DEWEY: EL MAESTRO, LA INVESTIGACIÓN Y LA ESCRITURA. Grupo de Investigación Estudios en educación, pedagogía y nuevas tecnologias. COLCIENCIAS. Categoria D. 2010/2011. 1 2 Articulo escrito por Martha Soledad Montero g y Sandra Rojas Panqueva (Versión preliminar) RESUMEN Este artículo plantea el cambio de estatuto del maestro como centro del acto educativo durante el siglo XX y en su lugar aparece el niño en tanto personaje central de las prácticas pedagógicas en la escuela. Esta institución, según Dewey, determinada en su función social y comunitaria por el doble papel que debe desempeñar en la sociedad moderna: forma un cierto modo de ser psicológico del niño en su realidad conduciéndolo por los caminos de la autorrealización y crea las condiciones materiales y prácticas para la adquisición de una experiencia articulada al programa escolar en tanto espacio de organización, de interacción y de desarrollo cognitivo. En este espacio institucional, el maestro no es un investigador, ni un descubridor, ni un científico; es un funcionario, un servidor social, un líder, un agente. Su función tiene que ver con el estudio juicioso, riguroso y objetivo de los resultados de las investigaciones obtenidos en el campo de las disciplinas y de las ciencias dirigido a la aplicación del método científico, al desarrollo de contenidos según los programas de las áreas del conocimiento, y a la creación de ambientes propicios a la indagación y a la reflexión. De ahí, la poca importancia que se le da al estatuto del maestro en tanto escritor e investigador en los discursos sobre la escuela en Dewey, durante gran parte del Siglo XX. Si bien es cierto, existe una distancia entre la concepción de maestro en la escuela tradicional y en la escuela progresista, este pensador de la educación, considera al maestro más un observador calificado que un intelectual; es más a pesar de reconocer la importancia del conocimiento en la escuela, opta por su validez en el contexto del pensamiento científico orientado a dar respuestas y soluciones a los problemas sociales, políticos, económicos de la sociedad industrial y del mundo del trabajo, en la dirección del progreso social y de la toma de conciencia individual y colectiva. De allí, la pertinencia de algunas preguntas sobre ¿Cuáles son las condiciones institucionales, escolares y programáticas para que Dewey vea al maestro en su función de servidor social y de reproductor del conocimiento y de la cultura y no como un investigador? ¿Por qué el maestro no puede ser un científico, ni un escritor? ¿Cuál entonces es el papel que desempeña y la función que cumple el maestro en la escuela en la primera mitad del siglo XX? ¿Cuál es la relación educación escuela? Para aproximarnos a una respuesta i. Se establecen algunas condiciones de la escuela y su relación con la educación. Ii. Se señalan cuales son las condiciones del conocimiento científico según Dewey y se precisan los enunciados en los que se establece el carácter social, situacion y condición del maestro en esta época, mostrando como el niño es para este pensador el centro del acto educativo. iii. Se precisa el papel y la función del maestro en el pensamiento de Dewey. Palabras clave: Educacion, maestro, escuela, investigacion y escritura. ABSTRAC In this essay, the idea held during the XX century about the teacher being the center of the educative act is proposed to be changed by that in which the child is the center of the pedagogical practices in the school. Following Dewey, this institution, that has both a social and a communal function in the modern society, allows the child to create a psychological way of being, leading him by the self-fulfillment paths. It also creates the practical and material conditions for the acquisition of an experience linked to the academic program, as a space for the organization, interaction and cognitive development. In this institutional space, the teacher is not a researcher, a discoverer or a scientist; the teacher is a staff member, a social server, a leader, and an agent. His/her function has to be, in first place, with the rigorous, dedicated and objective study of the results 1 Martha Soledad Montero g. Directora de la Línea de Investigación: Historia de la Educación y de la pedagogía. Líder Grupo de Investigación GrupLac: Estudios en educación, pedagogía y nuevas tecnologías. Colciencias. Reconocido Categoria D/2010-2011. Docente e investigadora Facultad de Filosofía y Humanidades. Pregrado y Maestria en Filosofia. Línea de Investigación: Filosofía y educación.Universidad de La Salle. Estudiante Doctorado en Ciencias de la Educación. Rudecolombia. 2 Artículo escrito por Sandra Janeth Rojas Panqueva. Investigadora Grupo de investigación: Estudios en educación, pedagogía y nuevas tecnologías, COLCIENCIAS. Categoría D. 2010-2011.Candidata a Magister en Educación. Directora de las licenciaturas en lengua castellana y matemáticas. Facultad de Educación. Universidad Santo Tomás. Agosto de 2011. 1 of researches made in different disciplines and sciences, in a second place, with the development of contents regarding every specific area of knowledge and, finally, with the creation of favorable environments for inquiries and reflection. The distant between the idea of teacher in the traditional school and the progressive school apart, this education thinker consider the teacher to be more a qualified observer than an intellectual. In fact, despite the recognition of the teacher as source of knowledge in the school, Dewey validates him/her in the context of the scientific thinking addressed to answer social, political and economical questions of the industrial society and the working world, towards social progress and the individual and collective awareness. Based on this, there are some pertinent questions like: Which are the academic, institutional and programmatic conditions for Dewey to consider the teacher not as a researcher but as a social server and a re-transmitter of knowledge and culture? Why the teacher cannot be considered as a researcher or even a writer? What is the role of the teacher of the first half of the XX century, then? What is the relation education-school? For an approximation to the answers of these questions i) some conditions for the school and its relation with the education are established; ii) Dewey’s conditions for the scientific knowledge are noted and the statements in which the situation, conditions and social character of the teacher are remarked, letting know how the child came to be the center of the educative act; iii) the role and function of the teacher in Dewey’s perspective is specified. Key Words: Education, teacher, school, research, writing. Introducción. John Dewey filósofo de la escuela pragmática, hijo de su época - sociedad industrial, capitalista, guerras mundiales, explosión demográfica, grandes inventos y descubrimientos científicos y tecnológicos- norteamericano (1859-1952) dedica la mayor parte de su vida a pensar el mundo de la educación y de la psicología, desarrollando las bases para una teoría de la inteligencia centrada en la idea de desarrollo entendido como crecimiento que se produce mediante un conjunto de fases que terminan en un estado de madurez individual y colectiva. Entre sus afanes esta pensar la escuela como una institución pública destinada a conformarse en el motor del progreso social e individual. Afanes que lo llevan a analizarla en su finalidad y detalles: arquitectura, ingeniería, administración, organización, programación, tipo de educación. Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Dewey es el filósofo de la escuela en tanto institución social; puesto que la considera determinante para la consecusión de una sociedad democrática, donde la educación es un instrumento entre otros como el conocimiento, cuyo papel es procurarle un lugar prioritario al método a través del cual es posible lograr y regular el progreso social y las reformas políticas para alcanzar los ideales de la modernidad. Así lo presenta en su Credo pedagógico: La educación es el método fundamental del progreso y de la reforma social. Todas las reformas que se apoyen simplemente en la aplicación de una ley, o de la amenaza de ciertos castigos, o en los cambios de disposiciones mecánicas o externas son transitorias y fútiles. La educación es una regulación del proceso de llegar a participar en la conciencia social; y la adaptación de la actividad individual sobre la base de esta conciencia social es el único método seguro de reconstrucción social. Esta concepción tiene evidentemente en cuenta los ideales individuales y 2 sociales. Es acertadamente individual porque reconoce la formación del carácter como la única base genuina del recto vivir. Es social porque reconoce que este carácter recto no ha de ser formado por conceptos, ejemplos o exhortaciones meramente individuales, sino más bien por la influencia de cierta forma de vida colectiva o comunal sobre el individuo, y que el organismo 3 social mediante la escuela, como órgano suyo, puede producir resultados éticos. Así con Dewey se establece la distancia de una idea de educación tendiente a la formación de una subjetividad que de cuenta de la relación con uno mismo, con los saberes, con el mundo y con la sociedad. No es que a Dewey no le interese la sociedad ni el individuo; es que, a diferencia de Rousseau, por ejemplo, él considera que el individuo existe para la sociedad y no para si mismo. El individuo existe en funcion de la sociedad y ahí es posible su autorrealización. Entonces, en este contexto situacional, la escuela es determinante por el papel que cumple en tanto órgano social, cuya misión en el campo de la educación es situar la escuela misma como de mayor interés para la sociedad y garantízar su efectividad para alcanzar el progreso y lograr las reformas sociales necesarias para que se pueda comprender lo que la escuela significa, dotando al maestro (educador en su lenguaje) de medios, herramientas y razones para realizar su misión (Dewey. Credo pedagógico. P.71). De ahí, se puede concluir que más que la educación en función de los conocimientos, los saberes, la cultura, los conceptos, a Dewey le preocupa la escuela en el sentido de una educación centrada en la adquisición de la experiencia, la comprensión y permanencia de los intereses y la realización pedagógica de acciones reflexivas. Es decir imprime a la educación en la escuela, el sello de un pensamiento pragmático, técnico y operativo en el sentido de los procesos, de los procedimientos, del método, de la operación y de la acción. 3 John Dewey. Mi Credo pedagógico. (?) Madrid. Ediciones de la lectura. Página 70 (Nota. Esta edición no hace referencia al año de su publicación). 3 RESULTADOS. Escuela y educación. Ahora bien, cuando Dewey hace referencia a la educación progresista contraponiéndola a la educación tradicional, en el sentido del desarrollo constructivo de una filosofía de la educación, plantea, como los principios progresistas se preocupan por la expresión y el cultivo de la individualidad en relación con la vida colectiva, el valor de la actividad libre, el aprendizaje mediante la experiencia, la adquisición de destrezas y técnicas como medios para alcanzar los fines sociales aprovechando las oportunidades de la vida presente y el conocimiento nuevo producido por un mundo sometido al cambio. Por tanto, no es de extrañar su concepción de conocimiento como un instrumento eficaz, organizado a la manera de conjuntos lógicos de información y adquirido a través de las actividades de instrucción en la escuela. De allí, el énfasis que hace sobre la responsabilidad que tiene “la nueva educación” o educación progresista en la selección, clasificación, ordenamiento y organización de experiencias escolares en relación con el conocimiento. Tal que, la aplicación de una teoría de la inteligencia en la escuela, implique pensar el proceso de crecimiento del niño en su extensión hacia la madurez. Crecimiento, entendido como desarrollo y avance de habilidades y hábitos intelectuales lógicos y morales a través de la experiencia, preparando a los jóvenes para responsabilidades futuras y exitosas en la sociedad y en el trabajo. No hay duda sobre la posición y el compromiso político de Dewey en relación con la sociedad en la que vive y con las diferencias poblacionales económicas y culturales de los habitantes del mundo. En el mundo social, las relaciones estan determinadas por la economía, por los saberes, los conocimientos y el poder, especialmente por el lugar que empieza a adquirir la ciencia en su relación con el Estado y la industria. Por eso, no desconoce como en las prácticas sociales se conforman relaciones de desigualdad, injusticia y miseria. Sin pretender cambiar el lugar que le corresponde a cada una de las clases sociales, aboga por hacer realidad algunos de los ideales de la revolución francesa como el reconocimiento de los derechos ciudadanos, sociales y jurídicos de las poblaciones pobres. 4 De ahí, que vea en el trabajo de las masas en las fábricas y en la industria un espacio adecuado para el mejoramiento del bienestar social, sin que por ello, considere necesario que el campesino deje de ser campesino, el obrero obrero, el funcionario funcionario, etc. Pensando más bien, cual es el tipo de educacion adecuada que se debe impartir a cada uno de estos bloques poblacionales. En esa dirección su propuesta educativa elige la acción como el motor de la escuela en el horizonte de la formación del trabajador para la industria que requiere una sociedad democrática. La escuela es el lugar ideal para formar obreros, trabajadores, empleados, ciudadanos y si es posible intelectuales y el maestro es su instructor y quien capacita por poseer los conocimientos objetivos que provienen de la ciencia y de los saberes en general. Por supuesto la escuela en esta época, finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX se diferencia de los Colegios, los Liceos, los Gimnasios, es decir de la educación privada. Cuando hablamos aquí de escuela, estamos hablando de la Escuela Pública. Con Dewey entre otros pensadores de la pedagogía, como Montessori, Decroly, Claparede se da nacimiento a la escuela para los pobres cuya responsabilidad es de los Estados naciones, que reconocen el derecho a la educación como una obligación. Por ello, la contienda entre el niño y el programa escolar, es una contienda entre la naturaleza individual y la cultura social, porque el programa escolar en la educación que él llama tradicional o antigua, ponía por encima de los intereses y las experiencias vitales de los niños, las materias del programa y los contenidos. Dewey cuestiona como en la educación tradicional se compara la inmadurez del niño con la madurez del adulto; el universo objetivo de verdad, ley y orden que proponían estas materias de estudio subordinaban la vida y la experiencia del niño al programa. En la nueva escuela, el programa de estudio entra en contacto con la experiencia, dejando de ser una abstracción porque le da significado a las conductas, los comportamientos y las preocupaciones del niño, haciendo posible que el maestro lo dirija, lo guíe y reoriente en sus actitudes. Así el programa se convierte en un medio sicologizante de la educación del niño en la experiencia escolar. Las materias de estudio son un factor organizativo de los contenidos a los que el niño accede por etapas según el grado de complejidad, de tal suerte que él se inicie en la escuela en las nociones y en los contenidos elementales o inferiores 5 gracias a su desarrollo mental, para aprender a usar dichos contenidos de las materias de estudio en provecho de su experiencia vital. Frente al pensamiento filosófico y psicológico desarrollado sobre la naturaleza del niño, la escuela y la educación, las materias de estudio se consideran un espacio funcional para la adquisición de las experiencias. Ellas representan el resultado acumulado de los esfuerzos de la raza humana de modo organizado y sistematizado, expresado de manera reflexiva: “los hechos y verdades que entran en la presente experiencia del niño y los contenidos en los programas escolares son los términos inicial y final de la misma realidad. Oponerlos unos a otros es oponer la infancia y la madurez del mismo ser vivo en desarrollo; es poner una frente a otra la tendencia en movimiento y el resultado final del mismo proceso; es sostener que la naturaleza y el destino del niño luchan entre sí” (Dewey. 1926. P. 50) La experiencia del niño es el motor de las materias de estudio. La experiencia en su naturaleza forma actitudes, da motivos, desarrolla intereses, provoca hechos y construye verdades que se presentan de manera organizada para su conocimiento, a través de materias ya elaboradas. Dichas materias son interpretadas como manifestaciones de fuerza y movimiento que actúan sobre la vida de los escolares; por ello, el papel del maestro es descubrir los procesos pedagógicos y psicológicos que intervienen en el espacio que se abre entre la experiencia presente y la función de las materias de estudio. Para que el maestro pueda hacerlo, es necesario que comprenda la noción de experiencia como algo ilimitado y flexible que va construyéndose de manera organizada. Las materias de estudio son la organización curricular de conocimientos objetivamente nuevos. Estas materias representan las posibilidades de desarrollo contenidas en la experiencia inmediata e imperfecta del niño; por eso es importante, direccionarlas hacia la experiencia actual. Esta experiencia es un signo o indicador de ciertas tendencias de desarrollo. Quien direcciona es el maestro, porque está en función de sistematizar su experiencia, permitiéndole al niño interpretar, guiar y orientar su vida. La dirección del proceso escolar, implica interpretar o leer el sentido de la experiencia, porque ésta no se explica a sí misma por su carácter transitorio. 6 Así, en el proceso educativo hay una unión dinámica entre continuidad e interacción, en la perspectiva del desarrollo de experiencias valiosas y significativas para el niño escolar. En ésta relación los estudiantes son un factor de aprendizaje y los maestros desempeñan el papel de agentes reguladores del proceso de aprendizaje, cuya tarea es la de crear condiciones objetivas de enseñanza. Cuando se hace referencia al ambiente escolar, se está designando, no sólo los lugares próximos al hombre, sino, la continuidad específica de esos lugares y las condiciones, que allí pueden estimular, promover o dificultar las características y la formación de un individuo. El medio tiene valor, en la medida que la interacción afecta al individuo. En síntesis, una vez se ha establecido la conexión orgánica entre la educación y la experiencia en relación con el principio de continuidad en la escuela, es posible comprender, cómo la educación es un proceso social en armonía con los principios de desarrollo y progreso. Proceso social en la medida que los individuos hacen de esa experiencia humana, una posibilidad de contacto y de comunicación a partir de ciertos aprendizajes dados en la experiencia en coherencia con los principios del crecimiento social hacia la vida en común. *** Continuará. Este documento de trabajo está próximo a publicarse. 7