Xerojardinería - El Mercedario

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XEROJARDINERIA
La Xerojardinería y el Xerojardín son conceptos acuñados en los
Estados Unidos ('Xeriscape') a principios de los años 80. El prefijo
"xero" significa seco, del griego "xeros".
Tras las graves sequías que sufrieron en los años 70 en el Oeste de
los Estados Unidos, en concreto California y Colorado, se puso de
manifiesto la necesidad de construir jardines de bajo consumo de
agua, formulándose unos principios de diseño y concepción del jardín
que constituyó lo que hoy conocemos por Xerojardinería. En España
tuvo una gran difusión en la década de los 90, influenciado por otra
fuerte sequía que azotó gran parte de la Península esos años.
La idea principal en este tipo de jardines es hacer un uso racional
del agua de riego, evitando en todo momento el despilfarro, en
especial en climas como el Mediterráneo o subdesérticos, donde es un
bien escaso.
El ahorro de agua no es el único objetivo, la Xerojardinería va
más allá. También tiene un sentido ecológico y aboga por un
mantenimiento reducido, por ejemplo, intentar limitar la utilización
constante de productos fitosanitarios, el menor uso de maquinaria
con gasto de combustible, el reciclaje, etc..
Está demostrado que un jardín diseñado y mantenido con criterios de
uso eficiente del agua consume apenas una cuarta parte del agua
de riego que se gasta en un jardín convencional.
Si tienes problemas de escasez de agua, es de mala calidad o
simplemente quieres tener un jardín con pocas o mínimas
necesidades de riego, léete estas páginas porque tienes todos los
aspectos a considerar para llevarlo a cabo.
Estudiaremos los siguientes aspectos en esta serie de artículos:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Diseño del xerojardín
El suelo
Selección de las especies vegetales adecuadas
El césped
Alternativas al césped para cubrir el terreno
Acolchado o mulching
El riego
Otros consejos para ahorrar agua
1. Diseño del jardín (xerojardín)
Zonificación
• Lo primero es planificar sobre el papel la distribución de las plantas
agrupando las especies según sus necesidades de agua. Por
ejemplo, es un error plantar una Hortensia (necesita bastante agua)
al lado de un Romero (necesita poca agua) ya que se va a regar con
la misma cantidad a una planta que a otra, recibiendo el Romero un
exceso perfectamente evitable si se planta en otro lugar junto a
plantas de similares requerimientos hídricos como podría ser un
Lentisco, una Adelfa,...
En este sentido distinguimos tres niveles: las especies que tienen un
consumo de agua bajo, medio o alto, y habría en consecuencia tres
tipos de zonas:

Zona seca, plantada con especies autóctonas donde no será
necesario regar casi en todo el año. Sólo riegos de apoyo.

Zona de riego moderado donde aportaremos ocasionalmente
agua a las especies más exigentes y a las plantas capaces de
formar tapices, que al principio necesitarán un poco de ayuda
para extenderse más rápidamente.

Zona húmeda en la que las necesidades de riego serán
mayores y, por lo tanto, intentaremos que sea la más pequeña.
Puedes jugar con estos tres tipos de necesidades. Quizás quieras
tener un jardín donde todo él sea "zona seca" o mitad y mitad con
"zona de riego moderado", o que predominen las zona de riego
moderado con algo de zona húmeda, etc.
• En los bordes del césped que es donde cae más agua aprovéchalo
para plantar la que más agua necesiten.
• Para proteger del sol deshidratador crea sombra plantando
árboles o instalando una pérgola con trepadoras. Además, una
sombra parcial será muy favorable para favorecer el establecimiento
de las recién plantadas en momentos calurosos.
Borde que recibe más riego
Sombra protectora
• Protege del viento ya que es otro secante para las plantas.
Los cortavientos es mejor que sean permeables, es decir, que el
viento los puede atravesar, a diferencia de un muro que no es
permeable y provoca turbulencias al otro lado. Opciones:
- Setos. Inconvenientes: tarda tiempo en formarse, requiere
mantenimiento, ocupan espacio y compiten por el agua con las
plantas cercanas.
- Masas de árboles, arbustos y trepadoras proporcionan protección
del viento, sombra y frescura.
- Valla cubierta con trepadoras.
- Lámina de brezo, mimbre o cañizo.
- Mallas de plástico.
• Planta a más distancia de la normal unos ejemplares de otros
para reducir la competencia por el agua. Así es como se encuentran
las plantas en estado silvestre.
2. El suelo y cómo mejorarlo
El estudio del suelo es de vital importancia. Servirá para elegir las
especies que mejor se adapten a él y para mejorar alguna de sus
características si es necesario:
Medición de pH
Materia orgánica
Fertilizantes
Mal drenaje
• Si el pH es extremo, es decir, muy ácido o muy alcalino, se puede
subir o bajar respectivamente.
• Si la textura es muy arenosa o muy arcillosa, también se puede
corregir aportando materia orgánica en ambos casos y en suelos muy
arcillosos además de la materia orgánica, arena de río lavada gruesa.
• Si es pobre en materia orgánica, se puede y se debe hacer una
enmienda orgánica con estiércol, compost, mantillo, turba, humus de
lombriz, etc. Aunque las enmiendas orgánicas antes de plantar tiene
sus detractores en Xerojardinería porque desarrolla un sistema
radicular, en el caso de árboles y arbustos, menos profundo.
• Si el suelo es salino tiene su tratamiento, empezando por elegir
plantas tolerantes a la salinidad.
• Si es pobre en nutrientes minerales, como el fósforo, potasio,
hierro, etc., se pueden aportar con fertilizantes químicos.
• Si el suelo es poco profundo, tiene un subsuelo duro a por
ejemplo, 30 cm. de profundidad, se puede aportar una capa de tierra
vegetal, aunque sean 10 cm.
• Si el drenaje es malo, se pueden instalar tubos de drenaje, dar
pendientes al terreno hacia fuera, añadir arena y materia orgánica,
etc.
Suelo arenoso
Suelo salino
Suelo escaso
De todas formas, en general, y con la filosofía de la Xerojardinería, es
más eficaz elegir especies vegetales que se adapten lo mejor
posible a las condiciones del suelo en lugar de ir rectificando
unas y otras. Por ejemplo, el pH. Si resulta que tu suelo es calizo
(pH 8, por ejemplo,), no te empeñes en plantar una Azalea que exige
suelo con pH ácido (menos de 6,5) intentando bajar el pH original de
8. Es más eficaz seleccionar especies adaptadas al suelo alcalino, que
hay muchísimas, por cierto. Lo mismo que si tiene una salinidad
elevada, que aunque puede mejorarse con un buen sistema de
drenaje, es mejor elegir especies tolerantes. O si el suelo es pobre
no plantes especies que gusten de suelos ricos, elige plantas más
sufridas. Para cualquier circunstancia tienes donde elegir alternativas.
Una mejora del suelo interesante es el uso de unos productos
llamados retentores de humedad o hidroretentores, por cierto,
bastante desconocidos por el aficionado en general.
Estos productos absorben agua de lluvia y de riego normalmente
hasta 400 veces su propio peso y la restituyen en función de las
necesidades de la planta, con el consiguiente ahorro de riegos. Otros
retentores de agua son de origen natural: diatomitas calcinadas a
900º.
Es positiva la utilización de estos retentores de agua (polímeros
absorbentes o hidrogeles), sobre todo cuando se trata de nuevas
plantaciones en climas secos que no van a tener un
mantenimiento de riegos periódicos. También se emplean en la
ejecución de campos de golf y céspedes familiares mezclando una
determinada cantidad con el suelo (ver dosis en los envases) y para
plantación de árboles, arbustos y parterres de flores igual, mezclando
con la tierra en el momento de plantar.
3. Selecciona las plantas ornamentales adecuadas
Los jardines de bajo consumo de agua no tienen porque estar
constituidos únicamente por plantas de clima semiárido. No son
jardines de cactus ni jardines sin césped. Ni tampoco debemos
utilizar únicamente especies autóctonas.
En Xerojardinería debes elegir especies adaptadas al clima del
lugar. Las autóctonas lo son, pero repito que no las únicas. Hay otras
plantas ornamentales, que aunque no sean autóctonas, son
resistentes a la sequía. Evita en general las especies vegetales ávidas
de agua.
Las ventajas del uso de especies autóctonas es que son más
resistentes en general a todo (sequía, suelos, clima, plagas y
enfermedades,...), están mejor adaptadas y el mantenimiento por
tanto se reduce.
Romero
Existe una variedad de especies autóctonas muy amplia que
cubren todas las necesidades de formas, texturas, portes, colores,
clima y suelo. Lo malo es que a veces en los centros de jardinería y
viveros no disponen de muchas de ellas porque se limitan a traer las
más típicas y comerciales. Hay que hacerles ver nuestro interés hacia
ellas para que las oferten o produzcan. En todos los países hay
especies vegetales autóctonas y asilvestradas que todavía no se han
utilizado y que poseen magníficas cualidades estéticas y prácticas.
Si dispones de poca agua para regar, tendrás que limitarte a las más
resistentes de todas, a las que pueden viver prácticamente sin
riego, por ejemplo Cactus y otras Crasas.
4. El césped
• El césped es el principal consumidor de agua de los jardines.
Se lleva el 70% del agua que se aporta con el riego a un jardín
convencional.
• El Césped no es imprescindible. Se puede hacer un maravilloso
jardín sin nada de Césped o con un poquito, quizás la zona central,
alrededor de la piscina y algunas zonas más.
Rocalla
• La Xerojardinería también adopta el uso del césped, pero de manera
eficiente. Hay otras alternativas para cubrir el suelo como veremos
luego.
Esto es lo que más agua demanda Para un gasto mínimo de agua
sigue estos consejos:
• Destina una superficie pequeña al césped, lo imprescindible para las
necesidades familiares.
• El césped de diseño sencillo es más fácil de regar (círculo,
cuadrado).
• Planta en los bordes del césped plantas ornamentales de poca agua.
• Evita implantarlo en zonas marginales o con pendientes fuertes
(taludes); mejor poner en esos sitios plantas tapizantes.
Césped, sólo junto a la piscina
Talud con tapizantes en vez césped
Diseño sencillo, ahorro de agua por mayor precisión del riego
• Escoge un césped que sea resistente a la sequía. Hay mezclas
especialmente diseñadas para ello. Las especies de gramíneas más
resistentes son:





Cynodon dactylon (Bermuda)
Pennisetum clandestinum (Kikuyu)
Stenotaphrum secundatum (Gramón, Hierba de San Agustín)
Zoysia japonica (Zoysia)
Paspalum notatum (Hierba de Bahía)
Gramón o Hierba de San Agustín
Todas estas son de clima cálido y las heladas provocan que las hojas
se pongan marrones, aunque no mueran, las raíces siguen vivas, y
cuando llega la primavera rebrotan. Por tanto, en climas con
heladas no se deben sembrar ninguna de estas 5 especies si no
quieres tener el césped de un antiestético color marrón durante el
otoño-invierno.
En climas frescos las más resistentes a la falta de agua son la
Festuca arundinacea y la Festuca ovina y deben predominar en la
mezcla.
• No riegues con tanta frecuencia para así estimular el
crecimiento radicular en profundidad. Si disponen de mucha
humedad en superficie ¿para qué van a buscarla abajo?. Acostumbra
al césped a poca agua para que sus raíces profundicen más.
Desarrollo radicular
• Siega dejando la hierba a más altura. Las siegas altas también
favorecerán su endurecimiento y mayor resistencia a plagas, hongos
y a la sequía porque desarrolla raíces más profundas: hojas más
largas, raíces más largas. En verano no cortes tan raso, deja que el
césped crezca más alto a medida que aumentan las temperaturas.
5. Alternativas al césped para cubrir el terreno
El paisajismo aplicado a la Xerojardinería consigue evitar poner
césped hasta en el último de los rincones. Hay masas arbustivas,
plantas tapizantes, gravas, áridos, cortezas de pino, etc. que sirven
para cubrir zonas y hacer jardines más variados, ricos y cómodos de
mantener. Tenemos los siguientes elementos para cubrir superficies
del jardín:





Plantas tapizantes
Masas arbustivas
Cortezas de pino
Gravas y áridos decorativos
Pavimentos
• Plantas tapizantes
Las plantas tapizantes crecen desparramándose por el suelo a modo
de alfombra o bien son plantitas bajas. También se les llama
cobertoras o alfombrantes. Pueden ser vivaces y perennes, plantas
crasas y arbustos cobertores.
Puedes ver la LISTA DE TAPIZANTES completa aquí. Unas son aptas
para cubrir grandes superficies y otras más bien se emplean para
pequeñas áreas. Te indico en la lista un tipo y otro. Es un recurso
muy de moda en el paisajismo.
La ventaja de la mayoría de estas especies son que:




Requieren muy pocos cuidados, empezando por un menor
riego.
Ofrecen vistosas floraciones.
En zonas con mucha sombra, como la mezcla de Césped no sea
especial para sombra, aparecen calvas y no crece bien. Hay
especies tapizantes que van muy bien a la sombra, por
ejemplo, la Hiedra, Vinca, Pachysandra, Dichondra, etc..
Incluso hay tapizantes que pueden pisarse de vez en cuando.
Algunos ejemplos: Dichondra repens, Frankenia laevis (Brezo
de mar), Achillea millefolium, Gazania, Verbena peruviana,
Manzanilla, Tomillo serpol (Thymus serpyllum), etc.
• Masas arbustivas
Haciendo grupos de arbustos más o menos apretados se pueden
cubrir grandes espacios de jardín. Los más indicados son los de porte
bajo, tipo tapizante. Mira en la Lista de Tapizantes. Muchos tienen
flores y aromas exquisitos.
• Cortezas de pino
Cortezas de pino





Permiten cubrir pequeñas y medianas superficies de tierra.
Estéticamente son muy decorativas.
Conservan la humedad del suelo, por lo que hay que regar
menos. Esto, en climas secos en los que llueve poco o para
superar el verano, es muy importante.
Recubren el suelo y salen muy pocas malas hierbas.
Se van descomponiendo lentamente, y aportan así, algo de
humus al suelo.
Inconvenientes:


Es un material relativamente caro.
Es dificultoso limpiar de hojas, restos de flores, etc. que se van
depositando sobre ellas.
Las cortezas de pino las puedes extender directamente sobre el
suelo, pero es mejor poner antes unas telas de plástico especiales
llamadas geotextiles que dejan pasar el agua y sobre éstas echar
las cortezas. Así ya no saldrá casi, casi, ninguna mala hierba.
Foto: malla antihierbas
• Grava y áridos decorativos
Hay gravas de distintos colores (blanco, rosa, amarillo, etc.) y áridos
muy decorativos para recubrir el suelo de macizos de arbustos y
plantaciones. También podemos incluir aquí la 'puzolana volcánica'.
Estos materiales y los anteriores son excelentes recursos de
paisajismo moderno.
Se extienden fácilmente y dan un contraste con las plantas muy
bonito.
Si pones gravas, recuerda siempre colocar antes, sobre la tierra, una
malla geotextil y la grava encima; así se evitan las malas hierbas.
• Pavimentos
Otra alternativa al Césped, o más bien un complemento, son las
superficies pavimentadas.
Hay materiales muy diversos: hormigón impreso, madera, lozas de
barro, de pizarra, areniscas, granito, cuarcitas,..., albero amarillo,
rojo, etc.
6. Acolchado o mulching
Es una de las prácticas más beneficiosas en cuanto al ahorro de agua.
Una práctica tradicional entre los hortelanos es cubrir con paja el
terreno donde se asientan las verduras y hortalizas con el fin de
impedir la evaporación del agua del suelo y la presencia de malas
hierbas a su alrededor. Pues ese es el planteamiento en los jardines.
El acolchado o mulching (capa que puede ir desde 5 hasta 15 cm.)
proporciona los siguientes beneficios:
Paja
• Conserva la humedad por proteger la tierra del aire y proteger del
efecto del viento.
• No salen malas hierbas.
• Puede ser ornamental.
• Protege las raíces superficiales de los daños de cultivo y del frío.
• La tierra absorbe mejor la lluvia porque evita la formación de costra.
• Produce humus al descomponerse con los años (caso de mulching
orgánicos como paja, hierba seca, mantillo, cortezas de pino,...).
• Activa y alimenta a los microorganismos.
El acolchado es una de las bases de la jardinería de poco riego.
Además, ahorra trabajo: menos riego, menos hierbas y no hay que
labrar el suelo.
Las plantas aisladas a menudo no quieren crecer y sólo despiertan si
el suelo está cubierto por un acolchado, la vida del suelo establecido
y si se instalan otras plantas alrededor.
¿Qué materiales se pueden usar como acolchado o mulching?
• Cortezas de pino trituradas: es muy buen material de mulching y
mejor aún los tamaños pequeños que los trozos grandes.
Cortezas de pino
• Acículas de pino: conserva muy bien el agua del suelo. Es
inflamable, se descompone rápidamente y adquiere una coloración
grisácea con el tiempo, por lo que necesita ser reemplazado al menos
una vez al año. También se han descrito problemas relacionados con
deficiencia de Nitrógeno o problemas de caracoles o babosas cuando
el mulching está muy húmedo e incluso de roedores.
• Turba, mantillo, compost: son materiales que se descomponen
con facilidad y no siempre evitan los problemas de malas hierbas.
• Hojas: es el mulching natural. Posee un aspecto menos estético que
los materiales anteriores.
• Gravas y guijarros: cactus y suculentas aprecian el calor que
reflejan.
• Áridos de colores: son muy decorativos. Hay grava blanca, verde,
rosa, roja, etc. y marmolina blanca
• Puzolana volcánica negra: también decorativo.
• Paja, serrín,...
Mantillo
Acolchado de hojas
Acículas de pino
7. El riego
Las plantas autóctonas de cada región viven de la lluvia natural. Sin
embargo, desde que se plantan y hasta que pasa el primer o segundo
año y se establecen en ese lugar es muy probable que haya que
regar. Posteriormente ya se valdrán por sí mismas necesitando
únicamente riegos de apoyo esporádicos.
Hay que conocer el agua que necesita cada planta en cada
momento del año. En general, se riega mucho más de lo deseable
con el consiguiente despilfarro de agua. Es impresionante la cantidad
de agua que se tira en el riego, tanto en jardines privados como
públicos.
Riego por goteo
En el primer y segundo año, la plantas que toleran la sequía no
suelen necesitar más de 1 riego semanal. En macetas, más.
Existen en el mercado sensores de lluvia con corte automático que
permiten desconectar el riego si está lloviendo, o sensores de
humedad del suelo para ayudar a tomar la decisión de cuándo
regar o no, pero es algo que hay que aprender con la experiencia
principalmente.
El riego por aspersión produce más pérdidas que el riego por goteo
o las cintas de exudación. La manguera manual también supone
mucho desperdicio pero es adecuado para aquellas plantas
resistentes que se riegan manualmente muy de tarde en tarde.
Riega por la mañana temprano o al atardecer, nunca al sol. El
riego automático con programador permite regar de noche y evitar la
fuerte evaporación del día producida por el sol y el viento.
El suelo se debe dejar secar moderadamente entre 2 riegos para
estimular a que las raíces busquen agua en profundidad. Acostumbra
a poco riego tus plantas.
Cinta de exudación
Los suelos arcillosos y los suelos arenosos se riegan de diferente
manera. En los arenosos riega con más frecuencia y menos
cantidad para que se pierda menos fuera del alcance de las
raíces por infiltración. Para arenosos el riego por goteo es ideal.
Si quieres convertir un jardín "normal" a uno de poco riego hay que
"acostumbrar" progresivamente a las plantas, en varios años.
Un aljibe o estanque puede servir a varios vecinos. Incluso instalar
un barril para recoger el agua de lluvia en el jardín.
La reutilización del agua depurada es interesante pero
conociendo muy bien las características químicas y de salubridad de
lo que se está echando porque puede traer cualquier cosa y dañar al
suelo, a las plantas y a la salud de las personas. Se están usando en
campos de golf con éxito.
Un buen drenaje es esencial para todas las plantas que toleran la
sequía.
8. Otros consejos para ahorrar agua
• Haz las plantaciones en otoño. Las plantas tropicales mejor en
primavera. Plantando a principios de otoño posibilita que las lluvias
de invierno se ocupen del riego y se establecen durante el templado
invierno.
• Elimina las malas hierbas, grandes competidoras por el agua del
suelo. Además, si riegas poco, saldrán menos hierbas.
• Usa abonos de lenta liberación mejor que los muy solubles.
Duran más tiempo en el suelo y se pierde menos en profundidad
arrastrados por el agua, resultando más económicos a la larga.
Aporta también abonos orgánicos en lugar de los químicos como
estiércol, compost casero, turba, mantillo, guano, etc..
• El exceso de alimentación, sobre todo de nitrógeno, provoca un
mayor crecimiento con el consiguiente aumento en el consumo de
agua.
• Los grupos tupidos de plantas crean microclimas para retener
humedad, dar sombra al suelo, proteger las plantas pequeñas del
viento y evitar malas hierbas.
Masas arbustivas
• Evita lo que puedas usar productos fitosanitarios y favorece
el control biológico de plagas. Los pequeños animales como
pájaros, escarabajos o mariquitas son los mejores insecticidas contra
orugas, pulgones y numerosos insectos y sus larvas, al tiempo que
mantienen el equilibrio natural del jardín sin necesidad de recurrir a
productos químicos. Para favorecer la presencia de estos
depredadores puedes colocar comederos, nidos artificiales para
pájaros, puntos de agua y plantar una gran variedad de flores.
La Mariquita come pulgones
SELECCIÓN DE ELEMENTOS VEGETALES PARA XEROJARDINERÍA
INTRODUCCIÓN
Los recursos que brinda nuestro planeta y que han sido explotados durante
tantos años, a veces de forma abusiva, comienzan a escasear o lo harán en
breve plazo, y es por ello por lo que afortunadamente han surgido las voces de
alarma que claman por una utilización racional de los mismos, por su reciclaje y
por el descenso en su consumo.
Hasta ahora, y así lo habíamos estudiado todos, el ciclo del agua en la
naturaleza nos mostraba un gráfico en el que podía apreciarse cómo mediante
la evaporación y la lluvia el agua se reponía y llenaba lagos, ríos y acuíferos,
con un movimiento circulatorio constante. Y eso ha sido así mientras se ha
mantenido un equilibrio, pero en los últimos años el consumo de agua a escala
global ha aumentado de tal manera que ese equilibrio se ha roto, reponiéndose
menos agua de la que gastamos entre la agricultura y ganadería, la industria y
el propio consumo humano, problema que aún se agrava más con la constante
contaminación y degradación de su calidad. Se insiste actualmente, por tanto,
en un consumo responsable para un crecimiento sostenible, más solidario, ya
que de no ser así la forma de vida de nuestra sociedad occidental está
condenada a una permanente crisis e, incluso, a su desaparición de la forma
que la conocemos.
Del total del agua consumida el
65 % se emplea en la
agricultura, el 25 % en la
industria y el 10 % restante en el
consumo doméstico, el comercio
y en otros servicios urbanos,
dentro de los cuales se incluye la
jardinería. Y aunque a la
jardinería urbana le corresponde
solo el 1,5 % de ese 10 %, lo
que supone una cantidad muy
pequeña si la comparamos con
el total del agua consumida,
también este sector está
obligado, en su medida y al igual
que todos los demás, a optimizar
al máximo los recursos hídricos
disponibles, empleando sistemas
de riego más eficientes,
disminuyendo las pérdidas por
evaporación y utilizando plantas
que consuman poca agua.
Surgen así las técnicas de la
xerojardinería, que no consisten
en absoluto en el uso exclusivo de cactus y otras plantas suculentas sobre
terrenos empedrados, como alguno podría creer, ya que dichas técnicas,
basadas en ciertos principios lógicos y razonables, únicamente persiguen
disminuir y racionalizar el consumo de agua, como ahora veremos. Un jardín
bien diseñado basado en las técnicas y recomendaciones de la xerojardinería
es un jardín donde hay un equilibrio entre las zonas con vegetación y las zonas
sin vegetación y en el que se han aplicado las últimas técnicas dirigidas al
ahorro de agua, pero puede tener tanta belleza como cualquier otro jardín
tradicional.
La xerojardinería, cuyo auge comenzó en Estados Unidos en los años 80
aplicándose especialmente en estados del sur, como California, Texas, Arizona
o Florida, nos ha llegado, como tantas otras cosas, con bastantes años de
retraso, pues no es hasta 1991 cuando comienza a hablarse de ella en algunos
artículos, publicándose en 1993 el primer libro de referencia sobre el tema por
la Dra. Silvia Burés (Xerojardinería. Compendios de Horticultura 5. Ediciones
de Horticultura). Durante todos estos años la xerojardinería ha ído cobrando
una mayor importancia, especialmente a raíz de los períodos de sequía, pero a
diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos en 1986, con la creación del
National Xeriscape Council o con el desarrollo posterior de numerosos
programas educativos, en España, a pesar de nuestras carencias hídricas,
especialmente graves en ciertas cuencas y regiones, no ha habido un
organismo aglutinador que abandere ese nueva filosofía o forma de entender la
jardinería, y todas las iniciativas han partido de colectivos o asociaciones que
de una forma responsable trabajan voluntariosamente pero de forma aislada.
La mayor parte de las provincias españolas, pero especialmente las del
Levante, tendrían que tener elaborados a estas alturas varios programas
educativos y una legislación adaptada a las circunstancias, para que de una
vez por todas se abandonara paulatinamente esa jardinería facilona a base de
praderas de césped, se reconvirtieran aquellas zonas verdes que lo necesiten y
se diseñaran los nuevos jardines, tanto públicos como privados, de acuerdo
con los principios y técnicas de la xerojardinería.
Un xerojardín natural llevado a su extremo, donde la intervención humana ha sido mínima,
donde todas las plantas son las propias del lugar y donde se aprecia diversidad de
colores, texturas y formas.
Casa del eminente botánico Günther Kunkel en Velez Rubio (Almería)
LOS PRINCIPIOS DE LA XEROJARDINERÍA
La xerojardinería, que en definitiva no es más que lógica y sentido común, se
basa en siete principios fundamentales establecidos en su día por el National
Xeriscape Council de EE.UU.
1. Planificación y diseño adecuado
2. Estudio del suelo
3. Selección de las especies vegetales
4. Reducción de las zonas de césped
5. Instalación de sistemas de riego eficientes
6. Protección del suelo mediante mulching
7. Mantenimiento adecuado
1. PLANIFICACIÓN Y DISEÑO
Como cualquier otro diseño de jardín, el paso más importante y previo a todo lo
demás es la minuciosa planificación, para lo que hay que reunir el máximo de
información posible relativa a la orientación del terreno, dirección de vientos
dominantes, clima de la zona, situación de vías de comunicación, disponibilidad
de agua, estudio del terreno y características del suelo (textura y estructura),
infraestructuras existentes o próximas, vegetación circundante, perspectivas y
puntos de vista, alineaciones, usuarios a los que va destinado el jardín y
funcionalidad de éste, etc. Es obvio pensar que cuantos más datos manejemos
y tengamos en cuenta, menos cosas quedarán al azar o a la improvisación, tan
frecuente en este país.
Pues bien, teniendo en cuenta todo lo dicho, y sabiendo que la principal
finalidad de un xerojardín es el ahorro de agua, haremos la selección de
especies vegetales que cumplirán las diversas funciones (tapizantes, pantallas,
alineaciones, borduras, etc.), pero siempre eligiendo plantas eficientes en agua,
tratando asimismo de agruparlas en zonas con similares necesidades hídricas
(hidrozonas). El tema de la selección de plantas se desarrrolla en el apartado 3.
2. ESTUDIO DEL SUELO
Como en cualquier otro proyecto de jardinería bien realizado, se realizará un
estudio de la textura y estructura del suelo y se harán enmiendas si son
necesarias o factibles económicamente. De igual forma se hará un análisis
químico del suelo determinando, entre otras cosas, su pH. Si fuese necesario y
permisible se harán las enmiendas adecuadas, aunque es mucho más
económico seleccionar las plantas adecuadas al pH existente. Se tomarán
muestras del subsuelo y de la capa superior, ya que el desarrollo radicular se
realizará en zonas muy diferentes entre las plantas herbáceas y las plantas
leñosas.
El conocimiento de todos estos datos nos permitirá tomar decisiones de
abonados y/o estercoladuras de fondo que mejoren la estructura del suelo, así
como la selección de aquellas especies adecuadas a las características del
suelo.
4. REDUCCIÓN DE LAS ZONAS DE CÉSPED
Como es lógico, en un jardín basado en el ahorro de agua no deben incluirse
grandes superficies de césped, sino las justas y necesarias, normalmente en
aquellas zonas más vistosas del jardín y que estarán englobadas dentro de la
hidrozona principal.
Hay que tener en cuenta que una pradera de césped, además de un alto
consumo de agua, lleva consigo un mantenimiento intensivo y costoso, y en la
xerojardinería se busca, además de un ahorro de agua, un ahorro de recursos,
tanto materiales como humanos.
Al margen de ello, en las praderas que se establezcan deberán emplearse
especies cespitosas con baja demanda de agua y se deberán utilizar sistemas
de riego eficientes y muy controlados.
Hoy en día se practica en casi todas las ciudades de España una
jardinería facilona que consume muchos recursos hídricos y de otra
naturaleza, abusándose de las superficies de césped. Foto de la izquierda
jardín en León, foto de la derecha jardín en Murcia
5. INSTALACIÓN DE SISTEMAS DE RIEGO EFICIENTES
Las causas de un alto consumo de agua se deben a menudo al tipo
inadecuado de instalación y a un bajo mantenimiento, con pérdidas
innecesarias. En xerojardinería se utilizan sistemas de riego eficientes, como
son los de microaspersión y goteo. Últimamente se está imponiendo el sistema
de riego por goteo enterrado y el uso de aguas regeneradas. En xerojardinería,
además de un sistema de riego adecuado, es necesario agrupar las plantas por
necesidades hídricas similares.
6. PROTECCIÓN DEL SUELO MEDIANTE MULCHING
El uso de mulching o de plantas cobertoras ofrece
ciertas ventajas: disminución de la erosión,
conservación de la humedad, reducción de la
compactación, aumento de la temperatura del
suelo y disminución de malas hierbas, además de
un buen aspecto estético. En el caso de mulching
de naturaleza orgánica, en su descomposición
aporta mejoras al suelo. Existen numerosos
materiales que pueden utilizarse con este fin,
siendo los más empleados y conocidos la corteza
de pino entre los de naturaleza orgánica y los
áridos y gravas de diversos colores y calibres y las
láminas de plástico entre los inorgánicos.
7. MANTENIMIENTO ADECUADO
Un xerojardín, además de ahorrar agua debe ser respetuoso con el medio
ambiente, por lo que la aplicación de productos químicos debe ser la justa y
necesaria, tanto en lo concerniente a los abonados como a la lucha contra
plagas y enfermedades. Las podas exigen un mayor consumo de agua a las
plantas, por lo que habrán de ajustarse a las mínimas necesarias.
Una plantación en la que se han respetado las distancias acordes con los
portes que alcanzarán las plantas exigirá menos podas.
3. SELECCIÓN DE LAS ESPECIES VEGETALES A EMPLEAR
Aunque por definición la palabra xerojardinería significaría una jardinería seca o
austera, en realidad no significa eso exactamente, sino una jardinería que
procura el ahorro de agua, cosa que se consigue teniendo en cuenta los
principios en los que se basa, especialmente en lo concerniente al empleo de
plantas adaptadas a las condiciones del lugar y que consuman poco agua.
En general, a la hora de seleccionar los elementos vegetales de cualquier
diseño hemos de tener en cuenta una serie de criterios, que se reflejan en el
siguiente cuadro:
CRITERIOS BÁSICOS PARA SELECCIONAR LAS PLANTAS
Adaptación al clima
Requerimientos edafológicos
Criterios medioambientales e hídricos
Resistencia a plagas y
enfermedades y a la polución
Criterios paisajísticos
Necesidades de sol o sombra
Porte y forma
Tasa de crecimiento y
desarrollo
Textura
Color y estacionalidad
3.1. CRITERIOS MEDIOAMBIENTALES
Estos factores afectan a la salud de las plantas y pueden comprometer
seriamente su cultivo si no son tenidos en cuenta, lo que podría traer consigo el
fracaso de nuestro diseño.
3.1.1. ADAPTACIÓN AL CLIMA
Las plantas, como seres vivos que son, se comportan ante el clima de formas
muy diversas y que dependen de numerosos factores, por lo que su
encasillamiento en grupos definidos en cuanto a su resistencia al frío, que es
uno de los principales factores limitantes para su cultivo, es una tarea algo
complicada. Ahora bien, sin duda es posible hacer grupos en función de su
tolerancia a unos mínimos de temperaturas por debajo de los cuales su cultivo
comienza a ser problemático, deteniéndose el crecimiento, sufriendo daños, en
ocasiones irreversibles, o llegando a la muerte.
Por todo ello, para encasillar a las plantas ornamentales en grupos en relación
con su resistencia al frío, se han definido las denominadas zonas de
rusticidad, basadas en la media de las temperaturas mínimas absolutas
alcanzadas durante un período de años lo suficientemente amplio.
3.1.2. REQUERIMIENTOS EDAFOLÓGICOS E HÍDRICOS
El suelo es un sistema complejo y dinámico con 4 componentes básicos:
a) Materia inorgánica o mineral, formada por piedras, arena, limo y arcilla. La
proporción en que se encuentran cada uno de estos materiales define la textura
de un suelo y la forma en que se agregan definen su estructura.
b) Materia orgánica, formada por materia en descomposición y organismos
vivos, que aportan nutrientes, mejoran la estructura del suelo y ayudan a
mantener la humedad y la fertilidad.
c) Aire, que se mueve a través de los poros, proporcionando oxígeno a las
raíces. Cuanto más compacto es un suelo peor es su estructura y menor es su
porosidad.
d) Agua y nutrientes en disolución, que también se mueve a través de los
poros, afectándole de igual forma negativamente la compactación. Una buena
textura y estructura con una porosidad adecuada incide de manera notoria
sobre el desarrollo de las plantas.
Un suelo ideal sería aquel que tuviera un 45 % de materia inorgánica, 5 % de
materia orgánica, 25 % de agua y 25 % de aire, pero eso rara vez se cumple, y
menos en nuestras ciudades, donde los suelos están muy alterados,
empobrecidos y compactados.
Otro factor importantísimo que influye en el éxito o fracaso del cultivo de una
especie es el pH, que mide la acidez del suelo y afecta a la disponibilidad de
nutrientes y actividad microbiana. La mayor parte de las plantas ornamentales
vegetan bien en un rango de pH entre 6 y 8.
La presencia de cloruros y carbonatos, principalmente de sodio y calcio, puede
ser igualmente un problema pues alteran el pH y la disponibilidad de nutrientes,
causando problemas osmóticos en las raíces, lo que se traduce en un
empobrecimiento de la vegetación.
Las características de un suelo pueden ser modificadas mediante labores de
fondo, enmiendas, estercolados, instalación de drenajes, etc. Pero como estas
modificaciones pueden resultar excesivamente caras cuando se trata de
grandes superficies, puede ser más recomendable en ciertos casos utilizar
especies que se adapten bien a las condiciones existentes.
En cuanto al agua sabemos que las plantas funcionan como un complejo
hidráulico, bombeándola desde las raíces hasta todas las células de su
organismo; cuando el agua escasea o falta suele apreciarse una disminución
de turgencia en sus tejidos, siendo ello especialmente visible en las hojas, que
decaen y languidecen. Pero no todas las plantas tienen las mismas
necesidades hídricas, pues las hay tolerantes a circunstancias muy variables;
en general podemos decir que las plantas propias de climas mediterráneos,
adaptadas a una insolación intensa y a la escasez de precipitaciones, son muy
adecuadas para la xerojardinería y la jardinería pública en general debido a su
rusticidad.
3.1.3. RESISTENCIA A PLAGAS Y ENFERMEDADES
Existen plagas y enfermedades, a veces muy dañinas, que afectan de una
manera especial a ciertas especies de plantas, como por ejemplo la
antracnosis en el plátano de sombra, la grafiosis en los olmos, el fuego
bacteriano en muchas rosáceas, el oidio en rosales y evónimos, etc. Hemos de
tener en cuenta esta circunstancia para utilizar estas especies con precaución
y, sobre todo, tratar de buscar la mayor diversidad posible. Si utilizamos solo 2
o 3 especies de árboles para las calles de nuestra ciudad corremos el riesgo de
que una plaga o enfermedad acabe con gran parte de ellos, lo que nunca
ocurriría si utilizamos 15 o 20 especies diferentes. Hay que decir que la
resistencia natural de las plantas al ataque de plagas o aparición de
enfermedades disminuye si otras necesidades vitales no son satisfechas, como
la falta de luz, suelos pobres y compactados, carencia de nutrientes, etc.
3.1.4. RESISTENCIA A LA POLUCIÓN
La atmósfera de nuestras ciudades, especialmente las de gran densidad de
población, sufre una contaminación importante, siendo más alta en puntos
concretos con mucho tráfico rodado y en las áreas industriales. No todas las
plantas resisten de igual forma estas circunstancias, ya que la polución va
depositando sobre sus hojas una fina capa de partículas que puede llegar a
disminuir o inhibir su función clorofílica.
Normalmente los efectos de la contaminación atmosférica en las plantas
incluyen "quemaduras" en las hojas, caída prematura del follaje,
amarillamientos y clorosis, detención del crecimiento, aborto de la floración,
etc., siendo los síntomas a menudo parecidos a los producidos por deficiencias
nutricionales o ciertas enfermedades. Existen dos clases de contaminantes
atmosféricos, los primarios, que son emitidos directamente por la fuente
emisora, como los aerosoles o partículas en suspensión, óxido de azufre, óxido
de nitrógeno, hidrocarburos, monóxido de carbono, etc., y los secundarios, que
se forman por la reacción de los contaminantes primarios con los componentes
naturales de la atmósfera, como el ozono, cetonas, aldehídos, peróxido de
hidrógeno, nitrato de peroxiacetilo, sulfatos, nitratos, etc. Todas las plantas no
presentan el mismo grado de resistencia frente a la polución atmosférica,
debiéndose tener en cuenta este aspecto especialmente cuando se diseñan
zonas verdes en zonas industriales o centros urbanos con mucha densidad de
tráfico.
3.1.5. NECESIDADES DE SOL O DE SOMBRA
La mayoría de las plantas gustan de una exposición soleada o con ligera
sombra; muchas toleran la sombra durante ciertas horas al día, y algunas
gustan de la sombra total, es decir, no toleran la acción directa de los rayos
solares, aunque ello no significa necesariamente ausencia de luz, pues a
menudo requieren de buena iluminación, como el caso de muchas de nuestras
populares plantas de interior. Este aspecto debe conocerse para ubicar las
plantas en las situaciones y exposiciones más convenientes. De una forma
general, las exposiciones orientadas al norte son más frescas y reciben menos
insolación, justo todo lo contrario de las exposiciones orientadas al sur. Es
importante a la hora de realizar un diseño, especialmente cuando la zona a
tratar se encuentra entre edificaciones, definir un plano de sombras, pues de
esta forma tendremos claro donde ubicar las diferentes especies en función de
sus mayores o menores necesidades de luz y sol.
3. 2. CRITERIOS PAISAJÍSTICOS
Estos factores afectan al diseño y normalmente no repercuten en la salud de
las plantas, pero no tener en cuenta el crecimiento y desarrollo podría influir
con el tiempo en la calidad estética de las plantas y, en ciertos casos, en una
disminución de su vigor natural, bien por la competencia con otros vegetales o
con las edificaciones circundantes.
Algunos ejemplos de xerojardinería
3.2.1. PORTE Y FORMA
Uno de los mayores atractivos de las plantas son sus floraciones, pero raras
veces éstas ocurren a través de todo el año, existiendo períodos, más o menos
largos, en que la planta carece de ese atractivo. Por ello, la forma y la textura
son otros de los aspectos a tener en cuenta a la hora de seleccionar las
especies. El porte y la forma de las plantas vienen determinadas normalmente
por el tallo y su forma de ramificar.
Existen tallos herbáceos, normalmente verdes y flexibles, y tallos leñosos,
lignificados, rígidos y cubiertos de una corteza. Los vegetales herbáceos
normalmente no alcanzan mucha altura, como las plantas anuales, bulbosas o
gramíneas; las plantas leñosas soportan mayor peso y sus tallos pueden
alcanzar considerables alturas, como los árboles, arbustos y plantas
trepadoras.
En cuanto a la forma, definida normalmente por la manera de ramificar los
tallos, éstas pueden ser columnares, cónicas, rectangulares, aparasoladas,
lloronas, redondeadas, postradas, piramidales, etc.
Diversos portes de árboles: aparasolados, ovalados, globosos,
piramidales
Hay plantas leñosas que admiten bien las podas y los recortes, por lo que
podemos darles artificialmente la forma deseada, constituyendo un caso
extremo la topiaria. Este tipo de plantas y el uso de estas técnicas son propios
de los jardines formales, más geométricos y arquitectónicos, mientras que los
jardines informales y paisajistas, imitando en cierto modo a la Naturaleza, dejan
al vegetal desarrollarse de una forma lo más natural posible.
3.2.2. TASA DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de seleccionar las plantas,
especialmente importante en el caso de arbustos y árboles, es la velocidad de
crecimiento y el desarrollo que puede alcanzar cada una de las especies. Con
frecuencia vemos plantaciones en las que no se han tenido en cuenta estos
factores, y lo que en un principio aparentaba cierta armonía, con el paso del
tiempo se iba convirtiendo en una vegetación caótica en la que los vegetales
competían unos con otros por el espacio, estorbándose mutuamente, o en la
que se iban perdiendo las proporciones al tener las diferentes especies
utilizadas velocidades de crecimiento y/o portes muy dispares.
En ocasiones, y de una forma deliberada, se pueden realizar plantaciones con
una densidad mayor de la aconsejable, pero con el paso del tiempo, y a medida
que se van desarrollando las plantas, deben realizarse entresacas,
manteniendo, de esta forma, el espacio vital necesario para cada una de las
plantas.
3.2.3. TEXTURA
La textura de las plantas viene dada por la forma, tamaño, disposición y
características de sus hojas, definiendo la superficie de las zonas ajardinadas y
creando contrastes, ya que las superficies lisas y brillantes reflejan la luz,
mientras que las rugosas o afieltradas la absorben. El uso de una misma
textura, por tanto, produce monotonía, mientras que su diversidad crea un
interés visual. La textura normalmente va íntimamente ligada al color,
percibiéndose ambos conjuntamente.
En cuanto al tacto, la textura de las hojas puede ser lisa, rugosa, pubescente,
tomentosa, escamosa, etc. Además de ello las hojas pueden tener consistencia
herbácea, papirácea o coriácea, la lámina puede ser plana u ondulada, y su
forma, tamaño y nerviación pueden ser muy variables. En cuanto a su
disposición en el tallo pueden ser opuestas, alternas, verticiladas, arrosetadas,
imbricadas, etc. Todo ello supone, pues, que contemos con infinidad de
posibilidades a la hora de realizar combinaciones de diferentes texturas para
lograr contrastes de lo más diverso.
En el caso del arbolado, la textura de las cortezas de sus troncos puede tener
igualmente cierto interés ornamental, pues las hay de muchísimas tonalidades,
lisas, rugosas, escamosas, fisurazas, fibrosas, reticuladas, que se desprenden
en tiras o placas, etc.
3.2.4. COLOR Y ESTACIONALIDAD
Menos importante que la forma y textura de las plantas es el color, aunque
realmente percibamos formas, texturas y colores al mismo tiempo. Quiere ello
decir que es mucho más importante tener en cuenta la perfecta armonía entre
formas y texturas que los colores.
El color llena nuestras vidas y excita los sentidos, pudiendo afectar nuestro
estado de humor e incluso nuestros sentimientos, tranquilizando o
emocionando nuestro espíritu.
Diverso colorido de las hojas de las plantas
El color puro en el jardín no existe, ya que su percepción depende de las
formas y texturas; es algo cambiante, tanto a lo largo del día, con el ángulo de
incidencia de los rayos solares, como a través de las diversas estaciones. Por
otro lado, los rayos del sol no inciden de igual forma en todas las latitudes y,
por tanto, los colores se perciben de diferente manera, siendo más intensos a
medida que nos acercamos a los trópicos.
El círculo cromático, compuesto de 12 colores básicos y basado en los colores
del arco iris, puede ayudarnos a entender mejor las teorías del color, que nos
serán de suma utilidad en nuestros diseños. Los colores en cuya composición
interviene el azul se denominan "fríos", mientras que reciben la denominación
de "cálidos" aquellos en cuya composición interviene el rojo o el amarillo. Son
colores primarios aquellos que no pueden obtenerse por la mezcla de ningún
otro. Son tres, el amarillo, el rojo y el azul. Se denominan colores secundarios
los obtenidos por la mezcla de dos colores primarios a partes iguales. Son tres,
el verde (amarillo + azul), el violeta (rojo + azul) y el naranja (amarillo + rojo).
El verde es el color más importante en jardinería, pues domina gran parte del
paisaje. Es un color que reconforta e inspira tranquilidad. Por si solo, con su
infinidad de matices, unido a diferentes portes y texturas, puede constituir todo
un variado jardín, como en el caso de las coníferas. Los verdes oscuros dan
sensación de profundidad, mientras que los verdes brillantes dan sensación de
luminosidad.
Diverso colorido de las flores de las plantas
Un tercer grupo lo constituyen los colores terciarios, que se obtienen al mezclar
en partes iguales un color primario con el secundario más cercano del círculo
cromático. Por ejemplo violeta+ rojo = púrpura o violeta rojizo, amarillo +
naranja = dorado o amarillo anaranjado, rojo + naranja = escarlata o rojo
anaranjado, etc. Son quizás los colores más abundantes en la naturaleza.
Sabido es que las hojas de muchas especies de árboles y arbustos caducifolios
toman bellas coloraciones otoñales que desde el punto de vista paisajístico son
muy interesantes. Ello se debe a la presencia y acción de ciertas fitohormonas
inhibidoras del crecimiento que en el otoño, cuando los días van siendo más
cortos, aumentan su concentración frente a las fitohormonas estimuladoras del
crecimiento, produciendo la ralentización y parada del vegetal, que entra en
reposo. Estas hormonas vegetales son el etileno y el ácido abscísico. Cuando
estas hormonas alcanzan su mayor concentración, la clorofila desaparece y
comienzan a resaltar otros pigmentos, como los carotenoides que le dan a la
hoja las tonalidades amarillas y anaranjadas, y las antocianinas, que le dan las
tonalidades rojizas. Más tarde, estas mismas fitohormonas serán las
responsables de la abscisión del pecíolo, con lo que la hoja cae. El diseñador
debe ser conocedor de estas características y sacarle el máximo partido
posible.
FLORA AUTÓCTONA VS. FLORA ALÓCTONA
Una polémica siempre presente, defendida con obcecación por algunos, es la
de la utilización de la flora autóctona frente a la flora alóctona. Estamos de
acuerdo en ello, puesto que la flora autóctona siempre está mejor adaptada a
las condiciones del lugar, pero la jardinería, que entre otras cosas busca la
ornamentación, no siempre dispone en la flora autóctona de las plantas
adecuadas para ciertos fines o ciertos efectos estéticos, teniendo que
obtenerlas de otras floras lejanas.
Pero la introducción con fines ornamentales de plantas procedentes de otros
territorios, puede tener sus peligros cuando se hace de forma incontrolada,
puesto que ciertas especies son potencialmente invasoras. Es el caso de
Nicotiana glauca, Pennisetum setaceum, etc., actualmente extendidas por todo
el mundo. En áreas naturales las plantas invasoras pueden reducir el hábitat
para especies nativas y amenazadas, compitiendo con éstas, a veces con
ventaja, por su facilidad de adaptación. En otras ocasiones, esas plantas
foráneas pueden ser la fuente de introducción de insectos que se constituyen
en fuertes plagas, como el caso del "taladro del geranio" (Cacyreus marshalli),
extendido por toda España, o de la "mosca blanca" (Aleudoricus dispersus) que
tan gravemente afecta a muchos cultivos ornamentales en las Islas Canarias.
SELECCIÓN DE PLANTAS RECOMENDADAS PARA XEROJARDINERÍA
En líneas generales son aptas para las xerojardinería las plantas de climas
mediterráneos, es decir, las autóctonas de nuestro entorno Mediterráneo, de la
zona de Chile Central, de la región del Cabo en Sudáfrica, del sur y sudoeste
de Australia y de gran parte de California, pues son zonas que comparten
muchas características climatológicas y sus plantas han sufrido adaptaciones
similares. Además de éstas, la mayor parte de las plantas denominadas crasas,
normalmente originarias de zonas con baja pluviometría, son igualmente
interesantes y apropiadas.
Gran parte de la vegetación propia de climas mediterráneos y de otras zonas
áridas comparte caracteres tales como abundancia de especies arbustivas de
hoja perenne y de plantas anuales; hojas reducidas, cutículas céreas,
presencia de tomento o escamas, etc., y en casos extremos presencia de
espinas, órganos reservorios de agua, ausencia o transformación de las hojas,
sistemas radiculares muy potentes, etc. Todos estos caracteres responden a
una finalidad, que no es otra que el aprovechamiento máximo del agua.
ÁRBOLES
Acacia baileyana F.J.Muell.
Gleditsia triacanthos L.
Acacia caven (Mol.) Mol.
Grevillea robusta A.Cunn.
Acacia cyclops A.Cunn. ex G.Don
Gymnocladus dioicus (L.) K.Koch
Acacia farnesiana (L.) Willd.
Jacaranda mimosifolia D.Don
Acacia longifolia (Andrews) Willd.
Koelreuteria paniculata Laxm.
Acacia melanoxylon R.Br.
Lagerstroemia indica L.
Acacia retinodes Schltdl.
Lagunaria patersonii (Andrews)
Acacia saligna (Labill.) H.Wendl.
G.Don
Ailanthus altissima (Mill.) Swingle
Laurus nobilis L.
Albizia julibrissin Durazz.
Leucaena leucocephala (Lam.) De
Albizia lophantha (Willd.) Benth.
Wit
Brachychiton acerifolius (A.Cunn.)
Maclura pomifera (Raf.) C.K.Schneid.
F.J.Muell.
Melaleuca armillaris (Soland. &
Brachychiton discolor F.J.Muell.
Gaertn.) Sm.
Brachychiton populneus (Schott &
Melaleuca ericifolia Sm.
Endl.) R.Br.
Melia azedarach L.
Brachychiton rupestris (Lindl.)
Morus alba L.
K.Schum.
Olea europaea L.
Broussonetia papyrifera (L.) Vent.
Parkinsonia aculeata L.
Callistemon viminalis G.Don ex Loud. Peumus boldus Mol.
Cassia spectabilis DC.
Pistacia terebinthus L.
Casuarina cunninghamiana Miq.
Pittosporum angustifolium Lodd.
Celtis occidentalis L.
Prosopis chilensis (Mol.) Stuntz
Ceratonia siliqua L.
Punica granatum L.
Cercis siliquastrum L.
Cryptocarya alba (Mol.) Looser
Chorisia speciosa St.-Hill.
Elaeagnus angustifolia L.
Eucalyptus camaldulensis Dehnh.
Eucalyptus cinerea F.J.Muell. ex
Benth.
Eucalyptus citriodora Hook.
Eucalyptus erythrocorys F.J.Muell.
Eucalyptus ficifolia F.J.Muell.
Eucalyptus globulus Labill.
Eucalyptus gomphocephala DC.
Eucalyptus gunnii Hook.f.
Eucalyptus occidentalis Endl.
Eucalyptus robusta Sm.
Eucalyptus salmonophloia F.J.Muell.
Eucalyptus sideroxylon A.Cunn. ex
Woolls
Eucalyptus viminalis Labill.
Ficus benghalensis L.
Ficus benjamina L.
Ficus carica L.
Ficus drupacea Thunb.
Ficus elastica Roxb.
Ficus macrophylla Desf. ex Pers.
Ficus microcarpa L.f.
Ficus rubiginosa Desf. ex Vent.
Geoffroea decorticans (Gillies ex
Hook. & Arn.) Burkart
Quercus coccinea Muenchh.
Quercus ilex L.
Quillaja saponaria Mol.
Robinia pseudoacacia L.
Sapindus saponaria L.
Schinus molle L.
Schinus polygamus (Cav.) Cabrera
Schinus terebinthifolius Raddi
Sophora japonica L.
Tamarindus indica L.
Tamarix africana Poir.
Tamarix aphylla (L.) Karst.
Tamarix boveana Bunge
Tamarix canariensis Willd.
Tamarix gallica L.
Tamarix parviflora DC.
Tamarix ramosissima Ledeb.
Tecoma stans (L.) Juss. ex HBK.
Tecoma x smithii W.Watson
Terminalia catappa L.
Thevetia peruviana (Pers.) K. Schum.
Tipuana tipu (Benth.) Kuntze
Ulmus pumila L.
Ungnadia speciosa Endl.
Ziziphus jujuba Mill.
ARBUSTOS
Abelia x grandiflora (Andre) Rehd.
Heteromeles arbutifolia M. Roem.
Acokanthera oblongifolia (Hochst.) Hibiscus indicus (Burm.f.) Hochr.
Codd
Hibiscus syriacus L.
Anagyris latifolia Brouss. ex Willd.
Hippophae rhamnoides L.
Anthyllis barba-jovis L.
Lantana camara L.
Anthyllis cytisoides L.
Leptospermum scoparium J. R.
Atriplex halimus L.
Forst. & G. Forst.
Atriplex nummularia Lindl.
Ligustrum vulgare L.
Berberis thunbergii DC.
Lycianthes rantonnei (Carrière) Bitter
Bocconia arborea Watson
Medicago arborea L.
Caesalpinia gilliesii (Wall. ex Hook.) Melaleuca huegelii Endl.
D. Dietr.
Melaleuca nesophila F. Muell.
Caesalpinia spinosa (Mol.) Kuntze
Myoporum acuminatum R. Br.
Callistemon citrinus (Curtis) Skeels Myrtus communis L.
Calotropis procera (Ait.) Ait.f.
Nandina domestica Thunb.
Calycotome spinosa (L.) Link
Nerium oleander L.
Carissa macrocarpa (Eckl.) A.DC.
Paliurus spina-christi Mill.
Cassia artemisioides Gaudich. ex DC. Phyllirea angustifolia L.
Cassia sturtii R.Br.
Phymosia umbellata (Cav.) Kearney
Ceanothus arboreus Greene
Pistacia lentiscus L.
Ceanothus impressus Trel.
Pittosporum tobira (Thunb.) Ait. f.
Ceanothus thyrsiflorus Eschsch.
Plumbago auriculata Lam.
Chilopsis linearis (Cav.) Sweet
Prunus spinosa L.
Cistus ladanifer L.
Pyracantha angustifolia (Franch.)
Cistus x purpureus Lam.
C.K. Schneid.
Colletia paradoxa (Spreng.) Scal.
Pyracantha coccinea M. Roem.
Colletia spinosissima J.F. Gmel.
Retama monosperma (L.) Boiss.
Coprosma repens A. Rich.
Rhamnus alaternus L.
Coriaria myrtifolia L.
Rhaphiolepis indica (L.) Lindl. ex Ker
Cotinus coggygria Scop.
Gawl.
Cotoneaster lacteus W.W. Sm.
Sambucus nigra L.
Cotoneaster pannosus Franch.
Simmondsia chinensis (Link) C.K.
Cytisus grandiflorus DC.
Schneid.
Dodonaea viscosa Jacq.
Solanum aviculare G. Forst.
Echium candicans L.f.
Solanum bonariense L.
Elaeagnus ebbingei Boom
Spartium junceum L.
Fabiana imbricata Ruiz & Pav.
Tecomaria capensis (Thunb.) Spach
Feijoa sellowiana (O. Berg) O. Berg Teline linifolia (L.) Webb
Genista hirsuta Vahl
Teline x racemosa hort.
Genista hispanica L.
Viburnum tinus L.
Vitex agnus-castus L.
SUBARBUSTOS Y MATAS
Aloysia citrodora Palau
Lobelia laxiflora Kunth
Alyogyne huegelii (Endl.) Fryxell
Melianthus major L.
Anisodontea capensis (L.) D.M. Bates Oenothera macrocarpa Nutt.
Centaurea cineraria L.
Ozothamnus diosmifolius (Vent.) DC.
Cistus albidus L.
Pennisetum setaceum (Forssk.)
Convolvulus cneorum L.
Cortaderia selloana (Schult. &
Schult.f.) Asch. & Graebn.
Dicliptera suberecta (Andre) Bremek.
Dimorphotheca sinuata DC.
Epilobium canum (Greene)
P.H.Raven
Eriocephalus africanus L.
Euryops pectinatus (L.) Cass.
Helichrysum stoechas (L.) Moench
Lavandula dentata L.
Lavandula stoechas L.
Lavatera arborea L.
Lavatera trimestris L.
Leonotis leonurus (L.) R. Br.
Limoniastrum monopetalum (L.)
Boiss.
Limonium arborescens (Brouss.)
Kuntze
TAPIZANTES
Ajuga reptans L.
Aptenia cordifolia (L.f.) Schwantes
Arctostaphylos uva-ursi (L.) Spreng.
Asteriscus maritimus (L.) Less.
Capparis spinosa L.
Carpobrotus edulis (L.) N.E. Br.
Drosanthemum floribundum (Haw.)
Schwantes
Eschscholzia californica Cham.
Felicia amelloides (L.) Voss
Gazania rigens (L.) Gaertn.
Lampranthus spectabilis (Haw.) N.E.
Br.
Chiov.
Penstemon barbatus (Cav.) Roth
Perovskia atriplicifolia Benth.
Phylica ericoides L.
Romneya coulteri Harv.
Rosmarinus officinalis L.
Ruellia tweediana Griseb.
Russelia equisetiformis Schltdl. &
Cham.
Salvia farinacea Benth.
Salvia leucantha Cav.
Salvia officinalis L.
Santolina chamaecyparissus L.
Senecio cineraria DC.
Teucrium fruticans L.
Thymus vulgaris L.
Tithonia diversifolia (Hemsl.) A. Gray
Lantana montevidensis (Spreng.)
Briq.
Lobularia maritima (L.) Desv.
Malephora crocea (Jacq.) Schwantes
Myoporum parvifolium R. Br.
Phyla nodiflora (L.) Greene
Stachys bizantina K. Koch
Tradescantia pallida (Rose) D.R. Hunt
Verbena tenera Spreng.
Verbena tenuisecta Briq.
Vinca major L.
Wedelia trilobata (L.) Hitchc.
PALMERAS Y CÍCADAS
Acoelorrhaphe wrightii (Griseb. & H.
Wendl.) H. Wendl.
Brahea armata S. Watson
Butia capitata (Mart.) Becc.
Chamaerops humilis L.
Cycas revoluta Thunb.
Dioon edule Lindl.
Phoenix canariensis hort. ex
Chabaud.
Phoenix dactylifera L.
TREPADORAS
Asparagus falcatus L.
Bougainvillea spectabilis Willd.
Campsis radicans (L.) Seem. ex
Bureau
Cardiospermum grandiflorum Sw.
Phoenix roebelenii O’ Brien
Sabal minor (Jacq.) Pers.
Sabal palmetto (Walter) Lodd. ex
Schult.
Syagrus romanzoffiana (Cham.)
Glassman
Trachycarpus fortunei (Hook.) H.
Wendl.
Washingtonia filifera (Linden ex
Andre) H. Wendl.
Washingtonia robusta H. Wendl.
Hedera helix L.
Macfadyena unguis-cati (L.) A.H.
Gentry
Merremia tuberosa (L.) Rendle
Podranea ricasoliana (Tanfani)
Sprague
CRASAS Y SUCULENTAS
Agave americana L.
Agave attenuata Salm-Dyck
Agave parryi Engelm.
Agave potatorum Zucc.
Agave salmiana var. ferox (K. Koch)
Gentry
Agave victoriae-reginae T. Moore
Aloe arborescens Mill.
Aloe brevifolia Mill.
Aloe saponaria (Ait.) Haw.
Aloe striata Haw.
Aloe vera (L.) Burm.f.
Cereus hildmannianus K. Schum.
Cotyledon macrantha A. Berger
Crassula arborescens (Mill.) Willd.
Crassula ovata (Mill.) Druce
Dasylirion serratifolium Zucc.
Dracaena draco (L.) L.
Echeveria elegans Rose
Echinocactus grusonii Hildm.
Euphorbia canariensis L.
Euphorbia candelabrum Kotschy
Euphorbia dendroides L.
Euphorbia milii Des Moul.
Euphorbia tirucalli L.
Ferocactus latispinus (Haw.) Britt. &
Rose
Furcraea selloa K. Koch
Graptopetalum paraguayense (N.E.
Br.) E. Walther
Kalanchoe blossfeldiana Poelln.
Kalanchoe fedtschenkoi Raym.Hamet & H. Perrier
Lampranthus blandus (Haw.)
Schwantes
Myrtillocactus geometrizans (Mart.)
Console
Nolina recurvata (Lem.) Hemsl.
Opuntia engelmannii Salm-Dyck ex
Engelm.
Opuntia ficus indica (L.) Mill.
Opuntia microdasys (Lehm.) Pfeiff.
Pachycereus marginatus (DC.) Britt.
& Rose
Pachypodium lamerei Drake
Portulacaria afra (L.) Jacq.
Puya chilensis Mol.
Sansevieria trifasciata Prain
Sedum pachyphyllum Rose
Sedum palmeri S. Watson
Sedum rubrotinctum R.T. Clausen
Senecio mandraliscae (Tineo)
Jacobsen
Stenocereus thurberi (Engelm.) Buxb.
Yucca aloifolia L.
Yucca guatemalensis Baker
CONÍFERAS
Calocedrus decurrens (Torr.) Florin
Cupressus arizonica Greene
Cupressus sempervirens L.
Juniperus chinensis L.
Juniperus deppeana Steud.
Pinus canariensis C. Sm.
Pinus halepensis Mill.
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