LA ARQUITECTURA DEL CASINO Descripción General de la Fachada 1.- Entrada principal Ubicada en el eje central del edificio, la portada principal del Casino Español es el punto focal del diseño de su fachada y el elemento más distintivo de ésta. Rica en sus componentes arquitectónicos y ornamentales, la puerta de acceso al palacio cubre la altura de los niveles de planta baja y entrepiso para dar paso al vestíbulo interior, también de doble altura. El portal, tallado en cantera, está constituido por dos pilares almohadillados sobre los que se adosan medias pilastras lisas rematadas por un arco de medio punto. Tanto los capiteles de las pilastras como el moldurado del arco ostentan un fino diseño geométrico; mismo que se repite en el arquitrabe, tallado en madera, del portón rematado por una media luna labrada, en la que es motivo central un doble hemisferio coronado flanqueado por las dos columnas y divisa del escudo español. Sin duda el elemento más interesante es la alegoría que corona el portón; en ella, las figuras de la industria y el comercio, actividades preponderantes de los miembros del Casino en el siglo XIX, flanquean un elaborado medallón de reminiscencia francesa en cuyo centro elíptico se data el edificio en el año 1903. Debe señalarse que la primera versión del proyecto original fue elaborada por González del Campo en 1890 y aprobada en 1891; el predio que ocupa fue adquirido en 1895, iniciándose las obras seis años después. Para 1903 la construcción del edificio estaba prácticamente concluida, siendo inaugurado como sede oficial del Casino Español en diciembre de 1905. 2.- Conjunto del balcón central El arco y balcón centrales sobre el acceso son el segundo elemento integrador de la portada principal del Casino Español. Válido en sí mismo por su mayor dimensión y encuadratura dentro de la fachada, la primacía del balcón central se ve reforzada por las dos ventanas laterales; resultado del ritmo que el arquitecto supo imponer al juego de arcos en el piso principal. El arco en sí tiene la misma curvatura y flecha que el arco del portón, pero su estructura tiende más a lo clásico. Entre la columnata que se repite a lo largo de la fachada, el arco se sostiene sobre dos columnas propias, estriadas, rematadas con un capitel cilíndrico de somera decoración. Las archivoltas ofrecen un moldurado sencillo y profundo hasta alcanzar el paño de la fachada. No solamente por su tamaño, sino también por su composición, el arco central se revela como el más importante del piso alto. El balcón, de planta semicircular, balaustrado y sostenido sobre una cornisa que corre a lo largo de la fachada como ocurre con el resto de la arquería, tiene acceso desde el interior por un triple ventanal cuyo antepecho labrado tiene como muestra el escudo de Castilla y León. Más arriba, desde la clave de cantera del arco bordeado por los tímpanos decorados con un diseño de hojas de acanto, el rostro de Isabel la Católica observa la calle que ostenta su nombre desde el 31 de agosto de 1910. 3.- Remate principal La portada principal del Casino Español culmina formalmente con un entablamento compuesto por un masivo frontón curvo sobre el salidizo de una amplia cornisa. Decorado al frente con motivos vegetales, el frontón remata en una pilastra cruciforme sobre la ornamentada clave de su arco que sirve de sostén a un asta bandera. En los diseños correspondientes al proyecto original de Emilio González del Campo, el asta bandera ostenta el lábaro español de la época. La cornisa que sostiene el frontón descansa sobre dos pilares de mayor altura que en el resto del pretil de la fachada y un paño ciego donde, bajo una doble guirnalda de cantera, se inscribe en una placa el nombre del Casino. El edificio en general está coronado por un doble cornisamiento cuya modulación está dada por pilastras intermedias, salvo en los paños de las portadas secundarias. A lo largo, el friso entre ambas cornisas está decorado por bloques resaltados con iconos heráldicos en el centro flanqueados por elementos ornamentales de follaje; constituyendo así el conjunto de cornisas el elemento horizontal de mayor relevancia en la fachada. Por su altura, el frontón que remata la portada resulta ser el elemento dominante del edificio y reafirma tanto el eje de composición del mismo como la preponderancia de la puerta principal. 4.- Portadas laterales Las portadas laterales del edificio del Casino Español cumplen más una función visual y formal que una utilitaria. Formalmente constituyen dos macizos casi cerrados que, en concordancia con la voluntad de simetría del arquitecto, equilibran y limitan las porciones centrales de la fachada otorgando a ésta sendos remates visuales que la definen en su proyección horizontal. Ambos elementos presentan, en contraste con la riqueza ornamental del resto, una arquitectura austera que, incluyendo sus remates superiores en forma de torreones almenados con estrechas aspilleras, remiten al espectador a las fortalezas y albarranas correspondientes al románico. Los portales, tanto el izquierdo que funge como acceso de servicio, como el derecho, cuyo único objetivo es la simetría, se encuentran prácticamente desnudos de ornamento. Los ventanales de la planta superior, también cerrados y austeros aún con su columnata, arquitrabe y frontón curvo, confinan eficazmente los espacios al interior y exterior de la portada al conformar las cabeceras del gran salón dispuesto en su interior. Esta voluntaria austeridad y simetría, indudablemente prevista por el arquitecto, presta coherencia y hace armónico el conjunto de la fachada. 5.-Tablamentos del piso principal El ritmo de los arcos que iluminan el interior del piso principal está definido por cuatro tablamentos cerrados que también sirven de límite a la línea de vanos verticales de la planta baja y entrepiso bajo ellos. Estos paños cerrados no solamente acotan las arquerías, sino que también redefinen el diseño general del edificio para dar a la planta principal una mayor relevancia sobre los otros dos niveles. El paño liso de cada tablamento, interrumpido solamente por la moldura que marca su rodapié al nivel de la balaustrada general, sirve de fondo a su ornamentación única: una panoplia de ondulado movimiento donde se alojan, coronadas, las armas de la realeza española de finales del siglo XVIII, al principio del régimen de la casa de Borbón, época esta de la gran reforma que transformó las estructuras políticas, administrativas y de gobierno de España; lo que favoreció el desarrollo de la agricultura, las ciencias y las artes en todo su territorio. En homenaje a esta época, que marca la consolidación de España como nación, y en una disposición simétrica, los tableros laterales ostentan las armas de Felipe V, primer soberano de la casa de Borbón, fundador de la Real Academia de Historia y la Real Academia de la Lengua; constructor del Palacio Real de Madrid; creador de las Secretarías de Estado, antecesoras de los actuales ministerios; favorecedor de la agricultura e instaurador de las manufacturas reales. Los tableros centrales portan las grandes armas de Carlos III, hijo del anterior, quien realizó la reforma de la enseñanza; creó en Madrid los Estudios de San Isidro, las Escuelas de Artes y Oficios, así como hospitales y hospicios. Desarrolló la red carretera española , fundando nuevas poblaciones en Jaén, Córdoba y Sevilla. A él se debe que España cuente con el Museo del Prado, la Cibeles, la Puerta de Alcalá, el Real Jardín Botánico y, sobre todo, la bandera y el himno nacionales.