
casita del príncipe, en El Pardo, de diseño rectangular.
Fue nombrado director general de la academia de San Fernando y Maestro
Mayor del ayuntamiento de Madrid, en el momento en que Carlos III estaba
remodelando la capital. Hace 3 grandes obras:
1-Museo del Prado (Antiguo Palacio de las Ciencias), obra maestra, cuya
fachada avanza con pórticos hexástilos dóricos, pero no lo remata con un
frontón, sino con un ático con relieves, al estilo de los arcos de triunfo romanos.
2-Observatorio Astronómico de Madrid, también con pórtico hexástilo,
corintio. El edificio se corona con un templete circular de estilo jónico.
3-Cementerio General del Norte, desaparecido. En él aplicó por primera vez
el principio ilustrado de situar los enterramientos extramuros de la población y
prohibía enterrar los cadáveres en las iglesias, por motivos sanitarios.
También hace la Fachada del Jardín Botánico, de gran sencillez.
ESCULTURA
Antonio Canova (1757-1822). Obtuvo un premio que le permitió ir a Roma,
donde se formó estudiando los modelos clásicos. Toda su obra es un recuerdo
de los modelos de la Antigüedad, tanto por la inspiración como por el material,
mármol. Da a sus esculturas cualidades sensoriales por medio de un lustroso
acabado, que luego satinaba con piedra pómez.
Entre sus Obras Mitológicas destacan Teseo y el Minotauro, Amor y
Psiquis, Perseo con la cabeza del Minotauro... en todos ellos, en mármol,
recrea los modelos antiguos con una técnica exquisita.
Hace varios Sepulcros, como el de Clemente XIII, en mármol, bajo un arco
solia. Sobre el túmulo está la estatua orante del difunto. El túmulo se levanta
sobre 3 escalones colocados al lado de la puerta sobre la que se sitúa el
monumento. También hace el de Clemente XIV y el monumento funerario de
Mª Cristina de Austria, que le abre las puertas de las cortes europeas.
Llamado por Napoleón hace Retratos, del emperador, de su madre Leticia y,
sobre todo, de su hermana Paulina Bonaparte, recostada semidesnuda en un
diván, representada como una Venus victoriosa (fue elegida reina de la belleza
por lo que lleva la manzana de Paris en una mano). Es su obra maestra. En
estos retratos considera a los modelos como dioses, al estilo antiguo.
Posteriormente fue llamado a Londres para estudiar los mármoles del Partenón
expoliados por Lord Elgin, que le impactaron y bajo el influjo de Fidias hizo Las
Tres Gracias.
PINTURA
Jacques Louis DAVID (1748-1825): Los pintores de esta época tienen una
técnica perfecta, fruto del estudio en las Academias. Son grandes dibujantes,
pero a veces resultan fríos y carentes de inspiración.
David se inspira en los relieves romanos, de los que toma la simetría y la falta
de profundidad. Compone casi siempre en filas paralelas y abusa de los
claroscuros. Sus obras normalmente son históricas. Es un ejemplo de
pintor político, comprometido con las ideas de la Revolución y con el imperio
napoleónico.
El Juramento de los Horacios es el manifiesto de la pintura neoclásica. En él
glorifica las virtudes del patriotismo y el sacrificio y se concentra en la expresión
pasional de un instante dramático: esa impresión trágica cautivó a los
espectadores. La obra representa a los 3 hermanos recibiendo las espadas de
su padre, comprometiéndose a defender el futuro de Roma frente a sus
enemigos de Alba, mientras las mujeres de la familia lloran en un extremo de la
obra. Resulta demasiado teatral y no se plasman los sentimientos con
profundidad.
En La muerte de Sócrates ha representado el momento en que toma la cicuta
rodeado de 12 discípulos (como Cristo); simboliza la injusticia del martirio de
los políticos de la Revolución Francesa.
En Marat asesinado lo representa muerto, en la bañera, mientras estaba
escribiendo.
Tuvo cargos durante la Revolución y su pintura se consideró como un
símbolo del espíritu de una nueva época. David imponía modas y gustos
(vestidos, peinados...) incluso organizó la puesta en escena y el ceremonial de
los acontecimientos revolucionarios. A la caída de Robespierre se convirtió en
admirador de Napoleón, al que retrata en Napoleón cruzando los Alpes,
donde lo muestra al frente del ejército, camino de Italia, emulando a Aníbal.
También pinta la Coronación de Napoleón. Tras Waterloo huyó a Bruselas.
FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES (1746-1828)
Es otro de los grandes genios de la pintura. Nace en Fuendetodos (Zaragoza)
y vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX. Es difícil encasillarlo, porque
tiene una personalidad libre e independiente (Atención: no se puede
clasificar a Goya como pintor neoclásico, no se encuadra en ningún estilo
artístico). Sirvió a 4 reyes (Carlos III, Carlos IV, José I y Fernando VII). A lo
largo de su extensa producción anticipa los cambios radicales que va a
experimentar la pintura contemporánea: la pincelada ligera del
impresionismo, las fantasías oníricas del surrealismo y el desgarrado mundo
interior del expresionismo. Dominó todas las técnicas (fresco, pintura de
caballete, cartones para tapices y grabados) y trató todos los géneros
(retrato, bodegón, cuadro religioso e histórico y escenas costumbristas). Su
repertorio variadísimo no tiene precedentes en la pintura española.
Sus comienzos fueron difíciles. La Academia de San Fernando rechaza sus
obras y tiene que costearse el viaje a Italia. De vuelta a Zaragoza se casa con
Josefa Bayeu, de una importante familia de pintores que lo introducen en
Madrid. Es contratado por la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, para
diseñar los cartones que los artesanos convertirían en tapices, en los que
sigue la moda de lo pintoresco y da un recital de tipos costumbristas: toreros,
tonadilleras, actrices y gente del pueblo. Es el mundo de los majos y majas, del
casticismo, dentro de un gusto por lo garboso y colorista.
Recibe encargos para realizar pintura religiosa y hace numerosos óleos
para diversas iglesias. Además tiene numerosos encargos del género que le
hizo famoso, el retrato. Hace retratos individuales y colectivos, de cuerpo
entero y de busto, de personajes de pie, sentados, recostados y ecuestres.
Retrata a nobles, artistas, ilustrados...y consigue el nombramiento de pintor de
cámara de Carlos IV.
Hacia 1792 contrae una enfermedad que lo deja sordo, lo que le influirá
enormemente, produciéndole un aislamiento que va a marcar su arte. Ya
no será el contemplador optimista de los tapices, sino que empezará a tener
una visión pesimista de las cosas y de la vida misma. Se fijará de forma
especial en los defectos del mundo. Vive 6 meses como invitado de la duquesa
de Alba (en su palacio del coto de Doñana) con la que se relaciona
íntimamente y a la que retrata en sus Majas, vestida y desnuda, pero su
pesimismo, que marca un antes y un después en su pintura, le lleva a la serie
de Los Caprichos, concebida como un libro ilustrado. En estos grabados
hace una crítica sin piedad de los vicios y debilidades sociales: el abuso
de los débiles, la ignorancia, la superstición... Es decir, ataca la sinrazón y la
injusticia. Goya editó personalmente estos grabados, y la jerarquía censuró su
venta, al sentirse atacada.
Un oasis en esta época serán los frescos de la ermita de San Antonio de la
Florida, en Madrid, pintura religiosa concebida como escenas populares y
cortesanas.
La invasión napoleónica y la Guerra de Independencia quedan reflejadas en
los dramáticos grabados de la serie de los desastres y en dos grandes obras,
La carga de los Mamelucos y Los fusilamientos de la Moncloa donde
muestra la violencia del estallido popular ante la caballería africana del ejército
napoleónico y la cruenta represión francesa posterior, representando el
dramático momento en que las víctimas están ante el pelotón de ejecución. En
el Coloso representa al gigante, símbolo de Napoleón, como un dios cruel de la
guerra, ante el que todos huyen despavoridos.
El desencanto de la guerra le hace refugiarse un tiempo en el mundo de los
toros y hace la serie de la Tauromaquia, inmortalizando faenas gloriosas y
heroicos toreros, como Pepe-Hillo o Pedro Romero.
Una grave enfermedad le hace aún más hosco y se refugia en la Quinta del
Sordo, en la ribera del Manzanares, donde hace las Pinturas Negras, con un
mundo de aquelarres, brujas, machos cabríos... Luego fueron pasadas a lienzo.
Son óleo sobre yeso. Reflejo también de ese mundo interior es su serie de
los Disparates, una colección de pesadillas que denuncian lo absurdo de la
existencia.
Al reponerse la monarquía absoluta con Fernando VII, siguió siendo pintor de
cámara, pero se siente amenazado. Incluso fue acusado de obsceno por el
Santo Oficio por la Maja Desnuda y se exilió en Francia, donde pinta La
lechera de Burdeos, su obra más impresionista.
Como pintor es uno de los grandes genios universales, y es
sorprendente que surja en uno de los momentos de mayor decadencia de
la pintura. Sus obras son de primer orden y le ponen a la altura de un
Velázquez, al que supera en fecundidad. Según él sus grandes maestros
fueron Velázquez, Rembrandt y la naturaleza. Fue famoso en su tiempo y su
fama nunca ha decaído.
En un pintor de gran variedad, profundamente colorista y con un marcado
sentido nacional. Con su pintura se conocen costumbres y tipos españoles
de su tiempo. Pintó todas las clases sociales y su pintura es valiosísima
para el conocimiento de los trajes de la época. Extraordinaria imaginación.
Pintó lo bello con delicadeza exquisita, pero también pintó lo feo, lo
caprichoso, lo grotesco y hasta lo monstruoso.
Su técnica es muy personal. Primero es un estilo amable, colorista, casi en la
línea del rococó, pero pronto abandona esa técnica y adopta una pincelada
suelta, aunque en general es muy discontinua: unas veces aprieta la pincelada
y otras la suelta. Sus manchas de color llamaron la atención a sus
contemporáneos, a veces usa gruesos empastes modelados con los dedos o la
misma espátula. Será muy admirado por los impresionistas, sobre los que
tuvo enorme influencia.
COMENTARIO DE LAS PRINCIPALES OBRAS:
Cartones: ofrecen gran libertad a su fantasía. Época alegre, marcada por el
colorido. Mezcla las clases sociales, desde la alta nobleza a gente del pueblo;
hombres y mujeres nobles vestidos de majos y manolos. En su mayoría
representan costumbres madrileñas. Trajes de época, luz tamizada, personajes
llenos de gracia. Ejemplo, La gallinita ciega, La pradera de San Isidro, La maja
y los embozados, El Quitasol...
Retratos:
Condesa de Chinchón, de enorme delicadeza, valor maravilloso de la
expresión y del traje. Gran elaboración del cabello, mezclado con el tocado
Maja desnuda y vestida, de gran delicadeza.
Entre los retratos reales destaca Carlos IV a caballo, inspirado en Velázquez,
a quien admira. No es un retrato heroico. Dominan los tonos grises plomizos,
que crean un ambiente como de borrasca. Reina Mª Luisa a caballo, con un
efecto de contraluz en el que la figura se recorta en el paisaje. Goya no tenía
mucha simpatía a la reina y la retrata con expresión engreída y petulante. No
hay dignidad en la figura, sino un cierto aire desafiante.
Familia de Carlos IV: recordando a Velázquez en Las Meninas se autorretrata
en la parte en penumbra de la izquierda, tras los personajes reales. Obra
maestra. Composición neoclásica: en friso paralelo al plano del cuadro, pero la
calidad de la pintura supera totalmente la frialdad del neoclasicismo. Retrata la
verdad física y psicológica; genial estudio de caracteres, que llega a ser casi
cruel con la reina. El rey aparece con gesto bondadoso, pero bobalicón, con
expresión ausente. Goya nos quiere indicar que estaba totalmente dominado
por la reina, que aparece, en cambio, con una expresión orgullosa, engreída y
desafiante. La presenta como una mujer autoritaria, que domina a la familia y al
rey. Importancia de la luz, que entra por la izquierda y arranca destellos a joyas
y vestidos.
Pintura religiosa: su Cristo crucificado es una obra academicista, no expresa
mucho fervor.; es muy clásico, cuerpo escultórico. Lo religioso nunca fue su
fuerte, aunque tenga algunas obras muy expresivas. Santas Justa y Rufina es
una de sus más bellas obras religiosas. Las figuras tienen cierto carácter
popular. Tras las santas hay un paisaje con el Guadalquivir, en primer término,
y la Giralda al fondo. Profundidad espacial, con un cielo amplio y abierto de
tonalidades azules. Pincelada suelta y ágil. La última comunión de San José de
Calasanz es su obra religiosa de mayor devoción. Juega mucho con la luz.
Admirables rostros, pincelada suelta.
Los frescos de San Antonio de la Florida narran el milagro de una resurrección
hecho por el santo. Sobresale el tratamiento de los niños, lleno de gracia. Rico
colorido.
Obras sobre la guerra: El Coloso es una alegoría de la guerra, hecho con
técnica colorista, con simples toques de pincel. Enorme figura amenazante.
La carga de los mamelucos (el dos de Mayo en Madrid): no existe predominio
de unos personajes centrales o de primer término sobre lo restante. Es todo el
conjunto el que destaca al mismo tiempo. No hay héroes, ni protagonistas, es
todo el pueblo el que se enfrenta al invasor. Hay una expresión de ira ciega,
que llena el cuadro de una violencia inaudita (lo hace en 1814, al ofrecerse al
gobierno de la regencia para perpetuar la gesta contra los invasores, lo mismo
que el siguiente).
Los fusilamientos de la Moncloa (el tres de Mayo en Madrid). Son una obra
maestra, llena de expresión y dramatismo. Con el anterior quiere resaltar el
horror de la guerra, no sólo el heroísmo de pueblo. Narra los fusilamientos de
los madrileños como represalia por su levantamiento contra el general Murat.
Destaca el efecto embrutecedor de la guerra sobre el ser humano. La
realización pictórica es tan violenta como su contenido. Goya extrema
contrastes, deforma rasgos, renuncia a todo refinamiento para conseguir una
tremenda fuerza emocional. Las figuras son verdaderamente dramáticas: unos
yacen en el suelo, ya cadáveres; otros van a ser fusilados. Uno mira al pelotón
y grita, otro se inclina hacia el suelo. Sobresale la figura central que abre los
brazos, como ofrendando su vida por la patria; resalta el blanco vivísimo de su
camisa, y hacia el se dirige la mirada del espectador. Los soldados del pelotón
parecen muñecos, no pinta sus rostros; con ello se destaca un horror
inhumano, impersonal...es la máquina de la guerra la que mata. Técnica suelta,
grandes superficies de color.
Grabados:
Caprichos: desarrolla su imaginación, de manera sombría y casi trágica. Es un
mundo de visiones extravagantes, caprichosas.
Desastres: visión de la crueldad y el horror de la guerra, denunciando esa
brutalidad inhumana.
Tauromaquia, recreación de las distintas suertes taurinas, algunas de ellas
desaparecidas.
Disparates: destapa su imaginación; representa lo monstruoso, lo fantástico, la
realidad deformada.
Pinturas negras: Predomina el color negro, matizado de ocres y tierras. Son
de sus últimos años, en los que vive en notable soledad. Producen una
impresión de desazón, son imágenes extravagantes, alucinantes, cuyo sentido
se nos escapa. Son como visiones de delirio. Son seres monstruosos que pinta
para sí mismo (decoraban las paredes del salón y el comedor de su quinta).
Técnicamente son de una audacia que aún hoy resulta asombrosa. Anciano y
enfermo Goya se muestra como un artista lleno de potencia creadora, capaz de
inventar un nuevo lenguaje plástico. Consideradas las obras más personales y
sorprendentes de la pintura moderna.
Ejemplos: El Aquelarre; La romería de San Isidro, donde el tema que trata en el
cartón con alegría y luminosidad se convierte en una pesadilla monstruosa. Un
grupo de borrachos van cantando con un guitarrista, después de ir a la ermita
del Santo. Ha desparecido el color, cielo tenebroso, ambiente opresivo. Saturno
devorando a su hijo. Simboliza el fatalismo. Tema tratado con extrema
crueldad. Es el mito del tiempo que devora a sus criaturas.
Finalmente, La lechera de Burdeos pertenece a su época de exilio en Francia,
antes de morir. Tradicionalmente considerado como el más claro antecedente
de la pintura impresionista. Pureza de color, plenitud luminosa, pincelada muy
suelta. Parece como una reconciliación de Goya con la vida
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