EFESO: Un Survey Histórico

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EFESO: Un panorama histórico
Por Randall L. Adkinson
Izquierda: El gran teatro de Éfeso fue construido en el III siglo a. C. A través de los
años fue modificado hasta que llegó a su forma final durante el reinado del emperador
Trajano (98-117 d. C.) El teatro tenía capacidad para 24,000 personas sentadas.
Derecha: Restos de una estatua del rey de Atenas Androclus, el fundador de Éfeso,
presentado como cazador; del siglo II d. C. Cerca del año 1044 a. C., Androclus
conquistó Asia y estableció la ciudad de Éfeso como una de las 12 ciudades de la
Confederación Jónica.
Izquierda: Dracmas de plata fechadas en 500-480 a. C.; una abeja con volutas a
ambos lados de su cabeza. Probablemente debido al gran número de sacerdotisas de
Artemisa (Diana), en Éfeso fueron llamadas “abejas” o melisas. Esas monedas se
usaron en Éfeso, llamándolas comúnmente abejas.
Izquierda Placas en forma de estrellas. Los adoradores las compraron y las dedicaron
a la diosa Artemisa en su santuario en Éfeso, datadas alrededor del 650-600 a. C.
Arriba: Cabeza de una estatua de una Amazona, probablemente del II siglo a. C.
Leyendas relacionadas con la fundación de la ciudad afirman que las Amazonas
construyeron la ciudad de Éfeso por causa de su proximidad al lugar del nacimiento
de la diosa de la tierra.
En tiempos del Nuevo Testamento, la ciudad de Éfeso tenía una gran cantidad de
habitantes, muchos de ellos dedicados a las artes, los deportes y negocios, y una calle
principal llena de tiendas invitando a los ciudadanos y a los turistas por igual. Como
ciudad portuaria, Éfeso atraía personas de distintas nacionalidades, idiomas, y culturas.
Asegurada y cultivada como una entrada a Asia por los griegos, y después de ellos los
romanos, Efeso progresaba como una ciudad de comercio y cultura.
Situando a Éfeso
En contraste con su historia temprana, Éfeso y su presente región aledaña contribuyeron
poco en importancia o interés para el resto del mundo. Situada a lo largo de la costa oeste
de la moderna Turquía, las ruinas de la antigua ciudad descansan directamente al otro lado
del Mar Egeo, de Atenas, Grecia. A unas 194 millas aproximadamente, la distancia entre
las dos ciudades es similar a la distancia entre Nashville y Knoxville, Tennessee, o entre
New York y Washington, D. C.
Naturalmente los viajes en la antigüedad eran mucho más difíciles que los viajes de hoy.
Una distancia que se alcanza con facilidad hoy en unas pocas horas era un viaje que duraba
semanas en los tiempos antiguos. El viaje de Éfeso a Atenas o Jerusalén en los tiempos de
Pablo incluyó dificultades, y hasta peligros, fuese por tierra o por mar. En su segundo
REFERENCIA BÍBLICA
Efesios 1.15-3.21.
Izquierda: Relieve de la máscara de la tragedia en el gran teatro de Éfeso.
Debajo: Calle sur en Éfeso. Dando evidencia de cuan pesado era el tráfico en la
temprana historia de la ciudad, rutas de carros en el pavimento de piedra son todavía
visibles.
viaje misionero, Pablo pasó de Atenas a Corinto en Grecia y después atravesando el Mar
Egeo llegó a Éfeso para después navegar a través del Mediterráneo hacia Jerusalén, en el
año 52 D. C. 1
En su tercer viaje, Pablo visitó de nuevo a Éfeso y permaneció allí dos años. De acuerdo
con Hechos 19, él encontró el interés de doce hombres que habían seguido las enseñanzas
de Juan el Bautista. Después de la conversión de estos, Pablo entró en la sinagoga local
donde predicó y enseñó por tres meses. De acuerdo con Josefo, la población sustancial
asociada con Efeso disfrutó de amplios privilegios basados en sus distinciones religiosas.
Los judíos de Éfeso estaban exentos del servicio militar y sin embargo eran libres de reunir
artículos para los sacrificios y se les permitía congregarse libremente para sus reuniones
religiosas y celebrar sus sábados. 2 Cuando se levantó la oposición contra el evangelio en la
comunidad judía, la iglesia se relocalizó con sus discípulos en la escuela de un hombre
llamado Tiranno y gozo de muchos meses de éxito en la proclamación (vs. 8-10).
Situada en la desembocadura del río Cayster, Efeso sirvió como una importante ruta de
acceso para el comercio de entrada y salida del interior de Asia Menor gracias a sus
excelentes rutas terrestres. El teólogo y arqueólogo Merrill Unger llamó a Éfeso “la ciudad
más accesible de Asia”. 3 Tanto la situación como el favor imperial que la ciudad gozo en
distintas épocas hicieron de Éfeso como una maravilla cultural y comercial del mundo
antiguo. Se estima que la población de Éfeso llegó a ser de aproximadamente 250,000
residentes. 4
La historia de Éfeso es larga y relevante. Evidentemente fue establecida como una colonia
griega libre con el propósito de abrir rutas comerciales hacia el interior. La ciudad data de
mediados del siglo XI a. C. Éfeso fue una de las 12 ciudades que formaron la
Confederación Jónica. Su puerto dio acceso a los mercaderes de los caminos de la costa que
iban hacia el norte a través de Esmirna y de Troas, así como hacia el interior por la ruta
hacia Colosas, Hierápolis, Laodicea, y más adentro a las regiones Frigias. A medida que los
puertos cercanos sucumbían a la erosión y a las intrigas políticas, Éfeso floreció en
importancia y prestigio.
Un mito antiguo afirma que las Amazonas, una cultura de poderosas mujeres guerreras,
fueron las primeras constructoras del pueblo, estableciendo un templo donde “la diosa
madre de la tierra se dice que tuvo su nacimiento”. 5 La conexión de Éfeso con la
adoración a la diosa pagana prosperó bajo cada ocupación sucesiva. Los griegos
establecieron un fuerte culto a Artemisa. Los romanos aceptaron la asociación entre la
ciudad y la adoración a la diosa, a la que llamaron Diana.
Desde su posición como una ciudad-Estado libre, Éfeso cayó en servidumbre, primero al
rey Creso de Lidia en 560 a. C., y después a los persas. Al derrotar a los persas, Alejandro
el Grande trajo a la ciudad de nuevo bajo el control griego en el año 334 a. C. A su muerte,
la propiedad de la ciudad pasó a Lisímaco, uno de los generales de Alejandro.
Lisímaco perdió la región cuando fue derrotado por Seleuco I en 281 a. C. Noventa y un
años más tarde, el imperio Seléucida cayó bajo los romanos cuando Antíoco el Grande fue
derrotado en la Batalla de Magnesia. Como muestra de aprecio al rey Eumeneo II de
Pérgamo por su ayuda contra los seléucidas, Éfeso y las regiones circundantes fueron
cedidas al reino de Pérgamo. La ciudad prosperó y fue pacíficamente cedida a los romanos
por el ultimo rey de Pérgamo, Atalus III, en 133 a. C.
Desde ese periodo hasta la era del Nuevo Testamento, Éfeso funcionó como una fuerte y
vibrante parte del imperio romano. Cómo un asiento pro-consular y la capital de una
provincia romana de Asia, la ciudad gozó de influencia y posición en la región y más allá.
El complejo del templo fue un centro de comercio y turismo. La ciudad también sirvió
como una antigua institución bancaria. Debido a la fortaleza de la ciudad, Éfeso mantuvo el
interés del imperio, atrayendo dinero y proyectos de edificios, hasta que los godos
saquearon la ciudad en el año 262 d. C. (Ver el artículo en la p. 41.)
Una ciudad de gran prominencia
Como ciudad prominente, la antigua Éfeso reflejó su riqueza y cultura en sus edificios y en
su paisaje. Si como se ha sugerido la población de Éfeso alcanzó un cuarto de millón de
habitantes, la ciudad fue comparable en tamaño a ciudades actuales como Lexington,
Kentucky, Daytona Beach, Florida, Greensboro o Carolina del Norte. Pero tal comparación
en población puede que no exprese adecuadamente el tamaño de la ciudad. Un viajero del
siglo primero que entrara a la ciudad estaría viajando a la cuarta ciudad más grande del
mundo. 6 Por tanto, una mejor perspectiva sería compararla con New York, Londres o
Moscú.
La atracción central de la ciudad, el templo de Artemisa, es considerado una de las siete
maravillas del mundo antiguo y era cuatro veces más grande que el Partenón de Atenas.
Más de una tercera parte más grande que un campo de futbol americano, con 420 pies de
largo y 240 de ancho el templo tenía la altura de un edificio de seis pesos, y su techo era
sostenido por más de 100 columnas. La belleza del templo puede bien ser imaginada al
recordar que fue construido con enormes bloques de mármol blanco, azul, amarillo y rojo.
7
El impresionante templo reflejaba y promovía una extensa industria turística asociada con
la adoración de la diosa. Viajeros de todo el mundo antiguo visitaban Éfeso durante el mes
de abril cuando se celebraba un festival que incluía una gran procesión al templo, así como
varias competencias atléticas y musicales. Alrededor de tales eventos había muchas
empresas comerciales dedicadas a sostener la adoración y el turismo. Desde la prostitución
a los souvenirs, los adoradores de la diosa, que la asociaban con la fertilidad y la
abundancia, llenaban los cofres de los artesanos, los negociantes, y los residentes de
aquellas ciudad portuaria. La amenaza al negocio del turismo y la venta de imágenes de la
diosa causaron un tumulto, como aparece relatado en Hechos 19, cuando los plateros y
otros artífices que negociaban en la venta de imágenes de Artemisa se opusieron a la
pérdida de su negocio que resultaría del evangelio de Pablo.
La gran población y el flujo de turistas permitió a Éfeso mantener un gran teatro, cuyas
ruinas pueden todavía ser visitadas. Con capacidad para unas 24,000 personas, el gran
teatro tenía forma circular como un estadio moderno con 66 filas de asientos. El escenario
media 115 pies por 70. 8 Desde la entrada al teatro, la Vía Arcadia, una amplia carretera
pavimentada flanqueada por columnas ornamentales, edificios y comercios iba desde la
ciudad al Puerto. De acuerdo con Hechos 19.29, la multitud enardecida se movió a lo largo
de esta avenida hasta el gran teatro arrastrando a los compañeros de viaje de Pablo para
enfrentarse al juicio.
Menos de media milla al norte del teatro estaba el estadio de Éfeso. Como lugar designado
para eventos atléticos y posibles batallas entre gladiadores, este estadio puede haber sido el
lugar donde Pablo se enfrentó a las bestias mencionadas en 1 Corintios 15.32. Algunos
eruditos sugieren que Pablo usó el término “fieras” como una metáfora de la escena en el
teatro. De cualquier manera, esta área de la ciudad está impresa en la historia cristiana.
Los hallazgos arqueológicos en Éfeso sugieren que la ciudad en un tiempo abundaba en
personas y en comercio. De esa impresionante e imponente avenida, flanqueada por baños
antiguos, un teatro más pequeño, edificios de gobierno, sala de conciertos y una gran
biblioteca, salen calles más pequeñas que se dirigen a la vasta área residencial y almacenes
de la ciudad. Las ruinas destacan el carácter de la antigua ciudad. Siendo un puerto
importante, Éfeso tenía también todas las ventajas y los vicios propios de su posición y de
su comercio.
Éfeso combinó con éxito las culturas y las historias de muchos diferentes pueblos y
periodos. La población original de la ciudad asumió el sabor de la cultura y de la religión
griega. Con la conquista romana, la ciudad continuó prosperando, sincronizando las varias
religiones y recibiendo a los inmigrantes de otras regiones de alrededor. Los registros dan
evidencia de subculturas egipcias, judías, griegas y romanas.
La diversidad cultural de Éfeso, apoyada por su posición, la riqueza de su comercio y el
favor de sus gobernantes, hizo que la ciudad gozara un largo periodo de influencia y
riqueza en el mundo antiguo. Por más de un milenio, Éfeso desempeñó un papel clave en la
historia de Asia Menor. Su influencia en el cristianismo temprano se puede ver fácilmente
en los escritos del Nuevo Testamento. Las visitas de Pablo, como se registran en Hechos, la
carta que lleva el nombre de la iglesia de esa ciudad, junto con la mención de la ciudad en
las epístolas a los Corintios y las epístolas pastorales, así como el mensaje a la iglesia de
Éfeso en el Apocalipsis dan evidencia de su importancia para los creyentes.
1. F. F. Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free (Grand Rapids: William B.
Eerdmans Oublishing Company, 1977), 255.
2. The Antiquities of the Jews in the Works of Josephus, traducción de William
Whiston (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1987), 14.10.12 y 25 (pp. 280
and 382).
3. Merril F. Hunger. Archaeology and The New Testament, A Companion Volume to
Archaeology and the Old Testament (Grand Rapids: Zondervan Publishing House:
Grand Rapids, 1962), 249.
4. Mitchell G. Reddish, “Ephesus” en Holman Bible Dictionary. Gen. Ed. Trent C.
Butler (Nashville, Holman Bible Publishers, 1991), 425.
5. Unger. 249.
6. Reddish, 425.
7. Unger, 253.
8. Gerald L. Borchert, “Ephesus” in The International Standard Bible Encyclopedia,
gen. Ed. Geoffrey W. Bromily, vol. 2 (Grand Rapids: William B. Eerdmans
Publishing Company, 1982), 116.
Randall L. Adkisson es el pastor principal en la Primera Iglesia Bautista de Cookeville,
Tennessee.
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