Leyendas de Madrid Leyenda sobre el Palacio de Linares Don José de Murga y Reolid fundó este palacio. El matrimonio de los marqueses tuvo un único hijo, el cual, desde muy joven, dispuso de una gran fortuna que disfrutó sin ninguna medida. Llegado a la edad de establecer una familia, el padre aconsejó a su hijo de manera que en su elección primase el amor frente a otros intereses. Nunca un consejo paterno fue tan bien recibido por un hijo, pues éste estaba profundamente enamorado de una joven hermosísima pero sumamente humilde. Se trataba de la hija de la estanquera de la calle de Hortaleza, que había fallecido recientemente. El marqués, al conocer la identidad de la futura esposa de su hijo, cambió el semblante y dio por concluida la reunión, asaltando a su hijo un mar de dudas ante la actitud de su padre. Pero poco tiempo tuvo para hacerse más preguntas, pues al dia siguiente salió con destino a Londres, con el pretexto de solucionar un negocio de gran importancia que requería su presencia en la capital inglesa. Durante su estancia esperó en vano las instruciones de su padre, pero en cambio recibió un correo comunicándole el fallecimiento del mismo. De regreso a Madrid, el dolor durante dias se apoderó del joven, del que poco a poco fue saliendo, aliviado por la presencia y el cariño de su novia, cuyo amor se habia mantenido en la forzada y inexplicable separación. Ambos jóvenes se casaron con celeridad en una sencilla ceremonia, como correspondía al luto recientemente sufrido. Los años fueron consolidando su amor y la felicidad reinaba en el palacio, cuando un dia el joven marqués hojeando unos papeles de su padre, encontró una carta dirigida a él, con su dirección de Londres y la caligrafía inconfundible de su padre. Sintió un vuelco en el corazón al mismo tiempo que las manos le temblaban al abrir la carta. En la misiva, el padre confesaba al hijo que siendo joven y poseído por un amor correspondido, tuvo una hija con otra mujer. La niña creció sin conocer la identidad de su padre ni recibir, por expreso deseo de su madre, ayuda alguna. Las casualidades de la vida hicieron que se tratase de la mujer que hoy era la esposa de su hijo. El joven marqués no pudo seguir leyendo. Su cabeza cayó repentinamente sobre la mesa del escritorio, encontrándole así su esposa, quien, preocupada, preguntó a su marido por la causa de ese desmayo. Sin medir palabras, él le entrego la carta. Después de su lectura, y entre sollozos pudo pronunciar las últimas pabras pronunciadas en el lecho de su muerte por su madre: "Maldigo al causante de mi desgracia y a toda su descendencia, que todo lo que emprendan se venga abajo". A partir de ese momento la vida de los jóvenes esposos cambió por completo. Separados, vivieron bajo el mismo techo hasta su muerte. Una niña adoptada por los marqueses seria la unica heredera de la fortuna. Bautizada con los apellidos de Avecilla Agudo, su imágen se encuentra en un gran óvalo del salon de baile. A la niña la acompaña otra pequeña y se conoce a la pintura como Las señoritas de Avecilla. Deshabitado el palacio durante muchos años, la imaginación popular ha inventado historias de fantasmas que recorrían sus solitarios salones. Bien es cierto que las circunstancias familiares eran las más propicias para dar rienda suelta a las elucubraciones: amoríos entre posibles hermanos, una hija adoptada, muertes precipitadas de sus moradores, etc. Así, durante los años de su restauración hasta albergar actualmente la Casa de América, se hicieron famosas las psicofonías grabadas en sus salones por equipos más o menos científicos. Los medios de comunicación expandieron el eco de estos fenomenos supuestamente paranormales. Lo que sí está fuera de duda es que el Palacio de Linares es quizás hoy dia la leyenda viviente más popular del Madrid del siglo XXI. vídeo del gran Cuarto Milenio a propósito del Palacio http://www.youtube.com/watch?v=pvKJWm5IXL0 La leyenda de la Casa de las Siete Chimeneas La Casa de las Siete Chimeneas, situada en la plaza del Rey, encierra más de un misterio y mucha historia. Comenzaremos con la parte misteriosa, que siempre aviva más el interés. La historia se remonta a finales del S. XVI, cuando un montero real mandó al arquitecto Antonio Sillero que construyera una casa como regalo de boda para su hija. Finalmente el diseño se vio modificado por Juan de Herrera. El caserón fue entregado al nuevo matrimonio aunque disfrutaron de él poco tiempo. Al poco del casamiento, el marido murió en un combate en Flandes. Y poco después, la joven viuda apareció muerta en su lecho en extrañas circunstancias. Las malas lenguas relacionan el repentino fallecimiento con las visitas que el rey Felipe II hacía -de manera clandestina- a la joven. Y es por eso que –según relatan algunos- por las noches, una mujer con una antorcha en la mano se pasea por el tejado de la casa, se arrodilla, se santigua y después desaparece. La leyenda cobra algo de sentido en el S. XIX durante las obras de remodelación del edificio para convertirlo en Banco de Castilla. Parece que fue entonces cuando apareció en el sótano el esqueleto de una mujer junto a monedas correspondientes al S. XVI. La casa pasó después por distintas manos que fueron transformándola, arquitectónicamente hablando. En 1583 fue comprada por el comerciante genovés Baltasar Cattaneo. Será éste quien haga la primera modificación, añadiendo el tejado a cuatro aguas y las chimeneas con las que se conoce popularmente al edificio. Durante el S. XVIII fue ocupada por el marqués de Esquilache, ministro de Hacienda de Carlos III. En este momento, la casa sufrirá un saqueo por parte de los exaltados que se sublevaron contra el marqués ante la prohibición de llevar capa y chambergo. La Casa de las Siete Chimeneas, hacia 1940. (Imagen: Archivo General de la Administración. Ministerio de Cultura.) Ya en el S. XX, durante la dictadura de Primo de Rivera, la Casa de las Siete Chimeneas sirvió de sede del Lyceum Club Femenino. Siendo un centro de activismo cultural muy frecuentado por las mujeres feministas más ilustres del momento. En 1948 fue declarada Monumento Histórico Artístico y en 1995 Bien de Interés Cultural. En la actualidad aloja al Ministerio de Cultura. Un edificio con muchos siglos y, como decíamos al comienzo, mucha historia e historias. Para más información… http://www.historiademadrid.com/la-leyenda-de-la-casa-de-las-siete-chimeneas/ Leyendas de la Sierra de Guadarrama La Sierra de Guadarrama está situada al noroeste de la Comunidad de Madrid. Es un lugar muy frecuentado por los madrileños durante todo el año, para realizar múltiples actividades en la naturaleza. Además cuenta con algunas estaciones de esquí, que si bien no son muy grandes, sí sirven para que los madrileños se quiten el gusanillo del deporte blanco. Además, es un límite geográfico con Castilla-León, en concreto las provincias de Segovia y Ávila. La Sierra de Guadarrama consta de muchos picos, cuyos nombres están ligados en muchas ocasiones a su silueta y a su leyenda. Dos de las cimas con nombre tétrico y leyenda son: La mujer muerta Hay varias leyendas sobre esta montaña. Elegid la que más os guste: - Una mujer tenía dos hijos gemelos. Cuando su marido falleció, dejando una vasta llanura de ricas tierras, los dos hijos comenzaron a pelear para ver quién se erigía como propietario de las tierras. La mujer, que no soportaba la idea de que sus hijos pudieran llegar a matarse, ofreció su vida a dios a cambio de que sus hijos poseyeran las tierras por igual y no se pelearan más. Cuando en una pelea los hijos iban a matarse, de repente empezó a crecer una montaña entre ambos, obligándoles a cesar en su pelea; la montaña tomó la silueta de la madre sacrificada por el bien de sus hijos. Desde entonces, al atardecer, las nubes se acercan a la cabeza de La Mujer Muerta; son los hijos, dándole un beso a su madre. - La hija de un rico señor feudal era rondada por dos hermanos. Un día, cuando estaba paseando con uno de ellos, el otro hermano les vio y en un ataque de ira intentó matar al hombre que estaba con su mujer amada, sin reconocer que era su hermano. La muchacha se puso delante del hermano y frenó con su pecho la flecha mortal. De su cuerpo, muerto por amor, nació la montaña. El cancho de los muertos Está situado en La Pedriza, una región de la Sierra de Guadarrama en la que destacan las grandes formaciones rocosas, algunas de las cuales tienen formas asombrosas. Al parecer, esta formación se empleaba para que los bandoleros ejecutaran a los condenados a muerte, despeñándolos desde la parte más alta. Pero además existe la leyenda de que un grupo de bandoleros raptó a la hija de una familia adinerada de Madrid, escondiéndola en las rocas de esta montaña. El jefe de los bandoleros la dejó al cuidado de dos hombres de confianza y cuando volvió a la montaña encontró que uno de sus hombres había matado al otro y se disponía a abusar de la dama. El jefe bandolero arrojó el cadáver del bandolero muerto al vacío e intentó hacer lo mismo con el bandolero vivo, pero éste se agarró a su jefe y cayeron los dos. Un pastor encontró a la dama y se la devolvió a su familia, rechazando el dinero que le ofrecieron por el rescate. Cuando volvió con sus ovejas, le atacaron otros bandoleros para quitarle el dinero del rescate y como el pastor no lo tenía le arrojaron al vacío desde las rocas.