Paisaje - pintura

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Paisaje - pintura
Una buena apreciación del paisaje no depende sólo de la identificación global
de la escena, sino también de la posibilidad de entender más allá de lo visible,
de cómo se han formado los accidentes, si tienen relación con lo geográfico,
climatológico o con la evolución de la que el ser humano también es
protagonista. Un paisaje es por lo tanto un cúmulo de información sobre
contextos históricos, de cómo ese mapa se relaciona con el habitante y
viceversa. Revela la huella del hombre, su paso, que la gran mayoría de las
veces causa estragos en el mismo.
En el paisaje natural existen diferentes órdenes, equilibrios, armonías, zonas
de tensión, lo que se podría emparentar con la pintura y sus propiedades. Se
puede interpretar una pintura no sólo por su contenido semántico, sino por el
ritmo de las formas, el color o la gestualidad del hecho artístico.
En la pintura los paisajes pueden leerse de diversas maneras, no es tan
conveniente pensar cuál fue la evolución de esa obra que se refleja en una
pintura de un artista, sino más bien la relación armónica, estética y su
contenido metafórico, que nos haga reflexionar incluso más allá del propio
paisaje. Muchas veces nos habla de muerte, de opresión, otras de nacimientos,
de creencias, etc.
La arquitectura también toma en cuenta, el espacio, la luz, la percepción, la
identidad y la memoria como capas de interés en la construcción de un
pensamiento arquitectónico.
A veces el paisaje se ve alterado por la arquitectura, a veces potenciado, a
veces desvastado. Es por lo tanto un tema recurrente en la historia del hombre,
relacionado con su entorno y como consecuencia de su propio modo de vida.
También es un tema para el campo del arte porque de diferentes formas estas
problemáticas se viven desde el origen del hombre.
All over (desde lo alto)
Los paisajes clásicos incluyen el cielo, estas obras por el contrario parecen
vistas desde arriba y muestran el terreno, el suelo, su topografía simbólica.
La naturaleza colonizada por el hombre, es típica del paisaje italiano. En él se
observan campos cultivados, colinas, ríos y llanuras con casas, canales,
carreteras y otras construcciones humanas.
La naturaleza ha dejado de ser una amenaza hace siglos, y el hombre la
domina, con las consecuencias que esto implica.
Campiglia tiene un archivo de imágenes en su memoria donde naturalmente
estas consignas sobrevuelan sus ideas. Pero LC abstrae el paisaje de tal
manera que la pintura toma la autonomía necesaria para transformarse en
paisaje, en topografía, en mapa físico.
El límite es imperceptible entre la pintura abstracta y la pintura de paisaje
aéreo. La pintura se vuelve contenido puro.
Las pinturas de Lara Campiglia transitan historias, marcadas por el proceso
creativo, por el acto de pintar (dripping, chorrete, manchas). Campiglia se sitúa
en el medio de la tela y desde ese lugar se transforma en la herramienta de su
propia obra. Su cuerpo y sus brazos son los que marcan la distancia de sus
movimientos y la gestualidad potenciada por el color.
La huella del gesto. Paisajes pintura y no pinturas del paisaje. La topografía del
paisaje a veces está marcada por accidentes o su gestualidad corporal en el
momento de pintar. Muchas veces el azar tiene una presencia que la artista
rescata. El error, algún objeto extraño que cae sobre la tela mojada, pueden
transformarse en parte del discurso pictórico.
En una de sus últimas estadías en la ciudad de Miami, desde un piso alto de un
edificio, LC toma una foto mental de la ciudad y desde ese punto desarrolla la
idea de la muestra, que fusiona la pintura y los paisajes desde vistas aéreas,
como un solo discurso.
Por esas pinturas paisajes, también aparecen algunos detalles para detenerse
como grandes franjas, alguna figura geométrica. Estas formas se acercan de
forma irremediable a la nomenclatura de los mapas, donde marcan la presencia
de una carretera, puente o una población al pie de una montaña.
Según Levi-Strauss la mente humana organiza el conocimiento en polos
binarios y antagónicos (bueno - malo; dentro - fuera; nosotros - ustedes; natural
- artificial, etc.) que se organizan de acuerdo con la lógica.
El paisaje de estas obras también podría estar estructurado por pares de
opuestos relacionados lógicamente y por tanto compartirían la misma
estructura, solamente que aplicada a diferentes cosas: un chorrete y un
cuadrado blanco, un accidente en el relieve del paisaje y un número de
referencia pegado con la propia pintura, como ejemplos.
A lo inalterado del paisaje, lo inalterado de la pintura (cuando cae y se mezcla
por su propia voluntad), se le suman papeles numerados que marcan zonas,
referencias o algún insecto que no sobrevivió pegado al acrílico o al esmalte.
Lara Campiglia ordena la pintura, le da un punto de vista, la rescata y a la vez
formula reflexiones que relacionan al ser humano, la pintura y el entorno.
Fernando López Lage
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