EL CONFLICTO DEL AGUA INTRODUCCIÓN El mundo se enfrenta a uno de sus más grandes desafíos con el problema de la crisis del recurso agua y el tema del saneamiento básico. Pese a las mejoras en la oferta de los servicios básicos de agua y saneamiento como respuesta a la creciente demanda demográfica y por consiguiente de recursos durante los últimos cien años, continúan no menos de 1.000 millones de personas sin acceso al agua potable y unos 2.500 millones no cuentan con sistemas de saneamiento. Si bien el agua es un problema de todos, afecta más a la población pobre, al no disponer de agua y de servicios de saneamiento adecuados. La falta de un adecuado suministro de agua y de saneamiento conlleva a muchos problemas de tipo sanitario, laboral, de productividad, así como desplazamientos de las comunidades, entre otros. Sólo el 0,01% del agua existente en la tierra es posible de usar directamente para las actividades humanas, ya que el resto se encuentra en los océanos (97%), y en forma de nieve o de hielo. Con todo, la cantidad de agua extraída de ríos, acuíferos subterráneos y otras fuentes se ha multiplicado por nueve desde comienzos del siglo XX. Desde el punto de vista de la gestión, los problemas se relacionan con la ineficiencia en el manejo del recurso, pero también con problemas de equidad en las decisiones. Esto plantea la necesidad de usar la infraestructura de manera más inteligente, y de reconsiderar las prioridades a la hora de emplear los recursos, en donde la satisfacción de las necesidades de todos esté en el corazón de las decisiones EL AGUA EN SOCIEDADES DEL PASADO Desde las antiguas civilizaciones fluviales como Egipto y Mesopotamia, en los valles de los grandes ríos, en donde surgían las primeras manifestaciones de la cultura organizada, hace 5.000 años, el agua y su aprovechamiento han estado presentes de manera entrelazada con la historia de las sociedades. El uso del agua permitió expandir los recursos agrícolas de estas sociedades mediante la canalización de los ríos, lo cual facilitó igualmente el transporte y la comunicación entre las diferentes ciudades-estado. El aprovechamiento de los campos anegados por los desbordamientos facilitó la prosperidad económica alrededor del Nilo, el Tigris y el Eufrates y también la posterior pobreza por la acumulación de sales en las tierras de Mesopotamia, por la gran cantidad de cieno que llevaban estos ríos. Todo este saber del pasado, del cual da testimonio igualmente la cultura griega y el imperio romano, éste último con sus conocidas innovaciones en materia de acueductos, baños públicos o termas, y sistemas de alcantarillado, muestran que el uso organizado del agua desde los albores de la civilización ha sido constante, pero igualmente ha sido también materia de conflicto. El consumo de agua empezó a crecer vertiginosamente a partir de los siglos XVIII y XIX, asociado a la demanda por la agricultura alimentaria. La presión por la propiedad de las cuencas hidrográficas ha sido motivo de conflictos de los distintos países, ya que son muchas las compartidas entre las fronteras existentes. A ello hay que sumarle la importancia estratégica del agua en tiempos de guerra, como lo demuestra el bombardeo por parte de la OTAN a los puentes del Danubio, en el pasado conflicto con Yugoslavia en el año de 1.999. El agua y los recursos naturales El medio ambiente natural o biosfera consta de agua, suelos, atmósfera, flora y fauna, con la energía procedente del sol. Las partes vivas, plantas y animales, se encuentran en interacciones con las otras partes no vivas, mediante ecosistemas autoregulados. El agua constituye un tipo de recurso renovable dentro de la biosfera, es decir, un recurso que se regenera de manera natural y puede continuar existiendo a pesar de ser usado por la humanidad. Sin embargo, la actividad humana puede agotar el recurso, si se consume más rápido de lo que se genera, y es entonces cuando decimos que el recurso se ha sobreexplotado. El agua, por ejemplo, puede perderse cuando se talan los árboles, los cuales la retienen del suelo, o cuando se consumen rápidamente los reservorios subterráneos. La sobreexplotación de los recursos renovables se puede resumir en los siguientes aspectos: 1) apropiación humana de la biomasa, con consecuencias para el agua; 2) degradación de la tierra, desertificación, urbanización de las tierras agrícolas, erosión y contaminación de los suelos y aguas; 3) pérdida de biodiversidad. Usos e ineficiencias del agua Son variados los usos del agua y con ellos la ineficiencia que se presenta en algunos de estos usos. Los promedios mundiales de uso del agua, son: el 73% para uso agrícola, el 20% para la industria y 7% para el uso doméstico. Se considera que el riego es el uso más importante del agua, pero es a su vez el más deficiente porque se pierde hasta el 70% del agua en el transporte. Alrededor del 40 % de la alimentación mundial depende del riego. La agricultura de regadío consume dos tercios del agua que se gasta en el mundo. Desde el punto de vista de la industria, los problemas se presentan por el despilfarro en la utilización, y por la contaminación que recibe el recurso. Los desechos líquidos industriales, por ejemplo, asociados a los procesos de producción de textiles y papel, traen gran cantidad de contaminación orgánica. En general, la industria y la agricultura llevan gran cantidad de contaminantes químicos a las corrientes de agua. Es bien clara la necesidad de tener una mayor eficiencia en el uso agrícola e industrial, pero también lo es en los sistemas de agua doméstico ya que se presentan costos innecesarios y significativos: una persona gasta 220 litros si se baña en bañera y 30 si se ducha, un grifo que gotea en casa son 35.000 litros de agua al año que se pierde o 145.000 litros si se trata de una cisterna. Los problemas con el agua En la prestación del servicio: Se considera que los problemas relacionados con la deficiencia en la prestación del servicio, se agrupan en cuatro parámetros: 1. Cobertura: el servicio de agua potable no es accesible al mayor número de usuarios. 2. Cantidad: el recurso hídrico no es suficiente. 3. Continuidad: el servicio de suministro de agua no se encuentra siempre disponible. 4. Calidad: el agua no siempre es apta para el consumo humano. Durante la Década del Agua y Saneamiento, establecida por las Naciones Unidas, entre 1.981 y 1.990, aproximadamente 1.250 millones de personas fueron provistas con sistemas de abastecimiento de agua y 750 millones con adecuado saneamiento. Esto permitió que, por ejemplo, en América Latina a comienzos de los 90, el promedio de la cobertura con servicios de agua alcanzara el 90% en la zona urbana y 52% en la zona rural. Sin embargo, si se tiene en cuenta la calidad del agua que reciben estas comunidades, las cifras disminuyen, el 82% de la población de las zonas urbanas se abastece de agua potable, mientras que sólo el 36% en la zona rural recibe el líquido en esta condición. En términos generales, se considera que, desde 1.990, cuando terminó la Década del Agua y el Saneamiento, la cobertura de abastecimiento de agua no se ha incrementado en América Latina e incluso la cobertura de saneamiento ha disminuido un 6%, las pocas mejoras se han presentado en las zonas rurales, más que en las urbanas. Asociados al agua: Además de los problemas relacionados con la prestación de los servicios, existen otros problemas que afectan gravemente a las comunidades, siendo la alimentación y la salud, los más visibles. Se calcula que para el año 2.025, el 40% de la población existente, que podrá ascender a 8.000 millones, tendrá graves problemas relacionados con la agricultura, la industria y la salud humana, si solo cuentan con sus reservas de agua dulce. Si el agua es escasa, la producción de alimentos también es escasa, por consiguiente, este problema amenaza tanto a las actuales poblaciones, como gravemente a la supervivencia de las futuras generaciones. Y debido a la pérdida de agua por ineficiencia y a la alta demanda, es previsible una crisis del recurso. Por otro lado, la salud de los pobres se ve afectada, en primera instancia, por la mala nutrición, una de cuyas causas la constituye la carencia de alimentos por ausencia de agua en las plantaciones; y en segundo lugar, por condiciones deficientes de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene. La deficiencia en la prestación de los servicios de abastecimiento de agua potable, saneamiento y tratamiento de aguas residuales, produce anualmente no sólo millones de personas enfermas, también grandes pérdidas económicas. La producción de los países disminuye sensiblemente por el elevado número de días hábiles que dejan de trabajar los empleados, al verse incapacitados por infecciones contraídas por problemas relacionados con el agua potable. Las soluciones Las soluciones frente a los graves conflictos relacionados con el agua, se relacionan con un aprovechamiento de manera más eficiente, lo que supone que las sociedades deben evaluar mejor las prioridades a la hora de utilizar el recurso; y, por otro lado, se deben encontrar reservas que puedan explotarse. Para lograr estos objetivos, se dispone de estrategias profundamente interrelacionadas, las cuales pueden ser agrupadas en estrategias de tipo técnico-científico, de gestión, y de cultura sobre el recurso. Obviamente, todas ellas, dependen de unas condiciones económicas, sociales y políticas que permitan su viabilidad. Es posible plantear modelos alternativos de desarrollo, basados en tres grandes principios: de coexistencia, que todos podamos vivir en condiciones dignas; de codesarrollo, lo que significa la adopción de objetivos y metas comunes; de codeterminación, en donde toma fuerza la participación en los procesos de planificación de los recursos. 1. El mejoramiento de las técnicas Algunas de estas soluciones son de tipo técnico, lo que implica la mejora de procesos de utilización de los sistemas de suministro de agua y saneamiento básico apoyada, la mayoría de las veces, por la investigación científica y tecnológica. Es el caso del tema de las presas hidráulicas para producir electricidad, el cual constituye un problema que se viene atacando en muchos países. Debido al impacto ambiental que generan las presas, ya que han destruido los ecosistemas de incontables ríos, arroyos y lagos, ha venido creciendo una conciencia pública para disminuir la velocidad con la que se venían construyendo las presas. Esto conlleva a que se busquen alternativas para producir energía eléctrica con menos presión sobre la demanda de nuevas presas. En materia de consumo doméstico, las mejoras técnicas se orientan a cosas prácticas y posibles de realizar en el corto plazo, como la detección de fugas de agua en el servicio doméstico, el cambio de retretes por unos de mayor ahorro de agua, y en general la posibilidad de usar diferentes clases de agua, muchas de ellas pueden ser aguas residuales tratadas. En la producción industrial, la sustitución de viejas técnicas en el uso, por unas nuevas de mayor eficiencia en el consumo, es una prioridad para la producción de bienes y servicios. A ello hay que agregarle la mejora de los procesos industriales para disminuir la contaminación que vierten sobre las aguas. En el nivel agrícola, donde se orientan las mejoras que pueden reducir la demanda de agua de las explotaciones agrarias, las técnicas deben ir acompañadas de la posibilidad de ser usadas por los campesinos, la mayoría de ellos en condiciones de alta pobreza. Entre las mejoras que más prometen se encuentra el maximizar el aprovechamiento del riego con sistemas alternativos al de anegado tradicional, mediante el uso del riego gota a gota, el incorporar aspersores más eficientes, y la apropiación de técnicas de extracción de agua cimentadas en las tradiciones de las localidades, las cuales pueden tener menores impactos sobre el recurso. Por último, cómo una de las soluciones se concentra en el descubrimiento de nuevas fuentes de agua, el tema de la desalinización, es decir, extraer agua dulce de agua salada, promete convertirse en una alternativa muy eficiente en pocos años. Hoy día se estima que el 1% del agua potable en el mundo es ya producto de plantas desalinizadoras. 2. La gestión. Actualmente en el ámbito mundial, las políticas administrativas promueven la descentralización de los recursos y las decisiones y gestiones públicas, al orden local. Esto implica un desafío político importante para movilizar a las personas y comunidades hacia la búsqueda de un nuevo futuro, en donde ellas sean el motor de su propio desarrollo. Con ello se espera que la población sea consciente de la crisis creciente de los recursos de agua, que puedan identificar y entender sus propios problemas y soluciones. La participación comunitaria se convierte en una de las herramientas más importantes en estos procesos de gestión. En los procesos de desarrollo de los sistemas de abastecimiento de agua, se consideró durante muchos años que la transferencia de tecnología era la solución principal a los problemas, y por consiguiente era necesario transferirla de manera masiva, de los países industrializados hacia los países en vía de desarrollo. Estas tecnologías implantadas, sin tener en cuenta las condiciones locales, han tenido algunas consecuencias funestas para la población y el ambiente. La participación comunitaria va más allá de informarse acerca de los planes de desarrollo. Igualmente, va más allá de solamente tomar en cuenta los conocimientos de la comunidad local y sus prioridades. Llevar a cabo una verdadera consulta comunitaria significa que la comunidad, los planificadores y el personal del organismo de crédito, celebren un diálogo donde las prioridades y las ideas de la comunidad ayuden a configurar los proyectos. Este proceso puede dar lugar a una participación donde la comunidad comparte autoridad y verdadero poder en todo el ciclo de desarrollo, desde las decisiones normativas y la identificación de proyectos, hasta la evaluación final. La participación comunitaria también supone que los sectores sociales que antes no tenían voz en el proceso, como las mujeres campesinas y los grupos indígenas, participen activamente. La comunidad ya no es simplemente la meta o el objetivo del desarrollo, sino también un sujeto activo en el proceso. Desde la década de los años 70 del siglo que acaba de concluir, se ha venido trabajando en modelos de gestión del agua y saneamiento básico, teniendo en cuenta la participación de la comunidad. Por experiencias internacionales se ha podido comprobar que la participación de la comunidad en los proyectos de agua da buenos resultados, cuando la población afectada se les involucra y permite contribuir con sus conocimientos a la configuración de las soluciones. Ejemplos de participación comunitaria: en Bolivia, en 1.989, se buscó mejorar el nivel del servicio en las zonas rurales pobres, los usuarios seleccionaron el nivel de servicio, tecnología y ubicación del sistema que correspondía a sus necesidades. En Cali, Colombia, entre 1.991 y 1.997, se desarrollaron los Proyectos de Aprendizaje en Equipo, para abordar creativamente los problemas de orden social y legal asociados con los aspectos del agua y el saneamiento básico en las comunidades. 3. Educación Es preciso generar una conciencia a la población de que el agua es un bien natural, económico y social, y el descuido de este recurso y su contaminación implican grandes riesgos a nivel ambiental y en la salud integral. No preservar el agua conlleva a la inversión de grandes cantidades de dinero en su tratamiento y ese dinero finalmente sale de los propios bolsillos de las comunidades. Esto significa desarrollar la educación ambiental en todos los niveles de la sociedad, teniendo siempre de presente el principio de desarrollo sostenible, esto es, "el desarrollo que atiende a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de atender a sus propias necesidades" (Informe Brundtland de 1987, Nuestro futuro común). Como vemos, se trata de un concepto moral que tiene mucho que ver con todo lo que se ha dicho del agotamiento del agua por ineficiencia, pero también la falta de una cobertura adecuada por inequidad. Con el Foro Global en la Conferencia de Río, la educación ambiental pasó a ser considerada como "...un acto político basado en valores para la transformación social"; esto es, un trabajo educativo en valores para la toma de decisiones, a partir de un análisis crítico sobre las desigualdades. Esto permite considerar a la pobreza, como el primer gran problema ambiental, y a los pobres, aquellos que en su gran mayoría carecen de agua y saneamiento básico en el mundo, como la prioridad en todas las decisiones que hay que tomar. La conciencia ambiental implica nuevos principios éticos relacionados con: 1) una actitud no antropocéntrica; 2) una mentalidad planetaria frente a los problemas ambientales; 3) un principio de responsabilidad frente al medio ambiente; 4) y una solidaridad para enfrentar los desequilibrios entre las comunidades. ACTIVIDADES Para contextualizar el tema del agua en la localidad, se pueden seguir algunos pasos, con mayor o menor énfasis ya sea que se trate de la zona rural o la urbana: 1. Consulta los aspectos relacionados con las fuentes de agua en la localidad: fuentes y cuencas en uso, sin explotar y agotadas; tipos de usos de esas fuentes; producción promedio por habitante, entre otros. 2. A partir de la experiencia personal y de los datos que se puedan obtener en informes locales, elabora un listado de los problemas ambientales que afecten la producción y calidad del agua, como: tala de bosques, erosión del suelo, prácticas agrícolas, contaminación industrial, incendios forestales, aguas servidas, rellenos sanitarios, basureros a cielo abierto, entre otros. 3. Organiza las ideas que se presenten sobre el listado de los problemas ambientales que has identificado, buscando establecer categorías de relación, de tal forma que se puedan integrar los problemas en una visión global. 4. Haz un mapa del entorno inmediato (centro docente, por ejemplo), y señala en él los problemas identificados, los actores involucrados en dichos problemas, los procesos con los cuales los actores se relacionan con los problemas, las representaciones de los diferentes actores acerca del uso y preservación del agua. 5. Identifica las posibles soluciones a estos problemas, identificando el papel de los interesados en dicha solución. 6. Por último, responde a la siguiente pregunta: ¿Qué puedo hacer para contribuir a resolver estos problemas sobre el agua desde mi papel como maestro?