¿quienes se llevan la plata de la madera chaqueña?

Anuncio
“Nelson Mandela DD. HH.”
Centro de Estudios e Investigación Social
Avenida Alberdi N° 338 - Resistencia - Chaco - C.P. 3500
Página web: www.centromandela.com.ar
Tel/fax: (54 - 03722) 428475
E mail: [email protected]
[email protected]
COMO EXPRESION DE LOS VALORES DE ASCENDENCIA FILOSOFICA, ETICA, MORAL Y JURIDICA, LA VIGENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS ES UNA EXIGENCIA IDEAL, ETERNA, UNIVERSAL E IRRENUNCIABLE.
EL MONTE NATIVO CHAQUEÑO
¿QUIENES SE LLEVAN LA PLATA DE LA MADERA CHAQUEÑA?
En agosto de 1989 se realizó una gran asamblea en el Paraje Lapelole. Allí se formó una comisión para
reclamar por la reivindicación de las tierras aborígenes en la región Teuco-Bermejito. La comisión luego se
transformó en la Asociación Comunitaria “Meguesoxochi” del Teuco Bermejito [Megue]. El nombre surgió
como reconocimiento de un querido y venerado cacique de los pueblos originarios. Después de diez años de
reclamos lograron la entrega del título sobre las 140.000 hectáreas de tierras comunitarias. La restitución
representó uno de los casos más importantes de la Argentina en el marco de la reparación histórica aún pendiente.
La comisión directiva de la Asociación Megue tendría el control y la administración de los recursos naturales existentes en el territorio de la propiedad comunitaria. En el año 2004, la conducción solicitó al gobernador que apoyara la prohibición de la actividad de extracción de los recursos naturales [madera, leña, caza
y pesca] que recaía sobre los criollos, salvo en aquellos casos en que obtuvieran permisos de los integrantes
de la comisión directiva. Esta prohibición era importante porque en su momento se había firmado un convenio de corte de madera de la totalidad de la masa boscosa de las 140.000 hectáreas, lo que fue calificado de
absurdo, escandaloso y perjudicial para los pobladores de la propiedad comunitaria. Sin embargo, se continuaban sacando algarrobos, prácticamente sin ningún tipo de limitaciones ni de control.
Cooperativa Ele L Patac
Después, los pobladores del Interfluvio formaron la Cooperativa Ele L Patac, creada para encargarse del
manejo cuidadoso del monte nativo. Esta Cooperativa debía tratar de pagar el mejor precio a los dueños de
la madera, que eran la Asociación Megue, las familias tobas y los criollos. De esta manera se trataría de
defender a los dueños del monte de las garras de los madereros inescrupulosos que desde afuera y de adentro saquearon el monte chaqueño. En el caso de la tierra comunitaria toba, la Cooperativa Ele L Patac debía
pagar directamente la madera a la Asociación Megue, a través de un manejo transparente que posibilitaría
que las comunidades supieran las maderas vendidas, los dineros recibidos y el destino futuro de los fondos,
siempre con el único objetivo de beneficiar a las familias de las comunidades.
Cuidando el monte de todos
También se planteaba que los que trabajaran en la Cooperativa debían ser personas del Interfluvio, asegurándoles trabajos bien pagos, para lo cual debían respetarse los derechos de los trabajadores. Se cuidaría el
monte de todos para un aprovechamiento sustentable.
Se plantearon reuniones de esclarecimiento y de avances en las oficinas de la Asociación Meguesoxochi, de
la Asociación El Fortín, integrada por pequeños productores criollos de la región, y de una entidad llamada
Proyecto Bosques Tropicales en Villa Río Bermejito, que tenía su sede en la ciudad de Roque Sáenz Peña,
con vinculaciones con los integrantes de una fundación belga, denominada Volens. Nunca resultó muy claro
todo lo que ocurría en torno al proyecto. Se distribuyeron documentos y cartillas en las que figuraban la
Cooperativa Forestal Ele L Patac, la Asociación Meguesoxochi y Proyectos Bosques Tropicales Teuco. Se
estrechaba el vínculo entre la Megue y Bosques Tropicales, fundamentalmente a través de asistencia técnica, capacitación, organización, tratamiento de conflictos, gestión de recursos, más un aporte presupuestario
mensual para gastos de funcionamiento, entre otras cosas.
Usar el monte
En una de las circulares distribuidas se hablaba de cuidar el monte y de la necesidad de construir un aserradero en El Espinillo, explicando que no eran cuestiones opuestas porque cuidar el monte no significaba no
tocarlo, sino usarlo bien.
A través de gacetillas informativas de la Asociación Megue, en el 2006 se informaba que la comisión directiva habían efectuado una serie de actividades y aportes durante la gestión, enumerando cada una de ellas.
Entre los aspectos que destacaron sobresalía la mención de un inventario forestal y la capacitación en el
Interfluvio para cuidar y lograr un manejo racional del monte, con controles para asegurar la perdurabilidad
de las especies. Señalaban que se podrían trabajar parcelas de 200 hectáreas por año, con rotación en períodos de 20 años, de manera que el aprovechamiento forestal en ese lapso debería extenderse a 4.000 hectáreas. Dijeron que se cortarían los árboles autorizados, dejándose que los restantes crecieran, reforestándose
en forma ordenada y gradual. Estas fueron algunas de las buenas intenciones y declaraciones de la época.
El bendito aserradero, que nunca…
En este marco se inició la construcción de un aserradero, ubicado en cercanías del casco urbano de la localidad de El Espinillo, a pocos metros del Ce.De.Pro. del Progano, cuyos responsables serían los pobladores del Interfluvio que crearon y que formaban parte de la Cooperativa Ele
L Patac. El objetivo era procesar la madera y otorgarle valor
agregado, fabricando tablas secadas y dimensionadas, evitándose de ese modo que la madera saliera en rollizos y sin
mano de obra incorporada.
Iniciaron la construcción de un enorme galpón, con estructura parabólica, en cuyo frente se colocó un cartel que
hacía referencia al manejo sostenible del monte y la transformación local de la madera, figurando como fuente de
2
financiamiento la Unión Europea y la fundación Volens. Se instalaron grandes sierras y se acomodaron
algunos rollizos en la línea de producción. Y lo que es más
importante, iniciaron la instalación de un moderno secadero,
fabricado por la empresa Gottert.
Finalmente, el establecimiento no fue terminado en su construcción e instalaciones. No entró en funcionamiento. Actualmente está abandonado, sin ningún tipo de custodia ni
mecanismo de preservación. Está al alcance de cualquiera.
Mientras tanto, los algarrobales continúan siendo explotados
y saqueados. Se sacan los rollizos a la vista de todos.
El último integrante de la Volens parecería que se retiró del
lugar. Así las cosas en la región más castigada del Chaco
por la pobreza, el hambre extremo, la desnutrición, las enfermedades como el mal de chagas y la tuberculosis y las muertes prematuras o que se producen por causas
evitables o altamente evitables. Se continúa saqueando a los pobres en nombre de la pobreza.
RESISTENCIA, 25 DE ENERO DE 2008.-
3
Descargar