PALACIO MEDICI

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PALACIO MEDICI-RICCARDI (1444-1460). FLORENCIA.
MICHELOZZO MICHELOZZO
Introducción.
El crecimiento urbano y el auge de la burguesía propiciaron un gran
desarrollo de la arquitectura civil en el Renacimiento. El arquitecto renacentista
construyó palacios y villas pero además creó un criterio urbanístico cuya
aportación más importante fue la ubicación de la plaza como centro de la
ciudad.
La concepción estética y el lenguaje del nuevo estilo del Renacimiento se
plasmó en la realización de una serie de edificios entre los cuales destaca el
palacio. La ciudad de Florencia es la gran impulsora de de este movimiento de
renovación artística y espiritual. Al comenzar el siglo XV esta ciudad había
conseguido imponer su hegemonía sobre toda la Toscana y allí acudían
artistas de toda Italia y también fue en esta ciudad dónde se comenzó a
ensalzar el trabajo individual del artista.
El palacio se concibe como un cubo constituido por cuatro cuerpos
reunidos alrededor de un patio central, es decir, un cubo vacío por dentro. La
disposición del edificio en volumen geométrico cerrado da al palacio un aspecto
fortaleza, a pesar de las ventanas abiertas en sus fachadas y, recuerda la
estructura heredada de los palacios góticos italianos de los que, sin embargo,
se ha perdido la alta torre defensiva.
La vivienda se abría hacia el interior a través del patio central de tal
manera que las habitaciones quedaban comunicadas entre sí por galerías del
patio. Sin embargo el palacio también tenía una dimensión social y pública y por
tanto grandes ventanales se abrían a una espléndida y peculiar fachada.
Aunque no se adotó un modelo único de fachada, hay un predominio horizontal
en la estructrua de la misma, distribuido en pisos y con ventanas uniformemente
repartidas.
Brunelleschi estableció el tipo de palacio florentino del Renacimiento en
el palacio Pitti, con una parte baja de grandes sillares labrados y pisos
superiores de paramentos más finos en los que se abren ventanas con
dovelas. Su discípulo Michelozzo Michelozzi se encargó de continuar el trabajo
del maestro en el palacio Medici-Ricardi.
Análisis de la obra.
El palacio Medici, levantado para Cosme de Médici el Viejo en una
antigua vía de Florencia. El palacio conserva en la esquina el escudo de los
Médici, pero lleva también el nombre de la familia Ricardi que lo habitó más
tarde. Michelozzo lo empezó a construir en el año 1444 y los terminó en 1460.
La fachada tiene un cuerpo inferior con grandes arcos, ejecutados con
sillares que en un principio debían estar abiertas pero se cegaron en el siglo
XVI, dejando sólo ventanas. Se divide en tres plantas con sus especiales
características. Hay un desigual tamaño en cada piso: el primero es mayor que
el segundo y éste mayor que el tercero. Esto quiere decir que la cornisas no
señalan el principio o el fin de los pisos interiores sino que están utilizadas sólo
como un elemento para dividir el muro y conseguir el efecto óptico de los tres
pisos interiores que no se corresponden exactamente en el interior con su
altura exterior.
La decoración está también divida en pisos, los motivos decorativos son
los mismos pero cambia el almohadillado que pasa de unos sillares que
sobresalen de manera desigual, en el primer piso; a un paramento delimitado,
que no sobresale del muro en el segundo piso, y por último el muro totalmente
liso en la planta superior.
La disposición de las ventanas también es diferente: en la primera
planta, aparecen arcvos de medio punto; en la segunda, las ventanas están
formadas por arcos dobles, separadas por un parteluz, inscritos a su vez en
otro arco más amplio, todos de medio punto, y por último, en la tercera, sólo
están formadas por los arcos dobles separados por el parteluz, habiendo
desaparecido el arco más amplio.
La progresiva simplificación y disminución de las ventanas se
corresponde con la gradación del aparejo y la aparente disminución del tamaño
de los pisos. Una gran cornisa remata el edificio y contribuye a la horizontalidad
del mismo.
El patio es un espacio cuadrado con arcos de medio punto muy esbeltos,
sobre los que se sitúa un friso con medallones y esgrafiados, que lo separa de
los pisos superiores de ventanas. Está lleno de mármoles antiguos que ya
estaban en su época y allí acudían a estudiar el arte antiguo los artistas del
Renacimiento.
El palacio florentino fue evolucionando y pasó de una estructura cerrada,
con fachada almohadillada y techumbre con una enorme cornisa, en el siglo
XV, a una mayor articulación del edificio con ventanas superpuestas y ausencia
de almohadillado en el siglo XVI. Este último tipo de fachada palaciega, más
refinada, creará escuela e influirá en siglos posteriores.
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