El Ayuntamiento de Santander cierra los tiovivos de Pombo por carecer de licencia

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Santander, 10/01/08
El Ayuntamiento cierra los tiovivos de Pombo por carecer de licencia
Ejecuta una sentencia de febrero de 2006 fruto de una denuncia vecinal por el volumen de la
música de una de las atracciones, casi el doble de lo permitido
JUAN CARLOS FLORES-GISPERT
Casi dos años después de que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de
Santander determinase que uno de los carruseles de la Plaza de Pombo era ilegal por
carecer de licencia de actividades y concesión administrativa, las dos atracciones han
sido clausuradas por el Ayuntamiento de Santander. Ambas fueron trasladadas a Pombo
desde la plaza de Alfonso XIII en el año 2003, cuando se remodelaron los Jardines de
Pereda. Nunca tuvieron licencia.
La clausura de los dos tiovivos tiene su inicio en el
pleito planteado por la Asociación de Vecinos de
Pombo-Cañadío contra el carrusel situado junto a la
farmacia Breñosa, que emitía ruidos y música que
superaba los decibelios permitidos por la ley.
La denuncia se presentó contra los
elevados ruidos provocados por este
tiovivo
«El propietario de la instalación se negó a bajar la música por lo que nos vimos
obligados a acudir a los tribunales», explicó ayer el secretario de la citada asociación
Alfonso Díez Puerto que añadió que «no nos molestan los caballitos, lo que molesta es
la música muy alta».
En el transcurso de la instrucción de la denuncia se descubrió que las instalaciones
carecían de licencia de actividades y concesión administrativa. «Si el Ayuntamiento les
otorga licencia y los propietarios de la instalaciones cumplen con toda la reglamentación
en vigor sobre este tipo de atracciones infantiles los vecinos no nos opondremos», dijo
ayer Díez.
La sentencia primera es de febrero de 2006 y fue recurrida por los propietarios del
tiovivo. En diciembre de 2006 la sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Cantabria confirmó la sentencia de cierre, indicando que no
constaba que existiese una concesión en una antigua ubicación en la plaza de Alfonso
XIII y agregó que, aunque existiese, no tendría efecto en la nueva ubicación de la plaza
de Pombo «para lo que se requiere un nuevo procedimiento de concesión, al variar un
elemento esencial de la actividad, cual es el espacio que ocupa».
Al tiempo la resolución judicial censuraba al Ayuntamiento «por su tolerancia» e
«inactividad» respecto al control administrativo cuando se vulneran las normas.
En la sentencia, el magistrado José Ignacio López Cárcamo subraya que el carrusel que
está instalado en la Plaza de Pombo implica un uso privativo del dominio público y
ocupa de manera permanente un «pedazo significativo, que priva al resto de las
personas de su utilización en cuanto parte del espacio abierto que es la plaza pública».
A la vista de que el Ayuntamiento no cumplía el fallo y no clausuraba las actividades, la
asociación de vecinos pidió la ejecución de sentencia y ésta se ha cumplido. El cese de
la actividad les fue comunicado a los propietarios de los carruseles el día siguiente a
Navidad por el Ayuntamiento «y en el mismo documento se les informaba que podían
solicitar la licencia oportuna para la explotación de carruseles en las calles», explicó
ayer el concejal de Protección Ciudadana y portavoz municipal, Eduardo Arasti. A la
espera de esta petición, los carruseles permanecen en la plaza
Díez aseguró ayer que se hicieron mediciones de los ruidos provocados por el tiovivo
situado frente a Breñosa «y si de día se permiten 55 decibelios y de noche 45, llegó a
emitir 72 decibelios a las diez de la noche de un sábado de agosto. Incluso había una
versión electrónica del 'Para Elisa' de Beethoven, que sonaba constantemente», indicó
Díez.
No es el caso del tiovivo situado junto al Club de Regatas, arrastrado al cierre
indirectamente por la denuncia contra su colega y por su falta de autorización. Sus
propietarios, José Antonio Penagos y María Antonia Amparo Sánchez, nunca han tenido
quejas de los vecinos que, incluso, han firmado peticiones para su reapertura.
El cierre ha provocado una amplia polémica en la edición digital de EL DIARIO
MONTAÑÉS, con una mayoritaria opinión a favor de su reapertura.
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