Diego Corsini- director de cineDesde mi profesión como cineasta busqué encontrar algunos de los muchos puntos en común que tienen la psicología y la cinematografía. A partir de ellos, intenté profundizar desde algunos de los aspectos que me parecieron muy interesantes y que podrían derivar la disertación en un interesante debate como el que finalmente fue. Hay que tener en cuenta que el cine y la psicología, ambos tienen sus orígenes de la mano de la filosofía. La psicología directamente tiene sus inicios como una rama de aquella, y en el caso de la cinematografía, debe gran parte de su dramaturgia a una de las obras de los filósofos más destacados en la historias "La Poética" de Aristóteles. Al mismo tiempo, tanto la psicología como el cine, son disciplinas consideradas como "modernas y contemporáneas". Ambas son profesiones que podríamos considerar nuevas, teniendo en cuenta que surgieron con gran fuerza en los inicios del siglo XX. No sólo en sus orígenes se tocan el séptimo arte y la nueva ciencia. Es evidente que el cine se debe en gran parte a sus personajes, muchos de los cuales habitan el imaginario colectivo de nuestra sociedad (¿quién no identifica a un capo mafia con aquella brillante interpretación de Vito Corleone que hiciera Marlon Brando en la Obra Maestra de Coppola?). Y estos personajes que marcan nuestra historia y nuestra sociedad, suelen ser fuertes gracias a una importante construcción psicológica de lo mismos desde el guión. La dirección actoral tanto en cine como en teatro, mucho le deben a la psicología y muchas veces el director se siente como el psicólogo de sus actores, de sus personajes y van llevando un proceso para fortalecer la personalidad de esos personajes que tras gritar "acción" quedarán impregnados en el celuloide para la eternidad. ¡Cuánto le deben esos personajes que marcaron el cine a la psicología! ¿Cuántas veces como guionistas, directores o incluso actores hemos hablado de la "psicología del personaje"? Y al mismo tiempo, esa no es la única cercanía entre ambas disciplinas. Pensemos también en cómo afecta el cine a la psicología del espectador. Ese placer u obsesión de los directores por jugar a ser dios, por jugar con todas las herramientas de la cinematografía para conseguir emociones y sensaciones de lo más diversas en los espectadores. Saber combinar la música adecuada con el escenario ideal, la interpretación perfecta y la dramaturgía exacta, son apenas algunas de las armas con las que todo director maneja la psicología de los espectadores. Cuanto más conozca de sus espectadores, es decir, cuanto más conozca de la naturaleza humana y de sus psicología, más posibilidades tendrá de poder manejar todas esas herramientas con mayor éxito y conseguir la reacción esperada por parte del público. No nos engañemos, el cine siempre tendrá un autor detrás de la obra, más específico, más individual o más colectivo, más notorio o más invisible, pero siempre, siempre habrá alguien que decide hacia donde apunta la cámara, qué personaje estará en escena y en definitiva, si esa escena quedará o no en el montaje final. Esas decisiones son las que finalmente recibirán los espectadores, y esas imágenes y sonidos serán las que repercutan (o no) sobre la consciencia (o inconsciencia) de quienes estén viendo esa película. Y esto es apenas un brevísimo resumen de lo charlado en aquella tarde, que a su vez también fue un brevísimo resumen de todo lo que podría ser un debate eterno sobre todas los puntos en común que unen al cine y a la psicología.