CARLOS ALBERTO JIMÉNEZ V. Magister Comunicación y Educación PHD Profesor Titular Universidad Libre Seccional Pereira Musicoterapia A pesar de que el oído humano se forma en el ambiente intrauterino entre el quinto y el sexto mes de gestación, es indispensable comprender que desde el cerebro y la médula espinal parten millones de cordones nerviosos que recorren toda la corporalidad humana desde los tendones, las articulaciones y los músculos hasta los órganos internos (hígado, corazón, riñón, etc.), la información que llega a cada cordón es transmitida por una sustancia mensajera de carácter endógena (neurotransmisores, hormonas, péptidos), es así como a través de la médula espinal, los nervios auditivos en el embrión y en el feto conectan con todos los músculos del cuerpo y “el niño intrauterino” sin tener oídos formados puede sentir la voz de la madre y el sonido de los órganos internos con toda la corporalidad humana. Recordemos que no es necesario tener oídos para escuchar. En este sentido, es la música natural la que labra las estructuras más profundas y complejas de la corteza cerebral que ya se encuentra conformada desde la quinta semana de gestación cuando su sistema nervioso básicamente se encuentra conformado. Para Campbell: el sonido influye directamente también en el tono muscular el equilibrio y la flexibilidad. La función vestibular del oído influye en los músculos oculares, afecta a la vista y los movimientos faciales, como también a la masticación y al sabor. A través del nervio vago el oído interno conecta con la laringe, el corazón, los pulmones, el estómago, los riñones, la vejiga y los intestinos. Esto sugiere que las vibraciones auditivas que entran por los tímpanos interaccionan con los nervios parasimpáticos para regular, controlar y esculpir todos los órganos corporales importantes. (1998:64). Bajo este punto de vista, la música de Mozart* , Vivaldi y la del género Barroco (ver libro del autor: La Inteligencia Lúdica), han demostrado que la altitud de sus ritmos, melodías y frecuencias estimulan el sistema límbico, (emociones – impulsos), y la zona relacionada con la creatividad humana (córtex pre-frontal), es decir, tienen la capacidad de liberar endorfinas, acetilcolina, dopamina, noradrenalina, serotonina y psicodélicos endógenos (Ver: Primera parte). Estas sustancias básicamente producen en el feto un estado de calma y serenidad intrauterina, por la acción de la serotonina, la cual produce un ser lleno de tranquilidad, de goce y de felicidad, también producto de las endorfinas que segrega. De otro lado, la producción de acetilcolina fortalece el neo-córtex, * La sonata para dos pianos en RE mayor y los conciertos para violín 3 y 4 de Mozart son los mas recomendados en la musicoterapia para la producción de efectos cognitivos. para estimular de esta forma todos los procesos relacionados con la creatividad y la inteligencia humana. Música ambiental Por último, la noradrenalina se encargar de estimular el sistema parasimpático y de esta forma regulan y controlan la secreción de adrenalina, que si es muy alta, como ya se había precisado, origina procesos hiperactivos relacionados con el estrés que puede tener el niño en el ambiente intrauterino. El efecto tranquilizante y alucinatorio de los sicodélicos endógenos también se producen por la estimulación de la música. Su utilización se puede evidenciar en la medicina, especialmente en el campo de la anestesiología, en el cual se ha demostrado que las hormonas estimulantes del estrés (adrenocorticotrópica, proláctica y del crecimiento), bajan en forma importante y suben las que generan tranquilidad, en los pacientes en los que se utiliza música ambiental relajadora en un quirófano o en un tratamiento medico. Los experimentos científicos que relata Verny (1998) en su libro “La vida secreta del niño que va a nacer” sirven para ilustrar al respecto: “los fetos prefieren la música de Mozart y Vivaldi a la de otros compositores tanto en las primeras como en las últimas fases de gestación. Con esa música se les estabiliza el ritmo cardiaco y dejaban de patalear, mientras que otras músicas, especialmente las de rock <<a la mayoría les molestaba y pataleaban violentamente>> cuando se les hacía escuchar a sus madres” Por otra parte Alfred Tomatis descubrió que desde la fase fetal el oído se ha usado no sólo con fines de audición, sino para regular el movimiento humano. En este sentido trastornos relacionados con los problemas del lenguaje (dislexias, disgrafías, discalculias, etc.), y de la hiperactividad, pueden estar relacionados directamente con el funcionamiento del sistema vestibular que es el encargado de proporcionar el equilibrio y la regulación apropiada de movimiento. He ahí la gran importancia que tiene la música en la estimulación intrauterina, si se hace apropiadamente. Para Tomatis “las células y los órganos del oído generan los impulsos del movimiento, reacción que ha ido evolucionando junto con el oído desde las primeras fases de la medusa hasta llegar a la conciencia humana”(citado por Campbell: 63). Campbell complementa el planteamiento anterior de la siguiente forma: “El oído coreografía el baile de equilibrio, ritmo y movimiento del cuerpo. Desde los movimientos más simples de la medusa hasta las complejas actividades del “homo sapiens”, el oído es el giroscopio, la unidad procesadora central, el director de orquesta de todo el sistema nervioso. El oído integra la información transmitida por el sonido, organiza el lenguaje y nos da la capacidad de percibir lo horizontal y lo vertical. Escuchar bien genera una gama de efectos positivos, entre ellos un mejor control vocal, más energía, mejor disposición, incluso, mejor escritura a mano y postura. Los trastornos o la debilidad de la función vestibular podrían ser causa de impedimentos para hablar, mala coordinación motora y dificultades para estar de pie o sentado, gatear o caminar” (1998:63). Endorfinas musicales Uno de los aspectos más importantes que puede producir la musicoterapia es la referida a la producción que pueden tener la madre gestante y el “niño intrauterino” de endorfinas, a través de ese diálogo químico constante de moléculas endógenas. Estos opiáceos cerebrales tienen como función principal eliminar dolores, ansiedades y producir altos grados de euforia relacionados con el goce, la felicidad y la lúdica. Esto se debe a que la música estática, de tambor, barroca, marcial, puede producir altas dosis de endorfinas. El Journal of the American Medical Association publicó resultados en 1996 en los cuales se comprobó que la mitad de las mujeres embarazadas que escuchaban música durante el parto no necesitaban de anestesia. En Noruega Olav Skille demostró a través de sus terapias musicales, utilizando música de “nueva era”, clásica e inclusive popular se lograba reducir la tensión muscular y relajar a los niños. (Citado por Campbell: 79) Cuando la música es acompañada por procesos de sugestión o de relajación se liberan mayores cantidades de sustancias endógenas, como en el caso de la sugestopedia (Lozanov), que es un método que involucra el cuerpo, la mente y en especial todo el espectro emocional. Es así, como la sugestopedia utiliza la sugestión (no la hipnosis), la relajación mental, la relajación física, la presentación de materiales en forma dramatizada, la música clásica y la barroca (ver libro del autor “La Inteligencia Lúdica). Con respecto a este método, Elena María Ortiz de Maschwitz, lo sintetiza de la siguiente forma: “Una clase de sugestopedia comienza con una introducción que <<crea una ambiente apropiado para el aprendizaje>>, como mímicas, disfraces, dramatizaciones. Luego en un espacio activo y utilizando una guía lingüística se pone <<material en la memoria a través de humores, asociaciones y canales>>. En un tercer espacio pasivo, de relajación <<el sistema nervioso está calmo, pero el cerebro esta activo, dirigiendo la energía hacia donde mas se necesita>>, por lo que el maestro con música barroca de fondo, lee con una clara pronunciación y una entonación natural el texto que clarifica el tema. La fase de elaboración es rica en puntos clave de enseñanza. Todo el material debe ser elaborado globalmente, todas las partes deben estar interconectadas. Nada debe realizarse aisladamente. Esta es la parte mas difícil” (2001:207). Con respecto a la música barroca utilizada por la sugestopedia, Shuster y Gritón nos dicen: “La música barroca se caracteriza por ser generalmente relajante, con un ritmo de 4 por 4 y 60 tiempos por minuto. La relajación sucede debido a la sincronización de los ritmos del cuerpo. El ritmo normal del corazón humano, de 70 a 85 pulsaciones, tiende a reducirse cuando el oyente escucha 60 tiempos por minuto, y a la medida de 4 por 4 tiende a disminuir la respiración a más o menos 15 respiraciones por minuto” (1985:276). CARLOS ALBERTO JIMENEZ V. www.ludicacolombia.com www.ludica.com.co www.youtube.com/conexionludica www.worldtv.com/conexionludica [email protected]