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Reporte de Medios
18 de diciembre de 2015
Ministerio de Educación les puso el ojo a
otras tres universidades
Se trata de las instituciones Incca de Colombia, la Corporación Ideas y la Popular
del Cesar.
En lo que va del 2015, el ministerio de Educación ha tomado medidas
sancionatorias contra 21 instituciones de educación superior.
Por presentar irregularidades financieras, administrativas, académicas y de
estructura, el Ministerio de Educación les impuso medidas preventivas a tres
instituciones de educación superior, entre las que se cuenta la Universidad Incca
de Colombia.
En ese orden ideas, la Incca deberá presentar un plan de mejoramiento para
corregir las irregularidades halladas por el Ministerio, que también dispuso de un
inspector in situ para que vigile a ese centro de educación, que cuenta con
alrededor de 4.500 estudiantes.
De acuerdo con Gina Parody, ministra de Educación, la Incca “atraviesa una
gravísima crisis económica” que le impide pagar sus deudas a corto plazo. De
hecho, afirmó que incluso algunos docentes dejaron de dar clases por falta de
pagos.
Según el Ministerio, la universidad también estaba matriculando personas que no
habían terminado su bachillerato y no invertía recursos en infraestructura física y
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18 de diciembre de 2015
tecnológica necesaria. Al parecer, la universidad tiene equipos de informática de
hace 35 años.
A través de un comunicado, las directivas de la Incca, que ofrece 14 programas de
pregrado, informaron que acogen las recomendaciones del Ministerio y agregaron
que “no hay ninguna suspensión de la actividad académica normal durante el
semestre que acaba de finalizar por falta de pago a ningún docente”.
En la misma misiva, la institución sostiene que en sus visitas el Ministerio “no
contempló mecanismos para evaluar los procesos de mejoramiento que la nueva
directiva ya comenzaba a desarrollar”.
El Ministerio le advirtió a la Incca, cuya rectora es María Carolina Villamizar, que
en caso de que no se cumplan las exigencias, podría reemplazar a sus directivos,
tal como sucedió con la Fundación Universitaria San Martín.
En un comunicado, el Sindicato de Trabajadores de la Incca de Colombia
manifestó que pondrá todo su esfuerzo "para coadyuvar en el mejoramiento
continuo de la Institución, con miras a responder con los estándares de calidad de
la educación que requiere el país".
Otra de las universidades sobre las que pesan medidas preventivas es la
Corporación Universitaria Ideas, que tiene 900 matriculados y que, según el
Ministerio, otorgó títulos de abogado a estudiantes que no cursaron ni aprobaron
el consultorio jurídico.
A la vez, en la Universidad Popular del Cesar, con 20.000 estudiantes, se encontró
que su rector, Carlos Oñate Gómez, está inhabilitado para trabajar en la
institución, y además se hallaron contratos de prestación de servicios que no
cumplen con todos los requisitos legales.
21 pliegos de cargos
Desde que se expidió la Ley 1740 de inspección y vigilancia, que faculta al
Ministerio de Educación para sancionar a las instituciones de educación superior
que ofrezcan sus servicios sin tener todos los requisitos legales, se han formulado
pliego de cargos contra 21 instituciones, tres más han sido multadas y una, la
Cooperativa, recibió una amonestación pública. La Unicjao, de Montería, es la
única universidad a la que hasta ahora se le ha ordenado el cierre.
http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/mineducacion-sanciona-a-lasuniversidades-incca-de-colombia-corporacion-ideas-y-la-popular-delcesar/16461066
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18 de diciembre de 2015
El pueblo wayú que llamó a sus
miembros a retornar a su tierra
Comunidades de la Alta Guajira construyen una escuela para recuperar la
identidad en sus niños.
Foto: Laura Bayer Yepes / EL TIEMPO
Aunque los wayú esperan que su escuela cuente con tecnologías para la
enseñanza, sus paredes de barro resanadas con cemento y su techo de yotojoro
responden a la tradición con la que lo conciben.
Bahía Portete, un territorio de más de 14.000 hectáreas de desierto, era próspero
hace doce años pese a no tener luz eléctrica y contar con poca agua. Los clanes
epinayú y uriana de la etnia wayú vivían en la comunidad más organizada de la
Alta Guajira: habían levantado casas de material con baterías de baño, un centro
de salud y una escuela con casi 800 estudiantes.
El 18 de abril del 2004, 40 paramilitares entraron a estas tierras indígenas y
profanaron sus cementerios, saquearon sus casas y abalearon su hospital y su
colegio; en las ruinas aún se notan los huecos de los proyectiles. Torturaron y
asesinaron a seis personas, generando que los wayú se desplazaran hasta los
cinturones urbanos de Maracaibo (Venezuela).
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18 de diciembre de 2015
Algunas ruinas de las antiguas viviendas aún están en pie, cerca de las
nuevas, como ejercicio de memoria que soporta lo emergente.
Así aparece registrado en el Centro Nacional de Memoria Histórica, pero Débora
Barros, líder indígena de la comunidad, lo recuerda peor. Asegura que fueron tres
días de desalojos y cuatro muertes sucesivas de familiares suyos, ordenadas por
Rodrigo Tovar Pupo, alias „Jorge 40‟, al Bloque Norte de las Autodefensas Unidas
de Colombia (Auc). El objetivo era tomar poder de un territorio propicio para la
salida de droga y la entrada de armas, ubicado entre el Cabo de la Vela y Punta
Gallinas.
Diez años después, en un rito de conmemoración de la masacre en el que unos
pocos wayú retornaban por una semana a su tierra (el 'Yanama'), Débora instó a
su gente a regresar y comenzar de nuevo, a levantar sus casas y reconstruir sus
vidas con el propósito de que sus hijos aprendieran su cultura ancestral y
conocieran sus orígenes.
Una de las primeras prácticas recuperadas en las mujeres jóvenes de
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18 de diciembre de 2015
esta comunidad wayú fue el baile tradicional de la Yonna. EFE
Finalizando el 2015, esta comunidad wayú ha logrado su retorno con solidez:
construyeron casas de palo y yotojoro (una madera extraída del cactus), cultivan
chivos, pescan, tejen mochilas y chinchorros, y sobreviven en medio del desierto
de La Guajira.
Un reto en la nada
Los indígenas pasaron en cuestión de un año de tener luz y agua, en zonas
humildes de Maracaibo, a vivir entre las dunas del desierto, un cambio drástico
sobre todo para los jóvenes, muchos de ellos nacidos en Venezuela. Ya no
cuentan con las comodidades de una sociedad occidental, pero en cambio,
comienzan a saber de dónde vienen y a aprender a leer y escribir en wayuunaiki,
su lengua materna.
Los primeros 27 alumnos de esta nueva ranchería guajira, niños y adolescentes
entre los 3 y los 16 años, aprenderán a tejer, pescar y bailar la Yonna, su danza
tradicional, en el centro de cultura y pensamiento wayú Akuaipa, un proyecto que
adelanta la comunidad de la mano de World Coach, una ONG que defiende los
derechos de la niñez, con el apoyo del banco español BBVA, la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (Usaid).
Los niños reciben clases de wayuunaiki, pesca y tejido, pero sus
maestras también tratan de mantener un nivel mínimo de matemáticas y
español mientras el Ministerio de Educación llega a la comunidad.
"Al principio, mis hijos me preguntaban, 'Mami, ¿qué hacemos acá?' Yo les
respondí que en realidad Venezuela no era nuestra casa y que regresamos para
recuperar nuestro territorio y para que ellos sepan de dónde son, de dónde es su
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familia", cuenta Nataly Dominga, una de las profesoras de Akuaipa. Dice que sus
hijos extrañan la televisión, que cuando visita la ciudad con ellos no se quieren
devolver, pero que entienden la situación, porque son niños.
Y la felicidad y la energía no les falta para jugar descalzos en medio de la arena, a
pleno sol de mediodía, con los balones o las bicicletas que Manuel Guillermo
Pinzón, director de World Coach, se consigue como parte de su gestión para
ayudar a estas familias a reconstruir su identidad.
Gracias a las organizaciones que los apoyan, los niños wayú también
estrenan parque infantil.
Fue así como World Coach contactó a BBVA, que financió la sede física de
Akuaipa, una construcción de paredes de barro resanadas con cemento y techo
de yotojoro, pero que pronto contará con una sala virtual y otra de memoria
histórica, que funcionarán con placas de energía solar, donde casi un centenar de
niños recuperarán una identidad que perdieron por culpa del conflicto armado
colombiano.
La angustia colectiva de los padres que veían cómo sus hijos se estaban
perdiendo; la situación que, según Pinzón, pudo haber motivado a los wayú a
movilizarse; hizo que Débora junto con la gestión de World Coach concibieran un
modelo etnoeducativo donde los pequeños pudieran aprender su cultura,
mantener su nivel de escolaridad y ser el futuro de los clanes epinayú y uriana.
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Débora Barros Fince, líder indígena y defensora de derechos humanos,
sonríe junto a los niños que pertenecen a la escuela de fútbol de la FIFA
y BBVA, gestionada por World Coach.
"En Akuaipa es donde estará concentrada nuestra resistencia, lo que sufrimos, y
es importante que eso se mantenga en la historia para que nuestras nuevas
generaciones conozcan y valoren el esfuerzo y la lucha que se está haciendo en la
comunidad", afirma Débora.
http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/pueblo-wayu-desplazados-debahia-portete-retornaron-a-su-tierra-para-recuperar-su-cultura/16461088
Mineducación investiga irregularidades
en tres universidades privadas
Entre las investigadas hay una universidad con sede en Itagüí. FOTO ARCHIVO
Reporte de Medios
18 de diciembre de 2015
Tres universidades están en la mira del Ministerio de Educación por
irregularidades financieras y administrativas. Se trata de la Corporación
Universitaria de Colombia -Ideas-, a la Universidad Incca de Colombia y a la
Universidad Popular del Cesar -UPC, contra las se tomaron medidas cautelares.
Gina Parody, ministra de Educación, ordenó que en esas instituciones se realicen
planes de mejoramiento, haya visita de inspectores y, en los casos más graves, se
creen fiducias para el manejo de recurso y se suspenda el trámite de nuevos
registros calificados y acreditaciones.
Entre los hallazgos más preocupantes en la Corporación Universitaria Ideas, que
tiene sedes en Bogotá e Itagüí, están el desarrollo de programas de derecho en
modalidades no autorizadas por el Gobierno, inexistencia de soporte de gastos,
pagos a personas sin vínculos con la universidad, falta de reportes a la Dian,
diferencias entre los estudiantes matriculados y los registrados en el sistema
académico.
“La Institución recibió y graduó estudiantes sin que éstos hayan cumplido con los
requisitos exigidos en el reglamento estudiantil y otorgó títulos en el programa de
derecho a estudiantes que no cursaron ni aprobaron el consultorio jurídico y los
exámenes preparatorios”, explicó el Ministerio en un comunicado.
En la Universidad Incca, que hace presencia en Bogotá, Cartagena y Fusagasugá
se encontró que no tiene capacidad de pago de sus deudas a corto plazo ni
recursos para atender su operación normal de funcionamiento, debido a
irregularidades en contratos y pagos.
En la Universidad Popular del Cesar, el rector está inhabilitado para ejercer sus
funciones, apenas se invirtieron 5% de los recursos que recibió producto de una
Estampilla vigente en 2014, además de un deterioro crítico en infraestructura y
medios educativos.
Ante este panorama, Parody aseguró que los controles se seguirán realizando
porque “la Educación es un servicio y no un negocio”.
Desde que entró en vigencia la Ley 1740 que ordena inspección y vigilancia a las
instituciones de educación superior, el ministerio ha formulado pliego de cargos
contra 21 universidades, ha multado a tres, ha amonestado públicamente a una y
ordenó el cierre de otra: la Unicjao, de Montería.
http://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/ministerio-de-educacioninvestiga-irregularidades-en-tres-universidades-privadas-AJ3308727
Rector de Unicjao desafía al Ministerio de Educación
Reporte de Medios
18 de diciembre de 2015
Dice que no cerrará y que sus
estudiantes sí sabían que la universidad
no estaba aprobada.
Foto: Archivo particular
Según el Ministerio de Educación, los pregrados ofrecidos tenían un costo entre
600.000 y 1'200.000 pesos.
Argumentando que la Universidad Indígena e Intercultural de Colombia (Unicjao)
está cobijada por la autonomía indígena, el rector de esa institución, ubicada en
Montería (Córdoba), Elías José Villalba, aseguró que no acatará la orden de cierre
inmediato, anunciada por el Ministerio de Educación.
El miércoles, esta cartera denunció que la institución de educación superior
funciona sin el lleno de los requisitos que hoy se exigen para crear una entidad de
estas características (razón por la cual no tiene autorización legal) y que los
programas que ofrece tampoco cuentan con registro calificado (no son válidos).
Al respecto, el rector le dijo a EL TIEMPO que “nosotros nacimos bajo ese
estándar, nuestra autoridad es la única que puede curar la universidad y ni el
Ministerio ni ningún ente nacional podrá cerrarnos”.
Pero según Natalia Ariza, viceministra de Educación Superior, incluso
reconociendo el decreto especial (1953 de 2014) que les permite a las
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18 de diciembre de 2015
comunidades indígenas crear sus centros educativos, “ellos tienen que pasar por
unos procesos específicos dentro del Ministerio de Educación para ser legalmente
reconocidos como universidad”.
Además, Ariza, quien afirmó que en el centro educativo “se estaba estafando a los
estudiantes”, agregó que los servicios prestados por la universidad son ilegales y
que por lo tanto los semestres cursados por los 732 alumnos inscritos en la
Unicjao, no son válidos en ninguna institución de educación superior acreditada
por el Ministerio de Educación.
Villalba, que también es el representante legal y presidente de la junta directiva de
la Unicjao, tachó a la Viceministra de “temeraria y sin bases sólidas” e insiste en
que su universidad ya cumplió con la mayoría de los trámites legales que el
Ministerio imponía, y que tienen prueba de esto.
El rector aseguró que no descarta demandar por estafa al Estado, “porque
nosotros ya cumplimos con los procesos legales de pago al Ministerio de
Educación y tenemos todos los recibos”.
Respecto a los documentos enviados y pagos hechos al Ministerio por Villalba,
Natalia Ariza dijo que los trámites corresponden tan solo al 20 por ciento del
trámite para obtener el permiso de ofrecer servicios de educación superior.
“El señor Villalba hizo unos pagos e ingresó una documentación al sistema, pero
ni siquiera ha hecho la solicitud de la personería jurídica. Y la ley es clara: si no se
tiene la personería jurídica no se pueden ofrecer servicios de educación”,
sentenció la Viceministra de Educación Superior.
Sobre la validez de los estudios cursados en la Unicjao, Villalba afirmó que se ha
obrado con transparencia y que “desde el primer día en el que nuestros
estudiantes se matricularon, ellos sabían que la universidad no estaba aprobada”,
por lo que a cada alumno, al momento de su matrícula, se le hacía firmar una
constancia en la que aceptaban la condición en la que se encontraba la entidad.
Sin embargo, este diario se comunicó con algunos de los estudiantes, y varios de
ellos afirmaron que en ningún momento se les hizo firmar tal documento en el que
aceptaban la condición de la universidad.
Este es el caso de José Ramos, estudiante de séptimo semestre de medicina,
quien dijo que salvo el proceso de matrícula, en ningún momento se le hizo firmar
algún documento en el que aceptaba que la Unicjao no estaba aprobada.
No obstante, tanto Ramos como otros estudiantes consultados reconocieron que
los directivos del centro educativo siempre les informaron que no estaban
acreditados, pero que estaban realizando los trámites para estarlo. “El que está
estudiando ahí es consciente de que esta universidad está en proceso de
acreditación”, le dijo a este diario una alumna de la Unicjao, quien prefirió que su
nombre no se diera a conocer.
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Sobre la posibilidad de que los estudiantes de la Universidad Indígena e
Intercultural de Colombia demanden por estafa a los representantes del centro
educativo, Villalba manifestó que cuenta con el apoyo de la mayoría de ellos y que
de todas formas “los alumnos tenían el conocimiento de antemano que estábamos
en proceso de aprobación”.
La orden de cerrar la universidad la emitió el Ministerio de Educación el pasado 27
de julio y la dio a conocer a la junta directiva del centro de educación. Pero, según
Villalba, la universidad ya apeló, pero “el Ministerio no nos ha dado una respuesta
oficial”.
Sobre esto, la Viceministra dijo que “nuestra sanción no tiene tiempo de espera, él
(Elías Villalba) apeló y estamos en proceso de dar una respuesta, pero la orden de
cierre del Ministerio es inmediata”.
Además del cierre, el Ministerio también multó a la Unicjao con 300 salarios
mínimos legales mensuales vigentes (193‟305.000 de pesos) y a Elías José
Villalba, por ser el representante legal, con 80 salarios mínimos legales mensuales
vigentes (51‟548.000 de pesos).
“Estamos denunciando y esto se va a ir a escenarios internacionales de derechos
humanos para sostener lo que hemos hecho”, afirmó Villalba sobre la posibilidad
del cierre del centro educativo y el pago de las multas, que serán cobradas por el
Icetex, según anunció el Ministerio de Educación.
Cuando se le preguntó a Villalba sobre la posibilidad de devolver el valor
cancelado por los estudiantes en cada semestre, éste contestó que “en ningún
momento se va a generar esa figura (devolver el dinero a los alumnos), esa opción
no cabe por nuestro lado”, entre otras razones porque, según el rector, éste ya fue
reinvertido en las instalaciones de la universidad.
Los dueños de la Unicjao, señala el rector, “son los pueblos indígenas y hay una
organización, que es el resguardo Zenú Alto San Jorge, que participa en el
consejo superior universitario indígena”.
Según la página web de la Unicjao, el centro educativo ofrece doctorados,
maestrías y pregrados en medicina, derecho, psicología y trabajo social, que por
semestre tienen un valor aproximado de 650.000 pesos; en el caso de medicina
“el valor de la matrícula oscila entre un 1,2 y casi 3 millones de pesos”, dijo
Villalba.
Cabe recordar que son las primeras sanciones y multas que impone el Ministerio
de Educación desde que se aprobó la Ley 1740 de inspección y vigilancia. La
norma, en palabras de la Viceministra, le dio “dientes” al Ministerio, puesto que
antes de esta ley lo único que podía hacer esta cartera era informar a la Fiscalía y
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a otros entes de control que existían personas que ofrecían servicios de educación
superior de manera ilegal.
Ariza les recomendó a los estudiantes de la Unicjao que no consignen el valor de
las matrículas y que busquen en Montería las universidades que cuentan con los
programas que ofrecía esta entidad educativa.
¿Qué permite el decreto que ampara creación de instituciones indígenas?
El decreto 1953 del 2014 les da a los territorios indígenas la libertad de crear
instituciones de educación superior, siempre y cuando contribuyan al
“reconocimiento de la diversidad étnica” y el Ministerio de Educación avale la
entidad educativa, de acuerdo con parámetros de calidad.
Algunas de las condiciones son la presencia de personal idóneo para llevar a cabo
la labor educativa, que el centro de educación superior tenga una “organización
administrativa y académica adecuada” y que cuente con los recursos económicos
y con una adecuada planta física.
Además, según el decreto los centros de educación superior indígenas estarán
bajo la vigilancia del Ministerio de Educación.
http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/rector-de-unicjao-dice-que-noacatara-orden-de-cierre-dada-por-mineducacion/16461254
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