Contaminación Eléctrica en el hogar

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Contaminación Eléctrica en el hogar
Es relativamente sencillo detectar la contaminación eléctrica en el hogar mediante
detectores de campos eléctricos de bajo coste totalmente fiables. La contaminación
eléctrica en el hogar puede ser causante de problemas de salud que no tienen
explicación.
Hay un sinfín de patologías asociadas a la contaminación eléctrica en el hogar. La
mayor parte remiten y desaparecen al poco de dejar de estar expuestos a la
contaminación eléctrica.
En la mayor parte de las prospecciones geobiológicas de viviendas, hallamos
habitualmente una serie de problemas tan cotidianos como poco conocidos y que están
muy asociados a las deficiencias de las instalaciones eléctricas de las casas. En
geobiología resulta habitual relacionar graves problemas de salud con la permanencia en
zonas de fuertes alteraciones telúricas corrientes de agua subterráneas, alteraciones
magnéticas o geofísicas, etc. y, sin embargo, hay un sinfín de patologías leves en
ocasiones también graves asociadas a la contaminación eléctrica doméstica o del lugar
de trabajo.
¿Duerme mal por las noches? ¿Se despierta con frecuencia? ¿Padece insomnio,
nerviosismo o estrés? ¿Se levanta por la mañana más cansado que cuando se acostó? La
respuesta afirmativa a estas preguntas puede dar pistas para sospechar que está usted
expuesto a la contaminación eléctrica, lo que puede ser debido a que tiene cerca de la
cama una lámpara, un radio-reloj, un televisor u otros aparatos eléctricos, o a la
incidencia de campos eléctricos presentes en las paredes sobre todo en la del cabezal de
la cama que inducen constantes cargas eléctricas en el cuerpo de la persona que está
acostada, alterando determinadas funciones biológicas y neuronales. No deja de
sorprender que existan tantos estudios y conocimientos en torno a la actividad eléctrica
corporal el llamado bioelectromagnetismo y, paralelamente, que resulte un tema
prácticamente desconocido para la mayoría de la gente.
Nuestros conocimientos sobre la electricidad corporal apenas van más allá de hechos tan
conocidos como que la actividad neuronal los pensamientos e imágenes mentales se
producen mediante la circulación de electrones a través de la complejísima red
neuronal, o que la fuerza muscular está condicionada por la descarga de electrones sobre
las masas de fibras musculares, lo que provoca su contracción. En la práctica, se ha
investigado mucho sobre la contaminación química (moléculas) o incluso la
contaminación sonora (ondas que mueven el aire), pero apenas conocemos los
resultados de las investigaciones en torno a la contaminación eléctrica o
electromagnética.
A menudo nos llegan noticias sobre los peligros que corre la salud de quienes viven en
la proximidad de líneas de alta tensión, transformadores o antenas de telecomunicación
especialmente peligrosas son las antenas de telefonía móvil pero son pocos los datos
referentes a la contaminación eléctrica a nivel doméstico. De hecho, lo único que suele
preocuparnos al respecto son los posibles riesgos de una electrocución por contacto con
cables eléctricos mal aislados o por deficiencias en la instalación eléctrica; incluso nos
preocupa la posibilidad de un incendio doméstico producido por sobrecarga en la red
eléctrica o por el contacto fortuito de algunos cables en las cajas de conmutadores.
A la mayor parte de quienes, por nuestro trabajo, nos relacionamos con los problemas
de salud entorno a las viviendas, nos gustaría que se tomara más conciencia de otro tipo
de problemas y trastornos derivados de las malas instalaciones eléctricas y que, aunque
no se asocian a cánceres o enfermedades graves degenerativas, en la práctica, de hecho,
están mermando la salud general y creando continuas molestias a numerosas personas
que viven en total desconocimiento de las causas de tales trastornos. No obstante, lo
realmente triste es constatar que la mayor parte de tales trastornos desaparecen desde el
momento en que se corrigen las deficiencias de la instalación eléctrica o se la
desconecta a la hora de ir a dormir.
Es frecuente encontrarnos con casos de personas que, padeciendo trastornos del sueño o
dolores de cabeza pertinaces para los que no hallan solución por las vías médicas
convencionales ni mediante terapias alternativas, consiguen descansar perfectamente y
olvidarse de sus jaquecas con la simple práctica de desconectar la instalación eléctrica
de las habitaciones a la hora de irse a dormir. Hay un sinfín de patologías asociadas a la
contaminación eléctrica en el hogar sobre todo en los dormitorios y debido a que
solemos pasar una media de ocho horas en la cama. La mayor parte de tales molestias
suele estar asociada a trastornos nerviosos excitación neuronal, tensiones musculares
dolor, agarrotamiento, cansancio y a problemas cutáneos o capilares picor, conjuntivitis
o pérdidas exageradas de cabello, siendo frecuente que la mayor parte de tales trastornos
remiten y desaparecen al poco de dejar de estar expuestos a la contaminación eléctrica.
Resulta relativamente sencillo detectar la contaminación eléctrica en una vivienda, ya
que en las últimas décadas han aparecido en el mercado detectores de campos eléctricos
de bajo costo y suficiente fiabilidad como para reconocer cuando una instalación
eléctrica es defectuosa, debido a deficiencias en la toma de tierra del edificio o a la
inexistencia de la misma; también el cableado juega un importante papel en este
problema, habiéndose constatado que las instalaciones con cables rígidos un solo cable
por conductor suelen tener mayores pérdidas de campo eléctrico que las de cable
multifilado múltiples hilos finos en un mismo conductor. Tengamos también en cuenta
que, en las instalaciones de 220 voltios de corriente alterna lo habitual en la mayor parte
de las viviendas, existe una tensión eléctrica constante en todo el circuito, incluso
cuando no hay consumo con todas las luces apagadas y los aparatos eléctricos
desconectados.
Esta tensión eléctrica produce una constante fuga de electrones que saltan de la órbita
cercana al cableado y circulan a través de las paredes, los muebles sobre todo los
metálicos, como somieres y colchones de muelles y las superficies plastificadas
(electricidad estática). Tales electrones saltan al aire y, desde él, al cuerpo humano, por
el hecho de ser éste mejor conductor eléctrico que el aire el cuerpo está compuesto
básicamente de agua y minerales, lo que le confiere una elevada conductividad eléctrica.
Esto hace que se induzcan constantemente cargas eléctricas desde las paredes cargadas
y los aparatos eléctricos conectados a la red aunque estén apagados con las
consiguientes sobretensiones eléctricas, capaces de producir los trastornos descritos,
sobre todo en las personas más sensibles.
En este punto cabe señalar que cada individuo posee un particular grado de sensibilidad
a la contaminación eléctrica o al exceso de electricidad estática o ambiental, lo que
explica que algunas personas sufran los trastornos descritos, mientras que otras no
acusan molestia alguna. Lo primero que tenemos que hacer, en caso de sospechar que
estamos padeciendo trastornos por exposición a cargas eléctricas en el hogar, consistirá
en probar a dormir varias noches desconectando toda la instalación eléctrica de la
vivienda podemos dejar el sector del frigorífico conectado, aunque no pasa nada por
dejar ocho horas la nevera sin corriente, los frigoríficos actuales no se descongelan en
ese lapso de tiempo. Si con esta sencilla práctica constatamos que dormimos mejor y
nos levantamos sin molestias tensiones, dolor de cabeza..., podemos investigar más a
fondo, ya sea pidiendo un estudio de la casa a un experto o adquiriendo un detector de
campos eléctricos; hay, incluso, pequeños detectores de cables empotrados que se
venden en ferreterías y grandes superficies, que pueden resultar útiles. Una vez
constatada la relación trastorno-campo eléctrico, podemos optar por la mejora de la
instalación eléctrica, con la corrección o colocación de tomas de tierra o el uso de cables
apantallados.
En las viejas instalaciones y allí donde se haga difícil o excesivamente costosa la mejora
de la instalación eléctrica, podemos recurrir a la desconexión manual por las noches
dejando conectado el sector de la cocina o, lo más práctico, instalar desconectores
automáticos de fase activa bio switch, que, en Alemania, llevan varias décadas
instalándose, mientras que, en España, son prácticamente desconocidos; tan sólo existen
dos o tres empresas que los importan de Alemania, Bélgica o Suiza, aunque tenemos
noticias de que una marca española Orbis está en fase de desarrollo y pruebas de un
circuito de desconexión con vistas a su futura comercialización. Las instalaciones
domésticas de bajo voltaje 12 o 24 V en corriente continua no crean los mencionados
campos eléctricos y pueden ser una alternativa en algunas casas.
Tengamos claro que, en caso de problemas, siempre pueden existir una o varias
soluciones. Lo lamentable del tema es la total ignorancia al respecto en la que vivimos,
lo desconocemos casi todo de cómo actúa, interactúa o interfiere la electricidad externa
natural o artificial en nuestros complejos procesos biológicos. Más triste aún es
constatar el hecho de que las grandes empresas de alta tecnología gastan sumas
millonarias en proteger de interferencias eléctricas o electromagnéticas los sofisticados
circuitos electrónicos de los aparatos que fabrican, mientras que poco se hace por evitar
tales interferencias en los más aún sofisticados y sensibles circuitos bioeléctricos
corporales.
Autor: Mariano Bueno
www.mariano-bueno.com
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