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"Artistas Cordobeses
en los
Movimientos Vanguardistas
del
Siglo XX"
FRANCISCO ZUERAS TORRENS
De la Asociación Española de Críticos de Arte
Académico Numerario de la Real Academia de Córdoba
Editado con motivo de su Inauguración por
GALERIA .JUAN DE MESA, S. A,
RAMIREZ DE LAS CASAS DEZA, 18
CÓRDOBA
"ARTISTAS CORDOBESES EN LOS MOVIMIENTOS VANGUARDISTAS
DEL SIGLO XX"
Antes de entrar en el tema se hace necesario decir que suele entenderse generalmente como "vanguardia" al grupo de artistas que va abriendo nuevos caminos estilísticos, en reacción con lo establecido y tradicional. Así como destacar
que el fenómeno vanguardista en general coincide con la aparición de la bohemia
y se desarrolla a lo largo del siglo XX. Antes, ni durante la etapa medieval, renacentista o barroca, no existra una vanguardia digamos institucionalizada, aunque,
naturalmente, había artistas sobresalientes con espíritu renovador, que influían en
sus discípulos. Los antecedentes españoles del concepto "vanguardia" hay que
buscarlos en el movimiento romántico y en el naturalista. España en lo pictórico,
por ejemplo, no tuvo como Francia -Courbet o los Impresionistas- unos arquetipos diferenciadores entre el arte integrado y el nuevo arte. Aunqu e Leonardo
Alenza y Eugen io Lucas pueden pasar en la pintura española por los anteceden tes
digamos vanguardistas, que cristalizarían en la primera vanguardi a de comienzos
de siglo, formada por Picasso, Nonell, Juan Gris y Manolo Hugué.
Y ya que hablamos de pintura, t ambién se hace necesario decir de entrada
que a la pintura española del primer tercio de siglo, no le fue fácil incorporarse a
la contemporaneidad. A partir del Impresionismo -que pudo ser español con Goya
y el último Fortuny- se cerraron las puertas a toda novedad vanguardista. Y no
fue por incapacidad de los artistas españoles -pues all í estaban triunfando en
Francia los vanguardistas españoles: Picasso, Juan Gris, Joan Miró- sino por una especie de impermeabilidad de la sociedad española aferrada al academicismo de l
si glo XIX, y cuya burguesía sólo aceptaba a Sorolla como punto extremo y tolerabl e de · la novedad. Naturalmente que hubo españoles vanguardistas en los comien zos del siglo, luchando en su patria contra viento y marea por algo nuevo
-Nonell , Regoyos, lturrino, So lana-, pero eran fi gu ras solitarias, artistas que no
crearon escuela.
Lo cierto es que por todo esto la conciencia típica de " vanguardia" no surgiría en España hasta los años 20, y no solamente en lo que concernía a las artes
plásticas, sino a lo literario y lo poético, que comenzaron a renovarse bajo los nombres de Ultraí smo y Su rrea lismo. Los orígenes de esta primera y auténtica vanguardia española se centraron en un concepto de revol ución formal, que, en lo pictó rico, tuvo una manifestación trascendente en el " Salón de Artistas Ibéricos" , que
tuvo lugar en el Retiro, de Madrid, en 1925, con la presencia de Salvador Dalí, Alberto Sánchez, Moreno Villa, Benjamín Palencia, Peinado, Barradas, etc. Esta exposición fue, sin duda alguna, el primer avance vanguardista en toda su dimensión ,
puesto que se relacionaría con el renacer poético de la llamada "Generación del
27''. Mientras que en lo pictórico la vanguardia daría un decisivo paso con aquel
" Salón de Artistas Ibéricos" , esta inquietud profundamen te renovadora se localizaría también en la Residencia de Estudiantes, de Madrid , donde se agrupaban
pintores, escritores y cineastas -García Larca, Moreno Villa, Buñuel , Dalf, Vázquez Díaz, etc.- , unos, los más, influidos por el Surrealismo, y otros por el Neocubismo. La figura más destacada de esta última vertiente sería Daniel Vázquez
Díaz -ll amado a ejercer decisiva influencia en la vanguardia cordobesa, como vamos a ver-, obstinado en aplicar la construcción volumétrica del Cubismo a la
representación de figuras y paisajes; es decir, a incluir en el arte figurativo los elementos de la revolución cubista, que habían llevado a cabo en París nuestros grandes emi grados - Pícasso y Juan Gris-, vívida de cerca por Vázquez Dfaz, que
había estado en París desde 1905 hasta 1918.
Estos brotes vanguardistas irían encontrando clima propicio en España debido
al cansancio producido por el arte rutinario, insuflado por el academicismo y el regionalismo pictórico, y también por el eco europeo de los movimientos de vanguardia -sobre todo, el Surrealismo y el Expresionismo- que habían reaccionado en Europa frente a la civilización occidental de la "cultura y el orden establecídos" , consecuencia de la primera Guerra Mundial. Brotes que, naturalmente, se
darían también en Barcelona, con la formación del "Grupo de Artistas y Técnicos
Catalanes para la Arquitectura Contemporánea", el llamado "GATEPAC" de gran
trascendencia innovadora. En cuanto a las demás capitales de provincias, sólo algum:s aguerridas individualidades se interesarían y lucharían por los nuevos aires
de vanguardia.
Algunos de estos vanguardistas solitarios se dieron también en Córdoba - ya
ha llegado el momento de hablar del arte de Córdoba- ciudad en la que las artes
plásticas se desenvolvían en aquellos años 20 entre el academicismo más trasnochado, los ecos impresionistas de Garnelo -que habían fructificado en algunos
pintores y aficionados cordobeses- y la pintura simbolista-modernista de Julio Romero de Torres, cuyos triunfos allende las fronteras provinciales y nacionales ha-
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bfan entusiasmado a sus paisanos que se habían convertido en fervorosos admi·
radores y hasta cultivadores del "juliorromerismo".
Los primeros intentos renovadores cordobeses, acordes con los nuevos cami·
nos expresivos que se producían en Europa, Madrid y Barcelona, se producirlan
a través de tres inquietos artistas: el escultor Enrique Moreno y los pintores Angel
López·Obrero y Rafael Botí. El primero de ellos, Enrique Moreno Rodrlguez, nac:do
en Montalbán , provincia de Córdoba, hacia 1896, seria en buena parte el principal
motor renovador, ya que en los años 1925·1931 fue el artista cordobés más representativo y puesto al dia de la vanguardia europea. Esplritu inquieto y rebelde, artista de corte intelectual, lela mucho y estaba al corriente de tocos los movimientos de vanguardia artística, por lo que influyó, sin duda alguna, en los otros artistas renovadores, como López-Obrero . más joven que él, entre los que existra una
entrañable amistad.
La formación de este pionero vanguardista cordobés fue en la Escuela de
Artes y Oficios de Córdoba, en la que estudió dibujo artlstico y modelado, pero
tal vez su verdadera formación como escultor se la deba a si mismo, pues tanto
en su arte como en su vasta cultura artística fue un verdadero autodidacta. No obs:
tante a estar influfdo por las teorfas cubistas, su fórmula expresiva como escultor
entraría de lleno en el Expresionismo, entonces de moda en Europa, de Archip en·
ko y Mestrovic. Con esta dicción harla composiciones de atrevida linea, así como
bustos -retrato de personalidades cordobesas-- el busto del músico MartfnGZ
Rücker. para los Jardines de la Agricultura; el busto, con relieves en el pedestal,
del poeta Manuel Reina, en los jardines de Puente Genil; el monumento a Eduardo
Lucana. para el Centro Filarmónico, y el monumento a Antonio Palomino, en su
pueblo natal de Bu]alance, que desapareció durante la guerra civil-, asl como díversos retratos escultóricos del librero Rogelio Luque. el procurador Rafael Castiñeíra. etc.
Este escultor, Enrique Moreno, ejercerla, como he dicho, una clara influencia
en el que había de ser otro gran propulsor de la vanguardia cordobesa: el pin tor
Angel López-Obrero, que había nacido en 191 O. Tras estos primeros contactos estimulantes, López-Obrero -que había obtenido en 1924 una beca de la Diputación
para cursar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, de
Madrid- no perdería ocasión para tratar de renovar el panorama artístico de su
ciudad natal. celebrando polémicas exposiciones vanguardista. La primera de ellas
tendría lugar en 1926, en el Cfrculo de Labradores, y la otra en el Cfrculo de la
Am istad, en 1928. En esta segunda exposición , en la que figuraban por primera
vez cuadros cubistas y de otras avanzadas tendencias, López-Obrero leyó una con·
ferencía sobre Pintura Moderna , defendiendo concretamente a Picasso y a las tendencias cubistas, expresíonístas y surrealistas. Ni que decir tiene que esta exposi-
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ción sorprendió y hasta escandalizó a sus paisanos. Del impacto que produjo y de
las inquietudes de Angel López-Obrero pueden dar idea estos fragmentos del texto
que el destacado periodista Fernando Vázquez esc ribió en las páginas del " Diario
Liberal": "Este muchacho es un pensionado de la Diputación Provincial, estudiante
de arte en la Escuela de San Fernando, donde la disciplina es genuinamente tradicionalista. ¿Cómo ha podido soslayar la saturación académica, que tan fuertemente afecta a los cerebros en yema, y se ha colocado bajo el signo del expresionismo postcubista?" . Para terminar aludiendo al impacto producido en el tradicional
ambiente cordobés: "¿No es interesante que en Córdoba se produzca un conato
vanguardista? ¿No robustece esto la idea de que Córdoba se occidentaliza, pese
al sentido bizantino de su cultura? Esperemos que la gente se vaya acostumbrando, en esta ciudad discreta, a ver los frutos del pensamiento vigilante, del espíritu en hél ice" .
Y estos entusiasmos por la vanguardia harían que López-Obrero -que se decidió a simultanear sus estudios en la Escuela ·de San Fernando con una eficaz
form.ación en el estudio de Vázquez Dfaz, imán de todo pintor con vocación innovado ra- tuviese a Madrid como crisol en el que fundir sus inqu ietudes en torno
al Cubismo, el Surrealismo, el Expresionismo y el Realismo Mágico. Figurando en
los salones de "Arti stas Independientes", de los años 1929 y 1931 , al lado de otros
aguerridos artistas de sentir vanguardista -Francisco Mateos, lsafas Dfaz, Ponce
·de León , Navarro Ramón , etc.-
y exponiendo con éxito en el Salón de " Heraldo
de Madrid" en 1930, una serie de "Estampas populares de Andalucía" , intentando, por otra parte, la proyección de sus nuevas formas de expresión otra vez en
Córdoba, a través de una exposición celebrada en el salón del Ateneo, fundado
por el historiador y catedrático Antonio Jaén Morente, esta vez con cuadros de
tendencias cubistas, surrealistas y expresionistas. Al año siguiente, en 1931 , LópezObrero se trasladaría a Barcelona, a fin de ampliar estudios y conectar con fa
vangu ardia catalana y ejercer su influencia, como veremos más adelante.
En torno a Enrique Moreno girarla también otro artista renovador: Rafael Botf,
nacido en 1900. Juntos celebraron una exposición en el Círculo de la Amistad, en
1923, que causó viva sorpresa no exenta de polémica. Enrique Moreno presentó
una serie de composiciones figurativas , dentro de la línea expresionista a que me
he referido -"Amalia la gitana" , "Sensibilidad", etc .-
y su nuevo concepto del re-
trato escultórico, a través de los bustos de don Rafael Romero Pellicer, don Carlos Pastrana y don Miguel Nogales. La aportación pictórica de Rafael Batí consistió en una serie de paisajes cordobeses y madrileños que rompían con todos
los moldes al uso. De la trascendencia vanguardista de esta exposición pueden
dar idea las palabras del presentador de la muestra . Ricardo Agrasot: " Si llegas,
lector, a darte perfecta cuenta de esta significación de los jóvenes artistas Botf y
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Moreno, sentirás cómo dentro de tr se abren y se ensanchan las puertas de la simpatía hacia esas formas de arte que tienen el valor de apartarse de lo vulgar y corriente, para buscar nuevos y personales caminos, que si en principio pueden extrañarte o desconcertarte, a la larga han de servir para revelarte cómo "l as cosas
serán siempre capaces de ofrecerse con aspectos nuevos", mientras haya hombres
con ánimos y corazón para descubrirlas y revelárnoslas".
Rafael Boti, hombre fuertemente dotado para el arte -en su doble vertiente
de pintor y músico, por cierto- tocado por aquel vendaval vanguardista marcharía a París en 1929, para estudiar a Picasso, Braque y Matisse, sintiéndose ganado por el Cubismo. Vuelve a España y se integra en la vanguardia madrileña, con
frecuentes estancias en su Córdoba natal , formando parte como López-Obrero de
aquellos salones de " Artistas Independientes". Conecta en en los cafés de la Glorieta de Atocha con los más renovadores artistas de aquel momento -entre ellos,
aquél que llegaría a ser gran pontífice de la vanguardia española, Alberto Sánchez,
el genial escultor, conocido por entonces como " Alberto el Panadero"- que luchaban por imponer un "arte nuevo", que, según frase del mismo Botf, " en España
estaba reñido con la perniciosa costumbre de comer a hora fija" . Y también Rafael Botí establecería contactos con Vázquez Díaz, del que recibiría una beneficiosa influen cia y con el que consolidaría una entrañable amistad. Trabajaría incansablemente, después y hasta hoy, en pro del nuevo arte, como iremos comprobando en este estudio.
Para completar el panorama vanguardista cordobés de aquella década de los
años 20 se hace necesario decir que hubo otros jóvenes artistas plásticos de sentido
·renovador, como Antonio Rodríguez Luna , nacido en Montero en 1910, que, adscrito a las tendencias surrealistas se trasladaría también a Madrid, donde alcanzaría
gran notoriedad; o como Antonio Merlo, dibujante de aguda intención moderna,
que igualmente se trasladaría a la capital de España. Y, sobre todo hay que destacar la influencia que ejercería en el ambiente renovador cordobés de aquella
época el profesor de Historia del Arte de la Escuela de Artes y Oficios, Ricardo
Agrasot -al que me he referido como presentador de la exposición de Moreno
·y Botí-, que era un gran investigador del arte, profesor de gran talento y preparación. En aquellos años formaba en el grupo más al día de las corrientes de la
nueva comprensión de la Historia del Arte Europeo , con Rafael Domenech -en la
Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid-, ambos en la línea de las teorías
de Wolflin.
Por estas fechas, exactamente en 1927, otro joven cordobés inquieto, que llegaría a formar parte y a figurar en el grupo de cabeza de la gran Pintura Española del sigl o XX, llegaría a Madrid, escapado de su casa de Villa del Río, con la
i lusión de ser pintor. Tiene 17 años y se llama Pedro Bueno. Pasa una noche en
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Madrid, en la Dirección General de Seguridad, y es devuelto a su pueblo natal reclamado por su familia que no comparte sus inquietudes artrsticas. Al poco tiempo, su tesón le llevaría a conseguir ser becado por la Diputación de Córdoba, y
poder volver a Madrid para ingresar en la Escuela Superior de San Fernando. Estaba llamado a ser uno de los pioneros de la segunda vanguardia española. como
comprobaremos enseguida.
La década de los 30 da nuevos aires a la vanguardia española. Con la proclamación de la República, en 1931 , surgirán en Madrid nuevos grupos vanguardista;·
los "Amigos de las Artes Nuevas"
(ADLAN) y el " Grupo de Arte Constructivo"
-con Torres Garcia, Benjamín Palencia, Maruja Mallo, etc.- , mientras los " Artistas Ibéricos" alcanzaban nuevas metas innovadoras. Con aquella apertura cultural,
Garcla Lorca pondría en marcha su teatro itinerante " La Barraca", formado por
universitarios, en el que, además de Pepe Caballero, el vanguardista artista nacido
en Huelva, iniciarla su labor de escenógrafo aquel Alberto Sánchez, amigo de So-
ti, que llegarla a simbolizar con Lorca la fusión de la vanguardia con una poética
populista. Quince días después de la proclamación de la República , veinticincoartistas de vanguardia firmaron un escrito titulado " Manifiesto dirigido a la opinión
y a los poderes públicos", en pro de una nueva organización del cultivo del arte;
entre aquellos nombres importantes -Mateos, Moreno Villa, Planes, etc.-
estaba
el de aquel artistas cordobés de espíritu renovador: Rafael Botf. Después, la acti·
vidad artística se irla polarizando más rotundamente en dos tendenc ias fundamentales -el Realismo y el Surrealismo-, y en el primero de estos grupos, junto a
Arteta, Souto, Renau y Mateos, destacarla el nombre del otro vanguardista cordobés: Angel López-Obrero.
Poco a poco el clima polftico-social se va haciendo tenso y las distintas ideo·
logias van produciendo manifestaciones de arte comprometido. Y llega 1936. Hasta el mes de Julio, los " Artistas Ibéricos" tuvieron tiempo de organizar en Parls
una importante exposición de pintura española vanguardista, mientras las obras de
Picasso se expondrlan en Bilbao y Barcelona. Serian éstas fas últimas manifestaciones vanguardistas de anteguerra. A continuación se iniciarla el conflicto bélico·
español increíblemente sangriento, jalonado de crueldades y heroismos, de sufrimientos y fatales concatenaciones.
Aunque la guerra civil no supondrla un total colapso de las actividades artrsticas, si es cierto que éstas se inscribían en exigencias extraculturales. Y lo que
se ente·ndía por " vanguardia" sufrió una transformación , margin ándose el estecis·
mo. Por ejemplo, desapareció el Surrealismo como desaparecieron las remin iscenc las cubistas. Aunque Picasso pintarla su expresionista " Guernica", Alberto Sánchez modelaría con atrevimiento surrealista su obra " El Pueblo Español tiene un
camino que conduce a una estrella ", y Joan Miró pintaría un mural abstracto·
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-las tres obras para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de Pa·
rfs, de 1937, por encargo del Gobierno de la República-, lo cierto es que el Realismo apareceria como estilo dominante en las dos zonas en lucha, como expresión entendible por el sencillo pueblo combatiente.
Terminada la guerra, la nómina de la vanguardia española sufrirla un duro
quebranto con la muerte de algunos de sus más representativos artistas. Por otra
parte, grande fue el exilio de pintores y escultores -Alberto Sánchez, Victoria
Macho, José Renau, Maruja Mallo, Colmeiro, Moreno Villa, etc.- y otros serian
encarcelados o desterrados, como Francisco Mateas, Eduardo Vicente o Martínez
de León . También la vanguardia cordobesa padecería vicisitudes de distinto signo:
el escultor Enrique Moreno moriria trágicamente en Córdoba en Septiembre de
1936; el pintor Angel López-Obrero, vivirla el exilio en tierras francesas -donde
seguirla pintando y exponiendo- para ser encarcelado al regresar a España; Antonio Rodrfguez Luna y Antonio Merlo se exiliarían a Méjico y Francia respectivamente.
No obstante, el espiritu vanguardista español trataría de remontar el vuelo
a través de una de las grandes figuras de anteguerra, Benjamfn Palencia, quien
organizaría ya en 1939 la- llamada "Escuela de Vallecas" , agrupando a jóvenes pintores -Alvaro Delgado, Gregario del Olmo, Carlos Pascual de Lara, etc.- interesados por nuevos módulos expresivos alejados del Realismo que habla imperado a
1o largo de la guerra .. A pesar de estos intentos, el panorama era poco esperanzador. Hasta Eugenio D'Ors, filósofo y critico de arte de ideologia affn al bando
vencedor, lo reconocerla en su "Proclama de la Academia Breve de Crftica ae
Arte", en 1942: "Es urgente poner término -decfa- a la vergüenza a cuyo tenor
el público de Madrid, el de casi toda España y aún sus criticas militantes, se encuentran ayunos de conocer una sola página del arte contemporáneo universal" .
Y Eugenio D'Ors serfa, precisamente, quien darfa el paso decisivo para la segunda apertura vanguardista, tratando de sistematizar la tradición y eligiendo lo
estimable de ella para traer la modernidad. Crearla la "Academia Breve de Critica
de Arte" , a través de la cual aparecerían los " Salones de los Once" , en los que
participarían artistas procedentes de la primera vanguardia -Benjamin Palencia,
Vázquez Díaz, Joan Miró , Pancho Cossfo , María Blanchard y el cordobés LópezObrero- junto a otros nombres nuevos como Rafael Zabaleta.
Uno de estos elegidos sería Pedro Bueno, aquel cordobés que en 1927 se habla escapado de su casa de Villa del Rio, con la ilusión de ser gran pintor y que
·había luchado lo indecible para serlo, a vueltas con la penuria, el afanoso estudio
y el drama de la guerra en la que fue herido. Con él Córdoba entraba por la puer-
ta grande de la segunda vanguardia española. Su presentación en 1943 -en la
" Galería Biosca", escenario de estos "Salones de los Once" -
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la haria el crítico
y poeta Enrique Azcoaga, miembro de la " Academia Breve" organizadora, qUiert
escribiría en el catálogo: " Una de las causas por las que apadrinamos a Pedro
Bueno es porque este plástico, teniendo en cuenta todas las tentativas con que se
inició el siglo del tanque, pretende -muy lejos del academicismo y del pobre realismo- "resucitar" la pintura a su inmensa ambición" . Efectivamente, la pintura
de Pedro Bueno, en aquellos momentos de la postguerra simbolizaba el sereno
sentido de la modernidad, sin la esquina de la vanguardia hiriente europea, y una
equilibrada equidistancia entre lo académico y el feroz expresionismo.
Triunfante ya, Pedro Bueno expondría dos veces más en Madrid y marcharía
a Inglaterra, pensionado por la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Vuelve
a España integrándose en la renovadora vida artística madrileña, sobre todo en
aquella tertulia fundamental , presidida por Llosent, Director del Museo de Arte
Moderno -con Zabaleta, Arlas, Planes, Pancho Cossío-, en la que, según explica Campoy, " Pedro Bueno ponía su nota de sobrio dandismo, su cortés lejanía,
su escepticismo y, cuando quería, su gracia de hidalgo andaluz" Y obtiene la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes, de 1954, como rotunda
ratificación de su gran personalidad en el arte nuevo.
Mientras tanto, en aquel Madrid de la postguerra, Rafael Botí volvería por los
fueros de pintor inquieto, compatibilizando sus tareas de pintor y músico, ya que
era y es un estupendo violinista. Vázquez Díaz diría de él precisamente: "Su doble
sensibil idad de músico y pintor le hace percibir la música del paisaje y el canto
del mirlo, que acompaña su silencio mientras pinta" . Y Rafael Botí se impondría
con ardores juveniles entre quienes luchaban por la recuperación de la modernidad. Con una pintura que era crisol de muchas vanguardias : el paisaje de Cezanne, la intimidad de Regoyos y la fría luz plateada de su amigo Vázquez Díaz.
Y paralelamente, el otro pionero de la vanguardia cordobesa de anteguerra,
Angel López-Obrero, desarrollaría una importante labor en pro de la segunda vanguardia en tierras catalanas. Superadas las dramátlcas vicisitudes de la guerra, se
afincaría en Barcelona, donde en 1948, se había iniciado una recuperación innovadora con el "Grupo Dau al Set" -Tapies, Cuixart, Pone , Tharrats-, resucitando
las actitudes proceden tes de la vanguardia surrealista de anteguerra. El paso másimportante lo daría, no obstante el cordobés López-Obrero, creando, en 1948 también , los " Salones de Octubre", que llegarían a alcanzar diez ediciones. Salones
en los que se exigía que las obras presentadas fuesen "vanguardistas", es decir,
de tendencias que hubiesen surgido después de la liquidación del Impresionismo.
Angel López-Obrero intervendría además con su arte diversiforme en otras galerías·
barcelonesas, hasta que vuelve a su Córdoba natal para continuar presente en
todos los acontecimientos estéticos que se producen en ella.
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La vanguardia española tuvo un gran estimulo en el periodo 1951-1956, gracias a la apertura impuesta por el entonces Ministro de Educación Nacional, Jeaquin Ruiz-Giménez. Se puso en marcha la política llamada de " Hispanidad" - dirigida hacia los paises hispanoamericanos para favorece r fines políticos y económicos, a través del prestigio y la penetración culturales- y se organizó la primera "Bienal Hispanoamericana", no sin ciertas reticencias por parte de los conservadores, y que, por estar proyectada hacia el exterior seria la primera muestra
artistica oficial que daría cabida a las corrientes más decididamente vanguardistas,
vigentes en Europa hacia tiempo. Esta Bienal tendria sucesivas ediciones en otros
lugares del exterior, dando a conocer a artistas j'óvenes de indudable capacidad
renovadora.
Pues bien, en estas Bienales y exposiciones itinerantes destacarla un pintor
cordobés -aunque nacido en tierras jiennenses- de insólita capacidad vanguardista: Antonio Povedano. Primero, con su dicción poscubista, asimilada de Vázquez Diaz -serra interesante estudiar a fondo la relación de Vázquez Diaz con
los vanguardistas cordobeses de las distintas generaciones-; después, con pintura abstracta " con transigencias figurativas" , como la definiría Ramón Faraldo;
más tarde, constructivista; por úl'timo, transfigurador de fa realidad a través de un
muy personal expresionismo. El nombre de Antonio Povedano llegarla a ser indispensable en todas las exposiciones itinerantes representativas de la nueva vanguardia española, asf como a ser considerado como importante renovador del arte
de la vidriera; sobre todo con la de 130 metros cuadrados que realizó para fa
Capilla de la Residencia de las Hijas de María Inmaculada, de Córdoba.
En estos años 50 fa vanguardia alcanzaría muy importantes metas con la aparición de " equipos creadores'' en el panorama del arte nuevo español -el grupo
madrileño "El Paso", el grupo valenciano " Parpalló" , todos con intenciones informalistas o abstractas-, siendo precisamente Córdoba el lugar donde se foríó uno
de los más importantes y el de más proyección: el "Equipo 57" , compuesto por
los artistas cordobeses José Duarte, Juan Serrano y Juan Cuenca, y otros no cordobeses: Agustín lbarrola y Angel Duart. Este equipo abogaba por un arte de indole experimental y racionalista. La actuación del "Equipo 57" constituyó en la
vanguardia española un modelo de comportamiento socializado y anónimo. Su labor consistfa en la investigación de la funcionalidad del espacio plástico en los
distintos campos de la pintura, la escultura, la arquitectura y el diseño. Sus éxitos
en el extranjero fueron grandes -Ginebra, Parfs, Berna, etc.-
y sus obras pasa-
rian a importantes museos internacionales de art·e contemporáneo.
En t962, precisamente cuando el " Equipo 57" hubiera podido oeneficiarse de
esa corriente internacional favorable, se disolvió. las causas de su desaparidón
·habría que buscarlas, a mi jufcio, en el problema ético que se plantearon sus
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componentes, al ver que aquel esfuerzo destinado a mejorar la existencia humana.
mediante la aplicación de sus hallazgos a los procesos productivos, podían desembocar en el reforzamiento de los procesos masificadores, consumistas, alienantes, del importante desarrollo industrial que se iniciaba en España. Pero lo ciertO'
es que el nombre de Córdoba sonó en el mundo internacional del arte nuevo -a
estas inquietudes se las denominó "Escuela de Córdoba-, compartiendo esta fama, aunque en grado mucho menor, otro equipo, el "Grupo Espacio" , creado por
el pintor Francisco Aguilera Amate y el escultor Luis Aguilera Bernier, que trabajaron con eficacia en las filas del normativismo. Disueltos estos equipos, sus componentes, animados de notables inquietudes sociales, derivarían hacia otros campos. Juan Serrano y Juan Cuenca hacia la arquitectura, y José Duarte y Francisco
Aguilera Amate hacia una pintura figurativa de contenido socio-polftico, como veremos enseguida.
En esta década de los 50, el arte español de vanguardia fue siendo aceptado ya en los más distintos niveles. El gran éxito supranacional obtenido por algunos representantes del nuevo arte -por ejemplo, el Gran Premio de Escultura da
la "IV Bienal de Sao Paulo", otorgado a Jorge de Oteyza, padre espiirtual de los
citados equipos .cordobeses, por cierto-, se lo asimilarían ya los administradores
de la cultura oficial del franquismo, que, por otra parte, estaba empeñada en una
apertura estético-cultural , jugando la baza europea para llevar adelante las tácti·
cas económicas. Y la vanguardia española recibirla toda clase de estímulos. Surge
el Museo Nacional de Arte Contemporáneo con sus exposiciones de Arte Abstracto
Español; se crea la Comisaria de Exposiciones, para airear la vanguardia allende
las fronteras , y hasta en los " Salones de Mayo" barceloneses --que hablan sucedido a los "Salones de Octubre"- se discernarlan los premios "Hermanos Serra" ,
instituidos por Manuel Fraga lribarne, entonces Ministro de Información y Turismo.
Con estas protecciones y bendiciones oficiales, la experimentación más avan·
zada alcanzarfa su cénit en España. Dentro de este campo investi gador destacarla
también en esta década algún otro artista cordobés. Como José Morales, pintor nacido en Palma del Río y formado en Sevilla, Inglaterra y París, quien, después de
una etapa figurativa , desembocaría en 1956 en la más atrevida vanguardia informalista, con la incorporación de nuevos materiales en el cuadro: chapas oxidadas, a·
las que añadía elementos de la misma materia, coloreados con el color predominante del óxido. Con estas aportaciones revolucionarias figurarfa en las Bienales Hispanoamericanas y en importantes galerías inglesas. hasta mucho tiempo después
en que, como veremos, evolucionarla radicalmente.
Otro artista cordobés incorporado a la más rabiosa vanguardia española y
europea de estos años seria Aurelio Teno -el pintor, escultor y orfebre nacido
en Minas del Soldado-, que impondrla rápidamente sus audacias plásticas en
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Europa y Estados Unidos. Vanguardista por excelencia, el cordobés Aurelio Teno
triunfarfa primeramente en París con sus diez exposiciones seguidas, en las qua
exhibió unas personales abstracciones pictóricas que la crftica saludó como un informalismo del más hondo dramatismo español. Más tarde, el triunfo serfa en Copenhague -pintura, escultura y joyas-, polifacetismo que le colocaría en uri
puesto destacado de la vanguardia europea. Interesado por una nueva orfebrería,
sus joyas insólitas se exhibirían por todo el mundo, alcanzando los más altos galardones de la especialidad. Más tarde profundizaría en el " pop-art", creando
unas incisivas versiones históricas a través de la escultopintura. Finalmente se apasionarla por la escultura surrealista, creando extrañas figuras -que también da·
rían la vuelta al mundo- aunando los materiales más diversos y antagónicos: las
piedras rústicas y el oro, los minerales y la plata. Y dentro de esta personalísima
lfnea surrealista, años más tarde construirla una colosal escultura -siete metros
de altura y sesenta mil kilos de piedra y bronce--, representando a " Don Quijote
de la Mancha", que como regalo del pueblo español al americano se levanta ante
el Kennedy Center, de Washington , y que sería inaugurado por los Reyes de
España.
·Además de todo este espfritu vanguardista, brotado de la misma Córdotia para ser proyectado internacionalmente, se dió en esta ciudad otra inquietud renovadora insuflada por la creación poética. Las estrechas relaciones entre los aportes
literarios y los plásticos, que ya se habfan dado en la primera apertura de an teguerra -los " Artistas Ibéricos" o los "Amigos de las Artes Nuevas"-, o de la posguerra -la "Academia Breve", el "Grupo Dau al Set" - se darfan también en Cór·
doba. Y esto serfa posible en torno a la revista " Cántico", nacida en 1947, gracias
a los magnfficos poetas cordobeses Ricardo Molina, Pablo Garcfa Baena y Juan
Bernier, a la que se asociaron Mario López, Julio Aumente y Vicente Núñez. Grupo literario y revista que venían a llenar el vacío producido tras la diáspora o la
muerte de la mayor parte de los poetas de la " Gen eración del 27" , como consecuencia de la guerra civil , y a constituir un revulsivo en las adormecidas inquietudes cordobeses de postguerra.
"Cántico", que llegarfa a tener una proyección no sólo nacional sino internacional , tuvo su animador plástico en el pintor y dibujante Miguel del Moral -que
como pintor obtendría el " Premio Palomino" de la Diputación cordobesa, y el del
Círculo de Bellas Artes de Madrid-, estrechamente unido a este grupo. Miguel
del Moral con esta integració n aportaría al mundo de la ilustración vanguardista de
la postguerra, un aire fresco y elegante -qu e lo prodigaría tambi én en la " Estafeta Literaria" y " El Español"-, a través de un grafismo que era como una perfecta
simbiosis de figuras ensoñadas y vistas al mismo tiempo, expresadas a través de
una estilización tan moderna como personal.
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Esta vinculación vanguardista "literatura-artes plásticas" , se darfa también por
aquellos años de la década de los 40 en el arti sta cordobés Rafael Alvarez Ortega,
Pintor destacado también -Y como tal presente en aquellas Bienales Hispanoameric anas, así como en las más im portantes galerías españolas, inglesas y neoyorquinas-, sería en el cam po de la nueva il ustración donde su aportación a la vanguardia se haría más notoria. Dentro de la revolución del Arte Contemporáneo -en
lo que tan repetidamente vengo llamando "vanguardia"-, se había producido la
desi ntegración de los elementos que antes formaban unitariamente un cuadro. Cada uno de ellos iba teniendo ya un valor sustantivo; como el color, que era por sf
mismo t ema del arte abstracto, o el espacio, que habla pasado a ser factor compositivo del Surrealismo. Pues bien , el artista que con mayor acierto lograría dar
a " la lfnea" una valoración autónoma en aquellos momentos renovadores, seria
Alvarez Ortega, ya afincado en Madrid. Con la lfnea lograría plasmar insuperablemente en 1953 el juanrramoniano "Platero y yo" , as í como otros libros de aquel
momento, desde los escritos por su hermano Manuel, gran poeta , hasta los de
Jorge Guillén y Vicente Aleixandre, pasando por Concha Lagos.
De alguna manera ligado a este momento literario plástico cordobés, está el
nombre de Ginés Liébana, llamado a tener también una gran proyeccíón nacional
e internacional. A Córdoba trajeron a Liébana desde Torredonjimeno (Jaén) nada
más nacer, y llegado el momento de su juventud se integraría en aquel mundo de
inquietudes de postguerra, hasta que en 1941 se marchó a Madrid para formar parte de la redacción de " El Español" . donde como Del Moral y Alvarez Ortega, contribuiría a la renovación de la ilustración , aunque derivándola hacia el campo del
Surrealismo en el que, como pintor, llegaría a alcanzar un envidiable puesto. Ginés
liébana, en la década de los 50 decidió proyectar su arte innovador y multiforme
en Europa y América, donde obtuvo resonantes éxitos. En 1958 volvería a Córdoba -encerrándose en un cortijo, a fin de superar una tremenda crisis espiritual-,
para luego afincarse definitivamente en Madrid y llegar a ser gran figura del llamado "arte fantástico" , lfnea vanguardista en la que partiendo de unos supuestos de
realida d, se lanza al asalto de la tela levantan do un sorprendente mundo de enigmáti cas fabulaciones.
Al iniciarse los años 60 y mientras el lnformali smo o Arte Abstracto aún obtenía señalados éxitos, comen zó a fraguarse en España un doble movimiento de
Rea lismo y Expresion ismo, que arrastraría consigo a algunos de los artistas vanguardistas cordobeses ligados antes al experimentalismo; concretamente, a José
Duarte y Francisco Aguilera Amate. Y surge en toda España el movimiento "Estampa Popular" , que agruparía a artistas de distintas regiones, entre estos a Duarte y
a Aguil era, decididos a influir con su arte en la moral social y representando la
respuesta del arte ante las exigencias sociopolíticas, as! como intentar la amplia-
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ción del radio de acción de un arte donde los contenidos ejercieran un papel fun·
damental; todo a través del grabado, para que el arte cumpliese un fin de acerca·
miento a las masas populares, tanto por su temática como por su asequible precio.
Pero estos pintores cordobeses, consecuentes con esta postura social , abor·
darían un realismo de más altos vuelos. José Duarte -que obtendría en su ciudad
natal el Premio de Honor de la Exposición Provincial , de la Diputación- aportaría
al panorama pictórico español, primero un realismo inspirado en los descampados
suburbios de la gran ciudad ; después, una temática campesina, puesta -como
diría Moreno Galván- " bajo el denominador común de la Soledad y la Pobreza·· ,
de mujeres espectrales del campo andaluz, de cierto aire surrealista muy person al.
En cuanto a Francisco Aguilera Amate, nacido en Lucena y formado
al
lado de
Oteyza, derivaría hacia una figuración crítica de carácter expresionista -que le
llevaría a ser galardonado con el Primer Premio de Pintura de dicho certamen de
la Diputación cordobesa-, de muy fuerte impacto. Un cambio radical con su pos·
tura experimentalista, que el crítico Aguilera Cerni justificaría · diciendo
que
" el
compromiso había cambiado de idioma , aunque se mantenía el mismo propósito
medular", y que "su figuración expresionista era el camino
más inmediato para
trascribir emocionalmente una repulsa" . Por lo que respecta a José Morales, otro
experimentalista abstracto cordobés, como he destacado antes, diré que aquellas
audaces obras dieron paso también al realismo social. Pero con un original sen·
tido que yo definí en su momento como una renovada expresión plástica de " lo
español", puesto que en ella desembocaban las últimas consecuencias del sarcas·
mo de Quevedo, la danza de la muerte de Valdés Leal , el monigote trágico de Goya
la máscara de Solana y el esperpento de Valle lnclán.
Aunque estos artistas citados hasta este momento son los que verdaderamen·
te representan la vanguardia cordobesa, con auténtica proyección nacional e internacional, creo justo destacar que también hubo otros pintores que en otro plano
contribuyeron de alguna manera, en aquella etapa y posterior, a la renovación de
los módulos estéticos, sobre todo a través de la abstracción . En el plano nacional
destacó Isabel Santaló , sólidamente formada en las Escuelas de Sevilla y Madrid,
así como en el taller de Vázquez Díaz -otra vez el maestro onubense contribuyendo a la modernidad de los artistas de Córdoba- y de Angel Ferrant, así tambi én como en Roma, Paris y Estados Unidos, paises a los que fue pensionada;
pintora esta que aportaría a la expresión abstracta un cálido y sutil aliento poético, una simbiosis de dinamismo externo y serenidad interior. Otro renovador sería
Alfonso Ariza -artista nacido en La Rambla, dotado de una gran curiosidad investigadora, gran capacidad creadora y desbordante fantasíalabor no solo en la pintura informalista de aquella década
de muy
sino en
importante
la escultura
abstracta y la cerámica; artista que no alcanzó en aquellos años 50 uno de los
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primeros puestos de la vanguardia española, por una lamentable falta de promoción y no estar conectado con el absurdo e injusto centralismo artístico madrileño.
La nueva figuración , surgida del aprovechamiento de lo mejor de la experimentación informalista, tamb:én tuvo renovadores destacados en el plano cordobés
y nacional. Como Antonio Ojeda, con un concepto de lo neofigurativo de resonancias murales y elegancia de dibujo, de personalidad fuertemente definida; artista
éste que, además, sería pionero a escala nacional de la vertiente de la ilustración
llamada "comic" , en los años de la postguerra. O como Mariano Aguayo, quien
con sus obras " neo-objetivas " de regusto infantil y ritmos de signo pictográfico
llegaría a figurar en aquellos años en las principales exposiciones colectivas es·
pañolas representativas del arte nuevo. El nuevo concepto del paisaje tendría su
representante notable en Lola Valera, formada en las Escuelas de Sevilla y Madrid
-en cuya última capital obtendría el Premio Sésamo de Pintura-, sabiendo valo·
rar equilibradamente y dentro de la más absoluta modernidad, los diversos elementos que integran la realidad inmediata: la estructura formal , la luz
y
el color.
En cuanto a la escultura de aquella época, frente al concepto académico im·
puesto por el destacado escultor valenciano Amadeo Ruiz Olmos, afincado en Córdoba desde e1 final de la guerra civil , a través de gran cantidad de retratos, composiciones, imaginería procesional y gran cantidad de monumentos públicos dedi·
cados a grandes figuras de la historia de Córdoba -hechos con un lenguaje firme,
gran oficio y cierta poesía-, frente a aquel concepto tradicional, digo, fueron surgi endo diversos escultores con ansias renovadoras.
Hay que destacar en primer lugar a Rafael Orti , que fue y es el artista plástico
sin límites ni fronteras, artista vario y multiforme en sus apetencias y preocupa·
ciones plásticas, quien supo crear un bellísimo estilo escultórico consistente en la
reducc:ón de la forma a una síntesis conceptual , bien a través de planos afilados
o de la actualizac:ón de los conceptos decorativos de Mestrovic; este estilo le
llevaría a consegui r el Segundo Premio de Escultura del repetidamente citado Concurso de la Diputación Provincial cordobesa, y a realizar importantes encargos
para diversos templos. Y hay que decir enseguida que esas insólitas inquietudes
le llevaría ya en aquella época y posteriores a cultivar con gran acierto la pintura.
De tal manera, que yo diría que no se puede hablar de un Rafael Orti escultor y
un Rafael Orti pintor, puesto que ambos son uno y lo mismo. Dentro de la pintura,
el desasosiego creador e innovador de este artista total le llevarían a pasar de un
concepto dedicado a la esquematización del paisaje rural cordobés, a una figura·
ción de muy hondo contenido, tanto telúrico como lírico y en algún caso dramático.
Al lado del Rafael Orti escultor, arquetipo, como he dicho, de la escultura planificada y aliento poético, hay que destacar al malogrado Manuel Cabello, que simboliza en este movimiento renovador al que me vengo refiriendo, el sentido expre-
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sionista abocado a lo social , concepto que supo adaptar tanto en la realización de
composiciones -inolvidables son sus mujeres de rictus de desesperación y ni ños
depauperados de suburbio- como en la imaginería religiosa cristífera y en el mo·
numento público; un escultor malogrado -moriría en 1974- que estaba considerado en los más diversos niveles como un gran escultor, asf lo demuestra el Prim er
Premio de Escultura de la D!putación y la exposición homenaje que le dedicaron
sus compañeros.
Otro escultor malogrado también, que moriría cuando su labor creadora estaba en el cénit, fue Joaquín de la Rosa, que simbolizó en aquellos momentos de la
década de los 50 fa
inquietud
revolucionaria
por medio de
las
formufacion es
abstractas y neofigurativas, simples y líricas, que fueron un reflejo de su rica imaginación y de un gran sentido de la ordenación estereométrica. Tambi én merecen
destacarse, como renovadores de la escultura cordobesa, a Luís Aguilera Berníer,
representante de un neo-expresionismo, de un
dramatismo potencial.
Al
citado
Alfonso Aríza, con sus espléndidas escufturas abstractas de hierro, con aplicación
de los descubrimientos " espaciales". Y a Juan Polo, representante de un realismo
poetizado y originalmente estilizado de sent:r monumental , como lo demostró en
las estatuas levantadas en su ciudad natal y en algunos lugares públicos de la capital cordobesa.
Como puede verse, el nombre de Córdoba estuvo presente a través de sus
artistas en aquel largo periodo de consolidación del concepto " vanguardia" , que
tuvo lugar en España a lo largo de la década 1950-1960, aceptado ya desde un
plano oficial , como consecuencia de la introm :sión americana , la apertura al capital extranjero, el ingreso de España en la O. N. U. en 1955, la posibilidad de ínternacionalización de la pintura, con el consiguiente benefic!o económico -con
la
decisiva participación de marchantes extranjeros: Stadler, Maeght y Marta Jackson,
que valorizarían y difundirían el arte vanguardista español por todo el mundo- y
cierto intento de liberalización cultural.
Ya en la recta final de este estudio diré que si Córdoba, como hemos podido
observar, tuvo una brillante vanguardia proyectada hacia el exterior, también los
nuevos " ismos" fructificarían en esta ciudad -en los artistas afincados en Córdo·
ba- de manera profunda . Y hay que decir a este respecto que buena
parte de
esta inquietud sería consecuencia de la labor informativa del Círculo de la Amistad, que, a través de sus galerías de arte " Liceo" y " Cespedes" -promocionadas
por el entusiasmo qu e sentía Fernando Carbonell, director de las mismas, por el
arte de la vanguard ia- serían escenario en la década 1955-1965 de la presencia
de las más impo rtantes figuras de la vanguardia, no solo española sino mundial
-Hans Hartung , Zao Wou Ki, Kenneth . Armítage, Vedova, Mateos, Saura, Millares,
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etc.- quienes de alguna manera estimularían e incluso influirían en los artistas cordobeses que trabajaban en su lugar de origen.
Así se manifestaría en el " Salón Córdoba", celebrado en 1964, en el Patio del
Carmen -organizado por los propios artistas y que fue el más serio intento llevado
a cabo en España de acercar el arte al pueblo-, y también en la magna muestra
"Pintores actuales de Córdoba" , celebrada un año más tarde en dichas galerías
del Círculo de la Amistad, exposición que tendría una gran difusión nacional por
coincidir con el simposium "La Información ante la Sociedad". Fue este el momento cuando se daría medida de que Córdoba había sido eficaz caldo de cultivo del
más
decidido vanguardismo.
Por ejemplo, el escritor Bartolomé Mostaza así lo
ratificaría en las páginas del diario " Ya" con un artículo titulado "Córdoba cercana
y bien acompañada" , escribiendo que en aquella exposición "gritaba la presencia
europea del arte, y que las últimas tendencias, las últimas experiencias y las más
exigentes maestrías se daban cita en las salas del Círculo de la Amistad" .
Codo a codo con los artistas que he comentado como
arquetipos
vanguar-
distas, y como consecuencia de este cl:ma renovador, figurarían en estas y otras
exposiciones de la época otros notables artistas cordobeses, igualmente dotados
de inquietud modernizante: Manuel Aumente, con obras de sentir realista y expresionista de impacto social; María Manuela Pozo, de concepto lírico neofigurativo;
José Ojeda, con una sólida figuración expresiva ; Antonio Bujalance, entre neofigurativo y expresionista; Rafael Pineda, de ambiciosas reminiscencias surrealistas;
Y también otros artistas "cordobeses de adopción", como el murciano Tomás Egea
Azcona, artífice de un expresionismo entre irónico y crítico; la pintora polaco-londinense R'ta Rutko wski, afiliada a una nueva figuración expresionista; el sevillano
José Salguero, de connotaciones surrealistas; Rufino Martes, intérprete del paisaje
de su tierra jiennense; el jerezano Juan Carlos Barroso,
primero abstracto-cons-
trur:tivista y luego investigador del paisaje andaluz; Fernando GL•'lierrez Alamillo. el
madrileño abocado a la incorporación del espejo en el leng!lé'Íe plástico, y Francisco Zueras, aragonés , autor de este estudio, embarcado en una mixtura expresionista-surrealista.
También habría en esta época y en la inmediatamente posterior, diversos ar·
tistas nacidos en la provincia que, influidos por las nuevas tendencias, proyectarían sus inquietudes no solo en España sino en el extranjero. Como José Manuel
Gomez, de Fuenteovejuna, con sus creaciones neoexpresionistas; Cristóoal PÓvedano, de Priego de Córdoba, con ·un lenguaje sobre la planificación del espacio:
Juan Hidalgo del Moral , ce Fernán
Núñez, con su moderna figuración de gran
empaque; Marcial Gómez Parejo , de Hinojosa del Duque, de personalidad neoexpresiionista; Cristóbal Toledo, de Castro del Río, con una dicción entre impresionista
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-y expresionista, realizada utilizando la boca. para " manejar" los pincele·s por impe-
dimento trsico.
Como he dicho, desde el punto de vista político se habla querido dar al exterior, en materia de arte, una imagen vanguardista, moderna e internacional, incluso
cerrando los ojos sobre el carácter polfticamente constestatario que podfan tener
algunos de los pontífices de la vanguardia -como Tapies, Saura, Millares, Canogar, etc.-, ya con prestigio en el extranjero. No obstante, en el interior y de manera paradójica los encargos y prebendas, escuelas y academias, irían hacia el arte
conformista y académico, que, naturalmente, tuvo en esta época numerosos y prestigiosos cultivadores. Asf, en Córdoba, paralelamente a las posturas re novadoras
que he comentado, otros destacados pintores vinieron cultivando también desde
aquella época de los años 50 hasta el momento, dicho arte de corte ·tradicional.
unos fuera de Córdoba y otros en el plano local. Como Rafael Serrano, uno de los
primeros retratistas españoles; Aurelio Moreno, también retratista y luminoso paisajista; el veterano Antonio Costi , fiel al concepto "j uliorromerista "; Ricardo Anaya,
derivado hacia el retrato y el cartel; Castro Cadenas, con una bella figuración muy
sensible:
Antonio Pérez Pineda, Inmaculada Montero, Julia Valverde,
-Fernando
Polo de Alfara, etc., artffices de obras también figurativas , llenas de oficio y sensibilidad.
Volviendo al tema de la vanguardia, y ya para
terminar, destacaré que por
curiosa coincidencia, aquel brillante momento cordobés, convulsionado por la renovación -con las exposiciones y acontecimientos a que me he referido- marcaría el declive de la "vanguardia" española, entendida bajo el concepto surgido
en los años 20 , a causa de los motivos digamos comerciales y de la eclosión en
nuestro pais del "arte negocio". El arte informa lista o abstracto
irfa
decayendo
por una especie de ·saturación del mercadÓ artístico y de la imposibilidad de escapar de unos cauces minoritarios de necesidad desde la óptica de las grandes galerías, que habían proliferado en Madrid y Barcelona en los primeros años de la década de los 60.
Estos factores fueron los que acabaron con la "vanguardia abstracta" en particular, para comenzar ·a contar, por razones comerciales, con una reconversión
hacia el Realismo y después hacia el Hiperrealismo, a fin de sanear un mercado
fatigado. Nuevas posturas estas a las que hubieron de someterse muchos destacados artistas de la vanguardia informal ista, por razones de subsistencia y para
poder seguir estando en el primer plano del arte español, aún a costa de tener que
hacer un " arte al dictado".
realista d hiperrealista, que posiblemente no sentían .
Y así, el concepto " vang uardista" desaparecerfa, por lo menos en sus caracterfsticas históricas de sinceridad , rom anti cismo y rebeldfa contra lo establecido. Des-
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aparición , aparente o efectiva, que -todo hay que decirlo- si tuvo un efecto negativo por la dependencia del artista a los sistemas de distribución y mercado, tuvo
una parte positiva relacionada con la estabilización de la figura social del pintor o
escultor como un profesional estable, a veces a sueldo de dichas galerías, y de
cierto brillo o categoría.
No obstante a este fenómeno, los artistas cordobeses de la primera y segunda
vanguardia seguirían y siguen fieles a las posturas personales que les proporcionaron un destacado lugar en la misma, exponiendo frecuentemente en prestigiosas
galerías españolas y extranjeras, y en las galerías cordobesas que fueron surgien·
do, desde 1960, hasta la fecha, como admirable contribución al
buen
momento-
renovador de la pintura local : las galerías citadas " Liceo" y " Céspedes", así como
las denominadas "Aitamira", " Studio 52", "Atrium", "Mateo lnurria" "Antonio del'
Castillo" del Monte de Piedad, Palacio de la Merced, Caja Provincial de Ahorros,
" Manuela", " Vivancos " , "Amigos de los Patios", "Num" , "Cuenca" y la
galería
"Juan de Mesa" , inaugurada en los finales de 1977, bajo la curiosa coincidencia
de conmemorarse el 350 aniversario de la muerte de Juan de Mesa, aquel gran
imaginero e indudable "vanguardista" del siglo XVII.
Y los supervivientes de aquella vanguardia aguerrida de los años 20, también
harían acto de presencia en exposiciones de nivel nacional, recordatorias de aquella
ya lejana inquietud ; y asf Angel López·Obrero y Rafael Botf expondrían en la mues·
tra conmemorativa de los " Salones de los Independientes" , celebrada en la ma·
drileña galería "Lázaro" en Febrero de 1977, y hasta aquél también importante artista cordobés, Angel Rodríguez Luna, que se marchó a Méjico al final de la guerra
civil para triunfar plenamente en América entera con sus creaciones abstractas ..
volvería a España para exponer en 1976 en la galería "Juana Morcó " madrileña.
Mis últimas palabras van a ir destinadas a proclamar que, por lo que se puede observar, estas firmes posturas renovadoras se van a proyectar hacia el futuro ,
puesto que Córdoba cuenta con un brillante grupo de jóvenes artistas de espíritu·
inconformista, que ya han alcanzado notables puestos en la joven pintura nacio·
nal. Como Em ilio Serrano. creador de un lírico realismo en el que ha sabido apli·
car con acierto grande las experiencias de la " interactividad del espacio plástico"
puestas en circulación por el " Equipo 57"; o José Marra Córdoba, con un surrea·
lismo resue lto en alardes de originalidad, poesía y oficio; o Pedro Guillén , catalogado nacionalmente como el más joven y personal seguidor de los conceptos de
Bacon. Y otros también jóvenes pintores -Salvador Morera , Ign acio Navarro, Luis
Cárd enas, Juan Malina, Antonio Rodríguez, Angel Ojeda, Miguel Angel Angula, José
Vega. Garcfa Parody, José Marra Báez, Puri Huertas. Julia Hidalgo, etc.- , algunos
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-ya en un camino seguro jalonado de exposiciones y éxitos, y otros en perfodo de
búsqueda y formación, que son la esperanza cara al futuro de la continuidad de
la postura cordobesa innovadora, que se ha dado a lo largo del medio siglo largo
últi mo como hemos visto.
Nuevos artistas que seguirán evidenciando que el arte de Córdoba puede
actuar fuera de sus fronteras , después de haber trascendido la mecánica de sus
mutaciones internas y de haber conectado con la última hora del tiempo. Que seguirán abriendo caminos nuevos en relación con lo establecido y tradicional, postura que seguirá llamándose " vanguardia" sea cual sea el futuro del arte.
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Esta separata se
compone
de 1.000
ejemplares numerados del 1 al 1.000.
Este ejemplar es el
M OOO3 57
Tip. Artistica.-Córdoba.·Depósito Legal C0-579.·1977
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