Devocional realizado y validado por el Nodo del Proyecto Centralidad de la Niñez, la Pastoral Materno Infantil y Visión Mundial en República Dominicana. Autoras: Ivelisse Tavárez y Eunice Ramírez. EL AMOR DE DIOS ME PROTEGE Y PROTEGE MI CASA Y MI FAMILIA Texto bíblico: Mateo 7, 24 al 27 1. Introducción (padres, madres o cuidadores) Mi casa como ambiente seguro y protegido El derecho de niñas y niños a la protección implica brindarles los cuidados necesarios para que se desarrollen de manera integral y plena; garantizar sus derechos a recibir amor, salud, educación; a vivir en familia, a vivir sin violencia, a no ser discriminados y a participar en las decisiones que tienen que ver con ellos y su entorno. Asimismo, implica protegerlos de cualquier situación que pueda poner en riesgo su salud e integridad física, como el maltrato, el consumo de drogas, la explotación laboral o sexual y los actos criminales, entre otros. Un ambiente seguro es aquel en el que las personas encuentran: afecto, cuidado, protección, posibilidades de desarrollo intelectual, emocional y moral. El hogar, la escuela y la comunidad, constituyen el ambiente en el que niñas y niños se desarrollan. Para que estos espacios sean ambientes protectores se requiere que cada ámbito comparta la misión de proteger a niñas y niños, así como se comprometa a prevenir riesgos. Educar con ternura Las niñas y los niños necesitan saber que su familia los quiere, los necesita y los considera valiosos. El amor en la familia es una poderosa arma contra los riesgos: el amor provoca seguridad y otorga fuerza para enfrentar los riesgos, pues estará acostumbrado a un buen trato y tendrá una buena vida que no estará dispuesto a perder. Demuestre su amor con caricias y besos: es muy importante brindar amor a las hijas y a los hijos. Eduque con el ejemplo: quiéralos para que ellos se quieran. Si los quiere, los trata con amor y ternura. Cuando los sentimientos de los hijos son principalmente la desconfianza, la vergüenza, el miedo, el resentimiento, la culpa o el sentimiento de inferioridad, buscarán la manera de escapar de esa realidad, a través de conductas de riesgo como el consumo de drogas, la delincuencia o relaciones sexuales. 2. Para trabajar con los niños y niñas Cuento: los besitos de mamá Había una vez, un niñito llamado Danielito, que vivía en una casita de chocolate de todos los colores, ahí vivía con su mamá y su papá. El papá y la mamá tenían que ir a trabajar todos los días para que los chocolates no se acabaran y así no se cayera la casita. Cada vez que la mamá se iba a trabajar el Danielito lloraba porque quería que su mamá se quedara con él jugando todo el día, pero eso no era posible, y la mamá le decía: “mira mi amor si yo no trabajo, entonces se nos va a caer la casita y además no vamos a tener nada para comer ni juguetes con qué jugar, lo mismo con tu papá, él tiene que salir a trabajar para que después podamos salir de paseo y pasar vacaciones juntos en el mar.” ¡Un día tú vas a crecer grande, grande y fuerte! Y vas a tener que ir a la escuela a aprender muchas cosas para después trabajar también, y hacerte una casa linda de chocolates y dulces de colores bellos y llenarla de felicidad. Pero Danielito aunque se calmaba por momentos a veces rompía en llanto….La mamá de ver la angustia de su niñito le dijo así: “cada vez que sientas una brisa suave en tu carita vas a pensar que son besitos que te mando, y así sabrás que te quiero mucho y que siempre estoy pensando en ti, además es como si yo estuviera aquí contigo. “ Esto hizo que el niñito entendiera que su mamá y su papá aunque se fueran cada día, lo amaban mucho y que era por su bien, que él tenía que quedarse en su casa, porque ellos siempre cuidaban de él”. ¿Qué nos dice Dios sobre la protección? Texto Bíblico: Mateo 7, 24 al 27 24 Un hombre sabio construyó su casa sobre una montaña. 25 Hubo lluvias, fuertes vientos, crecieron los ríos, la casa no se cayó, porque confiaba y obedecía lo que papá Dios le decía. Su confianza estaba en puesta en papá Dios. Pero hubo un hombre necio que construyó su casa sobre la arena y como llovió mucho la casa se cayó. Este hombre no sabia que papa Dios lo amaba mucho y por eso, lo que el le decía era para que no sufriera, pero el no lo escuchó. Papa Dios lo salvó porque nos ama, nos abraza, nos cuida, nos protege siempre. Relación entre el cuento y el texto de la casa sobre la roca Así como para Danielito era importante sentir la presencia de sus padres junto a él, porque así se sentía mas seguro y amado, obedecer lo que le dijo su mami lo hizo mas feliz, ya no tenia miedo. Así también, sentirnos seguros y amados en Jesús que es la roca que sostiene la casita, nos hace felices. Confiar y obedecer lo que Dios nos pide, nos quita todos los miedos porque el siempre estará a nuestro lado, protegiéndonos, nada nos hará daño. ¿Qué descubrimos jugando? Juguemos al VEO-VEO Vamos a invitar a los niños y niñas a descubrir las cosas que tenemos en casa que nos demuestran lo mucho que papá y mamá nos aman, nos protegen y nos cuidan. 1. VEO, VEO, VEO (papá o mamá) 2. QUE VEZ? (Los niños y niñas) 1. ¿UNA COSA? (papá o mamá) 2. ¿QUÉ COSA? (NINOS Y NIÑAS) 1. ¿UNA COSA DE COLOR AMARILLO…? (una taza, un lápiz,…) Ahora el niño debe ir adivinando las cosas de acuerdo al color mencionado, (se le ayuda diciéndole “caliente” si esta cerca del objeto o “frio” si esta lejos) cuando adivine el objeto se le pregunta ¿para qué sirve?, ¿quién lo usa?, y ¿cómo nos sentimos cuándo lo usamos…? (pueden ser otras preguntas también) ¿Qué construimos viviendo? Vamos a construir una casita de cartón con piedrecitas en el borde inferior, representando la roca que sostiene la casa. Dentro de la casa se pueden escribir los valores que ayudan a sostener nuestra familia.: amor, cariño, cuidado, trabajo, compartir, jugar, comer juntos, orar juntos,… Materiales: cartón, tijeras, papel de periódico o construcción, lápices de colores, pegamento ¿Qué celebramos orando? Hacemos una oración de acción de gracias por mi casa, por mi mamá, mi papá, mi abuela, mis hermanitos… y todos los que viven conmigo, como me cuidan y protegen con cariño para que yo sea feliz, gracias Señor… Los adultos pueden escribir la oración que expresen los niños si ellos aún no saben escribir.