Entorno del comercio mundial y regional

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ARGENTINA
COMPORTAMIENTO DEL COMERCIO
EXTERIOR GLOBAL DURANTE 1998
ALADI/SEC/di 1222.3
25 de octubre de 1999
Entorno del comercio mundial y regional
En 1998 el comercio exterior de Argentina se desarrolló en un ámbito internacional
desfavorable, afectado por las fuertes perturbaciones derivadas de la crisis financiera
originada durante el año anterior en los países del sudeste asiático cuyas
repercusiones se manifestaron, desde los primeros meses del año, en menores
precios internacionales para la oferta exportable argentina. El considerable descenso
del dinamismo económico de la región asiática y la recesión en Japón, contribuyeron a
la depresión de los mercados de productos básicos con significativas caídas de las
cotizaciones de esas mercancías acompañadas de una baja menor de los precios de
los bienes manufacturados. Debido a esta desfavorable evolución, que ocasionó una
contracción de los valores unitarios cercana al 10%, el monto de las exportaciones
globales tuvo una leve caída tras sucesivas expansiones que lo habían llevado al
máximo histórico en 1997.
El valor de las exportaciones al conjunto de los países asiáticos, incluidos Japón,
países de la ANASO1 (Asociación de Naciones del Asia Sudoriental), del Acuerdo de
Bangkok2 y del resto de esa región, que cubrió casi una cuarta parte del monto de las
exportaciones argentinas al resto del mundo en 1997, tuvo una moderada caída (6%)
el último año que no refleja el heterogéneo comportamiento que se dio en la evolución
de las ventas según los diferentes destinos. Mientras aumentaron fuertemente las
colocaciones en India, Bangladesh, Japón y Pakistán, tuvieron considerables
contracciones los montos de los suministros a China, Indonesia, Hong Kong y Malasia.
El valor de las importaciones globales creció aceleradamente en la primera mitad
del año pasado con un importante aumento de las compras de bienes de capital.
Posteriormente la demanda de importaciones se debilitó completándose una reducida
expansión en el total del período que, sin embargo, permitió alcanzar el récord de esta
corriente comercial.
Como consecuencia de los comportamientos de signo contrario de salidas y
entradas de bienes, el saldo negativo de la balanza comercial global creció
fuertemente por segundo año consecutivo.
Durante 1998 también se redujeron, aunque moderadamente, las ventas a los
demás países de la ALADI lo que no impidió que Argentina continuara siendo, por
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Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Viet Nam.
Bangladesh, Corea del Sur, India, Laos y Sri Lanka.
amplio margen, el segundo abastecedor en la región detrás de Brasil y precediendo a
Chile.
En contraste, tuvo un aumento, de escasa significación, el monto de las compras
en la región que llegó, a su vez, al máximo registro histórico. El saldo positivo del
intercambio con los países de la ALADI tuvo una considerable reducción, como
consecuencia de las evoluciones, de distinto signo, de las ventas y compras en la
región.
Intercambio comercial con el resto del mundo
Después de una acelerada merma del ritmo de expansión durante el bienio
anterior, el valor de las exportaciones al resto del mundo tuvo una moderada
contracción (3%) en 1998 que se explica, principalmente, por las menores ventas de
combustibles a Estados Unidos y el Resto de Asia, de alimentos a países de la
ANASO, Estados Unidos y el Resto de Europa, de materias primas de origen agrícola
a la Unión Europea y de manufacturas al Resto de Asia y países del Acuerdo de
Bangkok, caídas en gran parte compensadas por la suba del valor de las colocaciones
de minerales y metales en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. La Unión
Europea, los países de Asia y Estados Unidos fueron, durante el año pasado, las
principales áreas de colocación de los embarques argentinos destinados al resto del
mundo cubriendo, los respectivos montos, el 34, el 23 y el 16 por ciento del agregado
de valores de los suministros fuera de la región.
Las subas de las ventas de alimentos, especialmente de habas de soja, maíz en
grano, maníes y semillas de girasol destinados a España y Países Bajos y de
minerales de cobre y sus concentrados enviados al mercado de Finlandia, en parte
contrarrestadas por la caída del monto de las colocaciones de manufacturas, en
particular en Países Bajos, Bélgica, España y Francia, explican el incremento de las
exportaciones a la Unión Europea.
El fuerte debilitamiento de la demanda de los mercados asiáticos se reflejó,
principalmente, en las notables contracciones de las ventas de alimentos a China,
Indonesia, Corea del Sur y Malasia. En cambio, las expansiones de los movimientos
de los productos incluidos en esa categoría de bienes determinaron aumentos en los
embarques destinados a la India, Bangladesh y Japón.
La baja del valor de las exportaciones a Estados Unidos tuvo su origen en la
merma de las colocaciones de combustibles, en su mayor parte petróleo crudo, pero
también fueron menores los movimientos de los suministros de alimentos, entre otros,
de jugo de manzana, de miel natural y de preparados de carne bovina.
Revirtiéndose la acelerada y creciente expansión del bienio anterior, el valor de
las importaciones desde el resto del mundo sólo tuvo una leve suba (2%) que se
generó, en su mayor parte, en las fuertes contracciones de los montos de las
internaciones de combustibles originarios de la Unión Europea y de alimentos
procedentes de Estados Unidos, descensos compensados con creces por los
aumentos de las compras de bienes manufacturados en la Unión Europea, Resto de
Europa y Asia. La Unión Europea, Estados Unidos y países de Asia fueron los
principales mercados abastecedores de Argentina durante el último año cubriendo, los
respectivos valores, el 40, el 28 y el 21 por ciento del total de las compras en el resto
del mundo.
La leve merma de las importaciones originarias de Estados Unidos reflejó una
fuerte contracción de las compras de alimentos acompañada de caídas de menor
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significación registradas en las compras de materias primas de origen agrícola,
combustibles y minerales y metales que no pudieron ser totalmente compensadas por
las mayores internaciones de bienes manufacturados.
El incremento del valor de las importaciones de bienes manufacturados, cuyo
principal impulso provino de los aumentos de las compras en los mercados de
Alemania, Francia y España, permitió la suba del monto de los abastecimientos
procedentes de la Unión Europea.
La suba de las internaciones de manufacturas, que alcanzaron un monto que
cubrió la mayor parte (97%) del valor de las importaciones originarias del conjunto de
los países asiáticos durante el último año, ocasionó el considerable aumento de las
adquisiciones procedentes de aquella región
Intercambio comercial con los países de la ALADI
El valor de las exportaciones argentinas al conjunto de los países de la ALADI,
tras crecer permanentemente y con gran dinamismo, especialmente en el trienio 19931995, y alcanzar el máximo histórico en 1997, que cuadruplicó largamente el monto
registrado en 1990, experimentó una moderada contracción (5%) en 1998 que superó
a la de la caída de las ventas al resto del mundo. El descenso se extendió a los
montos de las colocaciones en cinco destinos de la región y, aunque fue
particularmente importante en los casos de Brasil, Chile y Bolivia, también
disminuyeron las ventas a Paraguay y Uruguay. En cambio, se expandieron
significativamente los valores de las colocaciones en México, Venezuela y Ecuador y,
en menor grado, en los restantes países.
Después de crecer rápidamente en el lapso 1991-1994 de acuerdo con una tasa
anual media cercana al 50%, sufrir una contracción en 1995 y recuperar gran parte del
dinamismo de principios de la década en los dos años siguientes, el valor de las
importaciones originarias de la región experimentó sólo una modesta suba (3%) en el
último año que, sin embargo, fue suficiente para que esta corriente comercial
alcanzara su máxima expresión histórica. El crecimiento fue el resultado de los
aumentos de los montos de los suministros procedentes de Uruguay, Brasil, Paraguay,
Colombia y Chile que fueron en parte contrarrestados por las contracciones de los
abastecimientos desde los demás destinos del área.
El abultado saldo positivo del intercambio argentino en la ALADI disminuyó en una
cuarta parte el año pasado, principalmente como consecuencia de las fuertes
reducciones de los superávit , especialmente con Brasil, Chile y Uruguay y, en grado
menor, con Paraguay, Bolivia y Colombia. Por su lado, aumentaron los saldos
favorables con Venezuela y con Perú y el resultado negativo del intercambio con
Ecuador de 1997 se transformó en un superávit en 1998.
Tras crecer permanentemente durante un decenio y llegar al máximo nivel en
1997, el valor de las exportaciones argentinas a Brasil tuvo una moderada contracción
(6%) impulsada por los menores suministros de combustibles, cuyo monto se redujo a
menos de la mitad, de manufacturas, principalmente vehículos automóviles, y de
materias primas de origen agrícola, en su mayor parte algodón, caídas parcialmente
compensadas por la expansión de diversos alimentos como trigo, maíz y productos
lácteos. El leve incremento de las compras, en ese mercado, de bienes
manufacturados, en especial de vehículos automóviles, de minerales y metales y de
materias primas de origen agrícola y las mermas en las internaciones de combustibles
y alimentos explican el alza de esta corriente comercial. La participación de los valores
del comercio con Brasil en los totales del intercambio con la región, se mantuvo en los
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niveles del año anterior cubriendo el 62 y el 73 por ciento de las exportaciones e
importaciones, respectivamente.
La fuerte caída del monto de las compras de combustibles y la contracción de las
colocaciones de alimentos fueron las causas principales de las menores ventas a Chile
pero también disminuyeron las de materias primas de origen agrícola y se estancaron
las de minerales y metales, comportamientos sólo en parte compensados por la
moderada suba de los suministros de manufacturas. Las compras procedentes del
mercado chileno tuvieron, en cambio, un incremento, aunque de escasa significación,
generado en los aumentos de los valores de las internaciones de alimentos y de
manufacturas.
Las bajas en las ventas de combustibles y productos conexos como petróleo
crudo, gasóleo y energía eléctrica compensadas, en buena medida, por las
expansiones de los suministros de manufacturas y alimentos, explican la leve
reducción del valor de las colocaciones en Uruguay. El monto de las importaciones
desde este país tuvo un fuerte aumento que se concentró en las considerables
expansiones de los abastecimientos de manufacturas, principalmente vehículos
automóviles y sus partes y accesorios, de alimentos, en especial bovinos vivos y carne
fresca, refrigerada o congelada, y de combustibles y productos conexos, en su mayor
parte energía eléctrica.
La caída de las exportaciones a Paraguay se debió a la contracción de los envíos
de productos manufacturados, aunque también contribuyeron a la baja las menores
ventas de materias primas de origen agrícola y de minerales y metales, Los
abastecimientos de combustibles, si bien aumentaron, lo hicieron con menor
dinamismo que en años anteriores. Las importaciones desde ese mercado tuvieron,
por su parte, un moderado crecimiento del monto que se basó en las subas de los
suministros de energía eléctrica, de materias primas de origen agrícola y de alimentos.
La significativa disminución de las ventas de gasóleo a la que sumaron las bajas
de las colocaciones de diversos bienes manufacturados, ocasionó la merma del valor
de las exportaciones a Bolivia. Las compras argentinas en este origen también
descendieron como resultado de las menores importaciones de alimentos,
especialmente de habas de soja, de materias primas de origen agrícola y de gas
natural.
Las mayores compras de alimentos, entre otros, de porotos negros y de productos
lácteos, y de manufacturas explican el alza del monto de las exportaciones a
Venezuela. Por su lado, las importaciones desde este mercado tuvieron una leve baja
que se originó en las contracciones de las adquisiciones de manufacturas y de
minerales y metales que no pudieron ser totalmente compensadas por la expansión
del monto de las compras de combustibles.
El aumento de las exportaciones a México obedeció a la acelerada expansión de
las ventas de productos manufacturados, entre otros, de cajas de cambio para
vehículos automotores y de manufacturas de fundición, hierro o acero, que fue
parcialmente contrarrestada por las menores colocaciones de alimentos,
especialmente de aceite de girasol, que tras movimientos superiores a los 50 millones
de dólares en cada uno de los años del bienio anterior, no tuvieron movimiento durante
el último año. La leve baja de las importaciones desde el mercado mexicano se
generó, casi exclusivamente, en las menores compras de materias primas de origen
agrícola.
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Debido al dinamismo de los suministros de alimentos, particularmente de aceite
de soja, y no obstante la merma de las ventas de productos manufacturados, aumentó
el valor de las exportaciones a Perú en tanto que los abastecimientos procedentes de
este país disminuyeron drásticamente por la aguda contracción de las compras de
combustibles.
El considerable aumento del monto de los envíos de alimentos, principalmente
maíz en grano y aceite de soja, y el estancamiento de las exportaciones de
manufacturas explican la moderada suba de las ventas a Colombia. También el valor
de las importaciones de ese origen tuvo un alza que se generó, en su mayor parte, en
la expansión de las compras de combustibles.
El fuerte incremento del valor de las exportaciones a Ecuador obedeció a sendas
expansiones de las colocaciones de alimentos, básicamente maíz en grano, y de
bienes manufacturados, en especial camiones de bomberos. La contracción del monto
de las importaciones originarias de ese mercado fue ocasionada por el descenso del
monto de las internaciones de alimentos como bananas, manteca, grasa y aceite de
cacao y palmitos.
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