Sentencia del Tribunal Supremo (Sala 4ª de lo Social) de 23 de

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Sentencia del Tribunal Supremo (Sala 4ª de lo Social) de 23 de mayo de 2013,
recaída en el recurso de casación para la unificación de doctrina número
2178/2012
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Personal laboral de las Administraciones Públicas: Régimen disciplinario. Prescripción de las faltas. Aplicación del
EBEP.
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Como resulta perfectamente conocido por todos los graduados sociales, el personal al servicio de las
Administraciones públicas puede integrarse en una de estas dos categorías: a) el personal con carácter de
funcionario, que se rige por la normativa administrativa aplicable a los funcionarios públicos, y b) el personal
laboral, cuya relación con la Administración empleadora se rige, fundamentalmente, por el Derecho laboral.
Sin embargo, esta diáfana distinción entre los dos mencionados tipos de personal al servicio de las
Administraciones públicas vino a oscurecerse, haciéndose menos diáfana, a raíz de la publicación de la Ley
7/2007, de 12 de abril, por la que se aprobó el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP). Esta norma engloba
bajo la denominación común de empleados públicos a todas aquéllas personas que prestan servicios para las
Administraciones públicas: tanto funcionarios “stricto sensu” como trabajadores netamente laborales. Y suministra,
por un lado, reglas comunes para todos ellos, y por otro, reglas específicas para una u otra categoría de empleados
públicos. Así se desprende ya de su artículo 1 que, al referirse al objeto de la citada norma, señala: <<El presente
Estatuto tiene por objeto establecer las bases del régimen estatutario de los funcionarios públicos incluidos en su
ámbito de aplicación.- Asimismo tiene por objeto determinar las normas aplicables al personal laboral al servicio
de las Administraciones Públicas>>.
La citada Ley forma parte, pues, principalmente del Derecho Administrativo, pero también contiene algunas
normas pertenecientes al Derecho Laboral, tal como lo pone de manifiesto su art. 7 al decir: <<El personal laboral
al servicio de las Administraciones Públicas se rige, además de por la legislación laboral y por las demás normas
convencionalmente aplicables, por los preceptos de este Estatuto que así lo dispongan>>. Por consiguiente, no es
de extrañar que, a partir de la publicación del EBEP, se vengan suscitando no pocas dudas en orden a la aplicación
a determinadas situaciones en las que se encuentran trabajadores laborales al servicio de una Administración
pública, bien del citado EBEP o bien del Estatuto de los Trabajadores (ET).
Una de estas dudas es la que ha venido a despejar la sentencia que resulta objeto del presente comentario. En
ella, fueron objeto de interpretación, fundamentalmente, los siguientes preceptos:
Artículo 93.4 del EBEP. El régimen disciplinario del personal laboral se regirá, en lo no previsto en el
presente Título, por la legislación laboral.
Art. 97 del EBEP. Las infracciones muy graves prescribirán a los 3 años, las graves a los 2 años y las leves a
los 6 meses; las sanciones impuestas por faltas muy graves prescribirán a los 3 años, las impuestas por faltas
graves a los 2 años y las impuestas por faltas leves al año.- El plazo de prescripción comenzará a contarse desde
que la falta se hubiera cometido, y desde el cese de su comisión cuando se trate de faltas continuadas.
Art. 60.2 del Estatuto de los Trabajadores. Respecto a los trabajadores, las faltas leves prescribirán a los
diez días; las graves, a los veinte días, y las muy graves, a los sesenta días a partir de la fecha en que la empresa
tuvo conocimiento de su comisión y, en todo caso, a los seis meses de haberse cometido.
De lo expuesto hasta aquí, ya se desprende que, en el supuesto enjuiciado, la duda se suscitó en torno a cuál era
la norma aplicable respecto de la prescripción de una falta cometida por un trabajador laboral al servicio de una
Administración pública.
SITUACIÓN DE HECHO ENJUICIADA
Don Sergio, comenzó a prestar servicios para la Empresa estatal “Autoridad Portuaria de Málaga-Puertos del
Estado” el día 1 de enero de 1993, mediante contrato de trabajo ordinario y a tiempo completo, para desempeñar la
categoría profesional de Jefe del Departamento de Infraestructuras y Conservación del Puerto de Málaga.
Mediante resolución del Presidente de la Autoridad Portuaria, de fecha 9-11-2010, que le fue notificada al
trabajador el día 15-11-2010, se acordó incoarle expediente disciplinario por la supuesta comisión de varias faltas
disciplinarias muy graves, nombrando Instructor y Secretario para la tramitación del expediente.
Con fecha 1-12-2010 se le comunicó al actor por el Instructor de dicho expediente el correspondiente pliego de
cargos, en el que se le imputaban los siguientes hechos: 1. Deficiente dirección de la obra de mejoras de calado del
muelle 9.- 2. Irregularidades graves en la tramitación administrativa de la liquidación de la obra "Nuevos atraques
para cruceros y buques de pasaje en la zona del morro del dique del puerto de Málaga. Atraque Sur". 3. Irregular
conducta de las gestiones realizadas con la naviera y la aseguradora responsable para obtener el resarcimiento de
los daños ocasionados en el atracadero Sur de cruceros por el buque Stolt Capability.
Tras la tramitación del oportuno expediente disciplinario, la empresa impuso al trabajador la sanción de despido
con efectos del 17 de enero de 2011, al calificar los hechos que el expediente acreditó (ocurridos a finales de 2008
y que habían sido conocidos por dicha empresa el 9 de enero de 2009) como constitutivos de falta muy grave.
Formuló el trabajador demanda por despido, alegando la prescripción de la falta por haber transcurrido más de
los 6 meses que establece el art. 60 del ET. Pero el correspondiente Juzgado de lo Social desestimó la pretensión, al
entender que el precepto aplicable era el art. 97.2 del EBEP, y no habían transcurrido 3 años entre la fecha de
comisión de los hechos (finales de 2008) y la incoación del expediente disciplinario el 9 de noviembre de 2010,
que interrumpió el plazo de prescripción.
La Sala de lo Social del TSJ de Andalucía con sede en Málaga desestimó el recurso de suplicación del trabajador
y confirmó la decisión de instancia. Por el actor se interpuso recurso de casación unificadora contra la sentencia de
suplicación; aportó la correspondiente sentencia contradictoria, y el Tribunal Supremo admitió el recurso a trámite
y procedió a unificar la doctrina en la materia.
DOCTRINA DEL TRIBUNAL SUPREMO
Comienza la Sala por poner de manifiesto que: <<Tras la entrada en vigor del EBEP, mediante Ley 7/2007, el
personal laboral al servicio de las Administraciones Públicas se rige por lo que en él resulte, así como por la
legislación laboral que sea de aplicación con arreglo a las disposiciones del EBEP. Así se estipula en el art. 7,
referido a la "normativa aplicable al personal laboral", que señala: "El personal laboral al servicio de las
Administraciones Públicas se rige, además de por la legislación laboral y por las demás normas convencionalmente
aplicables, por los preceptos de este Estatuto que así lo disponen". Se trata, pues, de una técnica de exclusión
pormenorizada, de suerte que la norma de la legislación laboral queda excluida cuando así se establezca en
el propio EBEP para dar cabida a su norma específica; todo ello, dejando a salvo el papel de la negociación
colectiva en las materias en las que quepa la disponibilidad (como pusimos de relieve en las STS de 7 de diciembre
-rcud. 4318/2009 y rcud. 4415/2009- y 9 de diciembre de 2010 -rcud. 4178/2009-, en relación a los permisos por
asuntos particulares en que concurría regulación específica en el convenio colectivo aplicable).- Y es que la
inclusión del personal laboral dentro del EBEP no se lleva a cabo con toda plenitud, sino que unas veces se
produce una equiparación completa con los funcionarios públicos, otras se incluye al personal laboral con
matices, y en otras ocasiones se le excluye expresamente con remisión al régimen laboral>>.
Hace referencia, a continuación, al régimen disciplinario del EBEP, diciendo: <<La responsabilidad disciplinaria
del personal laboral de las Administraciones Públicas está sujeta al régimen disciplinario establecido en el Título
VII del EBEP " y en las normas que las leyes de Función Pública dicten en desarrollo de este Estatuto" (art. 93.1
EBEP). Para el personal laboral, el ap. 4 del art. 93 EBEP añade que su régimen disciplinario "se regirá, en lo no
previsto en el presente Título, por la legislación laboral". Se consagra aquí de nuevo la compleja técnica, ya
detectada en nuestros anteriores pronunciamientos, que implica una cierta indefinición en el establecimiento de un
orden de primacía y supletoriedad entre el propio EBEP y la legislación laboral "ordinaria">>.
Y tras algunos razonamientos complementarios de cuya exposición aquí prescindimos para no alargar demasiado
el comentario, atiende por fin al tema relativo a la prescripción de las faltas, diciendo:
<<Centrándonos en el tema de la prescripción de las faltas, el art. 97 establece: "Las infracciones muy graves
prescribirán a los 3 años...". Añade el segundo párrafo: "El plazo de prescripción comenzará a contarse desde que
la falta se hubiera cometido, y desde el cese de su comisión cuando se trate de faltas continuadas". Por su parte, el
art. 60.2 E.T. dispone que las faltas muy graves prescribirán "a los sesenta días a partir de la fecha en que la
empresa tuvo conocimiento de su comisión y, en todo caso, a los seis meses de haberse cometido". El último de
estos preceptos contempla, pues, dos plazos de prescripción que han dado lugar a la consolidación de una doctrina
jurisprudencial según la cual: a) la fecha en que se inicia el plazo de prescripción se debe fijar en el día en que la
empresa tenga un conocimiento cabal, pleno y exacto de los hechos; b) se ha de entender que ese conocimiento
cabal y exacto lo adquiere la empresa cuando llega a un Órgano de la misma dotado de facultades sancionadoras o
inspectoras ( STS de 11 de diciembre de 2005, rcud. 3512/2004 ). Hemos sostenido que, en el caso del art. 60.2
E.T., la regla de partida para el cómputo del plazo largo de prescripción es la de que ésta comienza a contar desde
que se cometió la falta y no desde que la empresa tuvo conocimiento. Pero existen situaciones en las que no es
posible aplicar tal literalidad, como son los casos de las faltas continuadas o de las faltas ocultadas por el propio
trabajador prevaliéndose de las facultades otorgadas por su situación personal en la empresa. En este último caso,
hemos venido aplicando el criterio de partir del cese de la ocultación (STS de 15 de julio de 2003 -rcud.
3217/2002). En suma, las normas del E.T. parten de la fecha de conocimiento de la empresa para fijar un plazo de
60 días; si bien, dispone que, en todo caso -esto es, aun cuando la empresa no lo conociera en su momento-, la
facultad sancionadora disciplinaria prescribe a los 6 meses desde la comisión de la falta. Las matizaciones
introducidas por la doctrina jurisprudencial se refieren a los supuestos en que la falta de conocimiento de la
empresa pudiera obedecer a la excepcional circunstancia de la propia ocultación por parte del trabajador, en cuyo
caso el plazo se iniciaría en el momento en que por fin, la empresa fuera conocedora de los hechos aunque se
superen los seis meses desde su comisión. Este doble juego de fechas no aparece plasmado en el EBEP en que el
plazo prescriptivo es único y su inicio se fija en la fecha de la comisión de la falta. Ello supone que, durante el
mismo, resultará irrelevante el momento de conocimiento por parte de la empresa, cuya facultad sancionadora se
mantendrá en tanto no transcurra el plazo único en cuestión. No hay en el precepto del EBEP remisión alguna a la
legislación laboral y no cabe entender que la regulación sobre la prescripción de las faltas resulta incompleta. El
legislador opta por un sencillo esquema de fijación de un plazo y determinación del momento inicial del mismo.Hemos de concluir, por tanto, con la inaplicabilidad del art. 60.2 E.T. a los empleados públicos, de suerte que
carece de toda fundamentación legal la pretensión de trasponer a ese tipo de relaciones laborales el plazo de 60 días
desde el conocimiento de la comisión de las faltas. Cuestión distinta será la de la incidencia de la falta de
conocimiento como consecuencia de la propia conducta de ocultación del trabajador, doctrina elaborada
jurisprudencialmente en relación al plazo de prescripción "larga" que se acomodaría perfectamente al supuesto del
art. 97 EBEP>>.
Desestima la Sala el recurso y confirma, consiguientemente, la sentencia impugnada, acogiendo la tesis que ya
habían sustentado, tanto el Juzgado de lo Social como el Tribunal de suplicación.
En definitiva, el apoyo en el que el Tribunal Supremo sustentó su decisión en orden a la procedencia de aplicar
el art. 97 del EBEP y no el art. 60 del ET estriba en que el apartado 4 del art. 93 del EBEP, refiriéndose al personal
laboral al servicio de las Administraciones públicas, añade que su régimen disciplinario "se regirá, en lo no
previsto en el presente Título, por la legislación laboral". Y como quiera que -en el punto del que en el caso
enjuiciado se trataba- el EBEP prevé específicamente unas normas concretas respecto de la prescripción de las
faltas, ello motiva que proceda aplicar precisamente esas normas especiales y no las que, con carácter general,
suministra al respecto en el art. 60 del ET.
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