MINISTERIO IGLESIA APOSTOLICA INTERNACIONAL

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LA UNICIDAD REVELADA EN JUAN 17
INTRODUCCION: En su oración, poco antes de ser traicionado y arrestado en Getsemaní, Jesús dijo:
"Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que
el mundo fuese" (Juan 17:5). ¿Estas palabras prueban que el Hijo es eternamente una persona
divina y distinta del Padre?
Cuando consideramos las oraciones de Jesús, debemos tener en cuenta que sus oraciones son
exclusivas de la encarnación. Lo que esto significa, es que no tenemos ningún registro bíblico del
Hijo orando al Padre antes de la encarnación. Aunque algunas oraciones del Mesías se registran en
las Escrituras hebreas y específicamente en los Salmos, estas oraciones forman parte del contenido
profético del Antiguo Testamento. En otras palabras, no indican que las oraciones se realizaron antes
de que el texto fuera escrito, ni tampoco que se escribieron mientras que las oraciones se realizaban;
en cambio, son profecías de las oraciones que el Mesías oró cuando vino al mundo. Por ejemplo, las
palabras de una oración mesiánica se registran en el Salmo 40:6-8: "Sacrificio y ofrenda no te
agrada, has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He
aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha
agradado".
El escritor de Hebreos registra esta oración que Jesús oró "entrando en el mundo" (Hebreos 10:5).
El punto es que las palabras de la oración fueron escritas por David, un profeta (véase Hechos 2:30),
pero en realidad aquella oración no fue hecha sino hasta que Jesús vino al mundo como Dios
manifestado en la existencia humana (1. Timoteo 3:16).
Otro ejemplo se encuentra en Hebreos 1:6. Esto demuestra que no sólo son las oraciones de Jesús,
sino que también son proféticas las palabras del Padre relacionadas con su Hijo, que se encuentran
en el Antiguo Testamento. De acuerdo con Hebreos 1:6, Dios dijo: "adórenle todos los ángeles de
Dios" [Note que según Hebreos 1:2, aquí se está hablando del Hijo]. Sin embargo, estas palabras no
fueron dichas por Dios antes de la encarnación, sino "cuando introduce al Primogénito en el
mundo" (Hebreos 1:6).
Juan 17:5, al igual que todas las oraciones de Jesús, debe ser entendida en el contexto de la
encarnación. Hay que tener en cuenta que Jesús Dios, pero vino en un velo de carne. La divinidad y
la humanidad de Jesús no pueden ser divididas y considerarse en forma aislada la una de la otra.
Todo lo que Jesús hizo y dijo, lo hizo y dijo desde lo que Él es, Dios manifestado en una existencia
humana auténtica y plena. Así, cuando Jesús se refirió a la "gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese", dichas palabras no se refieren a una cierta gloria que Él tuvo con su Padre como una
persona distinta en la Deidad, sino a la gloria que llegó a tener como Hijo, es decir como Dios
manifestado en carne [en la existencia humana]. Dado que la encarnación no había ocurrido todavía
antes de que el mundo fuese, se trataba de una gloria anticipada que era una realidad, en la medida
en que ya existía en la mente de Dios a pesar de que no había ocurrido todavía en el tiempo. Esto se
parece mucho a la descripción que Juan da acerca del Mesías como el "Cordero que fue inmolado
desde el principio del mundo" (Apocalipsis 13:8). Aunque la palabra traducida como "inmolado" o
"muerto" (esphagmenou) es un participio perfecto pasivo, lo que indicaría que el asesinato ocurrió en
el pasado, no obstante los lectores de la Biblia instintivamente entendemos que esto no quiere decir
que Jesús fue crucificado en el momento en que el mundo fue creado, sino que su crucifixión se
previó en la mente de Dios.
Si las palabras de Jesús en Juan 17:5 no tienen en cuenta su humanidad; es decir, si no reflejan la
realidad de la encarnación, nos quedamos con un "Jesús nestoriano" [1], cuya Deidad y humanidad
no fueron integradas en una sola persona, pues podría en un momento hablar y actuar como un
simple hombre sin tener en cuenta su Deidad, y podría en el siguiente momento hablar y actuar como
Dios, sin tener en cuenta su humanidad. En otras palabras, cuando Jesús dijo "yo", se refirió a sí
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mismo como lo que realmente era: Dios. Jesús nunca dijo "yo", para referirse exclusivamente a su
Deidad o a su humanidad. En la encarnación, la humanidad se incorporó a la divinidad de Jesús y
todo lo que dijo e hizo refleja esta realidad. Como se ha dicho, somos cuerpo y alma; pero Jesús es
Dios, y cuerpo y alma.
Desde el punto de vista de la cristología, lo que hemos dicho aquí refleja la enseñanza general de
ambas, las Escrituras hebreas y griegas. Pero ahora debemos considerar si Juan 17:5 se puede leer
de una manera que no entre en conflicto con la integridad de la persona de Cristo.
En primer lugar, incluso antes de examinar el texto griego, debemos preguntarnos: ¿Si Jesús es
verdaderamente Dios, qué necesidad tenía de orar? Para algunos, la oración de Jesús demuestra
que Él no es Dios. Para otros, el hecho de que Él es Dios, demuestra que sus oraciones estaban
destinadas simplemente a ser un ejemplo para nosotros. Es seguro decir que la mayoría de los que
creen tanto en la divinidad como en la humanidad de Cristo, también creen que las oraciones de
Jesús fueron auténticas y que reflejan el hecho de que Jesús no sólo es Dios, sino también hombre.
No es porque sea Dios que Jesús necesitó orar, sino porque Él también es humano. En otras
palabras, Jesús oró por la misma razón que los seres humanos necesitamos orar. El hecho de que Él
sea un ser humano en el que habita la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9), no va en detrimento
de la autenticidad de su humanidad. Esto no imposibilitó a Jesús de comer, dormir o participar de
toda la gama de actividades humanas. Tampoco lo imposibilitó de orar. Esto está ligado al milagro
de la encarnación, y los intentos humanos por explicar este misterio siempre van a fallar. Los
milagros deben ser aceptados por lo que son, y por eso quedan totalmente fuera del alcance
de la comprensión o explicación humana.
EXPLICACION DEL “YO TUVE”
Hay dos palabras en el texto griego de Juan 17:5, que algunos insisten en que demuestran que
Jesús es distinto del Padre como un Hijo eterno. La primera es ‘eichon’, traducida como "que tuve".
Dado que ‘eichon’ está en el imperfecto tenso, voz activa y modo indicativo (significando literalmente
"yo tuve"), y dado que la voz activa significa que es el sujeto quien actúa (en este caso Jesús), y
puesto que el modo indicativo confirma la realidad de la acción desde el punto de vista del hablante
[2], se ha llegado a afirmar que esto significa que Jesús existía antes de la encarnación como el Hijo
eterno. Los proponentes de esta idea, reflexionan que ya que el Hijo es quien dice haber tenido la
gloria, y puesto que este "tener" se refiere a antes de que el mundo fuese, entonces el Hijo tiene que
haber poseído gloria con el Padre antes de que el mundo fuese, como una persona real y distinta del
Padre.
Pero si Jesús, que es a la vez Dios y hombre, tuvo gloria con el Padre antes que el mundo fuese - y
ciertamente la tuvo, como se indica en Juan 17:5 – entonces la tuvo porque Él es el mismo Padre
quien llegado un tiempo específico se manifestó en carne. Jesús no podía orar desde la perspectiva
de su Deidad, haciendo caso omiso de su humanidad; del mismo modo que nosotros no podríamos
orar desde la perspectiva de la parte material de nuestra existencia, ignorando lo inmaterial. Ninguna
analogía es suficiente para explicar un milagro, pero Jesús no puede ser bifurcado de modo que su
Deidad o humanidad sean irrelevantes en cualquiera de sus palabras o hechos. Si antes de la
creación del mundo Jesús poseía la gloria con el Padre que se refiere a su Deidad, entonces al
mismo tiempo Él debió haber poseído la gloria con el Padre que se refiere a su humanidad. Sin
embargo, ¡pocos sugerirían que la humanidad de Jesús existió antes de la encarnación!
Los que desean resaltar la forma imperfecta, activa e indicativa de ‘eichon’ en Juan 17:5 para
demostrar la supuesta eternidad del Hijo, leen más allá del imperfecto tenso que está allí. Aunque el
tiempo imperfecto expresa una acción continúa en el pasado, no dice nada sobre el origen o la
terminación de la acción, o sobre la duración de la acción continuada. En otras palabras, el imperfecto
tenso no es un "eterno" tenso. Aunque no especifica el origen o la terminación de la acción, este
describe que la acción en curso tiene de hecho un punto de origen. En este caso, Jesús tuvo gloria
con el Padre antes de que el mundo fuese, pero el imperfecto tenso no nos informa sobre el principio
o la duración de la posesión de esta gloria. Decir que el imperfecto tenso indica una acción continua
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en el pasado, es una presentación incompleta de su función. El imperfecto puede ser descriptivo, ya
que presenta claramente la acción continuada en el pasado, y al igual que una película, este muestra
el movimiento de un acontecimiento. Nada acerca del uso del imperfecto, dirige hacia el origen, hacia
el final, o aún da una idea de la falta de un origen o un final. Por otra parte, el imperfecto puede ser
iterativo, mostrando a la acción continua o repetida en el pasado. En este caso, la acción se produce
de nuevo una y otra vez. Entonces, el imperfecto puede ser inicial, acentuando el principio de la
acción más bien que su progreso [3].
En cuanto a la utilización del imperfecto se refiere, todo lo que Juan 17:5 nos dice, es que en algún
momento del pasado, y en concreto antes de que el mundo fuese, Jesús tuvo gloria con el Padre. El
versículo no nos dice cuánto tiempo tuvo esa gloria, ni tampoco nos dice si Él tuvo dicha gloria
después de la creación del mundo. Jesús no dijo que Él tuvo esa gloria antes de la encarnación. Si Él
hubiera dicho esto, entonces sí podríamos asumir que la encarnación fue la razón de que Él ya no
tuviera más esa gloria. Pero si la encarnación fue el motivo de que Jesús ya no tuviera esa gloria,
¿cómo podría aquella gloria serle restaurada dado que la encarnación estará vigente por toda la
eternidad? (Filipenses 3:21, Apocalipsis 22:4). Parece mucho más satisfactorio para entender a
Jesús, referirse a la gloria que le perteneció en previsión a toda la gama de sus experiencias de
encarnación, incluyendo no sólo su manifestación en carne, sino también su muerte, sepultura y
resurrección. Como escribió Pablo, Jesús fue declarado Hijo de Dios por la resurrección de entre los
muertos (Romanos 1:4). Si la gloria por la que Jesús oró implica tanto su Deidad como su
humanidad, la posesión previa de esta gloria también implicó tanto su Deidad como su humanidad, o
no habría sido la misma gloria.
JESUS POSEIA TODA LA GLORIA EN TODO
TIEMPO
¿En qué sentido Jesús, como Dios manifestado en
carne, poseyó la gloria con el Padre antes que el
mundo fuese? La respuesta a esta pregunta puede
encontrarse en el rango posible de significados de las
palabras ‘para soi’, comúnmente traducido como
"contigo". La preposición ‘para’, cuando es utilizada
en el caso dativo, incluye los significados "con" o "al
lado", con la posición implícita [4]. Pero esto no agota
la gama de significados posibles de ‘para’ en el caso
dativo. De hecho, un asunto inquietante surge de
inmediato al imaginar una ubicación física
desprendida de la oración de Jesús, ya sea que uno
abrace una perspectiva trinitaria, o que uno crea en la
Unicidad de Dios. Por lo general, se entiende que es
inadecuado pensar en términos de ubicación o
posición física cuando se piensa en Dios. Por
ejemplo, los eruditos bíblicos comúnmente explican
las referencias a la "diestra de Dios" en términos
metafóricos. Un erudito israelita, hace el siguiente
comentario a Hebreos 1:3: "Aquí ninguna ubicación
literal es requerida, y así fue entendido por los cristianos de la época apostólica, como lo es por
nosotros: ellos sabían que Dios no tiene ninguna mano derecha física o material en el trono donde el
Cristo ascendido se sienta ‘al lado’ de Él; para ellos aquel lenguaje denotó la exaltación y la
supremacía
de
Cristo,
tal
como
significa
para
nosotros"
[5].
Lo que existe en la mente de Dios es una realidad tan segura, que se da por hecho de que existe
materialmente. El Señor conocía a Jeremías, aún antes de que Jeremías fuera formado en la matriz
(Jeremías 1:5). Él declaró a Ciro como su siervo, más de un siglo antes de que Ciro hubiese nacido
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(Isaías 44:28; 45:1). El cambió el nombre de Abram (padre enaltecido) a Abraham (padre de
muchedumbre) antes de que Abraham tuviera un descendiente. Dios puede hacer esto porque "da
vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen" (Romanos 4:17). Jesús es el
propio Dios, por lo tanto, Él pudo decir: "Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con
aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese". Dado que Él es Dios (el Padre)
manifestado en una existencia humana, esta oración debe ser entendida en el contexto de su
manifestación en carne. Él tuvo esta gloria como Dios manifestado en carne, y es a esta
manifestación en carne a la que la Biblia llama Hijo (Lucas 1:35, Gálatas 4:4). Dado que esta
manifestación no entró en existencia dentro del tiempo y el espacio sino hasta la encarnación, por
tanto esta era una gloria anticipada, profética, que no era menos real de lo que sería cuando la
previsión se cumplió.
CONCLUSION
Este capítulo de Juan, nunca muestra un Cristo dividido en dos personas, ni menos un “dualismo o
trinitarismo” sino una verdad absoluta… JESUS ES DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS…
Notas
[1] Nota del traductor. Tradicionalmente se ha llamado nestorianismo, a un punto de vista que
implica que Cristo estaba dividido en dos personas, y que la persona humana podría haber
existido en la ausencia de la persona divina.
[2] Véase Ray Summers, Fundamentos del Griego del Nuevo Testamento (Nashville, Tennessee:
Broadman y Holman Editores, 1995), 11-12.
[3] ídem, 57.
[4] Decir que ‘para’ está aquí en el caso dativo refleja el sistema de cinco casos. En términos del
sistema de ocho casos, los significados "con" y "al lado de" reflejan el caso locativo.
[5] F.F. Bruce, La Epístola a los Hebreos, Nuevo Comentario Internacional Sobre el Nuevo
Testamento (Impreso por Wm. B. Eerdmans, 1964), 7.
[6] Ver Léxico Louw-Nida, Lista de dominios 90, E, 90,20. BibleWorks 4.
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