LA ENCOMIENDA DE LA ORDEN DE ALCÁNTARA EN MORALEJA. Encuadre histórico.Los orígenes del régimen de encomienda se remontan a la Reconquista. Cuando un territorio era conquistado a los musulmanes quedaba encomendado a su liberador -el príncipe o caballero que lo recuperaba usando su tropa1-, quien a partir de ese momento pasaba a llamarse comendador. El comendador tenía la misión de brindar seguridad militar a los siervos a él encomendados. La reconquista definitiva de Moraleja por Alfonso IX se realiza a comienzos del siglo XIII y pasa la administración del territorio a la Orden de Alcántara2, que había tenido gran importancia en la reconquista de los terrenos situados entre la sierra de Gata y el Tajo. De esta manera, Moraleja pasa a ser cabeza de una Encomienda, al menos, desde 1335. Perdida la función militar, la riqueza territorial de las órdenes militares fue objeto de desamortización3 en el siglo XIX. De esta manera la Casa de la Encomienda también pasó a manos particulares, manteniéndose actualmente en poder de la misma familia que la compró. Ha sufrido transformaciones debidas a su uso como casa de labranza, pero conserva el encanto del mestizaje de usos. La Casa de la Encomienda de Moraleja.En ella se concentran la condición de representación o sede administrativa del territorio jurisdiccional de Moraleja (de su Encomienda) desde el siglo XIII ó XIV. Una de las funciones era la de servir de centro recaudador y depósito de tributos. Como tal edificio donde se acumulaba y guardaba dinero, debía estar bien fortificado y defendido, por lo que no se dejaba de reparar sus muros y mejorar sus defensas. También cumplía las funciones militares que le son propias a una sede de este tipo y que tuvieron mayor o menor importancia según la época. Al finalizar la reconquista decayeron pero en el siglo XVII, con las guerras con Portugal, tomaron nuevo auge. Felipe V, en 1603 –durante la Guerra de Sucesión- se alojó en la casa, y en 1661 tuvo gran importancia como fortificación. Pío Baroja, en su obra Los recursos de la astucia, la cita como alojamiento durante las campañas del Empecinado. 1 La tropa, compuesta por soldados que generalmente eran miembros de la servidumbre personal, leva o mercenarios, adquirían el derecho a una porción de la tierra recuperada (para ocuparla y en carácter de usufructo vitalicio) dentro de la jurisdicción encomendada por el Rey de Castilla. El Rey conservaba la propiedad de la tierra. A su vez, todos eran vasallos del pontificado de Roma. En el esquema tributario, todos le pagaban tributo al comendador, a la Iglesia y al Rey de Castilla. La encomienda fue, por tanto, una institución socio-económica mediante la cual un grupo de individuos debía retribuir a otros en trabajo, especie o por otro medio, por el disfrute de un bien o por una prestación que hubiese recibido. 2 Las órdenes militares son instituciones religioso-militares que surgieron en la Reconquista, las más importantes aparecen en el siglo XII en la Corona de Castilla (orden de Santiago, orden de Alcántara y orden de Calatrava). La expansión de estas órdenes militares se produjo fundamentalmente en la fase de la Reconquista en que se ocuparon territorios como los del Tajo, por lo que su presencia es importante en Extremadura y vino a marcar la característica principal de la repoblación, en grandes extensiones en las que cada Orden, a través de sus encomiendas, ejercía un papel político y económico similar al del señorío feudal. 3 La desamortización consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa, y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar, en poder de las llamadas «manos muertas», es decir la Iglesia Católica o las órdenes religiosas que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos. Su finalidad fue acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios. Además, el estado obtenía unos ingresos extraordinarios con los que se pretendían amortizar los títulos de deuda pública. CASA DE LA ENCOMIENDA. MORALEJA Información general: La Casa Fuerte o Palacio de la Encomienda de Moraleja (Cáceres) se encuentra situada en el centro de la población y forma una manzana exenta de unos 1.800 m². Linda con el río Rivera de Gata y con calles o plazas. Se trata de una construcción que data del siglo XIV y que fue la sede fortificada de la Orden de Alcántara en la comarca. El edificio principal –la parte histórica- tiene unos 460 m² de planta y forma una L, como se ve en los planos, dando al río, la plaza de la Encomienda y la calle Potro. Tiene dos plantas de altura y desván. La torre del homenaje tuvo una tercera planta, hoy eliminada. Se conserva el empedrado original del patio del s. XVI y el brocal de piedra del pozo. Tiene acceso directo al río desde el jardín. En la fachada que da al río conserva la sillería del cerramiento original. Tiene muros de piedra en los edificios y en la muralla y estructura de madera en forjados y cubierta. El estado de conservación de los muros (de más de 1m de espesor) es bueno, no así las maderas que, en todo caso, requerirán su sustitución para el nuevo destino. Información urbanística: El planeamiento municipal de Moraleja (aprobado por Resolución de 20 de diciembre de 2001, de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Extremadura, DOE de 16 de abril 2002) establece: PALACIO DE LA ENCOMIENDA: Se permiten obras de reforma y rehabilitación, sin alteración de las características de la edificación, con antigüedad superior a cien años. Los anejos y espacios no edificados, podrán ordenarse y construirse con la ambientación conveniente, y con límite de dos plantas de altura. Se dejará como patio o espacio de respeto inedificable la parte del solar hasta una línea paralela a la fachada a la plaza, con el mismo fondo que el lateral del edificio antiguo. En los planos que se acompaña (realizados sobre cartografía catastral) hemos representado los edificios históricos y la zona edificable, en aplicación del párrafo anterior. Según esto, se podrían construir unos 1560 m² en dos plantas, es decir; 3.120 m² construidos. Posibilidades: En estas condiciones (valor histórico, muros y otros elementos originales, manzana aislada, situación céntrica, lindando con el río, jardín, etc) es un lugar único para actuaciones institucionales o turísticas. Observaciones: La normativa municipal protege el edificio y su valor histórico, ignorando que además de las dos plantas tiene un desván y que la torre del homenaje -lógicamente- tenía una planta más (existe documentación acreditativa), por lo que a la hora de redactar el proyecto de actuación en el edificio se podrá justificar ésto y obtener unos 460 m² más de edificación. La propiedad cuenta también con un solar en la esquina de la calle Potro, frente a la casa, que podría ser un complemento interesante.