PARA QUE EL MUNDO NO SE QUEDE A OSCURAS

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PARA QUE EL MUNDO NO SE QUEDE A OSCURAS
Con mis manos, que a veces tienen las uñas comidas y otras veces
no, trato de tocar tu corazón.
Desde mis libros te he mostrado cosas de la vida.
Cosas cotidianas, obvias.
Las que nos identifican, nos hermanan, nos unen.
Lágrimas, sonrisas, sueños, esperanzas, abatimiento, soledad,
muertes, resurrecciones, temores, osadías.
Me he quitado sin pudor los siete velos que cubren el alma, te mostré
mis llagas y mis rosas, quebré la distancia que separa a los seres, me
di entera en cada palabra, busqué tu protección, te di mi apoyo...
Te he hablado de aquello que se calla por temor a parecer
sentimental y cursi.
¿Por qué a las personas les da vergüenza hablar de sus más bellos y
profundos sentimientos? pero ni siquiera se ruborizan cuando cuentan
algo terrible y violento, algún hecho aberrante de esos que gritan a
los cuatro vientos las primeras planas de los diarios y los noticieros
de TV?
¿Cuánto hace, amiga, amigo, que no ves en televisión a un escritor
leyendo un pedacito de su obra... o dando sus opiniones sobre lo que
sucede en este mundo nuestro de cada día...?
¿Acaso saben más del hombre los políticos, los comerciantes, los
observadores económicos?
Anoche lloré oyendo a Pinti cantar su canción "Cuiden los artistas".
Justamente a la tarde había estado hablando por teléfono con una
promotora de una tarjeta de crédito a quien no conozco
personalmente, y quién sabe por qué rara casualidad yo le había
estado comentando estas cosas: que la gente no cuida a sus artistas,
que los medios se ocupan muy poco de los creadores, que nos dejan
archivados en un rincón y nos sacan a relucir solamente cuando
"queda bien" mostrar que a tal o cual lugar asistió "gente de todas las
disciplinas de la cultura".
No, no es importante el que siembra luces... No es importante quien
usa las palabras para reivindicarlas del horror y las miserias... No es
importante el que detenta el poder de desentrañar los sentimientos
más hermosos del ser humano... El otro poder es el que cuenta,
porque hay quienes piensan que las personas son solamente un gran
bolsillo o un enorme estómago.
No hay tiempo para los artistas.
No hay espacio para ellos.
Y sin embargo, cuando todo estalla, cuando todo sangra, cuando todo
duele... es la voz susurrante del artista la que sirve de bálsamo de
vendaje, la que te hace descubrir que las pequeñas cosas son las que
verdaderamente valen, las que pueden darte esa alegría que el gran
suceso ignora.
Es el artista el que mantiene encendida la llamita necesaria de la
emoción. El que riega el rosal para que no se muera
irremediablemente la rosa, el que señala hacia arriba para que
levantes los ojos al cielo y descubras que todavía la Cruz del Sur
sigue teniendo cuatro estrellas que guían a las naves extraviadas de
noche en los mares...
Es el artista el que mantiene con vida a tu ángel de la guarda.
El que escribió las frases que usas como lema.
Los versos que guardas en tu cuaderno de cuando eras adolescente.
Las letras de las canciones que tarareas cuando algo triste o bello te
sucede.
Es el artista el que te hace reír, el que te conmueve, el que te acepta
como eres, el que abre las puertas del alma que dan a tu interior y te
invita a recorrer los caminos que te llevan a lo más profundo de tu
ser.
El artista es quien te convence de que la vida vale la pena ser vivida,
el amor es lo más grande, lo más valioso y necesario, que vales no
por lo que tenéis sino por lo que das, y que siempre, en todos, hay
algo que los demás necesitan, algo que puede salvarte y salvar a
otros.
Sin temor a equivocarte, piensa que los artistas te pertenecen. Que
trabajan para vos.
Que cada artista hace lo que hace para darte algo: está el que
representa un papel para construir un sueño. El que diseña un
vestido para que vayas a una fiesta aunque sea con la imaginación. El
que compone una canción para que represente algún pasaje de tu
existencia. El que pinta un cuadro para que puedas ver y descubrir
aquello que no conocías: llámese mar, rostros ajenos que nunca son
del todo ajenos, formas y colores que no tenían forma ni color en tu
mente.
El que canta dándote su voz para que la sientas tu voz.
El que escribe todo aquello que tantas veces hubieras querido
plasmar en palabras si hubieras sabido escribir.
El artista tiene una estrellita en la frente y leva en su mano una tea
encendida para que al mundo no quede a oscuras.
¿Y sabes de qué se nutre?
¿Sabéis lo que le da fuerzas para continuar?
Vos.
Tu afecto.
Tu cercanía.
Solamente eso.
No tiene otros premios, otros alicientes.
Es tu aplauso, tu mano estrechando su mano, el paso que das hacia
él el que lo impulsa.
"Cuiden los artistas", cantaba Enrique Pinti anoche en una
celebración. Porque todo pasa... pero quedan los artistas.
No importa que los diarios y las radios y los canales de TV se
acuerden de ellos solamente cuando son piedra de escándalo... Vos,
ella, él, todos ustedes son los que tienen que hacerlos sentir
queridos.
Porque el artista hace lo que hace por amor. Por verdadero AMOR. Y
lo hace porque te quiere... y PARA QUE LO QUIERAS.
¿Contesta tu pregunta decirte que escribo para que me quieras?
Es así.
Dios me ha premiado más que a otros artistas.
Porque estás ahí. Porque a veces me escribís. Porque me mandaste
un rosario hecho con rositas de organza, un osito celeste de peluche
que aprieto fuerte antes de dormirme para que me llene de "buenas
ondas", tarjetas musicales, marcadores con dibujitos, huevos de
Pascua..., en realidad: mimos. Cariño que me cuida cuando estoy
más triste y más sola que nunca.
No te enojes si no contesto enseguida tu carta, tu envío, porque mi
forma de responderte... es escribiendo las páginas de mis libros
donde también estás vos, estamos vos y yo riendo y llorando juntos,
como lo hacemos desde hace tantos años.
Si no fuera por vos, qué pobrecita cosa sería mi corazón.
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