Inunda mi ser, inunda mi ser, Espíritu, inunda mi ser, en olas de amor, oh, ven sobre mí, Espíritu, inunda mi ser. Enséñame a amar, enséñame a amar, Espíritu, enséñame a amar, como ama Jesús, oh ven sobre mí, Espíritu, enséñame a amar. Enséñame a orar, enséñame a orar, Espíritu, enséñame a orar, como ora Jesús, oh ven sobre mí, Espíritu, enséñame a orar. MONICIÓN Nos encontramos aquí hoy, al inicio de un NUEVO AÑO para agradecer a Jesús este REGALO, la oportunidad de disfrutar de la vida, la vida del mundo, la vida que nos rodea, la propia vida. Es tiempo de GRACIA, tiempo de acoger el don que el Señor nos hace, su Presencia Viva en nuestras vidas… agradecer el pasado, el presente y el futuro… es también tiempo de confiar, de entregar, de abandonar todo en Sus manos… ¡en Él, el único fiel! DANZA CONTEMPLATIVA En presencia de Jesús Eucaristía, somos invitados a participar en una danza… un modo de hacer con el que todo nuestro cuerpo pueda entrar en unión con el Señor, una ayuda para abrir el corazón y disponernos interior y exteriormente a escuchar su Palabra. SALMO: (rezamos a dos coros) Señor Jesús, Tú nos has dado un deseo. Has puesto alas al corazón y queremos, como en bandada, alzar gozosos el vuelo. Nos has dado un deseo: el de buscarte, el de tender a ti como busca la flor el sol y el agua el mar inmenso. Tú has puesto en nuestro corazón deseos de más allá. Has puesto caminos de libertad, de trascendencia. Queremos, Señor Jesús, recorrer la aventura de orar, de orar juntos, en esta aventura apasionante. Señor Jesús, queremos un corazón vacío, desinstalado. Queremos un corazón desnudo, despojado y pobre. Queremos un corazón con aire fresco de la mañana. Queremos un corazón al soplo de tu Espíritu. Señor Jesús, ábrenos el corazón a la escucha. Ábrenos el corazón desde la soledad, desde el silencio. Ábrenos el corazón al contacto de tu Palabra. Ábrenos el corazón al soplo de tu Espíritu. Queremos, Señor Jesús, entrar dentro de nosotros. Queremos peregrinar al interior de nuestras vidas. Queremos Caminamos hacia ti, subimos cansados tu montaña. hacer camino Sabemos que la ascensión es dura pero el grupo nos aguanta. hasta el Sabemos que tú te das en lo alto, en lo de arriba. Sabemos que vale la pena subir y encontrarte. desierto de nuestro corazón. Queremos poner la tienda en el centro de nosotros mismos. Buscamos, Señor, el manantial de nuestro río. Buscamos, Señor, la vida que alimente y anime nuestra vida. Buscamos, Señor, la raíz, la razón de nuestra existencia. Buscamos, Señor, el amor, la fuerza para amar. Señor Jesús, descúbrenos el rostro del Padre. Señor Jesús, danos la fuerza arrolladora de tu Espíritu. Señor Jesús, comunícanos tu presencia resucitada. Señor Jesús, enséñanos a caminar unidos a ti. Juntos en tu búsqueda, Señor. ¡Señor de los encuentros! A pie descalzo en oración sincera. ¡Señor de los caminos! Empeñados en esta aventura apasionante. ¡Señor del misterio! Aquí estamos sabiendo que Tú también estás con nosotros. Porque Tú, Señor, te manifiestas al que te busca; porque Tú, Señor, eres la fuerza del que te encuentra. ORACION DEL POBRE Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador. Dadle gracias ahora y siempre por todo lo que os ha dado y así podréis ver qué grande es el Señor. LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIASTÉS: (3, 1-16) Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado. Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su tiempo el edificar. Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar. Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse. Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar. Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el hablar. Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz. ¿Qué gana el que trabaja con fatiga? He considerado la tarea que Dios ha puesto a los humanos para que en ella se ocupen. Él ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto el mundo en sus corazones, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que Dios ha hecho de principio a fin. Comprendo que no hay para el hombre más felicidad que alegrarse y buscar el bienestar en su vida. Y que todo hombre coma y beba y disfrute bien en medio de sus fatigas, eso es don de Dios. Comprendo que cuanto Dios hace es duradero. Nada hay que añadir ni nada que quitar. Y así hace Dios que se le tema. Lo que es, ya antes fue; lo que será, ya es. Y Dios restaura lo pasado. Todavía más he visto bajo el sol: en la sede del derecho, allí está la iniquidad; y en el sitial del justo, allí el impío. ¡Es tiempo de Dios… es tiempo en Dios, es tiempo para Dios!... Todo está HABITADO por el Dios de la Vida, todo en Él encuentra su reposo, su verdad y su salvación! ¿Cómo disfrutas del don del tiempo NUEVO que Dios te ofrece? Para la humanidad, para los tuyos, para ti… ¿Qué buscas? ¿Qué deseas? ¿Qué esperas? ¿Cómo te implicas? ¿Qué entregas? ¿Qué confías? SILENCIO GESTO Espontáneamente nos vamos acercando al corcho y escribimos en una palabra lo que el Señor nos dijo sobre este tiempo NUEVO (un deseo, un esfuerzo, un agradecimiento o petición…) ORACIÓN FINAL (rezamos todos juntos) “Que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en la fidelidad al Evangelio, que nos preocupemos de compartir en la caridad las angustias y tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y así vivamos juntos el camino de la salvación” (Plegaria Eucarística Vc) Dejarte obrar y poner gran confianza en ti. Dejarme hacer en ti, nada me faltará.