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Biografía del pintor argentino Xul Solar. Incluye una cronología y un testimonio de Borges
sobre el artista.
Fecha de inclusión en Alipso.com: 2006-07-11
Enviado por: Paula ([email protected])
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Xul Solar
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Biografía del pintor argentino Xul Solar. Incluye una cronología y un testimonio de Borges
sobre el artista. Agregado: 11 de JULIO de 2006 (Por Paula) | Palabras: 5644 | Votar! |
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Autor:
Paula ([email protected]) Xul Solar Introducción La situación de Xul Solar es paradójica. Los
centenares de acuarelas, dibujos y óleos que componen su obra, si bien ya no se duda de su importancia,
frecuentemente son mal entendidos. Para algunos estas pinturas misteriosas y esotéricas tienen el encanto
insólito, de la ingenuidad, del humor. Para otros, el conjunto de su obra es el campo de una experiencia
múltiple, fundada sobre sus profundos conocimientos de las religiones y de la filosofía hermética, así como
sobre la astrología, que constituyó, para el pintor, la clave reveladora de la armonía universal y de la unidad
del cosmos. Muchos, en su momento no comprendieron el alcance de su tentativa. Frente a las múltiples
actividades y creaciones alejadas de lo convencional fue considerado de humorista, un excéntrico de ingenio.
Existieron excepciones, claro está. Jorge Luis Borges estuvo entre quienes entendieron tempranamente que
Xul Solar fue un hombre de genio, como lo reconociera en cierta oportunidad. "Hombre versado en todas las
disciplinas -escribió- curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitologías,
huésped de infiernos y de cielos, autor panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la
generosa amistad, Xul Solar es uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época.". Las dificultades
con que se tropieza ante la obra pictórica de Xul Solar son innumerables, y resultaría imposible comprenderla
fuera de su mundo espiritual. La pintura, para él, no es sino uno de los medios ideales para promover la
comunicación entre los hombres. Además, tiene la posibilidad privilegiada de convertir las imágenes en
símbolos. Pero este intento no se limita a la pintura, de ahí su esfuerzo para elaborar un idioma universal que
uniera más fácilmente a los hombres. Por otra parte, su simbolismo no es arbitrario, responde a una
concepción esotérica basada en la correspondencia que existe entre los diversos órdenes de la realidad natural
y sobrenatural, donde se considera a la natural exteriorización de la sobrenatural. Los símbolos, de acuerdo
con este pensamiento, hacen sensible todo concepto inteligible, creando un nexo entre el cuerpo y el espíritu.
Son los mediadores del dominio psíquico, poseyendo un carácter doble que los hace portadores de un doble
sentido, o aún en múltiples sentidos coherentes, verdaderos. Pueden por lo tanto ser interpretados desde
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Xul Solar
diferentes niveles, de acuerdo con la capacidad del interpretante. En las pinturas de cierta época, Xul Solar
utiliza los símbolos bajo las especies de palabras, signos, números, grafías, acciones. Sin duda esta simbología
esotérica responde a su concepción del mundo, una concepción que desafía permanentemente los límites de lo
cotidiano, oponiéndoles lo ilimitado y lo desconocido. Xul Solar se definió en cierta oportunidad como
catrólico o catrólico astrológico. Más tarde aclaró el sentido de esta palabra de su invención explicando que ca
corresponde a cabalista, tro a astrológico, li a liberal, co a coísta o cooperador. Pero su catrolicismo es, en
realidad, una armoniosa conjunción de religiones, o de aspectos parciales de éstas. Particularmente del
brahamanismo, la religión de la India antigua, y de las enseñanzas de los Vedas, sus escritos sagrados, a los
que sumó ciertos conceptos extraídos del lamaísmo, forma de budismo mahayana, de la Uttara Mimansa, de
los Tantras, libros sagrados de la India y del tantrismo. Otras de las influencias notables que contribuyeron a la
formalización de sus planteos filosóficos o religiosos fueron los pensamientos de Rudolf Steiner, fundador de
la "Anthroposophische Geselleschaft", desprendimiento de la "Sociedad Teosófica" y de Emanuel
Swedenborg, especialmente por su búsqueda de la espiritualización máxima en la tierra como medio de
comprensión de la realidad de otro mundo, cuyo centro es Dios. No obstante, la astrología aparece siempre en
el núcleo de sus especulaciones. Según esta mancia, del conocimiento de las leyes analógicas del universo, de
su armonía, pueden ser deducidas ciertas relaciones que enlazan el microcosmos y el macrocosmos, principio
presente en todas las religiones. Xul Solar, mediante una interpretación astrológica generalizada, intentó
establecer la correspondencia oculta entre el lenguaje, la música, la pintura, el teatro, los juegos, las
matemáticas, la arquitectura. Como ha observado Osvaldo Svanascini, al elegir esta explicación y clasificación
del mundo, denominada por el pintor cábala, y que se inspira en la cábala mística hebrea, "exaltó a través de
ella la comprensión entre los hombres". Quizás esta búsqueda lo llevó en el último período de su vida a
realizar una pintura basada en un sistema de signos con los que es posible componer una frase, susceptible de
ser decodificada si se está en posesión del respectivo código. Con estas "grafías plasti-útiles", como las
denominó, encontró otra forma de satisfacer su deseo de contribuir al mejoramiento de la comunicación entre
los hombres. Ambición esta que es una de las claves principales para la correcta interpretación de su obra y de
su vida, por otra parte tan inseparables. Encuentro con Emilio Pettoruti Emilio Pettoruti, en su libro
autobiográfico, relata detalladamente su encuentro con Xul Solar. Recién llegado a Florencia en 1916, se
hallaba un mediodía en un café que estaba en la esquina de la Piazza del Duomo y vía Martelli. Allí se
encontraba sentado, solo, mirando hacia la vía Calzaioli, cuando vio que un joven alto, con una pequeña valija
en la mano, iba hacia él con grandes pasos. "Se me plantó delante -escribe Pettoruti- como quien llega de
pronto a su meta y me preguntó en español si era yo Pettoruti. Respondía que sí y se me presentó: Alejandro
Schulz Solari. Francamente, su nombre me dijo poco, pero mucho su figura y su cara: sobre el cuerpo altísimo
una cabeza bien modelada con un par de ojos llenos de inteligencia y de bonhomía. Sus primeras palabras
fueron graciosas y espirituales". Por supuesto, es de imaginar la sorpresa de Pettoruti al ser reconocido entre
tanta gente. Le indagó sobre la manera en que había acertado que era él, a lo que repondió "que habiéndolo
guiado sus pasos, yo no podía ser otro". En París le habían dado la dirección y al no encontrarlo allí fue
directamente a la Catedral, "donde debía estar". Pettoruti le ayudó a encontrar un pequeño cuarto para alquilar,
ya que Xul Solar deseaba quedarse algún tiempo en Florencia. Esa misma noche cenaron juntos. "Me di cuenta
-continúa Pettoruti- de que estaba lleno de preocupaciones artísticas, lingüísticas, filosóficas, religiosas,
esotéricas; todo le interesaba en el mismo grado: las ciencias astronómicas y las submarinas, las técnicas
pictóricas y las musicales; nuestra conversación saltaba de un punto a otro. Me pareció un muchacho
encantador, con su punta de extravagancia, puro como un niño". Nació así una larga amistad entre ambos
pintores. Cuando a fines de septiembre de 1916 Pettoruti partió para Roma y Xul Solar hacia Zoagli, donde
residían su madre y su tía, se separaron por un tiempo. Hacia mediados de 1917 volvieron a encontrarse en
Milán. Por entonces Xul estaba preocupado por algunas ideales que desarrollaría años más tarde, el cuarto de
tono en el piano y el idioma universal, el esperanto, que le llevaría después a su invención de la panlingua.
Pero Xul Solar comenzaba a pasar ciertas dificultades económicas; su madre, en Zoagli, recibía algo
irregularmente las rentas que provenían de Buenos Aires. Por su parte, Pettoruti, que compartía su suerte, al
llegar a Milán tenía dinero suficiente para resistir solo cuatro o cinco meses de vida muy modesta. Deciden
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entonces probar algún medio de conseguir dinero. Pettoruti realizaba tarjetas postales que Xul intentaba
vender a posibles editores; en otras oportunidades cosían bolsas para ser rellenadas con tierra en las trincheras
en el Piave. Ni estos ni otros ensayos dieron mayor resultado. Empiezan, pues, a hacer economías. Comen
solamente de noche, el almuerzo se limita a polenta o pan fresco con medio litro de leche. Tiempo después
Xul Solar viaja a Zoagli para reunirse con su madre y su tía. En noviembre de 1920 regresa a Milán llamado
por Pettoruti, quien había propuesto a Marlo Buggelli, propietario de la galería Arte, que Xul acompañara al
escultor Arturo Martini en su exposición ya que éste no contaba con dibujos para llenar las paredes. Buggelli
aceptó y el 27 de noviembre se inauguraba su primera exposición. Martini, quien exponía ocho esculturas, lo
hacía prologado por Carlo Carrá; Xul Solar era prologado por Pettoruti. Naturalmente no hubo venta alguna.
Poco después, Xul Solar regresó a su casa en Zoagli. Recién en marzo de 1924 volvió a exponer; lo hizo en
París, en el Museé Galliéra. Se trató de una muestra de arte de América Latina organizada por la Maison de
I’Amérique y L’Academie Internationale des Beaux Arts. Exhibe tres acuarelas, entre ellas Femme au serpent,
que corresponde a la serie realizada hacia 1923, con la característica de presentar temas variados, siempre
acompañados de alguna serpeinte, un símbolo esencial en su iconografía. Poco tiempo después Xul Solar se
reúne con Pettoruti en Hamburgo; ambos habían decidido regresar a Buenos Aires. Allí, gracias a los buenos
oficios de Raúl Oyhanarte, cónsul general de esa ciudad, y compañero de la infancia platense de Pettoruti,
pueden conseguir un pasaje gratis para éste y una considerable rebaja para el de Xul. El 31 de julio de 1924
desembarcaban en Buenos Aires. Los primeros años Xul Solar había nacido en San Fernando, provincia de
Buenos Aires, el 14 de diciembre de 1887. Hijo único de Emilio Schulz Riga, alemán de Letonia y de
Agustina Solari, oriunda de Zoagli, Génova. Sus estudios secundarios los realizó en una escuela normal de
Buenos Aires, a cuyo término inició una fracasada experiencia docente. Por la misma época comenzó sus
estudios universitarios en la Escuela de Arquitectura, abandonándolos poco después. Contaba veinte años
cuando ingresó en un puesto público en la Municipalidad de Buenos Aires, soportando por algunos años la
rutina de la burocracia, tan opuesta a su temperamento ávido de conocimientos y, por sobre todo, de un alto
grado de misticismo. Así pasaba las horas de ocio en la oficina entregado a la lectura, y permanecía todo su
tiempo libre en las bibliotecas de Buenos Aires descubriendo las grandes religiones del mundo, hinduísmo,
budismo tibetano y japonés, el taoísmo chino, el judaísmo, el islamismo, el cristianismo. Quizás aspirando una
vida monástica en el Tíbet, según manifestó años después, quizás inspirado en las narraciones de viajes por el
Extremo Oriente. Xul Solar, en 1911, se embarca clandestinamente en un buque de carga que uniría Buenos
Aires con Hong-Kong. Pero no llegó a su destino. Desembarca en un puerto del Mediterráneo comenzando su
extenso recorrido por Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y España. Poco después, por iniciativa de su padre,
la madre y la tía de Xul se instalan en la casa familiar de Zoagli para estar más cerca del viajero. Este solía
pasar algunas temporadas en ese lugar ocupado en sus estudios. Ya en 1916, como lo recuerda Pettoruti, Xul
Solar poseía profundos conocimientos de las religiones y la filosofía hermética. Sin duda, los cinco años de su
peregrinaje europeo transcurridos hasta entonces fueron un período de estudio, de asistencia a cenáculos, a
reuniones filosóficas y religiosas, a sociedades astrológicas, a museos, a exposiciones. Su extraordinario
conocimiento de los idiomas le facilitaba la tarea; Xul Solar hablaba y escribía cinco o seis idiomas vivos,
dominando además el griego y el latín, y poseyendo algunos conocimientos del sánscrito. Sus comienzos en la
pintura datan de 1914. No estudió dibujo ni pintura, se inició solo. En una de sus primeras pinturas
conservadas, Entierro, de 1914, ya es evidente el simbolismo esotérico que caracterizará su obra, por el
momento vinculada formalmente al art nouveau. Dos años después, en 1916, Xul Solar ya dominaba
perfectamente la técnica de la acuarela, en la cual realizó la mayor parte de su obra. “Conocía muy bien los
colores transparentes y no transparentes -afirma Pettoruti- cómo debía usarlos y cuándo no usarlos, así como
los papeles a emplear en cada caso”. Evolucionó rápidamente, como se advierte en su San Francisco, de 1917,
escena de la estigmatización, resuelta en una alternancia de curvas producidas por los árboles y el gran
montículo sobre el que se encuentra de rodillas el Santo. El color es medido, con una armonía casi monocroma
de dominancia verde. Poco después el color adquiere mayor plenitud y, en ciertas obras, como Troncos, de
1919, la forma posee una vehemencia que lo vincula con el expresionismo. Sólo dos serpientes y un pájaro
recuerdan el mundo pleno de simbolismos de Xul Solar. Sin duda, por esta época su dedicación a la pintura ya
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era sistemática y su producción numerosa. Cuando en 1920 expuso en Milán presentó setenta obras, cifra
reveladora de su intensa actividad pictórica. La época de “Martín Fierro” Cuando Xul Solar y Pettoruti
desembarcaron en el puerto de Buenos Aires fueron recibidos por el arquitecto Alberto Prebisch, quien había
iniciado en el país la difusión de las corrientes artísticas de vanguardia producidas en Europa. En el mismo
lugar convinieron una reunión con el grupo de los “martinfirerristas”. Dos o tres días después visitaron a Evar
Méndez, paternal director de Martín Fierro, en la Casa de Gobierno, donde trabajaba en la sección Biblioteca y
Publicaciones. Los tres se dirigieron a la confitería Richmond de la calle Florida, lugar previsto para la
reunión con los jóvenes escritores del grupo comenzando su vinculación con ellos. Xul Solar continúa
frecuentando el mismo lugar o la casa de Evar Méndez. Así traba una perdurable amistad con Oliverio
Girondo, Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Jacobo Fijman y otros. Pronto, el
pintor estará entre los colaboradores de esta revista que significó, sin duda, la puesta al día en literatura y arte.
Según parece, Xul Solar había proyectado exponer, el año del regreso, junto con Pettoruti; sin embargo éste lo
hace solo. Xul Solar, por su parte participó en un “salón Libre” realizado en la galería Witcomb, una ecléctica
muestra colectiva donde, entre otros, se encontraban Miguel Burgos Videla, Fray Guillermo Butler y Adolfo
De Ferrari. Alfredo Chiabra Acosta (Atalaya) escribía en su columna que “El aporte más curioso y de rareza
no común [en el “Salón Libre”] son las obras de Xul Solar”. Así saludaba a las imágenes, entonces insólitas,
del pintor, mientras en el mismo artículo anatemizaba contra “la cáfila de los Collivadino y compañía”. Las
palabras del crítico de Campana de palo son un claro testimonio de la situación del arte en ese entonces. Es
comprensible que sólo los poetas y escritores de Martín Fierro pudieran comprender las audacias de Xul o de
Pettoruti. Los jóvenes pintores del “grupo de París”, Basaldúa, Badi y Butler, u otros como Spilimbergo,
cumplían su etapa formativa en Europa; recién retornarían a Buenos Aires años después, cuando ya había
desaparecido la revista. La pintura de Xul Solar, en este período, se caracteriza por el uso sistemático del color
saturado y formas esquemáticas, planas. Los personajes tratados geométricamente te mezclan con formas no
representativas, también geométricas. El espacio, tal como lo ha observado Aldo Pellegrini, “tiene todo el
aspecto de un espacio mental o, mejor todavía, de un espacio imaginario”. Este espacio está producido por las
transparencias del color, su avance y retroceso visual y la superposición de las formas. En muchas de las obras
de esta época introduce flechas, números de significado simbólico, signos astrológicos, letras, símbolos de la
alquimia, del Tarot. Ciertos símbolos que ya habían aparecido en sus primeras obras como la serpiente, el
dragón y el pájaro son casi una constante en este período. Se ha vinculado a Xul Solar con Paul Klee, aunque
siempre advirtiendo las diferencias. Las similitudes y diferencias son evidentes. Sin embargo, como ha
observado Jorge Luis Borges, si tuviéramos que encontrar alguna vinculación con Xul Solar tendríamos que
pensar en William Blake. Si bien no puede confundirse una pintura de Blake con una de Xul, ambos se
parecen en el sentido de que las dos obras son producto de experiencias íntimas, los dos son pintores místicos.
Xul, según recuerda Borges, no creía especialmente en el arte moderno aún cuando tenía un profundo
conocimiento de los movimientos de vanguardia. La mayoría de las innovaciones le parecían arcaísmos. Xul
Solar dijo en cierta oportunidad al escritor que él era un pintor realista por cuanto no pintaba formas
arbitrarias, sino lo que había visto en sus visiones. Explicaba que los visionarios ven las formas del bien y del
mal, que hablan con las divinidades que rigen el mundo. Evolución de la pintura de Xul Solar En 1929, cinco
años después de la fecha originariamente prevista para exponer, Xul Solar realiza su primera exposición
individual en “Amigos del Arte”, junto a Antonio Berni. En esa oportunidad, según la puntual crónica de
Atalaya, ya no existen las pullas del “Salón Libre” de 1924. Ahora “no oímos sino elogios y felicitaciones al
pintor y a su fantástica e ideológica pintura”. Sin embargo, Xul continúa manteniéndose retraído de las
exposiciones. Recién en 1940 volverá a exponer individualmente en “Amigos del Arte”, junto a Norah Borges.
Poco después de la primera muestra se inicia un nuevo período en su pintura. Abandona la planimetría de los
cuerpos de su etapa anterior, utilizando cierto modelado en los volúmenes. La perspectiva es más tradicional,
aunque la multiplicidad de puntos de vista disloque la escena. Desaparecen los símbolos gráficos, las palabras
y los números. Hacia 1943 inicia una breve etapa que se extiende hasta 1946, caracterizada por la eliminación
casi total del color. Utiliza preferentemente blanco y negro sobre un cartón ocre. Las representaciones más
características de esta época son paisajes y arquitecturas, apareciendo ya el tema de la ascensión. Entre 1948 y
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1949 pinta una serie de obras con formas arquitectónicas más definidas, o con montes antropomorfizados,
donde las escaleras o las rampas reiteran la especie mística de la ascensión que, cualquiera sea el conjunto
religioso en se encuentren, siempre significan trascender la condición humana y penetrar en los niveles
cósmicos superiores. En el año 1949 realiza dos series, la primera es la denominada de los plurentes o seres
complicados, cuyo tema es el de los personajes con varios rostros; la segunda es la de los San mástiles o
mástiles santos. En estas pinturas aparece el motivo del mástil plantado en la tierra, como un monumento,
teniendo cada uno la cabeza de un ángel guardián suspendida en lo alto, o bien en su base. El simbolismo del
mástil sin duda pertenece al grupo cósmico del “eje del mundo” que, por su verticalidad, puede también tener
un sentido de impulso ascendente y un sentido de autoafirmación. Un año después pinta una serie de ruinas
urbanas, algunas veces con símbolos que aluden a la Segunda Guerra Mundial. En 1951 ejecuta una serie de
pliretratos o retratos múltiples y de horóscopos superpuestos al retrato de distintos personajes, realizados con
un modelado monocromo. Desde 1953 trabaja en la serie de los Proyectos y fachadas para casas en el Delta.
En los últimos años de su vida Xul Solar intenta un nuevo sistema de pintura al que denomina “grafías
plasti-útiles”. Desde 1959 vuelve a la calidad cromática de su primer período, pero ahora pretende crear una
verdadera escritura plástica. En cada cuadro compones frases susceptibles de ser leídas si se conoce el código.
Una de las obras de esta época repite la frase Pax, Worke, Love (Paz, trabajo, amor) en diferentes direcciones
y con diferentes grafías. En otras puede leerse Mi wile pan pax, todo to worke for lo futuro (Mi voluntad en
paz total, toda para trabajar por lo futuro); Lu muere se lu puerta de vida y viceversa (La muerte es la puerta de
la vida y viceversa), siempre compuestas con sus modos de escritura plástica. Elaboró seis sistemas para
realizar estas pinturas a los que denominó geométrica, silábica, estenográfica, de bordura (o bordado), sistema
de árboles y sistema de figuras humanas. Como ha observado Aldo Pellegrini, el elemento semántico no
constituye sino un elemento más añadido a la calidad pictórica de estas obras, “la notable fantasía y
originalidad de las imágenes, el excepcional refinamiento del color”. Si bien es posible clasificar toda la obra
de Xul Solar en series cronológicas sucesivas, en las que se conserva inalterable la característica de su singular
mundo espiritual, puede advertirse que no constituyen límites estrictos. En muchas oportunidades retomó
temas anteriores, enriqueciéndolos con nuevos aportes expresivos. Por otra parte, contemporáneamente con
estas series, realizó obras muy libres, como los retratos pintados en diferentes épocas. Las invenciones de Xul
Solar La actividad de Xul Solar era siempre intensa. Jorge Luis Borges ha dicho que nunca había conocido a
un hombre “de tan rica, heterogénea, imprevisible e incesante imaginación”. Vivía intentando, tabulando
continuamente. El escritor suele recordar un día de verano, de elevadísima temperatura en el que llegó a la
casa de Xul en la calle Laprida. Le preguntó al pintor lo que había hecho ese día, comprendiendo
inmediatamente que era absurdo preguntarle a alguien que había hecho, cuando ya era difícil sobrevivir con
ese intenso calor húmedo. “¡Ah, sí, fundé doce religiones después de almorzar!”, respondió Xul. Las doce
religiones de su invención -más allá de la anécdota-, son en realidad modificaciones de religiones existentes
ordenadas según su concepción astrológica para que cada hombre pudiera escoger la religión en concordancia
con su estructura astral. Entre las invenciones de Xul Solar ocupan un lugar particular las propuestas
lingüísticas. Creó tempranamente una lengua para ser usada por los países de América latina, el creol, también
denominado neocriollo. Es una especie de sabir o lengua mixta, para la cual utilizó formas modificadas del
español y del portugués, con el agregado de algunas palabras tomadas del inglés y del alemán, con una
singular abreviatura. Xul Solar realizó algunas publicaciones en creol, entre ellas unos “Apuntes de
neocriollo”, escritos el 11 de septiembre de 1925 a las 12 ½, según reza su epígrafe: “Otravez vi recon aqella
procesión de ángeles, en otro sürcielo azur, justue sob’el templo rojo deantes, terriverti’, otro templo altísimo,
de columna i plurpisos, verdín i azul, son su base muchos nubiestratos, sobr’el techo, qe son plurplafos nubi,
hi hasta lejos redor hai bosques i jardines chifrondi. Correspond’al templo deantes, teoerue, hi almas las
deantes pasan luego aquí, hi muchas se incluyan en los pilares i muros, per-rezue, ‘mo en glea. I sobr’este
sürcielo azur hai otro, añil, i sobr’este otro do no vi nada, soolo preví redes de rayos jaldi. Cho me rehallé nel
mundo, teoamue, ‘mo en prinube per”. Según parece, este es uno de los textos inéditos reunidos bajo el
nombre de San Signos, especie de visiones fantásticas que recuerdan la escritura automática de los surrealistas.
Según Jorge Luis Borges estos San Signos “son relatos de sus excursiones por el otro mundo porque Xul
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Solar, como el místico sueco Emanuel Swedenborg, también anduvo por el otro mundo”. Otro de los
proyectos lingüísticos en los que trabajó largo tiempo fue la panlingua, o lengua universal. Si el creol serviría
para la comunicación de los pueblos de América latina, esta lengua ayudaría a la comprensión de todos los
hombres del mundo, más allá de las diferencias idiomáticas. Según Xul Solar constituía “una lengua
monosilábica, sin gramática, de base numérica y astrológica y combinable a voluntad”. El diccionario de la
panlingua sería el tablero del panjogo, otro de sus singulares inventos. “Las consonantes son las piezas del
juego y las vocales con sus combinaciones son los escaques del tablero, que suman ciento setenta y nueve”,
explicaba el autor. Tanto la lengua universal como el panjogo quedaron inconclusos, resultando difícil
reconstruir sus funcionamientos, por cuanto Xul Solar continuamente los modificaba buscando
perfeccionarlos. El panjogo, también panajedrez o Pan-chess, al cual dedicó siete años de trabajo, constituye el
resumen de todo su sistema de equivalencias, construido sobre la base de la astrología. En ese juego, con la
notación de las jugadas, es posible formar palabras, crear acordes musicales o temas pictóricos con el principio
de correspondencia de las percepciones sensoriales, y aún plantear problemas matemáticos. Como el ajedrez,
consiste en un tablero con casillas y piezas móviles. El tablero tiene trece casillas por lado y el sistema
numérico adoptado para su desarrollo es el duodecimal, que Xul Solar encontraba más simple que el decimal.
Las casillas corresponden al transcurso del tiempo. Los trabajos están pintados con representaciones
zodiacales o planetarias. Cada jugador dispone de treinta piezas, además de una denominada azar, que puede
ser utilizada por ambos jugadores. Las piezas inician el juego fuera del tablero, pueden superponerse hasta
tres; las piezas tomadas por el adversario pueden ser invertidas y nuevamente usadas en la partida. Como se
ve, el panjogo poseería múltiples e imprevisibles posibilidades. Este juego se completaba con las cartas del
Tarot modificadas, a las que denominó Tarot con coecos astri (Tarot con correspondencia astrológica).
Infortunadamente, la carencia de reglas escritas no permiten conocer esta relación. Xul Solar también trabajó,
durante algunos meses, en la modificación del piano tradicional, reduciendo su teclado en una medida
equivalente a casi dos octavas. En el instrumento que construyó las teclas están dispuestas en tres hileras,
teniendo una superficie con relieves variables que permiten su diferenciación por los no videntes. Están
coloreadas, explica el autor, “porque el color de cada nota pertenece en vibración, muchas octavas por encima,
al número de vibraciones de cada cuerda, correspondiendo el fa al infrarrojo o ultravioleta, y así las demás
notas con los colores del arco iris”. Afirmaba además, que “con este teclado se logra la intercalación de
cuartos de tono en filas intermedias de teclas, detalle imposible en el actual”. Agregando, más adelante que
“tales características permiten una escritura musical sin sostenidos ni bemoles, dentro de un sistema análogo al
actual”. Otra de las preocupaciones de Xul Solar fue la constitución anatómica del hombre, para la que
propuso modificaciones físicas, así como el aumento de su capacidad mental. “Hay mucho que decir
-escribió-, y lo habrá siempre, en tema de ampliaciones de capacidad y órganos del cuerpo físico humano
actual, por una parte, y de aumento de población, de entes mentales por otra”. En un extenso artículo
publicado en 1957 proponía una serie de variaciones que incluían desde apéndices inertes como resortes de
acero bajo la planta del pie, hasta un receptor de radio con baterías de fuerza nerviosa incorporado al cráneo,
protegido por cuatro pequeños cuernos naturales. La múltiple actividad de Xul Solar le llevaría tanto a crear un
teatro de títeres con personajes astrológicos, un verdadero teatro del destino, como a interesarse por la
arquitectura, diseñando numerosos proyectos. Los edificios, destinados al delta del Tigre, tenían en sus frentes
colores y símbolos posibles de leer, “conformando una verdadera arquitectura semántica”. También las
matemáticas estaban entre sus intereses. Xul Solar utilizaba un sistema basado en el zodíaco y de carácter
duodecimal, asignando a Q el valor 10, a & el valor 11 y a 10 el valor 12. Con este sistema fechó sus obras
pictóricas a partir del 1173 del sistema duodecimal, o sea del año 1959. Pero más allá de sus propuestas de
reformas universales, más allá de su recreación de las religiones, de la escritura, del lenguaje, del cuerpo
humano, de la sociedad, de la numeración, su interés permanente se centraba en la astrología. De todos sus
amigos u ocasionales visitantes quería analizar su estructura astrológica. Era la forma de conocerlos realmente,
de estimarlos. Así, dedicaba largas horas, pacientemente al trazado de los diagramas astrológicos de cada uno.
Lu muere se lu puerta de vida y viceversa Xul Solar vivió siempre austeramente, trabajando con humildad en
sus innumerables proyectos. Muerto su padre en 1925, pasó muchos años junto a su madre y su tía en la vieja
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Xul Solar
casa de la calle Laprida. En 1946, a los cincuenta y nueve años contrae matrimonio con Micaela Cadenas,
quien lo acompañó hasta su muerte colaborando en sus trabajos astrológicos y, particularmente, equilibrando
su vida tan ajena a todo lo material. Fue consciente de que su obra no era comprendida. Por eso en 1957 se
definía como “Recreador -no inventor- y campeón mundial de un panajedrez y otros serios juegos que casi
nadie juega; padre de una panlengua que quiere ser perfecta y que casi nadie habla, y padrino de otra lengua
vulgar sin vulgo; autor de grafías plastiútiles que casi nadie lee; exégeta de doce (más una total) religiones y
filosofías que casi nadie escucha. Esto, que parece negativo, deviene (werde) positivo con un adverbio: “aun”,
y un casi: “creciente””. Sin embargo, el objetivo de su obra estuvo siempre en sus semejantes, no en su mundo
interior, como podría suponerse. En los últimos años pasaba largas temporadas en el delta del Tigre, en su casa
sobre el río Luján donde realizó la mayoría de sus grafías plati-útiles. Allí murió el 9 de abril de 1963; en sus
manos tenía un rosario tallado por él mismo. No le daba demasiada importancia a la muerte. Xul Solar creía,
como una verdad, en la reencarnación. Cronología 1887: Nace en San Fernando, provincia de Buenos Aires,
el 14 de diciembre. 1911: Se embarca rumbo al Oriente, desembarca en el Mediterráneo. 1914: Comienza a
pintar. 1916: Conoce a Emilio Pettoruti en Milán. Modifica su apellido. 1920: Expone en la galería Arte de
Milán prologado por Emilio Pettoruti. 1924: Expone en el Museé Galliéra de París. Regresa a Buenos Aires el
31 de julio. Encuentro con los “martinfierristas”. Expone en el “Salón libre”, en la galería Witcomb. 1929:
Expone individualmente en “Amigos del Arte”, junto con Antonio Berni. 1929-1931: Expone en el “Nuevo
Salón” organizado por Alfredo Guttero. 1932: Participa en la exposición del “Cincuentenario de La Plata” en
el Museo Provincial de Bellas Artes. Se le adquiere la acuarela Palacio en Bría con destino a ese museo. 1940:
Exposición individual en “Amigos del Arte” junto a Norah Borges. 1946: Contrae enlace con Micaela
Cadenas. 1949: Expone individualmente en la galería Samos, prologado por Jorge Luis Borges. 1951: Expone
en la galería Guión y en el “Salón de Artes Plásticas de Mar del Plata”. 1951-1952: Expone en el “Salón
Nacional de Artes Plásticas”. 1952-1953: Participa en la exposición “La pintura y la escultura argentinas de
este siglo” en el Museo Nacional de Bellas Artes. 1953: Expone individualmente en la Sala V de la galería
Van Riel, en el catálogo publica una Explica de él mismo. 1959: Comienza la serie de las “grafías
plasti-útiles”. 1963: Fallece en el Tigre, provincia de Buenos Aires, el 9 de abril. Análisis de su obra Entre
1923 y 1924 Xul Solar realiza una serie de pinturas en las que se evidencia su interés por utilizar las máximas
posibilidades del color, sin descuidar por ello las calidades propias de la acuarela. En efecto, en las obras de
esta época hace un uso sistemático de las trasparencias y de la sutileza del médium empleado; Jefa-honra,
Pareja, Homme das serpent (1923). Cintas, Dos parejas, Séptuplo (1924) son un ejemplo de ello. En Séptuplo
todas estas características se presentan en una imagen que tanto presenta como oculta un sentido ligado al
simbolismo de los números. La composición está integrada por siete rostros reunidos en dos grupos el primero
formado por cuatro perfiles y, el segundo por tres máscaras. Divide pues el conjunto (septenario) en dos
subconjuntos que responden al número cuatro y al número tres respectivamente. El sentido septenario es bien
conocido, siendo considerado como símbolo de la transformación e integración de todas las jerarquías en su
totalidad. En cuanto al símbolo del orden completo, de un ciclo, está compuesto por el cuaternario y el
ternario. El primero es el símbolo de la tierra, de los límites naturales, espaciales; el segundo expresa la
síntesis espiritual. Se presenta, pues, el misterio del dualismo, compleja alegoría cósmica presente en la Rueda
de las transformaciones, en el Yang-Yin, en el Shri-Yantra. En esta pintura aparecen otros símbolos gráficos
complementarios; entre ellos Venus, ligado al amor, Marte relacionado con la acción y la destrucción, Saturno,
concerniente a la duración y la reserva. Por otra parte, la firma presenta la X de Xul sobredimensionada,
pudiendo ser, en realidad un signo de inversión: todos los contrarios se fusionan por un instante, invirtiéndose
luego. Lo constructivo se permuta en destructivo, el bien en mal, etc. Pareciera, pues, que toda la imagen, tan
sobrecargada de elementos simbólicos, aludiera a la síntesis de los contrarios. Una M, presente en la
composición, signo a la vez masculino y femenino, que simboliza el agua de su origen o gran abismo, parece
confirmarlo. Testimonio “Xul pensaba que al hombre también le toca la misión de recrear. Poetas y
pensadores han sospechado que la vida es un sueño, o sea que vivir y soñar son actividades análogas; nuestro
amigo sintió que podemos dirigir ese sueño unánime y darle formas nuevas, ya que nada nos hace postular que
la suma de las posibilidades del cosmos haya sido agotada. Los más vivimos de memoria: Xul Solar, soñando
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Xul Solar
y obrando. Los irónicos dioses le depararon este país incrédulo y tímido, que se resigna a todos los usos y a
todos los pareceres, porque no les presta su fe pero si una dócil indiferencia. Ante el silencio o la sonrisa, Xul
abrazó el destino de proponer un sistema de reformas universales. Quiso recrear las religiones, la astrología, la
ética, la sociedad, la numeración, la escritura, los mecanismos del lenguaje, el vocabulario, las artes, los
instrumentos y los juegos. Premeditó dos lenguas. Una, el creol, era el castellano de América, aligerado,
exaltado y multiplicado; otra, la panlengua, cuyas palabras, mediante el valor de las letras tenían su propia
definición, a la manera del idioma analítico de John Wilkins. Ideó asimismo un teclado semicircular, que
abreviaba la labor del pianista, y aquel siempre inconcluso y siempre más complejo panjuego que, bajo la
especie del ajedrez, abarcaba diversas disciplinas y podía jugarse en diversos planos. Todo esto en Buenos
Aires, patria de los innovadores imitativos y de los espejos puntuales. Previsiblemente las utopías de Xul Solar
fracasaron, pero el fracaso es nuestro no suyo. No hemos sabido merecerlo.” de Jorge Luis Borges. Prólogo
exposición homenaje, La Plata, Mueso Provincial de Bellas Artes, 1968.
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