La Sierra de San Quílez

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LA SIERRA DE
SAN QUÍLEZ DE BINÉFAR
La Sierra de San Quílez está situada al oeste del municipio de Binéfar,
lindando con el término municipal de Binaced (Valcarca) y Monzón.
Carretera
a Monzón
Carretera a
San Esteban
Canal de
Zaidín
Binéfar
Carretera a
Tamarite
Sierra
de San
Quílez
Carretera
a Valcarca
y Binaced
Carretera
a Esplús
Carretera a
Almacellas y
Lérida
En total, la superficie correspondiente a terrenos públicos de Binéfar suma
unas 65 hectáreas. La mayoría de su superficie está poblada por arbustos
leñosos (tomillos, retamas, aliagas etc.). Unas 15 hectáreas son de bosque de
pinar y encinar. En conjunto, es el área verde más importante de nuestra
localidad tanto por extensión como por tradición.
Ermita de
San Quílez
de Binéfar
La Sierra cuenta con la ermita de San Quílez que es el patrono de nuestra
población. El lunes de Pascua, se celebra la tradicional romería.
Por ser el lugar más elevado de nuestro término municipal, permite tener una
estupenda vista del Pirineo, así como de la gran llanura que se extiende hasta
la provincia de Lérida.
Historia
La Sierra de San Quílez era antiguamente una zona de pastoreo y de saca de
leña de carrasca. Como resultado, tras años de estas prácticas, el lugar casi se
quedó deforestado.
En 1954 Hipólito Bitrián, maestro del colegio de Binéfar, impulsó una
repoblación de la sierra, comenzando por 13 hectáreas cercanas a la ermita de
San Quílez, en las que plantó pinos. En esta labor, involucró especialmente a
los niños de Binéfar que una vez adultos siguieron con el trabajo iniciado por
esta persona. La Sierra de San Quílez se repobló con pino carrasco (Pinus
halepensis) por la capacidad de adaptación que tiene esta especie a los rigores
del clima mediterráneo. Soporta la escasez de agua, la fuerte insolación y las
heladas propias de esta zona. A partir de este bosque inicial, ha ido
apareciendo vegetación de acompañamiento aprovechando los claros entre los
árboles. Así, se pueden observar tomillos, romeros, carrasquillas, coscoja,
esparto etc. La carrasca poco a poco va recolonizando los antiguos territorios
en los que vivió.
Usos
En primavera y verano es un lugar de esparcimiento y ocio para binefarenses y
visitantes. Sirve como zona de paseo, para caminar, ir en bicicleta o a caballo.
Está prohibido el derrapaje así como el motocross.
Su terreno está englobado dentro del coto deportivo de caza gestionado por la
Asociación de Caza y Pesca.
Naturaleza
Ambientalmente, San Quílez es de vital importancia para Binéfar. Es la única
zona de monte que posee.
El clima de San Quílez es típicamente mediterráneo.
En verano, debido a las extremas temperaturas y la ausencia de lluvia, el
peligro de incendio en San Quílez es máximo. Con las habituales prohibiciones
de no hacer fuego en el monte se intenta evitar que suceda una catástrofe. Ha
habido años en los que se ha prohibido hasta fumar por la elevada sequedad.
Los pinos concretamente, son una especie de árboles muy combustibles por lo
que cualquier descuido podría provocar que ardiera uno de los lugares más
bonitos y queridos de Binéfar.
La vegetación actual varía según la localización; existe un pinar, zona de
monte bajo con retamas, romeros, tomillos y las últimas repoblaciones se han
hecho con carrasca, también nos encontramos enebros, sabinas e incluso se
han observado algunas orquídeas.
Entre los animales, las aves tienen un lugar privilegiado. Los avistamientos
más destacables por su tamaño son de milanos que visitan la sierra en
invierno, así como buitres y águilas. También se pueden observar con relativa
frecuencia cernícalos, gavilanes y ratoneros. Además de rapaces, los jilgueros
que en Binéfar son más conocidos como cardelinas, petirrojos, herrerillos,
cogujadas (Galerida), arrendajos, palomas torcaces y urracas forman parte de
la gran variedad de aves de la sierra. La fauna en general es la típica de pinarcarrascal-monte bajo: zorros, tejones, comadrejas, abundantes conejos, sapos,
culebras, mariposas.
San Quílez también posee una gran variedad de setas. En los otoños lluviosos
se pueden observar champiñones, farineras, algún robellón, fredolics, pies
azules, setas de cardo pequeños cortinarios, colibias, pedos de lobo así como
una muy rara especie denominada Battarraea.
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