APLICACIÓN DE LA NEUROPSICOLOGÍA FORENSE EN EL ÁMBITO JUDICIAL GRUPO DE TRABAJO DE NEUROPSICOLOGÍA FORENSE Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana Coral Ariño Jordán Paloma Colomer Revuelta Amparo Cabrera Vallet La Neuropsicología es una disciplina fundamentalmente clínica, que converge entre la Neurología y la Psicología. La neuropsicología estudia los efectos que una lesión, daño o funcionamiento anómalo causa en las estructuras del sistema nervioso central, sobre los procesos cognitivos, psicológicos, emocionales y del comportamiento individual. Estos efectos o déficits pueden estar provocados por traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares o ictus, tumores cerebrales, enfermedades neurodegenerativas (como, por ejemplo, Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson, etc.) o enfermedades del desarrollo (epilepsia, parálisis cerebral, trastorno por déficit de atención/hiperactividad, etc En los últimos años la Neuropsicología ha ido adquiriendo una relevancia teórica, clínica y social de progresiva importancia, haciéndose patente en el plano legal como resultado de peritaciones que valoran el daño cerebral adquirido como consecuencia de accidentes de tráficos y laborales. De esta manera, la Neuropsicología Forense es una disciplina emergente que surge para dar respuesta a unos nuevos tipos de problemas y conflictos que se desarrollan frecuentemente en el sistema jurídico actual. La Neuropsicología Forense debe responder a la denominada cuestión forense, esto es, si la disfunción afecta al suceso bajo consideración legal o es resultado del mismo (Hom, 2003). El clínico trata de ayudar al paciente, mientras que el forense ayuda al esclarecimiento de la verdad (Verdejo y cols. 2004). La neuropsicología ofrece así a los tribunales, la posibilidad de realizar de una forma fiable y sensible la identificación de la existencia de una alteración o trastorno, la descripción del mismo, el establecimiento de su relación con el SNC, si es posible etiológica y, finalmente, la recomendación de futuras evaluaciones y tratamiento (Peña, 1983; Kolb y Wishaw, 1985; Ellis y Young, 1992 y Junqué y Barroso, 1994). El rol del neuropsicólogo forense, mediante su evaluación pericial, tiene una sola función; determinar la existencia de una disfunción neurocognitiva sobre el sujeto y establecer su relación con la causa que se juzga (McMahon y Saltz, 1981) Las diferentes áreas en las que puedes intervenir son: DERECHO CIVIL Incapacitaciones civiles DERECHO DE LA CIRCULACIÓN Cuando las lesiones causadas comprometen el funcionamiento cognitivo de los sujetos. (Afectación de memoria, atención, lenguaje, VALORACIÓN DEL DAÑO CORPORAL capacidad de planificación y organización, etc.) DERECHO LABORAL Esencialmente en los asuntos relacionados con las incapacidades laborales DERECHO PENAL Investigación de la responsabilidad criminal ante un hecho delictivo Dentro del Derecho Civil, el neuropsicólogo forense ha de determinar las causas de la incapacitación, las características que componen la enfermedad que padece el sujeto y si su condición es persistente e impide a la persona gobernarse por sí misma, elemento que configura la conexión causal entre la enfermedad y la capacidad legal, asociada a trastornos cognitivos presentes tanto en enfermedades neurológicas (demencias como al enfermedad de Alzheimer), como psicopatológicas (deterioro cognitivo asociado a la esquizofrenia), la valoración de minusvalías psíquicas con la apreciación de detrimentos intelectuales y cognitivos En lo relativo a la capacidad para testar, el profesional puede confirmar que la persona lo realiza en su “cabal juicio”, ya que permite corroborar que la persona posee las capacidades suficientes para llevar a efecto el acto de testar. En los casos de demencias, el perito debe asegurarse de que la persona que está evaluando padece de demencia, algo que no resulta tan obvio en fases tempranas de la enfermedad La evaluación neuropsicológica se hace imprescindible, pues son los trastornos cognitivos los que, en la mayoría de los casos, conforman el eje principal del cuadro clínico de demencia (Delgado-Losa y cols., 2001). Con respecto a los daños y secuelas, el perjuicio psíquico, se refiere a todo aquel deterioro de las funciones psíquicas generalmente producido de forma súbita y que ha sido provocado, de manera directa o indirecta, por otra persona o por otra entidad responsable. De esta manera cuando se produce una lesión, el responsable de la misma está obligado a reparar el daño ocasionado y con el fin de determinar el cálculo de indemnización es necesario evaluar la lesión y secuelas. Mediante la pericial neuropsicológica se fijan, con la máxima exactitud posible, las consecuencias que un proceso traumático ha tenido en las facultades mentales y cognitivas de un individuo. Lo cual sirve a un juez o tribunales para establecer una compensación económica o para que los particulares alcancen algún grado de acuerdo sobre los daños y las indemnizaciones derivadas de las lesiones producidas. (María L. Naharro, Javier Soler, Diego Falcone, 2010). Después de un traumatismo craneoencefálico leve puede aparecer y persistir el conocido como síndrome posconmocional, un conjunto de síntomas somáticos, cognitivos y emocionales (Fernández-Guinea, 2001). Los síntomas cognitivos consisten en pérdida de velocidad de procesamiento, lentitud de respuesta, disminución en la capacidad de concentración, bajo rendimiento en tareas de atención alterna y dividida, menor flexibilidad mental y pérdida de capacidades mnésicas. Secuelas producidas por consumo de sustancias psicoactivas, en el caso del alcohol los efectos neuropsicológicos a largo plazo son ya bien conocidos (deterioro en memoria y síndrome disejecutivo), así como los efectos a corto plazo de otras sustancias como la cocaína. Otro ámbito de actuación en la cada vez tiene mayor presencia la pericial neuropsicológica es en el Derecho Laboral. Mediante los informes realizados por los neuropsicólogos forenses se dictamina el estado, mantenimiento, evolución o fase final de las condiciones cognitivas y psíquicas que pueden condicionar las capacidades laborales de una persona y que se han puesto en entredicho tanto de forma transitoria como permanente. La estimación de la naturaleza, gravedad y cronicidad de las secuelas de accidentes laborales o de tráfico se hace necesaria para determinar la cuantía de la pensión de invalidez y la incapacidad laboral. Cuando finaliza el tratamiento médico y rehabilitador, el Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social (Real Decreto Legislativo 1/1994 de 20 de junio) establece tres supuestos en los que se puede encontrar el trabajador: curación sin secuelas, con secuelas de lesiones permanentes no invalidantes y con lesiones constitutivas de invalidez permanente en alguno de sus grados. Los grados de invalidez se recogen en esta ley en su artículo 137 y son: a) incapacidad permanente parcial, b) incapacidad permanente total, c) incapacidad permanente absoluta, d) gran invalidez. Cada una de estas situaciones implica una compensación económica según los distintos baremos (como, por ejemplo, los incluidos en el Anexo de la Ley 30/1995, de 8 de noviembre, de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados) y, además, son merecedoras de servicios y prestaciones según la recién aprobada Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. ( Verche, E. Neuropsicologia forense: Estado del Arte. Finalmente en Derecho Penal, las competencias de la neuropsicología forense está referidas a los casos en los que se encuentran implicado el daño cerebral y sus consecuencias cognitivas, emocionales, funcionales y sociales, tanto el referencia al imputado, victima, testigo u otra persona implicada en la causa. En un procedimiento criminal, la opinión del neuropsicólogo puede ser requerida, además, para recomendar un tratamiento o establecer el potencial para la rehabilitación del reo (Lezak y cols. 2004). Referencias bibliográficas Díez, L. Sistema de Derecho Civil. . vol. 1, Madrid, Tecnos, 2003. Gómez Orbaneja, E., Derecho procesal penal, Madrid, 1975. Jarne, A. y Aliaga, A. “Manual de Neuropsicología Forense. De la clínica a los tribunales”. Barcelona, Herder, 2010 Jarne, A. “Neuropsicologia forense: una nueva especialidad.” 2001. MacMahon, E y Satz, P., “Clinical neuropsychology: some forensic applications”, en Fliskov, S. y Boll, T. (comps.), Handbook of clínical neuropsychology, New York, Whiley, 1981. Rodriguez, M., Manual del perito médico: fundamentos teóricos y jurídicos, Barcelona, Díaz de Santos, 1991. Verche, E. Neuropsicología Forense. El estado del Arte. 1988