EL ARTE CLÁSICO: EL ARTE GRIEGO

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Historia del Arte. 2º de Bachillerato
IES L’ASSUMPCIÓ
Curs 200 /200__
Tema: EL ARTE CLÁSICO: EL ARTE GRIEGO
INCLUIR TEXTOS Y PREGUNTAS DE LOS EXÁMENES DE SELECTIVIDAD; INCLUIR FICHAS
DE CREHA y textos de las ppt de Tomás
El “arte clásico” es un concepto de la Historia del Arte que nos remite a la Antigüedad, época en la
que se forjaron las bases formales y estéticas del arte occidental. Unos ideales a los que se volverá,
de forma recurrente, en diferentes momentos de la historia, como comprobaremos a lo largo del
curso.
Pero quizás deberíamos plantearnos primero la siguiente pregunta: ¿qué entendemos por
“clasicismo”? ¿Algo pasado de moda? ¿Algo que representa un ejemplo o paradigma de perfección?
¿La encarnación de un ideal?
El término “clásico” se utiliza con mucha frecuencia, pero en la Historia del Arte sólo hay un arte
clásico, y éste nació y se formó en la antigua Grecia y tuvo su continuación en la época del Imperio
Romano. De hecho, en Roma el concepto classicus imprimía un carácter de calidad, que elevaba
por encima de los demás al autor u obra aludidos. Una obra de arte “clásica” sería, así, un modelo
digno de imitación. Este sentido se mantendría a lo largo del tiempo, hasta que en el siglo XVIII,
con el esplendor del estilo neoclásico, el término clásico pasaría a designar las obras maestras
griegas y romanas. Se entendía que el arte grecorromano era la expresión plena de la calidad en el
arte y, por ello, el referente que había que imitar.
El arte griego sería admirado posteriormente por base racional, que concibe la belleza como basada
en medidas y proporciones, teniendo al ser humano como referencia. Sobre esas premisas, se
configurará un lenguaje homogéneo y preciso, cuyos principios se mantendrán inalterables a pesar
de los cambios. Roma verá en el arte griego un arte classicus, es decir, de calidad y digno de imitar.
Por eso, en las artes plásticas se imita y copia las producciones griegas, aunque la arquitectura
romana tendrá un sello propio; sin embargo, también aquí son heredados los criterios de
racionalidad, así como las referencias decorativas y de medida de los griegos, como los órdenes.
Esta vinculación del arte romano al griego explica que se pueda hablar de una continuidad directa de
lo clásico entre ambas civilizaciones, y que se incluya, por tanto, al arte romano dentro del
clasicismo.
I. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Los pueblos situados en la zona oriental del Mediterráneo y las islas del mar Egeo llegaron a
constituir brillantes civilizaciones: la civilización cretense o minoica (2200-1400 a.C.) y la
civilización micénica (1600-1200 a.C.). su gran desarrollo cultural y artístico sirvió para la
formación del arte griego; de ahí que a su cultura se le denomine prehelénica.
La civilización griega ocupaba parte de los territorios de la península de los Balcanes, las islas del
Egeo, la zona costera de Asia Menor y Creta. Su historia puede dividirse en: época arcaica (del
siglo VIII al 480 a.C.), época clásica (480-330 a.C.) y época helenística (330-siglo I a.C.).
I. 1. LAS CIVILIZACIONES CRETENSE Y MICÉNICA
El mar Egeo fue protagonista de un intenso tráfico comercial, con una importante ruta entre Creta y
los litorales asiático y africano. Debido a su privilegiada situación geográfica, Creta vivió un gran
esplendor comercial. Las islas del mar Egeo, Creta y las Cícladas hicieron de puente entre la Grecia
continental y las ciudades costeras asiáticas. Los navegantes y comerciantes cretenses negociaban
con metales preciosos, aceite, trigo, esclavos, manufacturas, etc. [ver mapa]
Creta se erigió en centro de una gran civilización urbana, llamada también minoica. En los centros
urbanos se han encontrado palacios en los que ejercía el poder un príncipe, que representaba a la
clase rica de comerciantes armadores: la talasocracia cretense.
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Después del 1400 a.C., la civilización cretense entró en declive y los cretenses quedaron expuestos
al expansionismo de los griegos aqueos o micénicos.
Los griegos de Micenas eran pueblos indoeuropeos que se habían asentado en la Grecia
continental a comienzos del II milenio a.C. (edad del Bronce). Los aqueos se establecieron sobre la
población autóctona y crearon una sociedad militar que vivía de la agricultura, la artesanía, el
comercio y la guerra. Exportaban lana y cerámica e importaban metales y objetos de lujo. Las clases
dirigentes de las diferentes monarquías o reinos estaban formadas por reyes, grupos de funcionarios
y jefes militares.
La expansión micénica se dirigió hacia el Mediterráneo occidental, hacia el norte de Europa y hacia
las costas e islas del Mediterráneo oriental, y el mar Egeo. La expansión comercial y marítima dio
origen a las leyendas míticas de los viajes de Ulises y de los de Jasón y los argonautas. Las mismas
causas desencadenaron la guerra de Troya, narrada por HOMERO, en la Ilíada y la Odisea, en las
que explica el asedio de Troya realizado por los aqueos.
La civilización micénica llegó a su fin con la invasión de los dorios, el incendio de los palacios, el
cambio climático, la disminución de las cosechas y los levantamientos campesinos.
I. 2. GRECIA Y LA POLIS GRIEGA
La invasión de los dorios (s. XII a.C.) abrió un período de conflictos, migraciones de pueblos enteros
y destrucción de ciudades. De este modo se inició en Grecia una época oscura que duró hasta el s.
VIII a.C.; en este momento, comenzó el llamado período arcaico (ss. VIII-V a.C.) de la historia de
Grecia. La época arcaica es una época de formación, de tanteo y concreción de algunas de las
formas artísticas que culminarán en la siguiente etapa. En estos primeros tiempos afloran y se
perfeccionan, sobre el sustrato propio, las diferentes influencias que concurren en el arte griego: la
de la civilización cretense, la civilización micénica y, sobre todo, las grandes civilizaciones orientales,
especialmente la egipcia. Es una época en la que el arte evoluciona desde el geometrismo y la
abstracción de raíz oriental hacia el naturalismo expresivo.
Las características físicas de Grecia, de relieve montañoso, impulsaron a los pueblos griegos hacia
la expansión por el mar Mediterráneo, para comerciar y guerrear. Otra de sus actividades fue la
agricultura (cereales, vid y olivo), cuyos productos utilizaban para comerciar. La capacidad comercial
de las ciudades griegas fue un factor decisivo en su expansión política y cultural por el Mediterráneo.
El bajo rendimiento de los campos, el aumento de población y la falta de tierras para el cultivo dio
origen a un proceso de colonización del Mediterráneo [ver mapa]. Poco a poco se fue formando un
verdadero imperio colonial helénico, aunque las relaciones de las nuevas ciudades con la península
griega fueron simplemente comerciales y culturales. En estos lugares los griegos implantaron su
civilización, que allí floreció de forma extraordinaria; de manera que, al hablar de la civilización
griega, no nos estamos refiriendo al reducido ámbito geográfico de la actual Grecia, sino al amplio,
diverso y rico mundo por el que los griegos extendieron su lengua, sus mitos, sus dioses…, su modo
de vida, en definitiva, convirtiendo a la cuenca mediterránea en el verdadero crisol de la civilización
clásica. Durante la colonización, Grecia chocó con los imperios de Asia menor (actual Turquía), lo
que originó las guerras médicas (s. V a.C.) contra los persas. Los griegos obtuvieron la victoria
gracias al poderío naval de la ciudad de Atenas.
La organización política en la época arcaica estaba basada en las polis. Éstas eran ciudadesEstado gobernadas por una aristocracia de grandes propietarios. Este sistema de poder en manos
de un grupo privilegiado se denomina oligarquía.
A partir del s. V, comienza la época clásica, en la que Atenas implanta la democracia (gobierno del
pueblo), basada en la participación política de todos los ciudadanos. En la democracia ateniense los
ciudadanos formaban parte de la Asamblea (Ekklesía), en la que se decidía la paz, la guerra, los
pactos y las alianzas; se aprobaban leyes y nombramientos, etc. La participación democrática se
negaba a esclavos, extranjeros (metecos) y mujeres. El período clásico representa la culminación y
perfeccionamiento de todas las manifestaciones artísticas griegas, tanto a nivel formal como técnico.
Esta plenitud coincide, y no por casualidad, con el apogeo político, económico y cultural de las
“polis” griegas, en especial Atenas. El siglo V a. C. es el verdadero siglo de oro de la cultura griega.
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La decadencia política de las polis a lo largo del s. IV a. de C., consecuencia directa de las guerras
del Peloponeso, marca un cambio fundamental en el arte, que evoluciona hacia nuevas formas de
expresión.
El período helenístico (ss. IV-I a.C.) se abre tras la conquista de las polis griegas por el rey FILIPO
de Macedonia. Con su hijo, ALEJANDRO MAGNO, se extendió la cultura griega por su enorme imperio
(336-323 a.C.). Con la cultura griega viajaron las formas artísticas y las soluciones técnicas ideadas
por los griegos, que, a partir de ese momento, se convirtieron en el referente estético indiscutible en
toda la cuenca mediterránea. Para muchos historiadores esta etapa está ya fuera de los límites
cronológicos del arte griego, por considerar que sus resultados estéticos son distintos del arte griego
clásico.
Tras las numerosas conquistas de Alejandro, las ciudades griegas quedaron integradas en un vasto
imperio, que muy pronto se fragmentó en reinos independientes, donde la cultura griega siguió
floreciendo en contacto con las culturas originarias de los territorios “helenizados”. Los generales
que se repartieron el imperio de Alejandro (los diádocos) impusieron las formas de gobierno
monárquicas. El progresivo avance de Roma por el Mediterráneo oriental acabará integrando los
reinos helenísticos en el vasto imperio creado por los romanos. Con la fusión de estas dos grandes
corrientes surge lo que se conoce como cultura clásica, fundamento de la civilización occidental.
Los griegos desarrollaron las principales ciencias: la matemática, la astronomía, la física, la
medicina, la biología, la geografía y la historia. En su búsqueda de explicaciones racionales a los
fenómenos de la naturaleza, basándose en la razón y la inteligencia, nació la filosofía, el
pensamiento racional. Los padres de la filosofía fueron SÓCRATES, PLATÓN y ARISTÓTELES.
Para los griegos tuvo gran importancia la poesía, cuyo máximo representante fue HOMERO (la Ilíada,
la Odisea). Estos poemas épicos relatan el mundo anterior a la civilización griega.
Grecia, y en especial el mundo helenístico, sentó las bases de lo que es el arte. El arte se empezó a
considerar como objeto de admiración, de deleite y de posesión, sin necesidad de estar vinculado a
una función. También cambió la concepción del artista, que empezó a ser reconocido y a viajar para
realizar numerosos encargos.
II. LOS PRECURSORES DEL ARTE GRIEGO
Hacia el III y el II milenios a.C., se desarrollaron la civilización minoica y la micénica. A la civilización
cretense y su arte le sucedió el arte micénico, que derivaba del primero tanto en la forma como en el
contenido. Ambos estilos artísticos fueron definiendo los modelos artísticos griegos, que aunque
añadieron nuevas formas y nuevos temas, no supusieron una ruptura cultural brusca, sino una
transformación paulatina.
II. 1. EL ARTE PREHELÉNICO: RASGOS COMUNES
El pueblo micénico y el cretense, aunque desarrollaron un arte propio, presentan lazos artísticos
compartidos:

Las construcciones más representativas son los palacios y las ciudades.

La arquitectura es arquitrabada (se limita al uso del dintel, como en Egipto).

Sitúan en primer plano la columna, que será un elemento arquitectónico fundamental en
Grecia y Roma. En los monumentos prehelénicos, es habitual aligerar la carga del dintel
formando un vano triangular, por lo que las puertas de las murallas y ciudades suelen ser
trapezoidales.

Las paredes estaban decoradas con pinturas de rico colorido, que nos proporcionan
abundante información sobre estas civilizaciones.

Se inspiran en la naturaleza, los animales y las plantas. Abundan las representaciones
naturalistas de la vida vegetal y marina.
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II. 2. EL ARTE MINOICO
La civilización minoica se caracteriza por su gran esplendor y riqueza. En sus principales ciudades
(Cnosos, Festos y Hagia Tríada) se conservan restos de grandes palacios. Las ciudades cretenses
estaban organizadas a base de numerosos ejes dispuestos ortogonalmente, lo cual facilitaba la
defensa. Además, estaban emplazadas en lugares estratégicos, los muros estaban formados por
grandes sillares escuadrados y solían tener un punto central en una monumental plaza o patio.
En ellas han aparecido grandes palacios: construcciones adinteladas, de amplios patios, con
escalinatas, un laberinto de salones, almacenes y baño.
En esta ciudad palacio es muy abundante la característica columna cretense de madera. Consta de
una sencilla basa de piedra, un fuste de sección redonda, en forma de tronco de cono invertido, y
un capitel constituido por un grueso equino y un gran ábaco. Es un antecedente de la columna
dórica griega.
Las columnas y paredes están cubiertas con pinturas, frescos de escenas naturalistas. Los colores
empleados son planos, las figuras mantienen la ley de la frontalidad y la postura egipcia de los pies
de perfil y el pecho y el ojo de frente. Es un arte de perfiles, de formas ondulantes, sin proporción ni
perspectiva. Abundan los motivos de la naturaleza, vegetales y animales, sometidos a una intensa
estilización. Están representadas la fauna marina, figuras humanas (como el Príncipe de los lirios de
Cnosos), la tauromaquia, etc.
Apenas hay esculturas de gran tamaño. Tan sólo se conservan pequeñas figuras femeninas
realizadas en marfil y oro. Esta técnica se conoce como criselefantina y sería muy habitual en la
gran estatuaria griega. Además del bulto redondo, se trabaja también el relieve, especialmente en
vasos y cerámica.
Los tipos escultóricos presentan gran naturalismo en las actitudes, con formas estilizadas,
alargamiento de las proporciones, estrechez de caderas, tipo atlético y movimientos rítmicos. Los
temas representados son ceremonias religiosas, escenas militares, de caza, tauromaquia, atletismo
y trabajos.
II. 3. EL ARTE MICÉNICO
La cultura micénica se desarrolló en territorio griego, especialmente en Micenas y Tirinto. El arte
micénico es naturalista, curvilíneo y de ritmo decorativo. Sus palacios poseían una rica
ornamentación. La escultura fue poco practicada, excepto en los relieves de frisos arquitectónicos.
Las ciudades son verdaderas acrópolis, fortificadas, con murallas ciclópeas para su defensa. Las
murallas se levantaban a base de grandes sillares, con entradas monumentales adinteladas. Sobre
el dintel de la puerta colocaban relieves de seres que protegen la ciudad de un posible invasor. El
edificio habitual es el mégaron o casa micénica: es una sala rectangular con un pórtico de columnas
que sirvió como modelo para el templo griego. Los monumentos funerarios micénicos, los tesoros,
estaban compuestos por un largo corredor y una cámara circular al fondo, cubierta por una falsa
cúpula, construida mediante aproximación de hiladas. Destaca el tesoro de Atreo.
La escultura micénica revela una fuerte influencia de la cretense, aunque con personalidad propia.
En las murallas de la ciudad de Micenas encontramos la puerta de los Leones, una de las pocas
muestras de esta escultura. Esta obra puede considerarse como el origen del tímpano escultórico
griego.
III. FUNDAMENTOS SOCIALES Y CULTURALES DEL ARTE GRIEGO
Dimensión humana
Todas las manifestaciones culturales de Grecia están presididas por una preocupación por el
hombre. Se trata de una cultura antropocéntrica, como define PROTÁGORAS: «el hombre es la
medida de todas las cosas». Las formas escultóricas plasman los aspectos visibles de la concepción
ideal del hombre; los héroes homéricos de La Ilíada conmueven por sus sentimientos y debilidades;
incluso los dioses están concebidos a imagen y semejanza del ser humano, cuyas pasiones
comparten (amor, celos, odios); asimismo, intervienen en las discordias entre sus protegidos.
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Organización política: la polis
Frente a los grandes Estados orientales, cuyas dimensiones territoriales exigen un poder coactivo,
que suprime la libertad del individuo, el griego se organiza en ciudades-Estado. En la organización
primitiva, la koiné (aldea), se mantenía el régimen gentilicio, el grupo de familias unidas por un
tronco común. Las sucesivas invasiones de pueblos que entran en la península helénica obligan a
buscar una organización más amplia, la polis, que se antepone a los intereses de los génea (grupos
familiares).
Los griegos nunca constituyeron una nación o estado unitario en el sentido moderno del término. Se
trataba más bien de un conjunto de tribus que tenían en común la lengua, la creencia en unos
mismos dioses y mitos ancestrales, así como unos mismos antepasados. Es decir, compartían una
misma cultura. Nunca llegaron a constituir un Estado homogéneo y siempre estuvieron organizados
políticamente mediante las polis, independientes entre sí y, a menudo, rivalizando entre ellas en
continuas guerras.
En principio, la polis es solamente la parte alta de la ciudad, la fortaleza y el templo, y sus
componentes forman una asociación de culto y defensa; posteriormente, engloba la parte baja,
donde se asientan los mercaderes. Cada polis se otorga su base económica y su régimen de
gobierno, cuyos modelos son Esparta (polis de economía cerrada, agricultura y régimen
aristocrático) y Atenas (polis de economía abierta, comercial y régimen democrático).
Ideal político: la democracia
Una serie de hombres políticos relevantes: SOLÓN, EFIALTES, CLÍSTENES, PERICLES, se esfuerzan en
configurar para Atenas un régimen político basado en la igualdad (isonomía) y el gobierno del
pueblo. La ley aglutina la ciudad más hondamente que la tierra, el comercio o la religión; algunos
pensadores la consideran un don de los dioses. Frente a la concepción de que existen hombres con
talento político innato, PROTÁGORAS defiende que cada hombre tiene una parcela de sentido cívico
perfeccionable por la experiencia. En consecuencia, el ciudadano tiene el deber de colaborar en los
asuntos públicos.
Las instituciones democráticas: Ekklesía (Asamblea del pueblo), Boulé (Asamblea reducida),
magistraturas, tribunales (Areópago, Heliea), exigen unos espacios para sus reuniones y
funcionamiento y suscitan la necesidad de edificios públicos. La ecclesía ateniense se reunióa en la
Pnyx, colina situada al pie de la Acrópolis.
El pensamiento
Los griegos fueron los primeros que se plantearon una forma de pensar racionalista; es decir, que
trataron de dar una respuesta razonable, lógica, no mitológica, a los interrogantes de la vida y de la
naturaleza. Este análisis racional griego constituyó una verdadera revolución y fue la base de la
manera de pensar de los europeos a lo largo de la historia.
La religiosidad
Más que de una religión con su teología y su estructura, en Grecia debemos hablar de religiosidad;
es decir, de un sentimiento de relación con los dioses, que cada vez serán más parecidos a los
humanos. No tenían dogmas, ni predicación, ni clero (salvo en los oráculos de los santuarios). El
culto a los dioses de la ciudad unía a sus ciudadanos; y lo mismo ocurría, en los grandes santuarios
(Olimpia, Delfos y Eleusis), con los griegos de todos los rincones del mundo helénico.
Esta religiosidad fue muy importante para el arte: por un lado, se multiplicaron los templos y
santuarios; por otro, la temática religiosa exigió una determinada disposición de la arquitectura de
los templos y, además, se plasmó en los relieves que los decoraban.
IV. RASGOS GENERALES DEL ARTE GRIEGO
a) La belleza de este arte se fundamenta en la adecuada utilización de las medidas y las
proporciones. La belleza es proporción, medida y equilibrio.
b) El ser humano y su cuerpo eran la base esencial del arte griego, concepto que se retomó en
el Renacimiento. Los edificios griegos están proporcionados a la escala del ser humano.
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c) La escultura y la pintura griegas tenían un carácter arquitectónico, ya que decoraban los
edificios públicos y privados. La sobriedad y la armonía de las proporciones son elementos
reconocibles en la arquitectura.
d) Los órdenes arquitectónicos (dórico, jónico y corintio) surgieron para conseguir la armonía
entre las partes del edificio y entre sus elementos.
e) La función principal de la arquitectura, la pintura y la escultura fue su carácter público,
religioso y conmemorativo (de las competiciones atléticas, por ejemplo).
f)
Representación naturalista de la figura humana, tanto en el aspecto formal como en la
intención expresiva del movimiento y las emociones. Sobresalen la escultura mayor, los
grupos escultóricos y los relieves. La escultura griega era de carácter religioso: decoraba los
frisos y el interior de los templos, estelas funerarias, etc.
g) Los temas escogidos para la pintura, la cerámica y el mosaico ilustran los mitos griegos, las
historias de sus dioses y héroes, la vida diaria de la época, luchas míticas, etc.
h) El material empleado era la piedra (sobre todo, el mármol blanco del Pentélico) y, en escultura,
tanto la piedra como el bronce.
PERIODIZACIÓN
La evolución del arte griego seguirá una periodización muy similar en todas sus manifestaciones,
cuyos períodos más importantes son:

Período Arcaico: siglos VIII-VII a.C.

Período Clásico: s. V a.C., con subperíodos:

o
Clásico Severo (500-450 a.C.)
o
Clásico Pleno (450-400 a.C.)
o
Clásico Tardío (400-350 a.C.)
Período Helenístico: 330-30 a.C.
V. URBANISMO Y CONCEPCIÓN DEL ESPACIO
En la Grecia clásica, la configuración política de la ciudad-Estado requiere la construcción de
recintos urbanos, ya que la simple yuxtaposición de casas sin un orden deliberado no podría
satisfacer las múltiples funciones que se piden a la ciudad. Tres de estas funciones son las que
influyen en el nacimiento de la polis:
a) Militar: Se elige el lugar más fácil de defender: la acrópolis (fortaleza), que repite la fórmula de
Micenas.
b) Económica: Se busca un emplazamiento que facilite el acceso desde el mar o próximo a un
cruce de caminos naturales. En Atenas, el ágora desplazó a la acrópolis como centro de la
vida urbana, cuando la complejidad de los intercambios comerciales exigió una ubicación en un
lugar más accesible.
c) Estética: el marco natural debe satisfacer los ideales de belleza de los griegos.
Lógicamente, la extensión de la polis por el Mediterráneo, con las colonizaciones, hizo que la
planificación de las nuevas ciudades adquiriera importancia. Los templos dominan la ciudad, en
emplazamientos elevados, evocando la idea de una deidad protectora.
V. 1. ELEMENTOS DE LA POLIS

Acrópolis: era la parte alta de la ciudad, un recinto fácilmente defendible donde destaca el
templo, dedicado a la divinidad protectora de la polis y donde se guardaba sus tesoros.

Ágora: plaza principal de la ciudad, imprescindible en su desarrollo, ya que se dedicaba a las
actividades públicas. Se construyeron dos tipos de ágora, según su función (política o comercial):
uno, como ámbito de la administración y de reunión del pueblo en solemnidades; otro, como el
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lugar del comercio y los negocios. Por su morfología, se pueden clasificar en ágoras de tipo
antiguo, de forma irregular, y de tipo nuevo (introducido por HIPODAMOS), de disposición más
regular, con edificios diversos, como:

-
Buleuterio, eclesiasterio, prytaneion: son los edificios públicos para reuniones políticas.
-
Teatro, odeón, estadio, stoá, gimnasio, palestra, para el disfrute de los ciudadanos [ver
apartado sobre tipos arquitectónicos].
Calles con columnatas o soportales: Son más utilizadas en la época romana; protegen del
calor y el frío, y se multiplican en las ciudades coloniales, donde las condiciones climáticas
exigían mayor protección.
V. 2. EL URBANISMO
A diferencia de la cultura egipcia, todos los edificios deben estar proporcionados a la escala
humana. Esta escala comienza por la utilización de un material en piezas no excesivamente
grandes (sillares), para que la arquitectura no sea desmesurada. Por otra parte, no es sólo el
espacio interno lo que preocupa a los arquitectos, sino la concepción del edificio como parte de un
conjunto. Más que arquitectura, los griegos hacen urbanismo: no buscan la creación de espacios
interiores, sino los valores plásticos de los edificios dentro de un conjunto.
Se estudian además todas las perspectivas, la relación con la naturaleza y la topografía. La
Acrópolis ateniense constituye, con el santuario de Delfos, uno de los dos ejemplos más notables de
esta relación entre espacio natural y espacio construido. En esta línea, se procura la multiplicidad de
puntos de vista, como sucede en Delfos al ascender hacia el templo de Apolo.
En resumen, el constructor griego estudia la escala, la dimensión comunitaria del edificio, su
funcionalidad, la relación con la topografía, las perspectivas que deben ser favorecidas por la
disposición de las otras construcciones. Si un edificio no es simplemente una agregación de piedras,
una ciudad no es una agregación de edificios. La aportación decisiva es la concepción del espacio
urbano o espacio exterior a la edificación aislada. En Grecia nace el urbanismo, igual que la
ciencia, la filosofía y la Historia.
En la época helenística muchas ciudades nuevas adoptaron el plano hipodámico u ortogonal, con
el fin de racionalizar el espacio urbano. La ciudad se desarrolla en cuadrícula, es decir, con una
trama ortogonal o con las calles en damero. Los modelos más antiguos fueron planificados por
HIPODAMOS DE MILETO en Grecia; de ahí que este plano se conozca como trazado hipodámico: un
trazado caracterizado por la regularidad y claridad, modelo difundido desde el urbanismo helenístico
y romano hasta nuestros días.
VI. LA ARQUITECTURA
La arquitectura griega y, en consecuencia, el templo clásico, se definen por su armonía constructiva.
Así pues, la arquitectura griega será número, proporción y equilibrio, ideales todos ellos de
belleza, según la concepción racional y ordenada de la sensibilidad griega. Asimismo, en la
arquitectura se observa una verdadera obsesión por la perfección técnica, como muestran el
perfecto acabado de los muros o los reajustes ópticos que veremos.
VI. 1. CARACTERÍSTICAS GENERALES
a) Los griegos construyeron sus edificios con una preocupación por la apariencia exterior (debida a
que el edificio se concibe como miembro de un conjunto). En especial el templo es una
construcción para ser contemplada. Destacan, pues, los valores escultóricos y volumétricos
del edificio. El edifico se concibe como una escultura.
b) Es una arquitectura arquitrabada, de apariencia serena, al basarse en una estructura de líneas
horizontales y verticales; entraña dificultades para la elevación en altura.
c) El material utilizado fue, en primer lugar, el conglomerado o piedra arenisca (llamado poros),
como en el templo de Zeus en Olimpia. El mármol no se usó hasta mediados del s. V, en el
templo de Apolo en Delfos y el Partenón, por las dificultades que suponía su trabajo. El aparejo
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de los muros se hace con sillares de tipo isódomo, perfectamente cortados y uniformes,
dispuestos a soga y tizón, sin ningún tipo de argamasa y sujetos por clavijas llamadas colas de
milano. Con posterioridad, las hiladas se pulían para completar el acabado.
d) Los griegos circundaban los edificios con la columna (stylo), que era tratada de forma estética.
Ésta es el elemento fundamental de esta arquitectura y donde se plasman los diferentes órdenes
arquitectónicos griegos: dórico, jónico y corintio, a partir de los elementos y peculiaridades
aportados por cada pueblo.

Orden dórico: es un orden sobrio, de proporciones robustas y austero en su decoración. El
fuste de la columna, sin basa, es estriado con arista viva. El capitel está formado por el
equino (elemento curvo), al que se sobreponía el ábaco (bloque rectangular). El entablamento
está compuesto por el arquitrabe liso y el friso, con triglifos y metopas. El friso se remata con
la cornisa y el frontón.

Orden jónico: orden de proporciones esbeltas y delicadas. Las columnas son más altas y
delgadas que las del orden dórico (la altura es de 9 veces su diámetro, 18 módulos). El fuste,
cilíndrico, con acanaladuras y monolítico, se apoya sobre una basa ática (dos toros
separados por una escocia); a veces se apoya en un pedestal cuadrado llamado plinto. El
capitel tiene volutas a los lados y está decorado con una línea de ovas y un cordón de perlas.
El entablamento presenta un arquitrabe dividido entres fajas horizontales (platabandas) y el
friso corrido liso, o decorado con relieves y cornisa; en ésta se tallan dentellones, óvulos y
otras molduras lisas u ornamentadas. El frontón está decorado por acróteras. A veces, se
sustituye la columna por una figura humana (cariátide o atlante).

Orden corintio: su columna es de fuste muy esbelto y, como la jónica, tiene basa y astrágalo
(o collarino), pero el equino del capitel se decora con hojas de acanto y el ábaco tiene lados
cóncavos. Se acentúan los elementos decorativos en el friso y la cornisa. Es el más
ornamental de los cinco órdenes clásicos, desarrollado por los griegos en el siglo IV a. de C.,
pero empleado con mayor profusión en la arquitectura romana.
e) Los órdenes surgieron como soluciones que buscaban la armonía de los elementos
arquitectónicos y decorativos. En los templos griegos no hay dimensiones fijas, sino relaciones
fijas de proporción entre las diferentes partes del edificio, lo que da lugar a conjuntos
equilibrados. Las diversas partes del edificio se relacionaban entre sí y con el conjunto en altura,
anchura y longitud, con proporciones aritméticas y geométricas. Para ello, los griegos emplearon
el módulo, que viene determinado por la relación entre anchura y altura en el fuste de una
columna.
f)
Así pues, para el artista griego la belleza es, ante todo, proporción y medida; es la antítesis de la
arquitectura egipcia o mesopotámica, caracterizada por el colosalismo y la desproporción. La
arquitectura griega es anticolosal: está concebida desde la dimensión humana, hecha a la
medida de las personas, aunque pueda servir para honrar a los dioses.
g) El número de oro, sección áurea o proporción áurea, es uno de los conceptos matemáticos
relacionados con la naturaleza y con el arte. Se denomina con la letra griega (Phi), en memoria
del escultor griego FIDIAS. Una sección áurea es una división en dos de un segmento según
proporciones dadas por el número áureo. La longitud total a+b es al segmento más largo a como
a es al segmento más corto b. De esta manera se establece una relación de tamaños con la
misma proporcionalidad entre el todo y sus segmentos. El número áureo aparece en las
proporciones que guardan edificios, esculturas, objetos, partes de nuestro cuerpo… Un ejemplo
de rectángulo áureo en el arte es el alzado del Partenón griego.
h) En la ornamentación se alternaban superficies lisas y decoradas, distribuyendo la decoración
en relación con las formas estructurales del edificio: columnas acanaladas, capiteles decorados,
arquitrabe liso, friso decorado, acróteras…
i)
Presentaba decoración cromática. azul en los triglifos, rojo en el fondo de las metopas, planos
dorados, etc. La policromía era plana y, por lo general, se aplicaba con una capa de estuco
sobre el mármol.
j)
Búsqueda de una armonía visual, que obligaba a separarse de las medidas matemáticas.
Ciertos recursos técnicos permitían corregir las alteraciones ópticas que produce la
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contemplación de un edificio. Estos refinamientos ópticos, a mediados del s. V a.C., consistían
en:

La curvatura del entablamento y del estilóbato hacia arriba, para evitar el efecto de pandeo,
de vencimiento por el centro.

La inclinación de las columnas hacia adentro para impedir la sensación de caída, y así crear
el llamado efecto piramidal.

La éntasis (ensanchamiento) del fuste de las columnas, para reducir el efecto de concavidad
que producen las columnas de lados rectos.

La mayor anchura de las columnas de los ángulos (que se recortan nítidamente en el
horizonte); así, se anulaba el achatamiento óptico y la impresión de debilidad que se produce
en ese punto.

Desigual distancia de los intercolumnios (espacio entre columnas).
Tales modificaciones no respondían a necesidades funcionales ni estructurales, sino al idealismo
estético con que se aborda la construcción, para responder a las exigencias del espíritu humano y
corregir los efectos ópticos que sufre toda estructura basada en líneas horizontales y verticales.
VI. 2. TIPOS ARQUITECTÓNICOS
Dado que la arquitectura griega se proponía crear espacios para la vida colectiva, su estudio debe
contemplar tanto los edificios aislados como los conjuntos: santuarios, acrópolis y ciudades.
El modo en que estaban organizadas políticamente las polis griegas no facilitó el desarrollo de una
arquitectura palaciega, aunque sí permitió el desarrollo de otros edificios de carácter civil o religioso:
teatros, santuarios, gimnasios, etc., que combinan los ideales de belleza con soluciones prácticas de
primer orden adecuadas a la vida ciudadana.
Por reflejar una religión común en todas las ciudades-Estado, el edificio fundamental y
materialización de los ideales estéticos griegos es el templo, que se concibe como residencia del
dios con sus tesoros, no como un lugar de oración o recogimiento para los fieles; de ahí que su
concepción del espacio interior carezca de relevancia arquitectónica: lo que importa es la
concepción del espacio exterior, su volumen.
El templo griego tiene su origen en el megarón prehelénico, construido de madera. Se situaba en un
lugar aislado y de carácter sagrado (témenos), al que se accedía por unas puertas monumentales
(propíleos). El culto se realizaba en el exterior, frente al pórtico principal del templo.
Los templos suelen tener una sala rectangular (náos o cella), dividida en naves (de una a tres), con
la estatua de la deidad; la cámara, anterior (prónaos) es un vestíbulo abierto; la posterior
(opisthódomos), podía servir para guardar el tesoro del dios. El edificio presentaba en su exterior
un peristilo con columnas (de piedra, desde el s. VI a.C.). La construcción se apoya sobre un
basamento de gradería (krepís), que contribuye a realzar la mole y a protegerla de la humedad.
Este basamento se compone de estilóbato (plataforma sobre la que se colocan las columnas) y
estereóbato (las gradas para subir al templo). La columna arranca del suelo con o sin basa, y
continúa con el fuste, en cuyo extremo superior se sitúa el capitel.
Sobre el capitel se fija el sistema arquitrabado, denominado entablamento, que está formado por el
arquitrabe, el friso y la cornisa. La cubierta es a doble vertiente, lo que origina en cada fachada un
cuerpo triangular denominado frontón, cuyo espacio interior, el tímpano, estaba decorado con
escenas escultóricas. La fachada es el elemento principal del templo, donde se crean los llamados
órdenes arquitectónicos.
Los restos son más abundantes en el estilo dórico. En principio, las columnas se construían en un
solo bloque (como en el templo de Apolo en Corinto, s. VI a.C.), pero pronto se recurrió al sistema
de cilindros superpuestos (templo de Hércules en Agrigento y de Ceres en Paestum, finales del s. VI
a.C.). el Partenón de Atenas supone la plenitud del dórico. El Erecteion, con su tribuna de las
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Cariátides, es un ejemplo del estilo jónico en la Acrópolis de Atenas. El corintio se introduce en fecha
tardía y se generaliza ya en la época helenística.
Según la disposición de las columnas en el exterior del templo, éste recibe distintos nombres:

In antis. Los pilares de los muros laterales sobresalen, por lo que posee dos columnas en la
fachada principal, pero en la misma línea del muro.

Próstilo: presenta columnas sólo ante la fachada principal, y los muros laterales no se
prolongan.

Anfipróstilo: columnas ante las dos fachadas.

Períptero: las columnas rodean todo el edificio.

Seudoperípteros: las columnas rodean todo el edificio, pero están adheridas al muro, de modo
que el peristilo no es transitable.

Díptero: templo períptero con doble fila de columnas.

Seudodíptero: templo períptero, con una sola hilera de columnas alrededor, pero a una
distancia mayor de dos intercolumnios desde la pared.

Monóptero: circular (es el llamado thólos).

Áptero: sin columnas.
De acuerdo con el número de columnas que presenta la fachada, el templo será dístilo, tetrástilo
(cuatro), exástilo (seis), octástilo…
El teatro dibuja sus gradas (cávea) sobre la falda empinada de una colina y aprovecha el mismo pie
de la colina para la construcción de la skené (escena) y la orchestra (donde se sitúa el coro). El
teatro mejor conservado del mundo griego es el de Epidauro, notable por su visibilidad y su acústica
y sorprendente por la perfecta geometría de sus líneas (POLICLETO EL JOVEN, ca. 350 a.C.).
Los estadios griegos también estaban situados en las laderas de las colinas o en un valle, cuyos
desniveles se utilizaban para la gradería. Solían ser de forma rectangular muy alargada. Con los
extremos redondeados o cuadrangulares, y con graderías en los lados. Estaba destinado a las
carreras de atletas. El más antiguo es el de Olimpia. El hipódromo tenía las mismas características
y estaba destinado a las carreras de caballos y carros.
En el odeón se celebraban concursos musicales. Era un edificio cuadrangular con pórticos a los
lados y con varias hileras de columnas que soportaban la cubierta.
Las columnatas o stoas se edificaban para servir como refugio del sol o la lluvia en los lugares
donde se reunía la gente, como en el ágora, santuarios y mercados. La stoa de Atalo (150 a.C.), en
Atenas, tenía dos pisos, con columnas dóricas y jónicas.
Otros edificios públicos fueron los gimnasios y las palestras. Ambos incluían baños, piscinas,
campos de atletismo, etc. La lucha y el boxeo se practicaban en las palestras, que estaban
parcialmente cubiertas.
La vivienda griega se articulaba en torno al peristilo, patio con columnas al que se asomaban las
habitaciones y que equivalía, en el ámbito familiar, al ágora urbana.
En la vida griega, los festivales religiosos o cívicos en los santuarios desempeñaron un papel
unificador, al congregar en un lugar y con una motivación a individuos procedentes de todas las
polis. Sobresalieron el culto a Zeus en Olimpia, del que formaban parte los juegos, y el de Apolo en
Delfos. Los santuarios tenían como centro el templo del dios y ofrecían una serie de elementos
comunes: los propíleos o pórtico, el camino de los peregrinos, los tesoros o templos votivos de
diferentes ciudades, el altar del sacrificio, el templo del dios principal, la stoá, el teatro y, a veces, un
estadio. Por su emplazamiento, Delfos es el más impresionante de los santuarios griegos.
VI. 3. ETAPAS
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Los griegos comenzaron usando el adobe y la madera en sus edificios. De ahí que algunos
elementos del templo griego deriven de la construcción de madera, como los triglifos (que se
corresponden con los extremos de las vigas) y las metopas (los espacios entre aquéllas).
EL PERÍODO ARCAICO
Desde el s. VII a.C. conservamos restos arquitectónicos griegos en los que comienzan a
generalizarse la piedra y el mármol. En el s. VI a.C. se levantaron grandes templos en los que prima
el orden dórico, con columnas anchas y ábacos muy volados: el templo de Hera en Olimpia (600
a.C.), el de Artemisa en Corfú, el de Apolo en Corinto (540 a.C.) y el tesoro de los Atenienses en
Delfos (500 a.C.). Su carácter severo respondería a la mentalidad de los dorios, griegos del
continente, de tradiciones agrícolas. Pero en este período también se construyeron templos en
orden jónico (templo de Artemisa, en Éfeso, 550 a.C.). Esta nueva ordenación arquitectónica
aparece hacia mediados del s. VI a.C. en Jonia, y muestra varios rasgos que la vinculan a la
mentalidad y tradiciones orientales y egipcias. Así, los valores simbólicos, tales como la concepción
del templo como bosque de la divinidad, que explica la mayor acumulación de columnas y sus
capiteles característicos. También su mayor esbeltez responde a una mentalidad más refinada y
orientalizante; y las dimensiones, que tienden a la monumentalidad, relacionan este orden con
influencias egipcias.
EL PERÍODO CLÁSICO
La arquitectura de esta etapa alcanza un alto grado de madurez, con un equilibrio entre los estilos
dórico y jónico. El clasicismo pleno se desarrolló en la segunda mitad del s. V a.C., bajo el
patronazgo de PERICLES. Éste ordenó construir la Acrópolis de Atenas, bajo la supervisión de FIDIAS.
Los monumentos más destacados de este conjunto son los Propíleos, el Erecteion, el templo de
Atenea Niké y, por encima de todos ellos, el Partenón.
Otras construcciones significativas de esta época son: el templo de Zeus en Olimpia (470-460 a.C.),
el templo de Segesta (Sicilia, finales del s. V a.C.), el teatro de Epidauro (350 a.C.) y el thólos de
Epidauro (350 a.C.).
En la primera mitad del s. IV a.C. aparece el orden corintio, cuyas características diferenciales se
concentran en el capitel. Inventado, según la leyenda, por el escultor Kalímaco, aparece por primera
vez en el templo de Apolo Epicurio en Basas, construido por Ictino.
EL PERÍODO HELENÍSTICO
El helenismo (desde finales del s. IV a.C. hasta la conquista romana, en 31 a.C.) es, en primer lugar,
la crisis de la polis, al englobarse las diversas ciudades-Estado en una unidad política mayor bajo el
dominio macedónico. En el imperio de Alejandro Magno no tienen sitio los ideales de armonía y
medida de la Grecia clásica, que son sustituidos por nuevos valores. Además, la amplitud temporal y
espacial de esta etapa hace inevitables las influencias de las diferentes culturas a las que se impuso
el arte griego de la época, lo que hace que presente novedades en relación con la tradición griega
anterior. Así, en arquitectura es la época de grandes conjuntos monumentales (siguiendo la
tendencia oriental a la grandilocuencia), como el altar de Pérgamo o el Coloso de Rodas, que
rompen con el ideal griego de armonía y proporción.
En esta época se fundaron muchas ciudades, con numerosos edificios públicos que tendían al
colosalismo; de ahí que la planificación urbana experimente un desarrollo importante. Continuó
utilizándose el orden dórico en templos pequeños, pero el más usado fue el corintio. Además, junto
al sistema arquitrabado comenzó a utilizarse la bóveda, que heredarán los romanos. En este período
también se fija la tipología del teatro. Edificios helenísticos importantes son el templo de Zeus
Olímpico (Atenas, 174-131 a.C.) y el altar de Zeus en Pérgamo (197-159 a.C.).
VII. LA ESCULTURA
Los ideales del pueblo griego se hacen patentes en la escultura, que muchas veces sólo nos es
conocida a través de copias romanas. Las raíces de la escultura griega son orientalizantes, ya que
los contactos económicos favorecieron el influjo de las formas plásticas egipcias en las primeras
fases del arte griego. Pero la constante evolución de éste hizo que pronto se distanciara de los
modelos iniciales, creando un mundo de formas nuevo y original. El camino recorrido por los griegos
se inicia en la época arcaica (s. VIII-VI a,C.) y culmina en la época clásica, durante el llamado "Siglo
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de Pericles" (S. V a.C.). Pero la escultura seguirá evolucionando hasta que Roma extienda su
dominio por las tierras del Mediterráneo oriental, incorporando a los reinos helenísticos a su imperio.
Este es el rasgo más característico de la escultura griega: el cambio, la exploración de nuevas
formas de expresión, al amparo de su idealismo estético de raíz platónica.
VII. 1. CARACTERÍSTICAS GENERALES
La escultura es el lenguaje que mejor muestra la búsqueda de los artistas griegos por alcanzar y
plasmar sus ideales de belleza, expresión, movimiento y volumen. Puede decirse que es la
estatuaria griega la que acuña el concepto de belleza del arte griego; por eso, se convierte en el
mejor compendio de los valores que se le asignan a ese ideal de belleza.
a) Los artistas griegos partieron de lo ya realizado por asirios, babilonios y egipcios para
desarrollar su propio lenguaje. Su evolución estará definida por una permanente búsqueda de
nuevas soluciones para plasmar en la figura humana sus concepciones de belleza física y
equilibrio espiritual (sofrosyne).
b) Alcanza su plenitud la belleza concebida como medida, proporción entre las partes, anatomía
armoniosa, idealización del cuerpo humano. De esta concepción surge la necesidad de
elaborar un canon anatómico. Estamos, por tanto, ante la plasmación del ideal de belleza
antropomórfica, que exalta el ideal del Hombre perfecto. La representación del cuerpo
humano desnudo se convierte en el eje temático de gran parte de la estatuaria griega. La
representación del hombre atlético y bien proporcionado se corresponde con el ideal varonil del
hombre guerrero y deportista.
c) Pero al artista griego no sólo le importa la belleza corporal: busca la expresión, entendida
como la exteriorización de los sentimientos; en la expresión se funde la dimensión espiritual del
hombre con su aspecto físico, su cuerpo.
d) Pero se trata, también, de una expresividad idealizada, donde sólo cabe la quietud y la
serenidad de ánimo, el equilibrio perfecto entre la belleza física y la belleza espiritual. Será en
la época helenística cuando el artista rompa este corsé expresivo para plasmar los
sentimientos humanos de forma realista y menos idealizada.
e) Otro objetivo es la representación del movimiento. El punto de partida es la rigidez y el
estatismo oriental que encontramos en las primeras esculturas del período arcaico (Kouroi y
Korai). Los artistas ensayarán todas las posibilidades plásticas del dinamismo, al adaptar la
escultura al marco arquitectónico: figuras que se doblan en los ángulos de los frontones,
grupos donde las figuras se relacionan de forma dinámica… En la etapa clásica, la flexibilidad
de los miembros, la tensión muscular y la agilidad adquieren una gracia y una viveza
inusitadas. La representación del movimiento reforzará los valores expresivos de la
escultura griega.
f)
Junto a la belleza, la expresión y el movimiento, el artista griego se preocupa por la
representación del volumen. Frente a la frontalidad egipcia, los griegos concebirán la
escultura como un arte de volúmenes que debe ser contemplado desde todos los ángulos y
puntos de vista posibles.
g) De ahí que la mayor parte de la escultura griega sea exenta (salvo los frisos con relieves de
los muros o los conjuntos de los frontones).
h) Los materiales empleados por los artistas griegos son: la piedra caliza (talla) en la época
arcaica y el bronce (modelado a partir de la técnica de la cera perdida) y mármol blanco en
la plenitud del clasicismo. La técnica más apreciada fue la criselefantina, reservada a la
divinidad y los templos.
VII. 2. ETAPAS
EL PERÍODO ARCAICO
Se extiende hasta el s. V a.C. y tiene su origen en unas pequeñas estatuillas de madera con función
votiva, las xoanas. La primera estatuaria griega en piedra parte de la serie de koúroi (atletas
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desnudos) y kórai (mujeres vestidas con manto y túnica de pliegues, frecuentemente sacerdotisas)
del siglo VII a.C. Se caracterizan por su abstracción y conservan la rigidez de los modelos orientales,
como se observa en la dificultad para doblar los dedos y extremidades. Sin embargo, el modelado
de los músculos, la esbeltez de la cintura y la representación de las articulaciones revelan una
observación naturalista de la figura.
Abundan los rasgos de arcaísmo: ojos almendrados, pelo ordenado en superficies geométricas,
expresión hierática (sonrisa arcaica). La ley de la frontalidad domina estas esculturas (koúros
Anavyssos, 540-515 a.C.; koúros de Sunion, 615-590 a.C.); pero los escultores aprenden a
conquistar diversas posturas, y en el primer cuarto del siglo VI a.C. las formas serán más
redondeadas. El Efebo critio muestra la evolución conseguida por los koúroi hacia el 500 a.C., con
un trabajo de las superficies que permite distinguir la estructura ósea y muscular.
Las kórai muestran una evolución similar. En la Dama de Auxerre, el cuerpo está tenso bajo un
peplo apenas pergeñado; en la Hera de Samos, los pliegues de la túnica y el manto se diferencian
claramente mediante incisiones. El paso del peplo dórico (simetría, escasez de pliegues) al jónico
(asimetría, diagonales, abundancia de plegado) marca el avance en las técnicas de blandura y
flexibilidad de las telas, que culminarán con FIDIAS en el período clásico.
La transición al clasicismo: el período severo
Alrededor del 500 a.C., asistimos a una evolución de la escultura, que va a liberarse
progresivamente de la rigidez y el estatismo del período arcaico, desarrollando pautas y criterios
más ágiles y dinámicos que anticipan el pleno clasicismo de mediados de siglo. También se
emplean más variedad de materiales, como el bronce o el mármol, y se aprecia mayor diversidad
temática. Esta fase se inicia con los relieves del templo de Afaya (en Egina), y en Olimpia. En los
frontones del templo de Afaya se ven ya la sonrisa egineta, la tristeza y el dolor. Las figuras se
adaptan al marco arquitectónico y la composición de las batallas exige el dominio del movimiento.
Valores similares son observables en otros relieves (Trono Ludovisi) y en los bronces (Auriga de
Delfos).
LA ESCULTURA CLÁSICA
Se extiende entre los siglos V y IV a.C. En el siglo V a.C. la escultura alcanza su máxima perfección
y serenidad, y se elaboran los tipos más representativos del ideal de belleza clásico. El ideal de
equilibrio griego encuentra en la escultura un medio de expresión. Es el siglo de PERICLES, el
arconte que gobernó Atenas en su esplendor político y económico, y que trasladó al arte la grandeza
de la polis capital del Ática. Como en arquitectura, será la acrópolis ateniense la que mejor canalice
el talento de los grandes escultores griegos de esta época, que acuden a la ciudad atraídos por las
oportunidades que brinda el programa edilicio del Estado ateniense.
Durante este período, se avanza en la representación de la expresión, más realista, mostrando una
especie de suave melancolía; también aparecen el escorzo y el contraposto, resultado del estudio
de la anatomía y del movimiento real de la musculatura. Los relieves, por su parte, reflejan un gran
avance en el tratamiento de la perspectiva, consiguiendo reflejar la profundidad, lo que da lugar a la
tridimensionalidad.
El ideal de belleza no presenta sólo una dimensión física sino, sobre todo, una profunda dimensión
espiritual. La proporción y el equilibrio son el fundamento de la virtud ciudadana, que alcanza su
mejor expresión en el triunfo del sistema democrático ateniense.
En el s. IV a.C., agotadas las posibilidades en la representación de la belleza ideal, los escultores
otorgan mayor atención a la expresión de los sentimientos en los rostros. Las figuras más
importantes son: MIRÓN, FIDIAS y POLICLETO, en el s. V a.C.; y SCOPAS, PRAXÍTELES y LISIPO, en el s.
IV a.C.
MIRÓN, un conocido broncista activo entre 470 y 440 a.C., fue el autor del Discóbolo, en el que se
pueden apreciar aún elementos que anuncian el clasicismo, pero sin conquistar plenamente sus
rasgos. También es autor del conjunto Palas Atenea y Marsias.
FIDIAS es considerado como el paradigma del clasicismo, aunque parte importante de su obra se
atribuye a su taller y a sus discípulos. La belleza serena de los rostros, la flexibilidad y transparencia
de las vestimentas, la combinación de equilibrio y vida hicieron que se le conociera como «escultor
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de dioses», pues fue capaz de materializar la concepción que los griegos tenían de sus divinidades.
Su legado más importante fueron las esculturas dedicadas a Atenea (como la monumental Athenea
Parthenos, de más de 12 m de altura), los relieves del Partenón, cuyas obras supervisó, y el Zeus
Olímpico (realizado tras su huida de Atenas, después de la caída de Pericles). Trabajó entre el 470 y
el 430 a.C.
La decoración escultórica del Partenón se hace directamente por FIDIAS o bajo su dirección, en tres
ámbitos: el friso interior de los muros de la cella (procesión de las Panateneas), las metopas y los
frontones. Las 92 metopas decoradas reparten su temática de la siguiente forma:
-
La Gigantomaquia, en la parte oriental.
-
La Amazonomaquia, en la occidental.
-
La Guerra de Troya, en la norte.
-
La Centauromaquia, en la zona sur.
Los frontones representan en la parte oriental el nacimiento de Atenea, ante su padre Zeus; en el
occidental o posterior, la disputa de Atenea con Poseidón, para lograr el dominio del Ática.
En los frisos, a lo largo de su perímetro (más de 200 m), se representa la procesión de las fiestas
Panatheneas, cuando toda la ciudad desfilaba tras las doncellas que llevaban al templo un riquísimo
peplo tejido por ellas mismas. En estos bajorrelieves queda patente todo el genio de este escultor, la
armonía de las figuras, sus composiciones siempre equilibradas, el tratamiento de los cuerpos, de
cánones proporcionados y delicada anatomía, las formas elegantes, y un rigor extremo en el
tratamiento psicológico de los personajes que se aleja definitivamente de la inexpresividad, para
afirmar el más sutil equilibrio espiritual.
La perfecta plástica de las obras fidíacas queda ejemplarizada en el tratamiento especial que realiza
de sus paños, elemento que utiliza con todas sus posibilidades expresivas, iniciando la técnica de
los paños mojados. Con ellos, acentúa la luz, dinamiza las figuras y acentúa la sutilidad de éstas,
gracias a la sensualidad que se desprende.
En las luchas de lapitas y centauros, el movimiento adquiere efectos dramáticos y las cabezas
presentan una gran variedad de expresiones. En el friso, las figuras se relacionan y se mueven con
elegancia, pero sin gestos efectistas innecesarios. El mismo sentido de la medida se observa en el
frontón, en la lucha entre Poseidón y Atenea.
POLICLETO es un teórico de la anatomía humana que recoge en textos (el Kanon) sus concepciones
sobre la escultura, entre las que sobresalen sus estudios sobre la proporcionalidad del cuerpo
humano y su idea de que la belleza se encuentra en la armonía (symmetría) del cuerpo. Estas ideas
las plasmó en el Doríforo. En el Diadúmeno la expresión es más dulce, pero toda la obra de
POLICLETO refleja el ideal griego de la fuerza unida al equilibrio y a la belleza. Fue rival de FIDIAS
durante su estancia en Atenas, en los tiempos de construcción del conjunto de la Acrópolis.
Tras el momento álgido del clasicismo pleno, se produce una tendencia a la barroquización de las
formas, la estilización de los cánones, la acentuación del movimiento y la pérdida de la obediencia a
los principios de equilibrio, armonía y proporción. La crisis de los ideales anatómicos de POLICLETO
se anuncia en el siglo IV en las esculturas de LISIPO (Apoxiomeno), por la morbidez de sus carnes y
el canon más largo. La crisis de la serenidad de FIDIAS se observa en la violencia y contorsiones de
las esculturas de SCOPAS (Ménade furiosa), quien también realizó la decoración del Mausoleo de
Halicarnaso (ca. 350 a.C.). El proceso es paralelo al momento histórico en que la democracia
ateniense entra en crisis, en vísperas de las guerras del Peloponeso.
El creciente realismo se manifiesta en el mayor cultivo del retrato como género. Hay un mayor afán
por expresar los sentimientos humanos. Los temas religiosos se tratan de forma más cotidiana, con
mayor escepticismo. Aunque perdura el idealismo clásico, los escultores buscarán nuevas formas o
prototipos de belleza ideal. El ideal de belleza masculino, materializado en un joven atleta viril de
cuerpo proporcionado, encarnación de los valores de la polis en la época clásica, se complementa
con la representación, por primera vez, del desnudo femenino, que encarnará un ideal de belleza
afeminado, para el cual los valores del arte y del pensamiento cuentan más que los atléticos.
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PRAXÍTELES crea un estilo original, en su serie de Apolos de cuerpo blando, que curvan su cadera
(curva praxiteliana) al apoyar indolentemente el brazo; también dejan traslucir en sus rostros una
intensa nostalgia. Un ejemplo lo tenemos en el Hermes de Olimpia, de cuerpo esbelto y canon más
alargado que el del Doríforo, que con su elegancia supone el triunfo de la euritmia sobre la simetría
clásica. Sin embargo, la obra maestra de PRAXÍTELES es la Afrodita Cnidia, protectora de los
navegantes. En épocas posteriores, fue más famoso el Apolo sauróctono, combinación de formas
adolescentes masculinas y contorno femenino.
LA ESCULTURA HELENÍSTICA
Ya hemos hecho referencia al contexto histórico en el que se da el helenismo. En escultura se inicia
una era de realismo un tanto amargo. Se acentúa el movimiento, se abandona la sumisión al canon,
se prefiere el desequilibrio de los cuerpos retorcidos a las serenas posturas de FIDIAS. Los rostros
tranquilos son sustituidos por el dramatismo de las expresiones; se prefiere la fealdad de monstruos
o seres amenazadores a la belleza idealizada clásica. En el grupo del Laocoonte, los cuerpos se
retuercen, los músculos se hinchan, los rostros expresan dolor: estamos ya en otro mundo artístico,
el ethos clásico deja paso al pathos.
Cambian los temas, que tienden ahora hacia lo cotidiano, lo intrascendente o lo negativo. La
variedad temática desborda los asuntos tradicionales de la estatuaria anterior (dioses, atletas,
héroes, etc.). Sobresale, por su tratamiento realista y profundidad psicológica, el retrato,
descarnado y sincero, sin idealización. Se trata de individualizar al retratado. Los escultores se
entregan a la observación de personajes, acciones y gestos cotidianos, representando los temas
humildes o grotescos, pero expresivos: la vejez, lo feo, como imperfección, la niñez; temas que
habrían sido considerados indignos durante la época clásica. Se plasman los estados pasionales del
alma, los defectos físicos e incluso las enfermedades.
Asimismo, es la época en que se descubre la skiagraphía (sombreado) y la skenographía
(perspectiva). Se mantiene el profundo interés por la anatomía que caracteriza al arte griego, desde
un punto de vista técnico; pero la insistencia en delimitar cada uno de los músculos en tensión
produce desnudos de claroscuro, desconocido en la escultura griega. El relieve llega a emplear la
perspectiva en los fondos para crear la ilusión de escenarios profundos.
Se sigue considerando a Atenas como el solar de la cultura, pero aparecen otros centros y escuelas
(Pérgamo, Rodas, Alejandría), con lo que se pierde la unidad de estilo y resulta difícil encontrar los
elementos comunes de las épocas anteriores. El recuerdo de los ideales de armonía se conserva
todavía en la Venus de Milo, pero las formas barrocas, caracterizadas por el movimiento intenso y la
tensión, se plasman en la Victoria de Samotracia, cuyos pliegues arremolinados y postura elástica
tanto se diferencian de las Victorias de la escuela de FIDIAS.
Principales escuelas y obras más representativas
ATENAS
Apolonio, que firma obras como el Torso de Belvedere, Atleta sentado o El Púgil, en bronce.
RODAS
Coloso de Rodas (desaparecido)
Victoria de Samotracia
Grupo del Laocoonte y sus hijos, de Agesandro, Atenidoro y Polidoro.
El toro Farnesio, de Apolonio de Tralles.
PÉRGAMO
Galo moribundo
Gigantomaquia
ALEJANDRÍA
El Nilo
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DOCUMENTOS
1. Platón y la belleza
«Platón, en su teoría de las Ideas, establece las bases de una concepción metafísica de la belleza,
al incluirla, junto con la Verdad, la Bondad y las demás Ideas esenciales, en el mundo de los
principios divinos [...]. En cuanto a la Belleza, su resplandor deslumbraba, como ya hemos dicho,
entre todas aquellas visiones celestiales.
De tal modo resplandecía que, una vez en la tierra, aún la vemos brillar con nitidez, merced al más
clarividente de nuestros sentidos. Ciertamente la vista es la más penetrante de las facultades
sensitivas del cuerpo […]. En el estado que nos encontramos sólo la belleza disfruta del privilegio de
ser el objeto más visible y atrayente […].El hombre que ha sido recientemente iniciado o que durante
mucho tiempo gozó de las contemplaciones celestes, cuando reconoce en un rostro hermoso una
bella imagen de la divina belleza o, en un cuerpo, reminiscencias de esta misma belleza, comienza a
estremecerse, sintiendo renacer en él algunas de aquellas mismas emociones que experimentó en
pasados éxtasis [...]
-
Ningún hombre lo ignora.
-
No ignora, ¿qué?
-
Que privado de medida y proporción, toda mezcla, sea cual sea, y de cualquier manera que esté
compuesta, corrompe a sus componentes y se corrompe ella la primera, porque entonces ya no
es una mezcla, no es más que una mezcolanza, una miseria para los seres en que se produce.»
VVAA, Fuentes y documentos para la historia del Arte I [cit. M ARTÍNEZ BUENAGA, I., et al., Historia del
Arte, Ecir, 2003, p. 178]
2. La belleza
«¿En qué consiste el atractivo que un objeto hermoso ejerce sobre la persona que lo contempla, lo
que despierta su interés, seduce y llena de gozo simplemente con mirarlo? […] Casi todo el mundo
considera que lo que se reconoce visualmente como bello es la simetría del todo y de las partes
entre sí, así como una cierta armonía cromática y que en los objetos visibles, como en todo, lo bello
es siempre esencialmente simétrico, ordenado.»
PLOTINO, ENÉADA, I, 6, 1 [cit. GUERRERO ROMÁN, M.C., Historia del Arte, Edebé, 1999, p. 63]
«El placer no es el primero ni el segundo de los bienes, sino que el primero de los bienes consiste
en la mesura, en el justo medio, en lo conveniente…
Protasco: Así parece, por lo que acabamos de decir.
Sócrates: Que el segundo de los bienes es la proporción, lo hermoso, lo perfecto, lo que es por sí
mismo suficiente, y todo lo que pertenece a este género.»
PLATÓN, Diálogos polémicos. Filebo [cit. M ARTÍNEZ BUENAGA, I., et al., Historia del Arte, Ecir, 2003, p. 179]
3. El templo griego
«Quien investigue arquitectónicamente el templo griego, buscando en primer lugar una
concepción espacial, tendrá que huir horrorizado, señalándolo amenazadoramente como típico
ejemplar de no-arquitectura. Pero quien se acerque al Partenón y lo contemple como una gran
escultura, quedará admirado como frente a pocas obras del genio humano [...]. El mito que hace de
Fidias más que de Ictinos y Calícrates, el ideador del Partenón, parece simbolizar el carácter
meramente escultórico de la edilicia religiosa griega en el curso de siete siglos de desarrollo.»
ZEVI, B., Saber ver la arquitectura, Poseidón, Barcelona, 1991 (1951), pp. 55-56
4. El origen mítico del orden dórico
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«[Ión] conquistó el territorio de Caria y fundó allí ciudades grandiosas... Estas ciudades, después de
haber expulsado a los carios y a los Lélegos, llamaron Jonia a esta parte de la tierra a partir del
nombre de su jefe lón y, después de haber señalado recintos consagrados a los dioses inmortales,
empezaron a edificar templos. El primer templo que vieron construido así estaba en una ciudad de
los dorios. Como quisieron poner columnas en este templo y no tenían la medida de las
proporciones, investigaron cómo hacerlas para que no sólo fuesen aptas para soportar la carga, sino
que también fuesen de aspecto agradable por sus proporciones. Midieron la huella de un pie
humano y la relacionaron con su altura. Cuando supieron que el pie era la sexta parte de la
altura de un hombre, transfirieron esta relación a la columna. Hicieron la altura del fuste,
incluido el capitel, seis veces mayor que la anchura de su base. Así fue cómo la columna
dóríca aportó a los edificios las proporciones de un cuerpo varonil y su solidez y belleza».
VITRUBIO, 4, 1, 4-6
5. El origen mítico del orden jónico
«Cuando decidieron levantar un templo en honor de Diana, inventaron un nuevo estilo, dándole
esbeltez al aplicar la misma proporción que para el estilo anterior, pero ahora la relacionaron con
las pisadas de una mujer. Hicieron que la anchura de la columna fuera la octava parte de su
altura, para que tuviera un aspecto más grácil. Después pusieron en su base un anillo a manera
de calzado, y en el capitel colocaron como cabellera unos bucles rizados que le caían a
derecha y a izquierda, y con ondas y guirnaldas adornaron la frente como si llevara flequillo. A lo
largo de todo el fuste marcaron estrías como si fueran los pliegues de las estolas que llevan las
matronas. Así hicieron el modelo de los dos estilos de columnas, uno de belleza severa, sin adornos,
varonil, y el otro con la figura, la ornamentación y la proporción femenina... Y como los primeros
que lo usaron fueron los jonios, se le llamó estilo jónico».
VITRUBIO, 4, 1, 7-8
6. El origen mítico del orden corintio
«El tercer estilo, llamado corintio, imita la esbeltez virginal, porque su forma recuerda los adornos
más bellos de una doncella, representada con los miembros más esbeltos a causa de su tierna
edad. Cuentan que el descubrimiento de este capitel fue así.- una doncella de Corinto, ya en edad
de casarse, se puso enferma y murió.. Su nodriza cogió los juguetes con los que la muchacha
jugaba cuando estaba viva, los colocó en un cestito y, llevándolo a su tumba, lo puso encima y, para
que todo aquello se conservase más tiempo al aire libre, lo tapó todo con un ladrillo. Este cestito
quedó colocado por casualidad encima de una raíz de acanto. Más tarde, la raíz de acanto, a pesar
de tener encima este peso, en primavera sacó hojas y brotes, y estos brotes, creciendo por los lados
del cestito y por los costados del ladrillo, doblaron por el peso en sus extremos superiores formando
volutas».
VITRUBIO, 4, 1, 8-9
7. El programa constructivo de Pericles
«Adelantábanse, pues, unas obras insignes en grandeza, e inimitables en su belleza y elegancia,
contendiendo los artífices por excederse y aventajar en el primor y maestría; y con todo, lo más
admirable en ellas era la prontitud, porque cuando de cada una pensaban que apenas bastarían
algunas edades y generaciones para que difícilmente se viese acabada, todas alcanzaron en el vigor
de un solo gobierno su fin y perfección… Todas las dirigía y de todas con Pericles era
superintendente Fidias.»
PLUTARCO, Vidas paralelas [cit. M ARTÍNEZ BUENAGA, I., et al., Historia del Arte, Ecir, 2003, p. 178]
8. El Canon de Policleto
«La belleza reside, no en la proyección de elementos constituyentes, sino en la proporcionalidad de
las partes, como entre un dedo y otro dedo, y entre todos los dedos y el metacarpo, entre el carpo y
el antebrazo y el antebrazo y el brazo, en realidad entre todas las partes entre sí, como está escrito
en el Canon de Polícleto. Para enseñarnos en un tratado toda la proporción del cuerpo, Polícleto
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apoyó su teoría en una obra, haciendo la estatua de un hombre de acuerdo con los principios de su
tratado y llamó a la estatua, como el tratado, Canon».
GALENO, De temperamentis, 1.9 [cit. M ARTÍNEZ BUENAGA, I., et al., Historia del Arte, Ecir, 2003, p. 179]
ACTIVIDADES
1. Explica el origen de la prosperidad económica de las civilizaciones minoica y micénica.
Relaciónalo con sus manifestaciones artísticas.
2. Resume los elementos artísticos que aportaron la civilización minoica y la micénica al arte
griego.
3. Según el texto 1, ¿qué es para Platón la Belleza? ¿Y para ti? El Arte, ¿ha de ser sólo belleza, o
no? ¿Por qué? ¿Cómo reconoce el hombre platónico, según el texto, la belleza? ¿Dónde, cómo
y en qué la reconoces tú?
4. Relaciona el texto 7 con su correspondiente contexto histórico. ¿A qué época se está refiriendo?
¿Qué obras se realizan en ese momento? ¿Quiénes son sus principales autores? ¿Qué relación
hay entre la figura de Pericles y las obras de arte del momento?
5. Con la ayuda de los textos 2 y 8, y de la imagen del Doríforo, responde:
a. Explica la frase «La belleza reside, no en la proporción de los elementos constituyentes, sino
en la proporcionalidad de las partes». ¿En qué consiste la belleza para los griegos?
b. Define y explica el valor del “canon” del Doríforo de Policleto.
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