A C U E R D O

Anuncio
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 12 de abril de 2006,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de
votación:
Pettigiani,
Suprema
doctores
Kogan,
Corte
de
se
Hitters,
reúnen
Justicia
pronunciar
sentencia
"González,
Martín
los
en
definitiva
Emiliano
Soria,
señores
acuerdo
en
contra
Roncoroni,
jueces
de
ordinario
la
causa
El
Palacio
L.
la
para
88.056,
del
Bife
S.R.L. Indemnización por despido".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo nº 3 de Mar del Plata
rechazó -por mayoría- la demanda interpuesta, con costas a
la parte actora.
Esta
dedujo
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Hitters dijo:
I. En lo que interesa, el tribunal del trabajo
interviniente rechazó -por mayoría- la demanda deducida por
Martín
Emiliano
González
contra
"El
Palacio
del
Bife
S.R.L.", por la cual reclamaba el cobro de indemnizaciones
por
antigüedad
y
proporcionales,
sustitutiva
sueldo
anual
del
preaviso,
complementario
vacaciones
y
haberes
adeudados. Impuso las costas a la vencida (v. sent. fs.
184/188).
Resolvió de tal manera por considerar que asistió
a la demandada una justa causa para disolver el vínculo
laboral que existía entre las partes, pues transcurrido el
plazo de cinco días por el cual el actor fue suspendido, el
mismo no se reintegró a prestar tareas, configurándose así
el supuesto de abandono de trabajo establecido en el art.
244 de la Ley de Contrato de Trabajo.
A su vez, en relación a los rubros vacaciones,
sueldo anual complementario y haberes adeudados, la demanda
fue desestimada por haberse acreditado que ya habían sido
abonados al actor.
II.
Contra
dicho
decisorio
la
actora
deduce
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que
denuncia violación de la doctrina legal de esta Suprema
Corte que indica.
Señala que el fallo impugnado contraría tanto la
doctrina de este Tribunal relativa al perfeccionamiento de
la figura del abandono de tareas prevista en el art. 244 de
la
Ley
de
concerniente
Contrato
a
de
la
Trabajo,
virtualidad
como
de
las
aquella
otra
presunciones
contenidas en los arts. 55 del mismo cuerpo legal y 39 de
la ley 11.653 (v. recurso, fs. 192/197 vta.).
III. El recurso debe prosperar.
1. Asiste razón al recurrente en cuanto sostiene
que el fallo ha violado la doctrina legal de esta Corte
elaborada en relación al art. 244 de la Ley de Contrato de
Trabajo.
a. Arriba firme a esta instancia la circunstancia
de que el día 19-I-2001 el accionante fue suspendido por la
demandada por razones disciplinarias, durante el plazo de
cinco días, y que el mismo debía presentarse en su lugar de
trabajo, a fin de retomar tareas, el día 25 del mismo mes y
año (vered. fs. 182 y vta.).
Asimismo, no se halla controvertido el hecho de
que
el
día
23-I-2001
la
demandada,
al
responder
una
comunicación remitida por el actor con el objeto de que se
aclarase su situación laboral, le reiteró que se encontraba
suspendido por el plazo mencionado, agregando que debía
retomar tareas el día 25-I-2001 "...bajo apercibimiento de
considerarlo incurso en abandono de trabajo..." (ver carta
documento de fs. 7 y vered., fs. 182 vta.).
Tampoco
se
discute
que
el
día
29-I-2001
la
demandada remitió al actor una nueva carta documento en la
cual le comunicaba que -atento que no había retomado sus
tareas habituales a pesar de haber sido fehacientemente
intimado a ello- se lo consideraba incurso en abandono de
trabajo, dando por finalizado el contrato sin consecuencias
indemnizatorias (ver carta documento de fs. 9 y vered. fs.
182 vta.).
b. En base a esas circunstancias, y teniendo en
cuenta, además, que el actor no logró acreditar haberse
presentado a trabajar el día 25-I-2001 -como alegó en el
escrito de inicio- el a quo consideró que el mismo había
incurrido en abandono de trabajo y rechazó la demanda.
c. Dicha conclusión resulta desacertada, porque,
como
seguidamente
verificaron
los
explicaré,
requisitos
en
la
necesarios
especie
para
que
no
se
pudiera
configurarse la citada causal de extinción del contrato de
trabajo.
d. La figura del abandono de trabajo, como lo
señala su norma regulatoria (art. 244, L.C.T.) exige para
su configuración la constitución en mora del trabajador con
carácter previo a su concreción (conf. causa L. 53.579,
sent.
del
22-III-1994).
Tal
como
reiteradamente
lo
ha
señalado esta Corte, dicha constitución en mora tiene por
objeto evitar la ruptura unilateral de la relación laboral
por
el
mero
hecho
de
que
el
trabajador
no
concurra
a
realizar
sus
labores
cuando
pudieran
existir
motivos
impeditivos con justa causa (conf. causas L. 37.003, sent.
del
24-II-1987;
L.
43.139,
sent.
del
19-VI-1990,
entre
otras).
Cabe
agregar
a
ello,
que
esa
intimación
constituye un requisito imprescindible pero no suficiente
para habilitar la cesantía por la referida causal, pues
para ello es necesario, además, que quede evidenciado el
propósito expreso o presunto del trabajador de no cumplir
en lo sucesivo con su prestación de servicios, sin que
medie justificación alguna, caracterizándose ese propósito
-en
principio
y
generalmente-
por
el
silencio
del
dependiente (conf. causa L. 54.102, sent. del 8-XI-1994).
e. En la especie, no se han verificado ninguno de
los presupuestos mencionados en el punto anterior.
f.
Resulta
a
todas
luces
evidente
que
la
comunicación remitida por el empleador el día 23-I-2001
(fs. 7) mediante la cual se notificó al actor González,
entre otras cosas, que debía retomar tareas el día 25-I2001 "bajo apercibimiento considerarlo incurso en abandono
de trabajo", no pudo tener la virtualidad de constituirlo
en
mora,
desde
que
el
actor
se
hallaba
suspendido
al
momento en que se efectuó la intimación.
Como
es
sabido,
cuando
un
trabajador
es
suspendido por razones disciplinarias se suspenden -valga
la redundancia- "ciertos efectos" del contrato de trabajo.
Así, las obligaciones de cumplimiento principales de ambas
partes dejan de ser exigibles durante el lapso por el cual
se
extienda
la
sanción.
Luego
-durante
ese
término-
el
empleador no está obligado a dar ocupación efectiva ni a
pagar la remuneración (arts. 74 y 78, L.C.T.), mientras que
el dependiente no se encuentra obligado a (es más, se halla
impedido de) poner su fuerza de trabajo a disposición del
patrono.
Siendo
empleador
ello
pretenda
así,
hacer
no
resulta
valer
una
admisible
intimación
que
el
efectuada
cuando el trabajador se hallaba impedido -por la propia
decisión
patronal-
disposición
abandono
de
de
dependiente
de
poner
aquél,
trabajo
posterior
para
ante
al
su
fuerza
configurar
una
cese
la
eventual
del
de
plazo
trabajo
a
figura
del
ausencia
del
de
suspensión,
desde que para que se concrete dicha causal extintiva es
indispensable que exista una inasistencia del trabajador
cuya
prestación
fuera
jurídicamente
exigible
y
una
intimación -posterior a esa ausencia- a reintegrarse al
puesto
de
labor
bajo
apercibimiento
de
extinción
del
contrato por abandono de trabajo.
Adviértase que el art. 244 de la Ley de Contrato
de Trabajo prescribe que el abandono de trabajo, como acto
de
incumplimiento
del
trabajador,
solo
se
configurará
previa constitución en mora. Ello implica que, verificada
la ausencia del dependiente, debe efectuarse la intimación
y si -una vez que el trabajador tomó conocimiento de la
misma- persiste en la no concurrencia y no justifica su
accionar,
recién
entonces
puede
considerarse
que
ha
incurrido en un incumplimiento contractual que justifique
la extinción del contrato por abandono de trabajo.
Luego, es evidente que no puede constituirse en
mora a un deudor a quien el débito no le es aún exigible,
como ocurrió con el aquí accionante, a quien se lo intimó a
cumplir con su prestación laboral -bajo apercibimiento de
considerarlo incurso en abandono de trabajo- cuando no sólo
no
se
había
verificado
inasistencia
alguna,
sino
que,
además, al hallarse suspendido, estaba impedido de cumplir
con su prestación.
g. En este sendero interpretativo -ineficacia de
la
intimación
efectuada
mientras
no
puede
exigirse
el
cumplimiento del débito contractual por el dependiente- ha
declarado
esta
Corte
que
carece
de
operatividad
para
configurar el abandono de trabajo la intimación efectuada
al dependiente para que se presente a trabajar mientras se
encontraba
en
goce
del
descanso
anual
(conf.
causa
L.
43.769, sent. del 25-IX-1990).
En definitiva -tal como lo señaló el magistrado
que votó en minoría en el presente caso (ver vered. segunda
cuestión,
fs.
183
vta.)-
nuestro
ordenamiento
legal
no
contempla la posibilidad de una intimación preventiva o
condicional ante un hecho futuro e incierto (incumplimiento
posterior) que puede o no ocurrir.
frente
a
En
la
especie,
su
efectiva
al
no
haber
ausencia,
el
intimado
demandado
al
actor
impidió
al
mismo la posibilidad de demostrar la existencia de motivos
impeditivos que, eventualmente, podían haber justificado su
inasistencia.
Ergo,
su
proceder
es
incompatible
con
la
finalidad del art. 244 de la Ley de Contrato de Trabajo
que,
precisamente,
unilateral
del
tiene
por
contrato
por
objeto
el
evitar
la
ruptura
hecho
de
que
mero
el
trabajador no concurra cuando pudieran existir esos motivos
(conf. doct. causa L. 37.003, sent. del 24-II-1987).
Lo
que
debió
haber
hecho
la
demandada
para
configurar válidamente la figura del abandono de trabajo,
fue
efectuar
concurrencia
suspensión.
una
del
No
intimación
actor
una
habiéndolo
vez
hecho
frente
a
vencido
la
el
falta
plazo
oportunamente,
de
no
de
la
puede
considerarse que el accionante haya incurrido en abandono,
por lo que la extinción del contrato por el patrono (ver
carta
documento
del
29-I-2001,
fs.
9)
deviene
injustificada.
h. A mayor abundamiento, cabe señalar que tampoco
se verificó en la especie el restante requisito que -según
la doctrina de esta Corte- debe concurrir para que se pueda
configurar válidamente el abandono de trabajo, porque no ha
quedado evidenciado el propósito expreso o presunto del
trabajador de no cumplir en lo sucesivo con su prestación
de servicios (conf. causa L. 54.102, sent. del 8-XI-1994).
Muy por el contrario, lejos de guardar silencio
frente a la inoportuna intimación de la demandada remitida
en
día
23-I-2001
(fs.
7),
el
actor
contestó
la
misma
mediante telegrama del día 26-I-2001 (fs. 8) intimando a
aquélla
a
que
notificándome
"...
lugar,
presentarme...",
bajo
aclare
día
y
mi
situación
laboral,
hora
en
que
deberé
apercibimiento
de
considerarse
despedido.
Dicha
manifestación
de
voluntad
demuestra
con
claridad la intención del accionante de continuar con el
vínculo que lo unía a la demandada, a diferencia de ésta,
quien, pese a recibir la comunicación mencionada, procedió
a considerar extinguido el contrato por abandono de trabajo
pretendiendo
otorgarle
virtualidad
a
la
intimación
que
había efectuado, indebidamente, mientras el trabajador se
hallaba suspendido y, consecuentemente, imposibilitado de
cumplir con su prestación (ver carta documento remitida por
la demandada el día 29-I-2001, a fs. 9).
En este sentido, ha sostenido esta Corte que no
se configura el abandono de trabajo en los términos del
art. 244 de la Ley de Contrato de Trabajo si frente a la
intimación del empleador para que el dependiente concurra a
sus
tareas
medió
una
respuesta
de
éste
claramente
demostrativa de su intención de proseguir con el vínculo
laboral (conf. causas L. 54.102, sent. del 8-XI-1994; L.
55.865, sent. del 22-VIII-1995), ni cuando el trabajador
responde
a
la
intimación
cursada
por
el
principal
exponiendo los motivos de ausencia que, justificados o no,
revelan su intención de no abandonar el contrato de trabajo
(conf. causas L. 44.026, sent. del 21-VIII-1990; L. 58.965,
sent. del 4-III-1997).
i. En virtud de lo expuesto, corresponde declarar
injustificado
el
despido
dispuesto
por
la
accionada
y
declarar la procedencia de los rubros vinculados con la
extinción del contrato de trabajo.
2. Habiéndose acogido el agravio tratado en el
punto anterior, corresponde analizar ahora el referido a la
supuesta violación en que habría incurrido el sentenciante
de la doctrina legal de este Tribunal elaborada en torno a
los arts. 55 de la Ley de Contrato de Trabajo y 39 de la
ley 11.653.
a. En su escrito de inicio, el actor afirmó haber
ingresado a laborar bajo dependencia de la demandada el día
11-XI-1979
reconoció
(v.
la
demanda,
relación
fs.
57
laboral,
vta.).
Esta,
desconoció
la
si
bien
fecha
de
ingreso, señalando que el actor había ingresado con fecha
12-XII-1991 (v. réplica, fs. 99).
b. En el informe pericial contable, el experto
informó que la fecha de ingreso consignada en el Libro de
Sueldos y Jornales variaba en cada uno de los períodos (v,
fs. 148 vta.). Ello se confirma con los recibos de haberes
acompañados a fs. 18/54, en los cuales surgen consignadas
nueve fechas de ingreso diferentes.
c. En el veredicto, el a quo consideró que debía
determinarse como fecha de ingreso el año 1987, en virtud
de
que
-conforme
antecedentes
Asimismo,
del
la
pericia
actor
desestimó
con
contable-
anterioridad
expresamente
los
dichos
no
a
surgían
ese
del
año.
testigo
Ruiz, quien -según hizo constar el Tribunal- dijo que el
actor había ingresado en el año 1979, en el entendimiento
de que sus dichos aislados, sin otra prueba corroborante,
resultaban insuficientes para tener por acreditada la fecha
de ingreso mencionada por el actor (v. vered. 181 y vta.).
d. Asiste razón al recurrente en cuanto sostiene
que al así decidir, el juzgador de grado violó la doctrina
legal
indicada,
pues
este
Tribunal
ha
sostenido
que,
controvertida la fecha de inicio de la relación laboral,
ante la ausencia de la documentación que establece el art.
52 de la Ley de Contrato de Trabajo, cobra virtualidad la
presunción que dispone el art. 55 del citado cuerpo legal,
por lo que debe tenerse por tal la denunciada en el escrito
de
demanda
sin
que
corresponda
adjudicar
virtualidad
probatoria a los recibos acompañados por las partes si,
como ocurre en la especie, la fecha consignada en ellos fue
desconocida por el accionante desde el inicio (conf causa
L. 43.412, sent. del 21-XI-1989).
Cabe agregar a ello que, siendo que los recibos
acompañados no tenían respaldo en el libro a que refiere el
citado
art.
52
y
habiendo
prestado
el
accionante
el
juramento del art. 39 de la ley 11.653, corresponde tener
por cierta la fecha de ingreso consignada en el escrito de
inicio,
puesto
que
carece
de
eficacia
probatoria
-a
su
respecto- la pericia contable que se sustenta en libros
laborales llevados en forma irregular, cobrando entonces
operatividad el juramento allí prescripto (conf. causa L.
43.734, sent. del 6-II-1990).
Máxime cuando en el caso, como el propio tribunal
expresó,
uno
de
los
testigos
afirmó
-respaldando
la
afirmación de la demanda- que González había ingresado en
el año 1979 y la accionada -sobre quien, por la razón
mencionada
hacerlo-
en
no
el
párrafo
aportó
anterior,
prueba
alguna
pesaba
que
la
carga
desvirtuara
de
las
afirmaciones de aquél.
IV.
En
virtud
de
lo
dicho,
corresponde
hacer
lugar al recurso y revocar la sentencia atacada en cuanto
fue motivo de agravio, declarando procedente la demanda en
cuanto a los rubros derivados del despido, de conformidad
con la fecha de ingreso denunciada por el actor. Los autos
deberán volver al tribunal de origen a fin de que practique
la liquidación que corresponda.
Costas de ambas instancias a la demandada vencida
(arts. 19, ley 11.653 y 289 del C.P.C.C.).
Voto por la afirmativa.
Los
señores
jueces
doctores
Soria,
Roncoroni,
Pettigiani y Kogan, por los mismos fundamentos del señor
Juez doctor Hitters, votaron también por la afirmativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
hace lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley deducido y, en consecuencia, se revoca la sentencia
impugnada en cuanto rechazó la demanda promovida por Martín
Emiliano González contra "El Palacio del bife S.R.L." cuya
procedencia se declara con el alcance establecido en los
apartados III y IV del voto emitido en primer término.
Vuelvan
los
autos
al
tribunal
de
origen
a
fin
d
que
practique la liquidación que corresponda. Costas de ambas
instancias a la parte demandada (arts. 19, ley 11.653 y
289, C.P.C.C.).
Notifíquese.
Descargar