Enfermedades de la alimentación Mariano Juliá Quevedo Tecnicas de alimentación 3º de B.U.P.

Anuncio
Enfermedades de la alimentación
Mariano Juliá Quevedo
Tecnicas de alimentación
3º de B.U.P.
Alimento: cualquier comida o bebida que el ser humano y los animales toman para satisfacer el apetito, hacer
frente a las necesidades fisiológicas del crecimiento y de los procesos que ocurren en el organismo, y
suministrar la energía necesaria para mantidades fisiológicas del crecimiento y de los procesos que ocurren en
el organismo, y suministrar la energía necesaria para mantener la actividad y la temperatura corporal.
Nutrición humana: ciencia que estudia los nutrientes y otras sustancias alimenticias, y la forma en que el
cuerpo las asimila. Sólo es posible tener una idea aproximada de los complejos procesos que los nutrientes
experimentan dentro del cuerpo: cómo se influyen, cómo se descomponen para liberarse en forma de energía
y cómo son transportados y utilizados para reconstruir infinidad de tejidos especializados y mantener el estado
general de salud del individuo. No obstante, es preciso tomar decisiones importantes con respecto a la
nutrición que incidan en la salud de grupos tales como niños y ancianos, y de poblaciones enteras que sufren
de malnutrición. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y algunos países están dando indicaciones
precisas en cuanto a los nutrientes que sirven de guía para conseguir una dieta equilibrada.
Nutrientes esenciales.
Los nutrientes se clasifican en cinco grupos principales: proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y
mineraleciales. Estos grupos comprenden un total aproximado de entre 45 y 50 sustancias que los científicos
consideran, sobre todo por las investigaciones realizadas con animales, esenciales para mantener la salud y un
crecimiento normal. Aparte del agua y el oxígeno, incluyen también unos ocho aminoácidos constituyentes de
las proteínas, cuatro vitaminas liposolubles y diez hidrosolubles, unos diez minerales y tres electrólitos.
Aunque los hidratos de carbono son una fuente de energía, no se consideran esenciales, ya que para este fin se
pueden transformar proteínas.
Energía
El cuerpo utiliza energía para realizar actividades vitales y para manerse a una temperatura constante.
Medi1ante el empleo del calorímetro, los científicos han podido determinar las cantidades de energía de los
combustibles del cuerpo: hidratos de carbono, grasas y proteínas. Un gramo de hidrato de carbono puro o de
proteína pura producen 4 calorías; 1 gramo de grasa pura produce unas 9 calorías. En nutrición la kilocaloría
(kcal) se define como la energía calorífica necesaria para elevar la temperatura de 1 kilo de agua de 14,5 a
15,5 ºC. Los hidratos de carbono son el tipo de alimento más abundante en el mundo, mientras que las grasas
son el combustible más concentrado y más fácil de almacenar. Si el cuerpo agota sus reservas de grasas e
hidratos de carbono, puede utilizar directamente las proteínas de la dieta o descomponer su propio tejido
proteico para generar combustible. El alcohol es también una fuente de energía que produce 7 calorías por
gramo. Las células del cuerpo no pueden oxidar el alcohol, por lo que el hígado tiene que procesarlo para
convertirlo en grasa, que luego se almacena en el mismo hígado o en el tejido adiposo.
Funciones de los nutrientes
Categorías de nutrientes
1
Proteínas.
La función primordial de la proteína es producir tejido corporal y sintetizar enzimas, algunas hormonas como
la insulina, que regulan la comunicación entre órganos y células, y otras sustancias complejas, que rigen los
procesos corporales. Las proteínas animales y vegetales no se utilizan en la misma forma en que son
ingeridas, sino que las enzimas digestivas (proteasas) deben descomponerlas en aminoácidos que contienen
nitrógeno. Las proteasas rompen los enlaces de péptidos que ligan los aminoácidos ingeridos para que éstos
puedan ser absorbidos por el intestino hasta la sangre y reconvertidos en el tejido concreto que se necesita.
Es fácil disponer de proteínas de origen animal o vegetal. De los 20 aminoácidos que componen las proteínas,
ocho se consideran esenciales es decir: como el cuerpo no puede sintetizarlos, deben ser tomados ya listos a
través de los alimentos. Si estos aminoácidos esenciales no están presentes al mismo tiempo y en proporciones
específicas, los otros aminoácidos, todos o en parte, no pueden utilizarse para construir las proteínas humanas.
Por tanto, para mantener la salud y el crecimiento es muy importante una dieta que contenga estos
aminoácidos esenciales.
Cuando hay una carencia de alguno de ellos, los demás aminoácidos se convierten en compuestos productores
de energía, y se excreta su nitrógeno. Cuando se ingieren proteínas en exceso , lo cual es frecuente en países
con dietas ricas en carne, la proteína extra se descompone en compuestos productores de energía. Dado que
las proteínas escasean bastante más que los hidratos de carbono aunque producen también 4 calorías por
gramo, la ingestión de carne en exceso, cuando no hay demanda de reconstrucción de tejidos en el cuerpo,
resulta una forma ineficaz de procurar energía. Los alimentos de origen animal contienen proteínas completas
porque incluyen todos los aminoácidos esenciales. En la mayoría de las dietas se recomienda combinar
proteínas de origen animal con proteínas vegetales. Se estima que 0,8 gramos por kilo de peso es la dosis
diaria saludable para adultos normales. Muchas enfermedades e infecciones producen una pérdida continuada
de nitrógeno en el cuerpo. Este problema debe ser compensado con un mayor consumo de proteína dietética.
Asimismo, los niños también precisan más proteína por kilogramo de peso corporal. Una deficiencia de
proteínas acompañada de falta de energía da origen a una forma de malnutrición proteico−energética conocida
con el nombre de marasmo, que se caracteriza por pérdida de grasa corporal y desgaste de músculos.
Minerales.
Los minerales inorgánicos son necesarios para la reconstrucción estructural de los tejidos corporales además
de que participan en procesos tales como la acción de los sistemas enzimáticos, contracción muscular,
reacciones nerviosas y coagulación de la sangre.
Estos nutrientes minerales, que deben ser suministrados en la dieta, se dividen en dos clases: macroelementos,
tales como calcio, fósforo, magnesio, sodio,hierro, yodo y potasio; y microelementos, tales como cobre,
cobalto, manganeso, flúor y cinc.
El calcio es necesario para desarrollar los huesos y conservar su rigidez. También participa en la formación
del citoesqueleto y las membranas celulares, así como en la regulación de la excitabilidad nerviosa y en la
contracción muscular. Un 90% del calcio se almacena en los huesos, donde puede ser reabsorbido por la
sangre y los tejidos. La leche y sus derivados son la principal fuente de calcio.
El fósforo, también presente en muchos alimentos y sobre todo en la leche, se combina con el calcio en los
huesos y los dientes. Desempeña un papel importante en el metabolismo de energía en las células, afectando a
los hidratos de carbono, lípidos y proteínas.
El magnesio, presente en la mayoría de los alimentos, es esencial para el metabolismo humano y muy
importante para mantener el potencial eléctrico de las células nerviosas y musculares. La deficiencia de
magnesio entre los grupos que padecen malnutrición, en especial los alcohólicos, produce temblores y
2
convulsiones.
El sodio está presente en pequeñas cantidades en la mayoría de los productos naturales y abunda en las
comidas preparadas y en los alimentos salados. Está también presente en el fluido extracelular, donde tiene un
p abunda en las comidas preparadas y en los alimentos salados. Está también presente en el fluido
extracelular, donde tiene un papel regulador. El exceso de sodio produce edema, que consiste en una
superacumulación de fluido extracelular. En la actualidad existen pruebas de que el exceso de sal en la dieta
contribuye a elevar la tensión arterial.
El hierro es necesario para la formación de la hemoglobina, pigmento de los glóbulos rojos de la sangre
responsables de transportar el oxígeno. Sin embargo, este mineral no es absorbido con facilidad por el sistema
digestivo. En los hombres se encuentra en cantidades suficientes, pero las mujeres en edad menstrual, que
necesitan casi dos veces más cantidad de hierro debido a la pérdida que se produce en la menstruación, suelen
tener deficiencias y deben tomar hierro fácil de asimilar.
El yodo es imprescindible para la síntesis de las hormonas de la glándula tiroides. Su deficiencia produce
bocio. La ingestión insuficiente de yodo durante el embarazo puede dar lugar a cretinismo o deficiencia
mental en los niños. Se calcula que más de 150 millones de personas en el mundo padecen enfermedades
ocasionadas por la insuficiencia de yodo. Los microelementos son otras sustancias inorgánicas que aparecen
en el cuerpo en diminutas cantidades, pero que son esenciales para gozar de buena salud. Se sabe poco de su
funcionamiento, y casi todo lo que se conoce de ellos se refiere a la forma en que su ausencia, sobre todo en
animales, afecta a la salud.
Los microelementos aparecen en cantidades suficientes en casi todos los alimentos. Entre los microelementos
más iportantes se encuentra el cobre, presente en muchas enzimas y en proteínas, que contiene cobre, de la
sangre, el cerebro y el hígado. La insuficiencia de cobre está asociada a la imposibilidad de utilizar el hierro
para la formación de la hemoglobina. El cinc también es importante para la formación de enzimas. Se cree que
la insuficiencia de cinc impide el crecimiento normal y, en casos extremos, produce enanismo. Se ha
descubierto que el flúor, que se deposita sobre todo en los huesos y los dientes, es un elemento necesario para
el crecimiento en animales.
Los fluoruros, una clase de compuestos del flúor, son importantes para evitar la desmineralización de los
huesos. La fluorización del agua ha demostrado ser una medida efectiva para evitar el deterioro de la
dentadura, reduciéndolo hasta casi un 40%. Entre los demás microelementos podemos citar el cromo, el
molibdeno y el selenio.
Vitaminas.
Las vitaminas liposolubles son compuestos orgánicos que actúan sobre todo en los sistemas enzimáticos para
mejorar el metabolismo de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas. Sin estas sustancias no podría
tener lugar la descomposición y asimilación de los alimentos. Ciertas vitaminas participan en la formación de
las células de la sangre, hormonas, sustancias químicas del sistema nervioso y materiales genéticos. Las
vitaminas se clasifican en dos grupos: liposolubles e hidrosolubles. Entre las vitaminas liposolubles están las
vitaminas A, D, E y K. Entre las hidrosolubles se incluyen la vitamina C y el complejo vitamínico B. Las
vitaminas liposolubles suelen absorberse con alimentos que contienen esta sustancia. Su descomposición la
lleva a cabo la bilis del hígado, y después las moléculas emulsionadas pasan por los vasos linfáticos y las
venas para ser distribuidas en las arterias. El exceso de estas vitaminas se almacena en la grasa corporal, el
hígado y los riñones. Debido a que se pueden almacenar, no es necesario consumir estas vitaminas a diario.
La vitamina A es esencial para las células epiteliales y para un crecimiento normal. Su insuficiencia produce
cambios en la piel y ceguera nocturna, o falta de adaptación a la oscuridad debido a los efectos de su carencia
en la retina. Es posible que con el tiempo se llegue a la xeroftalmia, un estado ocular caracterizado por
3
sequedad y engrosamiento de la superficie de la córnea y la membrana conjuntiva. Si no se trata, sobre todo la
xeroftalmia puede causar ceguera, especialmente en los niños. La vitamina A se puede obtener directamente
en la dieta mediante los alimentos de origen animal, tales como leche, huevos e hígado. Casi toda la vitamina
A se obtiene del caroteno, que se encuentra en las frutas y verduras verdes y amarillas, y se transforma en
vitamina A en el cuerpo.
La vitamina D actúa casi como una hormona, ya que regula la absorción de calcio y fósforo y el metabolismo.
Una parte de la vitamina D se obtiene de alimentos como los huevos, el pescado, el hígado, la mantequilla, la
margarina y la leche, que pueden haber sido enriquecidos con esta vitamina. Los seres humanos, sin embargo,
toman la mayor parte de su vitamina D exponiendo la piel a la luz del Sol. Su insuficiencia produce
raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos. La vitamina E es un nutriente esencial para muchos
vertebrados, pero aún no se ha determinado su papel en el cuerpo humano. Se ha hecho muy popular como
remedio para muchas y diversas dolencias, pero no existen pruebas claras de que alivie ninguna enfermedad
concreta.
La vitamina E se encuentra en los aceites de semillas y en el germen de trigo. Se cree que funciona como
antioxidante, protegiendo las células del deterioro causado por los radicales libres. La vitamina K es necesaria
para la coagulación de la sangre. Participa en la formación de la enzima protrombina, la que, a su vez, es
indispensable en la producción de fibrina para la coagulación sanguínea.
La vitamina K se produce en cantidades suficientes en el intestino gracias a una bacteria, pero también la
proporcionan los vegetales de hoja verde, como las espinacas y la col, la yema de huevo y muchos otros
alimentos.
Las vitaminas hidrosolubles (vitamina C y complejo vitamínico B) no se pueden almacenar, por lo que es
necesario su consumo diario para suplir las necesidades del cuerpo. La vitamina C, o ácido ascórbico,
desempeña un papel importante en la síntesis y conservación del tejido conectivo. Evita el escorbuto, que
ataca las encías, piel y membranas mucosas, y su principal aporte viene de los cítricos. Las vitaminas más
importantes del complejo vitamínico B son la tiamina (B 1), riboflavina (B 2), nicotinamida (B 3), piridoxina
(B 6), ácido pantoténico, lecitina, colina, inositol, ácido para−aminobenzoico (PABA), ácido fólico y
cianocobalamina (B 12).
Estas vitaminas participan en una amplia gama de importantes funciones metabólicas y previenen afecciones
tales como el beriberi y la pelagra. Se encuentran principalmente en la levadura y el hígado.
Hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono aportan gran cantidad de energía en la mayoría de las dietas humanas. Los alimentos
ricos en hidratos de carbono suelen ser los más baratos y abundantes en comparación con los alimentos de alto
contenido en proteínas o grasa. Los hidratos de carbono se queman durante el metabolismo para producir
energía, liberando dióxido de carbono y agua. Los seres humanos también obtienen energía, aunque de
manera más compleja, de las grasas y proteínas de la dieta, así como del alcohol.
Hay dos tipos de hidratos de carbono: féculas, que se encuentran principalmente en los cereales, legumbres y
tubérculos, y azúcares, que están presentes en los vegetales y frutas. Los hidratos de carbono son utilizados
por las células en forma de glucosa, principal combustible del cuerpo. Tras su absorción desde el intestino
delgado, la glucosa se procesa en el hígado, que almacena una parte como glucógeno, (polisacárido de reserva
y equivalente al almidón de las células vegetales), y el resto pasa a la corriente sanguínea.
La glucosa, junto con los ácidos grasos, forma los triglicéridos, compuestos grasos que se descomponen con
facilidad en cetonas combustibles. La glucosa y los triglicéridos son transportados por la corriente sanguínea
hasta los músculos y órganos para su oxidación, y las cantidades sobrantes se almacenan como grasa en el
4
tejido adiposo y otros tejidos para ser recuperadas y quemadas en situaciones de bajo consumo de hidratos de
carbono.
Los hidratos de carbono en los que se encuentran la mayor parte de los nutrientes son los llamados hidratos de
carbono complejos, tales como cereales sin refinar, tubérculos, frutas y verduras, que también aportan
proteínas, vitaminas, minerales y grasas. Una fuente menos beneficiosa son los alimentos hechos con azúcar
refinado, tales como productos de confitería y las bebidas no alcohólicas, que tienen un alto contenido en
calorías pero muy bajo en nutrientes y aportan grandes cantidades de lo que los especialistas en nutrición
llaman calorías vacías.
Grasas.
Aunque más escasas que los hidratos de carbono, las grasas producen más del doble de energía. Por ser un
combustible compacto, las grasas se almacenan muy bien para ser utilizadas después en caso de que se
reduzca el aporte de hidratos de carbono. Resulta evidente que los animales necesitan almacenar grasa para
abastecerse en las estaciones frías o secas, lo mismo que los seres humanos en épocas de escasez de alimentos.
Sin embargo, en los países donde siempre hay abundancia de alimentos y las máquinas han reemplazado a la
mano de obra humana, la acumulación de grasa en el cuerpo se ha convertido en verdadero motivo de
preocupación por la salud.
Las grasas de la dieta se descomponen en ácidos grasos que pasan a la sangre para formar los triglicéridos
propios del organismo. Los ácidos grasos que contienen el mayor número posible de átomos de hidrógeno en
la cadena del carbono se llaman ácidos grasos saturados, que proceden sobre todo de los animales. Los ácidos
grasos insaturados son aquellos que han perdido algunos átomos de hidrógeno. En este grupo se incluyen los
ácidos grasos monoinsaturados que han perdido sólo un par de átomos de hidrógeno y los ácidos grasos
poliinsarurados, a los que les falta más de un par. Las grasas poliinsaturadas se encuentran sobre todo en los
aceites de semillas. Se ha detectado que las grasas saturadas elevan el nivel de colesterol en la sangre,
mientras que las no saturadas tienden a bajarlo. Las grasas saturadas suelen ser sólidas a temperatura
ambiente; las insaturadas son líquidas.
Tipos de alimentos.
Los alimentos se pueden clasificar en panes y cereales, leguminosas o legumbres, tubérculos y rizomas, frutas
y verduras, carne, pescado, huevos; leche y derivados, grasas y aceites, y azúcares, confituras y almíbares.
El grupo de panes y cereales incluye el trigo, arroz, maíz y mijo. Son ricos en almidones y constituyen una
fuente fácil y directa de suministro de calorías. Aunque la proteína no abunda en los cereales integrales, la
gran cantidad que se consume aporta cantidades significativas, las cuales, sin embargo, deben complementarse
con otros alimentos ricos en proteínas para obtener todos los aminoácidos esenciales. La harina de trigo
blanco y el arroz refinado son bajos en nutrientes, pero, como todos los cereales enteros que contienen el
germen y la capa exterior de la semilla, el trigo y el arroz aportan fibra al cuerpo: las vitaminas B tiamina,
niacina y riboflavina, y los minerales cinc, cobre, manganeso y molibdeno.
Las legumbres o leguminosas abarcan una amplia variedad de frijoles o judías, chícharos o guisantes, lentejas
y granos, e incluso el maní. Todos ellos son ricos en almidón, pero aportan bastante más proteína que los
cereales o tubérculos. La proporción y el tipo de aminoácidos de las leguminosas es similar a los de la carne.
Sus cadenas de aminoácidos a menudo complementan a las del arroz, el maíz y el trigo, que constituyen los
alimentos básicos de muchos países. Los tubérculos y los rizomas incluyen varios tipos de papa o patata, la
mandioca y el taro. Son ricos en almidón y relativamente bajos en proteína, pero aportan gran variedad de
vitaminas y minerales.
Las frutas y verduras son una fuente directa de muchos minerales y vitaminas que faltan en las dietas de
5
cereales, en especial la vitamina C de los cítricos y la vitamina A procedente del caroteno de las zanahorias y
verduras con hoja. En las verduras están presentes el sodio, cobalto, cloro, cobre, magnesio, manganeso,
fósforo y potasio. La celulosa de las verduras, casi imposible de digerir, proporciona el soporte necesario para
hacer pasar la comida por el tracto digestivo. Muchas de las vitaminas más frágiles hidrosolubles se
encuentran en las frutas y verduras, pero se destruyen con gran facilidad con el exceso de cocción.
La carne, el pescado y los huevos aportan todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para
ensamblar sus propias proteínas. La carne contiene un 20% de proteína, 20% de grasa y 60% de agua. Las
vísceras son fuentes ricas en vitaminas y minerales. Todos los pescados contienen un alto porcentaje de
proteínas, y los aceites de algunos de ellos son ricos en vitaminas D y A. La clara del huevo es la forma más
concentrada de proteína que existe.
La leche y sus derivados incluyen la leche entera, el queso, el yogur y los helados, todos ellos conocidos por
su abundancia en proteína, fósforo y en especialn la leche entera, el queso, el yogur y los helados, todos ellos
conocidos por su abundancia en proteína, fósforo y en especial calcio. La leche también es rica en vitaminas
pero no contiene hierro y, si es pasteurizada, carece de vitamina C. Aunque la leche es esencial para los niños,
su excesivo consumo por parte de los adultos puede producir ácidos grasos insaturados que se acumulan en el
sistema circulatorio.
Las grasas y aceites incluyen la mantequilla, manteca, sebo y aceites vegetales. Todos ellos tienen un alto
contenido de calorías, pero, aparte de la mantequilla y algunos aceites vegetales como el de palma, contienen
pocos nutrientes.
Los azúcares, confituras y almíbares se consumen en grandes cantidades en algunos países, donde constituyen
una gran parte del aporte de hidratos de carbono. La miel y el jarabe de arce están compuestos de más de un
75% de azúcar y contienen pocos nutrientes. El consumo excesivo de azúcar provoca caries.
Cantidad de nutrientes recomendada
La cantidad de nutrientes viene establecida por las autoridades competentes nacionales y algunas
internacionales, para indicar las cantidades máximas de nutrientes necesarias para llevar una dieta sana y
equilibrada. Estas cantidades, sin embargo, varían de persona a persona.
Indicaciones dietéticas. En general, los científicos recomiendan lo siguiente: comer alimentos variados;
mantener el peso ideal; evitar el exceso de grasas y aceites, grasas saturadas y colesterol; comer alimentos con
suficiente almidón y fibra; evitar el exceso de azúcar y sodio, y, en caso de beber alcohol, hacerlo
moderadamente. La ciencia de la nutrición aún está lejos de explicar en qué modo los alimentos afectan a
ciertos individuos. El porqué algunas personas pueden dejar de comer en un momento determinado mientras
otras viven obsesionadas con la comida, por ejemplo, es algo que todavía sigue siendo un misterio. Los
investigadores han descubierto recientemente que poco después de la ingestión los alimentos influyen en la
liberación de importantes sustancias químicas cerebrales, y que los alimentos ricos en hidratos de carbono
disparan la liberación de serotonina, la que a su vez suprime el deseo de ingerir hidratos de carbono. Es
posible que este tipo de mecanismo se haya desarrollado para evitar que las personas se saturen de hidratos de
carbono en lugar de procurarse proteínas, que son más difíciles de encontrar. Hasta hace poco tiempo había
bastante más disponibilidad de hidratos de carbono que de proteína. Se cree que la serotonina colabora en
complejas relaciones con la insulina y varios aminoácidos, en especial el triptófano, que participan en la
regulación del apetito para diversos tipos de alimentos. En esta misma área de investigación, los expertos en
nutrición están intentando descifrar la relación entre diabetes y obesidad y el papel que desempeñan los dulces
en las personas afectadas por ellas.
Enfermedades producidas por mala alimentación.
6
Beriberi, enfermedad causada por una deficiencia en la dieta de vitamina B1. Se caracteriza por neuritis,
atrofia muscular, mala coordinación, y con el tiempo parálisis. La muerte suele deberse a una insuficiencia
cardiaca. La enfermedad ataca en especial en aquellas zonas de Oriente donde la alimentación se basa en arroz
molido. La recuperación es rápida cuando se restablecen en la dieta las proporciones adecuadas de vitamina
B1.
Anorexia nerviosa, enfermedad que se caracteriza por el miedo intenso a ganar peso y por una imagen
distorsionada del propio cuerpo (dismorfofobia). Conduce a un grave adelgazamiento debido a una dieta
exagerada y a un exceso de ejercicio. No se asocia con ninguna otra enfermedad orgánica previa. Se presenta
habitualmente en adolescentes, especialmente en las mujeres. La enfermedad produce alteraciones en los
ciclos hormonales, una inmunodepresión con aumento del riesgo de infecciones, y aproximadamente entre el
5 y el 18% de los anoréxicos muere por desnutrición. Los pacientes también padecen a menudo bulimia, que
consiste en ingerir enormes cantidades de alimentos y después provocar el vómito para permanecer delgados;
los vómitos repetidos alteran el equilibrio hidroelectrolítico, produciendo, en general, hipopotasemia que
puede afectar al funcionamiento cardíaco.
No existe un tratamiento universalmente aceptado para la anorexia nerviosa. Frecuentemente se asocia con
depresión y baja autoestima, y los pacientes suelen mejorar con antidepresivos. La normalización del peso
corporal es un paso importante en el tratamiento de la enfermedad. La psicoterapia y la terapia familiar a
menudo son importantes. La mitad de los pacientes se curan definitivamente, aunque a veces, la enfermedad
acaba produciendo alteraciones metabólicas y hormonales que agravan el proceso puramente psíquico.
Muchos pacientes con anorexia nerviosa nunca acuden al médico, por lo que no se conoce con exacitud la
frecuencia de aparición de la enfermedad.
Bocio, enfermedad de la glándula tiroides caracterizada por un aumento de su tamaño que se visualiza
externamente como una inflamación en la cara anterior del cuello. En el bocio tóxico la actividad metabólica
basal está elevada.
Bocio simple
El bocio simple se caracteriza por un aumento global de la glándula, o de uno de sus lóbulos, que suele estar
causado por un déficit dietético de yodo. La aparición de la enfermedad es más frecuente en adolescentes. El
bocio simple existe en todas las zonas del interior de todos los continentes. La administración de yodo, o de
tiroxina, la hormona que contiene yodo, previene de forma eficaz la enfermedad. La profilaxis requiere la
ingesta de pequeñas cantidades de yodo durante largos periodos de tiempo. Su ingestión durante el embarazo
evita el desarrollo de la enfermedad en el lactante así como en la madre. Las medidas de salud pública, que
incluyen la adición de yodo a los suministros de agua o a la sal de mesa, han ayudado a reducir la incidencia
de bocio simple en determinadas zonas. El yodo es más eficaz cuando se administra a niños que padecen la
enfermedad. La tiroidectomía, o extirpación quirúrgica de la glándula, puede ser necesaria en los casos en los
que el aumento de tamaño es muy importante.
Bocio tóxico
El bocio tóxico, también denominado hipertiroidismo, o tirotoxicosis, es una manifestación habitual de dos
tipos diferentes de enfermedades del tiroides, la enfermedad de Graves y el bocio tóxico multinodular. La
enfermedad de Graves, así llamada en honor del médico irlandés Robert James Graves, se debe a un exceso de
secreción de tiroxina. La causa de este aumento de secreción no está clara, pero se piensa que tiene un origen
autoinmune. El bocio multinodular es una fase más avanzada del bocio simple que se produce cuando la
función de la glándula es independiente del control que ejerce sobre ella la hipófisis. Los síntomas del bocio
tóxico pueden incluir taquicardia, temblores, aumento de la sudoración, aumento del apetito, pérdida de peso,
debilidad y fatiga. Algunos pacientes con la enfermedad de Graves presentan alteraciones oculares, como
7
mirada fija y protrusión de los globos oculares. En el tratamiento del bocio tóxico se utiliza algunas veces
yodo y tiouracilo, así como irradiación de la glándula con yodo radiactivo.
Botulismo, intoxicación producida por el consumo de alimentos contaminados por Clostridium botulinum,
una bacteria tóxica. El organismo, que procede del suelo, crece en muchas carnes y vegetales. La destrucción
de las esporas se consigue mediante ebullición durante 30 minutos y la de la toxina con calor húmedo a 80 °C
durante el mismo tiempo. Debido a que las esporas crecen mejor en ausencia de oxígeno, los alimentos mal
conservados en recipientes precintados ofrecen un medio idóneo para su desarrollo. En la actualidad, las
comidas preparadas industriales son causa infrecuente de esta enfermedad, si bien la esterilización incorrecta
de las conservas de alimentos no ácidos de manufactura casera es origen de muchos casos.
Los síntomas suelen aparecer de 18 a 36 horas después de su consumo. La toxina no es destruida por las
enzimas del tracto gastrointestinal y afecta al sistema nervioso central interrumpiendo la transmisión de los
impulsos nerviosos, aunque las funciones cognitivas se mantienen. La incapacidad progresa desde la
dificultad para deambular y deglutir junto a un deterioro de la visión y el habla, hasta la aparición de
convulsiones ocasionales, y por último parálisis de los músculos respiratorios, asfixia, y muerte, todo en un
intervalo de pocas horas o días según la cantidad de toxina ingerida. Dos tercios de los sujetos afectados
fallecen. La antitoxina botulínica es eficaz si se administra con rapidez. La apertura quirúrgica de la tráquea y
el uso de un respirador puede salvar la vida. La investigación sobre el empleo del botulismo en la guerra
biológica ha dado lugar a un toxoide para inducir inmunidad.
Brucelosis, también denominada fiebre ondulante, es una enfermedad infecciosa causada por varias especies
de bacterias del género Brucella, transmitida a los seres humanos por animales como las vacas, cerdos y
cabras. La enfermedad se adquiere por contacto con animales infectados o al ingerir su leche. Esta afección se
ha conocido con el nombre de fiebre de Malta, enfermedad de Bang, fiebre mediterránea y fiebre de las
cabras. En los animales, la enfermedad puede producir esterilidad parcial, disminución de la producción de
leche y abortos. En el ser humano, la brucelosis puede presentarse en forma aguda o crónica. La forma aguda
se caracteriza por debilidad, escalofríos, fiebre nocturna elevada, y con frecuencia produce alteraciones del
sistema nervioso central, dolores articulares y aborto espontáneo.
La brucelosis crónica es difícil de diagnosticar, porque los síntomas son imprecisos y muy variables. Sin
embargo, en casi todos los casos aparece fiebre remitente y alteraciones del sistema nervioso central. Hay una
prueba de aglutinación sanguínea que permite detectar la enfermedad. Como norma, la persona que padece
brucelosis responde a la administración de antibióticos de amplio espectro. La pasteurización de la leche es
fundamental para el control de la brucelosis. Además, el desarrollo en la década de 1950 de una vacuna
denominada cepa 19, que se puede inocular al ganado vacuno, ha reducido de forma significativa la incidencia
de brucelosis bovina. El organismo que produce la enfermedad fue descubierto en 1887 por el médico y
anatomopatólogo británico David Bruce.
Bulimia, desorden alimenticio causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal
y el aspecto físico. Se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de provocación del
vómito, uso de laxantes, dietas exageradas y/o abuso del ejercicio para controlar el peso.
A veces el comportamiento bulímico se observa en los enfermos de anorexia nerviosa o en personas que
llevan a cabo dietas exageradas, pero la bulimia por sí misma no produce pérdidas importantes de peso. Lo
que sí produce a veces, debido a los vómitos provocados, son problemas gastrointestinales e hipopotasemias
(concentraciones bajas de potasio en sangre) graves, así como lesiones en los dientes debido a la acidez de los
vómitos. La bulimia aparece sobre todo en adolescentes, en especial en las mujeres, debido a diferentes
mecanismos psicológicos; el más obvio es la respuesta a la presión social que valora la delgadez como
atractivo físico, pero también por las dificultades para asumir un cuerpo sexuado. Para tratar la enfermedad se
utilizan diversas terapias de grupo y terapias de condicionamiento. Los antidepresivos pueden también ser
efectivos, pues muchos de los bulímicos sufren también depresión.
8
Cirrosis, enfermedad crónica del hígado que cursa con destrucción irreversible de las células hepáticas. La
cirrosis es la fase final de muchas enfermedades que afectan al hígado. Se caracteriza por áreas de fibrosis
(cicatriz) y muerte de los hepatocitos (células hepáticas). Sus consecuencias principales son el fracaso de la
función hepática y el aumento de la presión sanguínea en la vena porta (que transporta la sangre desde el
estómago y tubo digestivo al hígado). En Europa occidental, el alcohol y la hepatitis B son la causa principal
de la cirrosis. En el Reino Unido, dos tercios de los casos son debidos al alcohol; en países donde el consumo
de alcohol es menor (por ejemplo en los países islámicos), la incidencia de cirrosis disminuye de forma
paralela. Pacientes cuyo consumo de alcohol no alcanza el grado de alcoholismo pueden padecer lesiones
hepáticas producidas por el alcohol. Un 30% de los casos de cirrosis son de causa desconocida (podrían
deberse a otras hepatitis virales como la hepatitis C). El cáncer primitivo hepático puede ser una complicación
de la cirrosis hepática.
Cólera, grave enfermedad infecciosa endémica en India y en ciertos países tropicales, aunque pueden
aparecer brotes en países de clima templado. Los síntomas del cólera son la diarrea y la pérdida de líquidos y
sales minerales en las heces. En los casos graves hay una diarrea muy importante, con heces características en
"agua de arroz", vómitos, sed intensa, calambres musculares, y en ocasiones, fallo circulatorio. En estos casos
el paciente puede fallecer a las pocas horas del comienzo de los síntomas. Dejada a su evolución natural, la
mortalidad es superior al 50%, pero no llega al 1% con el tratamiento adecuado.
El organismo responsable de la enfermedad es el Vibrio cholerae, una bacteria descubierta en 1883 por el
médico y bacteriólogo alemán Robert Koch. La única forma de contagio es a través del agua y los alimentos
contaminados por heces (en las que se encuentra la bacteria) de enfermos de cólera. Por tanto, las medidas de
control sanitario son las únicas eficaces en la prevención de la enfermedad. Durante el siglo XIX las
epidemias de cólera se diseminaron por Europa y Estados Unidos, hasta que mejoraron los sistemas de
distribución de agua potable y alcantarillado.
En muchos países asiáticos, el control del cólera sigue siendo un importante problema sanitario. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 78% de la población de los países en vías de
desarrollo carece de agua con suficientes garantías de potabilidad, y el 85% no dispone de un sistema de
tratamiento de aguas residuales. Las epidemias más recientes tuvieron lugar en Calcuta (India) en 1953; en
Vietnam del sur entre 1964 y 1967; entre los refugiados del Bangla Desh que emigraron a India en la guerra
civil de 1971; y en Perú en 1991. En la epidemia de 1971 fallecieron 6500 personas.
El tratamiento consiste en la reposición oral o intravenosa de líquidos y sales minerales (rehidratación). Hay
preparados para diluir con la composición adecuada de sodio, potasio, cloro, bicarbonato y glucosa,
disponibles en muchos lugares del mundo gracias a la campaña de difusión realizada por la OMS. Casi todos
los pacientes se recuperan entre los tres y los seis días. Las tetraciclinas, la ampicilina, el cloramfenicol, el
trimetoprim−sulfametoxazol, y otros antibióticos acortan la duración de la enfermedad. Hay una vacuna de
bacterias muertas que confiere una resistencia a la infección de tres a seis meses de duración.
Algunos estudios experimentales han demostrado que la bacteria del cólera produce una toxina que estimula
la secreción de líquido por el intestino delgado. Esta toxina es la causa de la gran pérdida de líquidos que se
produce en el cólera. La búsqueda de una vacuna más eficaz sigue dos líneas de investigación diferentes:
utilizar una toxina inactivada, o utilizar una vacuna de bacterias vivas atenuadas incapaces de producir la
toxina.
Anemia (del griego, 'sin sangre'), enfermedad de la sangre caracterizada por una disminución anormal en el
número de glóbulos rojos (eritrocitos o hematíes) o en su contenido de hemoglobina. Los hematíes son los
encargados de transportar el oxígeno al resto del organismo, y los pacientes anémicos presentan un cuadro
clínico causado por el déficit de oxígeno en los tejidos periféricos. La anemia puede deberse a: 1) defecto en
la formación de glóbulos rojos, ocasionado por déficit de nutrientes, hormonas, enfermedades crónicas u otras
situaciones; 2) excesiva destrucción de glóbulos rojos, habitualmente por determinadas enfermedades
9
hereditarias, y 3) sangrado excesivo (traumático, quirúrgico, por hemorragia interna).
Los síntomas más comunes de la anemia son palidez, disnea, fatiga, astenia, falta de vitalidad, mareos y
molestias gástricas. La anemia más frecuente es la ferropénica, por déficit de hierro, elemento esencial para la
fabricación de glóbulos rojos; se produce cuando aumentan las demandas de hierro del organismo para otras
funciones, como en la infancia, adolescencia y gestación, o cuando existe un déficit de hierro en la ingesta
(dietas mal controladas). La anemia perniciosa se produce por un déficit de vitamina B12, esencial para la
fabricación de hematíes, habitualmente por defectos de absorción intestinal de la B12 en mayores de cuarenta
años, a veces por carencias alimenticias. La anemia de células falciformes se debe a un defecto hereditario en
la síntesis de hemoglobina.
La transfusión de sangre o de hematíes concentrados es el tratamiento de elección utilizado en las anemias
graves (habitualmente en las anemias agudas por sangrado). El tratamiento de algunas anemias producidas por
exceso de destrucción de hematíes conlleva la extirpación del bazo, principal órgano de eliminación de los
eritrocitos. Las anemias ferropénicas deben tratarse con suplementos de hierro y las perniciosas con
inyecciones de vitamina B12. La eritropoyetina (hormona producida por el riñón que estimula la producción
de glóbulos rojos), sintetizada de forma artificial, se está empezando a utilizar experimentalmente en casos
muy especiales de anemias. Otros enfoques experimentales se centran en la corrección de los déficits
nutricionales u hormonales.
Disentería, enfermedad aguda o crónica del intestino grueso humano. Se caracteriza por deposiciones
diarreicas acuosas de pequeño volumen, acompañadas con frecuencia por sangre y moco, y dolores
abdominales intensos. Se pueden producir úlceras en las paredes intestinales. Cuando los gérmenes causantes
atraviesan la pared intestinal y pasan a la sangre, se produce además fiebre. Esta diarrea está producida por la
ameba Entamoeba histolytica o por bacilos del género Shigella.
Disentería amebiana
Causada por el parásito (ameba) Entamoeba histolytica, es endémica en muchos países tropicales, pero más
debido a la falta de condiciones higiénicas que al clima o al calor. Es el tipo de disentería más frecuente en
Filipinas, Indonesia y el Caribe, y se puede dar en algunos países de clima templado.
La disentería amebiana se transmite por el agua, por los alimentos frescos contaminados y por los portadores
humanos sanos. Las moscas pueden transportar los quistes de ameba desde las heces de los enfermos hasta los
alimentos. Cuando la enfermedad se hace crónica las amebas traspasan la pared intestinal y colonizan el
hígado, formando abscesos hepáticos. En raras ocasiones se forman abscesos amebianos en otras
localizaciones. Si se deja evolucionar, puede llegar a producir la muerte.
Para tratar la enfermedad se emplean varios fármacos: metronidazol, ementina y preparados de yodo. Los
abscesos hepáticos deben ser tratados mediante cirugía.
Disentería bacilar
Está producida por algunas especies no móviles de bacterias del género Shigella. Esta forma de disentería
también es más frecuente en las regiones tropicales del planeta con higiene deficiente, pero, como es más
contagiosa, se producen brotes epidémicos en todo el mundo. Se trata de una diarrea autolimitada que rara vez
sobrepasa la afectación intestinal; no obstante, la enfermedad es grave, especialmente en los niños y los
ancianos. La disentería bacilar se propaga por contaminación del agua y los alimentos. Las heces de los
enfermos y de los portadores sanos contienen grandes cantidades de bacterias. Las moscas transportan las
bacterias en sus patas, en su saliva y en sus heces, y las depositan en los alimentos; al parecer las hormigas
también pueden transmitir la enfermedad.
10
Para el tratamiento de la disentería bacilar es fundamental la correcta reposición de agua y electrolitos. Como
antibióticos se pueden utilizar las sulfonamidas, las tetraciclinas y la estreptomicina. El cloramfenicol es
efectivo para tratar las cepas resistentes. Las quinolonas (norfloxacina, ciprofloxacina) también son efectivas
frente a las Shigellas.
Enanismo, condición que se caracteriza por una estatura inferior a los 1,27 metros. Algunos enanos no han
sobrepasado los 64 cm al alcanzar la madurez esquelética. La primera causa de talla baja son las alteraciones
genéticas; la segunda causa las carencias afectivas; y, a continuación, los trastornos endocrinos y ortopédicos
(como las displasias).
El cretinismo es una de las causas de algunos casos de enanismo. Se produce como consecuencia de una
enfermedad de la glándula tiroides. La detección precoz de esta alteración mediante un test que se realiza de
forma habitual en la mayor parte de los países desarrollados permite el tratamiento eficaz. Otras causas de
enanismo son: el síndrome de Down (un proceso congénito cuyo cuadro clínico tiene cierta relación con el
cretinismo); la acondroplasia (enfermedad caracterizada por extremidades cortas debido a una alteración del
tejido cartilaginoso en el estadio fetal); la tuberculosis de la columna vertebral; o las alteraciones de la función
endocrina de la hipófisis o los ovarios.
El tratamiento precoz del cretinismo con tiroxina o extractos tiroideos permite un crecimiento y desarrollo
normales. El enanismo hipofisario se puede tratar con la hormona del crecimiento humana desarrollada por
ingeniería genética.
Enteritis, enfermedad inflamatoria del intestino. Se puede manifestar por dolor abdominal, punzadas, fiebre,
pérdida de apetito (anorexia), náuseas y diarrea. La enteritis crónica por antonomasia es la llamada ileítis
terminal o enfermedad de Crohn; se trata de una enfermedad autoinmune que precisa de tratamiento
inmunosupresor y a veces de cirugía. Las enteritis agudas, aunque suelen ser poco duraderas, autolimitadas y
menos graves, son debilitantes, sobre todo en los niños y en los ancianos, y en ocasiones llegan a poner en
peligro la vida del enfermo por deshidratación aguda. Las enteritis agudas pueden estar causadas por irritación
química, alergias o alteraciones emocionales; pero su causa más frecuente son las infecciones, bien virales,
más benignas, o bien bacterianas, como la fiebre tifoidea y la disentería.
Escarlatina, enfermedad infecciosa producida por cepas de estreptococos hemolíticos del grupo A que son
responsables también de las amigdalofaringitis estreptocócicas. La bacteria penetra en el organismo a través
de la nariz o la boca. Se transmite de persona a persona por contacto directo, es decir, por la difusión de
gotículas procedentes del tracto respiratorio de una persona infectada, o por contacto indirecto, a través del
uso de utensilios que previamente han sido manipulados por el individuo infectado. La enfermedad se observa
preferentemente en niños entre los dos y los diez años.
Los síntomas típicos iniciales de la enfermedad son cefalea, dolor de garganta, escalofríos, fiebre y malestar
general. Dos a tres días después de la aparición de los primeros síntomas se observan manchas rojizas en el
paladar y una tumefacción rojo brillante de las papilas de la lengua, que recibe el nombre de lengua
aframbuesada por su aspecto característico. En el tronco aparece una erupción cutánea típica que se suele
extender a toda la superficie corporal con excepción de la cara. La erupción palidece con la presión. La fiebre,
que con frecuencia se eleva entre 40 ° y 40,6 °C, dura sólo unos pocos días, aunque se puede prolongar
durante una semana o más. La erupción suele palidecer aproximadamente al cabo de una semana, y en ese
momento la piel se empieza a descamar.
La escarlatina se puede complicar con una infección de las celdas mastoides del oído medio o de los senos
craneales, o incluso con una neumonía. Después de la escarlatina se produce en ocasiones una inflamación
renal (nefritis glomerular). Sin embargo, desde la introducción de la penicilina, la mayoría de los casos se
curan sin secuelas permanentes.
11
Escorbuto, enfermedad causada por un déficit prolongado de vitamina C (ácido ascórbico) en la ingesta.
Aparece en los adultos tras una carencia alimenticia mayor de 6 meses. Se caracteriza por astenia progresiva,
inflamación de encías, caída de dientes, inflamación y dolor de articulaciones, fragilidad capilar y equimosis.
Con frecuencia también aparece la anemia como consecuencia de estas pequeñas hemorragias. La falta de
vitamina C bloquea la producción de sustancia intercelular para los tejidos conectivos (tejidos de soporte de
las paredes de los vasos, del hueso, de la dentina, del cartílago, etc.).
El escorbuto era muy frecuente entre los marineros cuando pasaban meses de navegación sin tomar frutas o
verduras frescas; muchos acababan muriendo. En 1795 se empezó a repartir regularmente jugo de lima a todas
las tripulaciones británicas, procedimiento que al parecer llevaban aplicando durante siglos los marineros
holandeses. Hoy día se utilizan como antiescorbúticos las naranjas y los limones, más ricos en ácido ascórbico
que las limas
Tifoidea, Fiebre, enfermedad infecciosa aguda producida por el bacilo Salmonella typhi. Se contagia por la
leche, el agua o los alimentos contaminados por heces de enfermos o portadores. Los portadores son personas
sanas que sufren una infección asintomática y excretan periódicamente el bacilo. El esquema de transmisión
epidemiológica se puede simplificar con las siglas DAME (dedos, alimentos, moscas y excretas).
Gastritis, inflamación aguda o crónica de la mucosa del estómago. La enfermedad fue descrita en 1833 por el
cirujano estadounidense William Beaumont cuando estudiaba la mucosa de un paciente que presentaba una
herida de bala en el abdomen. En la gastritis aguda se producen erosiones de las células superficiales de la
mucosa, formaciones nodulares y a veces hemorragia de la pared gástrica. En la gastritis crónica se produce,
además, una transformación progresiva de la mucosa a tejido fibroso (cicatricial o inflamatorio crónico). La
enfermedad está acompañada por un descenso en la velocidad del vaciado gástrico (experimentado por el
paciente como digestiones lentas o pesadas) y de pérdida de peso. Las causas más frecuentes de la gastritis
son el abuso del alcohol, el tabaco y las bebidas excitantes (café, té, refrescos de cola), una secreción excesiva
de ácido clorhídrico en el jugo gástrico, y varias infecciones entre las que se encuentran la sífilis, la
tuberculosis y algunas infecciones fúngicas. Se ha demostrado recientemente que la bacteria Helicobacter
pilorii está presente en la mucosa gástrica y duodenal hasta en el 80% de los pacientes con gastritis y úlceras
pépticas (de estómago o duodeno): este descubrimiento ha revolucionado el tratamiento de estas
enfermedades, hasta el punto de que los antibióticos han pasado a ser uno de sus pilares básicos. El estrés
psicológico también está implicado en el desarrollo de la gastritis.
Indigestión, término común que se utiliza para describir molestias físicas del tracto gastrointestinal superior,
asociadas con la ingestión de alimentos sólidos o líquidos. Los síntomas son: ardores o acedías, acidez,
eructos, distensión gaseosa, flatulencia, sensación de plenitud, presión, náuseas y vómitos.
Algunos de los síntomas de la indigestión son similares a aquellos propios de enfermedades graves, por lo que
la automedicación no se debe prolongar.
Malnutrición, estado o condición dietética causado por una insuficiencia o exceso de uno o más nutrientes en
la dieta. Una persona corre riesgo de malnutrición si la cantidad de energía y/o nutrientes de la dieta no
satisface sus necesidades nutricionales (véase Líneas nutricionales). Si una dieta carece de energía, se utilizan
primero las reservas de grasa del cuerpo y después la proteína de los músculos y órganos para proporcionar
dicha energía. Por último el cuerpo se queda demasiado débil como para funcionar como es debido o combatir
una infección.
Los niños, en especial los menores de cinco años, sufren los efectos de la inanición mucho antes que los
adultos. Desarrollan un estado que se denomina malnutrición proteico−energética. Las dos formas más
comunes de este estado, marasmo y kwashiorkor, aparecen en algunos países en vías de desarrollo y
representan una amenaza para la vida. El marasmo se da cuando a un niño se le deja de amamantar demasiado
rápido y se le pasa a alimentos pobres en energía y nutrientes. El niño puede sufrir también repetidas
12
infecciones (tales como gastroenteritis) debidas a la falta de higiene, y es posible que se le trate con fluidos no
nutritivos como el agua o agua de arroz. Un niño con marasmo pesa muy poco, carece de grasa corporal y sus
músculos están muy poco desarrollados. El kwashiorkor se da cuando a un niño se le deja de amamantar
demasiado tarde y se le pasa a una dieta tradicional a base de féculas y baja en proteínas. A menudo se
produce después una infección aguda. Con frecuencia una falta de peso corporal seria queda oculta por la
retención de agua, que ensancha la cara e inflama el vientre.
En los países desarrollados, las consecuencias de llevar una dieta muy baja en energía se da en personas que
sufren de anorexia nerviosa, y a veces entre las personas mayores. En estos países, la forma más común de
malnutrición energética es la sobrenutrición, como por ejemplo la obesidad, que aumenta el riesgo de
enfermedades como la diabetes y las enfermedades del corazón.
Si una dieta carece de nutrientes, quien la consume terminará por desarrollar síntomas de deficiencia nutritiva.
En general, las enfermedades carenciales se asocian a la falta de vitaminas o minerales, y suelen ser poco
frecuentes en los países desarrollados. (De hecho, es más común en estos países ver problemas de salud
causados por el exceso de cantidad). Los efectos de los déficits de nutrientes pueden ser graves y tener gran
efecto en los índices de morbilidad y mortalidad (referentes a la incidencia de enfermedad y muerte
respectivamente) en los países en vías de desarrollo, donde son más frecuentes. La insuficiencia de vitaminas
o minerales puede deberse a varias razones. Es evidente que una dieta de pocos alimentos puede carecer de
ciertos nutrientes. Por ejemplo, en países donde el maíz es el alimento básico, las dietas suelen carecer de
niacina, una vitamina del grupo B. El resultado es que a veces aparece la enfermedad causada por esta
deficiencia, llamada pelagra. Para otros es difícil cubrir sus necesidades nutricionales; algunas mujeres, por
ejemplo, tienen una demanda muy alta de hierro, lo que puede llevarles a padecer anemia si no satisfacen
dichas demandas, o bien tienen una alteración genética causante de la insuficiencia. Puede haber también
motivos geográficos, como en algunas zonas remotas donde el suelo (y por tanto los vegetales que crecen en
él) contiene poco yodo. Debido a que cuentan con muy pocos alimentos que contengan cantidades importantes
de yodo, las personas que viven en estas regiones pueden sufrir una deficiencia prolongada del mismo, lo que
deriva en bocio y cretinismo.
Los efectos de la insuficiencia de vitamina o minerales en el cuerpo dependen de la función del elemento
concreto que falta. Por ejemplo, dado que la vitamina A es importante para tener una buena visión, una
insuficiencia grave puede producir ceguera. Algunas vitaminas o minerales tienen muchas funciones, por lo
que una insuficiencia larga tiene una amplia gama de efectos sobre la salud.
Mixedema (del griego myxa, `limo' y oidema, `tumefacción'), enfermedad deficitaria debida a la producción
insuficiente o nula de hormonas por el tiroides. Los pacientes que padecen mixedema sufren cansancio,
estupor, somnolencia, intolerancia al frío, falta de agilidad mental, tienden a ganar peso y tienen dolores
generalizados. El rostro aparece hinchado y su cutis muestra tumefacto, rugoso y de color amarillento. La piel
se seca y el pelo, quebradizo y seco, se pierde con facilidad. A menudo desaparece también la porción externa
de las cejas. Estos y otros síntomas son consecuencia de un descenso en la actividad metabólica debido al
déficit de la hormona tiroidea, que es un estimulante del metabolismo. El mixedema tiene la misma causa que
el cretinismo, pero se distingue de éste en que se desarrolla después del nacimiento y no produce un retraso
cerebral tan marcado. La enfermedad puede afectar a varios miembros de una misma familia. Cualquier
alteración que lleve consigo una disminución en la producción hormonal del tiroides puede causar mixedema.
El tratamiento consiste en la administración de tiroxina u otros extractos tiroideos, o de preparaciones
sintéticas como la levotiroxina.
Pelagra, enfermedad producida por deficiencia dietética debida a la ingesta o absorción inadecuada de
niacina, uno de los compuestos del complejo de la vitamina B. El médico americano Joseph Goldberger
demostró que la enfermedad estaba producida por una deficiencia vitamínica. Aunque la pelagra es frecuente
en todo el mundo, su incidencia en algunos países occidentales es baja gracias a la suplementación del trigo
procesado con vitamina B. La enfermedad afecta en especial a aquellas personas que siguen dietas pobres en
13
proteínas, en especial cuando la dieta está basada en el maíz como alimento principal, y en quienes padecen
enfermedades gastrointestinales que originan una alteración de la absorción de vitaminas.
La enfermedad suele comenzar con debilidad, laxitud, insomnio y pérdida de peso. La piel expuesta del
cuello, manos, brazos, pies y piernas, se vuelve áspera, rojiza y escamosa, y en especial después de la
exposición a la luz solar, y aparecen lesiones dolorosas en la boca. Los síntomas gastrointestinales consisten
en pérdida de apetito, indigestión y diarrea. La afección del sistema nervioso se produce más adelante en el
curso de la enfermedad e incluye síntomas como cefaleas, vértigo, dolores generalizados, temblores
musculares y trastornos mentales. La deficiencia de niacina puede ser mortal.
El tratamiento consiste en la administración de niacina y otras vitaminas del grupo B. Es necesaria la ingestión
diaria de cantidades adecuadas de leche, carne magra o pescado, cereales de grano entero y vegetales frescos
para curar y prevenir la enfermedad.
Raquitismo, enfermedad producida por déficit nutricional, caracterizada por deformidades esqueléticas. El
raquitismo está causado por un descenso de la mineralización de los huesos y cartílagos debido a niveles bajos
de calcio y fósforo en la sangre. La vitamina D es esencial para el mantenimiento de unos niveles normales de
calcio y fósforo. El raquitismo clásico, enfermedad carencial de la infancia caracterizada por desarrollo
inadecuado o fragilización de los huesos, está producido por una cantidad insuficiente de vitamina D en la
dieta, o por ciertas enfermedades que impiden la asimilación de las sales de calcio por la eliminación excesiva
en el riñón de calcio y fósforo o por radiación ultravioleta solar insuficiente, lo que bloquea la conversión en
la piel de 7−dehidroesteroles, tales como ergosterol y 7−dehidrocolesterol, que originan las vitaminas D2
(ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) respectivamente. En adultos, la deficiencia de vitamina D se manifiesta
como osteomalacia (reblandecimiento de los huesos), trastorno debido a la mineralización inadecuada del
hueso. En los niños existe un fracaso adicional de la mineralización del cartílago de crecimiento en los
extremos de los huesos. El hueso nuevo inadecuado es propenso a deformarse. El tipo de deformidad
esquelética depende en gran medida de la edad del niño cuando se produce la deficiencia de vitamina D. En
general, se deforman los tobillos y las muñecas y aparecen abultamientos en las costillas formando el llamado
rosario raquítico; la cabeza se agranda y el tórax se estrecha. Un niño que todavía no ha aprendido a andar
desarrolla deformidades vertebrales, mientras que un niño que ya anda las desarrolla en las piernas. El sistema
nervioso también sufre alteraciones, los niños afectados son irritables, tienen dificultades para dormir y
presentan sudoración excesiva. Las alteraciones producidas en los músculos provocan el abultamiento del
vientre, característico de esta enfermedad.
Solitaria, parásito segmentado cuya forma adulta infecta el intestino del huésped final. El ciclo vital incluye
un huésped intermediario en el que viven las larvas de la solitaria. El huésped intermediario ingiere los huevos
de la solitaria, después las larvas alcanzan el intestino del huésped definitivo cuando éste ingiere al
intermediario. Los seres humanos pueden infectarse como huésped definitivo por diferentes tipos de solitaria,
como la Tenia saginata y la Tenia solium.
Teniasis, la teniasis es la infección del intestino humano por una tenia. La Tenia saginata se adquiere al
ingerir carne de vaca cruda o poco cocinada y es común en América del Sur y del Norte, África y partes de
Asia. La Tenia solium se contrae al comer cerdo crudo o poco cocinado y se encuentra en Suráfrica, América
Central y del Sur y partes de Asia.
El ser humano es el huésped definitivo de estas tenias y las larvas viven en el ganado vacuno o en los cerdos
que ingieren los huevos. Los síntomas consisten en trastornos gastrointestinales, náuseas y pérdida de peso. La
enfermedad se suele diagnosticar cuando se encuentran en las heces segmentos del parásito que contienen
huevos. El tratamiento es farmacológico y la tenia se elimina por las heces un día o dos después de iniciar el
tratamiento. La tenia del perro (Echinococcus granulosus) produce la hidatidosis que a menudo es
asintomática (no da síntomas aparentes en el hombre). Se extiende por toda Europa (excepto Escandinavia),
Asia, África del Norte y del Este, América del Sur y del Oeste, Canadá y Australasia. Parece que su incidencia
14
está descendiendo en todo el mundo. Las poblaciones rurales tienen una incidencia más elevada, así como
aquellas en contacto con perros. La erradicación de la tenia del perro ha sido total en Islandia, que presentaba
la incidencia más elevada de todo el mundo en el siglo XIX, y donde un tercio de todas las autopsias
demostraban la existencia de infección. En Tasmania y Nueva Zelanda han conseguido buenos resultados con
las campañas de prevención, interrumpiendo el ciclo vital del parásito.
El ciclo vital de este parásito suele incluir al perro y a la oveja, pero también puede incluir zorros, lobos o
chacales en lugar de perros, y numerosos herbívoros (camellos, canguros, búfalos y cerdos) en lugar de la
oveja. Al ingerir la carne de los animales infectados, el ser humano se convierte en un huésped accidental.
Cuando los huevos alcanzan el intestino humano se convierten en embriones con tres pares de ganchos en su
cabeza. Estos embriones atraviesan la pared intestinal y alcanzan el torrente sanguíneo desde donde llegan
hasta los pulmones, el hígado o cualquier otro órgano. Cuando los embriones alcanzan un órgano, forman
quistes con una cubierta externa elástica, que crece con el embrión en su interior. Suelen crecer hasta alcanzar
los 20 mm, pero el quiste más voluminoso encontrado en seres humanos contenía 50 l de líquido. Por lo
general, estos quistes se detectan sólo después de la muerte o de forma accidental. Sin embargo, pueden
producir síntomas dependiendo de su localización. Por ejemplo, si se localizan en el pulmón provocan tos y si
lo hacen en el hígado dolor.
Triquinosis, nombre genérico aplicado a una enfermedad propia de ratas, cerdos, osos, gatos, perros y
humanos, causada por la infección por las larvas de un gusano nemátodo, Trichinella spiralis. Este pequeño
gusano tiene una distribución casi mundial.
El hombre suele contraer la enfermedad por la ingesta de carne de cerdo infectada. A pesar de las estrictas
medidas de control sanitario de la carne, el cerdo infectado puede pasar a veces la inspección debido a que es
muy difícil reconocer la presencia de la enfermedad. Los quistes de triquina en el cerdo se pueden destruir
completamente mediante la congelación de la carne a una temperatura de −15 °C durante 21 días o −30 °C
durante alrededor de 25 horas. Las larvas de triquina que no están enquistadas se destruyen al calentar la carne
a 66 °C. Los procedimientos habituales para salar y ahumar no ofrecen seguridad para el consumo de la carne
de cerdo.
Durante la fase de infección, después de que los gusanos inmaduros salgan de sus quistes, las larvas en
proceso de maduración producen una irritación grave del tracto intestinal. Los síntomas de la infección
consisten en dolor abdominal, náuseas, vómitos y emisión de heces líquidas. Con la liberación, o migración de
las larvas hacia la sangre, es muy frecuente la aparición de un edema facial, en especial alrededor de los ojos,
y de cefaleas e incluso delirio. También es habitual la afectación del músculo cardiaco. La fase invasiva está
determinada por espasmos musculares y dolores en las articulaciones. Las personas que padecen triquinosis se
suelen recuperar en un plazo de seis meses, una vez que la larva madura se ha enquistado.
15
Descargar