Trabajo de Laura Sanz

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UNA CIVILIZACIÓN
ANTIGUA: EGIPTO
IES SEGUNDO DE CHOMÓN
LAURA SANZ MARTÍNEZ
CIENCIAS SOCIALES
S1B
INDICE
HISTORIA DE EGIPTO
Eje cronológico
Introducción
Periodo Antiguo
Imperio Medio
Imperio Nuevo
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2
2
3
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EL FARAÓN
Introducción
Símbolos de poder
Entorno familiar
Grandes faraones
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LA RELIGIÓN
Dioses
Templos
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ARTE
Arquitectura
Pintura
Escultura
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BIBLIOGRAFÍA
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HISTORIA DE EGIPTO
EJE CRONOLÓGICO:
INTRODUCCIÓN:
La cronología de la Historia del Antiguo Egipto, la división de los Reyes egipcios en
Dinastías y sus años de reinado están sufriendo profundas modificaciones y variaciones en
los últimos años, consecuencia de los descubrimientos que están teniendo lugar en las
excavaciones llevadas a cabo en numerosos lugares arqueológicos de Egipto.
Esta transformación afecta fundamentalmente a los períodos más tempranos de la Historia
de Egipto, a las fases anteriores a su Historia, Imperio Antiguo y Períodos Intermedios.
En el Período Romano están comprendidos los gobernantes hasta el comienzo del Imperio
Bizantino, momento en que el Imperio Romano queda dividido en dos.
Período
Dinastías
Años comprendidos
I Dinastía - II (III) Dinastía
3.000 a.C. - 2.686 a.C.
(III) IV Dinastía - VIII Dinastía
2.686 a.C. - 2.160 a.C.
IX Dinastía - XI Dinastía
2.160 a.C. - 2.055 a.C.
XI Dinastía - XIV Dinastía
2.055a.C. - 1-650 a.C.
Segundo Período Intermedio
XV Dinastía - XVII Dinastía
1.650 a.C. - 1.550 a.C.
Imperio Nuevo
XVIII Dinastía - XX Dinastía
1.550 a.C. - 1.069 a.C.
Tercer Período Intermedio
XXI Dinastía - XXV Dinastía
1.069 a.C. - 664 a.C.
Período Tardío
XXVI Dinastía - 2º Per. Persa
664 a.C. - 332 a.C.
Período Ptolemaico
Macedonia - Ptolemaica Din.
332 a.C. - 30 a.C.
Agusto - Valentiniano (et alter)
30 a.C. - 395 d.C.
Dinástico Temprano
Imperio Antiguo
Primer Período Intermedio
Imperio Medio
Período Romano
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PERIODOS DE LA HISTORIA DEL ANTIGUO EGIPTO:

En el Egipto Arcaico, ocurre la unificación en los clanes llamados Nomos, que
formaron los primeros dos reinos ( Bajo Egipto y Alto Egipto)

En la época Tinita, anterior al Imperio Antiguo, se presenta la realeza ya
organizada. El rey es Horus, el halcón, con carácter de divinidad. Todo le pertenece
y gira en torno a él. Posee el poder espiritual y el poder temporal. Junto al rey
aparecen numerosos funcionarios, que le rodean como servidores personales, le
siguen aún después de muertos y se les sepulta en dependencias de la tumba Real.
IMPERIO ANTIGUO
El Imperio Antiguo abarcó case 1.000 años. En ese período se establecieron las bases del
estado y de la sociedad de Egipto. El faraón era considerado un dios y tenía en sus manos el
poder político y religioso en todo el país. La capital era Menfis y los faraones más destacados
fueron Keops, Kefrén y Micerinos, que edificaron las grandes pirámides de Gizeh. Sobre el
año 2.200 a.C. comenzó una época de inestabilidad que provocó el derrumbe del Imperio
Antiguo.
La familia es monógama, sólo el rey posee varias esposas, los hombres y las mujeres
pueden recibir herencia. La centralización del poder condujo a la monarquía hacia el
absolutismo, identificado con el Dios Rá, el Faraón organizo su propio culto, el cual llego a
ser el culto oficial del estado, se organizo un clero real destinado al culto del Rey-Dios. El
sacerdocio es remunerado con rentas, y se hace hereditario, el Palacio Real se convierte en
un santuario.
La clase campesina era la base social y económica, aunque es la nobleza quien tiene el 70%
de la tierra, que nominalmente es de propiedad del Faraón. Durante este periodo la
construcción de la mayoría de monumentos fúnebres estuvo a cargo de esclavos. El cargo
de gobernador de ciertas provincias del alto Egipto se entregaba a ciertos sacerdotes, y a
una nobleza cada vez más cargada de beneficios, que se convierte en una clase de grandes
terratenientes, eximidos de impuestos. En adelante la población se compondrá de nobles
privilegiados y de vasallos que dependen de un señor a título perpetuo, que serán los
siervos. Había hombres libres que, fuera de los dominios señoriales conservaban su
independencia. La inmunidad fiscal de la que gozaban los nobles hizo recaer todo el peso
fiscal sobre los pequeños poseedores de tierras, los cuales se ven en la necesidad de vender
sus tierras a los grandes terratenientes, sí no son despojados de ellas.
El ejercito mismo se feudaliza, cada príncipe o templo privilegiado hace el reclutamiento
por sus propios medios, y el rey, para reunir el ejercito, tiene que convocar a los príncipes y
a los grandes sacerdotes. Sin embargo el monarca conserva una autoridad más directa en el
Bajo Egipto, donde la existencia de ciudades impide la feudalización del territorio. Desde
ese momento el rey pierde todo el poder en el alto Egipto.
Se forja un clima de inseguridad, las guerras feudales, ponen a los príncipes a luchar entre
si; el alto Egipto señorial se separa completamente del norte, para quedar en una situación
de aislamiento. Las ciudades van a orientarse hacia el mar y vivir su vida propia de ciudades
independientes.
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LA TRANSICIÓN
Entre el Imperio Antiguo y el Imperio Medio, hay una época de transición que
corresponde a las dinastías IX y X. Al parecer un monarca del Egipto Medio usurpará el
poder. La capital del país en ese momento es Herakleópolis. Esta época se caracteriza por
la carencia de documentos históricos (monumentos, palacios, escritos oficiales),
reemplazada por los textos populares, que nos cuentan la existencia de una profunda crisis.
IMPERIO MEDIO
El Imperio Medio, cuya capital era Tebas, duró casi 300 años. En este periodo aumentó el
poder del faraón, se crearon nuevas ciudades, se construyeron obras públicas y se ampliaron
las tierras cultivables. Además, se produjo una gran expansión exterior. Se conquistó
Nubia, al Sur, y se realizaron campañas exitosas en Libia y Siria. A partir del año 1.800
a.C. pueblos extranjeros invadieron el país.
Desde el Imperio Medio queda planteada la cuestión social, y la sociedad egipcia se orienta
en nuevas direcciones. El rey no es el único que conforma el estado, sino la población
entera. Nobles, sacerdotes, comerciantes, artesanos y labradores son llamados a participar,
no sólo de las cargas, sino también de los beneficios que produce la explotación del suelo.
De este modo después de cinco siglos de feudalismo, Egipto entra en un periodo de
reforma monárquica. En el alto Egipto, en el estado de Tebas, los príncipes formaron una
verdadera potencia militar, que emprendió la conquista del país. Cerca del 2160 a.c.
consiguieron imponerse a todos los príncipes del bajo Egipto. Un siglo después eran
dueños de todo el territorio. Las ciudades del Bajo Egipto obligadas a aceptar su autoridad,
les aportaron, gracias a sus recursos financieros, un notable incremento de su fuerza,
mientras que la seguridad, devuelta al país por la unidad monárquica, dio al comercio un
desarrollo que, quebrando la economía cerrada del sistema señorial, preparó la caída de este
y la renovación de la monarquía.
La renovación del comercio, la formación de una clase de funcionarios y el contacto con las
poblaciones urbanas y agrícolas hacen pasar sobre todo el país un gran crecimiento, que se
traduce al principio en el culto a Osiris. La igualdad de los hombres ante el dios de la vida
ultra terrena lleva a las clases sociales hacia una piedad y lealtad, asociando la monarquía al
culto a Osiris.
La nobleza administrativa, en el seno de la cual los reyes reclutan a los visires, cuyo cargo
han vuelto a crear, se hace tan poderosa, que cuando hacia el año 2000 la XI dinastía se
extingue, será el descendiente de un visir y no un príncipe territorial quien fundará la XII
dinastía.
El poder adquirido por la monarquía mediante los recursos que obtiene de su comercio de
Estado y de la explotación de su gran dominio, como asimismo el apoyo que encuentra en
las ciudades, no permiten a la feudalidad seguir oponiendo resistencia, y el faraón
afirmando su soberanía, impone su autoridad a sus vasallos, dispone de sus feudos, los
somete a su jurisdicción, les impone el pago del impuesto real, y recluta tropas en los
principados ante los soberanos.
El arte, fecundado por el reciente individualismo, alcanza una gran renovación inspirado
por la antigüedad clásica del antiguo imperio.
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Lo reyes de la XII dinastía aún no son conquistadores, pero se ven forzados a una
constante actividad militar para mantener el orden interno y tener a raya a los pueblos
vecinos, nómadas, semisalvajes y belicosos, pero Egipto no pudo resistir la invasión de los
Hicsos, jefes de bandas o de tribus semitas, originarias de Palestina o de Siria, que
penetraron en el valle del Nilo, por la parte norte, se establecieron y fortificaron en el delta,
irradiaron su influencia a todo el país, establecieron una autoridad duradera y tuvieron el
título oficial de reyes de Egipto (dinastías XV y XVI).
Los hicsos fueron absorbidos por las costumbres del país, que ellos respetaron. Los
príncipes de Tebas los expulsaron y conformaron la dinastía XVII.
IMPERIO NUEVO
Hacia el año 1.600 a.C. comenzó el Imperio Nuevo, que duró unos 500 años. Fue una
época de esplendor, en la que destacaron los faraones Tutmosis I, Amenofis III, Akenatón
y Ramsés II. Egipto conquistó Libia y Siria y reforzó el poder del faraón. A partir del año
1.100 a.C., numerosos pueblos extranjeros, los asirios, los persas y los griegos, conquistaron
Egipto hasta su definitiva toma por los romanos el año 31 a.C.
En este periodo los faraones cuidan de conservar para la realeza su origen divino, que hace
incontestable la autoridad y que reposa sobre la pureza de la sangre. Algunos contrajeron
matrimonio con su media hermana, nacida de madre más noble, para mejorar su sangre.
En el comienzo de este periodo la administración fue centralizada en manos de un gran
visir y un numeroso aparato de funcionarios. Las provincias asiáticas son gobernadas por
nativos, bajo la vigilancia de funcionarios egipcios. La Nubia es administrada por un virrey,
nombrado por el faraón y que suele ser uno de sus hijos.
Amenofis IV que adoptó el nombre de Agnatón o Akenaton o Ikumatón (gloria del
disco solar), hizo de Atón un dios universal, cuya
protección alcanzaba a todos, sin distinción de razas o
de lenguas. En esa forma se realizaba para el Egipto,
revolucionariamente, el primer intento de monoteísmo
que registra la historia, al mismo tiempo que se
intentaba crear una religión universal, por encima de las
fronteras nacionales y de los cultos locales.
La clase sacerdotal de todo Egipto, especialmente el
sacerdocio de Amón-Ra, con asiento en la ciudad de
Tebas, resistió esta innovación y luego se reveló contra
ella con todo el enorme poder de que disponía y de la
colaboración de Tutankamón, yerno del rey, con
siguiendo derrotar a Akenaton y anular definitivamente
su obra.
(Tumba de Nefertari, esposa de Ramsés II)
A partir de la dinastía XX se produce un relajamiento de la unidad egipcia y, especialmente
en el delta, durante la dinastía XXII tiene efecto la invasión y dominación de Egipto por los
Etíopes, cuyos reyes se mantienen en el país hasta el año 662. Mas tarde, se sucedieron
sucesivas invasiones.
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EL FARAÓN
INTRODUCCIÓN:
Faraón se denominaba a la máxima autoridad política del Antiguo Egipto. El primero fue
Narmer, quien gobernó hacia el año 3100 a.C., y la última fue Cleopatra VII, de
ascendencia helénica, reinando entre los años 51 y 30 a.C.
El nombre "faraón" deriva de la palabra egipcia: "Per-Aa", que significa "casa grande". Así,
pues, faraón era inicialmente la residencia que ocupaba el rey, pasando después a designar a
la autoridad misma.
Fue un término utilizado por el pueblo, nunca
por los propios faraones, y sólo comenzaría a
usarse a partir del reinado de Amenhotep III,
en la primera mitad del siglo XIV a.C. Por
tanto, podría decirse que la palabra "faraón" es
relativamente moderna, y que sólo abarcaría a
la mitad de los monarcas que habitaron en el
Valle del Nilo.
Los faraones eran considerados seres divinos
durante las primeras dinastías, identificados
con el dios Horus, y a partir de la dinastía V
considerados solo hijos del dios Ra.
Posteriormente, era a su muerte, cuando el
difunto pasaba a fusionarse con la deidad
Osiris y adquirir una personalidad totalmente
inmortal y divina
Faraón Menkaura. Museo de El Cairo
El sacerdote egipcio Manetón, recibió la orden real de redactar una historia de Egipto y los
agrupó en Casas reales o dinastías. La obra de Manetón se perdió, pero quedan algunos
fragmentos comentados por autores posteriores a él, que nos han permitido delimitar las
treinta dinastías en las que Manetón dividió la historia de su longevo país.
Los artistas lo representan con atributos divinos: el halcón y el disco solar encerrado entre
dos cuernos. Su autoridad se ejerce por intermedio de los funcionarios, estrictamente
jerarquizados, y reclutados entre los escribas o egipcios instruidos, y el ejército, mitad
nacional y mitad mercenario.
El rey había de interceder ante los dioses en favor del pueblo, cumpliendo los ritos
apropiados y haciendo a las ofrendas requeridas, con el objeto de que los dioses
consideraran benévolamente a Egipto. En teoría el rey era, por tanto, el sumo sacerdote de
cualquier templo del territorio, y era él quien designaba a otros sacerdotes para tan alto
menester y quien dotaba a los templos de tierras y rentas.
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SÍMBOLOS DE PODER
Sin duda, el elemento del vestuario mejor conocido de
los faraones egipcios eran sus propias coronas, de las
que existían numerosos ejemplos.
Y, aunque no sea propiamente una corona, no
podemos olvidarnos del tocado Nemes, el famoso
cubrepeluca y quizás el tocado más universal de los
faraones gracias a la tumba de Tutankamón. Su
comodidad y ligereza lo harían quizás la prenda
favorita de los monarcas en momentos en que no
fuera necesaria la presencia de las coronas, algunas de
ellas realmente pesadas.
Máscara del faraón Tutankamón, en la que el rey-niño aparece
tocado con el Nemes
No sólo por su corona era reconocido el faraón. La larga historia y la compleja
organización religiosa y ritual del Antiguo Egipto permitieron desarrollar decenas de
vestimentas, ornamentos y tocados reales, cada uno con una función específica.
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La barba postiza, usada por los faraones en grandes ocasiones por su identificación
con Osiris, considerado el primer monarca egipcio, representado con una gran barba.
El Ureo, la Cobra del Sol. Se relacionaba con la diosa Uadyet, patrona del Bajo Egipto.
Simbolizaba el poder abrasador que empleaba Ra con todos sus enemigos.
Cola de toro o de león, que remarcaba la potencia creadora del monarca.
Así como infinidad de tipos de collares, pendientes, cinturones, sandalias y joyas que
buscaban un golpe de efecto para los modestos habitantes del Valle del Nilo.
El faraón podía dedicarse
a la caza en los desiertos
de Egipto, podían cazar
toros salvajes, gacelas,
antílopes y leones. El
faraón Amenhotep III se
ufanaba de haber matado
más de 100 fieros leones
en 10 años; también mató
90 toros salvajes en una
cacería. Por lo general, el
faraón no corría peligro
en sus partidas de caza: le
acorralaban los toros en
un cercado y allí les
azuzaban las piezas.
Luego, también utilizaron
carros.
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ENTORNO FAMILIAR
Al lado del faraón, debía convivir su Gran
Esposa Real. Ésta era asociada con las diosas
Isis y Hathor al mismo tiempo que marido lo
era con Osiris y Horus, y su papel era muy
importante en determinados rituales. También
hubo grandes reinas, algunas de las cuales
llegarían a asumir el poder absoluto a la muerte
de sus maridos. Por debajo de las Grandes
Esposas Reales, el faraón podía tomar tantas
mujeres como quisiera, e incluso ascenderlas si
así lo quería al rango de Gran Esposa Real
(aunque esto sería muy infrecuente).
Escultura de la reina Hatshepsut, una de las pocas
mujeres que acabarían gobernando como faraón en
solitario
En cuanto a los descendientes reales, los únicos que tenían alguna posibilidad de herederar
el trono eran los nacidos del faraón y de una de sus Grandes Esposas Reales. Si no había
nacido ningún varón de esta unión, entonces podría subir algún familiar lejano o incluso un
hijo de una esposa secundaria, pero siempre se debería cumplir el requisito de casarse con
la viuda o, más frecuentemente, con la hija del difunto rey. El futuro de las niñas
dependería del origen de su madre: si eran hija de una reina, podría heredar o su cargo o
vivir en eterna soltería; y si eran hijas de una esposa secundaria o de una concubina,
pasarían a ingresar el harén o podrían casarse con algún noble.
GRANDES FARAONES
A lo largo de tres mil años de civilización no es extraño encontrar todo tipo de reyes en el
trono, para todos los gustos: grandes conquistadores, vagos e incapaces, megalómanos y
egoístas, déspotas y tiranos, bondadosos y honestos, pacíficos y permisivos, niños y
ancianos, avariciosos y mujeriegos... Incluso llegaron a existir algunas reinas-faraones.
Algunos de los reyes más famosos son: Menes, Dyeser, Keops, Kefrén, Micerino, Pepy
II, Amenemhat I, Ahmose, Thutmose III, Hatshepsut, Amenhotep III, Amenhotep IV,
Ajenatón, Tutankamón, Sethy I, Ramsés II, Ramsés III, Psamético I, Alejandro Magno,
Ptolomeo I Sóter, Cleopatra VII.
Akenatón: En el reinado de Akenatón, fueron abolidos los dioses tradicionales egipcios;
solo se siguió venerando al dios-sol. Para romper los lazos con los demás dioses, Akenatón
fundó una nueva capital y cerró todos los templos menos los del dios-sol. La reina
Nefertiti ayudó a su esposo a establecer el culto al dios-sol Atón, y probablemente reinó
conjuntamente con Akenatón.
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Ramsés II: Reino en Egipto durante 67 años. Construyó
muchos más monumentos y levantó más estatuas que
ningún otro faraón. Entre sus edificaciones destaca el
complejo funerario de la orilla occidental, en Tebas, hoy
denominado Ramesseum.
Tutmosis IV: Fue famoso porque mandó a liberar a la
gran esfinge de Gizeh de la arena del desierto que se había
acumulado sobre ella.
Tutankhamón: El rey Tutankhamón subió al trono con 9
años de edad solamente. Es evidente que le aconsejaron sus
altos dignatarios, pero al parecer decidió restablecer los
dioses antiguos abolidos por Akenatón.
Hatshepsut: Una reina que fue rey Durante el Nuevo
Reino, la gran expansión del imperio egipcio fue llevada a
cabo por una única dinastía de faraones que gobernó
aproximadamente 250 años. Solamente en dos ocasiones,
se produjeron tensiones y crisis. La primera fue producto
de la ambición de una terrible mujer, la reina viuda
Hatshepsut. Después de la muerte de su esposo en 1504 a.
C., se convirtió en regente de su joven hijastro y sobrino,
Tutmosis III. Hatshepsut asumió las funciones, los
distintivos e incluso las vestiduras de un faraón, y gobernó
durante casi veinte años. Uno de los más notables
acontecimientos del pacífico reinado de Hatshepsut fue
una expedición naval a tierras somalíes de la que volvieron
con mirra e incienso y también con marfil, ébano, pieles
de pantera y oro, la exótica mercancía del interior de
África. La expedición se conmemoró con relieves en el
templo funerario de Hatshepsut en Tebas.
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LA RELIGIÓN
La historia de Egipto es politeísta. El egipcio divinizó las fuerzas de la naturaleza, por esta
razón todos sus dioses reunían características humanas y animales. En Egipto, la religión se
divide claramente en la oficial del estado, y las practicas cotidianas, de la mayoría de la
población que se alejaban notablemente del culto oficial. Para satisfacer sus necesidades
religiosas acudían a otros sitios como los templos principales y muchos santuarios locales
en honor de las divinidades menores. El pueblo acudía a esos santuarios, y en ellos oraban,
presentaban sus ofrendas o depositaban sus consultas oraculares. Existían también centros
de peregrinación, como abydos, y saqqara, la gente visitaba los santuarios cada día, o
posiblemente rezaba en su casa.
La religión oficial tenía como figura central al Sol o astro rey, denominado Ra, Horus o
Amón. El faraón (en teoría) se preocupaba de los dioses y cuidaba sus imágenes culticas;
porque los que realmente se preocupaban de ellos eran los sacerdotes.
Entre los diversos tipos de objetos religiosos cabe citar, casi al azar, los amuletos con
decretos divinos, bustos de los antepasados que se colocaban en las casas, y muchos otros
objetos y formas de indumentarias que acompañaban el alumbramiento.
Hubo una tendencia constante a que el hijo siguiera a su padre en el oficio sacerdotal, pero
esto se vio frenado porque el faraón podía elegir al mejor para cada cargo y la sociedad
egipcia fue evolucionando hacia una situación rígida. Llego a crear una especie de castas,
llevaban una dieta especial, tenían su manera de vestir y de llevar la barba y la continencia
sexual cuando se hallaban de servicio, aunque tal vez no en otras circunstancias. Recibían
sus ingresos de los templos, de las ofrendas que eran depositadas ante el dios
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DIOSES:
El mito de Osiris relata que Osiris, el dios de la fertilidad y de los muertos, símbolo del sol
y del Nilo, fue despedazado por el dios Seth (símbolo del desierto) y nuevamente
reconstruido por Isis (su esposa, diosa lunar y protectora de los niños) devolviéndolo a la
vida con la misión de juzgar a los muertos.
Horus (Ra o Amón), el dios sol nace cada mañana, cruza el cielo en la barca solar, envejece,
pero no muere y viaja a través del mundo subterráneo durante la noche en un ciclo de
regeneración.
El mito de la creación la diosa del cielo, Nut es nieta del dios del sol, de cara a los objetivos
que el ciclo persigue es mas bien su madre en cuya boca entra por la noche y de la que nace
por la mañana.
En la vida religiosa también hubo animales a los que consideraban consagrados a dioses
particulares, o que posiblemente eran adorados por si mismos como dioses, siendo
enterrados con un ceremonial preciso. Los elegantes gatos que habitaron en Egipto eran
muy parecidos a los de hoy (ya eran domésticos) el gato era un animal sagrado cualquiera
que matase a un gato podía ser condenado a muerte. El más famoso de los animales era el
toro Apis, consagrado a Ptah.
Cuando una persona moría, el
difunto podía continuar existiendo
en la tumba y sus alrededores o
podía viajar a través del mas allá.
Su objetivo era identificarse con los
dioses, y en particular con Osiris o
incorporarse con algún espíritu
transfigurado en el ciclo solar
como un miembro más de la
"barca de millones" la barca nunca
se mostraba en toda su integridad.
Entre la muerte y la incorporación
al mundo divino se celebraba un
juicio (tema este menos importante
para los faraones que para el resto
de la humanidad), se representa
muy a menudo, en las tumbas, en
los papiros, ataúdes y mortajas.
Las escenas de juicio muestran a un
monstruo
femenino,
llamado
"devorador" o "devorador de los
muertos", su función era engullir a
quienes fracasaban en la prueba.
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LOS TEMPLOS:
El templo egipcio representaba la casa del dios, debía ser indestructible ya que era la
residencia de los inmortales. El templo se construía para albergar la imagen del dios y como
lugar en el que los sacerdotes oficiaban sus ritos. A diferencia de las religiones posteriores
no era en absoluto un lugar de culto sino una zona para albergar al dios y de hecho el
pueblo no podía acceder más que a ciertas dependencias exteriores. Era el único edificio
construido en piedra, pues si el dios era eterno también debía serlo su casa. El modelo
básico estaba constituido por 3 zonas claramente diferenciadas; el patio, la sala hipóstila y
las dependencias del dios, además de la entrada, el pilono.
El pilono: Representaba la entrada al templo y era una pared monumental formada por un
alto y ancho muro. Cada una de las dos torres que formaban el pilono representaba los
acantilados de cada lado del valle del Nilo, pero también eran, a la vez, las dos montañas
que flanquean el disco solar. Normalmente estaban decorados con escenas en relieve de
temas históricos o religiosos o sacrificio de prisioneros por parte del faraón en presencia
del dios al que estaba dedicado el templo.
El patio: Era la zona pública. A ella podía acceder cualquier persona del pueblo para
depositar ofrendas. Se construía a cielo abierto y se decoraba con relieves que hacían
referencia a las hazañas del rey o imágenes de adoración. El patio se rodeaba de columnas,
normalmente en tres de sus lados (sala hípetra) y solía contener colosos.
La sala hipóstila: La función de la sala era la de salón de recepción del dios. Los relieves
con los que se decoraba representaban escenas de las ceremonias religiosas que se
practicaban en el templo. El acceso a la sala hipóstila estaba restringido a los altos
funcionarios, escribas y gente noble. Cuando el templo tenía más de una sala hipóstila el
acceso a cada una de ellas era cada vez más restringido.
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La iluminación de los templos se basaba en la disminución de luz según se iba accediendo
al santuario, que era la zona más oscura. Los patios, abiertos, representaban la parte más
iluminada, el contacto con el pueblo.
Los templos más importantes incluían otra serie de elementos exteriores, como tribunas,
mamisi, pertenecientes a la era ptolemaica, y el lago sagrado. La tribuna se encontraba
delante de los pilares y unida a ellos por una avenida enlosada bordeada de esfinges: el
dromos. Se empleaba como lugar en el que el faraón supervisaba las ceremonias religiosas
que se celebraban en el patio. Los mamisi eran pequeños edificios, delante de los pilonos,
decorados con colores alegres y escenas de diosas tocando instrumentos y danzas burlescas;
era el lugar escogido por la diosa para esperar el nacimiento de su hijo. El lago era un gran
estanque, profundo para aprovechar las aguas del Nilo en épocas de sequía, con escaleras
descendentes. Los lagos cuadrados, con paredes ligeramente curvadas eran la
representación de las aguas primigenias de las que había surgido el Mundo. Era el lugar en
el que se efectuaban los rituales ligados a la resurrección de Osiris.
Todo el recinto del templo estaba rodeado por un muro.
Además existían templos que tenían consagrados animales sagrados, en cuyo caso incluían
dependencias específicas destinadas al animal.
El acceso al templo estaba totalmente vedado al pueblo, que sólo podía acceder al primer
patio. A partir del Reino Nuevo se autorizó poder colocar estatuas en los exteriores del
templo, si bien sólo algunos nobles o privilegiados podían hacerlo. Al santuario estaba
vetado el acceso a todo el mundo salvo al faraón y al sacerdote delegado por este para
llevar a cabo los rituales.
El ritual diario
El ritual diario que los sacerdotes llevaban a cabo incluía, básicamente, 3 grupos de actos
diferentes: Las ceremonias preliminares, el despertar y atavío del dios, y la comida. El
faraón, o, en la mayoría de los casos, el sacerdote encargado por él, se purificaba y
ahuyentaba las malas influencias con fuego e incienso, en las dependencias destinadas a tal
efecto, para posteriormente acceder a la capilla en la que se encontraba el dios rompiendo
el sello de la puerta. Una vez dentro se postraba ante la imagen divina entonando alabanzas
o himnos específicos. Tras esto se limpiaba la estatua con ungüentos y productos
preparados en una de las salas, se le vestía y adornaba con los objetos reales y divinos, se le
aplicaban los cosméticos oportunos al rostro y por último se le servía la comida, con gran
cantidad de alimentos. La comida podía llevarse a cabo hasta 4 veces, según los 4 puntos
cardinales, para que el dios pudiese alimentarse en cualquier punto del Universo. Tras
retirar las ofrendas se volvía a sellar la puerta hasta el nuevo ritual. Estos se celebraban 3
veces al día, si bien el primero, el del amanecer era el más importante.
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ARTE EGIPCIO:
Aunque el concepto de Arte es moderno, es perfectamente utilizable en la arquitectura,
escultura, pintura y joyería egipcias, siendo muchas de sus realizaciones auténticas obras de
arte y no simples trabajos de artesanía.
El arte egipcio esta definido por los deseos de los faraones de construir obras eternas y
pasar a la posteridad. Esta es la razón por la que utilizarán piedra para levantar los edificios
más significativos: los templos, donde se honra a los dioses, y las tumbas, donde se
perpetúa la memoria de los difuntos.
Gracias al seco clima de Egipto y a ser enterradas por la arena del desierto (o por sus
propietarios, para gozar de ellas en la "otra vida") nos han llegado en aceptable estado de
conservación multitud de auténticas obras de arte, a pesar de la utilización de los
monumentos como canteras, las guerras o los innumerables saqueos de tumbas y templos.
LA ARQUITECTURA:
Los arquitectos egipcios no utilizan la bóveda. Estos edificios están profusamente
decorados bien con elementos vegetales, animales, jeroglíficos, escenas históricas, etc. La
mayoría de estas decoraciones se realizan en relieve, siendo una de las principales fuentes
para el conocimiento de la historia de Egipto.
Antes de acceder al templo propiamente dicho nos encontramos con una larga avenida
flanqueada por estatuas de animales divinos, habitualmente esfinges. La avenida finaliza
ante la fachada del templo llamada pilono; tiene forma de trapecio y está construida en
talud, abriéndose en el centro una puerta de acceso.
Dos obeliscos situados delante decoran la fachada. El pilono nos permite la entrada a un
patio rodeado de columnas por los lados, quedando la zona central a cielo abierto. Su
nombre es la sala hipetra. Después se accede a una nueva dependencia con columnas,
ahora totalmente cubierta. Por regla general, tiene la nave principal más alta, permitiéndose
así el paso de la luz por los lucernarios. Esta sala de columnas se denomina sala hipóstila.
Desde este lugar se pasa al sanctasanctórum, un espacio rectangular rodeado de corredores
donde se encuentra la estatua del dios. Las diferentes salas del templo van disminuyendo en
altura y en iluminación, manifestándose también una diferenciación social en cada una de
ellas.
El pueblo sólo puede acceder hasta los pilonos mientras que las clases superiores como
funcionarios y militares pueden pasar a la sala hipetra. La familia real tiene acceso a la sala
hipóstila y los sacerdotes y el faraón al santuario.
Además de los templos construidos se realizaron algunos excavados en la roca. Reciben el
nombre griego de speos que quiere decir cueva y se encuentran en Ipsambul, en Nubia. En
la fachada de estos speos se han labrado colosales estatuas que representan en el menor a
Ramsés II y su esposa.
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En las tumbas se aprecia una evolución a lo largo de los diferentes periodos. El
enterramiento se realiza en un pozo que tras el sepelio se cierra con tierra. A nivel de suelo
nos encontramos la capilla donde se depositan los alimentos, decorada con escenas en
relieve o pintura de temática funeraria. Posteriormente se evoluciona hacia a la pirámide
escalonada. El siguiente paso lo encontramos en la IV Dinastía con las pirámides de
Kheops, Khefren y Micerino, de perfecta estructura y con la cámara funeraria
absolutamente disimulada, lo que no sirvió para evitar saqueos en épocas posteriores.
Durante el periodo ptolemaico se produjo un gran desarrollo del arte, se construyeron
nuevos templos, el Museo y la Biblioteca de Alejandría, y el Faro de Alejandría. Se
helenizan las formas en la escultura.
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LA PINTURA:
La pintura está muy relacionada con el relieve ya que mantiene la ausencia de perspectiva, la
representación de la figura y la ubicación de los escenarios. Utilizan colores planos y tienen
carácter decorativo, narrando asuntos más mundanos que el relieve como fiestas, cacerías o
actuaciones musicales, complementando a la gran estatuaria para conformar un aspecto
global de la vida egipcia. Predominaba el "canon de perfil" que consiste en representar la
cabeza y las extremidades de perfil pero los hombros y los ojos de frente. Las pinturas se
encuentran en papiros y paredes de tumbas, los bajorrelieves principalmente en los muros
de los templos. Las escenas más típicas eran las de la vida cotidiana o las del "Más Allá".
LA ESCULTURA:
Respecto a la escultura egipcia, nos encontramos con una dualidad muy significativa: las
estatuas que representan a los dioses y los faraones son tremendamente estáticas,
mostrando una absoluta rigidez, lo que se ha venido llamando la ley de la frontalidad. Los
brazos se pegan al cuerpo y una de las piernas avanza sin abandonar la rigidez habitual,
eliminando toda referencia a la realidad. Sin embargo las estatuas de personajes secundarios
como los escribas, los funcionarios o los animales están realizados con un naturalismo
digno de destacar. Estas estatuas se mueven, participando de viveza e incluso
espontaneidad, creando un estilo característico del que son buenos ejemplos el Alcalde o
los Escribas.
Escriba. Louvre
Amenemhat III
Una de las preferencias del escultor es el relieve, utilizando el bajorrelieve e incluso el
hueco relieve. Eluden la perspectiva y representan a la figura de perfil. Las piernas se nos
muestran de perfil mientras que el torso aparece de frente y el rostro de perfil aunque el ojo
se ve de frente. Las escenas se suelen desarrollar en filas paralelas aunque a veces se
muestran diversos escenarios de manera simultánea. Los faraones y los dioses son mayores
que las demás personas, mostrando una ley de la jerarquía. La temática de estos relieves
está normalmente relacionada con la vida de ultratumba o con imágenes relacionadas con el
difunto, por lo que gracias a estas escenas se puede conocer con mayor facilidad el Egipto
antiguo.
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BIBLIOGRAFÍA:
 Enciclopedia del estudiante. Ed. El País Santillana 2005.
 www.wikipedia.org
 www.artehistoria.com
 www.geocities.com
 www.egiptología.org
 www.egiptomanía.com
 www.antropos.galeon.com
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