28-31_alejandra_maciel

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dossier
Reforma Educativa
Cuadro 1
Estado planeador
más reformas
calidad educativa
pendiente
L
NECESIDAD DE
CONTROL POR LA
EXPANSIÓN DE LA
MATRÍCULA DEL
SUBSISTEMA DE
EDUCACIÓN PUPERIOR
SURGIMIENTO Y
CRECIENTE INTERÉS
POR LA CALIDAD
EDUCATIVA FRENTE AL
CRECIMIENTO DE LA
COBERTURA
Década de
Década de
1970
Así, Ángel Díaz Barriga se refiere a “la Era de la Evaluación en México”,2 como recuperando la existencia de un ambiente generalizado en donde se clama por evaluar, y a la cabeza, en la expresión
paralela del investigador Javier Mendoza, el “Estado Evaluador”,3 como su centinela.
Antecedentes del estado evaluador
La necesidad de la evaluación educativa en México aparece asociada a las problemáticas del
subsistema de educación superior, antes que en el resto de los otros niveles educativos. Wietse
De Vries expone la intensa historia de las transformaciones experimentadas en el campo de las
políticas educativas con eje en la evaluación y explica que sus antecedentes se remontan hasta
la década de los años setenta, aunque por entonces el énfasis se hacía en la planeación, debido
a la necesidad de control sobre el proceso de expansión en curso de este subsistema.
En la década de los ochenta, las intenciones de evaluación crecían, pero la crisis económica desvió la atención del gobierno sobre el tema, lo que obstaculizó la creación de políticas públicas
en la materia. En los noventa, el posicionamiento de la evaluación fue protagónico, cuando el
gobierno mexicano la definió como “eje central de la reforma” educativa.
contaduriapublica.org.mx/
diciembre 2013
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1980
ÉNFASIS EN EL
FINANCIAMIENTO
México se ubicó en el lugar 48
de los 65 países participantes y
en el último de los entonces 33
países miembros de la OCDE
Evaluación PISA 2009
LA CALIDAD NO ES UN
FIN EN SÍ MISMA, SINO
UN MEDIO PARA LA
OBTENCIÓN DE
RECURSOS
Década de
1990
Cuadro 2
1992
2002
2008
2012
ACUERDO NACIONAL
PARA LA
MODERNIZACIÓN DE LA
EDUCACIÓN BÁSICA
COMPROMISO SOCIAL
POR LA CALIDAD DE LA
EDUCACIÓN
ALIANZA POR LA
CALIDAD DE LA
EDUCACIÓN
EVALUACIÓN
UNIVERSAL
Carlos Salinas
(1988-1994)
Vicente Fox
(2000-2006)
Evaluación en la agenda política del sector educativo
a evaluación como tema político de la agenda del sector educativo es relativamente
reciente. De hecho, podemos hallarla en el centro de las discusiones sobre educación
apenas hace cerca de 25 años.1 No obstante, su introducción fue rápida y parece que
llegó para quedarse, al menos, desde el discurso político como del académico, hoy casi
nadie negaría la necesidad e importancia de establecer mecanismos de vigilancia de la calidad
de la educación.
Estado evaluador
INSTITUTO NACIONAL
PARA LA EVALUACIÓN
DE LA EDUCACIÓN
Felipe Calderón
(2006-2012)
2013
MÉXICO CON CALIDAD
EDUCATIVA
[REFORMA
CONSTITUCIONAL]
Enrique Peña
(2012-2018)
Gráfico: Editorial/IMCP. Información presentada por Karla Fernández Marín5
Pero, hacia finales de la década esa centralidad perdió
fondo para convertirse en elemento referencial para la
asignación de recursos y la distribución de prestigios; es
decir, progresivamente se hizo énfasis en el tema del financiamiento y la acreditación a ella asociada: “la búsqueda de indicadores cuantitativos que permitieran asignar
fondos y dar un seguimiento administrativo reemplazó a
la evaluación en la agenda inmediata del gobierno”.4
Reformas sin resultados claros
México cuenta ya con una intensa historia de transformaciones experimentadas en el campo de las políticas educativas –con dimensión de reformas–, cuyo eje ha sido la
evaluación para la calidad.
En otras palabras, si en principio con la evaluación se perseguía impulsar la mejora de las instituciones educativas
para ponerlas en condiciones de responder a los desafíos
contemporáneos (económicos, sociales, políticos, científicos y tecnológicos) mediante mecanismos de coordinación y regulación de los sistemas de educación superior,
la evaluación devino también en un mecanismo para justificar la búsqueda de financiamiento públicos y privados.
Con lo cual, la calidad educativa pasaba de fin, a medio.
Recuérdese el “Acuerdo Nacional para la Modernización
de la Educación Básica”, de 1992; el “Compromiso Social
para la Calidad de la Educación”, así como el surgimiento
del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación,
ambos de 2002; o bien, la “Alianza por la Calidad de la
Educación”, en 2008; y el establecimiento de la “Evaluación Universal”, en 2012.
29
dossier
Reforma Educativa
Pese a ello, aún persisten problemas en torno a este ideal que trasciende la intención de
mero control: la definición de calidad, la elección de las áreas a evaluar, el establecimiento
de indicadores, la creación de mecanismos e
instrumentos evaluadores, la asignación de
recursos, la creación de estímulos, la legitimidad de sus fines, etc. Hasta ahora, la calidad tiende a identificarse en relación con la
congruencia del sistema consigo mismo y al
desempeño logrado.
Brillar es nuestra opción
Hace un año propusimos algunos rubros para ser revisados en esta
época, tanto en logros como en expectativas a cumplir para el siguiente
ciclo de vida:
1. Salud
Esto se mide con la aplicación de instrumentos estandarizados en los niveles nacional e
internacional, mediante indicadores más o
menos precisos, mismos que no suelen incorporar de forma sustancial criterios para
valorar la adquisición de conocimientos socialmente valiosos y útiles.
2. Familia
3. Trabajo
4. Autodesarrollo
5. Amigos
6. Recreación
Nuevamente, para De Vries el saldo global
hacia comienzos del año 2000 reveló que
la evaluación en México padecía de una
falta de coordinación, con un trayecto complejo de avances, desviaciones y retrocesos, y una herencia que lo mismo podía representar una ventaja que un lastre de cara
a la creación de posibles nuevos rumbos.
7. Espiritualidad
8. Comunidad
Quizá el balance que hacemos es más bien por costumbre y cada vez
es más necesario, si no indispensable, hacerlo por más conciencia, ya
que los factores externos en muchas de estas áreas son cada vez más
determinantes en nuestra vida, mientras aprendemos a decidir cuáles sí
y cuáles no.
Dice Viktor Frankl: “Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la
última de las libertades humanas: el elegir su actitud en una serie dada
de circunstancias, de elegir su propio camino”, o también esto: “Si no
está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre
podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento”. Esto
parece un lugar común, solo que sigue estando vigente, ¿no les parece?
Para un nuevo ejercicio de revisión y reflexión, sería importante hacerse
las siguientes preguntas:
»» ¿Qué adjetivos pueden describir mejor la manera en que enfrento mi
realidad?
»» ¿Qué argumentos me doy que me impiden cumplir con mis metas?
»» ¿Qué recursos y herramientas me hace falta rescatar de mí que
me permitan empoderarte ante cualquier dificultad, ya sea real o
sentida?
Se acerca un nuevo año, señores y señoras; es decir, un nuevo ciclo de
vida que parece necesario liberar de la inercia y de la justificación. No
podemos cambiar lo que decidan otros, pero sí podemos ponerle nuestro
toque constructivo y quizá hasta un poco de polvo de estrellas para
vernos brillar.
Yolanda Libertad Chávez Torres
Consultora Organizacional y Coach
[email protected]
30
Por su parte, Hugo Aboites reconstruye la sucesión del camino mediante un análisis de los
últimos 10 años o, mejor dicho, mediante la
descripción de lo evidente, incluso desde la perspectiva de organismos como la ANUIES o la SEP:
para 2009, “la evaluación de la evaluación” arrojaba resultados insatisfactorios, “al no demostrar
cotidianamente su valor como impulsoras del
mejoramiento educativo” y representar incluso
un papel contraproducente.6
Por desgracia, el sexenio calderonista no
pudo contravenir sus propias tendencias
de saldos deficitarios: pese a sus programas
de evaluación de alumnos, docentes y centros
educativos, los informes nacionales e internacionales en la materia revelan que la mayoría
de los estudiantes mexicanos no consiguen
las habilidades y los conocimientos básicos
propuestos. Por ejemplo, en la más reciente
evaluación PISA 2009 (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE),
México se ubicó en el lugar 48 de los 65 países
participantes, y en el último de los, entonces,
33 países miembros de la OCDE.
Calidad educativa,
pendiente
Se ha insistido en que la actual reforma
es una de tipo político-administrativa,
pero no una educativa en sentido pleno;
vale decir, no es una reforma pedagógica
que se plantee la dimensión estrictamente formativa e integral desde la profunda
revisión del modelo educativo nacional
con enfoque prospectivo, bajo directrices
éticas y sociales claras y pertinentes en
relación con nuestras condiciones y necesidades sociales reales, ni que plantee lineamientos específicos para la mejora del
proceso de enseñanza-aprendizaje. Permanezcamos alertas. La calidad educativa
sigue pendiente.
Bajo esa herencia, el nuevo gobierno establece como meta nacional prioritaria lograr un México con calidad educativa. Para
lograrlo, una nueva reforma en la materia
insiste en impulsar la evaluación, esta vez,
elevando el compromiso por la calidad a
rango constitucional, mediante la introducción de este concepto en el Art. 13 de
nuestra Carta Magna:
El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización
escolar, la infraestructura educativa y la
idoneidad de los docentes y los directivos
garanticen el máximo logro de aprendizaje
de los educandos.7
Junto con su promulgación, el presidente
Enrique Peña Nieto señala tres ejes en favor
de la educación de calidad para todos:
̂̂
La creación del servicio profesional
docente.
̂̂
La creación del Sistema Nacional de
Evaluación Educativa.
̂̂
La autonomía de gestión de las
escuelas.
No obstante, entre las tareas pendientes
están la adecuación del marco jurídico, concretamente en las leyes secundarias y la Ley
General de Educación, y expedir la ley del
Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE).
Referencias
La actual
reforma es una
de tipo políticoadministrativa,
pero no una
educativa en
sentido pleno;
vale decir, no
es una reforma
pedagógica
Por su parte, el Plan Nacional de Desarrollo
de la actual administración, presentado el
pasado 20 de mayo de 2013, enuncia como
plan de acción “articular la educación, la
ciencia y el desarrollo tecnológico para lograr una sociedad más justa y próspera”.
En conjunto, el Gobierno declara su intención de recuperar la rectoría del Estado en la
educación. Pero la gran pregunta es —no sin
cierto escepticismo—, si otra reforma (esta
vez constitucional), permitirá cómo por decreto mejorar la calidad. Desde luego, no
por sí misma.
1 Cfr. De Vries, Wietse, “La evaluación
en México: una década de avances
y paradojas”, en Diversidad y
convergencia. Estrategias de
funcionamiento, gestión y reforma de
la educación superior (Pensamiento
universitario, 90), México, CESU/
UNAM, 2000, pp. 79-106.
2 Cfr. Díaz Barriga, Ángel; Barrón Tirado,
Concepción y Díaz Barriga, Frida, “Los
programas de evaluación en la educación
superior mexicana”, en Miguel Ángel
Rosales Medrano (Coord.) Evaluar
para la homogeneidad. La experiencia
mexicana en la evaluación de la
educación superior, México, Universidad
Autónoma de Sinaloa, Plaza y Valdés,
2009, pp. 64-92.
3 Cfr. Mendoza, Javier, Transición de
la educación superior contemporánea
en México: de la planeación al Estado
Evaluador, México, CESU-Porrúa, 2002.
4 Cfr. De Vries, Wietse, Op. Cit.,
pp. 79-106.
5 Cfr. Fernández Marín, Karla,
“Evaluación docente. ¿Prueba
superada?”, en Perfiles Educativos,
Tercera Época, Volumen XXXIV,
Número Especial, IISUE, 2013,
pp. 57-67.
6 Cfr. Aboites, Hugo, “El fracaso de la
promesa de la calidad. La evaluación
de la educación superior en crisis”, en
Miguel Ángel Rosales Medrano (Coord.),
2009, Op. Cit., pp. 13-36.
7 Adicionado mediante decreto publicado
en el DOF, el 26 de febrero de 2013.
Mtra. Alejandra Maciel Garduño
Secretaria Académica Zona Sur
CACECA
[email protected]
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