El teatro dentro del teatro de Elena Garro

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El teatro dentro del teatro de Elena Garro
(trabajo de fin de curso)
SJ0B774 Mexická divadelní tvorba
jaro 2012
Jan Střítecký
INTRODUCCIÓN
Para el presente comentario elegí la obra de Elena Garro (1920-1998), Felipe Ángeles
(1978). En la primera parte del texto quisiera penetrar en los pormenores históricos y sociales
para que prepare el terreno para el propio comentario teatral.
El análisis de la obra propuesta para el comentario se centrará sobre todo en el
elemento del espacio y en los niveles del espacio a los que alude el título del presente texto. El
metateatro de Garro obtiene ricas connotaciones: es una obra teatral que se desarrolla (espacio
patente) en un teatro. El proceso judicial con el general Felipe Ángeles resulta al final como
una función teatral. Decidido ya antes de su principio somos testigos de un proceso tramado,
preparado, que solamente quiere justificar nada menos grave que un asesinato. Así que el
teatro y el metateatro están presentes en la obra de Garro en varios niveles que se analizarán
más adelante.
Finalmente me gustaría hacer una breve comparación con El gesticulador (1938) de
Rodolfo Usigli (1905-1979). Ambas obras tratan de superar el trauma de la Revolución
mexicana pero cada una de ellas de una manera diferente. Es interesante observar también la
distancia temporal entre las piezas de Usigli y Garro y cómo cambió en estos cuarenta años el
teatro mexicano.
2
LOS FANTASMAS DE LA REVOLUCIÓN
No queremos cometer el error frecuente de explicar el Felipe Ángeles teatral con el
Felipe Ángeles real. Sin embargo, hay varias cosas que nos ayudarán a analizar la pieza
teatral.
Es poco frecuente que una pieza teatral se dedique con tanta verosimilitud a los
últimos momentos de un personaje histórico como ocurre en Felipe Ángeles. Recalquemos
que la mayoría de los hechos que se describen en la obra sucedieron en la realidad: el general
Felipe Ángeles fue sentenciado a la pena capital en Chihuahua en noviembre de 1919; los
nombres de los miembros del Consejo de Guerra corresponden a los militares que en la
realidad condenaron a Ángeles (p. ej. Gabriel Gavira Castro o José Gonzalo Escobar). Incluso
corresponde a la realidad el pretexto de tal suceso – la extraordinaria fe del general Ángeles
en la justicia social y democracia como bases de la Revolución.
No pretendemos ocuparnos más de lo necesario de la relación entre ambos Felipes, el
teatral y el real. Sin embargo, habrá que preguntarse: ¿por qué eligió Garro precisamente a
Felipe Ángeles como protagonista de su obra? ¿Por qué su pieza de teatro trata de
(re)interpretar el legado de un general controvertido?
Varias pistas nos podrían ayudar a entender el porqué de tal hecho. México en los años
70 vivió una época agitada de una nueva desilusión revolucionaria. Después de la Matanza de
Tlatelolco (1968) los intelectuales sentían la necesidad de revisar o reexaminar la herencia de
la Revolución mexicana. Del hervor intelectual salió un tema clave que se repetía en la escena
cultural mexicana posrevolucionaria en varias olas: la colisión entre la pureza de ideales y la
fácil corrupción de los mismos. Felipe Ángeles era peligrosamente honrado para sobrevivir el
torbellino del año 1919, como lo eran los estudiantes en Tlatelolco en el 1968.
3
EL TEATRO DENTRO DEL TEATRO
Tomemos como el punto de referencia la sala del Teatro de los Héroes en Chihuahua.
En este punto convergen todos los niveles espaciales de la obra y hasta parece que la
estructura espacial de Felipe Ángeles es muy simple. Topamos con un espacio único –como
en el teatro clásico– donde la distancia entre el espacio escénico y el ficticio casi no existe.
Parece demasiado obvio que el objetivo de tal hecho estriba en crear una ilusión de realidad.
Sin embargo, los niveles espaciales tienen en Felipe Ángeles varios significados.
Señalemos que la pieza contiene un metateatro metafórico: el proceso kafkiano con el general
Ángeles se desarrolla en el Teatro de los Héroes (¡vaya paradoja!) y sigue al pie de la letra el
guión preparado por los generales Diéguez y Gavira. Así que no nos extraña que el general
Escobar en la primera reunión del Consejo de la Guerra pronuncie: «Ahora me explico por
qué vamos a juzgarlo en un teatro. (...) ¡De verdad que esto es un entierro!»1
La sala está convirtiéndose en esta obra en un verdadero recurso dramático. El público
atestigua la sentencia injusta y está metido dentro del proceso. Para apoyar tal constatación
hay que mencionar un tercer nivel espacial, es decir, el público tanto teatral como real forma
un espacio semilatente sonoro. Durante el proceso con Felipe Ángeles se oyen varias veces
silbidos, aplausos, gritos… que protestan contra su sentencia. Se trata de un público teatral
que se esconde en un espacio latente; sin embargo, su actuación lo conecta con el público real,
hasta como si en algunos momentos (p. ej. Acto II, pág. 367) se conectaran ambos públicos en
una única masa que está en contra del tribunal ideológicamente sesgado y corrompido.
Para concluir habrá que establecer en Felipe Ángeles una relación entre el espacio y el
significado. Somos testigos de una fuerte tematización del espacio.2 De ahí, podemos situar el
espacio en el núcleo de la significación de la obra, como escribe García Barrientos. El teatro
como espacio patente forma a través de una cadena de metáforas (p. ej. proceso jurídico como
una función teatral) el significado de la obra; simboliza la dicotomía de ilusión y desilusión
que trajo la Revolución mexicana. El proceso con Felipe Ángeles desilusiona al público en la
1
GARRO, Elena. Felipe Ángeles. In: ITA, Fernando de (coord.). Teatro mexicano contemporáneo.
Antología. Madrid: Fondo de Cultura Económica España, 2001, pág. 352.
2
Cf. GARCÍA BARRIENTOS, José Luis. Cómo se comenta una obra de teatro: ensayo de método.
Madrid: Editorial Síntesis, 2003, pág. 149.
4
sala (tanto ficticia como real) y resulta solamente como una formalidad con la que hay que
cumplir. Por lo contrario queremos aludir a la ilusión de los miembros del Consejo de Guerra
quienes creen (por lo menos algunos) que con la muerte de Felipe Ángeles se absuelven a sí
mismos.
Dejando aparte la estructura temporal (la obra se desarrolla de forma lineal en una
fecha concreta) dediquémonos ahora a los personajes que forman una rica estructura a la que
podemos aplicar el modelo actancial de Greimas que usa García Barrientos en su manual.
Coloquemos los personajes principales de Felipe Ángeles al esquema siguiente:
D1: General Diéguez
D2: La Revolución
S: Felipe Ángeles
O: justicia, pureza de
ideales, la Revolución
democrática etc.
A: Los otros
miembros del
Consejo de la
Guerrra
Op: Las
mujeres que
intervienen
en pro del
acusado, sus
abogados
El Destinador, general Diéguez, tiene en la obra una posición clara: exhorta a sus
compañeros a que sentencien a Felipe Ángeles rápidamente para que no haya protestas.
Diéguez desempeña el papel del elemento motriz de la acción. No olvidemos que la cuestión
5
desde el principio no es: ¿van a senteciar a muerte a Felipe Ángeles? sino ¿cómo se defenderá
Ángeles y los suyos ante un veredicto que todos conocen? Con otras palabras, el destino del
Sujeto no puede cambiar, esto lo sabemos desde el primer acto, pero puede cambiar la manera
de llegar al final (muerte). Quizás el elemento más discutible lo forma el Destinatario. Felipe
Ángeles muere por sus ideales, no quiere casi al final aceptar la propuesta de Bautista para
huir de su celda y luchar con Villa, simplemente no quiere matar y por eso está matado. La
Revolución lo devora a él y se quiebra con él como acertadamente apunta Escobar: «Si lo
matamos a él, asesinamos a la Revolución». 3 Desde el punto de vista del Objeto Felipe
Ángeles trata de luchar todo el proceso usando todos los recursos legales; defiende sus ideales
sobre los cuales quería construir la Revolución (p. ej. «Yo luché por unos principios»4), lucha
por su vida como mejor puede. Sin embargo, cuando lo sentencian (ilegalmente, se descubre
que ya no pertenece a la justicia militar) deja de luchar y se prepara para la muerte.
Ahora bien, quedarán dos elementos de nuestro esquema, el Ayudante y el Opositor.
Los otros miembros del Consejo de Guerra ayudan al general Dieguéz pero a la vez sienten
cierta pena por Ángeles (p. ej. el personaje tragicómico de Bautista). Se oponen a los
ayudantes las mujeres y los abogados que defienden a Ángeles. Luchan contra el destino ya
dado desde el principio de la obra y retrasan así el argumento. Todo esto confirman las
palabras del reo Ángeles: «Señores, está bien que me maten, ya que soy un testigo inoportuno
de su triunfo. Pero está mal que traten de matarme con mentiras, porque la misma mentira los
condena a ustedes».5
En resumidas cuentas, el sistema actancial minuciosamente analizado en García
Barrientos se podría aplicar a la obra de Elena Garro. Resulta que Garro supo hacer de una
fábula simple (el proceso político con Felipe Ángeles) un drama rico en significados.
3
GARRO, Elena. Felipe Ángeles. In: ITA, Fernando de (coord.). Teatro mexicano contemporáneo.
Antología. Madrid: Fondo de Cultura Económica España, 2001, pág. 390.
4
Íbid, pág. 415.
5
Íbid, pág. 374.
6
EL DERECHO A DECIDIR
Quisiera detenerme brevemente con la comparación de la obra propuesta para el
presente comentario con El gesticulador de Rodolfo Usigli. Se trata de dos dramas que
remiten a la Revolución mexicana cada uno de diferente manera y con diferentes recursos.
Hay un aspecto aparentemente marginal al que aluden ambas obras: se desarrollan en
el norte sublevado de México durante la Revolución. Desde la perspetiva de los personajes la
capital está vista como algo muy alejado que no entiende los problemas norteños. En Felipe
Ángeles declara el general Diéguez: «¡Y en México se empeñan en reconocer que este juego
es peligroso. [Responde Bautista:] ¿En México? Allá se limitan a girar órdenes y a darse
buena vida.»6 Hasta odio hacia los capitalinos y su estilo de vida sienten los personajes de las
dos obras. En El gesticulador César Rubio al llegar al campo dice felizmente: «…en México
[alude a la capital] empieza uno de nuevo todos los días.»7
Tanto Felipe Ángeles como El gesticulador convergen en un punto que es el miedo de
la Revolución desbordada de sus principios originales. Encontramos a menudo en los textos
constataciones filosóficas de los personajes principales que contrastan con el carácter rural de
la Revolución. Felipe Ángeles y César Rubio (los dos rondan los 50 años) como si no
encajaran en el marco de la Revolución y el resultado de su rebeldía conduce a la
autodestrucción. Hay una diferencia entre Ángeles y Rubio. El primero no sacrifica sus
ideales por ningún precio, el segundo para poder mantener la familia y dedicarse a lo que le
gusta se rinde ante la tentación. Rubio se justifica a sí mismo: «Todo el mundo aquí vive de
apariencias, de gestos. Yo he dicho que soy el otro César Rubio…¿a quién perjudica eso?
Mira a los que llevan águila de general sin haber peleado en una batalla; a los que se dicen
amigos del pueblo y lo roban; a los demagogos que agitan a los obreros y los llaman
camaradas sin haber trabajado en su vida con sus manos.»8
¿Quiere decir todo esto que en la Revolución sobreviven solamente los más
descarados? Probablemente. Mientras que el tragicómico profesor de historia César Rubio cae
víctima de un de una trampa preparada por su rival político, Felipe Ángeles muere como un
héroe rechazando hasta los últimos minutos la posibilidad de salvarse. El primero forma parte
de una comedia grotesca hasta su fin absurdo, el segundo defiende heroícamente la libertad
6
GARRO, Elena. Felipe Ángeles. In: ITA, Fernando de (coord.). Teatro mexicano contemporáneo.
Antología. Madrid: Fondo de Cultura Económica España, 2001, pág. 342
7
USIGLI, Rodolfo. El gesticulador. Pieza para demagogos en tres actos. In Teatro completo. Volumen
I. México: Fondo de Cultura Económica, 1966, pág. 735.
8
Íbid, págs. 754-5.
7
del espíritu. Lo cierto es que los dos disponen del derecho a decidir. César Rubio –a pesar de
la insistencia de su mujer– decide seguir mintiendo a todo el mundo y hacer política porque
«En México todo es política…la política es el clima, el aire».9 Felipe Ángeles
sorprendentemente también está confrontado con la posibilidad de decidirse, puede huir con
Bautista y luchar o mantenerse firme a sus ideales y esperar a la muerte. ¿Tiene el acentuado
derecho a decisión de los personajes un significado más profundo? A nuestro modo de ver
quiere poner énfasis en la responsabilidad del individuo por sus hechos y decisiones que tanto
faltaba en la Revolución.
BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA BARRIENTOS, José Luis. Cómo se comenta una obra de teatro: ensayo de
método. Madrid: Editorial Síntesis, 2003.

GARRO, Elena. Felipe Ángeles. In: ITA, Fernando de (coord.). Teatro mexicano
contemporáneo. Antología. Madrid: Fondo de Cultura Económica España, 2001.

ITA, Fernando de (coord.). Teatro mexicano contemporáneo. Antología. Madrid:
Fondo de Cultura Económica España, 2001.

USIGLI, Rodolfo. El gesticulador. Pieza para demagogos en tres actos. In Teatro
completo. Volumen I. México: Fondo de Cultura Económica, 1966.

WOBESER, Gisela von. Historia de México. México: Fondo de Cultura Económica,
2010.
9
USIGLI, Rodolfo. El gesticulador. Pieza para demagogos en tres actos. In Teatro completo. Volumen
I. México: Fondo de Cultura Económica, 1966, pág. 735.
8
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