alimentos – fijacion cuota – alimentante de gran fortuna

Anuncio
‰7Xè!Rèp9~HŠ
ALIMENTOS – FIJACION CUOTA – ALIMENTANTE DE GRAN
FORTUNA – MADRE CURSANDO ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
Con fecha 22 de Noviembre de 2012, la Sala I de la Exma. Cámara de Apelación
en lo Civil y comercial de Azul dictó sentencia en la causa “M. Y. M. C/ I. P. D.
S/ ALIMENTOS” (Causa N° 57.029) en materia de pautas para la
fijación cuota alimentaria cuando uno de los progenitores
cuenta con gran fortuna y el otro se encuentra cursando
estudios Universitarios
Causa Nº 1-57029-2012 -
"M. Y. M. C/ I. P. D. S/ ALIMENTOS"
JUZGADO DE PAZ - LAPRIDA
Nº Reg. ............
Nº Folio ..........
En la Ciudad de Azul, a los ..22.. días del mes de Noviembre de
2012 reunidos en Acuerdo Ordinario los Señores Jueces de la Excma.
Cámara de Apelaciones Departamental -Sala I- Doctores Ricardo César
Bagú,
Esteban Louge Emiliozzi y Lucrecia Inés Comparato, para dictar
sentencia en los autos caratulados: "M. Y. M. C/ I. P. D. S/ ALIMENTOS ",
(Causa Nº 1-57029-2012), se procedió a practicar la desinsaculación
prescripta por los arts. 168 de la Constitución Provincial, 263 y 266 del
C.P.C.C., resultando de ella que debían votar en el siguiente orden:
Doctores COMPARATO-LOUGE EMILIOZZI-BAGU .Estudiados los autos, el Tribunal resolvió plantear y votar las
siguientes:
-C U E S T I O N E S1ra.- ¿Es justa la sentencia de fs. 511/515vta.?
2da.- ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
VOTACION
A LA PRIMERA CUESTION:
la Señora Juez Doctora
COMPARATO dijo:
I.a) El presente proceso fue iniciado por la Señora Y. M. M., en
representación de su hijo menor T. I. P. a fin de que se determine y pueda
acceder al cobro de cuota alimentaria contra el padre del menor D. I. P..
Refiere haber mantenido con el ahora demandado una relación
de pareja de más de tres años, de la cual nació el 16 de diciembre de 2008
el niño T.. Que, antes del nacimiento habían comenzado a tener conflictos
de pareja, encontrándose separados al momento de iniciada esta acción.
Señala que el Señor I. P. le ha dado pequeñas sumas de dinero,
debiendo hacerse cargo la actora de la manutención del menor incluyendo
sus problemas de salud (bronqueolitis en dos oportunidades, neumonía), con
tratamiento permanente por parte de un especialista.
Manifiesta a su vez, hacerse cargo del alquiler del pequeño
departamento donde habita con el niño, por un monto de $ 850, más $ 130
de expensas; como así también del pago de la Obra Social OSDE, que dado
los costos cambió a un plan más económico.
Destaca que se encuentra cursando el tercer año en la Escuela
Superior de Ciencias de la Salud, en la carrera Medicina, haciendo un gran
esfuerzo para mantener a su hijo a contraposición del padre, que cuenta con
una posición económica más importante, ya que es propietario de más de
2000 hs. de campo en el partido de Olavarría, que en apariencia estaría a
nombre de D.I.P.S.A (siglas que obedecerían a sus iniciales) y que hoy se
encontraría arrendado a la firma El Tejar.Infiere además, que el Sr. I. Padilla tiene hacienda capitalizada
en otros campos por intermedio de los Sres. S. R.y B., que es propietario de
un departamento en Capital Federal y de dos vehículos de alto costo: una
camioneta Mercedes Benz ML 350 Dominio HBP 469 y un automóvil
Mercedes Benz Dominio HYQ 143.Atento las necesidades del menor y a efectos de que no tenga
una vida distinta a la de su padre, reclama una cuota alimentaria de $ 9.000.
Funda en derecho, ofrece prueba y solicita se fijen alimentos
provisorios.b) A fs. 55/62vta. se presentó el demandado a contestar la
acción aceptando la fijación de una cuota alimentaria a su cargo en beneficio
exclusivo del menor T. I. P., pero solicitando el rechazo de la pretensión
económica efectuado por la actora por considerarlo disparatado y contrario a
la lógica y al derecho vigente.
Efectúa una serie de negativas de lo expuesto en la demanda,
y a su vez, refiere que desde el nacimiento del menor pagó a la Sra. M. una
suma de $ 1500, previamente acordada entre ambos, sin efectuar ninguna
queja, reserva y sin que le hubiera efectuado con anterioridad al inicio de
este proceso algún tipo de reclamo por considerar que la cuota fijada fuera
insuficiente.
Concluye su exposición, solicitando se fije una cuota alimentaria
a favor del menor por una suma no mayor a $ 1500.
Ofrece prueba, hace reserva por caso federal.
c)Luego de producida la prueba, la Sra. Juez de grado a fs.
511/515vta. resolvió fijar la cuota alimentaria que deberá abonar el Sr. D. I.
P. a favor de su hijo menor T. I. P. en la suma de Pesos cuatro mil ($ 4.000),
mensuales desde la fecha de interposición de la demanda (30/03/2010) y
deduciéndose lo abonado por el accionado en concepto de cuota provisoria
de alimentos (fijada en $ 3000 a fs. 125/126). Impuso las costas al
demandado y reguló los honorarios de los profesionales intervinientes.
La sentencia es recurrida por la actora a fs. 518, y por el
demandado a fs. 521, concediéndose ambos recursos en relación y al solo
efecto devolutivo, a fs. 519 y 523 respectivamente. Asimismo a fs. 522 el Dr.
Lalanne recurre la regulación de sus honorarios por considerarlos
insuficientes.
La actora funda el recurso impetrado a fs. 524/528, recibiendo
responde de la contraparte a fs. 538/540.
Se agravia la recurrente por considerar que la cuota alimentaria
fijada resulta insuficiente en función de las constancias probatorias en autos,
sin perjuicio de la actitud reticente hacia el proceso que ha mantenido el
demandado, ocultando una situación económica real que es mucho mejor
que la que surge de las constancias probatorias. Ataca concretamente a la
sentencia toda vez que la Sra Juez omitió considerar datos de importancia y
que considera probados respecto de la situación económica del demandado.
Solicita
a
la
alzada
intime
al
accionado
a
presentar
documentación vinculada a los movimientos y operaciones bancarias
personales y de DIP, cuestión que fuera denegada por este Tribunal a fs.
590/591vta.
Finaliza solicitando se revoque la sentencia en crisis con
imposición de costas al demandado.
A su turno, a fs. 531/537vta., presenta el memorial la parte
demandada, solicitando se revoque el decisorio apelado por considerarlos
arbitrario e infundado y que se fije una cuota alimentaria acorde a las
necesidades del menor alimentado de no más de $ 2.800.Considera que la cuota fijada no guarda relación alguna con lo
efectivamente acreditado en autos en tres aspectos: 1) lo acordado libre y
voluntariamente entre las partes con anterioridad al inicio de estas
actuaciones; 2) las verdaderas necesidades del menor, denunciadas en el
mismo escrito de inicio de la parte actora; y 3) lo analizado y resuelto por la
Alzada al fijar la cuota provisoria en el fallo del 03/03/2011.
Finalmente refiere estar disconforme con la imposición de
costas.
A fs. 530/530vta. y fs. 546 obran sendos
dictámenes de la Sra. Asesora de Incapaces propiciando la confirmación del
resolutorio cuestionado.
II) Resultando definitiva la cuestión objeto de apelación (conf.
fs. 595), a fs. 597 se practicó el sorteo de ley (art. 263 del C.P.C.C.), por lo
que las actuaciones se encuentran en estado de dictar sentencia.III) Reiteradamente esta sala ha dicho que, tratándose de
hijos menores, la obligación alimentaria es una consecuencia de la patria
potestad y pesa sobre ambos progenitores por igual, sin perjuicio de la
adecuación de la cuota a cargo de uno y otro que en cada caso corresponde
hacer (arts. 265 a 272 del Código Civil; Bossert, Gustavo A., “Régimen
jurídico de los alimentos”, 2ª ed. actualizada y ampliada, pág. 191; Castro,
Alicia María “Alimentos a los hijos y derechos humanos”, obra colectiva de
Cecilia P. Grosman y otros autores, capítulo VIII, “¿Desde cuándo se deben
los alimentos?”, pág. 241 y subs.; esta Sala, causa n° 51.517,
“Leguizamón…”, del 28.02.08., entre muchas otras).
Conforme al artículo 265 del Código Civil, ambos padres
deben alimentos a sus hijos “conforme a su condición y fortuna”, debiendo
tenerse en cuenta entonces el trabajo que desarrolla cada uno, o el que
puede desarrollar, la capacitación con que cuentan, título profesional, oficio,
actividades ya cumplidas, nivel de educación, los bienes ya fructíferos que
cada uno posee, los bienes de capital improductivos que podrían convertirse
en bienes fructíferos, la vivienda con que cuentan, el estado de salud de
cada uno en la medida que influye en su posibilidad de obtener ingresos y le
demande gastos para la atención de sus propias dolencias, etcétera
(Bossert, ob. cit., pág. 194).
Cuando uno sólo de los progenitores es el que tiene la guarda
del menor –como ocurre en este caso-, los principios expuestos
anteriormente deben interpretarse en armonía con la referida situación. En
efecto, se ha dicho que “conforme a la situación similar en que ahora se
encuentran los padres en materia alimentaria, y lo dispuesto en los arts. 265,
271 y 1.300, ambos deben contribuir a los alimentos del hijo en proporción
de sus respectivos ingresos; sin embargo, separados los padres, para
estimar la contribución del progenitor que tiene la guarda de los hijos deben
considerarse los aportes en especie, de significación económica, que él
hace, -p. ej. si habita con el hijo en una vivienda de su propiedad o que
alquila- y además la atención que presta al hijo en los múltiples
requerimientos cotidianos, pues ello implica una inversión de tiempo al que
debe atribuírsele valor, ya que de otro modo el progenitor podría invertir ese
tiempo en actividades lucrativas.” (Bossert, ob. cit., pág. 195).
En lo que respecta a la cuantificación de la cuota debida
por los progenitores a los hijos menores, no se requiere probar su
necesidad, sin perjuicio de que la cuota se establecerá en relación a las
posibilidades del demandado y a la necesaria contribución del otro
progenitor. Las necesidades que deben satisfacerse con la cuota son las
enunciadas en el art. 267 del Código Civil, es decir, las vinculadas a la
manutención, educación, esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia y
gastos por enfermedad. Cabe agregar que a los efectos de estimar las
necesidades del menor debe tenerse en cuenta el nivel socioeconómico y
cultural que éste gozaba hasta el momento del conflicto, por lo que al fijarse
la cuota debe tenerse en cuenta la situación anterior, que comprende, por
ejemplo,
la
asistencia
a
colegios
pagos,
profesores
de
materias
complementarias, la asistencia del menor a determinados clubes, etc... . Con
todo, no puede dejar de advertirse que estos parámetros rigen para evaluar
las necesidades del menor, pero la reducción de los ingresos del progenitor
puede obligar a la reducción del monto pretendido (Bossert, ob. cit., pág. 213
y subs.).Sentados los conceptos generales del deber alimentario de los
padres respecto de sus hijos, he de decir que en autos no se encuentra
cuestionada la procedencia de la cuota alimentaria sino el quantun de la
misma.- Ambas partes se agravian del quantum, la actora por considerarlo
insuficiente y el demandado por estimarla alta.IV) Comenzando por el agravio de la actora, en la pieza
obrante a fs.524/528, se refiere a su disconformidad con lo tenido en cuenta
por la Sra. Jueza a efectos de determinar la capacidad económica del
alimentante, señala una serie de elementos probatorios que evidenciarían
que el ingreso y bienes del alimentista es superior a los determinados en la
sentencia cuestionada.- Es necesario –a fin de abordar el agravio- poner de
resalto que, no alega ni se agravia de lo tenido en cuenta por la Sra. Juez de
la instancia de origen en cuanto a las necesidades del menor.-
Tal como lo dijera en la primer parte del acápite, diversas
son las pautas tenidas en cuenta para la fijación de la cuota alimentaria a
favor de un hijo menor cuando es solicitada a los progenitores.- Ahora bien,
de una lectura detenida de los arts. 267, 270 y 1300 del código civil, puede
decirse que, los límites de la misma están dados en forma primordial por los
requerimientos o necesidades de los hijos, y en segundo término, por las
posibilidades de los padres, tales son las premisas fundamentales.- Es dable
decir que otra de las pautas a tener en cuenta y que estimo quedaría en
tercer término es la manutención del nivel socio-económico que tenía el
menor cuando convivía con ambos progenitores.- Esta última pauta no
resulta posible ser evaluada en autos desde que conforme surge de los
hechos relatados por la misma actora, no ha habido una convivencia entre
ésta, T. y su padre.- Tan así que su embarazo fue comunicado por Carta
Documento al Sr. P., lo que se condice cuando la actora expresa en el
mismo escrito de demanda que comenzó a tener desavenencias con el
demandado antes del nacimiento de T. I. P..-La doctrina es conteste en tal
sentido.Con relación a las posibilidades económicas de los padres
que ubicamos como segunda pauta primordial Campos en su obra
“Alimentos entre cónyuges y para los hijos menores” dice: “La ubicación en
segundo término de esta pauta no resulta ociosa. Si los recursos del padre
alimentante no son suficientes, aunque deberá esforzarse para dar
cumplimiento a su obligación, siempre lo hará en la medida de sus
posibilidades. Por otro lado si su fortuna o capacidad económica resulta muy
superior a las necesidades de sus hijos no se encuentra obligado a aportar
en esa medida, pues lo primordial es cubrir las necesidades de los menores
tratando de mantener el mismo nivel de vida que gozaban durante la
convivencia de sus padres”.Claudio Belluscio en la obra “Prestación Alimentaria”, en el
mismo sentido señala: “Hemos enunciado más arriba los diversos rubros que
conforman la obligación debida a los hijos menores de edad. De dicha
enunciación se desprende la amplitud que el legislador ha querido imprimirle
a esta obligación de prestar alimentos, similar a la otorgada para el cónyuge
inocente (ats. 207 y 218, Cód. Civil) o para el enfermo (arts. 208 y 217 del
mismo cuerpo legal).
Sin embargo, dicha obligación no es ilimitada.
Como
lo
señalan
importantes
juristas
(Belluscio, Augusto C., “Manual…”, t. II, p. 307; Bossert, Gustavo A.,
“Régimen…”. pp. 201-202. El el mismo sentido: Ferrer, Francisco M.:
“Responsabilidad paterna por violación de los deberes de asistencia y
educación, en Revista de Derecho de Daños”, 2002-2, Menor dañino y
menor dañado, p. 321), la extensión de esta obligación alimentaria se
encuentra limitada.
Por una parte, por el art. 207 del Cód. Civil:
“Los padres no estan obligados a dar a sus hijos los medios de formar un
establecimiento”. Ello se traduce, en cuanto al tema sobre el que trata la
presente obra, en la exclusión de la obligación alimentaria de lo referido a
proporcionar los medios económicos para adquirir o instalar un comercio,
industria, oficina, estudio profesional, etcétera.
Por otra parte, si el progenitor obligado al
pago de la cuota dineraria tuviere muy importantes ingresos, ello no significa
que se fije un importe de dicha cuota que se traduzca en compartir la fortuna
de aquél. Por lo tanto, en este caso, el límite de la cuota estará señalado en
la cobertura de todas las necesidades del hijo, y su importe será fijado en
ese sentido y no en proporción al gran caudal económico que tuviera el
progenitor.
La finalidad de la prestación alimentaria
derivada de la ley es satisfacer las necesidades del alimentado y no una
capitalización patrimonial del beneficiario a costa de los ingresos del
alimentante.
Lo que no obsta a que si las necesidades
del alimentado no se hallan cubiertas y el alimentante cuenta con
importantes bienes o ingresos al momento de fijar la cuota de alimentos, el
importe de ella pueda ser considerable para satisfacer tales necesidades.”
(pag. 312/313).Bossert
claramente
dice:
“Conforme
a
lo
dicho
precedentemente, por importante que sea la fortuna del progenitor, la cuota
se fijará hasta el límite de las necesidades del hijo.
No corresponde, en virtud de la cuota
alimentaria, imponer sucesivas donaciones, destinadas a hacer compartir al
hijo la fortuna del padre. Se trata siempre de atender a las necesidades de
aquél; y ello marca el límite de la cuota. Sobre la base de este criterio se ha
dicho, por ejemplo, que no obstante la gran fortuna del alimentante, deben
excluirse de su obligación los gastos superfluos…De manera que la cuota se
determinará, no en proporción al gran patrimonio o los grandes ingresos del
padre, sino en orden a cubrir todas las necesidades materiales y espirituales
del hijo. (el subrayado me pertenece)
En este aspecto tiene incidencia, para la
fijación de la cuota, el criterio pedagógico a aplicar en la formación del hijo.
Es decir, el padre a quien se le demanda una suma que excede
notablemente las necesidades del hijo, pues se pretende cubrir con ello la
posibilidad de frecuentes viajes al exterior, o costosos gastos en
esparcimiento, o la utilización de vestimenta de gran valor, etc., puede
sostener –más allá de que cuente con posibilidades económicas para
sufragar esos eventuales gastos- su oposición a que el hijo se vea rodeado
de lujo, por la incidencia negativa que ello puede tener en su formación
espiritual.
Como se advierte, el juez, para fijar la
cuota, se verá constreñido a analizar la pertinencia de estos planteos que
trascienden la mera discusión sobre las posibilidades económicas del padre”
(autor cit. ob. cit. pág. 216/217).A la luz de la doctrina expuesta y jurisprudencia que cita la
misma, a la que me remito en honor a la brevedad, he de concluir que el
agravio no puede prosperar.- Y ello así, toda vez que la apelante en ningún
momento pone de resalto que la cuota fijada por la Sra. Juez A-quo resulte
insuficiente para hacer frente a las necesidades de T., o que resulte exigua a
fin de brindarle un adecuado bienestar de vida.V)Seguidamente corresponde analizar los agravios del
demandado.- El mismo entiende en primer lugar que no se ha tenido en
cuenta lo acordado previamente por las partes en cuanto a la fijación de una
cuota alimentaria por la suma de $ 1.500, invoca la doctrina de los propios
actos; en segundo lugar entiende que no se han ponderado los reales gastos
y necesidades de T. los que determina en la suma de $ 1.430; en tercer
lugar que no se han ponderado los antecedentes dictaminados por ésta
Cámara en situaciones similares a la presente.- En otro orden se agravia de
la imposición de costas.En relación al primer agravio señalado, he de decir
que, conforme surge del informe obrante a fs. 170/171, el que no ha sido
desconocido como así tampoco la documental adjuntada en tal oportunidad
y que fuera luego desglosada, el demandado de autos desde el mes de
Septiembre de 2009 (nueve meses después del nacimiento conf. certificado
obrante a fs. 19), contribuyó con un aporte económico a la manutención de
T., el que podríamos decir ascendía a un promedio de $ 1.500 mensuales,
ahora bien ello no resulta óbice a los efectos de iniciar la presente acción de
alimentos, y de ningún modo puede inferirse que pretender una suma
distinta a la que venía percibiendo resulte ir en contra de los propios actos,
máxime que no se ha formalizado acuerdo alguno, por lo que el monto del
aporte resultaría de la mera voluntad del alimentista, tan así que la actora se
encontró en la necesidad de iniciar la presente acción por considerar que no
resultaban suficientes los aportes realizados y que evidentemente atento la
posición asumida por el demandado de autos, tal reclamo no era atendido
por el alimentista.Al respecto ésta Sala con voto del estimado colega Dr.
Esteban Louge Emiliozzi, resolvió: “dicha pretensión de fijación judicial de
cuota alimentaria puede formularse aún en aquellos supuestos en los que el
alimentante se encuentre realizando, al momento de promoción de la
demanda, pagos en dinero o en especie para atender las necesidades de los
menores sin que exista convenio formalizado entre las partes, tal como
acontecía en el sub-lite. Y en este caso, ha de acudirse al juicio de alimentos
(art. 635 y ss, Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos
Aires), tal como ha hecho la actora, y no a la mera vía incidental prevista
para el aumento, reducción o cese de los alimentos (art. 647 del mismo
cuerpo legal), tal como pretende el recurrente en su expresión de agravios. Y
ello puesto que, a diferencia de lo que ocurre en los supuestos en los que
existe un convenio alimentario suscripto por los interesados, se trata de
pagos que en los hechos pueden cesar, y que no otorgan al alimentista la
posibilidad de reclamar su ejecución en caso de negativa del alimentante a
continuar efectuándolos voluntariamente (Bossert, Gustavo A., “Régimen
jurídico de los alimentos”, Buenos Aires, Astrea, 2004, pág. 332 y ss; Arazi,
Roland, “El juicio de alimentos en la ley y la jurisprudencia”, LL, 1991-A-681;
entre otros).Es así que el incumplimiento absoluto por parte
del alimentante no constituye un presupuesto para la promoción de la acción
y, en consecuencia, el reclamo entablado en autos por la accionante deviene
procedente. Ello sin perjuicio, claro está, de que para el caso en que el
demandado haya continuado efectuando dichos pagos durante la tramitación
del proceso, el monto al que asciendan los mismos ha de ser descontado del
total que arroje la liquidación de alimentos atrasados a practicar en la etapa
ejecutoria.” (ésta Sala causa n° 56.644 “M.L c/ C.S. s/ Alimentos” del
14/08/2012).Sentado ello corresponde analizar si la suma de $ 4.000
fijada por la Sra. Juez A-quo resulta adecuada a las necesidades de T. y las
posibilidades del alimentista (arts. 265 y 267 C.C.).El demandado realiza un cálculo matemático de los
gastos que debería solventar de T. así menciona: 50% del alquiler: $ 425,
50% de expensas: $ 65, OSDE: $ 300, guardería: $400, 50% de
supermercado: $ 200, 50% de luz: $ 25 (mensual), 50% de gas: 15
(mensual), lo que totaliza $ 1.430 (conf. fs. 535).- En dicho cálculo no se
encuentra mencionado y mucho menos estimado el gasto de vestimenta y
esparcimiento que, como vimos se encuentra previsto en el art. 267 del
C.C..- En lo que respecta al supermercado, estima la suma de $ 200
entiendo que incluye allí lo que se refiere a alimentos, no se advierte si
también incluye todo lo concerniente a aseo personal, no estimando en su
caso los gastos diarios que pueden surgir mas allá de la compra mensual en
un supermercado (piénsese en una golosina, un regalo, alimentos
perecederos que se compran casi diariamente, etc.); no ha tenido en cuenta
tampoco que un niño de la edad de T. puede requerir una atención médica,
que implique la compra de medicamentos y que puede no estar cubierta por
la obra social.- Los montos estimados por el apelante y que resultan de la
prueba producida resultan así aproximados a las necesidades de T. pero no
exactos.Tal como lo venía señalando la cuota alimentaria se fija
fundamentalmente en cuanto a las necesidades del menor, pero también
teniendo en cuenta los ingresos del alimentista.- Así una persona de pocos
recursos podrá atender a las necesidades básicas de un niño, ahora bien
cuenta con importantes ingresos conforme puede inferirse de las DDJJ
mencionadas en la sentencia en crisis resulta lógico que cubra las
necesidades de un modo mas acomodado para el niño.- Es por tal razón que
la cuota alimentaria tiene esta doble arista, ¿porqué hacer pasar
necesidades o constreñir en lo máximo los gastos de un menor, si sus
progenitores tienen la posibilidad de otorgarle un mejor bienestar de vida?.De modo tal que, no corresponde que el padre comparta su fortuna o
ingresos con su hijo -conforme vimos al desarrollar el apartado IV)- sino
simplemente de aportar los alimentos necesarios, pero acorde a sus
posibilidades.- No resulta ocioso decir que el alimento de un hijo no solo
resulta una obligación legal, sino una obligación moral, que atañe al cariño
filial y que no sólo se vincula con el interés individual del hijo que resulta
comprometido en ello, sino que a través de él, aparece el interés de la
sociedad (conf. ésta Sala causa cit. n° 56.644 cit. entre otras).Los
antecedentes
citados
por
el
demandado
correspondientes a ésta Cámara, se refieren a situaciones en las que se
sopesó el ingreso del alimentista con las necesidades de los menores.- Es
así que la cuota fijada, en tales casos, se ceñía no solo a las necesidades de
los mismos sino también a las posibilidades de su progenitor, estimando un
porcentaje de sus ingresos.- Si en autos se hubiera resuelto estimando un
porcentaje de los ingresos del alimentista, -conforme las causas citadasmas allá de las necesidades de T., la suma de la cuota alimentaria
ascendería a un monto evidentemente superior.Es cierto por otra parte que ambos progenitores se
encuentran obligados a colaborar con la manutención de su hijo (conf. arts.
265, 271, 1300 y cctes. Código Civil), sin embargo, en el caso de padres no
convivientes, para estimar la contribución del progenitor que tiene la guarda
deben considerarse los aportes en especie por él efectuados, los que
revisten gran significación económica, como así también la atención que
presta a los hijos en los múltiples requerimientos cotidianos. Ello así puesto
que implica una inversión de tiempo al que debe atribuírsele valor, ya que de
otro modo el progenitor podría invertir ese tiempo en actividades lucrativas
(Bossert, Gustavo A. “Op. cit.”, pág. 195 y ss).-
Consecuentemente,
se
ha
afirmado
que
el
deber
de
colaboración de la madre en el pago de los alimentos de los hijos cuya
tenencia detenta, comprende aquellos gastos que exceden los que se
solventan con la cuota a cargo del padre alimentante (esta Cámara, esta
Sala, causa nº 44.943 del 30.09.02; causa 52.804 “Lucero…”, del
03.12,2008; causa nº 55.571 “Bustos…”, del 14.06.2011; causa nº 56538
“Riley…”; entre otras).- Ha de ponderarse asimismo en autos que, la
progenitora se encuentra cursando una carrera universitaria (conf. fs. 22),
que si bien en la actualidad no le aporta un beneficio económico a T., lógico
resulta pensar que en un futuro sí redundará en su beneficio.De lo hasta aquí expuesto entiendo que la suma fijada por
la Sra. Juez A-quo resulta adecuada para atender las necesidades de T.
conforme los ingresos de su progenitor (arts. 267, 270, 271 y cctes. C.C., art.
163 inc. 5 CPCC).VI) En cuanto a las costas, el apelante solicita el
apartamiento del principio general de la imposición al alimentista, ello con
fundamento en el monto que estima desmesurado solicitó la actora al
proponer la demanda.- Como es sabido la doctrina como la jurisprudencia
han entendido, de manera pacífica, que el principio rector que debe regir la
imposición de costas en un proceso de alimentos es aquél conforme al cual
las mismas deben ser soportadas por el alimentante, puesto que lo contrario
implicaría gravar la pensión fijada, la que no debe ser reducida por ningún
motivo (esta Cámara, esta Sala, causas nº 54.965 “Mazzuchelli…”, del
30.11.2010, nº 55.814 “Muñoz…”, del 16.09.2011, nº 56.099 “Pastor…”, del
03.12.2011, entre otras; esta Cámara, Sala II, causa Nº 46.933,
“Pouyannes…”, de fecha marzo de 2004; causa Nº 49.845, “Franzini…”, de
mayo de 2006; CNCiv., Sala A, 25/6/81, L.L., 1982-D-543, 36.215-S; íd.,
Sala C, 29/9/81, L.L., 1982-A-303; íd., Sala E, 11/9/81, L.L., 1982-D-543,
36.216-S; íd., Sala F, 21/6/82, L.L., 1982-D-307, citados por Fenochietto,
Carlos Eduardo y Arazi, Roland, “Código...”, t. III, pág. 222; Bossert, Gustavo
A., “Op. Cit.”, pág. 379 y ss; entre otros).- No resulta procedente el
argumento traído por el apelante en cuanto a la exhuberancia del monto
solicitado por la actora, toda vez que tal como lo señala Bossert –en criterio
que comparto y hago mío- “dado el carácter asistencial de la prestación
alimentaria, las costas, aún cuando el monto de la cuota fijada en la
sentencia sea inferior a la demandada, deben ser impuestas al
demandado...” (ob.cit. pág. 410/411).- En consecuencia propongo al acuerdo
desestimar el agravio en tal sentido.VII) En otro orden resultó materia de apelación la regulación
de honorarios practicada en la sentencia en crisis, así a fs. 521 apela el
demandado por altos todos los honorarios regulados, y a fs. 522 el Dr.
Lalanne apela por bajos los honorarios regulados a su respecto.- No está
demás decir que la determinación de la base regulatoria de los honorarios
correspondientes al letrado actuante en un proceso de alimentos, está
específicamente prevista en el art. 39 del Decreto-Ley 8904/77, el que
expresamente
señala
que
la
base
regulatoria
de
los
estipendios
profesionales en estos procesos, estará dada por la cantidad a pagar en
concepto de cuota alimentaria durante dos (2) años, monto sobre el cual
habrá de aplicarse la escala establecida por el art. 21 del mismo cuerpo
normativo (arts. 16, 21, 39, 51 y conc. del decreto-ley 8904/77 y art. 163 inc.
8vo del C.P.C.C.; Hitters, Juan Manuel y Cairo, Silvina, “Honorarios de
Abogados y Procuradores”, 2007, Ed. Lexis Nexis, pág. 477 y ss).Pero por otro lado, también hay que tener
presente que esta Sala tiene dicho –frente a supuestos en los que, como
ocurre en autos, existe cumplimiento voluntario probado de la obligación con
anterioridad al inicio de las actuaciones judiciales- que la base regulatoria a
computar será la diferencia entre la cuota alimentaria fijada o acordada y la
que el alimentante abonaba antes de promoverse el proceso (esta Sala,
causas nº 30632 “Caballero…”, del 27.12.1998; nº 44288 “Gil…”, del
08.05.2002; nº 54400 “González…”, del 13.07.2010; nº 54655 “Lioi…”, del
28.12.2010; nº 56.099 “Pastor…”; entre otras).- En consecuencia los
honorarios serán revisados conforme la apelación por altos y bajos y en
base a los criterios apuntados, lo que se verá reflejado en la parte
resolutiva.Así lo voto
Los Señores Jueces Doctores LOUGE EMILIOZZI y BAGU,
adhirieron al voto precedente por los mismos fundamentos.
A LA SEGUNDA CUESTION: la Señora Juez Doctora
COMPARATO dijo:
Atento lo acordado al tratar la cuestión anterior, propongo al
acuerdo: 1)Desestimar los recursos de apelación interpuestos a fs. 518 y
521 primera parte; 2)En consecuencia confirmar la sentencia de fs. 511/515
vta.; 3)Las costas de primera instancia quedan impuestas al alimentista (art.
68 cpcc), las de Alzada atento haberse desestimado íntegramente los
recursos interpuestos por cada una de las partes, estimo corresponde
imponerlas en el orden causado (arts. 68, 274 y conc. del C.P.C.C.; ésta
Sala causa n° 54.400 “G.E.M....” del 13-7-2010); 4)La revisión de los
honorarios regulados y la estimación de los de Alzada se verá reflejada en la
parte resolutiva.Asi lo voto.Los Señores Jueces Doctores LOUGE EMILIOZZI y BAGU,
adhirieron al voto precedente por los mismos fundamentos.
Con lo que terminó el acuerdo dictándose la siguiente:
 SENTENCIA–
POR LO EXPUESTO, demás fundamentos del acuerdo y lo
prescripto por los arts. 266 y 267 del CPCC, se RESUELVE: 1) Desestimar
los recursos de apelación interpuestos a fs. 518 y 521 primera parte; 2)En
consecuencia confirmar la sentencia de fs. 511/515 vta.; 3)La costas de
primera instancia quedan impuestas al alimentista (art. 68 CPCC), las de
Alzada atento haberse desestimado íntegramente los recursos interpuestos
por cada una de las partes, estimo corresponde imponerlas en el orden
causado (arts. 68. 274 y cctes. cpcc); 4)En atención a la cuantía del asunto,
valor y mérito de los trabajos realizados en autos y de acuerdo a lo normado
por los arts. 13, 14, 15, 16, 21 y 39 de la Ley 8904, corresponde confirmar y
modificar los honorarios regulados a fs. 511/515vta. por el principal de la
siguiente manera: al Dr. JULIO HECTOR ALEM (h), dado el sentido de la
apelación, en la suma de PESOS NUEVE MIL SEISCIENTOS ($ 9.600.-), al
Dr. ROBERTO MARCELO LALANNE, en la suma de PESOS OCHO MIL
CUATROCIENTOS ($ 8.400.-). Regular los honorarios del perito Cdr.
NESTOR
CARLOS
GELSO
en
la
suma
de
PESOS
TRES
MIL
OCHOCIENTOS CUARENTA ($ 3.840.-), confirmándose así la regulación
de fs. 515vta. (art. 207, Ley 10620 conf. Ley 13750). Regular los honorarios
de alzada de acuerdo a lo normado por el art. 31 de la Ley 8904 al Dr.
JULIO HECTOR ALEM (h), en la suma de PESOS TRES MIL
DOSCIENTOS CUARENTA ($ 3.240.-), al Dr. ROBERTO MARCELO
LALANNE, en la suma de PESOS TRES MIL DOSCIENTOS CUARENTA ($
3.240.-); todos más la adición de Ley (Arts. 12 y 14 Leyes 8455 y 10268 e
I.V.A. en caso de profesionales inscriptos). En cuanto a la regulación de los
honorarios practicadas, las notificaciones del caso deberán ser efectuadas
en Primera Instancia, en su caso con la transcripción prevista por el art. 54
de la Ley 8904. Notifíquese y regístrese.-
Ricardo César Bagú
Juez
-Sala 1-Cám.Civ.Azul-
Esteban Louge Emiliozzi
Juez
-Sala 1-Cám.Civ.AzulLucrecia Inés Comparato
Juez
-Sala 1-Cám.Civ.Azul-
Ante mí
Yamila Carrasco
Secretaria
-Sala 1-Cám.Civ.Azul-
Descargar
Colecciones de estudio