SEMINARIO: LA ECONOMÍA DE AGUA DE RIEGO LAS COMUNIDADES DE REGANTES Y LA GESTIÓN DEL AGUA: “Punto de vista de los regantes españoles sobre la directiva marco de agua” Andrés del Campo García Presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE) y de la Comunidad Euromediterránea de Regantes (EIC). Paseo de la Habana,26 - Telf. 915636318 28036 MADRID Madrid, 24 de septiembre de 2008 LA DIRECTIVA MARCO. ALGUNOS ASPECTOS DE SU APLICACIÓN QUE PREOCUPAN AL REGADÍO. La Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas (en adelante DMA) tiene como objetivo establecer un marco comunitario para la protección de las aguas superficiales continentales, de transición, costeras y subterráneas, para prevenir o reducir su contaminación, promover su uso sostenible, proteger el medio ambiente, mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos y atenuar los efectos de las inundaciones y las sequías. 1.- Coordinación de disposiciones administrativas en las Demarcaciones Hidrográficas. La DMA establece el concepto de cuenca hidrográfica, pioneramente introducido en España a comienzos de siglo, como elemento unitario básico de gestión, de manera que se establezca una sola autoridad por cuenca y se promueva la cooperación administrativa entre los países que las integran. Las cuencas hidrográficas y los Planes Hidrológicos, como elementos básicos de gestión, pueden ser una novedad y una gran dificultad para algunos países, pero no lo deberían ser para España, pues posee una gran experiencia y tradición en la gestión de recursos hídricos a través de las Confederaciones Hidrográficas y en la planificación hidrológica. Sin embargo, resulta preocupante para los usuarios que los Estatutos de Autonomía pretendan regular las competencias sobre el agua. Los ríos que atraviesan varias Comunidades Autónomas deben ser planificados y gestionados por el Estado, con la participación de los usuarios y de las Comunidades Autónomas. No puede ni debe romperse el criterio de la Unidad de Gestión y Planificación en las Cuencas. Este criterio que se desarrolló en España desde los años 20 con la creación de la Confederación Hidrográfica del Ebro ha sido asumido por la Unión Europea en la Directiva Marco de Aguas. El agua es de todos los españoles. Ninguna Cuenca, Comunidad Autónoma, Ayuntamiento o Comunidad de Usuarios es dueña del agua. El derecho al uso privativo del agua se adquiere mediante una ley o una concesión administrativa. El debate del agua se ha territorializado excesivamente. Se traslada a la opinión pública un concepto localista del agua cuando es el Estado el que tiene y debe seguir teniendo las competencias en el tema. En el marco de las competencias cabe afirmar que la Planificación Hidrológica le corresponde al Estado. No obstante, en la elaboración de los planes hidrológicos, en 1 la política hidráulica y en la gestión de las Confederaciones Hidrográficas han de intervenir las Comunidades Autónomas y todas las entidades representativas de los intereses afectados, en especial las de los usuarios, de acuerdo con el principio de participación en la gestión del agua aceptado internacionalmente. Entendemos que la utilización racional del agua debe seguir el principio de la Unidad de Cuenca. El artículo 149.22 de la Constitución señala entre las competencias exclusivas del Estado: “La legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma”, para evitar conflictos por el agua, garantizar una gestión racional y defender los intereses generales. Este principio constitucional ha sido recogido en la legislación vigente en materia de aguas. 2.- Artículo 5: Características de la Demarcación Hidrográfica, estudio del Impacto Ambiental de la actividad humana y Análisis Económico del Uso del Agua. A la hora de cuantificar qué se paga por los servicios del agua en España se ha actuado con el prejuicio de considerar que todos los servicios del agua los presta la Administración del Estado a través de las Confederaciones Hidrográficas. Por ello en la medida en que se recuperaran en mayor o menor cuantía los diferentes costes, se consideraba que se pagaban la totalidad o parte de los servicios del agua en España. Las Comunidades de Regantes prestan muchos de estos servicios y tienen un gran interés en estudiar la situación de los costes del agua en España con absoluta transparencia y claridad. La realidad es que hay muchos servicios del agua en España que no los prestan las Confederaciones Hidrográficas. En el caso de los regadíos es evidente el papel que desempeñan las Comunidades de Regantes. Pero también prestan servicios relacionados con el agua, las empresas concesionarias de aguas potables, los Ayuntamientos, etc. Para ver qué se paga por el agua hay que analizar todos los servicios que permiten poner a disposición de cada usuario el agua necesaria para cada actividad económica. Para ello, de acuerdo con las definiciones contenidas en la Directiva Marco del Agua, los servicios del agua sobre los que hay que considerar en el informe sobre recuperación de costes incluyen todos los servicios en beneficio de los hogares, las instituciones públicas o cualquier actividad económica, consistentes en: a) b) La extracción , al embalse, el depósito, el tratamiento y la distribución de aguas superficiales y subterráneas; La recogida y depuración de aguas residuales, que vierten posteriormente en las aguas superficiales. 2 Los usos del agua definidos por la DMA son los servicios relacionados con el agua junto con cualquier otra actividad contemplada en el artículo 5 y en el Anexo II que tenga repercusiones significativas en el estado del agua. 3.- Artículo 9: Recuperación de los Costes de los servicios relacionados con el Agua El principio básico del Régimen Económico-Financiero actual es el del beneficiario de las obras, señalado en el Art.114 de la Ley de Aguas: El esquema aplicado es moderno y correcto de acuerdo con los criterios económicos y tributarios actuales del pago por servicios y la autofinanciación. La Administración Hidráulica puede resarcirse de todos los costes del agua, pues estos se asignan a los beneficiarios, a quienes los originan. Ello permite el equilibrio de las inversiones y una mayor eficiencia económica. Después de un largo período de adaptación y aplicación del nuevo Régimen Económico-Financiero del agua en el que hubo muchos recursos y conflictos, los cánones y tarifas se han ido adaptando a los criterios señalados en la jurisprudencia. Hay que ser muy prudentes en los cambios para evitar volver a esa etapa de recursos y conflictos. La modificación del régimen económico-financiero más que colmar los deseos de transparencia de los usuarios, que tradicionalmente tienen poco acceso al detalle de las partidas que integran los cánones y tarifas, viene a responder al afán recaudatorio del Estado, cargando este coste a los usuarios de las aguas. El principio de recuperación de costes ya es una realidad en España todos los días. Por parte del Ministerio y de las Confederaciones Hidrográficas se entiende muchas veces que cuando los usuarios no pagan cánones o tarifas no se recuperan los costes. Se confunden los costes de “los servicios relacionados con el agua” con “los costes de las Confederaciones Hidrográficas”. Hay muchas Comunidades de Regantes tradicionales que no se benefician de los embalses ni de obras hidráulicas específicas pero que pagan todos los costes. Otros regadíos son de aguas subterráneas y también pagan todos esos costes. La Directiva Marco de Agua se ha utilizado como excusa para justificar la modificación del régimen económico-financiero de la Ley de Aguas. No parece conveniente modificar el régimen actual cuando todavía las Comunidades de Regantes y otros usuarios no intervienen de modo efectivo y real en el control de las inversiones y gastos que las Confederaciones Hidrográficas realizan y que deben amortizar y sufragar posteriormente. No se puede avanzar en la autofinanciación de las Confederaciones Hidrográficas si no se avanzan en la participación de los usuarios en las mismas (nombramiento de Presidentes de Confederaciones Hidrográficas de altos cargos y del personal; etc.) No pare lógico pretender que los usuarios financien totalmente a las Confederaciones Hidrográficas y la Administración las controle totalmente en la práctica. 3 En la medida en que se incremente el % de pago directo por parte de los usuarios habrá que incrementar su participación en la gestión de las Confederaciones. No se puede incrementar el pago y reducir su participación en los órganos de las Confederaciones Hidrográficas. Si participa más la sociedad en las Confederaciones Hidrográficas (ONG, Asociaciones empresariales, sindicales, agrarias, medioambientales, consumidores, etc.) debe participar más los Presupuestos Generales del Estado en los costes de las Confederaciones Hidrográficas. Las propuestas tendentes a reducir la participación de los usuarios e incrementar el pago generarían la oposición lógica de los mismos La Ley de Aguas recoge los principios básicos del Régimen Económico-Financiero de la utilización del dominio público hidráulico. Estos principios son los que se establecen en el artículo 9 de la Directiva Marco del Agua. Sin embargo, la Ley de Aguas no recoge claramente la posibilidad de excepciones a la aplicación del principio de recuperación de costes. Consideramos que se trata de un principio muy importante y que debería recogerse convenientemente por lo que se propone: añadir un apartado 4 al Art. 111 bis que diga: “Los Estados miembros podrán decidir no aplicar el principio de la recuperación de costes para una determinada actividad de uso de agua, siempre y cuando ello no comprometa ni los fines ni el logro de los objetivos de la presente Directiva. Los planes hidrológicos de cuenca deberán motivar las excepciones indicadas.” 4.- ¿Como se debería distribuir el coste de los servicios del agua en España? Hay que hacer una contabilidad analítica de los Presupuestos de cada Organismo de Cuenca. A nuestro juicio debe pagarse con los presupuestos de las Administraciones Públicas: - Comisaría de Aguas, dedicada a: a) b) c) d) e) f) g) la protección del dominio público hidráulico, Calidad, Análisis y Control de las aguas. Concesiones. Autorizaciones. Guardería fluvial y medioambiental. Estadísticas, etc. Régimen sancionador y Política de aguas. - Los gastos de la Secretaria General y Oficina de Planificación deben pagarse por los presupuestos de las Administraciones Públicas. Otros gastos deberán ser analizados y compartidos: - Los gastos de la Dirección Técnica deberán analizarse y ser asumidos: 4 - Por los Presupuestos de las Administraciones Públicas los gastos relacionados con: a) La defensa de inundaciones b) Los estudios e informes, proyectos de interés general o con beneficiarios indeterminados. c) Los costes asociados a los caudales ecológicos. d) La parte de los servicios de Explotación relacionados con a) y b). - Por los usuarios- beneficiarios: a) El estudio, proyecto, dirección y explotación de las obras que les beneficien. b) La parte de los servicios de explotación relacionados con estas obras de las que son beneficiarios. Los análisis económicos del uso del agua, deben orientarse no hacia el incremento de costes para el regadío sino a facilitar información y transparencia para que las decisiones se adopten de forma adecuada, integrando políticas del regadío como la ordenación del territorio y la competitividad y sostenibilidad, con otros principios económicos, ambientales y sociales. La Directiva Marco del Agua obliga a realizar un Análisis económico del uso del Agua. Un análisis económico del uso del agua puede dar unos resultados u otros en función de los criterios que quieran aplicarse para su elaboración. Dependiendo de como se elabore y del peso que se le quiera dar a este análisis económico del uso del agua puede resultar perjudicial para los usos menos rentables, en beneficio de otros aparentemente más rentables económicamente. Sería peligroso que se utilizase un análisis económico del uso del agua, por ejemplo de unos regadíos, para justificar el mayor interés de otra actividad, por ejemplo el turismo o la industria, sin tener en cuenta otros factores tanto o más importantes que el económico como son los ambientales, culturales y sociales. 5.- ¿Cómo se recuperan los servicios del agua en España? La Directiva Marco de Agua no establece que se recuperen la totalidad de los costes. Apliquemos lo que dice la Directiva Marco de Agua aprobada y no lo que decía un borrador de DMA que al final fue modificado al considerar excepcionalidades. El nivel de recuperación de costes actual por la prestación del conjunto de los servicios del agua en España estaría comprendido en una horquilla del 65% - 96%, dependiendo del servicio, los usuarios y la cuenca contemplada. % Recuperación de costes Captación y transporte Extracción Usos urbanos Usos riego 50% - 99% 99% 57% - 96% 85% - 98% Fuente: Ministerio de Medio Ambiente. 2007 5 Es llamativo que la recuperación de los servicios de riego presenta un mayor porcentaje de recuperación de costes (85%-98%) que los usos urbanos (57%-96%). La DMA no habla de la Recuperación Total de los Costes (“full cost recovery”). Menciona que los Estados miembros “tendrán en cuenta el principio de recuperación de los costes”. Por tanto la DMA no habla de la recuperación total del 100%, puesto que los Estados miembros podrán tener en cuenta los efectos sociales, medioambientales y económicos de la recuperación y las condiciones geográficas y climáticas de la región o regiones afectadas. 6. Efectos sociales, medioambientales recuperación de costes y económicos de la Una política de recuperación de costes que no tenga en cuenta los efectos sociales, medioambientales y económicos de la recuperación producirá en el regadío español: 1.- Una disminución de la renta de los agricultores. 2.- Una disminución de la competitividad de nuestra agricultura. El incremento de costes o disminuye la renta o provoca un aumento de precios con la consiguiente pérdida de competitividad. En este sentido sería de gran interés estudiar si la aplicación de la DMA vulneraría principios relacionados con la competencia por los que existe mucha sensibilidad en la UE. 3.- La desaparición de cultivos. 4.- El desempleo rural con las consecuencias no deseadas de la emigración, el despoblamiento del interior y su envejecimiento, que afectan profundamente a una adecuada y equilibrada ordenación del territorio. El déficit de regulación natural en España es una de las condiciones geográficas y climáticas de cada país y cada cuenca previstas en la Directiva Marco de Aguas, que tiene en cuenta el problema de la competitividad de la agricultura. Otro aspecto a considerar es el del establecimiento de un criterio único de tarifación para todos los países de la Unión. Tratar por igual a diferentes casi siempre resulta injusto. Un criterio único de tarifación resultará perjudicial para algunos países, entre ellos España. En nuestro país no es posible la atención de las demandas sin grandes inversiones en obras de regulación y distribución, circunstancia que no se da en otros países donde tienen un gran regulación natural. Mientras en el resto de Europa los usuarios del agua tienen unos recursos hídricos mayores a los de España, además cuentan con una regulación natural simple por el régimen pluviométrico del 40% de los recursos, mientras que en España la regulación natural es tan sólo del 8%. Los usuarios españoles tienen un déficit del 32% en comparación con Europa porque allí llueve de forma suave y constante y aquí, en la mayor parte del territorio, las lluvias se producen de forma estacional y no cuando la demanda agraria está concentrada. 6 Se ha de considerar que la agricultura española está en una situación de partida deficitaria en cuanto a regulación natural del recurso y, por tanto, con una obligación de pagar -con el régimen actual- la explotación, conservación y amortización de las obras que permiten reducir ese déficit de la naturaleza. En consecuencia, se perderá competitividad en la agricultura española frente a la europea y se ganaría inseguridad jurídica sobre los costes de un factor importantísimo de producción como el agua. Cualquier aumento del coste del recurso tendrá una incidencia directa sobre los aprovechamientos agrarios que verían incrementados sus costes de producción, precisamente en medio de una crisis generalizada en el sector en la que los márgenes de beneficio no existen o son muy reducidos. No sería razonable ni fomentaría la competitividad de la agricultura española que en una situación de partida deficitaria en cuanto a regulación natural del recurso y, por tanto, con una obligación de pagar -con el régimen económico-financiero vigente- la explotación, conservación y amortización de las obras que permiten reducir ese déficit de la naturaleza, se incremente todavía más la tributación del agua en España. 7.- ¿Se van a tener en cuenta las externalidades positivas del regadío? La agricultura española está en una situación comprometida por la PAC y la globalización. Por ello debe adaptarse a un mercado competitivo y ello exige reducir costes, no aumentarlos. Por ello, un análisis económico debe contemplar también las externalidades positivas del regadío. Las Administraciones del Medio Ambiente y Agricultura, potenciando la I+D+i, en colaboración con la Universidad en general y las Comunidades de Regantes, deberían analizar en profundidad y después divulgar a toda la sociedad las muchas y variadas externalidades positivas del regadío, cuantificándose estos efectos y diferenciando entre los de tipo social, económico y medioambiental. A modo de ejemplo, se podrían señalar, entre otros: La aportación de oxígeno a la atmósfera por la fotosíntesis de la cubierta vegetal. Las plantas transforman la energía solar en bioquímica, gracias a la función clorofílica, absorbiendo dióxido de carbono y emitiendo oxígeno a la atmósfera. Esta función que realizan los campos cultivados y los bosques, beneficia a toda la humanidad, y es, de momento gratuita, como lo fue durante siglos el agua a pesar de su gran valor. Los cultivos de regadío son auténticos sumideros de CO2 atmosférico. Si los agricultores dejaran de cultivar los frutales, olivos, naranjos, viñas, etc. y no cuidaran y protegieran los bosques y pastos de su propiedad, tales sumideros desaparecerían, agravándose el problema del efecto invernadero. En Europa la biomasa absorbe entre el 7 y el 12 por ciento de las emisiones. La agricultura herbácea como productora de materias primas para la fabricación de biocombustibles. Cultivos como la remolacha, cártamo, girasol, etc. pueden ser la base de los nuevos biocombustibles (biodiesel y bioetanol). Constituyen una fuente de energía limpia y renovable, sustitutiva de la fósil, que resulta limitada y 7 muy dependiente de algunos países. No obstante, el bioetanol de segunda generación, elaborado a partir de restos vegetales, sustituirá gradualmente al producido a partir de materias primas alimentarias. La reducción de la erosión y la desertización mediante el mantenimiento de la capa vegetal en regadíos eficientes. La fijación de la población en el territorio, evitando el abandono de tierras y el despoblamiento de las zonas rurales, que ocasiona un éxodo hacia mayores núcleos de población, cada vez más superpoblados. El regadío como elemento paisajístico, sobre todo en los países de clima mediterráneo. Mantiene ecosistemas (humedales) como la Albufera de Valencia y los deltas de los ríos. Los efectos positivos en una economía inducida por el regadío. Su influencia en los servicios e industrias agroalimentarias asociadas. No es el PIB un índice que cuantifique la importancia del regadío en la actividad económica de un país. Debería incorporarse un análisis de la agricultura como soporte del complejo agroalimentario y de todos los sectores que de él dependen: comercialización, cooperativismo, servicios asociados (técnicos, transportes, maquinaria, fertilizantes, fitosanitarios, embalajes, etc.), alcanzándose cifras que multiplicarían por más de cinco el Producto Interior Bruto de la agricultura de regadío, considerada de un modo aislado. El regadío continúa siendo la garantía de un abastecimiento mínimo de la población, siendo un sector estratégico para todos los países, incluso los muy desarrollados, que puede resultar vital en situaciones de crisis. La diversidad de cultivos y la productividad de las áreas regadas es muy superior a las áreas no regadas. En España una hectárea de regadío produce de media lo que entre 4.5 y 6 hectáreas de secano. Si la opinión pública conociese lo que representa el uso del agua y la agricultura como beneficio para el medio ambiente y toda la sociedad, seguro que el gran debate abierto entre la UE, los EE UU y los países en desarrollo sobre la eliminación de ciertas ayudas, incluso las de la PAC -a pesar de que representan menos del 0.4 por ciento del PIB comunitario-, sería enfocado con menor conflictividad. Quizás sea el momento de plantear algunas reflexiones sobre el futuro agrario: ¿Es racional que el que contamina pague y compre derechos de emisión y los que limpian de CO2 la atmósfera no sean debidamente compensados? ¿No deberían percibir los agricultores, de aquellos que emiten, la cantidad equivalente a lo que sus cultivos absorben? ¿Qué sería del turismo rural y el desarrollo rural si desaparecen sus cuidadores?, y otras numerosas cuestiones. Espero que a la hora de elaborar los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas, al aplicar los criterios de la DMA al regadío de los diferentes países de la UE, se considere no sólo como una actividad económica, aplicando un criterio economicista, sino que se tenga en cuenta que la agricultura de regadío del siglo XXI tiene una triple rentabilidad: social, económica y medioambiental. Lo que habrá de evaluarse principalmente, al aplicar los Artículos 5 y 9 de la DMA. 8 1. BIBLIOGRAFÍA BERBEL VECINO J. y GUTIERREZ C.(coord.). Sostenibilidad de la agricultura de regadío europea. La directiva marco de aguas. 2006. DE PALMA MANGLANO J.V. “Políticas para la recuperación de costes de los servicios del agua”. IV Seminario. Ciclo de debate “El uso del Agua en la economía Española”. Zaragoza, 30 de mayo de 2007. DE PALMA MANGLANO J.V. “Punto de vista de los Regantes Españoles sobre la Directiva Marco de Agua”. CENTER. Madrid, 22 de noviembre de 2007. 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