Silvia Vieira, de arquitecta a artista. El pasado día 7 de marzo pudimos contar en la clase con la asistencia de Silvia Vieira, una arquitecta portuguesa que mientras ejerce su profesión ha fundado al mismo tiempo una revista de arquitectura de la que es directora. Silvia vino a contarnos algunas ideas de sus proyectos anteriores, principalmente de su época de estudiante en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Lisboa. En primer lugar, empezó hablando de la importancia de la escala en nuestro trabajo diario, quedando dichas explicaciones aclaradas mediante imágenes y fotomontajes en los que claramente se podía observar la importancia de la que nos estaba hablando, y es que tiene razón, puesto que la escala es algo tan significativo en la vida del arquitecto que dejarla a un lado mediante un corto periodo de tiempo durante la elaboración de nuestro proyecto sería un grave error puesto que lo cambiaría por completo. A la misma vez que Silvia nos mostraba sus imágenes explicativas, nos narraba anécdotas de su pasado como estudiante. Continuó explicándonos y mostrándonos algunos de sus primeros proyectos por los que claramente sentía preferencia, cosa que se le notaba a la hora de comentarlos. Uno de estos fue bastante curioso para mí. Hablo de la caja de 50x50cm que le mandaron construir con tan solo un material. Me llamó especialmente la atención el como teniendo las ideas claras de lo que quería construir con un material tan normal como los listones de madera, una vez que estaba construyéndolo iba aportando algo nuevo, como por ejemplo, los efectos de luces y sombras que había conseguido separando los listones, y es aquí donde creo que está lo bueno de la arquitectura y es que por muy claras que tengas las ideas siempre surgirá algo nuevo que no tenías preparado. El material al la hora de realizar proyectos es algo en lo que Silvia hizo también bastante hincapié. Esto lo ilustró con la torre de un metro que tuvieron que levantar del mismo material y que se tuviera en pie. Se le notaba la intención de transmitirnos que con una buena observación de lo que tienes a tu alrededor puedes conseguir buenas ideas para tu proyecto, y ella lo consiguió con algo tan sencillo como el envoltorio de la fruta. Demostró que mediante las fuerzas y las tensiones que ejercían envoltorios dentro de envoltorios, podía conseguir su objetivo, levantar una torre de un metro que se sustentara por si misma. Pero lo que más me llamó la atención de este proyecto no fue el material utilizado, que ya es bastante curioso, sino la inserción de esta torre en una imagen tan llamativa como la del lago en el que se introducían algunas personas para ir a su trabajo. Silvia no tuvo que explicar nada de la finalidad que le había dado a su proyecto puesto que esta quedaba bien recogida mediante la imagen. Estoy casi seguro de que alguien que no conozca a Silvia ni sepa de que va su proyecto, al observar la imagen comprendería todo lo que la arquitecta ha querido plasmar en él, sin necesidad de explicación alguna. A continuación, siguió enseñándonos proyectos con temáticas diferentes, más avanzados que los anteriores. Estos consistían en primer lugar en una casa para un representante de marketing, y otro la remodelación del parque que lo rodeaba. Algo que me llamó la atención de todos estos proyectos fue la estructuración del proyecto para la fácil comprensión del espectador, como en todos había una pequeña imagen que recogía toda su idea inicial y de esta forma no perder su punto de partida, en otras palabras, era un pequeño croquis en el que mostraba sus ideas previas. Un hotel, y una casa de arte fue entre otros, algunos proyectos que nos mostró. En definitiva, la presencia de esta arquitecta portuguesa ha significado un antes y un después en las ideas que tenía sobre la arquitectura, y pienso ser arquitecto no solo es ser inventor de “edificios”, sino que es ser artistas e idealista de nuevas formas. Y que partiendo de lo más sencillo, que es el entorno que nos rodea, se puede llegar a sorprender y dejar a personas con la boca abierta.