La Procuradora General denuncia la dejadez del Principado en el caso de la calera de San Cucao

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Agüera (Llanera), 10/01/08
La Procuradora General denuncia la dejadez del Principado en el caso de
la calera de San Cucao
Fernández Felgueroso ve probada la «inactividad» de la Consejería de Medio Ambiente pese a
contar con informes contrarios a la empresa desde 2004
Franco TORRE
La Procuradora General, María Antonia
Fernández Felgueroso, recoge en un informe la «dejadez», a su juicio, del Principado en el caso
de la calera de San Cucao (Llanera), cuya actividad ha sido denunciada por los vecinos
afectados por contaminación acústica y medioambiental, a los que el Tribunal Supremo ha
dado la razón. En un informe del pasado diciembre, Fernández Felgueroso considera que la
Consejería de Medio Ambiente no hizo sus deberes, pese a contar con informes que
constataban la actividad irregular de la calera desde 2004. Los vecinos han celebrado este
nuevo apoyo.
El matrimonio formado por los vecinos de Agüera, en Llanera, Manuela Bernía y José
Antonio Sánchez siguen sumando apoyos en su lucha contra las actividades nocivas de
las empresas Caleras de San Cucao, Sidercal y Sidercal Minerales, a las que se acusa de
contaminación acústica y medioambiental. En esta ocasión, ha sido la propia
Procuradora General de Principado de Asturias, María Antonia Fernández Felgueroso,
la que se ha posicionado al lado de los afectados, quienes le habían presentado un
escrito denunciando las actividades de la calera el 9 de noviembre de 2006.
Tras un largo proceso de recopilación de datos e informes, la Procuradora General
emitió el 17 de diciembre de 2007 un informe con recomendación, recibido hace
escasos días por el matrimonio de Agüera, en el que Fernández Felgueroso manifiesta
que, una vez examinada toda la documentación, «se constata que no se ha procedido a la
ejecución de la reiterada sanción impuesta, lo que denota la inactividad y falta de
actuación por parte de la Consejería de Medio Ambiente», dado que en 2004 ya existían
informes que denunciaban las irregularidades de las actividades de la calera, pese a los
cuales Medio Ambiente no actuó.
Ante esta situación, la Procuradora recomienda que «por el órgano competente de la
Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural se dicten las instrucciones y criterios
precisos al objeto de dar cumplimiento y ejecución a las resoluciones que se dicten, de
forma que por inactividad o falta de actuación de los mismos se deje prescribir el [sic]
obligación de la Administración a ejecutar una sanción impuesta, con lo que se está
haciendo dejación de las funciones legales encomendadas a esa Consejería para la
protección y tutela del medio ambiente, al mismo tiempo que se dejan impunes las
infracciones cometidas por la citada empresa Caleras de San Cucao, S. A., incurriendo
con ello en arbitrariedad en la defensa de los intereses generales».
Asimismo, la Procuradora deja abierta una puerta a una futura intervención, en el caso
de que la Consejería no atienda a sus recomendaciones, informando a los vecinos
afectados de que les mantendrá al tanto de la respuesta de su recomendación, sea
aceptada o no, señalando que en caso de ser rechazada también les informará «de las
actuaciones que en su caso procedan».
Tras recibir el escrito de la Procuradora, José Antonio Sánchez y Manuela Bernía se
mostraron «exultantes» por el apoyo de María Antonia Fernández Felgueroso, pese al
tiempo transcurrido desde que presentó su queja ante la Procuradora hasta la emisión de
este informe. Sánchez disculpó la demora apuntando que «sabemos que a la
Procuradora le costó acceder a ciertos expedientes», al tiempo que señaló la buena
predisposición que había mostrado Fernández Felgueroso durante todo el proceso y su
afabilidad con los afectados cuando se reunieron en el otoño de 2006.
Por su parte, el portavoz de la Asociación de Vecinos de San Pedro de Agüera, Osmel
Fernández, destacó que «el informe de la Procuradora confirma lo que ya sabíamos: que
la Consejería no actuó como debía en este caso ya desde un principio».
Nueve años de lucha vecinal y más de 150 denuncias en las administraciones
Me han destrozado la vida, ya no podré dormir nunca más». Estas estremecedoras
declaraciones, publicadas por este periódico el 23 de noviembre y realizadas por
Manuela Bernía en su domicilio de Agüera, tras hacerse público el fallo del Tribunal
Supremo que les daba la razón a ella y a su marido, José Antonio Sánchez, en su pleito
contra la calera, resultan esclarecedoras respecto al calvario que el matrimonio
llanerense y el resto de vecinos de la localidad llevan sufriendo desde hace más de
nueve años.
Pese a que Sánchez y Bernía viven en su domicilio de San Pedro de Agüera desde hace
21 años, y que la calera lleva varios años más trabajando en la localidad, los problemas
de contaminación acústica y medioambiental no comenzaron hasta 1998, cuando el
actual gerente de la empresa, José Vázquez Pérez, accedió al cargo sucediendo a su
padre. En ese momento, Caleras de San Cucao inició una serie de reformas y
ampliaciones que supusieron un notable aumento de las emisiones de ruido desde sus
instalaciones.
Ante esta situación, los vecinos iniciaron una serie de protestas y las denuncias
comenzaron a amontonarse en el Ayuntamiento de Llanera y la Consejería de Medio
Ambiente. Precisamente, la Consejería sancionó a la empresa en 2001 por «grave
contaminación acústica», aunque posteriormente no se hizo efectiva la sanción debido al
«silencio administrativo», puesto que la Consejería no había respondido a un recurso de
súplica presentado por la empresa.
Ya en 2004, la Consejería decidió no actuar pese a la persistencia de las denuncias y la
constatación, mediante informes técnicos, de que la contaminación acústica y ambiental
era sumamente lesiva para los vecinos de la zona.
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