10 La Consulta • La Consulta • La Con Envía tus consultas a: [email protected] “¿Cuándo empezará a separar los dos idiomas?” “Cuando se enfada, me pega” M H i hijo tiene 3 años y empezó a hablar en español, pero siempre oyendo el portugués, mi lengua materna. Ahora vivimos en un país de habla portuguesa, le hablamos en español y empieza a mezclarlo todo. Me preocupa tanto lío, ¿qué podemos hacer? ola. Estoy preocupada porque hace algun tiempo que mi hija Martina, cuando se enfada, pega muy seguido, a mí y también a su padre. Tiene 2 años y medio, y hasta hoy no habíamos tenido conflictos importantes con ella. Marcela Peixoto ( Responde: Montserrat E ) ( Responde: Conxita Fons Esteve PROFESORA DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA s natural que te preocupe la mezcla que hace, momentáneamente, de las dos lenguas. Pero lo niños tienen grabada en su código genético la capacidad de aprender a hablar la lengua o lenguas de las personas que les cuidan y con las que interactúan. Hoy, la incorporación de palabras de la segunda lengua (el portugués) al repertorio que tenía de la primera (el castellano) ya no se considera peyorativamente como una mezcla de idiomas, sino como la manifestación de la voluntad de aprender esa nueva lengua. No hay dos niños iguales, pero necesitará bastante tiempo (2 años como mínimo) para acabar separando los dos idiomas. Algunos optan por hablar poco o por callar y otros, como tu hijo, por usar una interlengua. En cualquier caso, hay que velar porque el niño no deje de comunicarse, y porque los adudltos de referencia muestren interés y cariño. No podemos olvidar el lenguaje corporal: Maite Molera, Sabadell expresiones faciales, gestos, posición corporal, etc. que acompañan el lenguaje verbal. Y debemos hacer prevalecer el afecto, estando más atentos al contenido de la comunicación (comprenderlo, establecer un diálogo y hacernos comprender), que a la corrección lingüística. Ésto no significa que no sea necesaria, pero sin afrontarla de manera incisiva o angustiante. A menudo es suficiente repetir la frase del niño de forma correcta. Así, si tu hijo dice “No quiero plátano eu quero uma laranja” puedes decirle en forma de pregunta: “¿No quieres plátano? ¿quieres una naranja?” O en forma de admiración: “¡Ah! ¡No quieres plátano, quieres una naranja!” Y continuar la conversación de la manera más conveniente. Disfruta del proceso, verás como va afinando en el uso de los sonidos, las palabras y la sintaxis de cada idioma. Puedes estar segura de que aprenderá y será competente en ambas lenguas. Los niños tienen grabada en su código genético la capacidad de aprender a hablar la lengua o lenguas de las personas que les cuidan. PSICÓLOGA H acia los dos años, empieza un período de autoafirmación. En esta edad, los niños y niñas llevan muy rápidamente a la acción todo lo que sienten, y necesitan la ayuda de los adultos para aprender un modelo de comportamiento que les permita pensar antes de actuar, expresar lo que sienten, lo que les pasa, pedir lo que necesitan... Muy a menudo, los niños de esta edad muestran un comportamiento agresivo cuando tienen miedo o cuando se sienten amenazados, y esto puede pasar por muchos motivos: porque les reñimos, porque les pedimos algo que no quieren hacer, o por otras frustaciones. Una de las maneras que tienen de hacer frente a los sentimientos de rabia o de impotencia es teniendo una conducta agresiva. Sean las que sean las circunstancias, es muy importante que déis a vuestra hija oportunidades para aprender que no debe herir a los demás. Es un descanso cuando alguien nos frena para que no hagamos Roig ) daño a otra persona: significa que hay alguien preparado para protegernos. Cuando un niño o niña está en medio de un ataque de furia, se siente totalmente fuera de control, y sólo puede aprender a partir de nuestras reacciones: por lo tanto, es positivo y necesario poner límites claros en estas situaciones. Para hacerlo, es recomendable que mantengáis la calma, teniendo en cuenta que su conducta debe ser atendida y debe provocar cambios: parar la actividad que estaba haciendo, mirarle, hablarle directamente y de forma clara, y esta intervención debe ser immediata a su comportamiento, y breve. Con palabras que pueda entender, hay que ayudarlo a poner nombres a su sentimiento, y a la vez comunicarle cómo nos estamos sintiendo con su actuación. Si la situación se mantiene, os podéis plantear qué razones hay para que esté enfadada tan a menudo, y si no tenéis claros los motivos, podéis consultar con un profesional. Es un descanso cuando alguien nos frena para que no hagamos daño a otra persona: significa que hay alguien preparado para protegernos. nsulta • La Consulta • La Consulta 11 “¿Qué consecuencias tiene retirar el pañal demasiado pronto?” “¿Un traslado, necesita un duelo?” N A uestra hija de 3 años usa pañal y siempre pensamos que no era necesario forzarla a dejarlo. Ahora tengo dudas porque es la única niña que lo usa en la escuela y querría saber si retirarlo antes de que ella muestre interés puede afectar a su desarrollo. cabamos de mudarnos de población, a bastantes quilómetros. Vemos a nuestros dos hijos (3 y 8) bastante descolocados, especialmente al mayor por la pérdida de sus amigos, la escuela y los vínculos que teníamos en el anterior pueblo. ¿Cómo podemos ayudarle en estos cambios? Mario Casasús Milena Montes, Salamanca ( E Responde: Sònia PSICÓLOGA l hecho de que un niño o niña de 3 años use pañal, en sí mismo, no es algo que deba preocupar. Es cierto que no son la mayoría, pero hay los que a los 3 años todavía no tienen el control conseguido. Quizá en su escuela sea la única pero, si preguntas, puedes encontrar a más de uno al que se le escapa el pipí algunas veces, y quizá se les haya sacado el paña antes de que estuviesen realmente preparados. Es una pena que se valore el uso del pañal negativamente, como un motivo de vergüenza o de “ser pequeño”, porque es un prejuicio que puede dañar a los pequeños. El proceso de control de los esfínteres es de una gran complejidad, y requiere una madurez importante en varios aspectos. Lo que nos parece más Kliass ( ) recomendable es respetar el tiempo del niño: forzar y anticipar es perjudicial porque, si el niño no muestra interés, iniciativa o ganas de prescindir del pañal, generalmente es porque no se siente preparado para hacerlo. Cuando los adultos les forzamos a hacer algo para lo que no están listos, durante los primeros años de su vida, les provocamos malestar, desequilibrio y desorganización. Por supuesto, hay que observar si tu hija está bien, si la véis satisfecha y tranquila en su día a día. Si no fuese así, hay que indagar si puede existir alguna inseguridad que pueda dificultarle el dejar el pañal. Responde: Àngels ) TERAPEUTA FAMILIAR Y ESPECIALISTA EN PROCESOS DE DUELO L as reacciones de los niños y niñas varían mucho según su edad y personalidad. Algunos, se adaptan fácilmente, mientras que otros pueden necesitar más tiempo para hacer un ajuste gradual a las nuevas situaciones. En general, los bebés y niños pequeños se adaptan muy bien, y lo que les afecta es la disponibilidad de sus cuidadores: se sienten mejor cuando las cosas son predeciblees, y por eso mantener una rutina les facilita las cosas, también durante la transición y el cambio. Por otra parte, los niños en edad escolar pueden haber imaginado una vida maravillosa con el traslado, pero pasado un mes, pueden sentirse frustrados viendo como la realidad no se corresponde con sus expectativas. Algunas estrategias para ayudarles a adaptarse, serían: Ser pacientes: los nuevos ajustes requieren tiempo. Ser comprensivos: reconozcamos sentimientos positivos y negativos. Contémosles que está bien y es aceptable sentirse tristes, o enfadados. Escuchémosles. Si el niño no muestra interés por prescindir del pañal, generalmente es porque no está preparado ni maduro para hacerlo. Ponce Intentar mantener las rutinas. La familiaridad les ayuda a sentirse más seguros. No sorprendernos si se muestran mejor fuera de casa que con la familia. Es importante estar en contacto con la escuela y otros ámbitos donde se mueven, para seguir su progreso y ayudarles si hace falta. Programar algunos paseos para incrementar la sensación de “vuelta a casa” en el nuevo espacio. Animarles a hacer alguna actividad extraescolar. Es más fácil, para ellos, adaptarse a un pequeño grupo (para los padres y madres, también). Participar de la vida social de la nueva comunidad, como antes; eso puede aumentar la sensación de familiaridad. Mantenerse en contacto con los amigos de antes puede ser una herramienta de doble filo: pueda ayudarles a mantenerse conectados a su red de apoyo y hablar de las nuevas experiencias, pero si pasan demasiado tiempo pendientes de sus viejos amigos, puede disminuir la motivación para participar en la nueva comunidad, e interferir en la adaptación. Los niños en edad escolar pueden haber imaginado una nueva vida maravillosa, y pasado un mes, sentirse frustrados en sus expectativas. CRECER EN FAMILIA NO SE HACE RESPONSABLE DE LAS OPINIONES DE SUS COLABORADORES. LAS RESPUESTAS PUBLICADAS NO SUSTITUYEN LA CONSULTA AL PROFESIONAL CORRESPONDIENTE.