XEROJARDINERIA La Xerojardinería y el Xerojardín son conceptos acuñados en los Estados Unidos ('Xeriscape') a principios de los años 80. El prefijo "xero" significa seco, del griego "xeros". Tras las graves sequías que sufrieron en los años 70 en el Oeste de los Estados Unidos, en concreto California y Colorado, se puso de manifiesto la necesidad de construir jardines de bajo consumo de agua, formulándose unos principios de diseño y concepción del jardín que constituyó lo que hoy conocemos por Xerojardinería. En España tuvo una gran difusión en la década de los 90, influenciado por otra fuerte sequía que azotó gran parte de la Península esos años. La idea principal en este tipo de jardines es hacer un uso racional del agua de riego, evitando en todo momento el despilfarro, en especial en climas como el Mediterráneo o subdesérticos, donde es un bien escaso. El ahorro de agua no es el único objetivo, la Xerojardinería va más allá. También tiene un sentido ecológico y aboga por un mantenimiento reducido, por ejemplo, intentar limitar la utilización constante de productos fitosanitarios, el menor uso de maquinaria con gasto de combustible, el reciclaje, etc.. Está demostrado que un jardín diseñado y mantenido con criterios de uso eficiente del agua consume apenas una cuarta parte del agua de riego que se gasta en un jardín convencional. Si tienes problemas de escasez de agua, es de mala calidad o simplemente quieres tener un jardín con pocas o mínimas necesidades de riego, léete estas páginas porque tienes todos los aspectos a considerar para llevarlo a cabo. Estudiaremos los siguientes aspectos en esta serie de artículos: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Diseño del xerojardín El suelo Selección de las especies vegetales adecuadas El césped Alternativas al césped para cubrir el terreno Acolchado o mulching El riego Otros consejos para ahorrar agua 1. Diseño del jardín (xerojardín) Zonificación • Lo primero es planificar sobre el papel la distribución de las plantas agrupando las especies según sus necesidades de agua. Por ejemplo, es un error plantar una Hortensia (necesita bastante agua) al lado de un Romero (necesita poca agua) ya que se va a regar con la misma cantidad a una planta que a otra, recibiendo el Romero un exceso perfectamente evitable si se planta en otro lugar junto a plantas de similares requerimientos hídricos como podría ser un Lentisco, una Adelfa,... En este sentido distinguimos tres niveles: las especies que tienen un consumo de agua bajo, medio o alto, y habría en consecuencia tres tipos de zonas: Zona seca, plantada con especies autóctonas donde no será necesario regar casi en todo el año. Sólo riegos de apoyo. Zona de riego moderado donde aportaremos ocasionalmente agua a las especies más exigentes y a las plantas capaces de formar tapices, que al principio necesitarán un poco de ayuda para extenderse más rápidamente. Zona húmeda en la que las necesidades de riego serán mayores y, por lo tanto, intentaremos que sea la más pequeña. Puedes jugar con estos tres tipos de necesidades. Quizás quieras tener un jardín donde todo él sea "zona seca" o mitad y mitad con "zona de riego moderado", o que predominen las zona de riego moderado con algo de zona húmeda, etc. • En los bordes del césped que es donde cae más agua aprovéchalo para plantar la que más agua necesiten. • Para proteger del sol deshidratador crea sombra plantando árboles o instalando una pérgola con trepadoras. Además, una sombra parcial será muy favorable para favorecer el establecimiento de las recién plantadas en momentos calurosos. Borde que recibe más riego Sombra protectora • Protege del viento ya que es otro secante para las plantas. Los cortavientos es mejor que sean permeables, es decir, que el viento los puede atravesar, a diferencia de un muro que no es permeable y provoca turbulencias al otro lado. Opciones: - Setos. Inconvenientes: tarda tiempo en formarse, requiere mantenimiento, ocupan espacio y compiten por el agua con las plantas cercanas. - Masas de árboles, arbustos y trepadoras proporcionan protección del viento, sombra y frescura. - Valla cubierta con trepadoras. - Lámina de brezo, mimbre o cañizo. - Mallas de plástico. • Planta a más distancia de la normal unos ejemplares de otros para reducir la competencia por el agua. Así es como se encuentran las plantas en estado silvestre. 2. El suelo y cómo mejorarlo El estudio del suelo es de vital importancia. Servirá para elegir las especies que mejor se adapten a él y para mejorar alguna de sus características si es necesario: Medición de pH Materia orgánica Fertilizantes Mal drenaje • Si el pH es extremo, es decir, muy ácido o muy alcalino, se puede subir o bajar respectivamente. • Si la textura es muy arenosa o muy arcillosa, también se puede corregir aportando materia orgánica en ambos casos y en suelos muy arcillosos además de la materia orgánica, arena de río lavada gruesa. • Si es pobre en materia orgánica, se puede y se debe hacer una enmienda orgánica con estiércol, compost, mantillo, turba, humus de lombriz, etc. Aunque las enmiendas orgánicas antes de plantar tiene sus detractores en Xerojardinería porque desarrolla un sistema radicular, en el caso de árboles y arbustos, menos profundo. • Si el suelo es salino tiene su tratamiento, empezando por elegir plantas tolerantes a la salinidad. • Si es pobre en nutrientes minerales, como el fósforo, potasio, hierro, etc., se pueden aportar con fertilizantes químicos. • Si el suelo es poco profundo, tiene un subsuelo duro a por ejemplo, 30 cm. de profundidad, se puede aportar una capa de tierra vegetal, aunque sean 10 cm. • Si el drenaje es malo, se pueden instalar tubos de drenaje, dar pendientes al terreno hacia fuera, añadir arena y materia orgánica, etc. Suelo arenoso Suelo salino Suelo escaso De todas formas, en general, y con la filosofía de la Xerojardinería, es más eficaz elegir especies vegetales que se adapten lo mejor posible a las condiciones del suelo en lugar de ir rectificando unas y otras. Por ejemplo, el pH. Si resulta que tu suelo es calizo (pH 8, por ejemplo,), no te empeñes en plantar una Azalea que exige suelo con pH ácido (menos de 6,5) intentando bajar el pH original de 8. Es más eficaz seleccionar especies adaptadas al suelo alcalino, que hay muchísimas, por cierto. Lo mismo que si tiene una salinidad elevada, que aunque puede mejorarse con un buen sistema de drenaje, es mejor elegir especies tolerantes. O si el suelo es pobre no plantes especies que gusten de suelos ricos, elige plantas más sufridas. Para cualquier circunstancia tienes donde elegir alternativas. Una mejora del suelo interesante es el uso de unos productos llamados retentores de humedad o hidroretentores, por cierto, bastante desconocidos por el aficionado en general. Estos productos absorben agua de lluvia y de riego normalmente hasta 400 veces su propio peso y la restituyen en función de las necesidades de la planta, con el consiguiente ahorro de riegos. Otros retentores de agua son de origen natural: diatomitas calcinadas a 900º. Es positiva la utilización de estos retentores de agua (polímeros absorbentes o hidrogeles), sobre todo cuando se trata de nuevas plantaciones en climas secos que no van a tener un mantenimiento de riegos periódicos. También se emplean en la ejecución de campos de golf y céspedes familiares mezclando una determinada cantidad con el suelo (ver dosis en los envases) y para plantación de árboles, arbustos y parterres de flores igual, mezclando con la tierra en el momento de plantar. 3. Selecciona las plantas ornamentales adecuadas Los jardines de bajo consumo de agua no tienen porque estar constituidos únicamente por plantas de clima semiárido. No son jardines de cactus ni jardines sin césped. Ni tampoco debemos utilizar únicamente especies autóctonas. En Xerojardinería debes elegir especies adaptadas al clima del lugar. Las autóctonas lo son, pero repito que no las únicas. Hay otras plantas ornamentales, que aunque no sean autóctonas, son resistentes a la sequía. Evita en general las especies vegetales ávidas de agua. Las ventajas del uso de especies autóctonas es que son más resistentes en general a todo (sequía, suelos, clima, plagas y enfermedades,...), están mejor adaptadas y el mantenimiento por tanto se reduce. Romero Existe una variedad de especies autóctonas muy amplia que cubren todas las necesidades de formas, texturas, portes, colores, clima y suelo. Lo malo es que a veces en los centros de jardinería y viveros no disponen de muchas de ellas porque se limitan a traer las más típicas y comerciales. Hay que hacerles ver nuestro interés hacia ellas para que las oferten o produzcan. En todos los países hay especies vegetales autóctonas y asilvestradas que todavía no se han utilizado y que poseen magníficas cualidades estéticas y prácticas. Si dispones de poca agua para regar, tendrás que limitarte a las más resistentes de todas, a las que pueden viver prácticamente sin riego, por ejemplo Cactus y otras Crasas. 4. El césped • El césped es el principal consumidor de agua de los jardines. Se lleva el 70% del agua que se aporta con el riego a un jardín convencional. • El Césped no es imprescindible. Se puede hacer un maravilloso jardín sin nada de Césped o con un poquito, quizás la zona central, alrededor de la piscina y algunas zonas más. Rocalla • La Xerojardinería también adopta el uso del césped, pero de manera eficiente. Hay otras alternativas para cubrir el suelo como veremos luego. Esto es lo que más agua demanda Para un gasto mínimo de agua sigue estos consejos: • Destina una superficie pequeña al césped, lo imprescindible para las necesidades familiares. • El césped de diseño sencillo es más fácil de regar (círculo, cuadrado). • Planta en los bordes del césped plantas ornamentales de poca agua. • Evita implantarlo en zonas marginales o con pendientes fuertes (taludes); mejor poner en esos sitios plantas tapizantes. Césped, sólo junto a la piscina Talud con tapizantes en vez césped Diseño sencillo, ahorro de agua por mayor precisión del riego • Escoge un césped que sea resistente a la sequía. Hay mezclas especialmente diseñadas para ello. Las especies de gramíneas más resistentes son: Cynodon dactylon (Bermuda) Pennisetum clandestinum (Kikuyu) Stenotaphrum secundatum (Gramón, Hierba de San Agustín) Zoysia japonica (Zoysia) Paspalum notatum (Hierba de Bahía) Gramón o Hierba de San Agustín Todas estas son de clima cálido y las heladas provocan que las hojas se pongan marrones, aunque no mueran, las raíces siguen vivas, y cuando llega la primavera rebrotan. Por tanto, en climas con heladas no se deben sembrar ninguna de estas 5 especies si no quieres tener el césped de un antiestético color marrón durante el otoño-invierno. En climas frescos las más resistentes a la falta de agua son la Festuca arundinacea y la Festuca ovina y deben predominar en la mezcla. • No riegues con tanta frecuencia para así estimular el crecimiento radicular en profundidad. Si disponen de mucha humedad en superficie ¿para qué van a buscarla abajo?. Acostumbra al césped a poca agua para que sus raíces profundicen más. Desarrollo radicular • Siega dejando la hierba a más altura. Las siegas altas también favorecerán su endurecimiento y mayor resistencia a plagas, hongos y a la sequía porque desarrolla raíces más profundas: hojas más largas, raíces más largas. En verano no cortes tan raso, deja que el césped crezca más alto a medida que aumentan las temperaturas. 5. Alternativas al césped para cubrir el terreno El paisajismo aplicado a la Xerojardinería consigue evitar poner césped hasta en el último de los rincones. Hay masas arbustivas, plantas tapizantes, gravas, áridos, cortezas de pino, etc. que sirven para cubrir zonas y hacer jardines más variados, ricos y cómodos de mantener. Tenemos los siguientes elementos para cubrir superficies del jardín: Plantas tapizantes Masas arbustivas Cortezas de pino Gravas y áridos decorativos Pavimentos • Plantas tapizantes Las plantas tapizantes crecen desparramándose por el suelo a modo de alfombra o bien son plantitas bajas. También se les llama cobertoras o alfombrantes. Pueden ser vivaces y perennes, plantas crasas y arbustos cobertores. Puedes ver la LISTA DE TAPIZANTES completa aquí. Unas son aptas para cubrir grandes superficies y otras más bien se emplean para pequeñas áreas. Te indico en la lista un tipo y otro. Es un recurso muy de moda en el paisajismo. La ventaja de la mayoría de estas especies son que: Requieren muy pocos cuidados, empezando por un menor riego. Ofrecen vistosas floraciones. En zonas con mucha sombra, como la mezcla de Césped no sea especial para sombra, aparecen calvas y no crece bien. Hay especies tapizantes que van muy bien a la sombra, por ejemplo, la Hiedra, Vinca, Pachysandra, Dichondra, etc.. Incluso hay tapizantes que pueden pisarse de vez en cuando. Algunos ejemplos: Dichondra repens, Frankenia laevis (Brezo de mar), Achillea millefolium, Gazania, Verbena peruviana, Manzanilla, Tomillo serpol (Thymus serpyllum), etc. • Masas arbustivas Haciendo grupos de arbustos más o menos apretados se pueden cubrir grandes espacios de jardín. Los más indicados son los de porte bajo, tipo tapizante. Mira en la Lista de Tapizantes. Muchos tienen flores y aromas exquisitos. • Cortezas de pino Cortezas de pino Permiten cubrir pequeñas y medianas superficies de tierra. Estéticamente son muy decorativas. Conservan la humedad del suelo, por lo que hay que regar menos. Esto, en climas secos en los que llueve poco o para superar el verano, es muy importante. Recubren el suelo y salen muy pocas malas hierbas. Se van descomponiendo lentamente, y aportan así, algo de humus al suelo. Inconvenientes: Es un material relativamente caro. Es dificultoso limpiar de hojas, restos de flores, etc. que se van depositando sobre ellas. Las cortezas de pino las puedes extender directamente sobre el suelo, pero es mejor poner antes unas telas de plástico especiales llamadas geotextiles que dejan pasar el agua y sobre éstas echar las cortezas. Así ya no saldrá casi, casi, ninguna mala hierba. Foto: malla antihierbas • Grava y áridos decorativos Hay gravas de distintos colores (blanco, rosa, amarillo, etc.) y áridos muy decorativos para recubrir el suelo de macizos de arbustos y plantaciones. También podemos incluir aquí la 'puzolana volcánica'. Estos materiales y los anteriores son excelentes recursos de paisajismo moderno. Se extienden fácilmente y dan un contraste con las plantas muy bonito. Si pones gravas, recuerda siempre colocar antes, sobre la tierra, una malla geotextil y la grava encima; así se evitan las malas hierbas. • Pavimentos Otra alternativa al Césped, o más bien un complemento, son las superficies pavimentadas. Hay materiales muy diversos: hormigón impreso, madera, lozas de barro, de pizarra, areniscas, granito, cuarcitas,..., albero amarillo, rojo, etc. 6. Acolchado o mulching Es una de las prácticas más beneficiosas en cuanto al ahorro de agua. Una práctica tradicional entre los hortelanos es cubrir con paja el terreno donde se asientan las verduras y hortalizas con el fin de impedir la evaporación del agua del suelo y la presencia de malas hierbas a su alrededor. Pues ese es el planteamiento en los jardines. El acolchado o mulching (capa que puede ir desde 5 hasta 15 cm.) proporciona los siguientes beneficios: Paja • Conserva la humedad por proteger la tierra del aire y proteger del efecto del viento. • No salen malas hierbas. • Puede ser ornamental. • Protege las raíces superficiales de los daños de cultivo y del frío. • La tierra absorbe mejor la lluvia porque evita la formación de costra. • Produce humus al descomponerse con los años (caso de mulching orgánicos como paja, hierba seca, mantillo, cortezas de pino,...). • Activa y alimenta a los microorganismos. El acolchado es una de las bases de la jardinería de poco riego. Además, ahorra trabajo: menos riego, menos hierbas y no hay que labrar el suelo. Las plantas aisladas a menudo no quieren crecer y sólo despiertan si el suelo está cubierto por un acolchado, la vida del suelo establecido y si se instalan otras plantas alrededor. ¿Qué materiales se pueden usar como acolchado o mulching? • Cortezas de pino trituradas: es muy buen material de mulching y mejor aún los tamaños pequeños que los trozos grandes. Cortezas de pino • Acículas de pino: conserva muy bien el agua del suelo. Es inflamable, se descompone rápidamente y adquiere una coloración grisácea con el tiempo, por lo que necesita ser reemplazado al menos una vez al año. También se han descrito problemas relacionados con deficiencia de Nitrógeno o problemas de caracoles o babosas cuando el mulching está muy húmedo e incluso de roedores. • Turba, mantillo, compost: son materiales que se descomponen con facilidad y no siempre evitan los problemas de malas hierbas. • Hojas: es el mulching natural. Posee un aspecto menos estético que los materiales anteriores. • Gravas y guijarros: cactus y suculentas aprecian el calor que reflejan. • Áridos de colores: son muy decorativos. Hay grava blanca, verde, rosa, roja, etc. y marmolina blanca • Puzolana volcánica negra: también decorativo. • Paja, serrín,... Mantillo Acolchado de hojas Acículas de pino 7. El riego Las plantas autóctonas de cada región viven de la lluvia natural. Sin embargo, desde que se plantan y hasta que pasa el primer o segundo año y se establecen en ese lugar es muy probable que haya que regar. Posteriormente ya se valdrán por sí mismas necesitando únicamente riegos de apoyo esporádicos. Hay que conocer el agua que necesita cada planta en cada momento del año. En general, se riega mucho más de lo deseable con el consiguiente despilfarro de agua. Es impresionante la cantidad de agua que se tira en el riego, tanto en jardines privados como públicos. Riego por goteo En el primer y segundo año, la plantas que toleran la sequía no suelen necesitar más de 1 riego semanal. En macetas, más. Existen en el mercado sensores de lluvia con corte automático que permiten desconectar el riego si está lloviendo, o sensores de humedad del suelo para ayudar a tomar la decisión de cuándo regar o no, pero es algo que hay que aprender con la experiencia principalmente. El riego por aspersión produce más pérdidas que el riego por goteo o las cintas de exudación. La manguera manual también supone mucho desperdicio pero es adecuado para aquellas plantas resistentes que se riegan manualmente muy de tarde en tarde. Riega por la mañana temprano o al atardecer, nunca al sol. El riego automático con programador permite regar de noche y evitar la fuerte evaporación del día producida por el sol y el viento. El suelo se debe dejar secar moderadamente entre 2 riegos para estimular a que las raíces busquen agua en profundidad. Acostumbra a poco riego tus plantas. Cinta de exudación Los suelos arcillosos y los suelos arenosos se riegan de diferente manera. En los arenosos riega con más frecuencia y menos cantidad para que se pierda menos fuera del alcance de las raíces por infiltración. Para arenosos el riego por goteo es ideal. Si quieres convertir un jardín "normal" a uno de poco riego hay que "acostumbrar" progresivamente a las plantas, en varios años. Un aljibe o estanque puede servir a varios vecinos. Incluso instalar un barril para recoger el agua de lluvia en el jardín. La reutilización del agua depurada es interesante pero conociendo muy bien las características químicas y de salubridad de lo que se está echando porque puede traer cualquier cosa y dañar al suelo, a las plantas y a la salud de las personas. Se están usando en campos de golf con éxito. Un buen drenaje es esencial para todas las plantas que toleran la sequía. 8. Otros consejos para ahorrar agua • Haz las plantaciones en otoño. Las plantas tropicales mejor en primavera. Plantando a principios de otoño posibilita que las lluvias de invierno se ocupen del riego y se establecen durante el templado invierno. • Elimina las malas hierbas, grandes competidoras por el agua del suelo. Además, si riegas poco, saldrán menos hierbas. • Usa abonos de lenta liberación mejor que los muy solubles. Duran más tiempo en el suelo y se pierde menos en profundidad arrastrados por el agua, resultando más económicos a la larga. Aporta también abonos orgánicos en lugar de los químicos como estiércol, compost casero, turba, mantillo, guano, etc.. • El exceso de alimentación, sobre todo de nitrógeno, provoca un mayor crecimiento con el consiguiente aumento en el consumo de agua. • Los grupos tupidos de plantas crean microclimas para retener humedad, dar sombra al suelo, proteger las plantas pequeñas del viento y evitar malas hierbas. Masas arbustivas • Evita lo que puedas usar productos fitosanitarios y favorece el control biológico de plagas. Los pequeños animales como pájaros, escarabajos o mariquitas son los mejores insecticidas contra orugas, pulgones y numerosos insectos y sus larvas, al tiempo que mantienen el equilibrio natural del jardín sin necesidad de recurrir a productos químicos. Para favorecer la presencia de estos depredadores puedes colocar comederos, nidos artificiales para pájaros, puntos de agua y plantar una gran variedad de flores. La Mariquita come pulgones SELECCIÓN DE ELEMENTOS VEGETALES PARA XEROJARDINERÍA INTRODUCCIÓN Los recursos que brinda nuestro planeta y que han sido explotados durante tantos años, a veces de forma abusiva, comienzan a escasear o lo harán en breve plazo, y es por ello por lo que afortunadamente han surgido las voces de alarma que claman por una utilización racional de los mismos, por su reciclaje y por el descenso en su consumo. Hasta ahora, y así lo habíamos estudiado todos, el ciclo del agua en la naturaleza nos mostraba un gráfico en el que podía apreciarse cómo mediante la evaporación y la lluvia el agua se reponía y llenaba lagos, ríos y acuíferos, con un movimiento circulatorio constante. Y eso ha sido así mientras se ha mantenido un equilibrio, pero en los últimos años el consumo de agua a escala global ha aumentado de tal manera que ese equilibrio se ha roto, reponiéndose menos agua de la que gastamos entre la agricultura y ganadería, la industria y el propio consumo humano, problema que aún se agrava más con la constante contaminación y degradación de su calidad. Se insiste actualmente, por tanto, en un consumo responsable para un crecimiento sostenible, más solidario, ya que de no ser así la forma de vida de nuestra sociedad occidental está condenada a una permanente crisis e, incluso, a su desaparición de la forma que la conocemos. Del total del agua consumida el 65 % se emplea en la agricultura, el 25 % en la industria y el 10 % restante en el consumo doméstico, el comercio y en otros servicios urbanos, dentro de los cuales se incluye la jardinería. Y aunque a la jardinería urbana le corresponde solo el 1,5 % de ese 10 %, lo que supone una cantidad muy pequeña si la comparamos con el total del agua consumida, también este sector está obligado, en su medida y al igual que todos los demás, a optimizar al máximo los recursos hídricos disponibles, empleando sistemas de riego más eficientes, disminuyendo las pérdidas por evaporación y utilizando plantas que consuman poca agua. Surgen así las técnicas de la xerojardinería, que no consisten en absoluto en el uso exclusivo de cactus y otras plantas suculentas sobre terrenos empedrados, como alguno podría creer, ya que dichas técnicas, basadas en ciertos principios lógicos y razonables, únicamente persiguen disminuir y racionalizar el consumo de agua, como ahora veremos. Un jardín bien diseñado basado en las técnicas y recomendaciones de la xerojardinería es un jardín donde hay un equilibrio entre las zonas con vegetación y las zonas sin vegetación y en el que se han aplicado las últimas técnicas dirigidas al ahorro de agua, pero puede tener tanta belleza como cualquier otro jardín tradicional. La xerojardinería, cuyo auge comenzó en Estados Unidos en los años 80 aplicándose especialmente en estados del sur, como California, Texas, Arizona o Florida, nos ha llegado, como tantas otras cosas, con bastantes años de retraso, pues no es hasta 1991 cuando comienza a hablarse de ella en algunos artículos, publicándose en 1993 el primer libro de referencia sobre el tema por la Dra. Silvia Burés (Xerojardinería. Compendios de Horticultura 5. Ediciones de Horticultura). Durante todos estos años la xerojardinería ha ído cobrando una mayor importancia, especialmente a raíz de los períodos de sequía, pero a diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos en 1986, con la creación del National Xeriscape Council o con el desarrollo posterior de numerosos programas educativos, en España, a pesar de nuestras carencias hídricas, especialmente graves en ciertas cuencas y regiones, no ha habido un organismo aglutinador que abandere ese nueva filosofía o forma de entender la jardinería, y todas las iniciativas han partido de colectivos o asociaciones que de una forma responsable trabajan voluntariosamente pero de forma aislada. La mayor parte de las provincias españolas, pero especialmente las del Levante, tendrían que tener elaborados a estas alturas varios programas educativos y una legislación adaptada a las circunstancias, para que de una vez por todas se abandonara paulatinamente esa jardinería facilona a base de praderas de césped, se reconvirtieran aquellas zonas verdes que lo necesiten y se diseñaran los nuevos jardines, tanto públicos como privados, de acuerdo con los principios y técnicas de la xerojardinería. Un xerojardín natural llevado a su extremo, donde la intervención humana ha sido mínima, donde todas las plantas son las propias del lugar y donde se aprecia diversidad de colores, texturas y formas. Casa del eminente botánico Günther Kunkel en Velez Rubio (Almería) LOS PRINCIPIOS DE LA XEROJARDINERÍA La xerojardinería, que en definitiva no es más que lógica y sentido común, se basa en siete principios fundamentales establecidos en su día por el National Xeriscape Council de EE.UU. 1. Planificación y diseño adecuado 2. Estudio del suelo 3. Selección de las especies vegetales 4. Reducción de las zonas de césped 5. Instalación de sistemas de riego eficientes 6. Protección del suelo mediante mulching 7. Mantenimiento adecuado 1. PLANIFICACIÓN Y DISEÑO Como cualquier otro diseño de jardín, el paso más importante y previo a todo lo demás es la minuciosa planificación, para lo que hay que reunir el máximo de información posible relativa a la orientación del terreno, dirección de vientos dominantes, clima de la zona, situación de vías de comunicación, disponibilidad de agua, estudio del terreno y características del suelo (textura y estructura), infraestructuras existentes o próximas, vegetación circundante, perspectivas y puntos de vista, alineaciones, usuarios a los que va destinado el jardín y funcionalidad de éste, etc. Es obvio pensar que cuantos más datos manejemos y tengamos en cuenta, menos cosas quedarán al azar o a la improvisación, tan frecuente en este país. Pues bien, teniendo en cuenta todo lo dicho, y sabiendo que la principal finalidad de un xerojardín es el ahorro de agua, haremos la selección de especies vegetales que cumplirán las diversas funciones (tapizantes, pantallas, alineaciones, borduras, etc.), pero siempre eligiendo plantas eficientes en agua, tratando asimismo de agruparlas en zonas con similares necesidades hídricas (hidrozonas). El tema de la selección de plantas se desarrrolla en el apartado 3. 2. ESTUDIO DEL SUELO Como en cualquier otro proyecto de jardinería bien realizado, se realizará un estudio de la textura y estructura del suelo y se harán enmiendas si son necesarias o factibles económicamente. De igual forma se hará un análisis químico del suelo determinando, entre otras cosas, su pH. Si fuese necesario y permisible se harán las enmiendas adecuadas, aunque es mucho más económico seleccionar las plantas adecuadas al pH existente. Se tomarán muestras del subsuelo y de la capa superior, ya que el desarrollo radicular se realizará en zonas muy diferentes entre las plantas herbáceas y las plantas leñosas. El conocimiento de todos estos datos nos permitirá tomar decisiones de abonados y/o estercoladuras de fondo que mejoren la estructura del suelo, así como la selección de aquellas especies adecuadas a las características del suelo. 4. REDUCCIÓN DE LAS ZONAS DE CÉSPED Como es lógico, en un jardín basado en el ahorro de agua no deben incluirse grandes superficies de césped, sino las justas y necesarias, normalmente en aquellas zonas más vistosas del jardín y que estarán englobadas dentro de la hidrozona principal. Hay que tener en cuenta que una pradera de césped, además de un alto consumo de agua, lleva consigo un mantenimiento intensivo y costoso, y en la xerojardinería se busca, además de un ahorro de agua, un ahorro de recursos, tanto materiales como humanos. Al margen de ello, en las praderas que se establezcan deberán emplearse especies cespitosas con baja demanda de agua y se deberán utilizar sistemas de riego eficientes y muy controlados. Hoy en día se practica en casi todas las ciudades de España una jardinería facilona que consume muchos recursos hídricos y de otra naturaleza, abusándose de las superficies de césped. Foto de la izquierda jardín en León, foto de la derecha jardín en Murcia 5. INSTALACIÓN DE SISTEMAS DE RIEGO EFICIENTES Las causas de un alto consumo de agua se deben a menudo al tipo inadecuado de instalación y a un bajo mantenimiento, con pérdidas innecesarias. En xerojardinería se utilizan sistemas de riego eficientes, como son los de microaspersión y goteo. Últimamente se está imponiendo el sistema de riego por goteo enterrado y el uso de aguas regeneradas. En xerojardinería, además de un sistema de riego adecuado, es necesario agrupar las plantas por necesidades hídricas similares. 6. PROTECCIÓN DEL SUELO MEDIANTE MULCHING El uso de mulching o de plantas cobertoras ofrece ciertas ventajas: disminución de la erosión, conservación de la humedad, reducción de la compactación, aumento de la temperatura del suelo y disminución de malas hierbas, además de un buen aspecto estético. En el caso de mulching de naturaleza orgánica, en su descomposición aporta mejoras al suelo. Existen numerosos materiales que pueden utilizarse con este fin, siendo los más empleados y conocidos la corteza de pino entre los de naturaleza orgánica y los áridos y gravas de diversos colores y calibres y las láminas de plástico entre los inorgánicos. 7. MANTENIMIENTO ADECUADO Un xerojardín, además de ahorrar agua debe ser respetuoso con el medio ambiente, por lo que la aplicación de productos químicos debe ser la justa y necesaria, tanto en lo concerniente a los abonados como a la lucha contra plagas y enfermedades. Las podas exigen un mayor consumo de agua a las plantas, por lo que habrán de ajustarse a las mínimas necesarias. Una plantación en la que se han respetado las distancias acordes con los portes que alcanzarán las plantas exigirá menos podas. 3. SELECCIÓN DE LAS ESPECIES VEGETALES A EMPLEAR Aunque por definición la palabra xerojardinería significaría una jardinería seca o austera, en realidad no significa eso exactamente, sino una jardinería que procura el ahorro de agua, cosa que se consigue teniendo en cuenta los principios en los que se basa, especialmente en lo concerniente al empleo de plantas adaptadas a las condiciones del lugar y que consuman poco agua. En general, a la hora de seleccionar los elementos vegetales de cualquier diseño hemos de tener en cuenta una serie de criterios, que se reflejan en el siguiente cuadro: CRITERIOS BÁSICOS PARA SELECCIONAR LAS PLANTAS Adaptación al clima Requerimientos edafológicos Criterios medioambientales e hídricos Resistencia a plagas y enfermedades y a la polución Criterios paisajísticos Necesidades de sol o sombra Porte y forma Tasa de crecimiento y desarrollo Textura Color y estacionalidad 3.1. CRITERIOS MEDIOAMBIENTALES Estos factores afectan a la salud de las plantas y pueden comprometer seriamente su cultivo si no son tenidos en cuenta, lo que podría traer consigo el fracaso de nuestro diseño. 3.1.1. ADAPTACIÓN AL CLIMA Las plantas, como seres vivos que son, se comportan ante el clima de formas muy diversas y que dependen de numerosos factores, por lo que su encasillamiento en grupos definidos en cuanto a su resistencia al frío, que es uno de los principales factores limitantes para su cultivo, es una tarea algo complicada. Ahora bien, sin duda es posible hacer grupos en función de su tolerancia a unos mínimos de temperaturas por debajo de los cuales su cultivo comienza a ser problemático, deteniéndose el crecimiento, sufriendo daños, en ocasiones irreversibles, o llegando a la muerte. Por todo ello, para encasillar a las plantas ornamentales en grupos en relación con su resistencia al frío, se han definido las denominadas zonas de rusticidad, basadas en la media de las temperaturas mínimas absolutas alcanzadas durante un período de años lo suficientemente amplio. 3.1.2. REQUERIMIENTOS EDAFOLÓGICOS E HÍDRICOS El suelo es un sistema complejo y dinámico con 4 componentes básicos: a) Materia inorgánica o mineral, formada por piedras, arena, limo y arcilla. La proporción en que se encuentran cada uno de estos materiales define la textura de un suelo y la forma en que se agregan definen su estructura. b) Materia orgánica, formada por materia en descomposición y organismos vivos, que aportan nutrientes, mejoran la estructura del suelo y ayudan a mantener la humedad y la fertilidad. c) Aire, que se mueve a través de los poros, proporcionando oxígeno a las raíces. Cuanto más compacto es un suelo peor es su estructura y menor es su porosidad. d) Agua y nutrientes en disolución, que también se mueve a través de los poros, afectándole de igual forma negativamente la compactación. Una buena textura y estructura con una porosidad adecuada incide de manera notoria sobre el desarrollo de las plantas. Un suelo ideal sería aquel que tuviera un 45 % de materia inorgánica, 5 % de materia orgánica, 25 % de agua y 25 % de aire, pero eso rara vez se cumple, y menos en nuestras ciudades, donde los suelos están muy alterados, empobrecidos y compactados. Otro factor importantísimo que influye en el éxito o fracaso del cultivo de una especie es el pH, que mide la acidez del suelo y afecta a la disponibilidad de nutrientes y actividad microbiana. La mayor parte de las plantas ornamentales vegetan bien en un rango de pH entre 6 y 8. La presencia de cloruros y carbonatos, principalmente de sodio y calcio, puede ser igualmente un problema pues alteran el pH y la disponibilidad de nutrientes, causando problemas osmóticos en las raíces, lo que se traduce en un empobrecimiento de la vegetación. Las características de un suelo pueden ser modificadas mediante labores de fondo, enmiendas, estercolados, instalación de drenajes, etc. Pero como estas modificaciones pueden resultar excesivamente caras cuando se trata de grandes superficies, puede ser más recomendable en ciertos casos utilizar especies que se adapten bien a las condiciones existentes. En cuanto al agua sabemos que las plantas funcionan como un complejo hidráulico, bombeándola desde las raíces hasta todas las células de su organismo; cuando el agua escasea o falta suele apreciarse una disminución de turgencia en sus tejidos, siendo ello especialmente visible en las hojas, que decaen y languidecen. Pero no todas las plantas tienen las mismas necesidades hídricas, pues las hay tolerantes a circunstancias muy variables; en general podemos decir que las plantas propias de climas mediterráneos, adaptadas a una insolación intensa y a la escasez de precipitaciones, son muy adecuadas para la xerojardinería y la jardinería pública en general debido a su rusticidad. 3.1.3. RESISTENCIA A PLAGAS Y ENFERMEDADES Existen plagas y enfermedades, a veces muy dañinas, que afectan de una manera especial a ciertas especies de plantas, como por ejemplo la antracnosis en el plátano de sombra, la grafiosis en los olmos, el fuego bacteriano en muchas rosáceas, el oidio en rosales y evónimos, etc. Hemos de tener en cuenta esta circunstancia para utilizar estas especies con precaución y, sobre todo, tratar de buscar la mayor diversidad posible. Si utilizamos solo 2 o 3 especies de árboles para las calles de nuestra ciudad corremos el riesgo de que una plaga o enfermedad acabe con gran parte de ellos, lo que nunca ocurriría si utilizamos 15 o 20 especies diferentes. Hay que decir que la resistencia natural de las plantas al ataque de plagas o aparición de enfermedades disminuye si otras necesidades vitales no son satisfechas, como la falta de luz, suelos pobres y compactados, carencia de nutrientes, etc. 3.1.4. RESISTENCIA A LA POLUCIÓN La atmósfera de nuestras ciudades, especialmente las de gran densidad de población, sufre una contaminación importante, siendo más alta en puntos concretos con mucho tráfico rodado y en las áreas industriales. No todas las plantas resisten de igual forma estas circunstancias, ya que la polución va depositando sobre sus hojas una fina capa de partículas que puede llegar a disminuir o inhibir su función clorofílica. Normalmente los efectos de la contaminación atmosférica en las plantas incluyen "quemaduras" en las hojas, caída prematura del follaje, amarillamientos y clorosis, detención del crecimiento, aborto de la floración, etc., siendo los síntomas a menudo parecidos a los producidos por deficiencias nutricionales o ciertas enfermedades. Existen dos clases de contaminantes atmosféricos, los primarios, que son emitidos directamente por la fuente emisora, como los aerosoles o partículas en suspensión, óxido de azufre, óxido de nitrógeno, hidrocarburos, monóxido de carbono, etc., y los secundarios, que se forman por la reacción de los contaminantes primarios con los componentes naturales de la atmósfera, como el ozono, cetonas, aldehídos, peróxido de hidrógeno, nitrato de peroxiacetilo, sulfatos, nitratos, etc. Todas las plantas no presentan el mismo grado de resistencia frente a la polución atmosférica, debiéndose tener en cuenta este aspecto especialmente cuando se diseñan zonas verdes en zonas industriales o centros urbanos con mucha densidad de tráfico. 3.1.5. NECESIDADES DE SOL O DE SOMBRA La mayoría de las plantas gustan de una exposición soleada o con ligera sombra; muchas toleran la sombra durante ciertas horas al día, y algunas gustan de la sombra total, es decir, no toleran la acción directa de los rayos solares, aunque ello no significa necesariamente ausencia de luz, pues a menudo requieren de buena iluminación, como el caso de muchas de nuestras populares plantas de interior. Este aspecto debe conocerse para ubicar las plantas en las situaciones y exposiciones más convenientes. De una forma general, las exposiciones orientadas al norte son más frescas y reciben menos insolación, justo todo lo contrario de las exposiciones orientadas al sur. Es importante a la hora de realizar un diseño, especialmente cuando la zona a tratar se encuentra entre edificaciones, definir un plano de sombras, pues de esta forma tendremos claro donde ubicar las diferentes especies en función de sus mayores o menores necesidades de luz y sol. 3. 2. CRITERIOS PAISAJÍSTICOS Estos factores afectan al diseño y normalmente no repercuten en la salud de las plantas, pero no tener en cuenta el crecimiento y desarrollo podría influir con el tiempo en la calidad estética de las plantas y, en ciertos casos, en una disminución de su vigor natural, bien por la competencia con otros vegetales o con las edificaciones circundantes. Algunos ejemplos de xerojardinería 3.2.1. PORTE Y FORMA Uno de los mayores atractivos de las plantas son sus floraciones, pero raras veces éstas ocurren a través de todo el año, existiendo períodos, más o menos largos, en que la planta carece de ese atractivo. Por ello, la forma y la textura son otros de los aspectos a tener en cuenta a la hora de seleccionar las especies. El porte y la forma de las plantas vienen determinadas normalmente por el tallo y su forma de ramificar. Existen tallos herbáceos, normalmente verdes y flexibles, y tallos leñosos, lignificados, rígidos y cubiertos de una corteza. Los vegetales herbáceos normalmente no alcanzan mucha altura, como las plantas anuales, bulbosas o gramíneas; las plantas leñosas soportan mayor peso y sus tallos pueden alcanzar considerables alturas, como los árboles, arbustos y plantas trepadoras. En cuanto a la forma, definida normalmente por la manera de ramificar los tallos, éstas pueden ser columnares, cónicas, rectangulares, aparasoladas, lloronas, redondeadas, postradas, piramidales, etc. Diversos portes de árboles: aparasolados, ovalados, globosos, piramidales Hay plantas leñosas que admiten bien las podas y los recortes, por lo que podemos darles artificialmente la forma deseada, constituyendo un caso extremo la topiaria. Este tipo de plantas y el uso de estas técnicas son propios de los jardines formales, más geométricos y arquitectónicos, mientras que los jardines informales y paisajistas, imitando en cierto modo a la Naturaleza, dejan al vegetal desarrollarse de una forma lo más natural posible. 3.2.2. TASA DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de seleccionar las plantas, especialmente importante en el caso de arbustos y árboles, es la velocidad de crecimiento y el desarrollo que puede alcanzar cada una de las especies. Con frecuencia vemos plantaciones en las que no se han tenido en cuenta estos factores, y lo que en un principio aparentaba cierta armonía, con el paso del tiempo se iba convirtiendo en una vegetación caótica en la que los vegetales competían unos con otros por el espacio, estorbándose mutuamente, o en la que se iban perdiendo las proporciones al tener las diferentes especies utilizadas velocidades de crecimiento y/o portes muy dispares. En ocasiones, y de una forma deliberada, se pueden realizar plantaciones con una densidad mayor de la aconsejable, pero con el paso del tiempo, y a medida que se van desarrollando las plantas, deben realizarse entresacas, manteniendo, de esta forma, el espacio vital necesario para cada una de las plantas. 3.2.3. TEXTURA La textura de las plantas viene dada por la forma, tamaño, disposición y características de sus hojas, definiendo la superficie de las zonas ajardinadas y creando contrastes, ya que las superficies lisas y brillantes reflejan la luz, mientras que las rugosas o afieltradas la absorben. El uso de una misma textura, por tanto, produce monotonía, mientras que su diversidad crea un interés visual. La textura normalmente va íntimamente ligada al color, percibiéndose ambos conjuntamente. En cuanto al tacto, la textura de las hojas puede ser lisa, rugosa, pubescente, tomentosa, escamosa, etc. Además de ello las hojas pueden tener consistencia herbácea, papirácea o coriácea, la lámina puede ser plana u ondulada, y su forma, tamaño y nerviación pueden ser muy variables. En cuanto a su disposición en el tallo pueden ser opuestas, alternas, verticiladas, arrosetadas, imbricadas, etc. Todo ello supone, pues, que contemos con infinidad de posibilidades a la hora de realizar combinaciones de diferentes texturas para lograr contrastes de lo más diverso. En el caso del arbolado, la textura de las cortezas de sus troncos puede tener igualmente cierto interés ornamental, pues las hay de muchísimas tonalidades, lisas, rugosas, escamosas, fisurazas, fibrosas, reticuladas, que se desprenden en tiras o placas, etc. 3.2.4. COLOR Y ESTACIONALIDAD Menos importante que la forma y textura de las plantas es el color, aunque realmente percibamos formas, texturas y colores al mismo tiempo. Quiere ello decir que es mucho más importante tener en cuenta la perfecta armonía entre formas y texturas que los colores. El color llena nuestras vidas y excita los sentidos, pudiendo afectar nuestro estado de humor e incluso nuestros sentimientos, tranquilizando o emocionando nuestro espíritu. Diverso colorido de las hojas de las plantas El color puro en el jardín no existe, ya que su percepción depende de las formas y texturas; es algo cambiante, tanto a lo largo del día, con el ángulo de incidencia de los rayos solares, como a través de las diversas estaciones. Por otro lado, los rayos del sol no inciden de igual forma en todas las latitudes y, por tanto, los colores se perciben de diferente manera, siendo más intensos a medida que nos acercamos a los trópicos. El círculo cromático, compuesto de 12 colores básicos y basado en los colores del arco iris, puede ayudarnos a entender mejor las teorías del color, que nos serán de suma utilidad en nuestros diseños. Los colores en cuya composición interviene el azul se denominan "fríos", mientras que reciben la denominación de "cálidos" aquellos en cuya composición interviene el rojo o el amarillo. Son colores primarios aquellos que no pueden obtenerse por la mezcla de ningún otro. Son tres, el amarillo, el rojo y el azul. Se denominan colores secundarios los obtenidos por la mezcla de dos colores primarios a partes iguales. Son tres, el verde (amarillo + azul), el violeta (rojo + azul) y el naranja (amarillo + rojo). El verde es el color más importante en jardinería, pues domina gran parte del paisaje. Es un color que reconforta e inspira tranquilidad. Por si solo, con su infinidad de matices, unido a diferentes portes y texturas, puede constituir todo un variado jardín, como en el caso de las coníferas. Los verdes oscuros dan sensación de profundidad, mientras que los verdes brillantes dan sensación de luminosidad. Diverso colorido de las flores de las plantas Un tercer grupo lo constituyen los colores terciarios, que se obtienen al mezclar en partes iguales un color primario con el secundario más cercano del círculo cromático. Por ejemplo violeta+ rojo = púrpura o violeta rojizo, amarillo + naranja = dorado o amarillo anaranjado, rojo + naranja = escarlata o rojo anaranjado, etc. Son quizás los colores más abundantes en la naturaleza. Sabido es que las hojas de muchas especies de árboles y arbustos caducifolios toman bellas coloraciones otoñales que desde el punto de vista paisajístico son muy interesantes. Ello se debe a la presencia y acción de ciertas fitohormonas inhibidoras del crecimiento que en el otoño, cuando los días van siendo más cortos, aumentan su concentración frente a las fitohormonas estimuladoras del crecimiento, produciendo la ralentización y parada del vegetal, que entra en reposo. Estas hormonas vegetales son el etileno y el ácido abscísico. Cuando estas hormonas alcanzan su mayor concentración, la clorofila desaparece y comienzan a resaltar otros pigmentos, como los carotenoides que le dan a la hoja las tonalidades amarillas y anaranjadas, y las antocianinas, que le dan las tonalidades rojizas. Más tarde, estas mismas fitohormonas serán las responsables de la abscisión del pecíolo, con lo que la hoja cae. El diseñador debe ser conocedor de estas características y sacarle el máximo partido posible. FLORA AUTÓCTONA VS. FLORA ALÓCTONA Una polémica siempre presente, defendida con obcecación por algunos, es la de la utilización de la flora autóctona frente a la flora alóctona. Estamos de acuerdo en ello, puesto que la flora autóctona siempre está mejor adaptada a las condiciones del lugar, pero la jardinería, que entre otras cosas busca la ornamentación, no siempre dispone en la flora autóctona de las plantas adecuadas para ciertos fines o ciertos efectos estéticos, teniendo que obtenerlas de otras floras lejanas. Pero la introducción con fines ornamentales de plantas procedentes de otros territorios, puede tener sus peligros cuando se hace de forma incontrolada, puesto que ciertas especies son potencialmente invasoras. Es el caso de Nicotiana glauca, Pennisetum setaceum, etc., actualmente extendidas por todo el mundo. En áreas naturales las plantas invasoras pueden reducir el hábitat para especies nativas y amenazadas, compitiendo con éstas, a veces con ventaja, por su facilidad de adaptación. En otras ocasiones, esas plantas foráneas pueden ser la fuente de introducción de insectos que se constituyen en fuertes plagas, como el caso del "taladro del geranio" (Cacyreus marshalli), extendido por toda España, o de la "mosca blanca" (Aleudoricus dispersus) que tan gravemente afecta a muchos cultivos ornamentales en las Islas Canarias. SELECCIÓN DE PLANTAS RECOMENDADAS PARA XEROJARDINERÍA En líneas generales son aptas para las xerojardinería las plantas de climas mediterráneos, es decir, las autóctonas de nuestro entorno Mediterráneo, de la zona de Chile Central, de la región del Cabo en Sudáfrica, del sur y sudoeste de Australia y de gran parte de California, pues son zonas que comparten muchas características climatológicas y sus plantas han sufrido adaptaciones similares. Además de éstas, la mayor parte de las plantas denominadas crasas, normalmente originarias de zonas con baja pluviometría, son igualmente interesantes y apropiadas. Gran parte de la vegetación propia de climas mediterráneos y de otras zonas áridas comparte caracteres tales como abundancia de especies arbustivas de hoja perenne y de plantas anuales; hojas reducidas, cutículas céreas, presencia de tomento o escamas, etc., y en casos extremos presencia de espinas, órganos reservorios de agua, ausencia o transformación de las hojas, sistemas radiculares muy potentes, etc. Todos estos caracteres responden a una finalidad, que no es otra que el aprovechamiento máximo del agua. ÁRBOLES Acacia baileyana F.J.Muell. Gleditsia triacanthos L. Acacia caven (Mol.) Mol. Grevillea robusta A.Cunn. Acacia cyclops A.Cunn. ex G.Don Gymnocladus dioicus (L.) K.Koch Acacia farnesiana (L.) Willd. Jacaranda mimosifolia D.Don Acacia longifolia (Andrews) Willd. Koelreuteria paniculata Laxm. Acacia melanoxylon R.Br. Lagerstroemia indica L. Acacia retinodes Schltdl. Lagunaria patersonii (Andrews) Acacia saligna (Labill.) H.Wendl. G.Don Ailanthus altissima (Mill.) Swingle Laurus nobilis L. Albizia julibrissin Durazz. Leucaena leucocephala (Lam.) De Albizia lophantha (Willd.) Benth. Wit Brachychiton acerifolius (A.Cunn.) Maclura pomifera (Raf.) C.K.Schneid. F.J.Muell. Melaleuca armillaris (Soland. & Brachychiton discolor F.J.Muell. Gaertn.) Sm. Brachychiton populneus (Schott & Melaleuca ericifolia Sm. Endl.) R.Br. Melia azedarach L. Brachychiton rupestris (Lindl.) Morus alba L. K.Schum. Olea europaea L. Broussonetia papyrifera (L.) Vent. Parkinsonia aculeata L. Callistemon viminalis G.Don ex Loud. Peumus boldus Mol. Cassia spectabilis DC. Pistacia terebinthus L. Casuarina cunninghamiana Miq. Pittosporum angustifolium Lodd. Celtis occidentalis L. Prosopis chilensis (Mol.) Stuntz Ceratonia siliqua L. Punica granatum L. Cercis siliquastrum L. Cryptocarya alba (Mol.) Looser Chorisia speciosa St.-Hill. Elaeagnus angustifolia L. Eucalyptus camaldulensis Dehnh. Eucalyptus cinerea F.J.Muell. ex Benth. Eucalyptus citriodora Hook. Eucalyptus erythrocorys F.J.Muell. Eucalyptus ficifolia F.J.Muell. Eucalyptus globulus Labill. Eucalyptus gomphocephala DC. Eucalyptus gunnii Hook.f. Eucalyptus occidentalis Endl. Eucalyptus robusta Sm. Eucalyptus salmonophloia F.J.Muell. Eucalyptus sideroxylon A.Cunn. ex Woolls Eucalyptus viminalis Labill. Ficus benghalensis L. Ficus benjamina L. Ficus carica L. Ficus drupacea Thunb. Ficus elastica Roxb. Ficus macrophylla Desf. ex Pers. Ficus microcarpa L.f. Ficus rubiginosa Desf. ex Vent. Geoffroea decorticans (Gillies ex Hook. & Arn.) Burkart Quercus coccinea Muenchh. Quercus ilex L. Quillaja saponaria Mol. Robinia pseudoacacia L. Sapindus saponaria L. Schinus molle L. Schinus polygamus (Cav.) Cabrera Schinus terebinthifolius Raddi Sophora japonica L. Tamarindus indica L. Tamarix africana Poir. Tamarix aphylla (L.) Karst. Tamarix boveana Bunge Tamarix canariensis Willd. Tamarix gallica L. Tamarix parviflora DC. Tamarix ramosissima Ledeb. Tecoma stans (L.) Juss. ex HBK. Tecoma x smithii W.Watson Terminalia catappa L. Thevetia peruviana (Pers.) K. Schum. Tipuana tipu (Benth.) Kuntze Ulmus pumila L. Ungnadia speciosa Endl. Ziziphus jujuba Mill. ARBUSTOS Abelia x grandiflora (Andre) Rehd. Heteromeles arbutifolia M. Roem. Acokanthera oblongifolia (Hochst.) Hibiscus indicus (Burm.f.) Hochr. Codd Hibiscus syriacus L. Anagyris latifolia Brouss. ex Willd. Hippophae rhamnoides L. Anthyllis barba-jovis L. Lantana camara L. Anthyllis cytisoides L. Leptospermum scoparium J. R. Atriplex halimus L. Forst. & G. Forst. Atriplex nummularia Lindl. Ligustrum vulgare L. Berberis thunbergii DC. Lycianthes rantonnei (Carrière) Bitter Bocconia arborea Watson Medicago arborea L. Caesalpinia gilliesii (Wall. ex Hook.) Melaleuca huegelii Endl. D. Dietr. Melaleuca nesophila F. Muell. Caesalpinia spinosa (Mol.) Kuntze Myoporum acuminatum R. Br. Callistemon citrinus (Curtis) Skeels Myrtus communis L. Calotropis procera (Ait.) Ait.f. Nandina domestica Thunb. Calycotome spinosa (L.) Link Nerium oleander L. Carissa macrocarpa (Eckl.) A.DC. Paliurus spina-christi Mill. Cassia artemisioides Gaudich. ex DC. Phyllirea angustifolia L. Cassia sturtii R.Br. Phymosia umbellata (Cav.) Kearney Ceanothus arboreus Greene Pistacia lentiscus L. Ceanothus impressus Trel. Pittosporum tobira (Thunb.) Ait. f. Ceanothus thyrsiflorus Eschsch. Plumbago auriculata Lam. Chilopsis linearis (Cav.) Sweet Prunus spinosa L. Cistus ladanifer L. Pyracantha angustifolia (Franch.) Cistus x purpureus Lam. C.K. Schneid. Colletia paradoxa (Spreng.) Scal. Pyracantha coccinea M. Roem. Colletia spinosissima J.F. Gmel. Retama monosperma (L.) Boiss. Coprosma repens A. Rich. Rhamnus alaternus L. Coriaria myrtifolia L. Rhaphiolepis indica (L.) Lindl. ex Ker Cotinus coggygria Scop. Gawl. Cotoneaster lacteus W.W. Sm. Sambucus nigra L. Cotoneaster pannosus Franch. Simmondsia chinensis (Link) C.K. Cytisus grandiflorus DC. Schneid. Dodonaea viscosa Jacq. Solanum aviculare G. Forst. Echium candicans L.f. Solanum bonariense L. Elaeagnus ebbingei Boom Spartium junceum L. Fabiana imbricata Ruiz & Pav. Tecomaria capensis (Thunb.) Spach Feijoa sellowiana (O. Berg) O. Berg Teline linifolia (L.) Webb Genista hirsuta Vahl Teline x racemosa hort. Genista hispanica L. Viburnum tinus L. Vitex agnus-castus L. SUBARBUSTOS Y MATAS Aloysia citrodora Palau Lobelia laxiflora Kunth Alyogyne huegelii (Endl.) Fryxell Melianthus major L. Anisodontea capensis (L.) D.M. Bates Oenothera macrocarpa Nutt. Centaurea cineraria L. Ozothamnus diosmifolius (Vent.) DC. Cistus albidus L. Pennisetum setaceum (Forssk.) Convolvulus cneorum L. Cortaderia selloana (Schult. & Schult.f.) Asch. & Graebn. Dicliptera suberecta (Andre) Bremek. Dimorphotheca sinuata DC. Epilobium canum (Greene) P.H.Raven Eriocephalus africanus L. Euryops pectinatus (L.) Cass. Helichrysum stoechas (L.) Moench Lavandula dentata L. Lavandula stoechas L. Lavatera arborea L. Lavatera trimestris L. Leonotis leonurus (L.) R. Br. Limoniastrum monopetalum (L.) Boiss. Limonium arborescens (Brouss.) Kuntze TAPIZANTES Ajuga reptans L. Aptenia cordifolia (L.f.) Schwantes Arctostaphylos uva-ursi (L.) Spreng. Asteriscus maritimus (L.) Less. Capparis spinosa L. Carpobrotus edulis (L.) N.E. Br. Drosanthemum floribundum (Haw.) Schwantes Eschscholzia californica Cham. Felicia amelloides (L.) Voss Gazania rigens (L.) Gaertn. Lampranthus spectabilis (Haw.) N.E. Br. Chiov. Penstemon barbatus (Cav.) Roth Perovskia atriplicifolia Benth. Phylica ericoides L. Romneya coulteri Harv. Rosmarinus officinalis L. Ruellia tweediana Griseb. Russelia equisetiformis Schltdl. & Cham. Salvia farinacea Benth. Salvia leucantha Cav. Salvia officinalis L. Santolina chamaecyparissus L. Senecio cineraria DC. Teucrium fruticans L. Thymus vulgaris L. Tithonia diversifolia (Hemsl.) A. Gray Lantana montevidensis (Spreng.) Briq. Lobularia maritima (L.) Desv. Malephora crocea (Jacq.) Schwantes Myoporum parvifolium R. Br. Phyla nodiflora (L.) Greene Stachys bizantina K. Koch Tradescantia pallida (Rose) D.R. Hunt Verbena tenera Spreng. Verbena tenuisecta Briq. Vinca major L. Wedelia trilobata (L.) Hitchc. PALMERAS Y CÍCADAS Acoelorrhaphe wrightii (Griseb. & H. Wendl.) H. Wendl. Brahea armata S. Watson Butia capitata (Mart.) Becc. Chamaerops humilis L. Cycas revoluta Thunb. Dioon edule Lindl. Phoenix canariensis hort. ex Chabaud. Phoenix dactylifera L. TREPADORAS Asparagus falcatus L. Bougainvillea spectabilis Willd. Campsis radicans (L.) Seem. ex Bureau Cardiospermum grandiflorum Sw. Phoenix roebelenii O’ Brien Sabal minor (Jacq.) Pers. Sabal palmetto (Walter) Lodd. ex Schult. Syagrus romanzoffiana (Cham.) Glassman Trachycarpus fortunei (Hook.) H. Wendl. Washingtonia filifera (Linden ex Andre) H. Wendl. Washingtonia robusta H. Wendl. Hedera helix L. Macfadyena unguis-cati (L.) A.H. Gentry Merremia tuberosa (L.) Rendle Podranea ricasoliana (Tanfani) Sprague CRASAS Y SUCULENTAS Agave americana L. Agave attenuata Salm-Dyck Agave parryi Engelm. Agave potatorum Zucc. Agave salmiana var. ferox (K. Koch) Gentry Agave victoriae-reginae T. Moore Aloe arborescens Mill. Aloe brevifolia Mill. Aloe saponaria (Ait.) Haw. Aloe striata Haw. Aloe vera (L.) Burm.f. Cereus hildmannianus K. Schum. Cotyledon macrantha A. Berger Crassula arborescens (Mill.) Willd. Crassula ovata (Mill.) Druce Dasylirion serratifolium Zucc. Dracaena draco (L.) L. Echeveria elegans Rose Echinocactus grusonii Hildm. Euphorbia canariensis L. Euphorbia candelabrum Kotschy Euphorbia dendroides L. Euphorbia milii Des Moul. Euphorbia tirucalli L. Ferocactus latispinus (Haw.) Britt. & Rose Furcraea selloa K. Koch Graptopetalum paraguayense (N.E. Br.) E. Walther Kalanchoe blossfeldiana Poelln. Kalanchoe fedtschenkoi Raym.Hamet & H. Perrier Lampranthus blandus (Haw.) Schwantes Myrtillocactus geometrizans (Mart.) Console Nolina recurvata (Lem.) Hemsl. Opuntia engelmannii Salm-Dyck ex Engelm. Opuntia ficus indica (L.) Mill. Opuntia microdasys (Lehm.) Pfeiff. Pachycereus marginatus (DC.) Britt. & Rose Pachypodium lamerei Drake Portulacaria afra (L.) Jacq. Puya chilensis Mol. Sansevieria trifasciata Prain Sedum pachyphyllum Rose Sedum palmeri S. Watson Sedum rubrotinctum R.T. Clausen Senecio mandraliscae (Tineo) Jacobsen Stenocereus thurberi (Engelm.) Buxb. Yucca aloifolia L. Yucca guatemalensis Baker CONÍFERAS Calocedrus decurrens (Torr.) Florin Cupressus arizonica Greene Cupressus sempervirens L. Juniperus chinensis L. Juniperus deppeana Steud. Pinus canariensis C. Sm. Pinus halepensis Mill. Pinus pinea L. BIBLIOGRAFÍA Aniela Krzyzaniak. (2000). El árbol en el paisaje mediterráneo. V Congreso de la AEA. Ciudades arboladas para el siglo XXI: 95-103 Bob Perry (1989) Trees and shrubs for dry California landscapes. Plants for water conservation. Land Design Publishing. California. Debra Brown Folsom, John N. Trager, James Folsom, Joe Clements, Nancy Scott (1995) Dry climate gardening with succulents. 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