LOS MORRILLOS - El Mercedario

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LOS MORRILLOS
Refugio Privado de Vida Silvestre
Ubicación:
Ubicada en el sudoeste de la provincia de San Juan, departamento
Calingasta. Al este limita con el río de los Patos, llegando por el oeste
hasta el cordón montañoso conocido como Ansilta, una parte del
flanco oriental de la Cordillera de los Andes, posee una superficie de
23500 has.
Información general del área
Creado por convenio entre el propietario privado, Ansilta S.A., y una
organización ambientalista no gubernamental, la Fundación Vida
Silvestre Argentina en el año 1993. La categoría de Reserva Privada
está oficialmente reconocida por el Gobierno Provincial.
Fundamentos de su creación:
Proteger importantes yacimientos arqueológicos; conservar una
muestra de la naturaleza de la Cordillera de los Andes, representada
por tres unidades biogeográficas: Monte, Puna y Altoandino; y
generar modelos de aprovechamiento sustentable de la naturaleza
local.
Distancia hasta la localidad de influencia:
A Barreal desde Uspallata hay 113 km y desde la ciudad de San Juan
unos 126 km.
Descripción general:
El Refugio de Vida Silvestre "Los Morrillos", es un proyecto integral de
conservación de la naturaleza para el cual la Fundación Vida Silvestre
Argentina y Ansilta S.A. han decidido mancomunar esfuerzos. Una de
las actividades que se proponen para este tipo de áreas naturales
protegidas privadas es el "ecoturismo". Para su desarrollo en Los
Morrillos el visitante cuenta con cartelería interpretativa y una cabaña
con comodidades básicas para pernoctar. Al mismo tiempo tiene
acceso a un servicio de guías, caballos y mulas, traslados en
vehículos doble tracción por convenio con Ansilta SA y Cabañas Doña
Pipa. Lo abonado por el visitante en concepto de entrada al área y
derecho de uso de la cabaña constituye el único ingreso disponible
para mantenimiento y mejoras en la infraestructura, así como para
efectivizar medidas de conservación. El turismo en Los Morrillos
persigue un objetivo educativo y está concebido como una actividad
de bajo impacto sobre la naturaleza. No se permite el ingreso de más
personas de las que la cabaña puede alojar a la vez, lo que garantiza
que un excesivo número de visitantes no afecte el desenvolvimiento
de la fauna y la conservación del suelo. Por esta razón es conveniente
coordinar las visitas con la suficiente anticipación. Para mayores
detalles se puede solicitar información a la Fundación Vida Silvestre
Argentina.
Bioma: Altoandino, Puna, y Monte.
Flora:
La flora de alta montaña está representada en la zona por el Pingo
pingo, una gimnosperma (pariente de las Araucarias y Pinos) con
difundidos poderes revitalizantes; los Acerillos, varios arbustos
espinosos con frutos semejantes a pequeños tomates peritas; el
Leoncito, una cactácea que forma cojines compactos con espinas
achatadas de tonos blancuzcos a amarillo-leonado. Una especie
destacable es el Chacay, un arbusto que alcanza el porte arbóreo
constituyendo densos bosquecillos en la quebrada del arroyo Fiero.
Las vegas o ciénagas contienen las formaciones vegetales típicas de
los humedales de la cordillera. Se destacan dos Junquillos que cubren
las partes con suelo húmedo permanente, y en los bordes una Yareta
que forma con su follaje aplanado y denso duras placas de escasos
centímetros de altura. Las partes bajas de la reserva tienen
vegetación de monte, como son las Jarillas, arbustos resinos muy
bien adaptados a estos desiertos; la Brea, arbolito de hermosa
corteza verde clara, lisa, notable cuando se cubre de flores amarillas
hacia primavera; el Retamo es otro de los componentes típicos de los
arbustales áridos de la región, una planta que sufrió una fuerte
extracción en décadas pasadas cuando se lo cortaba para obtener
ceras naturales.
Fauna:
La fauna mayor está representada por el Guanaco y el Suri
Cordillerano, conocido en la región por "Churi", el cual está
considerado amenazado en el orden internacional. El Guanaco suele
formar tropillas que pueden llegar a ser numerosas en este lugar, por
ejemplo 126 o más individuos. El Suri, en cambio, se lo ve en
pequeños grupos, y a veces ejemplares aislados. Ambas especies
podrían recuperarse de continuarse con los trabajos de educación
ambiental iniciados por la Fundación Vida Silvestre Argentina en la
zona de influencia y en la medida que siga instrumentándose la
reserva. Otros componentes habituales de este sector oriental de los
Andes son el Zorro Colorado y el Zorro Gris Chico; el Chinchillón, un
roedor de porte mediano característico de los paredones rocosos; el
Chiñe o Zorrino Común; y el Puma o León Americano, un gran félido
que aún encuentra refugio en estas vastas montañas despobladas.
Las aves cuentan con un vistoso elenco. Además del Suri Cordillerano
debemos mencionar al Águila Mora; el Cóndor Andino, el carroñero
típico de los Andes; el Tortolón, Corral o Agachona Chica, un ave con
el porte de una Torcaza robusta, de plumaje aperdizado, común en
las ciénagas; y varios pájaros como las Chamuchinas o Jilgueros
Oliváceos y los "Boquenses" o Comesebos Andinos, los cuales pueden
llegar a formar grandes bandadas. Varias Lagartijas o Chelcos junto a
una Culebra Conejera son los representantes locales de los reptiles.
Entre la fauna exótica se destaca la Liebre Europea, muy extendida
por toda la región, que prefiere aquí las cercanías de la ciénagas, las
cuales le proveen alimento verde todo el año; y los Burros
Cimarrones, animal que ha retornado a su vida salvaje a partir de los
ejemplares escapados y que se insinúa como uno de los problemas de
conservación más serios a resolver en el corto plazo, dado que su
proliferación desmedida podría originar cambios indeseables en el
funcionamiento del ecosistema original.
Problemas de conservación:
El ganado semicimarrón presente en el área produce un
sobrepastoreo sobre las ciénagas, aguadas naturales de la montaña.
Allí el suelo queda descubierto, muy pisoteado, facilitando la erosión.
La caza furtiva es un problema generalizado, que mientras no se
controle en la región mantendrá muy arisca a la fauna mayor, como
Suris y Guanacos. Un problema adicional es la entrada ilegal de
motos todo terreno.
Yacimientos arqueológicos:
La presencia humana en Los Morrillos data de hace más de 8.000
años. Los primeros habitante fueron cazadores de Guanacos y Suris.
Sus herramientas eran rudimentarias, trabajaban la piedra para
obtener puntas de flechas y raspadores. Posteriormente, hacia el año
6.000 antes de Cristo, se instalaron los "cazadores Morrillos" que
ocuparon las cuevas del Morrillo Chato como viviendas, dejando
abundantes indicios de su actividad cotidiana. A ellos le sucedieron
otra corriente cultural denominada "cultura Ansilta". Este grupo
realizó agricultura mediante la irrigación de terrazas de cultivo; de
ellos se han encontrado momias en muy buen estado de
conservación, depositadas en las cuevas de la zona.
Itinerario:
Las visitas deben realizarse a través de Ramón Osa (Cabaña Doña
Pipa), el agente oficial reconocido por los dueños y la Fundación Vida
Silvestre Argentina. Saliendo desde Barreal (distante en vehículo 4x4
se accede al refugio de montaña de la reserva. A partir de allí se
puede realizar un circuito a pie hasta el Morrillo Chato para observar
los aleros ocupados antiguamente por los aborígenes; seguir por la
ciénaga o vega para apreciar la fauna de la región; y recorrer el
Morrillo Puntudo que contiene petroglifos, antiguas pircas y un
mirador natural para apreciar en toda su belleza al Morrillo Chato
desde en frente. El segundo día se puede destinar para ir a caballo
hasta la Quebrada del Arroyo Fiero, con un interesante bosque de
Chacay, el único conocido dentro de la Provincia de San Juan. Este
lugar también cuenta con yacimientos arqueológicos, como antiguos
graneros ubicados en cuevas.
FUENTES Fernández Balboa, C. & A. Parera. s/f. Refugio de Vida
Silvestre "Los Morrillos", San Juan, Argentina. Publicación
desplegable, Fundación Vida Silvestre Argentina. Haene, E. 1996. La
Vida Silvestre de Los Morrillos. Primeras Jornadas de Seminario y
Taller sobre Interpretación de la Naturaleza en el Refugio de Vida
Silvestre "Los Morrillos". Resumen de Contenidos. Barreal marzo de
1996.
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