XVI - Adiós 1 ¡Cosa rara! La Nela que nunca había tenido cama, ni ropa, ni zapatos, ni consideración, ni 2 familia, ni nada propio, ni siquiera nombre, tuvo un magnífico sepulcro que causó no 3 pocas envidias entre los vivos de Socartes. Esta magnificencia póstuma fue la más grande 4 ironía que se ha visto en aquellas tierras calaminíferas. La señorita Florentina, 5 consecuente con sus sentimientos generosos, quiso quitar la pena de no haber podido 6 ayudar en vida a la Nela, con la satisfacción de honrarla después de la muerte. 7 8 Cuando la enterraron, los curiosos que fueron a verla la encontraron casi bonita; al menos 9 así lo decían. Fue la única vez que recibió adulaciones. 10 11 Los funerales se celebraron con pompa, y los clérigos de Villamojada aceptaron dinero 12 por hacer oraciones por la hija de la Canela. Era estupendo, fenomenal que un ser cuya 13 importancia social había sido casi casi semejante a la de los insectos, fuera causa de 14 encender muchas luces y de poner sacristanes. Esto, a fuerza de ser extraño, rayaba en lo 15 chistoso. No se habló de otra cosa en seis meses. 16 17 La sorpresa y... dígase de una vez, la indignación de aquellas buenas muchedumbres 18 llegaron a su culminación cuando vieron que por el camino adelante venían dos carros 19 cargados con enormes piezas de piedra blanca y fina. ¡Ah! había una espantosa confusión 20 de ideas, un verdadero cataclismo intelectual, un caos, al considerar que aquellas piedras 21 blancas y finas eran el sepulcro de la Nela. 22 23 Escribieron su nombre en los libros parroquiales de Villamojada, porque era preciso que 24 después de la muerte tuviera un nombre fijo la que se había pasado sin él en vida, como 25 lo prueba esta misma historia, donde se la nombra de distintos modos. Hallado aquel 26 requisito indispensable para figurar en los archivos de la muerte, la magnífica piedra 27 sepulcral que se ostentaba orgullosa en medio de las rústicas cruces del cementerio de 28 Aldeacorba tenía grabados estas palabras: 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 R. I. P. MARÍA MANUELA TÉLLEZ LA RECLAMO EL CIELO EN 12 DE OCTUBRE DE 186... 39 después, cuando ya Florentina y Pablo Penáguilas se habían casado y cuando nadie en 40 Aldeacorba se acordaba ya de la Nela, estaban viajando por aquellos países unos 41 extranjeros de esos que llaman turistas, y luego que vieron el sepulcro de mármol situado 42 en el cementerio, se quedaron de admiración, y escribieron en su cartera de apuntes estas 43 observaciones, que con el título de Sketches from Cantabria publicado más tarde en un 44 periódico inglés. 45 46 «Lo que más sorprende en Aldeacorba es el espléndido sepulcro erigido en el cementerio, 47 sobre la tumba de una ilustre joven, célebre en aquel país por su hermosura. Doña 48 Mariquita Manuela Téllez perteneció a una de las familias más nobles y respetadas de 49 Cantabria, la familia de Téllez Girón y de Trastamara. De un carácter espiritual, poético 50 y algo caprichoso, tuvo el antojo (take a fancy) de andar por los caminos tocando la 51 guitarra y cantando odas de Calderón. Todo el mundo de Villamojada lloraba, 52 hablándonos de las virtudes y de la belleza de la aristocrática ricahembra. Es incalculable 53 el número de bellos romanceros, sonetos y madrigales compuestos en honor de esta 54 gentil doncella por todos los poetas españoles.» 55 56 Me bastó leer esto para comprender que los dignos reporters habían visto visiones. Traté 57 de averiguar la verdad, y de la verdad que averigüé resultó este libro. 58 Unas flores que fueron puestas en el mármol coronaban esta inscripción. Algunos meses 59 60 Despidámonos para siempre de esta tumba, de la cual se ha hablado en El Times. 61 Volvamos los ojos hacia otro lado, busquemos a otro ser. Necesitamos buscarlo porque 62 tal chico que apenas se ve, es un insecto imperceptible, el más pequeño sobre el mundo. 63 Al fin lo vemos; allí está, pequeño, mezquino, atomístico. Pero tiene vida y logrará ser 64 grande. Oigan y aprendan de su historia, que es de las más interesantes... 65 66 67 68 69 FIN DE MARIANELA Madrid.- Enero de 1878. Vocabulario envidia (la) póstumo honrar adulación (la) clérigo (la) encender rayar chistoso muchadumbre (la) ser preciso ostentar cruz (la) grabar mármol (el) erigir envy posthumous (after death) to honor adulation (praise) cleric to light (fire) to border funny crowd to be necessary to be ostentatious (show off) cross to record marble to erect Capítulos XV y XVI 1. ¿Qué estaba haciendo Florentina cuando Golín entró? 2. ¿Quién estaba en el sofá? 3. ¿Por qué crees que Nela tenía miedo? 4. ¿De repente quién entró en el cuarto? 5. ¿Por qué al principio no vio Pablo a Nela y al doctor Golfín? 6. ¿Qué le dijo Pablo a Florentina que causó pena a Nela? 7. ¿Quién pensaba Pablo que Nela era? 8. ¿Cómo reconoció Pablo a Nela? 9. ¿Qué pasó a Marianela después de que Pablo la reconoció? 10. ¿A quién le dio Teodoro la culpa? 11. ¿Por qué murió Marianela? 12. ¿Qué hizo Florentina para honrar a Marianela? 13. Después de su muerte, ¿qué era el nombre de Marianela? 14. ¿Qué pasaron a Pablo y Florentina? 15. ¿Qué hicieron unas turistas?