SINFONÍA nº 1 de Alex Poelman En la primera sinfonía “Las siete maravillas del mundo antiguo” el joven compositor holandés Alex Poelman (Arnhem 1981) esboza un retrato musical de estas espléndidas obras de la humanidad. La sinfonía está magistralmente instrumentada, y describe tanto el poder de los grandes soberanos de la antigüedad, como el esplendor y la riqueza de los edificios y las obras de arte. La sinfonía comienza con el movimiento dedicado al Templo de Artemisa, diosa griega de la caza. Este templo erigido por los griegos en el año 550 a. C. en las costas de Turquía, fue conocido por sus contemporáneos como “el bosque de columnas” dado que contaba con 127 columnas de 18 metros de altura. El segundo movimiento, La Gran pirámide de Keops describe la única maravilla que todavía queda en pie a pesar de ser la más antigua, levantada en torno al año 2.500 a. C. Todavía hoy fascina el hecho de que pudiera levantarse en solo veinte años un edificio de 150 metros de altura y una base de cinco hectáreas, que además iba revestida enteramente de mármol blanco, por lo que el reflejo del sol en la misma era visto en kilómetros a la redonda. La Estatua de Zeus corresponde al tercer movimiento, y en él se recrea musicalmente la grandeza de la estatua del dios griego que el escultor Fidias talló para el templo de Olimpia. Fidias, considerado el mejor escultor de la antigüedad y probablemente de la historia, modeló una estatua de 12 metros en marfil, ocupando la sala principal del templo de Olimpia. El Mausoleo de Halicarnaso se convirtió en la gran tumba de la antigüedad, diseñada para guardar los restos del rey Mausolo de Halicarnaso (actual Turquía). La obra, completamente construida en mármol, se concluyó en torno al año 350 a.C levantándose 50 metros sobre el suelo. Los mejores escultores griegos de la época trabajaron en las más de 450 esculturas que adornaban el conjunto. Los Jardines Colgantes de Babilonia, rodeaban el palacio de Nabucodonosor II, rey de Caldea (actual Irak). Diseñados en torno al 500 a.C. como regalo del rey caldeo a su esposa Amytis, era en realidad un complejo inmenso de terrazas ajardinadas. El Faro de Alejandría, construido en la isla de Faros en el siglo III a. C. por orden del rey egipcio Ptolomeo II tenía la misión de indicar la posición de Alejandría a los navegantes. La falta de referencias para navegar en las costas de Alejandría, dada la ausencia de montañas fue suplida con una gigantesca torre de 134 metros en cuya cúspide se encendía una hoguera. El último movimiento, El Coloso de Rodas, describe la estatua que los griegos tallaron el puerto de Rodas, dedicada al dios Sol. Fue levantada en el siglo III a. C. y su tamaño es similar al de la estatua de la Libertad de Nueva York (32 metros) y su peso fue de 70 toneladas. Templo de Artemisa Mausoleo de Halicarnaso Pirámide de Keops Jardines Colgantes de Babilonia Estatua de Zeus Faro de Alejandría El coloso de Rodas