Red de Comités de Bioética Área de Bioética -Ministerio de Salud 11 de Junio de 2008 CASO MARCOS Pablo es un niño de 12 años de edad con diagnóstico de Anemia de Fanconi desde lo 2 años, su estado de salud se ha deteriorado significativamente por las alteraciones hematológicas características de su patología. Hace 25 días que se encuentra internado en una institución pediátrica y los profesionales que lo atienden han planteado a sus padres la posibilidad de un Transplante de médula como única alternativa terapéutica. Pablo es el menor de los hijos de Juan y Mónica. Esta familia vive en una pequeña ciudad del sur de la Provincia de Córdoba. Juan es empleado del Banco y Mónica es docente. Viven en una casa modesta que es propia, junto a su otra hija de 14 años y a la Madre de Mónica. La familia acepta someterse a los estudios correspondientes a fin de determinar si hay compatibilidad con Pablo y así seleccionar un donante de médula ósea, que es el tratamiento propuesto. De los estudios realizados se determina que ninguno de los tres es compatible. Frente a esta situación, se plantea la posibilidad de la búsqueda de un niño (ya adulto) que Mónica y Juan tuvieron en su adolescencia y a quien cedieron, al no poder asumir esta situación. Ese niño, entregado al nacer, tiene en este momento 22 años. Mónica y Juan tuvieron algo de información sobre él hasta los 2 años y luego perdieron todo contacto. La Madre de Mónica, es la persona que conoce a la familia de crianza de este joven y logra comunicarse con ellos a fin de entrevistarse con su nieto y solicitarle se someta a los exámenes necesarios para el estudio de compatibilidad. Marcos tiene efectivamente 22 años, trabaja en un taller mecánico y está estudiando electrónica. Este joven conoce su situación pero nunca se contactó con sus padres biológicos. El estudio permitiría certificar la filiación, conocer su origen biológico y si hubiere compatibilidad ser el donante de su hermano biológico. Frente a esta propuesta, Marcos rechaza absolutamente esta solicitud. Él asume a sus padres de crianza como su familia y no quiere información de sus orígenes ni contactarse por ninguna causa con su familia biológica. La familia de crianza de Marcos está decidida a apoyar a Marcos en cualquier decisión que tome. Los padres de Pablo, plantean al médico la posibilidad de exigir la realización de los estudios frente al pronóstico del niño. Y el profesional plantea el caso al Comité de Bioética. Problemas detectados Sociales: familia biológica fragmentada, desinterés en establecer comunicación por años. Vulnerabilidad de los niños (los dos) frente a las decisiones de los adultos que los involucra. Éticos: exigibilidad de solidaridad. El ser humano como medio y no como fin en sí mismo. Valores: vida, identidad, integridad (psi), libertad, salud, bienestar, solidaridad. Derecho: identidad, intimidad, salud, integridad. Principios: autonomía, beneficencia. Discusión: El nudo del problema de este caso radica en la negativa de Marcos para realizarse un estudio de sangre y potencialmente ser donante de médula ósea de su hermano biológico. El fundamento de este rechazo es la convicción de Marcos acerca de su identidad construída en un marco histórico referencial y con el cual se identifica totalmente. Concepto de identidad Para los filósofos modernos (Locke – Leibniz) desde un aspecto de mismidad individual basada en la memoria, la auto-conciencia y el auto-reconocimiento, la identidad es la fuente de la responsabilidad moral Sin embargo la inclusión de la identidad en este razonamiento es forzada, ya que no había necesidad de que hicieran depender la identidad de la mem oria y Red de Comités de Bioética Área de Bioética -Ministerio de Salud 11 de Junio de 2008 autoconciencia sino simplemente relacionar la responsabilidad con el auto-reconocimiento, y éste con la memoria. Ya en el siglo XX el concepto de identidad cualitativa, de Tugendhat ha destacado el carácter subjetivo de las cualidades que constituyen la identidad y el hecho de que ellas pueden cambiar. La identidad cualitativa responde a la pregunta acerca de lo que cada cual le gustaría ser. La respuesta a esta pregunta puede estar influida por el pasado, pero se refiere básicamente al futuro. Las cualidades que constituyen la identidad son lo que Aristóteles llama "disposiciones", que consisten en la capacidad para actuar de una manera particular1. Erikson afirma que el medio social juega un rol fundamental en su construcción y de que para contestar la pregunta "¿quién quisiera ser yo?" el juicio de los otros es crucial 2. Si la identidad no es una esencia innata dada sino un proceso social de construcción, se requiere establecer los elementos constitutivos a partir de los cuales se construye: Primero, los individuos se definen a sí mismos, o se identifican con ciertas cualidades, en términos de ciertas categorías sociales compartidas. Al formar sus identidades personales, los individuos comparten ciertas lealtades grupales o características tales como religión, género, clase, etnia, profesión, sexualidad, nacionalidad, que son culturalmente determinadas y contribuyen a especificar al sujeto y su sentido de identidad. En este sentido puede afirmarse que la cultura es uno de los determinantes de la identidad personal. En segundo lugar esta el elemento material que en la idea original de William James incluye el cuerpo y otras posesiones capaces de entregar al sujeto elementos vitales de auto-reconocimiento. La idea es que al producir, poseer, adquirir o modelar cosas materiales los seres humanos proyectan su sí mismo, sus propias cualidades en ellas, se ven a sí mismos en ellas y las ven de acuerdo a su propia imagen. Como lo decía Simmel: Toda propiedad significa una extensión de la personalidad; mi propiedad es lo que obedece a mi voluntad, es decir, aquello en lo cual mi sí mismo se expresa y se realiza externamente. Y esto ocurre antes y más completamente que con ninguna otra cosa, con nuestro propio cuerpo, el cual, por esta razón, constituye nuestra primera e indiscutible propiedad3. En tercer lugar, la construcción del sí mismo necesariamente supone la existencia de "otros" en un doble sentido. Los otros son aquellos cuyas opiniones acerca de nosotros internalizamos. Pero también son aquellos con respecto a los cuales el sí mismo se diferencia, y adquiere su carácter distintivo y específico. El primer sentido significa que "nuestra auto-imágen total implica nuestras relaciones con otras personas y su evaluación de nosotros"4. Las identidades vienen de afuera en la medida que son la manera de cómo los otros nos reconocen, pero vienen de adentro en la medida que nuestro autoreconocimiento es una función del reconocimiento de los otros que hemos internalizado. Dicho de otro modo: la construcción de la identidad es un proceso de reconocimiento Inter-subjetivo. Una identidad bien integrada depende de tres formas de reconocimiento: amor o preocupación por la persona, respeto a sus derechos y estima por su contribución. Pero el desarrollo de estas formas de relación con el sí mismo para cualquier individuo, depende fundamentalmente de haber experimentado el reconocimiento de otros, a quienes él también reconoce. 1 2 Ibid., p. 33 Véase sobre esto K Hrikson, Identic, Youth and Crisis (London: Faber & Faber, 1968), p. 22. 3 Georg Simmel, Sociología (Madrid: Espasa Calpe, 1939), p. 363. 4 H. Gerth ant C. Wright Mills, Character and Social Structure (New York: Harbinger Books, 1964), p. 80. Red de Comités de Bioética Área de Bioética -Ministerio de Salud 11 de Junio de 2008 El auto-reconocimiento que hace posible la identidad, de acuerdo a Honneth, toma tres formas: auto-confianza, auto-respeto y auto-estima5. Honneth, argumenta que hay tres formas de falta de respeto concomitantes con las tres formas dc reconocimiento que pueden contribuir a la creación de conflictos sociales y a una "lucha por el reconocimiento", en sectores que están deprivados de esas formas de respeto. La primera forma de falta de respeto es el abuso físico o amenaza a la integridad física, que afecta la confianza en sí mismo. La segunda, es la exclusión estructural y sistemática de una persona de la posesión de ciertos derechos, lo que daña el respeto de sí mismo. La tercera, es la devaluación cultural de ciertos modos de vida o creencias y su consideración como inferiores o deficientes, lo que impide al sujeto atribuir valor social o estima a sus habilidades y aportes6. La reacción emocional negativa que acompaña estas experiencias de falta de respeto (rabia, indignación) representa para Honneth la base motivacional de la lucha por el reconocimiento: "porque es sólo al reconquistar la posibilidad de una conducta activa que los individuos pueden deshacerse del estado de tensión emocional a que son sometidos como resultado de la humillación"7. La identidad también presupone la existencia de otros que tienen modos de vida, valores, costumbres e ideas diferentes. Para definirse a sí mismo se acentúan las diferencias con los otros. La definición del sí mismo siempre envuelve una distinción con los valores, características y modos de vida de otros. En la construcción de cualquier versión de identidad, la comparación con el "otro" y la utilización de mecanismos de diferenciación con el "otro" juegan un papel fundamental: algunos grupos, modos de vida o ideas se presentan como fuera de la comunidad. Principios: autonomía, beneficencia. La autonomía como manifestación de libertad individual y expresión de la autonomía moral las personas (para fundamentar la bioética) es uno de los principios fundantes de la bioética anglosajona. Diego Gracia propuso la jerarquización de los principios en dos niveles que definen las dimensiones de la vida moral. Un primer nivel de orden público que incorpora el principio de justicia y el de no maleficiencia; y un segundo nivel de orden privado que incluye el de autonomía y beneficencia. El primer nivel es deontológico, universal, corresponde a una ética de mínimos, es exigible. El segundo nivel es específicamente moral, corresponde una ética de máximos, corresponden a deberes imperfectos, no son exigibles. Cierre La capacidad para actuar de una manera particular es lo que Aristóteles llama "disposiciones" y se refieren a las cualidades que constituyen la identidad. Los filósofos de la edad moderna (Locke – Leibniz) definían la identidad desde un aspecto de mismidad individual basada en la memoria, la auto-conciencia y el autoreconocimiento y afirmaban que la identidad es la fuente de la responsabilidad moral. 5 Véase Axel Honncth, The Struggle for Recognition (Cambridge: F'olity Press, 1995), pp. 118-123. 6 7 Ibid., pp. 132-135. Ibid., p. 138. Red de Comités de Bioética Área de Bioética -Ministerio de Salud 11 de Junio de 2008 A partir del siglo XX la identidad se define desde una aspecto cualitativo que responde a la pregunta acerca de lo que a cada cual le gustaría ser, como un proyecto a futuro, en función de los arreglos sociales en los cuales transcurre su elaboración, que puede ser cambiantes. Si la identidad no es una esencia innata dada sino un proceso social de construcción, se requiere establecer los elementos constitutivos a partir de los cuales se construye: Determinantes de la identidad personal La Cultura que identifica con ciertas cualidades, en términos de ciertas categorías sociales compartidas Toda propiedad significa una extensión de la personalidad. Y esto ocurre antes y más completamente que con ninguna otra cosa, con nuestro propio cuerpo, el cual, por esta razón, constituye nuestra primera e indiscutible propiedad. La existencia de "otros" con un doble impacto: aquellos cuyas opiniones acerca de nosotros internalizamos. Y también aquellos con respecto a los cuales el sí mismo se diferencia, y adquiere su carácter distintivo y específico. Una identidad bien integrada depende de tres formas de reconocimiento: amor o preocupación por la persona, que genera confianza en sí mismo, respeto a sus derechos que se refleja en el respeto a sí mismo, estima por su contribución que otorga el valor social al sujeto. Pero el desarrollo de estas formas de relación con el sí mismo para cualquier individuo, depende fundamentalmente de haber experimentado el reconocimiento de otros, a quienes él también reconoce. El auto-reconocimiento que hace posible la identidad, de acuerdo a Honneth, toma tres formas: auto-confianza, auto-respeto y auto-estima8. (Honneth) concomitantes con las tres formas de reconocimiento hay tres formas de falta de respeto que pueden contribuir a la creación de conflictos individuales /sociales y a una "lucha por el reconocimiento", en sectores que están privados de esas formas de respeto. El abuso físico o amenaza a la integridad física, que afecta la confianza en sí mismo. La exclusión estructural y sistemática de una persona de la posesión de ciertos derechos, lo que daña el respeto de sí mismo. La devaluación cultural de ciertos modos de vida o creencias y su consideración como inferiores o deficientes, lo que impide al sujeto atribuir valor social o estima a sus habilidades y aportes. Dado que el cuerpo, como propiedad primera, y la internalización del reconocimiento de otro en su doble impacto, forjan la identidad y el autoreconocimiento, resulta lógico sostener que Marcos tiene una identidad construída independientemente del lazo genético y que por tanto ésta no merece ponerse en cuestión ni requiere acreditarse. 8 Véase Axel Honncth, The Struggle for Recognition (Cambridge: F'olity Press, 1995), pp. 118-123. Red de Comités de Bioética Área de Bioética -Ministerio de Salud 11 de Junio de 2008 La identidad, que constituye un valor ontológico esencial del ser humano y que implica la capacidad de proponerse fines y de proyectarse al futuro, refleja entonces la autonomía moral del sujeto y su libertad de elegir. Esto impone el respeto a la identidad y genera un derecho a poseerla y a ejercerla. Pero también porque podemos elegir debemos dar cuenta, dar razones, responder, explicar nuestras elecciones. Somos responsables morales de nuestra libertad de elegir, ante nosotros mismos y más aún cuando la acción u omisión implican a terceros En el caso de Marcos su negativa a una acción solidaria implica a un tercero. La solidaridad es un valor de índole ético. Qué características tienen los valores éticos? Sólo pueden atribuirse a las personas, se nos imponen como pautas de acción, sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder la categoría de persona humana, dependen de la libertad humana. Considerando el nivel de mayor o menor incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos. Valores éticos Públicos o cívicos Privados o personales Justicia / Bien Igualdad Libertad Solidaridad Tolerancia o respeto activo Respeto a la naturaleza Disposición al diálogo Paz ... Amistad Autenticidad Felicidad Placer Ternura Creatividad Profesionalidad ... Llegados aquí debemos distinguir solidaridad de altruismo. El ALTRUISMO es la entrega incondicional de una persona que provee a otra sin esperar reciprocidad. Es unidireccional y jerárquico El mantenimiento del altruismo suele beneficiar a quien recibe a expensas de quien entrega, lo cual deviene, con el tiempo, en una situación de explotación. Por el contrario, la SOLIDARIDAD es una actitud basada en la ética de la reciprocidad, donde las personas involucradas dan y reciben alternativamente. Por lo tanto es bidireccional y paritaria. En nuestra sociedad altruismo y solidaridad comparten el mismo pedestal pero no la misma ética, porque el altruismo favorece privilegios que la solidaridad combate. Desde esta perspectiva podemos afirmar que la negociación resulta incompatible con el altruismo pero no con la solidaridad.