Itzel Rodríguez Mortellaro Renovación de la escultura en el siglo XX Hasta el siglo XX, la escultura se valió de materiales tradicionales —en su mayoría piedra, madera y barro— para imitar o recrear el cuerpo humano o de los animales a partir de masas. Algunas veces el volumen escultórico tomaba su forma cuando el artista quitaba material (por ejemplo en las esculturas de piedra y madera); otras veces se creaba añadiéndolo (como en las esculturas de barro, que servían de molde para una escultura de bronce). En ambos casos, lo que se obtenía al final era la representación de algo . La escultura vanguardista es de un tipo distinto. Para empezar, generalmente está fabricada con productos industriales: plexiglass, celuloide, cartón, aluminio, acero galvanizado, alambre, etcéctera. En segundo lugar, en vez de representar a seres humanos o animales o ideales tales como la paz o la guerra o la muerte (a través alegorías), buena parte de la búsqueda artística en la escultura contemporánea tiene que ver con la creación de espacios. Actualmente, en lugar de quitar o añadir material para crear representaciones en masa, los escultores tienden a reunir materiales de muy diversa índole para explorar los espacios y el movimiento en el espacio. Además, la escultura no es realizada necesariamente por las manos del artista. Muchas obras actuales son construcciones masivas realizadas por fabricantes industriales, aunque ideadas y planificadas por un artista. A diferencia de la escultura tradicional, que generalmente se coloca sobre un pedestal para anunciar que es una “obra de arte” y por lo tanto “distante” de la vida cotidiana, los trabajos escultóricos más recientes se colocan directamente sobre el piso o en un terreno abierto, con la intención de que formen parte del medio en el que nos movemos; asimismo pueden estar suspendidos desde lo alto por un cable o cuerdas u otro material, o bien pueden proyectarse hacia el espacio desde una pared. A inicios de los años setenta, cuando en el mundo artístico había un sentimiento de que el arte vanguardista debía democratizarse y hacerse accesible a la mayor cantidad de gente posible, adquirió una renovada importancia la escultura, porque es un arte más “público” que la pintura. Así se crearon trabajos escultóricos temporales (para neutralizar el valor de mercado de la obra), interactivos, y se extendió el uso artístico de objetos domésticos. En la renovación del lenguaje escultórico, cobró un especial auge el ensamblaje, una vertiente de la expresión escultórica que había comenzado a experimentarse en los años cincuenta. David March Every Home Should Have One , 1989. El artista reunió para su escultura un horno pequeño, un cooker, refrigerador y un horno de microondas que encontró como desechos en el basurero, con una figura monstruosa (una gárgola) hecha de plástico. Esta pieza pretende ser una sátira a la devoción que tiene la sociedad contemporánea por los objetos de consumo. Ensamblaje El ensamblaje es una forma de escultura compuesta de objetos “encontrados” arreglados de tal manera que crean una sola obra. Los objetos que se juntan pueden ser orgánicos o manufacturados por el hombre, todo califica para ser incluido en un ensamblaje: pedazos de madera, piedras, zapatos viejos, latas, llantas de coche, fotografías, partes de computadora, etcétera. Generalmente se usan objetos comunes o fragmentos de ellos para crear una composición abstracta. Cada objeto se puede interpretar por separado, pero forman parte de un todo integrado. El ensamblaje reúne muchas veces escultura y pintura. La naturaleza y composición de este arte es similar al collage, aunque éste se define como bidimensional y el ensamblaje es tridimensional. El origen de la palabra “ensamblaje” (en el sentido artístico) puede ser rastreada hacia el inicio de los años cincuenta, cuando Jean Dubuffet creó una serie de collages con alas de mariposa que tituló assemblages d'empreintes. Dubuffet no fue el artista de ensamblaje más temprano, pues tanto Marcel Duchamp como Pablo Picasso habían trabajado con objetos encontrados anteriormente. La obra de Duchamp, máximo representante del movimiento dadaísta, es fundamental para la escultura contemporánea, ya que exaltó objetos del quehacer diario como obras de arte. También dadaísta, Man Ray abrió el camino para el ensamblaje cuando creó una serie de esculturas que llamó “Objetos de mi afecto”, en la que destaca Le Cadeau (El regalo) que consiste en una plancha con clavos en su base. En 1961 el ensamblaje fue reconocido oficialmente a través de la exposición “El arte del ensamblaje”, organizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. William C Seitz, el curador de la exposición, definió el término cuando explicó que el ensamblaje estaba constituido por objetos naturales o manufacturados, completos o fragmentados, no elaborados como materiales artísticos. Esta exposición exhibía obra de artistas como George Braque, Joseph Cornell, Jean Dubuffet, Marchel Duchamp, Pablo Picasso, Robert Rauschenberg, Jean Tinguey, Jasper Johns, Man Ray y Kurt Schwitters. Entre ellos, se reconoce especialmente la aportación al desarrollo de esta forma de expresión escultórica de Rauschenberg, Johns y Schwitters. En la actualidad, el ensamblaje es una forma muy común de trabajo escultórico. Bibliografía: Sylvan Barnet: A short guide to writing about Art , sexta edición, Addison Wesley Longman, 2000. Marilyn Stokstad: Art History , segunda edición, New Jersey, Prentice Hall, 2002. Edward Lucie-Smith: Artoday , Londres, Phaidon, 1995. OTRAS IMAGENES REFERIDAS AL ENSAMBLAJE George Segal Robert Smithson Robert Gober Andy Goldsworthy Joseph Beuys Sapiensa.org.mx/…/enswambaje_1.htm Simplificar la historia del arte Por: Iris México “¿Y no se podría descubrir, con un poco de audacia, el curso paleolítico en cierta historia del cine? En síntesis, la veríamos empezar en unos exteriores, por la imagen-indicio, documental, testimonio del mundo bruto, con los hermanos Lumière; continuar en el estudio con la imagen-icono del academicismo narrativo de los años treinta, cuarenta y cincuenta; después volverse a la imagen-símbolo y manierista con la cámara-estilo de los filmes de autor. Tres estadios, pues, para la imagen animada (en el hexágono): el documento, el espectáculo, la escritura. Año sesenta, vuelta al sonido directo, cine-verdad, rodaje en el exterior y en caliente, con la nueva ola, para “captar en vivo la vida de las gentes”, casi sin guión ni diálogos arreglados. Resurgimiento para una nueva marcha hacia el espectáculo, ¿segundo movimiento del ciclo? Eso sería a buen seguro simplificar en sumo grado.” Régis Debray. Vida y muerte de la imagen. Pretender narrar la historia del arte mexicano es a todas luces un ejercicio de simplificación. Ejercicio teórico que gustan practicar dentro del gremio del arte: estudiantes, maestros, académicos, historiadores, estetas, cronistas, periodistas culturales, coleccionistas, aficionados, etc. Consecuencia de tal actividad encontramos ensayos, libros, suplementos culturales, libros digitales, pláticas de cantina, conferencias, seminarios, coloquios, etc. Así mismo, disímiles interpretaciones de la historia. Donde uno ve una línea, otro encuentra un círculo. Walter Benjamín describe la historia como un ángel hacia adelante. En el fascismo la concepción de la historia hacia adelante ya no se sostiene, y actualmente podemos decir que la historia puede ser leída en reversa o hacia el frente, ¿en cámara lenta, en zapping, en fast foward? ¿Acaso la historia era una y eran múltiples sombras cómplices en una danza de colores que solamente los ruiseñores pueden nombrar? Régis Debray (1) considera que los tres momentos que articulan la historia occidental de la mirada, a gran escala, parecen reencontrarse, a una escala más pequeña en cada ciclo artístico. Presencia, representación, simulación. La imagen, inicialmente creada por fusión, se convierte en calco de lo real y al final, en ornamento y decoración burguesa. Considero propicio confrontar los términos que serán la materia prima para el viaje al caleidoscopio de interpretaciones y conclusiones a que la historia del arte nos puede conducir. Es decir, a lo que significan y nos referimos con: movimientos, tendencias, estilos, corrientes, vertientes. Con dichas palabras denominamos diversas formas de considerar la creación artística, suceden en cierto periodo histórico, en un espacio particular y homogenizan tanto como difieren fondos y formas en la creación artística. Tendencias son formas permanentes de arte, como el expresionismo, el barroco o el arte pop, el cual desde que surge no perdido vigencia. Estilos tales como el estilo romántico, renacentista, ya no existen en la historia después del impresionismo, que fue el último. El impresionismo parte de finales del siglo XIX en Europa y propone como forma el “pintar con luz”. Acto que muchos de sus detractores llamaron “dejar los cuadros a medias”. A partir de entonces encontramos movimientos, que son épocas en que se desarrolla un tipo de arte que posee un claro principio y fin. Inicio, desarrollo, clímax y decadencia. El movimiento surrealista, por ejemplo. El surrealismo se desarrolla a inicios del siglo XX, surge y se desarrolla principalmente en Europa. Llega a América, a México, donde propone ideales anti-burgueses, pro-marxistas, metafísicos, psicologistas que se reflejan en obra pictórica figurativa, en poesía sonora, arte objeto y otros géneros. Recurrimos a la palabra género para mencionar diversos tipos de arte en relación con la técnica empleada. Después de la conocida división de las siete bellas artes, éstas se multiplicaron de tal manera que el número perdió relevancia. Cito algunos entre los diversos géneros… Artes Visuales: incluye bidimensionales y tridimensionales. Artes visuales bidimensionales: pintura, tapiz, mural, dibujo, grabado, obra digital, fotografía, etc. Artes visuales tridimensionales: escultura, arte objeto, ensamblaje, instalación, ambientación, arquitectura. Artes icónicas: video-arte, video-clip, audiovisual, cine. Espectáculos: teatro, danza. Literatura: cuento, dramaturgia, ensayo, poesía, novela. Música: música de concierto, jazz, música para espectáculo, vernácula o popular. Artes conceptuales o no-objetuales: performance, arte público, arte correo, etc. Artes de multidisciplinas e interdisciplinas. Como podemos notar, hay géneros que corresponden a diversas categorías, por ejemplo la instalación, la ambientación y el ensamblaje son, muchas veces, al mismo tiempo arte tridimensional y obra conceptual. De la misma forma, el performance suele ser arte conceptual y espectáculo. 1. Régis Debray. Vida y muerte de la imagen. España. Paidos. 1994. www.irismexico.org www.geocities.com/artextos/aggeler.html Bernardo Saucedo Una aproximación poética a éstos artistas, nos permite vislumbrar tanto inquietudes como emociones que despiertan en nosotros su obra y ellos como seres humanos que son (Lectura de corto texto introductorio). En el caso de Bernardo Salcedo, es muy fuerte el recurso cinematográfico en la conformación de sus obras como escenarios o fotogramas de un relato conformado por los recuerdos y las sensaciones (Como en el caso de las cajas y las maletas); lo cual, para el contexto del arte, lleva implícito un gran componente de innovación más que de mensaje. Salcedo deja su obra a disposición del espectador para ser interpretada, y no para ofrecerle una explicación; en éste orden, se destaca la obra “FRASES DE CAJÓN”. Por ende, en su obra se halla presente una forma diferente de manifestación plástica, por lo cual, además de lo ya mencionado, se pueden destacar sus fotografías intervenidas, las cuales, además de ser notables como objetos, buscan llamar la atención sobre el hecho fotográfico. La obra de Salcedo, en medio del clima imperante en las artes, le devuelve al observador su papel como interpretador de la obra, más que participante de la misma, con lo que reivindica a la obra como objeto, sin que por ello se renuncie al concepto. En medio de las reflexiones que suscita el arte desde la perspectiva del objeto, se toca el tema del arte público, que a juicio de Salcedo, es escaso, debido a la gran presencia de basura, de obras vacías, malogradas, formal y conceptualmente pobres, por lo que todo arte público no puede ser tomado como arte conceptual. Para Bernardo Salcedo, ser artista no significa pintar o dibujar bien, sino algo más amplio que el sólo hecho instrumental, lo cual le da nuevas perspectivas al arte y su práctica; así, Salcedo es un artista que crea su obra desde la sensación, a través del pensamiento, para que nosotros, a partir de la sensación también podamos pensar. De Barrios, se destaca su labor como investigador, en donde el proceso de exploración y experimentación es parte de la obra, por lo que se retoma el concepto del arte que va más allá de saber pintar o dibujar y en donde la investigación es parte fundamental, ya que es reflejo del proceso que sufren las emociones, las interrogaciones, las confusiones, mientras se busca un lugar para ello; de tal forma, que el arte va madurando o evolucionando con el artista. En ese orden, el arte es una vocación, un llamado, en donde lo que se ha vivido se va manifestando a lo largo de la obra. Álvaro Barrios aprendió a dibujar desde muy pequeño, y se puede saber que desde muy temprano tenía claro lo que quería ser, en la medida que sus aptitudes lo demostraban. En el caso de Salcedo, no queda claro el hecho de si su niñez fue una influencia negativa o positiva. Es destacable la postura de Salcedo frente al arte, en la medida que establece una renuncia a la psicología, y la experiencia que lo alimenta es la de la propia cotidianidad, por lo que el hecho de que se generen cuestionamientos en lugar de seguridades o explicaciones es parte fundamental de la obra de arte. Elementos tales como los sueños, las nostalgias, la imaginación, son los que enriquecen a la obra de arte, la cual ofrece una suerte de recreación de dichos sentimientos por medio de los objetos.