instituto de derecho comercial (fallo) nº 56830/11 speerli gladys l. c

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Causa
Nº 56.830/11
Reg. Int. Nº D-
Expte. Nº SM5723/2005
/08
Sala Segunda
A C U E R D O
En Gral. San Martín, a los
días
del mes de noviembre de dos mil ocho, reunidos en
Acuerdo Ordinario los señores jueces de la Cámara de
Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento
Judicial de Gral. San Martín, Sala Segunda, con la
presencia de la señora secretaria actuante, se trajo
a despacho para dictar sentencia la causa Nº 56.830,
caratulada "SPEERLI, GLADYS LILIANA C/ CUCCIOLETTA,
RICARDO
FABIAN
Y
OTRO/A
S/
COBRO
EJECUTIVO",
que
tiene asignado el siguiente orden de votación: jueces
Scarpati, Pérez y Mares.
De conformidad con lo establecido por los arts.
168 de la Constitución Provincial y 266 del Código
Procesal, se resolvió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es ajustada a derecho la sentencia apelada?
V O T A C I O N
A la cuestión propuesta, la señora juez Scarpati
dijo:
I. La sentencia de fs 66/68 es apelada por los
accionados,
quienes
sostienen
su
incontestada memoria de fs. 72/75.
recurso
en
la
II. Los agraviados esgrimen variadas críticas al
cuestionado pronunciamiento.
a) La primera refiere a la aducida inhabilidad
del
título,
al
no
revestir
el
instrumento
en
ejecución el carácter de pagaré. Considera, por ello,
inviable
la
preparación
de
la
vía
ejecutiva
para
subsanar las deficiencias de un documento que carece,
de
por
sí,
de
aptitud
para
poder
ser
considerado
título ejecutivo.
b) El segundo reparo concierne a la postulada
ausencia de plazo de vencimiento consignado en el
título.
Al
no
ser
aplicables
los
preceptos
del
decreto ley 5965/63, considera que el silencio que al
respecto exhibe el documento en ejecución no permite
aplicar
la
suplencia
segundo
párrafo,
que
consagrada
establece
en
como
su
artículo
pagable
a
2
la
vista el título en el que no se establezca plazo para
el pago. En ese contexto, estima que sólo el juez
esta facultado para fijar ese término, a tenor del
artículo 618 del Código Civil, data ésta que no se
encuentra preestablecida en esos términos. Por ende,
la
deuda
en
cuestión
no
sería
exigible,
lo
que
restaría aptitud al documento que la comprueba para
ser considerado ejecutivo.
c) En tercer lugar, impugna el rechazo de la
defensa de falsedad, por considerar configurado un
supuesto
de
ideológica
abuso
en
lo
de
que
firma
a
las
en
blanco
supuestas
y
falsedad
fechas
de
emisión y vencimiento respecta. Alude a la hipotética
relación jurídica que habría dado origen a la emisión
del
título,
retenido
el
por
indebidamente.
que
el
El
habría
sido
beneficiario
recurrente
estima
ilegítimamente
y
completado
haber
invocado
hechos conducentes tendientes a sostener su defensa,
situación ésta que, a su criterio, justificaba con
creces la necesidad de abrir a prueba la causa con
miras a poder acreditar los extremos invocados.
d) En cuarto y último término, en subsidio de
los planteos anteriores, alega que debe ser eximido
del cómputo de intereses moratorios y de la carga de
las costas del proceso.
Sostiene al respecto que la fecha de vencimiento
que tomó en cuenta la juez "a quo" (15/03/05) no
forma parte del título, al no estar asentada en la
redacción que expresa el contenido y alcances del
derecho en él plasmado, habida cuenta de resultar -a
su criterio-
totalmente irrelevante la mención hecha
en el extremo superior del documento en orden a la
data de exigibilidad.
En ese marco y a tenor de lo expresado en punto
"b" precedente, entiende que su parte no se encuentra
en mora y que, por ello, no deben incluirse intereses
resarcitorios
ni
debe
ser
sujeto
pasivo
de
la
imposición de las costas.
III. Anticipo que el recurso no debe prosperar.
a) Es cierto que, en su escrito introductorio,
la
accionante
promovió
juicio
ejecutivo
invocando
como causa de su pretensión un supuesto pagaré. Sin
embargo,
no
oportunidad
debe
de
perderse
dictarse
el
de
vista
proveído
que,
en
fs.
14
de
confirmado a la postre por esta Sala (fs. 19/20), se
observó la ausencia de recaudos formales que permitan
considerar pagaré al documento glosado a fs. 12, al
par que se decidió preparar la vía ejecutiva sobre la
base del contenido del instrumento privado aludido,
no ya como título de crédito sino como portador de
una deuda líquida y exigible.
Por consiguiente, el sustrato documental en cuya
base se decidió dar curso a la pretensión no estuvo
representado por un pagaré, sino por un instrumento
privado
continente
presuntamente
contrario,
a
de
una
cargo
hubiera
de
obligación
los
dineraria
accionados.
resultado
De
innecesaria
lo
la
preparación de la vía ejecutiva en la medida que el
enunciado
título
de
crédito
la
habilita
en
forma
directa (art. 521 inc. 5º, CPCC).
La preparación de vía ejecutiva no se encauza
para
suplir
defectos
u
omisiones
formales
de
ese
pagaré, sino para conformar un título ejecutivo de
distinta
índole,
huérfano
totalmente
del
carácter
cambiario que singulariza a aquel instrumento.
En conclusión, el hecho de no resultar un pagaré
el instrumento en ejecución y de no ser a su respecto
aplicables los preceptos del decreto ley 5965/63 no
comportan, en el caso concreto, circunstancias que
mellen la aptitud del instrumento en cuestión para
adquirir eficacia ejecutiva aunque, preparación de la
vía mediante, como instrumento privado portador por
una deuda líquida y exigible (arts. 518, 523 inc. 1 y
ccdtes., CPCC).
b) El agraviado también sostiene, en otro orden,
la defensa de inhabilidad en virtud de la aducida
ausencia de plazo de vencimiento computable en el
respectivo título.
Aclaro,
ante
todo,
que
no
ignoro
la
jurisprudencia que desconoce efectos a la fecha de
vencimiento que no integra el texto de la declaración
cambiaria
(conf.
caratulada
19/11/2004).
cuando
"Tenaglia
Pero
pudiere
documentos
CNCom,
Sala
c/Baceski
considero
prohijarse
cambiarios
B,
que
en
causa
69.364/3
s/Ejecutivo"
ese
el
abstractos
criterio,
campo
tales
de
como
del
aun
los
el
pagaré, no puede extenderse indiscriminadamente al de
los instrumentos privados en general.
El pagaré, según acabo de deslizar, es un título
de crédito formal y abstracto. No casualmente ambos
caracteres coexisten, en tanto el primero acompaña
necesariamente
una
al
operación
segundo.
La
abstracción
lógico-jurídica
que
comporta
permite
la
separación de uno de los elementos esenciales que
integra todo acto jurídico: la causa (arts. 944, 499,
Código Civil). Para compensar la prescindencia válida
de ese elemento, se apela como reacción a la forma,
la
que
permite
caracterizar
establemente
a
ese
negocio jurídico cuya particularidad reside, ni más
ni menos, en la desconsideración legal de su negocio
subyacente.
Existe,
pues,
un
juego
recíproco
y
armónico entre la abstracción y la formalidad (conf.
Gerscovich
C.
G.
en
"La
abstracción
cambiaria.
Aspectos sustanciables y procesales", pág. 12, Edic.
Pannedille, 1970).
Desde esa perspectiva lógica podría entenderse
la aducida irrelevancia de la data de vencimiento
puesta al margen de la declaración cambiaria. Sin
embargo, es otro el plano que campea en la cuestión
que aquí se suscita.
Como ya he señalado, el documento en ejecución
no comporta un pagaré ni un título de crédito: se
trata,
antes
documenta
un
bien,
acto
de
un
instrumento
jurídico
cuyo
privado
objeto
que
está
representado por una deuda dineraria líquida. No rige
en la especie, pues, el principio del rigor cambiario
formal y sustancial que impera en la esfera cartular,
de la cual se encuentra al margen el documento en
ejecución.
En consecuencia, se trata en autos de analizar
el contenido y alcances de la declaración de voluntad
vertida
en
el
instrumento
de
fs.
12.
El
tenor
manuscrito allí consignado se despliega en el pórtico
de
un
documento
preimpreso,
en
el
cual
figuran
espacios y recaudos para ser completados con datos
específicos.
A
diferencia
esferas
de
la
de
lo
que
materia
acontece
cambiaria,
en
no
ciertas
existen
formalismos ni formulimos sacramentales a los que se
supedite
la
declaración
unilateral
en
la
que
los
accionados asumen el compromiso de pago objeto de
este proceso.
Esta situación permite evaluar el tenor volcado
en la totalidad del continente, adquiriendo relieve
las
indicaciones
vertidas
incluso
en
los
cuadros
superiores estampados para incluir datos cuyo objeto
se especifica de modo preimpreso, aun cuando éste no
integre el desarrollo estrictamente literario de la
declaración.
El
reconocimiento
de
firma
implica
el
del
contenido del instrumento (art. 1028, Cód. Civil), el
que se proyecta al detalle desplegado en el cuerpo o
sustrato
físico.
El
desarrollo
orgánico
de
la
declaración examinada comprende, en forma indivisa,
las
menciones
que
se
vierten
en
su
materialidad,
dentro de las que no puede pasar inadvertida aquélla
que completa un casillero específico que, según el
tenor
preimpreso
del
formulario,
está
destinado
a
consignar la fecha de vencimiento de la obligación.
Existen
dos
elementos
que
no
pueden
pasar
desapercibidos a la hora de computar la fecha del
15/3/2.005 como de vencimiento del título. En primer
término,
literario
el
fragmento
de
la
que
consigna
declaración
el
desarrollo
carece,
al
menos
expresamente, de un campo o espacio preestablecido en
el formulario que aluda al vencimiento, lo que admite
su
complementación
con
la
data
que
a
ese
fin
se
consigna el recuadro superior de esa pieza.
En segundo término, tampoco puede desconocerse
la ausencia de toda mención que permita inferir el
designio de los emisores del intrumento de integrar
el
contenido
judicial
del
sobre
acto
el
jurídico
momento
con
una
preciso
en
decisión
que
la
obligación debe cumplirse (art. 1.198 primer párrafo,
618, 509 tercer párrafo y ccdtes., Cód. Civil).
En ese contexto, del tenor íntegro del documento
no
cabe
sino
reclamada
a
interpretar
un
plazo
la
sujeción
determinado
de
la
deuda
cierto,
cuyo
vencimiento, tal como se decidió en la sentencia,
operó el 15/3/2.005 y cuya expiración, amén de tornar
exigible la deuda (art. 566, Cód. Civil), constituyó
en mora a los obligados (art. 509 primer párrafo,
Cód. Civil).
c) Corresponde a esta altura discurrir sobre las
defensas de falsedad y abuso de firma en blanco.
Es atinado el enfoque de la sentencia en torno
de
estas
cuestiones,
presente
proceso
basado
del
en
debate
la
sobre
ajenidad
la
causa
al
y
vicisitudes de la relación jurídica sustancial que
predeterminó la instrumentación del título ejecutivo.
Ambas
esfera
arguciones
del
insiste
negocio
en
que,
intentan
causal,
al
introducirse
en
tanto
completar
el
el
en
la
agraviado
documento,
su
beneficiario se apartó de las directrices a las que
se condicionó su emisión, al par que alega también la
oportuna
extinción
por
pago
de
aquella
relación
constitutiva.
A lo expuesto por la señora juez “a quo” sólo he
de agregar unas breves líneas. Es excepcionalísima la
posibilidad de horadar la esfera formal que envuelve
tanto al título ejecutivo como al proceso homónimo,
con
el
fin
contenido
de
discurrir
sobre
la
relación
jurídica
de
la
existencia
que
subyace
y
al
instrumento.
Para
hipótesis,
desplegado,
que
pueda
es
menester
surja
configurarse
en
que,
del
forma
esa
aporte
singular
probatorio
evidente,
clara
e
inequívoca ora la inexistencia originaria o actual de
la deuda, ora su inadecuación a las pautas que las
partes tuvieron en cuenta al emitirse el título.
Esa apreciación parte de una elemental premisa:
lo ritual no debe prevalecer por sobre lo sustancial,
cuando
en
la
instrumento
segundo.
especie
eficaz
Sin
que
embargo,
lo
primero
trata
ese
de
representa
un
resguardar
lo
análisis
no
puede
realizarse desatendiendo el contexto y la estructura
nítidamente formales que caracterizan tanto a este
andarivel
impelerlo.
procesal
Corolario
como
al
de
esta
título
que
circunstancia
permite
es
la
contracción del marco de conocimiento que impide, por
imperativo legal, discurrir sobre la legitimidad de
la causa que anida en el transfondo del título (art.
542 inciso 4, CPCC).
Esa directriz no solo intensifica la rigurosidad
que exige la apreciación del material probatorio que
se hubiere incorporado para acreditar los postulados
extremos,
sino
que,
asimismo,
conlleva
al
liminar
rechazo
del
ofrecimiento
de
prueba
destinado
a
inmiscuirse en el origen y vicisitudes de la relación
jurídica sustancial (art. 547 tercer párrafo, CPCC).
De los elementos aportados por los accionados,
apreciados
contexto
con
la
procesal
ostensible,
rigurosidad
exige,
evidente,
no
se
palpable
que
el
aprecia
e
presente
en
forma
inequívoca
la
configuración de ninguna de las circunstancias en que
el
agraviado
fundara
a
la
sazón
su
defensa
de
falsedad, sin perjuicio del análisis que de ellas
pueda eventualmente realizarse en un juicio ordinario
posterior (art. 551, CPCC).
Corresponde,
pues,
desestimar
también
ese
planteo.
d)
Resta
abordar
la
cuestión
subsidiariamente
aducida en torno de la improcedencia del cómputo de
intereses moratorios y de la imposición a su parte de
las costas del proceso. El sustrato argumental de
este planteo radica en la invocada inexigibilidad del
crédito que se le reclama y en su consecuente falta
de incursión en mora.
La refutación a esas aserciones ha sido sentada
y desarrollada en el considerando “III.b”, a cuyo
análisis me remito en homenaje a la brevedad.
IV.
Por
lo
expuesto,
propongo
confirmar
la
sentencia recurrida en todo cuanto ha sido objeto de
agravio. Las costas de Alzada deberán imponerse en el
orden
causado,
al
no
haber
mediado
contradicción
(art. 68 segundo párrafo, CPCC), y la regulación de
honorarios deberá diferirse para la etapa procesal
oportuna (art. 31, dto. ley 8.94/77).
Voto por la AFIRMATIVA.
Los señores jueces Pérez y Mares, por los mismos
fundamentos, adhieren al voto que antecede.
Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por
los
fundamentos
dados
en
el
Acuerdo
precedente, se RESUELVE: 1º) CONFIRMAR la sentencia
recurrida en todo cuanto ha sido objeto de agravio
2º) IMPONER las costas de Alzada en el orden causado.
3º) DIFERIR la regulación de honorarios para la etapa
procesal oportuna y 4°) ORDENAR que en la instancia
anterior, se proceda a corregir la foliatura a partir
de fs. 45. REGISTRESE. DEVUELVASE.
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