Remise des insignes d’Officier des Arts et Lettres à Gil Imana (La Paz, le 28 juillet 2011) Allocution de l’Ambassadeur Estimados amigos, Querido Gil Es un gran placer para mi darles a todos la bienvenida en la Residencia de Francia para esta oportunidad tan grata de la entrega de la medalla de “officier des Arts et Lettres” a nuestro amigo Gil Imana. De hecho, se trata de una promoción, pues Gil había sido nombrado al primer grado de la orden de artes y letras, el de Chevalier, en 1989. En esta oportunidad se había concedido la misma medalla a varias otras personas del mundo de los artes entre otras Nora claros, y quiero decir al respeto que Nora me ha pedido de transmitirles su gran regret de no poder estar con nosotros esta noche debido a la actividad de la galería nota. Como es usual, me corresponde decir unas palabras sobre las razones que llevaron las autoridades francesas a otorgar à Gil Imana nuevamente una alta distinción. La vida de Gil Imana es la historia de una pasión por el arte. Gil es uno de los pocos artistas bolivianos que lleva ahora medio siglo de vida dedicada al arte. En la verdad es mucho mas si partimos desde la primera manifestación de su interés por el trabajo artistico. Por que empieza estudios de arte a los 6 años en la escuela de Bellas Artes de Sucre, donde nació. Se incorpora en el taller de Rimsa a los 10 años y tiene su primera exposición personal a los 16. Y nunca va a dejar de trabajar, recien presento Gil en el circulo de la Union una exposición de dibujos en mayo pasado : el amor en las sombras. Rápidamente tuvo su arte un alcance internacional : Venezuela, Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, Francia, Israel, Rusia son estaciones de su arte. En Francia, donde vivo algún tiempo, la exposición que hizo en 1971 en la galería Jacques Massol tuvo un elevado reconocimiento y la galería publico un libro sobre su trabajo. Fue también el que organizo la exposición de arte boliviano en el Museo de arte moderno de Paris, represento a Bolivia en muchos países y obtuvo numerosos premios y reconocimientos internacionales. A pesar de sus tantas habitaciones en el mundo, Gil Imana nunca olvida al campesino altiplánico de su país : Gil Imana es del mundo y de Bolivia, un artista boliviano en el mundo. Su participación al grupo Anteo, en Sucre, con otros jóvenes artistas y escritores en los años 50 manifiesta su voluntad de dar a su pintura una dinámica social y de echar fundamentos de un arte nacional, en la continuación de Rimsa. Su pintura echa sus raíces en la vida campesina, en lo mas profundo de la realidad boliviana : “Intento expresar los sentimientos de soledad, angustia, amor, del campesino del Ande americano, quien a través de sus costumbres, de sus artesanías, significa el nexo con nuestro pasado precolombino”, nos dice Gil Imana. Comenta Pablo Neruda : “Gil Imana refleja en sus rostros el alma boliviano”. A lo largo de los años la pintura de Gil va tomando otros caminos. Según Gerard Teuliere, de la Universidad de Provence Aix France “Comenzando con temas indigenistas, su obra se engrandece con los años, a una dimensión universal, sin que por esto deje de tratar los temas fundamentales que lo motivan: la maternidad, el amor, la humanidad, el paisaje y el pueblo de los Andes”. Gil Imana, esteta del Ande Milenario, en medio del paisaje utópico de las revoluciones, y esteta preocupado por una rigorosa construcción plástica moderna, se ha convertido en un artista emblematico de la Bolivia de hoy y de ayer y, por esa misma razón, en un artista universal, de nuestra patria intelectual y cultural mundial. A este artista, nexo entre Bolivia y el mundo, que nos da su visión de la condición del ser humano, quisieron rendir homenaje las más altas autoridades de Francia, otorgándole la distinción de Artes y letras en el grado de officier.