Economía y organización de empresas - McGraw-Hill

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ECONOMÍA Y ORGANIZACIÓN
DE EMPRESAS
Texto complementario:
Internacionalización. Competencia
global. La empresa multinacional
INTERNACIONALIZACIÓN. COMPETENCIA
GLOBAL. LA EMPRESA MULTINACIONAL
Competencia global
En un periodo de pocos años ha habido una profunda reestructuración del
sistema internacional, ya que se ha puesto fin a una época en cuanto a la
forma de relacionarse los Estados, los pueblos y los agentes sociales y
económicos nacionales y transnacionales.
Estos cambios están transformando la economía global. La unificación del
mercado mundial, la expansión transnacional del capital financiero e industrial,
la transformación y unificación de las formas productivas y el desarrollo
exponencial de las comunicaciones están dando lugar a una globalización sin
precedentes históricos.
Estamos ante un nuevo tipo de competencia económica entre países que va
acompañada de una tendencia a la regionalización, o a la constitución de
macrobloques económicos y políticos, que no sólo se forman para comerciar en
su interior con ventaja, sino para incrementar sus capacidades y competir mejor
en la economía global.
La competencia internacional se ha intensificado extraordinariamente como
consecuencia de la caída de las barreras comerciales que en el pasado
dificultaban el intercambio de bienes y servicios, de la drástica reducción de los
costes de los transportes y las comunicaciones internacionales y de la
aparición de nuevos actores en el comercio y la producción mundiales, los
llamados nuevos países industriales.
A estos fenómenos se ha añadido la «deslocalización», es decir, la separación
del lugar donde se realiza la actividad productiva y el lugar donde se produce el
consumo del bien o servicio de que se trate. De forma creciente, el logro de
competitividad por parte de los países desarrollados pasa por localizar la
actividad en otros países con costes muy inferiores.
Las empresas multinacionales o globales desempeñan un papel importante en
el proceso de globalización. Se puede decir que son ellas las que han
impulsado este proceso.
Empresas multinacionales
Por definición, una empresa multinacional es aquella entidad económica que
ejerce sus actividades en diversos países mediante inversiones directas.
Históricamente, las empresas multinacionales comenzaron en el siglo XIX con el
auge del capitalismo industrial. Las empresas multinacionales modernas
surgieron en la segunda mitad del siglo XIX y, más específicamente, después
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de 1870, es decir, entre 1870 y la Primera Guerra Mundial. Durante este
periodo se hicieron evidentes los motivos por los cuales las empresas
ampliaron sus operaciones más allá de sus fronteras nacionales.
Los motivos de la expasión fueron: buscar nuevos mercados y adquirir nuevos
recursos productivos. Hoy día, estos motivos siguen estando vigentes.
Actualmente, la actividad empresarial internacional ha registrado un cambio
estructural de gran alcance. Las grandes empresas siguen siendo
responsables de una parte significativa de la inversión internacional y se
constata una tendencia hacia las fusiones internacionales de gran escala.
Simultáneamente, también ha aumentado la inversión extranjera realizada por
empresas pequeñas y medianas, las cuales desempeñan actualmente un papel
significativo en el panorama internacional. Las empresas multinacionales, al
igual que sus homólogas nacionales, han evolucionado para abarcar un
abanico más amplio de disposiciones empresariales y tipos de organización.
Las alianzas estratégicas y las relaciones más estrechas con proveedores y
contratistas tienden a desdibujar los límites de la empresa.
La rápida evolución de la estructura de las empresas multinacionales también
tiene su reflejo en sus actividades en los países en vías de desarrollo, en los
que la inversión extranjera directa ha registrado un rápido crecimiento. Las
empresas multinacionales han diversificado sus actividades en los países en
vías de desarrollo, antes limitadas a la producción primaria y a las industrias
extractivas, adentrándose ahora en la fabricación y montaje, el desarrollo del
mercado interior y los servicios.
Las actividades de las empresas multinacionales han fortalecido y desarrollado
–a través del comercio y la inversión internacional– los lazos que unen entre sí
a las economías de los países de la OCDE y los que unen a éstas al resto del
mundo. Estas actividades traen consigo importantes beneficios para los países
de origen y de acogida. Estas ventajas crecen cuando las empresas
multinacionales suministran a precios competitivos los productos y servicios
que desean comprar los consumidores y cuando proporcionan rentabilidades
justas a los oferentes de capital. Sus actividades comerciales e inversoras
contribuyen al uso eficiente del capital, de la tecnología y de los recursos
humanos y naturales. Facilitan la transferencia de tecnología entre las regiones
del mundo y el desarrollo de tecnologías adaptadas a las condiciones locales.
Las empresas multinacionales también contribuyen, mediante la capacitación
formal y la formación en el propio trabajo, al desarrollo del capital humano en
los países de acogida.
La naturaleza, el alcance y la rapidez de los cambios económicos han traído
consigo nuevos desafíos estratégicos para las empresas y para los terceros
interesados en su evolución. Las empresas multinacionales tienen la
oportunidad de poner en marcha políticas de prácticas ejemplares
encaminadas al desarrollo sostenible que persigan garantizar una coherencia
entre los objetivos sociales, económicos y medioambientales.
Muchas empresas multinacionales han demostrado que el respeto de normas
de conducta estrictas puede mejorar el crecimiento. En el mundo actual, la
competencia es intensa y las empresas multinacionales se enfrentan a
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diferentes marcos legales, sociales y normativos que deben cumplir
estrictamente para ser respetadas.
Las empresas multinacionales y los Estados persiguen objetivos específicos.
Los Estados necesitan a las empresas y éstas necesitan a los Estados; las
relaciones son a la vez de colaboración y competencia. Las empresas
multinacionales desean desarrollar y mantener el acceso a grandes mercados;
los Estados desean protegerse de los estragos de la competencia económica
global; y los bloques regionales avanzan en cierta medida hacia la consecución
de ambos objetivos.
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