PLAN VIDA – DE ERRADICACION DE LA EXTREMA POBREZA El Gobierno lanzará en los próximos días el programa de erradicación de la extrema pobreza denominado Plan Vida, el que se iniciará en los municipios del norte de Potosí, se extenderá a todo el país y en el transcurso de diez años, con tres fases de tres gestiones cada una, prevé terminar con este problema hasta 2019. En el Día Mundial de la Población, celebrado ayer en Cancillería, el ministro de Planificación del Desarrollo, Noel Aguirre, anunció el lanzamiento de este programa que se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo (PND). POBREZA Inicialmente, el Gobierno anunció que este programa en su primera fase beneficiará a 205 mil personas en once municipios del departamento de Potosí identificados entre los más pobres del país. Actualmente maneja los mismos parámetros. Según datos oficiales, el 37 por ciento de la población en Bolivia es considerado como pobre extremo. “Estamos hablando de tres millones setecientas mil personas”. En tanto que más del 60 por ciento de los bolivianos se encuentra en situación de pobreza. De esa cifra de pobres extremos, el 63,9 por ciento (2,2 millones de personas) vive en el área rural y el restante 23,7 por ciento (1,5 millones de habitantes) radica en zonas periurbanas de las ciudades del país. Este grupo poblacional, identificado en municipios del área rural del norte de Potosí, entre mujeres, hombres, jóvenes, viejos y niños, cuenta con menos de siete bolivianos por día para subsistir. “Vamos a abrir varias acciones, inicialmente con (proyectos) vinculados a vivienda, salud, desarrollo productivo, específicamente en la producción de alimentos. Pero todo se basará en los acuerdos que establezcamos con las comunidades”, afirmó. PLAN El Plan Vida se asienta en varios pilares fundamentales: por un lado está la territorialidad, que se entiende por tomar en cuenta a la persona como parte de su entorno social, su comunidad, costumbres, necesidades y forma de relacionarse. No se toma en cuenta al ser individual, sino que éste es parte de la naturaleza y del medio ambiente. También se identifica la integralidad en los actores que participan en la solución de este problema, interrelación que se entiende por la participación de todas las disciplinas para una solución estructural que tome en cuenta la educación, salud, producción, servicios básicos y otros. Para lograr este objetivo se va a trabajar también en el desarrollo de las capacidades económicas y productivas de las personas. “No podemos hacer un trabajo de uno o cinco años, terminarlo y que otra vez surja la extrema pobreza. Tenemos que poner sostenibilidad a nuestras acciones, para que sean los protagonistas quienes generen sus ingresos. Tenemos que fomentar el fortalecimiento de las capacidades productivas”, afirmó Aguirre. En ese sentido, también se habla del fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones sociales, que tienen un papel fundamental en la ejecución de proyectos de desarrollo a su favor. La finalidad es que la población considerada en situación de extrema pobreza, a través de la capacitación, se vuelva autosostenible para cubrir sus propias necesidades. En ese marco, se toma en cuenta el restablecimiento de la seguridad alimentaria de los extremos pobres, ya que la mala alimentación y la escasa nutrición son dos consecuencias de este problema. Además, se considera el acceso a una vivienda digna y a servicios básicos. “Las familias de extrema pobreza donde vamos a empezar el Plan Vida están hacinadas en un mismo ambiente, desfavorable para las condiciones de vida y sin servicios básicos”. Para este punto, Planificación del Desarrollo acordó con el Viceministerio de Vivienda iniciar un proceso de mejoramiento de las viviendas, además de la dotación de servicios básicos bajo la implementación de un sistema de autoconstrucción. La ejecución del Plan Vida se inicia en la región norte del departamento de Potosí, considerada la más pobre del país. Fuente: El Cambio, 11/07/2009 Plan Vida Editorial El Plan Vida que el gobierno ejecuta en los municipios más pobres del país para la erradicación de la extrema pobreza con enfoque de gestión integral tiene garantizada la inversión de 35.350 millones de bolivianos (5.000 millones de dólares) para el quinquenio 2010-2015, anunció el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora. Y para la obtención de más recursos para el mencionado plan, la ministra de Planificación del Desarrollo, Viviana Caro, realiza gestiones de financiamiento externo en la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se celebra en Cancún, México. Caro solicitó a la comunidad internacional, particularmente a los países superdesarrollados, un respaldo decidido al desarrollo y consolidación de los sistemas nacionales de gestión pública, seguimiento y evaluación de los planes y programas de desarrollo, con profundización del enfoque de país, además de la apertura de sus mercados y un comercio justo. Y un hecho que no es posible ignorar es que el 70% de la inversión pública aprobada para este 2010, que alcanza los 1.809 millones de dólares, corresponde a recursos estatales. Es que en el pasado reciente la lucha para erradicar la pobreza de nuestro país sólo existió en los papeles, en los discursos políticos; porque mientras los gobernantes de turno reportaban millonarios proyectos supuestamente destinados a beneficiar a los bolivianos marginados por el viejo Estado colonial y engrosaban la deuda externa, implementaban políticas de exclusión social y enajenación de nuestros recursos naturales. No obstante, en el marco del proceso de cambios estructurales que recorre la patria, y a diferencia de aquella secular política que enriqueció a una rancia como señorial élite local, la lucha contra la pobreza que encara el gobierno del presidente Evo Morales comienza a mostrar sus primeros resultados positivos, porque no está cimentada sólo en el discurso o en falsas promesas, sino en hechos como la reciente entrega de 1.200 viviendas en la comunidad de Jayuma, municipio Caripuyo, provincia Alonso de Ibáñez en el norte de Potosí, una de las regiones más depauperadas del país. Es que el Plan Vida —diseñado para beneficiar a los bolivianos que fueron marginados por el neoliberalismo— promueve el crecimiento y el desarrollo económico local, respalda la actividad productiva, proporciona condiciones y servicios para la generación de ingresos y empleo digno en las áreas de extrema pobreza. Se asienta en varios pilares fundamentales: por un lado está la territorialidad, que toma en cuenta a la persona como parte de su entorno social, su comunidad, costumbres, necesidades y forma de relacionarse. No toma en cuenta al ser individual, sino que éste es parte de la naturaleza y del medio ambiente. En ese marco, también garantiza a las familias en condición de extrema pobreza el acceso regular a los alimentos en cantidad y calidad suficientes para cubrir las necesidades nutricionales de cada grupo de edad, fortaleciendo los patrones sociales y culturales saludables de provisión y consumo de alimentos. Además, con el enfoque de gestión integral y comunitaria y con la fuerza de las organizaciones sociales, el Plan Vida apunta a que un mayor porcentaje de la población boliviana pueda vivir bien. Es decir, su visión no parte del enfoque de carencias, sino de un análisis de que la pobreza es una consecuencia de la implementación de modelos de desarrollo perversos que generaron discriminación, inequidad y marginación en gran parte de nuestra población. En ese sentido, el plan establece que las comunidades en extrema pobreza poseen potencialidades y capacidades que pueden contribuir al patrón de desarrollo integral comunitario basado en el Vivir Bien, que son propias de las culturas originarias e indígenas y que enfocan un bienestar integral en armonía con la Madre Tierra y con la comunidad, más allá del crecimiento material. De igual manera, identifica la integralidad de la lucha contra la pobreza por la participación de todas las disciplinas para una solución estructural que tome en cuenta la educación, salud, producción, servicios básicos y otros. ¿Pero cómo es posible que Bolivia —país incluso considerado como ‘inviable’ durante la etapa neoliberal— haya podido cimentar los pilares para encarar con recursos propios y con respaldo de organismos internacionales de crédito su lucha contra la pobreza de manera democrática, transparente y participativa? Las cifras señalan que al tercer trimestre de 2009 Bolivia marcó un crecimiento acumulado del PIB del 3,2%, el más alto de la región, pese a la crisis financiera internacional. Y se prevé que en 2010 se mantendrá un entorno económico favorable, con una tasa de crecimiento de la economía entre 4,5% a 5,5% en un ambiente de estabilidad política y social. Los datos del BCB indican que durante 2009 el país acumuló una inflación de apenas 0,26%, mientras que el aumento de precios al consumidor fue prácticamente nulo. Además, al 31 de diciembre de ese año, las reservas internacionales netas del BCB alcanzaron un saldo de 8.580 millones de dólares, muy por encima de los 1.700 millones de 2005. Es decir, todas las respuestas apuntan a los cuatro últimos años de una administración gubernamental que hizo del responsable manejo macroeconómico, de la recuperación de sus recursos naturales, de la austeridad en el gasto público, del apoyo a los sectores productivos y de la distribución equitativa de la riqueza, su razón de ser y existir. En este contexto se inscribe la ejecución del Plan Vida. Fuente: El Cambio, 24/03/2010