ESTILO DE ENSEÑANZA La propuesta educativa del Instituto Leopoldo Lugones tiene como meta la formación integral de niños y jóvenes que aprenden a conocer, hacer y ser, adquiriendo competencias para desenvolverse en diferentes ámbitos, con sus capacidades potenciadas para vivir y decidir con seguridad en este -su mundo- cada vez más complejo, tecnologizado y globalizado. En nuestra concepción pedagógica nos situamos en un paradigma constructivista, según el cual el modo de conocer el mundo que nos rodea y por tanto, el progreso de nuestras estructuras de pensamiento, no se debe a la suma de aprendizajes sucesivos, se produce cuando nos enfrentamos a una situación de “desequilibrio cognitivo”. Según Piaget, para restablecer este equilibrio, es preciso que se den dos procesos: la asimilación y la acomodación. Para que un alumno aprenda de una manera no mecánica ni puramente imitativa, es necesario que asimile, seleccione, procese, interprete y relacione aquellas actividades y contenidos que se le plantean, mediante una actividad autoestructurante que le obligue a revisar sus esquemas y estructuras previas en relación a aquellos contenidos y les aporte un grado más elevado de estructuración, complejidad, detalle o claridad. El papel del error es de suma importancia en el proceso de adquisición de los conocimientos ya que es el punto de partida para nuevos abordajes. Vigotsky aporta una nueva visión al definir la zona de desarrollo próximo como la distancia entre el nivel actual del alumno, determinado por la capacidad de resolver un problema sólo, y el desarrollo potencial, determinado a través de contar con la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz. Así se concede una gran importancia a la guía, ayuda, dirección del docente durante las actividades escolares, actuando como mediadores entre él y los contenidos objeto de aprendizaje. Coincidimos con Ausubel que el aprendizaje se da cuando el alumno es capaz de atribuirle un significado, es decir, establecer relaciones sustantivas y no arbitrarias entre lo que aprende y lo que ya conoce. Para ello el alumno debe tener una estructura cognoscitiva con los conocimientos previos necesarios y dispuestos (activados) donde enlazar los nuevos aprendizajes propuestos y además éste debe estar bien organizado y adecuadamente presentado. Entonces decimos que el contenido es potencialmente significativo. Por otra parte, el alumno debe tener una actitud favorable para aprender significativamente. Deberá hacer un esfuerzo para asimilarlo y manifestar una buena disposición, tener interés y creer que puede hacerlo. Cuando un alumno realiza un aprendizaje significativo entonces lo integrará en sus conocimientos para utilizarlo o recordarlo en el momento en que lo necesite para actuar o para adquirir otros conocimientos nuevos. Hablamos entonces de la funcionalidad de los aprendizajes. El papel de la familia y el modo en que considera el modo de aprender es muy importante y condiciona en parte la actitud del alumno frente al aprendizaje. Nuestros alumnos tienen que completar la educación que reciben en sus hogares, de ahí la importancia de que familia y escuela estén en la misma sintonía. En síntesis, en el Instituto Leopoldo Lugones, se otorga la misma importancia y relevancia a la actividad de cognición del alumno y determinados objetos de conocimiento, como a la interacción afectiva y comunicativa entre alumno – par- docente. Estamos convencidos que el alumno siempre tiene la posibilidad de avanzar y aprender, como así también una profunda confianza y respeto por la diversidad de las personas y familias.