CINE: LA IMPORTANCIA DEL ARTISTA PLASTICO - Con

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Cine: la importancia del artista plástico
La influencia de Edward Hopper
Philip French
Figura 1 Hopper (centrada)
El cine negro fue el ámbito en el que más contribuyó. Creó un mundo de soledad,
aislamiento y angustia.
Desde los primeros días del cine, los realizadores recurrieron a artistas plásticos en busca de
inspiración, lo que tal vez se refleja mejor en la frase "iluminación de Rembrandt", que
usaba Cecil B. De Mille para convencer a algún productor impresionable respecto de
escenas particularmente oscuras. Sin embargo, el artista más influyente de nuestra época
fue Edward Hopper. Este nació en 1882; tenía trece años cuando por primera vez se
proyectaron imágenes en una pantalla y 21 años cuando El gran robo del tren se vio en todo
el mundo. El cine sonoro hizo su entrada cuando él tenía cuarenta años largos. Murió en su
estudio de Washington Square en 1967, apenas antes del estreno de Bonnie & Clyde.
Hopper adoraba el cine. "Cuando no tengo ganas de pintar", decía, "voy al cine durante una
semana o más. Me doy una panzada de cine." El cine le devolvió el cumplido recurriendo a él
en busca de inspiración de estilo. El cine negro se convirtió en su gran pasión y en el ámbito
en que tuvo mayor influencia. Creó un mundo de soledad, aislamiento y angustia sorda que
llamamos hopperesco.
El mentor de Hopper, Robert Henri, creador de la "escuela del basurero" realista, lo alentó
a ir al cine y al teatro, y a observar la comunidad. En lugar de ello, Hopper registró el
aislamiento de cada espectador mientras esperaba que se levantara el telón o se apagaran
las luces. Atrapados por la pantalla o el escenario, se vuelven sobre sí mismos en una
sucesión de trabajos inolvidables. Los aguafuertes de Hopper titulados The Balcony (La
galería) o The Movies (El cine) presentan dos figuras aisladas que miran una pantalla que no
se ve. Su obra maestra, New York Movie (Cine de Nueva York), de 1939, es la imagen de
una acomodadora parada bajo una luz lateral de una sala en sombras y constituye la mejor
pintura del interior de un cine.
El expresionismo alemán influyó en Hopper durante su paso por París. El aguafuerte Night
Shadows (Sombras nocturnas), de 1921, parece el storyboard de una toma cinematográfica
de Fritz Lang. Pero lo que más influencia ejerció en él fueron las películas que se filmaban en
los grandes estudios de Hollywood de los años '30 y '40. Al igual que las películas de la era
dorada de Hollywood, sus pinturas versan sobre "la ciudad", pero sobre una idea abstracta y
no sobre una ciudad en particular. El voyeurismo es una condición de la vida urbana y del
cine, y las pinturas de Hopper espían a la gente en habitaciones sin cortinas. Son momentos
de la vida de otra persona, cuadros de una película que no podemos recordar del todo.
Alguna vez Hopper se ganó la vida diseñando tapas e ilustraciones para revistas
sensacionalistas que lo obligaban a condensar una historia o un libro en una sola imagen.
Según su biógrafa, Gail Levin, pintó su obra más famosa, Nighthawks (Los halcones de la
noche), de 1942, luego de leer el cuento 'Los asesinos', de Ernest Hemingway, en el que
dos matones llegan a un pueblo para asesinar a un ex boxeador por motivos que no se dan
a conocer. En la clásica versión cinematográfica de 1946, Robert Siodmack, el maestro
alemán del cine negro, recrea la pintura la pintura de Hopper en blanco y negro. La película
usó dos de los típicos lugares de Hopper para representar el miserable alojamiento del ex
boxeador y su humilde lugar de trabajo: la habitación oscura de un hotel o pensión donde
una persona reflexiona en soledad y la desolada estación de servicio en una ruta, tal como
en Gas o en Four Lane Road.
Dos años después, Abraham Polonsky, el escritor de izquierda que pronto quedaría en la
lista negra, hacía su primera película, el clásico del cine negro 'La fuerza del mal', de 1948.
Después de tres días de rodar en Nueva York, Polonsky llevó a uno de los grandes
camarógrafos cinematográficos, George Barnes, a una muestra de pinturas de Hopper y le
dijo: "Así es como quiero que sea la película", y así fue. Barnes volvió a Hollywood y filmó
'Sansón y Dalila' y 'El mayor espectáculo del mundo' para De Mille.
Después de eso, la influencia de Hopper se hizo, conscientemente o no, muy fuerte.
'Psicosis' (1960), de Hitchcock, combinó la siniestra verticalidad de la casa de techo
abuhardillado de la primera pintura famosa de Hopper, 'La casa junto a la vía de tren', de
1925, con la horizontalidad chata de sus numerosas pinturas de hoteles. Hopper ejerció
gran influencia en las road movies. George Stevens usó esa misma imagen de la mansión
abuhardillada aislada en 'Gigante', imagen que luego retomó Terrence Malick en 'Días de
cielo'. Mucho antes, la misma casa le había inspirado a Charles Addams la residencia de su
familia animada.
La principal contribución de Hopper al cine negro fue su forma de presentar esas sombras
oscuras en color, el contraste entre la luz y la oscuridad. James Wong Howe, uno de los
mejores directores de fotografía de Hollywood, fue uno de los primeros que estudió eso.
Cuando el color se impuso en el cine norteamericano y la calidad se volvió cada vez más
sofisticada, Howe utilizó sus conocimientos, no en un thriller, sino en la versión
cinematográfica de 1955 de 'Picnic', la obra de William Inge que obtuvo un Pulitzer. Muchos
planos de la pequeña ciudad de Kansas de la película parecen detalles de una pintura de
Hopper y reflejan la sorda desesperación de las vidas de sus habitantes.
Como la fama de Hopper aumentó, las alusiones a su obra se convirtieron inevitablemente
en homenajes deliberados. El director Walter Hill, que trabaja con el camarógrafo Philip
Lathrop, se basa en sus pinturas en 'Tiempos difíciles' (que transcurre en Nueva Orleans
durante la Depresión) y 'Driver' (un thriller negro que transcurre en una ciudad anónima y
cuyos personajes son igualmente anónimos). Lathrop ya había a recurrido a Hopper como
fuente de inspiración cuando trabajó con John Boorman en 'Point Black' (1967). Más
adelante colaboró con Wim Wenders en 'Hammett' (1982), una película en la que la
influencia de Hopper era evidente.
Norman Mailer, admirador declarado de Hopper, inició su única película, 'Los tipos duros
no bailan', con un montaje de faros y casas de Hopper en la costa de Nueva Inglaterra.
Muchos camarógrafos, entre ellos Gordon Willis (responsable de la trilogía 'El Padrino' y de
la mayor parte de las películas de Woody Allen), Michael Chapman, John Bailey y Laszlo
Kovacs, también son admiradores de Hopper. El gran productor británico Ken Adam
reprodujo las pinturas de Hopper Nighthawks y New York Movie cuando trasladó Pennies
From Heaven (1981), de Dennis Potter, de la Gran Bretaña anterior a la guerra al Medio
Oeste estadounidense durante la Depresión.
En 'El fin de la violencia' (1997), Wim Wenders sorprendió al público con su evocación
californiana de Nighthawks. Otro director europeo que trabaja en los Estados Unidos, Sam
Mendes, recurrió a Hopper para su thriller de época Camino a la perdición, tanto para los
interiores oscuros del filme como para el aspecto desolado del país durante la Depresión. En
la última secuencia, la casa junto al lago, aparentemente deshabitada y de una inocencia
seductora, se inspira en las pinturas de casas frente al mar o a un lago. Es un engaño, y es
Hopper en estado puro.
Traducción: Cecilia Beltramo
The Observer (especial para el diario Clarín)
Selección: S.R.
Con-versiones marzo 2005
Figura 2 Hopper
Figura 3 hopper
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