Entrevista a Félix Padín A través de la asignatura de Historia de España hemos podido conocer un poco más acerca de la historia de Miranda de Ebro. En este sentido nos ha llamado especialmente la atención la existencia de un campo de concentración en las inmediaciones de nuestra localidad. El campo de concentración de Miranda de Ebro se encontraba ubicado detrás del actual parque de Emiliano Bajo, entre las vías del ferrocarril y el río Bayas. Se construyó durante la Guerra Civil Española (1936-1939) en 1937 a instancias del bando sublevado y se mantuvo abierto durante la dictadura de Francisco Franco hasta 1947, siendo el último en clausurarse de los campos de concentración de España. Su finalidad inicial fue albergar a presos republicanos españoles, sin embargo, también alojó prisioneros judíos, franceses, polacos, belgas, holandeses, checoslovacos, yugoslavos, griegos, canadienses y austriacos. Para conocer más sobre este lugar, se nos planteó la posibilidad de entrevistar a Félix Padín, testigo de lo que aconteció en dicho campo de concentración. Tras contactar con él por teléfono, nos concedió esta entrevista en una cafetería de Miranda de Ebro, mientras tomaba un café. Félix Padín Badillo fue un teniente republicano bilbaíno nacido el 9 de julio de 1916. No disfrutó de su infancia como le hubiera gustado, ya que tuvo que comenzar a trabajar siendo aún muy joven para ayudar a su familia que pasaba por un mal momento económico. El señor Padín sufrió en sus “propias carnes” la crueldad de la Guerra Civil Española, hecho que recuerda como “…previsible. Ya nos esperábamos que ocurriera…”. Durante la guerra estuvo infectado de piojos y enfermó de tifus. A pesar del sufrimiento, no cambiaría nada de lo que hizo y considera que fue un modo, un tanto temprano, eso sí, de madurar, de “depurarse” y de observar cómo se regía la política de entonces. Actualmente sigue luchando por sus ideales en el sindicato de la CNT. ENTREVISTADORAS: ¿Qué edad tenía al comienzo de la Guerra Civil? FELIX PADIN: Cuando comenzó la guerra yo tenía 20 años y 9 días exactamente. E.: ¿En qué trabajaba cuando se produjo el inicio de la guerra? F.P.: Trabajaba en la construcción desde los 15 años, pero anteriormente estuve trabajando en una tienda de ultramarinos. E.: ¿Qué ambiente se respiraba los días anteriores y posteriores al levantamiento de los Generales Mola y Franco? F.P.: Desde que el Rey Alfonso XIII, se marchó y se instauró la República, ya se preveían los hechos que posteriormente acontecieron. El gobierno decía continuamente que todo estaba controlado, pero en realidad no era así, de modo que el día del estallido nos dirigimos a mi casa a por armas para luchar en las calles y reclamamos al gobierno más armamento. El gobernador de Bilbao fue una persona buena que apoyó la República. Las tropas franquistas mandaron un comunicado del General Mola diciendo: “Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta, para reducir lo antes posible al enemigo”. E.: ¿Por qué se presentó como voluntario del ejército republicano? F.P.: Tenía que apoyar la causa republicana, y aunque no nos hubiésemos presentado habríamos pagado igualmente las consecuencias de la guerra. Primero formamos agrupaciones entre las que estaban la CNT. Guardias de Asalto, Comunistas… Más avanzada la guerra formamos los primeros batallones, yo fui teniente del Batallón Durruti1. E.: ¿Por qué dejó su ciudad natal? F.P.: Porque fui arrestado por las tropas franquistas en Bilbao el 16 de julio de 1937. Más tarde me trasladaron junto a algunos compañeros a la cárcel de Vitoria, donde pasé cinco días. Posteriormente nos llevaron a un cuartel, pero debido a la escasez de espacio, algunos fuimos trasladados a una cuadra en pésimas condiciones, donde a penas nos daban comida, solamente unas pocas peladuras de patata y agua. E.: ¿Por qué le mandaron al campo de concentración de Miranda de Ebro? ¿Cuánto tiempo permaneció allí? F.P.: El 8 de diciembre de 1937 llegué al campo de concentración de Miranda de Ebro debido al escaso espacio del que disponíamos en la cuadra. En el año 1938 salí y me llevaron a Guadalajara a hacer trincheras. En el 39 regresé de nuevo a Miranda, pero esta vez de paso. Volví a esta ciudad en el año 1940. En total estuve seis años en el campo de concentración de Miranda de Ebro. E.: ¿Qué trabajos realizaban los reclusos? F.P.: En un primer momento, construimos nuestras propias letrinas junto al río. Más adelante nos obligaron a construir una iglesia con los materiales que nos proporcionaban. E.: ¿Podía comunicarse de algún modo con sus amigos y familiares? F.P.: Sólo pude comunicarme con mi familia estando en la cuadra en Vitoria. Una compañera del sindicato me vio cuando nos visitó en ese lugar. Gracias a ella pude recibir de mi familia algo de ropa y 2 pesetas. E.: ¿Intentó escapar en alguna ocasión del campo de concentración? F.P.: No. No merecía la pena intentarlo, porque aunque lo hubiese conseguido esto hubiera repercutido en mi familia. Recuerdo a un compañero que lo intentó, pero fue descubierto y como castigo le colgaron del mástil de la bandera del campo en pleno enero a -16ºC (sic). Al día siguiente lo encontramos muerto. Era su peculiar manera de decir que al final lo pagaríamos. A otro amigo mío también le descubrieron y castigaron a su mujer obligándola a limpiar las iglesias con el pelo. E.: ¿Tuvo miedo en algún momento en especial? 1 Grupo voluntario de milicianos anarquistas formado en Barcelona al mando de Buenaventura Durruti. F.P.: Únicamente la primera noche que pasé en la cárcel de Bilbao. A lo lejos oíamos el bombardeo y todos temíamos por nuestras vidas. E.: ¿Cómo recuerda el fin de la guerra? F.P. Al final de la guerra me encontraba arrestado en Guadalajara. Desde mi punto de vista el fracaso de nuestro bando se debió a los partidos comunistas, que iban a implantar una dictadura como la de Rusia, persiguiendo a los que no pensaban como ellos. Los comunistas se acabaron retirando e hicieron un pacto con Hitler para no atacarse mutuamente2. E.: ¿Qué es lo primero que hizo al salir del campo de concentración de Miranda de Ebro? F.P.: Me enteré de nuestra liberación por los altavoces, y sentí una enorme alegría. Lo primero que hice fue dirigirme a Bilbao, para que la Guardia Civil nos apuntaran en el registro y así podían tenernos controlados. E.: ¿Por qué decidió quedarse en Miranda? F.P.: Decidí volver porque quería comenzar una nueva vida con mi compañera. E.: ¿En qué trabajó tras su liberación? F.P. Trabajé en el campo de la construcción, en la empresa FEFASA y posteriormente en otras construcciones. E.: Para finalizar ¿le daría algún consejo a los jóvenes de hoy en día? F.P. Simplemente que no hagan nada de lo que puedan arrepentirse, que eviten las drogas y todo lo que debilita el cuerpo y no les deja pensar por sí mismos. Lo importante es pensar por si mismo, no que te coman la cabeza con ideas personales de algunos pocos. Que se preocupen por el estudio, la vida, el cuerpo…pero sobre todo por la mente. Y que tomen sus propias decisiones para que nadie guíe sus vidas. E.: Muchas gracias por su tiempo… F.P.: De nada, un placer. 2 Puede referirse al Tratado de no agresión firmado en 1939 entre la Alemania nazi de Hitler y la URSS de Stalin, poco antes de que iniciara la Segunda Guerra Mundial. Sandra Gómez y Lara González con Félix Padín en el sindicato de la CNT (Miranda de Ebro, 19.03.2010) Fuente: José Ángel Fernández López, Historia del Campo de Concentración de Miranda de Ebro (1937-1947), Miranda de Ebro, 2003.